cosa

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Lo primero que hizo al llegar a la cocina fue sacar el café de la alacena y verterlo torpemente en la cafetera. Le puso agua como para llenar dos tazas y, sin mucha concentración, ofuscada por la luz del sol, intentó enchufarla. Varias veces. Una mueca evidenció, en la posteridad, que se divertía consigo misma, incluso mientras evitaba caerse a cualquier parte, después de sufrir un mareo difícil de ignorar. Retirando con el dorso de la mano una legaña de su ojo, se apoyó en lo que quedaba libre del mesón de granito, tratando de convencerse de que los niños que subían al autobús de una escuela reconocida eran profundamente interesantes. Y deseando que el café demorase aún menos que de costumbre en prepararse, suspiró, recordando borrosos retazos de lo que, a su pesar, había hecho la noche anterior. No era nada del otro mundo, intentó creer. Había vuelto a beber de más ―para ella, eso eran cuatro… o cinco copas en vez de dos― y muchos secretos, en apariencia, habían visto la luz. Es que la compañía lo ameritaba, quiso justificarse ante su conciencia. No, no era cierto, nadie merecía conocer sus baches. Ni siquiera Alyssa. ―Buenos días, Carol ―siseó una voz que pretendía sonar sensual desde la puerta, sin resultados―. No esperaba que despertaras antes que yo. Te dormiste muy tarde, no dejabas de balbucear. Aunque ella sonaba divertida por eso, la aludida no quiso voltearse y enfrentarla. Temía ver burla en sus ojos, en las palabras que aún no tenían forma ni sonido. ¿Por qué se le soltaba la lengua estando ebria? Odiaba no recordar bien, encima. ―H-hola. ―Patético. Sonrojada, recordó que estaba medio desnuda e intentó cubrirse las piernas con las manos, solo consiguiendo sacarle una carcajada a la mujer que la miraba con descaro. ―Ni se te ocurra, te ves muy bien así. ―Relamiéndose apenas los labios, dejó de lado sus miedos y se acercó suavemente a abrazarla. Un abrazo fraternal que Carol no esperaba. No quería preguntar qué habían hecho anoche, aparte de beber y confesarle entre sollozos que se sentía horrible, sola, y que tenía quince años cuando había caído en la cuenta de que era lesbiana. En que, tras conocerla, se había sentido comprendida por primera vez en muchos años, y que invitarla a su casa solo había

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breve escrito de no se que cosa

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Lo primero que hizo al llegar a la cocina fue sacar el caf de la alacena y verterlo torpemente en la cafetera. Le puso agua como para llenar dos tazas y, sin mucha concentracin, ofuscada por la luz del sol, intent enchufarla. Varias veces. Una mueca evidenci, en la posteridad, que se diverta consigo misma, incluso mientras evitaba caerse a cualquier parte, despus de sufrir un mareo difcil de ignorar. Retirando con el dorso de la mano una legaa de su ojo, se apoy en lo que quedaba libre del mesn de granito, tratando de convencerse de que los nios que suban al autobs de una escuela reconocida eran profundamente interesantes. Y deseando que el caf demorase an menos que de costumbre en prepararse, suspir, recordando borrosos retazos de lo que, a su pesar, haba hecho la noche anterior.No era nada del otro mundo, intent creer. Haba vuelto a beber de ms para ella, eso eran cuatro o cinco copas en vez de dos y muchos secretos, en apariencia, haban visto la luz. Es que la compaa lo ameritaba, quiso justificarse ante su conciencia. No, no era cierto, nadie mereca conocer sus baches. Ni siquiera Alyssa.Buenos das, Carol sise una voz que pretenda sonar sensual desde la puerta, sin resultados. No esperaba que despertaras antes que yo. Te dormiste muy tarde, no dejabas de balbucear.Aunque ella sonaba divertida por eso, la aludida no quiso voltearse y enfrentarla. Tema ver burla en sus ojos, en las palabras que an no tenan forma ni sonido. Por qu se le soltaba la lengua estando ebria? Odiaba no recordar bien, encima.H-hola. Pattico. Sonrojada, record que estaba medio desnuda e intent cubrirse las piernas con las manos, solo consiguiendo sacarle una carcajada a la mujer que la miraba con descaro.Ni se te ocurra, te ves muy bien as. Relamindose apenas los labios, dej de lado sus miedos y se acerc suavemente a abrazarla. Un abrazo fraternal que Carol no esperaba. No quera preguntar qu haban hecho anoche, aparte de beber y confesarle entre sollozos que se senta horrible, sola, y que tena quince aos cuando haba cado en la cuenta de que era lesbiana. En que, tras conocerla, se haba sentido comprendida por primera vez en muchos aos, y que invitarla a su casa solo haba sido una muestra de agradecimiento con la vida; un grito de ayuda, mejor dicho. Era tan clich que, ms que preocuparle, le aburra. Alyssa era una mujer bella y transparente que haba sido muy directa para decirle que le gustaba. Cmo una persona as poda fijarse en? En esto, concluy, dejando que el aroma de su perfume la cobijara de sus miedos por unos segundos.Yo Quera preguntarte Anoche nosotras? Alyssa neg varias veces antes de buscar su mirada.Te respeto mucho, Carol asegur con gravedad. Tranquila, no lo habra disfrutado contigo ebria. Suspir, sonrojada; volvi a hacerlo, queriendo creer que Alyssa, en parte, bromeaba. Dej que la felicidad de sentir el aroma del caf la distrajera, y avergonzada de todo al mismo tiempo, se rasc una mejilla. Agradeci internamente que no hubiera pasado; sino, qu pena no recordar algo que para otra persona pudo haber sido muy importante... Por desgracia, esto le pasaba a menudo; olvidaba cumpleaos, juntas, aniversarios Deba hacer algo con su memoria o seguira jodindola con la gente. No hablaron ms del tema, pues el hambre se alz como una gigantesca ola. Entre el sonar de los servicios interactuando con la loza, Carol se dio cuenta que era muy feliz de tener a alguien en su departamento, alguien que no fuera el vecino intentando conversarle de cualquier cosa, entrometindose como un roedor entre el espacio que dejaba en la puerta para abrirle. As que, bsicamente, esa maana el pan con queso y el caf tenan un sabor levemente diferente. Incluso en medio del desorden que haban dejado anoche, las cosas parecan inmersas en una disposicin casi espiritual.Alyssa. Haba reunido el valor suficiente al fin, despus de terminar su segunda racin de galletas con mermelada.Dime.No le cuentes nada a nadie, por favor. Era implcito, pero mora de miedo. Se haba arriesgado demasiado y no saba en qu o con qu, lo cual era peor.Nadie sabr una sola palabra, cario le gui un ojo. No dir dnde enterraste el cadver.S que entiendes lo que significa que sepa enterrar un cadver.Alyssa dej que una sonrisa se interpusiera entre la comida y sus labios.Dios, en qu lo me he metido entonces.Se sonrieron, una con el corazn ms acelerado de lo normal. Dejas que me d una ducha despus? dijo Alyssa con calma. No quiero pasearme por la ciudad en este estado.Claro, t solo dedcate a usar el blsamo artesanal de lentejas y habas que me regal mi madre y yo feliz.Tu madre da regalos bastante curiosos, querida.Despus de que Alyssa se apropi de su bao negndose a arriesgar su hermoso cabello con semejante brebaje, dedic un rato de su rutinario da a pensar en lo que estaba haciendo con todo. Sola deprimirse con rapidez, era muy sensible. Aunque rumiar sus miedos nunca la llevaba a nada bueno, sola tenerlo como un ritual del que sacar fuerzas. Raro, poco prctico? Tal vez. Hace dos noches, record, se haba sentido muy sola, ms de lo comn. Despus de baarse, haba alisado su cabello con la plancha y haba elegido el pijama ms rooso de todos para descubrir que le dola demasiado su situacin. Necesitaba hablar con alguien, pasarla bien, salir, incluso pelear. No era una mujer solitaria, pero todos los que conoca estaban lejos, como en otro mundo. Pese a que su familia la amaba, era muy consciente de cunto haba luchado durante aos para escapar de esa burbuja. Reuniendo dinero, soport en silencio el cuchicheo constante e insatisfecho de su madre, que no la vea florecer; las muecas de su padre, las crticas de los que decan ser sus amigos, nicamente para toparse con un muro gigante de concreto que le haba roto la nariz al recibirla de golpe, sin cario, sin nada.Era cobarde, encima. Tena entre sus muchos papeles, todos adheridos a un corcho, el nmero de Alyssa y su reciente confesin rondando sus pensamientos, hacindose uno con el aire que respiraba. Ella le haba ofrecido su amistad y pasar juntas la hora del almuerzo a cambio de que, si la necesitaba alguna vez, no durara en llamarla. A sabiendas de que su rechazo inminente le haba hecho dao; que esto la lastimara an ms, tom muy en serio sus palabras. Entonces, se encontr marcando a la bella secretaria que haca ms amenos sus das y fue en busca de provisiones, pues, intuy, sera una larga reunin.Carol. Se gir, intentando no mirar demasiado la figura de su amiga marcndose por la toalla, pero fue inevitable. Su cabello oscuro, caoba, caa por sus hombros y mojaba la alfombra con pequeas gotitas que resbalaban lentamente. La aludida, que no recordaba el momento exacto en el que se sent en su cama, desvi su atencin a los interesantes numeritos del calendario de papel que tena en su mesita de noche.Todo bien? pregunt, jugueteando con sus manos.S, s, eh S. Es decir, dej mi blusa aqu fuera. De hecho, est a tu lado, puedes pasrmela?Lo hizo mecnicamente. Alyssa era ms guapa de lo que aparentaba en su uniforme de trabajo. Oye, solo para que te quede bien grabado en esa cabecita de pollo: no le dir nada a nadie. Aunque creo que ya no recuerdas nada de lo que me dijiste anoche.Carol dej que una mueca confirmara lo que Alyssa deca. La duea de casa haba decidido acompaar a su visita hasta la reja de salida, intentando reunir todo el valor que le quedaba para preguntarle si poda recordarle las cosas que haba soltado. Pareca que Alyssa poda leerle la mente en cierto modo, porque segua asegurndole que sus secretos no seran revelados a nadie. Eso no la dejaba en paz, sin embargo.Y te lo agradezco, en serio, muchsimo. Es que Ah.Dime pareca divertida.Qu tanto te dije.Cerr los ojos y Alyssa guard silencio. Se preocup cuando ste dur ms de lo esperado, y volvi a enfrentarla para encontrarse con que sonrea.Por dnde empiezo? Ves que no puedo confiar en ti? A la primera y ya quieres decir todo lo que te ped que callaras.Oh, jdete le sonri.Tal vez eso nunca suceda. Bueno Creo que mejor nos el lunes, entonces. Eres tan rara Adiosiiin! Carol ya estaba cerrando la reja, riendo.Nos vemos, Carol. Carol estuvo un buen rato mirando los desperdicios de la otra noche antes de siquiera darse el nimo para recogerlos. Solo cuando la cocina oli a cloro, se refugi en el glido vaho del refrigerador, derrotada. Tarde o temprano tendra que preguntarle a Alyssa qu tanto haba soltado. La crema chantilly sera una gran aliada en este momento; una buena pelcula, palomitas, bebida y crema la acompaaran con ganas en medio de su incertidumbre. A veces, reconoci, era muy dramtica.El lunes por la maana se visti con una mueca; preparaba mil y mil veces ms el discurso que quera decirle a Alyssa: frente al espejo, lavndose los dientes, colocando cuidadosamente sus medias grises, pero lleg a estar tan despistada que cuando trat de desayunar, casi rompi su cafetera al pasar a llevarla con un brazo. Carol tuvo que despabilarse entonces, pues su vida dependa de esa preciosura italiana. Lleg sin contratiempos a su oficina, en la que haca labores de contadura para una empresa que comercializaba a gran escala repuestos de vehculos, trabajo para el que era bastante diestra. Tena un cubculo amplio que sola estar ordenado y limpio, a diferencia del de su vecino, Jack Landerson, quien era tan joven como ella y un verdadero caos en todo lo que no fuera finanzas.Buenos das, Carol se desperez Jack en su asiento, bostezando, sin disimular que haba concentrado toda su atencin en cmo luca el trasero de la chica antes de sentarse a su lado. Trajiste de esos caramelos que tanto me gustaron el otro da? Carol medit un par de segundos si ignorarlo, como sola hacer, o soltarle rpido alguna frase poco amigable. Desech todo lo anterior y sonri lo ms plsticamente posible, girndose sin prisa hacia su interlocutor.No, Jack. Y si los hubiera trado, creme que ya estaran bajo siete llaves en mi cajn.Ah, pero le gui un ojo eso no es ningn inconveniente, sabes? Ese cajn es tan fcil de abrirLa chica abri los ojos y resopl, molesta, ante el desternillante ataque de risa de Jack que capt la mirada de los ms somnolientos de la oficina. Cmo lo detestaba! Y ni siquiera haba intentado hacer bien el nudo de su corbata! Ok, eso no es tan grave, se dijo. Tal vez era algo obsesiva.Vamos, Carol, no te amargues, es broma Jack le ofreci su sonrisa ms amplia, sin resultados. Ya trat de forzar la llave y no se puede.Eres unSeores, quieren un caf de la nueva adquisicin del jefe?Alyssa ya haba llegado a salvarla de un posible crisis nerviosa, con el pelo bien arreglado y oliendo a vainilla. Por fortuna para ambas, su jefe amaba el caf y era muy exquisito con las mquinas que compraba para sus degustaciones. La castaa deposit con cuidado una pila de papeles en el escritorio de Carol, regalndole una mirada dulce, mientras que para Jack solo hubo un ceo fruncido y una fuerte estampida de documentos.Jack, ya deja de molestarla.Hey! No le he hecho nada. Todos estn en contra del pobre Jack! l miente, Alyssa gimote Carol, divertida de no tener que enfrentar an a la chica. Trat de abrir mi cajn y lo indic con un mohn.No habr caf para ti, entonces. Es una mquina grande de caf expresso. Y el mismo seor Guilles sugiri que la probramos nosotros esta maana. As que, te preparo un cortado, o solo te traigo un expresso, Carol? Temo morir por sobredosis de caf, pero adelante, un expresso, por favor. Y yo? pregunt Jack, cruzndose de brazos. Yo tambin quiero.No, ya te dije que no habra caf para ti, Jackie. Pero! Ya vuelvo.No, Alyssa, hey! No seas mala!Ya se fue, bobo, entrate. Carol, sintindose victoriosa, no perdi ms tiempo y se puso a revisar los papeles que deba estudiar.Todo es tu culpa. Entrate la imit con burla.He pensado seriamente que no superaste la etapa de la pubertad.Y t tampoco. Bueno, solo una parte de ti se qued en el pasado, porque tu trasero estCarol estamp un par de carpetas que tena a la mano directo en su espalda; Jack aull exageradamente y escap al bao ms cercano, gritndole que era una demente.