crónica con una men-tit@ incluída
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CRÓNICA CON UNA MEN-TIT@ INCLUÍDA
En una soleada tarde de verano, me encontraba yo en compañía de los estudiantes
de 11-4, cuando se me acerca el Coordinador Olmer Gallego con un ofrecimiento que
cambiaría bastante mi forma de ver el trabajo en el aula.
Dicho ofrecimiento consistía en participar de un programa del Ministerio de
Educación Nacional (TIC) que involucraba las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones, llamado Tit@, lo que le daría acceso a la Institución Educativa a un
paquete de tabletas y un equipo de video bean para uso en las aulas, pero que
debería hacerse cada ocho días y en jornada laboral contraria, que en mi caso sería
de 7:00 a 11:30 a.m. y, algo que también me llamó la atención: la capacitación sería
en Univalle, el lugar donde pasé mis mejores momentos durante mi pregrado y
dónde conocí a la hermosa mujer quien es ahora mi esposa y mi mejor amiga.
Al principio me pareció extraño que fuese escogido para tal “misión”, pues mis
conocimientos en tecnología eran muy limitados y además me pareció conveniente
insinuar que quienes deberían tener la primera opción de asistir eran los profesores
del área de Sistemas. La respuesta que recibí fue que debía decidir en ese mismo
momento, pues al día siguiente había que enviar el formulario con los datos de los
docentes seleccionados.
Por mi mente pasaron un sinnúmero de imágenes a toda velocidad que se
relacionaban con las actividades que desarrollo habitualmente durante esos espacios
de tiempo (llevar a mis hijos al colegio, hacer algo de oficio casero, preparar el
almuerzo, preparar clases para la tarde, recoger a los niños en el colegio…), pero por
fin dije que sí y acepté mi misión.
Yo estaba muy ansioso por iniciar el trabajo y ese primer día conocí colegas
provenientes de distintas Instituciones Educativas, de quienes aprendí muchísimo la
idea de compartir, además me reencontré con un viejo amigo con quien había
laborado hacía más de trece años y quien habría de ser un gran apoyo durante el
trabajo en grupos.
Nuestro Maestro Formador, Fulgencio Mosquera, luego de presentarse, inició con
una actividad que me pareció un poco extraña: pintar una mandala. Dicha actividad
(que, de hecho, en algunas ocasiones he realizado con mis estudiantes) resultó ser
bastante motivadora y divertida además de que fue ambientada adecuadamente por
el Maestro Formador con música de la India. También, ese mismo día realizamos
actividades que me hicieron evocar mi infancia con el encuentro entre mi niño interior
y yo, mi familia, mis proyectos y mis expectativas, lo que me hizo un nudo en la
garganta. Fueron muy acertadas las actividades y me hicieron reflexionar acerca de
la necesidad de explorar con los estudiantes sus proyectos de vida, sus propósitos…
En la siguiente sesión realizamos una actividad muy dinámica llamada La Cita, con el
propósito de conocer algunos de los compañeros del diplomado. Dicha actividad fue
bastante enriquecedora debido a que pudimos conocer algunos ambientes en los
que se desenvuelven nuestros colegas lo que, a la larga representa un común
denominador para todos en cuanto a las necesidades que tienen la mayoría de
nuestras Instituciones Educativas tanto urbanas como rurales (falta de conectividad,
sobrepoblación en algunos salones, falta de espacios para la práctica de deportes,
deficiencia alimentaria prometida por el Estado…). Además, a través de esta
actividad, pude conocer algunos puntos de vista de los docentes acerca del
programa tit@ y de sus expectativas, y fue en este momento donde formamos un
agradable equipo con Omaira, Wilson y Sigifredo; posteriormente se unió a nuestras
filas la compañera Ana Milena, quien ingresó al grupo 79 unas semanas después.
Después de la conformación de los equipos se inició el trabajo de construcción del
Planificador que, a pesar de ser bastante interesante, me dio muchos dolores de
cabeza para completarlo con nuestro equipo.
Simultáneamente surgió el trabajo de creación del Blog personalizado y que debía
incluir todas las actividades que habíamos desarrollado tanto en grupo, como
individualmente.
Recuerdo que en uno de las sesiones nos mostraron las tabletas que serían
utilizadas por los estudiantes en las aulas. Y no sólo las mostraron, sino que nuestro
Maestro Formador nos permitió encenderlas para cacharrear con ellas
(personalmente, yo parecía un niño cuando le dan un regalo que espera con ansias)
y observar algunas de las aplicaciones incluidas en ellas. Lo mismo ocurrió con la
actividad de Cacharreando Ando que se desarrolló en los bajos de la Biblioteca
Germán Colmenares de Univalle. En dicha actividad pudimos conocer algunas
aplicaciones novedosas para trabajar con los estudiantes (lástima que durara tan
poco, pues hubiera sido interesante dedicarle una jornada a la exploración de otras
aplicaciones y no sólo limitarse a las contenidas en la Cartilla de Herramientas).
Algunos días atrás el Maestro Formador nos había mencionado acerca de la entrega
a las Instituciones Educativas de un kit de herramientas tecnológicas (UCAS),
además de un Proyector Interactivo el cual podía ser utilizado en cualquier superficie
de pared debido a la potencia de las luces tipo led y que incluía un lápiz electrónico
con el que podríamos escribir o señalar sobre las imágenes proyectadas sobre la
pared. Parecía increíble. Cuando por fin nos dijeron que después del refrigerio
iríamos a la demostración del uso del proyector, todos nos alegramos y sonreímos.
Al llegar al salón que habían acondicionado para dicha actividad, no podía creerlo:
había dos proyectores ubicados a unos veinte metros uno del otro, encendidos y
proyectando imágenes sobre la pares, ¡aún con todas las luces encendidas! Fue
increíble cómo, al principio, algunos no querían manipular el lápiz electrónico por
temor a no hacerlo bien o a dañarlo. Por un momento me sentí en alguna película de
ciencia ficción. Fue una experiencia muy agradable y me hizo reflexionar acerca de
la cantidad de dinero que está invirtiendo el Ministerio de Educación Nacional y la
SEM y el gran compromiso que tenemos los educadores para enseñar a utilizar
adecuadamente algunos elementos tecnológicos ya sea en el colegio o en el hogar.
En verdad el trabajo que se ha desarrollado ha sido arduo para mí teniendo en
cuenta que, como ya lo había mencionado anteriormente, mis conocimientos en la
parte tecnológica no son muy amplios, pero que asumí como un reto pese a las
dificultades presentadas para asistir a algunas de las sesiones debido a la dificultad
para conseguir a alguien que cuidara a mis dos hijos (de 7 y 11 años) algunos martes
que no tuvieron clase y la no posibilidad de llevarlos conmigo a la Universidad, pues
no se permitía el acceso de menores de edad al edificio CREE, y debido a ello me
atrasé un poco en los trabajos que debía presentar aparte de que debía cumplir con
mis responsabilidades laborales en la Institución y con los estudiantes en jornada
contraria.
Espero haber cumplido con la misión que decidí aceptar y poder llegar a la Institución
no como un héroe, sino como alguien que quiere aportar algunos elementos
tecnológicos al aula para ser aprovechados con toda la Comunidad Educativa y así
mejorar un poco los ambientes de aprendizaje en nuestra Institución.
Ahora me encuentro aquí, finalizando este interesante, pero no fácil proceso que
exige un grandísimo compromiso tipo misión entregado por el MEN, la Secretaría de
Educación Municipal y La Institución Educativa Villa del Sur para transmitirlo a los
estudiantes quienes, en últimas son los más beneficiados, mientras saboreo otra
deliciosa mentita con sabor a menta de raíz.