cristina reyes bueno 11059 assignsubmission_file_presentacion mesopotamia
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El agua, a lo largo de la historia, no sólo ha servido para nosotros, los humanos, sino que también ha sido fundamental para el desarrollo de los demás seres vivos que habitan en nuestro planeta. Desde los pequeños insectos que habitan en La Tierra hoy en día hasta los dinosaurios extinguidos hace millones de años. Y una de sus principales causas fue la escasez de agua a causa de un meteorito.
La Mesopotamia, que en griego significa "tierra entre los ríos", estuvo poblada principalmente en las llanuras del sur de los ríos Tigris y Éufrates. Los dos ríos sirven como fuentes principales de agua de la Mesopotamia y nacen en la parte oriental de Turquía. Corren paralelos entre sí, creando las fronteras de La Mesopotamia, y mueren al formar el río Shatt al Arab que desemboca en el Golfo Pérsico.
Los avances de la ingeniería han alterado el flujo natural de este sistema fluvial,
contribuyendo a su uso como beneficiosa fuente de agua.
En los comienzos de la agricultura se preparaban terrenos para la retención del agua, utilizando terrenos para cultivos que tras inundaciones se convertían en fértiles.
Siguieron pequeñas derivaciones cursos de agua y cauces para la inundación intermitente o riego artificial a las que se añadieron obras de conducción, regulación y captaciones de agua para la puesta en explotación de mayor cantidad de terrenos fértiles con carencia de agua, desarrollándose, inicialmente, las grandes civilizaciones generalmente en los valles fértiles de los ríos.
En la alta Mesopotamia y en la región de los Zagros, otros ríos más pequeños excavan valles en las zona anexas a Mesopotamia: el Khabur y sus numerosos afluentes constituyen la región conocida como el «Triángulo de Khabur», el Balikh, afluente del Éufrates, el Gran y el Pequeño Zab y el Diyala, afluente del Tigris, el Karun y el Karkheh en Susa.
Hacia el 6 000 años a.C, las primeras comunidades agrícolas prosperaron en la baja Mesopotamia. Su supervivencia sólo fue posible mediante el establecimiento de un sistema de riego, sin que la superficie agrícola de esta región se viera limitada a las riberas de los principales ríos. La adición del limo aportado por las inundaciones de los ríos y el agua necesaria por el riego dio
rendimientos significativamente más altos que los obtenidos en las zonas de secano en la zona de la alta Mesopotamia, donde el regadío también fue desarrollado para aumentar la producción agrícola.