corea f competencia entre estudiantes · durante mi visita a sus escuelas, constituyen el mejor...

6
junio 2009 37 POLÍTICA EDUCATIVA INTERNACIONAL COREA: FEROZ COMPETENCIA ENTRE ESTUDIANTES Contexto S i dejamos de lado el comercio y entramos de lleno en la expresión cultural, Seúl es una ciudad vestida con hermosos palacios milenarios, como los majestuosos Gyeongbokgung, Chan- ggyeonggung y Changdeukgung. Dichos palacios reflejan una belleza y armonía sin igual, que denotan preocupación por el orden, la estética, el estudio y la reflexión. Los coreanos, conocedores de su rique- za cultural, exhiben con orgullo sus her- mosas herencias y presumen, con razón, las raíces de su cultura de orden, respeto, estudio y mérito. Estos rasgos culturales no sólo destellan en sus escuelas sino que también se nutren en ellas. Escudriñar en las escuelas y aulas, lucubrar y aprender sobre la cultura co- reana relacionada con la educación y la escuela, me permitirá encontrar o aproxi- marme a respuestas poco comunes y hasta extrañas del sorprendente éxito educativo y económico de Corea. En este tema del éxito educativo aprenderé, aquí en Corea, que “no todo lo que brilla es oro”. Eduardo Andere M.* * Profesor investigador de medio tiempo del ITAM, y asesor en temas de política educativa y escolar. El origen de la competencia feroz para ingresar a la universidad en Corea puede tener varias explicaciones, unas culturales y otras sistémicas. Las culturales se relacionan con la costumbre arraigada, por cientos de años, de las evaluaciones públicas, que los coreanos incluso presumen como parte de su historia por el mérito y la rendición de cuentas. En el Museo Nacional Folklórico de Corea se encuentra una exhibición con figuras de cera que representa la histórica sesión entre solicitantes y evaluadores de quienes aspiraban a detentar puestos públicos.

Upload: others

Post on 01-Aug-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: COREA F COMPETENCIA ENTRE ESTUDIANTES · durante mi visita a sus escuelas, constituyen el mejor ejemplo para distinguir entre aspectos culturales e institucionales. Con este deambu-lar

junio 2009 37

POLÍTICA EDUCATIVA INTERNACIONAL

COREA: FEROZ COMPETENCIA ENTRE ESTUDIANTES

Contexto

Si dejamos de lado el comercio y entramos de lleno en la expresión cultural, Seúl es una ciudad vestida

con hermosos palacios milenarios, como los majestuosos Gyeongbokgung, Chan-ggyeonggung y Changdeukgung. Dichos palacios reflejan una belleza y armonía sin igual, que denotan preocupación por el orden, la estética, el estudio y la reflexión.

Los coreanos, conocedores de su rique-za cultural, exhiben con orgullo sus her-mosas herencias y presumen, con razón, las raíces de su cultura de orden, respeto, estudio y mérito. Estos rasgos culturales no sólo destellan en sus escuelas sino que también se nutren en ellas.

Escudriñar en las escuelas y aulas, lucubrar y aprender sobre la cultura co-reana relacionada con la educación y la escuela, me permitirá encontrar o aproxi-marme a respuestas poco comunes y hasta extrañas del sorprendente éxito educativo y económico de Corea. En este tema del éxito educativo aprenderé, aquí en Corea, que “no todo lo que brilla es oro”.

Eduardo Andere M.*

* Profesor investigador de medio tiempo del ITAM, y asesor en temas de política educativa y escolar.

El origen de la competencia feroz para ingresar a la universidad en Corea puede tener varias explicaciones, unas culturales y otras sistémicas. Las culturales

se relacionan con la costumbre arraigada, por cientos de años, de las evaluaciones públicas, que los coreanos incluso presumen como parte de su historia por

el mérito y la rendición de cuentas. En el Museo Nacional Folklórico de Corea se encuentra una exhibición con figuras de cera que representa la histórica sesión entre solicitantes y evaluadores de quienes aspiraban a detentar puestos públicos.

Page 2: COREA F COMPETENCIA ENTRE ESTUDIANTES · durante mi visita a sus escuelas, constituyen el mejor ejemplo para distinguir entre aspectos culturales e institucionales. Con este deambu-lar

38 Educación 2001

Expertos sostienen que los aprendizajes sobre las políticaseducativas y los sistemas en realidad no se copian

e implantan como tales, sino que cambian de país en país

La educación es un bien público

Al estudiar la mejor educación del mundo uno puede encontrarse con sorpresas. Y lo que funciona en un país no necesariamente se puede replicar en otro. Hay condiciones de orden contextual, histórico y cultural que explican mejor la razón del éxito que las condiciones de política pú-blica o las instituciones. En realidad, mi interés no es tanto desentrañar las condiciones de orden histórico o

cultural, sino las relacionadas con los aspectos institucionales de política educativa. Mi interés es descubrir si existen condiciones de política pública, por ejemplo, diseños insti-tucionales o sistemas de incentivos, que expliquen el éxito de la educa-ción escolar. No podemos copiar culturas ni historias; sí, en cambio, podemos aprender de políticas e instituciones. Las culturas e historias no viajan a través de las fronteras de las naciones; en cambio, los arreglos institucionales, la evidencia, los

estímulos, las reglas de juego y las prácticas educativas y escolares pue-den muy bien cruzar las fronteras sin necesidad de realizar ajuste cultural, contextual e histórico alguno.

Aunque expertos sostienen que los aprendizajes sobre las políticas educativas y los sistemas en realidad no se copian e implantan como tales, sino que cambian de país en país o de región en región (Levin, 1998). Con todo, las ideas institucionales y los arreglos de política educativa viajan con mayor facilidad que las

Page 3: COREA F COMPETENCIA ENTRE ESTUDIANTES · durante mi visita a sus escuelas, constituyen el mejor ejemplo para distinguir entre aspectos culturales e institucionales. Con este deambu-lar

junio 2009 39

culturas y prácticas escolares, o sistemas políticos. La educación en Corea, y lo que vería y aprendería durante mi visita a sus escuelas, constituyen el mejor ejemplo para distinguir entre aspectos culturales e institucionales. Con este deambu-lar aprenderemos y rechazaremos lo que sí y lo que no merece y puede trasladarse de un sistema a otro, de una nación a otra.

Por ejemplo, la primera lección se deriva de la siguiente frase: que la educación sea muy importante en la cultura familiar, comunitaria y social de los coreanos no quiere decir que sus instituciones educati-vas y escolares estén diseñadas de manera adecuada para el éxito de la educación escolar. Puedo enton-ces atreverme a sugerir lo siguiente: en algunos sistemas educativos se respira éxito a pesar de las institu-ciones y reglas que los enmarcan y nutren; en otros, se respira el éxito como un efecto directo de sus instituciones y las reglas que las ordenan. ¿En cuál de los dos casos

se encuentra Corea del Sur? Ésta es la pregunta.

Sea cual sea la respuesta, voy a las escuelas de Corea con grandes expectativas. Por supuesto que he escuchado mucho sobre la educa-ción en este enigmático país, he leído sobre lo que los resultados de mediciones estandarizadas dicen de sus estudiantes y lo que los expertos y observadores sugieren sobre las razones de éxito de su educación es-colar. Pero siempre me ha quedado la duda de qué es lo que en realidad explica el impresionante crecimien-to económico y el indiscutible éxito educativo de los coreanos medido por las evaluaciones del aprendizaje en diferentes pruebas internaciona-les. No hay cómo escudriñar en las razones del éxito estudiantil de la educación básica y preuniversitaria de Corea, o cualquier otro país, den-tro del sistema y, sobre todo, en este caso, dentro de las escuelas donde se forman los niños y jóvenes coreanos. Lo que sí puedo decir es que Corea, como nación, es sorprendente.

Escuelas privadas que en realidad son públicas

En Corea es muy fácil dejarse engañar por las apariencias. Mu-chos analistas y observadores de los fenómenos educativos, políticas, procesos y resultados en ese país sugieren que sus altas calificaciones en mediciones internacionales se deben al alto número de escuelas privadas o particulares pero, más que nada, al elevado porcentaje de la matrícula particular o privada en relación con la pública que, por cierto, es de las más altas del mundo. Corea ocupa el octavo lugar en el nivel de secundaria y el cuarto en el de bachillerato en el porcentaje de estudiantes matriculados en es-cuelas privadas de todos los países de la OCDE que han proporcionado información (OCDE, 2005).

Las estadísticas no engañan, pero sí podrían confundir cuando se leen sin un análisis detallado. La educa-ción en Corea es un perfecto ejem-plo de por qué los datos pueden

Llene esta forma y deposite $408.00 a la cuenta Banamex 2797925 sucursal 0661,a nombre de Editorial Educación 2001, S. A. de C. V.

Suscripción en Estados Unidos, U.S. $70.00. Europa, Centro y Sudamérica, U.S. $80.00.

Nombre:Dirección:Colonia: Ciudad:Entidad federativa: CP:Teléfono: Correo electrónico:Suscripción a partir del número:

Suscríbase hoy a la excelencia educativa

Una vez efectuado su pago, envíe el comprobante por fax o correo electrónico;y la confirmación vía teléfonica de la recepción del mismo, para brindarles un mejor servicio.

Tels. 56-62-01-56, 56-63-07-41 y 01-800-55-57-38-98

Page 4: COREA F COMPETENCIA ENTRE ESTUDIANTES · durante mi visita a sus escuelas, constituyen el mejor ejemplo para distinguir entre aspectos culturales e institucionales. Con este deambu-lar

40 Educación 2001

ofrecernos una imagen diferente de la realidad. Cierto, un porcentaje elevado de la matrícula escolar en Corea es atendido por escuelas particulares. Sin embargo, este alto porcentaje no se debe a razones de tipo competitivo, de mercado o de autonomía escolar y descentrali-zación de decisiones y medidas de política y prácticas educativas. No se refiere tampoco a la adopción de prácticas gerenciales similares a las del mundo corporativo o empresa-rial. La educación básica en Corea, incluso la del nivel de preparatoria o preuniversitaria, es considerada “pública” y, por tanto, para todos los efectos prácticos, la educación esco-lar no sólo está estandarizada sino estatizada. Para todos los efectos prácticos, las escuelas particulares son “públicas” y lo público de las mismas no proviene de su propie-dad sino de la función que persi-guen, es decir, educar. Lo público de las escuelas privadas proviene, también, de que su financiamiento es de origen público. Además, todas las escuelas particulares de los nive-les de secundaria y bachillerato son particulares dependientes (OCDE, 2005). Dependen del gobierno para el financiamiento, programas de estudios y políticas educativas y escolares.

Educar es un “bien público” y, por tanto, educar, ya sea en escuelas privadas o públicas, se considera como una actividad pública (Kim, 2004). Así que lo público de las escuelas particulares se deriva de su normalización o estandarización prácticamente en todo. La selección de estudiantes en escuelas públicas y privadas es ordenada y manejada por el gobierno; el currículum, en ambos tipos de escuelas, es estatal; las cuotas por concepto de colegia-turas e inscripciones son exacta-mente las mismas en planteles con ambos tipos de sostenimiento, ex-cepto por muy pequeñas cantidades de tipo incidental que las escuelas pueden trasladar a los padres de familia para actividades concretas. Esto significa que las escuelas pri-

vadas son sometidas a control de precios por sus servicios educativos escolares y no pueden cobrar más que las escuelas públicas. En fin, en casi todo, excepto en el origen de su propiedad, las escuelas privadas son en realidad escuelas públicas. Por tanto, decir o concluir a la luz de las estadísticas o datos agregados que el éxito educativo de los estudian-tes de Corea o de Corea misma se debe al sostenimiento privado de las escuelas, o a la fuerte competencia entre éstas es, en el mejor de los casos, un mito y, en el peor, una aberración. En palabras simples, no hay competencia.

Las escuelas privadas en su gran mayoría están “estandarizadas” o “igualadas”. Otros países, de los ya visitados y de los no visitados, tienen porcentajes de escuelas privadas, de las llamadas dependientes como en Corea, más altos de participación en términos de matrícula. Pero en todos estos casos la autonomía de las escuelas privadas indepen-dientes es muy superior a la de las escuelas privadas en Corea. De hecho, en este país no hay escuelas privadas independientes. Como constataremos cuando este viaje me lleve a él, de todos los miembros de la OCDE, México es el país con el

Page 5: COREA F COMPETENCIA ENTRE ESTUDIANTES · durante mi visita a sus escuelas, constituyen el mejor ejemplo para distinguir entre aspectos culturales e institucionales. Con este deambu-lar

junio 2009 41

ingreso es dedicado a la enseñanza extraescolar de sus hijos. Esta ero-gación la realizan en academias pri-vadas de preparación de estudiantes para presentar exámenes. En estos institutos o academias privados lo que se hace es repetir y repetir con los estudiantes lo aprendido en las escuelas regulares del sistema edu-cativo coreano después de las horas de clase o en los fines de semana. Este método de repetir una y otra vez no sólo es ejecutado en las academias sino también por medio de tutores particulares en las casas de los estu-diantes. Son academias y prácticas que sobran porque regurgitan lo que los estudiantes han aprendido ya en las escuelas regulares. El creci-miento y demanda de estas acade-mias y el enorme gasto privado en este sistema son una muestra para algunos del fracaso del sistema edu-cativo regular de Corea. Parece un argumento intachable.

Por tanto, tal parece que no son las virtudes del sistema edu-cativo o de las escuelas, per se, lo que explica los altos resultados de los estudiantes en evaluaciones internacionales estandarizadas, ni el impresionante despliegue de re-cursos y facilidades en las escuelas, ni los altos salarios de los maestros coreanos. La verdadera razón de los altos resultados, según parece, debe hallarse en raíces más profundas. La explicación parece encontrarse en los entretelones de una cultura en la que el ascenso al éxito personal y el prestigio social se debate entre el esfuerzo y el mérito. De esta síntesis, esfuerzo y mérito, se desprende una feroz competencia que ofusca, sofo-ca y lleva a los estudiantes a dedicar muchas horas de su día y sus fines de semana al estudio que, a veces, parece interminable.

La fuerte competencia estudian-til tiene un objetivo: ser, por fin, aceptado en las universidades más prestigiadas de Corea y del mundo. Por tanto, el proceso está basado en el mérito y éste, a su vez, en el es-fuerzo. Es un sistema educativo que en su parte universitaria contrasta,

mayor porcentaje de matrícula de secundaria atendido por escuelas privadas independientes (OCDE, 2005). En México, por ejemplo, no existe la categoría de escuela pri-vada dependiente, como abunda en otros países.

Competencia entre estudiantes

La otra cara de la moneda es la com-petencia entre estudiantes. Sí la hay y es feroz. La competencia se deriva de la exigencia, también estatal, de que todos los alumnos que deseen ingresar a la universidad podrán

hacerlo, sí y sólo sí, aprueban un examen estandarizado de admisión a las universidades. Como el ingreso a la universidad es un valor de altísima estima en los estudiantes y sus pa-dres, y es también motivo de orgullo personal, familiar y comunitario, los jóvenes y sus padres se desgarran las vestiduras y desenfundan las bolsas para lograr altos resultados en los exámenes estandarizados de admisión a la universidad. Aquí entra la pesada carga de trabajo de los estudiantes coreanos fuera de la escuela, en las actividades extraes-colares. Algunos padres de familia sostienen que una cuarta parte de su

Page 6: COREA F COMPETENCIA ENTRE ESTUDIANTES · durante mi visita a sus escuelas, constituyen el mejor ejemplo para distinguir entre aspectos culturales e institucionales. Con este deambu-lar

42 Educación 2001

de manera radical, con la política de admisión a la educación superior en otros países.

El origen de la competencia fe-roz para ingresar a la universidad en Corea puede tener varias ex-plicaciones, unas culturales y otras sistémicas. Las razones culturales se relacionan con la costumbre arraigada, por cientos de años, en las evaluaciones públicas. Evalua-ciones que los coreanos incluso presumen como parte de su his-toria por el mérito y la rendición de cuentas. En el Museo Nacional Folklórico de Corea, ubicado en la ciudad de Seúl dentro del ma-jestuoso palacio Gyeongbokgung, se encuentra una exhibición con figuras de cera que representa la histórica sesión entre solicitantes y evaluadores de quienes aspiraban a detentar puestos públicos. Esta historia se repite tal y como suce-día hace más o menos mil años. La evaluación y rendición de cuentas

corren por las venas de la historia de los coreanos. Esta práctica pú-blica con el tiempo se heredó a las escuelas.

Orígenes recientes de la competencia estudiantil

Los orígenes más recientes de esta costumbre competitiva entre estudiantes, el esfuerzo y el mérito, se derivan, quizá, de las políticas gubernamentales de estandariza-ción, normalización e igualación de la educación que se mencionaron de manera repetida durante mis entrevistas. El propósito declarado de estas políticas, bautizadas con diferentes nombres, es igualar a las escuelas para que todos los coreanos tengan las mismas oportunidades de instrucción no sólo en cantidad, es decir, matrícula, sino en calidad, es decir, aprendizaje. Esta política pública es reflejo de una visión del estado como proveedor del bienes-

tar económico y social vis-à-vis una visión neoliberal donde el Estado, más que proveedor, es garante del bienestar por medio de una red de instituciones e incentivos.

En mi opinión, lo de las mismas oportunidades está bien, pero la estandarización de las escuelas fue demasiado lejos. Y por ello observa-dores más acuciosos afirman que la educación coreana, a pesar de sus al-tos resultados, está en crisis. Dichas observaciones no sólo las encuentra uno en los escritos de los acadé-micos. En una de mis entrevistas más interesantes en las escuelas de Corea, la directora de una escuela privada dependiente me mencionó una y otra vez que la educación en Corea estaba en crisis.

La “enfermedad” del estudio a ultranza

Algunos observadores sostienen que esta inclinación por el esfuerzo y el mérito de la Corea moderna se deriva de que después de la Guerra de Corea en la década de 1950, los padres de familia se percataron de que el mejor futuro para sus hijos radicaba en una buena educación. Como quiera que sea, en las siguien-tes dos décadas fue tan aguda la com-petencia para acudir a las mejores secundarias y preparatorias, que a la actitud de competencia abierta, en tan temprana edad, suele llamársele la enfermedad “gukyukbyeong” de los niños de sexto de primaria o “jungsambyeong” de tercero de secundaria (Lee, 2005). A pesar de ser una cultura proclive al estudio y al esfuerzo, padres y alumnos han llegado a describir el episodio de las pruebas como “el infierno de los exámenes”.

© Eduardo Andere MartínezD.R. © 2007 Editorial Santillana,

S. A. de C. V.

¿Cómo es la mejor educación en el mun-do? Políticas educativas y escuelas en 19 países, México, Aula XXI-Santillana, 2007, pp. 295-299.