correo querbes n 4

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Nº 4 Correo Querbes UN SACERDOTE INSPIRADO Al tomar la dirección de la parroquia de Vourles, el 31 de octubre de 1822, ¿qué es lo que se encuentra Luis Querbes? Una iglesia saqueada por la Revolución Francesa, un templo abandonado por muchos feligreses, niños en manos de profesores incompetentes e indiferentes. En resumen, una parroquia que hay que restaurar. Si Luis Querbes intenta, por la predicación del Adviento, reunir a los feligreses, no se olvida de los niños que necesitan verdaderos profesores. Se aprovecha de los servicios de Pierre Magaud que acaba de salir de los Hermanos de las Escuelas Cristianas con la intención de ordenarse de sacerdote. Luis Querbes le da clases de latín y humanidades a cambio de que realice las tareas de maestro y sacristán. Desde enero de 1826, un tal Thomas Nogier ofrece sus servicios al párroco de Brignais, cerca de Vourles. Puede también beneficiarse de las lecciones que Luis Querbes da a Pedro Magaud. Esta situación le hace reflexionar al párroco de Vourles. Comienza a pensar que sería ventajoso que estos colaboradores se convirtieran en sus compañeros. Él mismo recuerda que sería el año 1826 cuando concibió el primer proyecto de una sociedad. En 1827, Luis Querbes escribió al Obispo Monseñor De Pins diciéndole que un buen número de párrocos deseaba una congregación de maestros de escuela. Escribe sobre el papel un primer esbozo que no incluye ningún voto. Piensa sobre todo en una cofradía compuesta por profesores seglares. En 1828 escribe a Monseñor De Pins diciéndole que “le absorbe una idea, que incluso le sigue hasta el altar y que la ha examinado durante varios años delante de Dios”. Luis Querbes deja fermentar su proyecto. Por último, propone crear un seminario para maestros de escuelas parroquiales. Pero no se detiene allí. Elabora su proyecto haciéndose con una casa para reuniones y retiros P. Luis Querbes, por Wilfrid Corbeil, csv

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Correo QuerbesUN SACERDOTE INSPIRADO

Al tomar la dirección de la parroquia de Vourles, el 31 de octubre de 1822, ¿qué es lo que se encuentra Luis Querbes? Una iglesia saqueada por la Revolución Francesa, un templo abandonado por muchos feligreses, niños en manos de profesores incompetentes e indiferentes. En resumen, una parroquia que hay que restaurar.

Si Luis Querbes intenta, por la predicación del Adviento, reunir a los feligreses, no se olvida de los niños que necesitan verdaderos profesores.

Se aprovecha de los servicios de Pierre Magaud que acaba de salir de los Hermanos de las Escuelas Cristianas con la intención de ordenarse de sacerdote. Luis Querbes le da

clases de latín y humanidades a cambio de que realice las tareas de maestro y sacristán.

Desde enero de 1826, un tal Thomas Nogier ofrece sus servicios al párroco de Brignais, cerca de Vourles. Puede también beneficiarse de las lecciones que Luis Querbes da a Pedro Magaud.

Esta situación le hace reflexionar al párroco de Vourles. Comienza a pensar que sería ventajoso que estos colaboradores se convirtieran en sus compañeros. Él mismo recuerda que sería el año 1826 cuando concibió el primer proyecto de una sociedad.

En 1827, Luis Querbes escribió al Obispo Monseñor De Pins diciéndole que un buen número de párrocos deseaba una congregación de maestros de escuela. Escribe sobre el papel un primer esbozo que no incluye ningún voto. Piensa sobre todo en una cofradía compuesta por profesores seglares. En 1828 escribe a Monseñor De Pins diciéndole que “le absorbe una idea, que incluso le sigue hasta el altar y que la ha examinado durante varios años delante de Dios”.

Luis Querbes deja fermentar su proyecto. Por último, propone crear un seminario para maestros de escuelas parroquiales. Pero no se detiene allí.

Elabora su proyecto haciéndose con una casa para reuniones y retiros

P. Luis Querbes, por Wilfrid Corbeil, csv

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espirituales. No se olvida de tener un lugar de refugio para los jubilados. En definitiva, se trata de establecer una escuela normal, bajo la dirección de un maestro en pedagogía y en pastoral parroquial.

Durante ese tiempo, el Vicario General, el Sr. Simon Cattet, recibe dos propuestas para el párroco de Vourles: tomar la dirección del Seminario de Saint-Jobar o ayudar a Vicente Coindre, recién nombrado director de los Hermanos del Sagrado Corazón. ¿Cómo va a salir Luis Querbes de este dilema?

No es ingenuo. Sea en una u otra opción, sospecha que su proyecto está a punto de desvanecerse. Expone su situación sin hablar de su proyecto. Deja que decidan las autoridades diocesanas. Al final no dejará Vourles.

Léo Bonneville, c.s.v.

AL SERVICIO DE LA CAUSA DEL PADRE QUERBESEste Correo Querbes, que tienes entre manos,

intenta dar a conocer al P. Luis Querbes, fundador de los Clérigos de San Viator, cuya causa de beati-ficación está ya introducida en Roma.

Este folleto se publicó tres veces al año en fran-cés, por iniciativa del Comité de Animación quer-besiana de Canadá, con ayuda de varios colabo-radores. Por supuesto, no se trataba de sustituir a obras más elaboradas, más bien quería ser un escaparate dirigido a un público más amplio. La traducción al español se dirige especialmente a las

personas con quienes nos relacionamos en nuestros colegios y en nuestras parroquias.

Los trabajos preparatorios para una posible glorificación de nuestro fun-dador no son cosa de ayer. Iniciados en 1928 por el P. Roberge, superior general, continuaron durante los años 50, pero tuvieron una desaceleración con la puesta en cuestión provocada por el Vaticano II. Estos trabajos son considerables, porque se trata de un caso histórico, y la correspondencia y los diferentes escritos implicados son muchos. Un gran empuje ha sido la publicación de una biografía crítica reciente en tres tomos, obra de Robert Bonnafous, c.s.v.

Bruno Hébert, c.s.v.

Ilustración: Max Boucher, csv.

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QUERBES, COMO SE LE HA CONOCIDO¿Quién era el padre Querbes al decir de

sus contemporáneos? Veamos el testimonio de Prosper Faivre (1809-1873), el nuevo sa-cerdote nombrado vicario del padre Querbes en la parroquia de Vourles, en 1834:

“Y en primer lugar una palabra sobre la acogida del buen párroco que yo no conocía, pero quien con un tono muy alentador, con esa sinceridad, la única que caracteriza a un ami-go leal y sincero, me preguntó si era yo el vica-rio que esperaba. Tras mi respuesta afirmativa, añadió con calurosa emoción: Benedictus, qui venit in nomine Domini.(Bendito el que viene en el nombre del Señor.) [...].

Yo me encontraba muy bien en Vourles, como si viviera allí desde hacía mucho tiempo, pero el demonio de la desobediencia por voz de algunos seminaristas, había tratado de demostrarme que el puesto era insostenible, inaceptable, que el párroco acababa con sus vicarios (pro-bablemente decían esto porque él ni jugaba, ni corría tras las invitaciones).

Sí, mis superiores tenían razón. El Sr. Querbes era un párroco muy capaz, un sacerdote modelo, educado, trabajador, ambicioso, desinteresado y sobrio, incluso en exceso, piadoso, sin mezquindad, [...], él era un artista y muy ale-gre, quizás fuera un tanto mordaz, pero era incapaz de tener malos celos...”.

Otro testimonio es el de la señora Testenoire, la hija de un vecino de la parroquia, el amigo Duclos, reconocido pintor de la Escuela de Lyon. Este testimonio habría sido recogidos poco después de 1897 por un escribano que no quiso firmar:

“Si algunos recuerdos pueden ser útiles para el escritor de la vida del Sr. Querbes, la señora Testenoire puede proporcionar historias interesantes sobre él. Aunque entonces era niña, no se ha olvidado de su desenvoltura ori-ginal y firme, haciendo el bien un poco militarmente, pero no retrocediendo ante peligro alguno.

Las santas señoritas Comte y señora Duclaux, todas devotas del Sr. Querbes, le ayudaban en su trabajo y muchas veces sentían temeridad por su párroco. El sermón del domingo era ocasión frecuente para que estas damas le recomendaran prudencia. Pero el señor Querbes se reía de sus temores y realizaba su sermón con su entusiasmo habitual y con concreciones directas que hacían temblar a las almas santas.

Ilustración: Bruno Hébert, csv.

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Sin embargo, que un feligrés se encontraba en situación apurada, que ha-bía que dar un paso adelante,... el párroco estaba allí, partía para Lyon y siempre regresaba con la solución que se le había pedido. Tenía la autoridad de la superioridad. ¡Cuántas buenas semillas sembró en aquella época en la que no creer estaba más de moda que hoy día! ¡Cuántas veces hemos oído decir: el párroco Querbes es un hombre de gran capacidad y agregaríamos de una gran santidad!”.

Bruno Hébert, c.s.v.

PASIÓN POR EL TRABAJOTodas las comunidades religiosas han sido fundadas en condiciones

difíciles donde había que inventar todo y ponerlo en marcha con pocos medios. El trabajo lo compensaba todo. Encontramos esta cualidad en Querbes que está animado por el deseo de hacer que su vida sea útil.

Desde los primeros esbozos de su proyecto de fundación, lo expuso a las autoridades diocesanas:

“Sin embargo, Sr. Vicario General, no voy a deciros todo, aunque tenga que reconocer que el bienestar en el que me encuentro y del que trato de huir me pese todavía mucho.

Feligreses que me rodean con su gran consideración, pero cuya protección depende de mí (...), amigos y hermanos-sacerdotes cuya sociedad es una alegría; pero el tiempo, el tiempo pasa, tengo treinta y seis años y no he hecho casi nada.

A pesar de que tenga compromisos de media hora o de una hora que me absorben casi toda la jornada... qué necesario es dedicar tiempo para uno mismo y así someterse más tarde a una regla de vida uniforme e invariable”

Maurice Marcotte, c.s.v.

Que un feligrés se encontraba en situación apurada... allá estaba el párroco para echarle una mano y solucionar su problema...

Ilustración: Bruno Hébert, csv.

Editado por la Provincia de los C.S.V. de Canadá - Traducido en la Comunidad viatoriana de España