crisis de melancolia

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(Estado depresivo ver resumen) Crisis de melancolía Las crisis de melancolía es un estado de depresión intensa vivenciado con un sentimiento de dolor moral y caracterizado por el enlentecimiento y la inhibición de las funciones psíquicas y psicomotoras. A. Estudio clínico A. Circunstancias de aparición El acceso puede aparecer a todas las edades, pero con mayor frecuencia en el periodo de involución. Las mujeres son afectadas más frecuentemente que los hombres. El acceso puede sobrevenir sin causa ni ocasión aparente, aunque con bastante frecuencia se encuentran causas desencadenantes. El acceso se desarrolla con bastante frecuencia después de un shock emocional o una situación de conflicto. A veces el periodo depresivo ha venido precedido de circunstancias debilitantes (puerperio, enfermedad infecciosa, etc.) Modo de aparición: El estado melancólico se establece habitualmente con bastante lentitud. Durante semanas (a veces meses) el enfermo acusa una cierta astenia, cefaleas, dificultades para el trabajo, falta de gusto o interés por todo, en especial un insomnio que se agrava progresivamente. Se torna preocupado, su humor es sombrío y su actividad profesional o doméstica se enlentece. B. Periodo de estado La presentación: permanece sentado, inmóvil, el cuerpo doblegado y la cabeza flexionada hacia adelante, su cara esta pálida y lleva la máscara de la tristeza, los rasgos caídos, los ojos muy abiertos con la mirada fija al frente y el entrecejo fruncido. El enfermo abatido, no habla, solo gime o llora. Inhibición y abulia: El melancólico se siente incapaz de querer, se abandona a la inercia. La astenia del comienzo alcanza un tal grado que el enfermo no tiene fuerza para moverse, apenas para vestirse. La inhibición psíquica es el síntoma más constante. La ideación es lenta, las asociaciones dificultosas, la evocación penosa, la síntesis mental así como el esfuerzo mental sostenido es imposible; la atención está concentrada sobre los temas melancólicos. La percepción del exterior está prácticamente correcta, pero oscurecida. El enfermo tiene la impresión de vivir en una atmosfera fría, lejana e irreal. El lenguaje también está bloqueado por esta inhibición, las frases sin raras y monosilábicas. Sentimientos depresivos: Ocupan el primer plano del cuadro clínico. El paciente aqueja siempre un estado de tristeza profunda que invade más o menos todo el campo de su conciencia. Tiene dificultades en expresar su dolor moral. La tristeza es vital, monótona, profunda, resistente a las solicitaciones exteriores. El paciente siente un malestar vago, difuso,

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(Estado depresivo ver resumen)Crisis de melancolía

Las crisis de melancolía es un estado de depresión intensa vivenciado con un sentimiento de dolor moral y caracterizado por el enlentecimiento y la inhibición de las funciones psíquicas y psicomotoras.

A. Estudio clínico A. Circunstancias de aparición

El acceso puede aparecer a todas las edades, pero con mayor frecuencia en el periodo de involución. Las mujeres son afectadas más frecuentemente que los hombres. El acceso puede sobrevenir sin causa ni ocasión aparente, aunque con bastante frecuencia se encuentran causas desencadenantes. El acceso se desarrolla con bastante frecuencia después de un shock emocional o una situación de conflicto. A veces el periodo depresivo ha venido precedido de circunstancias debilitantes (puerperio, enfermedad infecciosa, etc.)

Modo de aparición: El estado melancólico se establece habitualmente con bastante lentitud. Durante semanas (a veces meses) el enfermo acusa una cierta astenia, cefaleas, dificultades para el trabajo, falta de gusto o interés por todo, en especial un insomnio que se agrava progresivamente. Se torna preocupado, su humor es sombrío y su actividad profesional o doméstica se enlentece.

B. Periodo de estado La presentación: permanece sentado, inmóvil, el cuerpo doblegado y la cabeza flexionada hacia adelante,

su cara esta pálida y lleva la máscara de la tristeza, los rasgos caídos, los ojos muy abiertos con la mirada fija al frente y el entrecejo fruncido. El enfermo abatido, no habla, solo gime o llora.

Inhibición y abulia: El melancólico se siente incapaz de querer, se abandona a la inercia. La astenia del comienzo alcanza un tal grado que el enfermo no tiene fuerza para moverse, apenas para vestirse. La inhibición psíquica es el síntoma más constante. La ideación es lenta, las asociaciones dificultosas, la evocación penosa, la síntesis mental así como el esfuerzo mental sostenido es imposible; la atención está concentrada sobre los temas melancólicos. La percepción del exterior está prácticamente correcta, pero oscurecida. El enfermo tiene la impresión de vivir en una atmosfera fría, lejana e irreal. El lenguaje también está bloqueado por esta inhibición, las frases sin raras y monosilábicas.

Sentimientos depresivos: Ocupan el primer plano del cuadro clínico. El paciente aqueja siempre un estado de tristeza profunda que invade más o menos todo el campo de su conciencia. Tiene dificultades en expresar su dolor moral. La tristeza es vital, monótona, profunda, resistente a las solicitaciones exteriores. El paciente siente un malestar vago, difuso, un sentimiento de inseguridad, una profunda modificación del humor. Tiene una impresión penosa de auto depreciación, de impotencia, de incapacidad, de improductividad en el terreno de la acción por su inhibición psíquica y motora y en el moral. Siente una impresión desesperante de anestesia afectiva, se reprocha el no poder amar. El pesimismo no se manifiesta siempre a través de una idea o de un sentimiento, sino que constituye una orientación general de la consciencia hacia la desdicha y la culpa. El sentimiento de esencial menosprecio se dirige al sujeto mismo, se convierte sobre todo en una autoacusación. SE acusa de faltas, la mayoría de las veces sin importancia. La hipocondría se integra con naturalidad en la consciencia melancólica.

El deseo y la búsqueda de la muerte: Son dos constantes en la consciencia melancólica. El rechazo de alimento va desde la simple falta de apetito hasta la resistencia frente a toda alimentación. El suicidio llega a hacerse obsesivo; imaginando, deseado, buscado sin cesar. Se le considera a la vez como una obligación, un castigo necesario y una solución. La posibilidad del suicidio sitúa a todo melancólico en peligro de muerte. La tentativa de suicidio puede sobrevenir en no importa qué momento del acceso e incluso en el curso de la convalecencia, a veces preparado con gran habilidad y disimulada con sumo cuidado.

Examen físico: Los trastornos digestivos son constantes (Anorexia, nauseas, estado saburral de las vías digestivas, constipación, trastornos diarreicos). El examen cardiovascular pone de manifiesto

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perturbaciones del pulso y de la tensión arterial. La amenorrea es habitual. El examen neurológico muestra a veces una disminución de los reflejos, una hipotonía muscular y una hipoestesia.

C. Evolución La crisis de melancolía tiene una evolución de varios meses (6 o 7). La crisis acaba por lo general como ha

comenzado, con bastante lentitud. En el curso de la convalecencia se observan peligrosas oscilaciones del humor, así como recaídas imprevistas. En el curso de estos coletazos de la melancolía se debe ser particularmente vigilante en lo que respecta a las tendencias suicidas. El recobrar el sueño y el apetito son signos capitales del retorno al equilibrio.

B. Formas clínicas A. Formas clínicas semiológicas Depresión melancólica simple: En esta forma domina la inhibición, el sujeto acusa una simple tendencia

a la inacción, esta asténico y fatigado. El dolor moral es escaso, incluso falta. El paciente sufre una penosa impotencia y una improductividad intelectual; se siente enfermo y tiene necesidad de consuelo.

Melancolía estuporosa: Alcanza su máximo la inhibición psicomotora. El enfermo esta inmóvil: no habla, no come, no hace ningún gesto, ningún movimiento. Su cara se mantiene fijada en una expresión de dolor y desespero.

Melancolía ansiosa: Esta forma se caracteriza por el predominio de la agitación ansiosa, por la intensidad del miedo, el cual es vivenciado como un verdadero pánico. El enfermo inquieto tiene necesidad de cambiar de lugar, se golpea la cabeza y el pecho, se retuerce las manos, se lamenta, solloza, gime y suplica. Sus tormentos le impulsan a evadirse, a buscar la muerte

Melancolía delirante: Las “ideas delirantes “ melancólicas tienen las siguientes características:o Se acompañan de una tonalidad afectiva penosa.o Son monótonas, repite siempre las mismas ideas.o Son pobres, no se desarrolla a través de construcciones intelectuales, pero son ricas en emoción.o Son pasivas, el paciente acepta con inercia o desespero sus desgracias como si se tratara e una

abrumadora fatalidad.o Son divergentes o centrifugas, se extienden progresivamente a los que le rodean y al ambienteo Se trata de delirios referidos al pasado (remordimientos) o al futuro (temor, ansiedad) los cuales

retroceden o avanzan demasiado en relación a los acontecimientos presentes.Todas las ideas delirantes son experiencias delirantes de la angustia melancólica. Las ilusiones son frecuentes, mientras que, por el contrario, las alucinaciones “verdaderas” son raras.Los temas delirantes de la melancolía pueden ser clasificados en:

o Ideas de culpabilidad: Ideas de falta, de “mancha”, de pecado, etc. Las cuales se manifiestan a través de un sentimiento de indignidad o de remordimiento.

o Ideas de frustración (ruina, desgracia): en este caso no se trata de una falta sino de un infortunio (perdida de un ser querido, bienes, etc.)

o Ideas hipocondriacas, de transformación y de negación corporales: se queja de no tener un cuerpo como todo el mundo, se siente vacío, los intestinos están destruidos, el corazón esta helado o no existe, etc.

o Ideas de influencia, de dominación y de posesión: los enfermos sienten como si su espíritu estuviera vacío, son incapaces de querer, de actuar. A veces se creen influidos, poseídos o habitados por un animal.

o Ideas de negación: Todas las “ideas” precedentes culminan a veces en un tema: la negación del mundo, del cuerpo, de la vida o de la muerte. El síndrome de Cotard (ideas de condenación, de inmoralidad y de negación) se presenta raramente en forma completa en estas melancolías agudas.

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Estados mixtos maniacodepresivos: Se mesclan síntomas propios de la melancolía con los de la excitación.

Formas monosintomáticas: Las que la crisis se reduce a uno solo o a varios síntomas o equivalentes psicosomáticos.

B. Formas clínicas evolutivas Melancolía crónica simple: Sucede o bien a un acceso agudo que se eterniza o bien a varios accesos, que

se van aproximando hasta no quedar separados sino por remisiones incompletas y precarias. Los síntomas quedan fijados, el dolor moral se atenúa, la actividad se hace estereotipada y con frecuencia, aparece un ligero debilitamiento intelectual.

Delirios crónicos melancólicos: La organización de un delirio crónico secundario a la melancolía es una noción clásica. Encontramos estas formas de depresión en los estados depresivos sintomáticos de un proceso psicótico.