córdoba 60 años, otro
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Córdoba 60 años:
…¡Presidente Santos…!
El Sinú también es Colombia:
¡Salvémoslo! POR: HUGO BUELVAS POSADA- Director Revista Milenio y Miembro Academia
Historia de Córdoba
Panorámica Río Sinú, sobre las estribaciones de la Serranía “San Jerónimo”, aproximaciones al
Nudo de Paramillo.
Si la historia fluvial del río Magdalena, parte de su otrora navegabilidad, también, la del Río
Sinú, se circunscribe en ese mismo orden. Entonces, así como, la retoma de la navegabilidad
fluvial del Magdalena es un hecho, dado el despertar de la dirigencia civilista y gremial de
Barranquilla y, el interés del Gobierno Nacional en cabeza del presidente Juan Manuel Santos
Calderón; el Estado colombiano, también debe tratar de mirar hacia nuestra región para salvar
el Río Sinú, ante el alto grado de deterioro ambiental que lo ha venido atrofiando en los últimos
años.
Existe una apremiante necesidad de informar e invitar al Presidente Santos, para que en lo que
resta de su mandato, se apersone del grave problema ambiental del Río Sinú y, su compromiso
para retomar al mismo tiempo la navegabilidad: El Río Sinú, también tiene muchas historias,
por haber sido, junto con las ciénagas Grande, Betancí y Ayapel, territorios del imperio Zenú,
de grandes riquezas auríferas. Lugares de epicentros de cruentas luchas entre nativos y
españoles, durante la conquista y la colonia. El Sinú, importante también, por haber sido la ruta
utilizada por los conquistadores y colonizadores tanto de España, Inglaterra y Francia. Dentro
de su historia, están ligadas fundaciones de muchos pueblos, unos, ubicados alrededor del
mismo río, otros, de las ciénagas y de inmemorables cerros que, juntos, hoy, 501 años después,
de haberse descubierto dicha fuente hídrica, cuando el Departamento de Córdoba, se apresta
conmemorar 60 años de fundación, existe la necesidad imperiosa de llamar la atención del
Estado colombiano, para que, nuevamente vuelva a mirar hacia lo que años atrás
Río Sinú, sector del barrio Betancí, margen izquierda, donde se observa una malla protectora de
prevención a inundaciones.
Panorámica que muestra hoy, el emblemático e histórico Cerro “El Higuerón”, inmediaciones
del municipio de Tierralta, lugar de hallazgo de abundante riqueza aurífera por parte del
explorador francés, Luis Striffler
Este pescador del municipio de Chimá, va rumbo a Ciénaga Grande en procura de capturar con
su atarraya cualquier pez para el sustento alimentario familiar.
Cada vez que miramos hacia atrás, devolviendo la hoja, nos comprometemos con ahínco esta
causa social de seguir luchando por la defensa y el rescate ambiental de nuestro amado y
querido Río Sinú. Como dice el poema de Antonio Prioló Sumosa: “Al Río Sinú”, publicado en
el periódico El Deber, agosto 25 de 1940: “Bello río que cantas en tus ondas las riquezas de tus
tierras: tus pastos son extraños en el verdor olor y sabor; extraños, sí, porque parece que los
ganados al probarlo, engordan, y, porque sus verdes hojas conservan la pureza y frescura de su
infancia. ¡Todo huele a cosas grandes y hermosas! Eres imponente desde tu nacimiento hasta
tu desembocadura en donde te espera el hombre con ardor profundo para que le abones su
parcela y para al mirarte, calmar la sed de agua dulce al inquieto mar que cautiva”.
Pero el poema de va más allá y nos convida a reflexionar sobre la importancia misma de aquel
caudaloso Río Sinú, ese que, en gran parte “asesinara” Urrá I: Y prosigue el poema: “Aquí en
las riberas del alma del vaquero se expanden con sus cantos todos llenos de quejas y de
amores. Va y viene, como lo hace el pensamiento, tras el hato que, en su mugir profundo,
parece que interpreta el canto de su amo y la mirada del viajero, que se aleja para no volver
más, escuchando allá en las oquedades, como la mirifica vez de una canción, adular la sirena
de la noche de la nave que, como una perla engastada en oro puro graciosamente se desliza y
balancea sobre las guas, simulando la bella cortesana en su baño de rosas y amores, suelta la
frondosa cabellera y tentadoras como la célebre Herodías”.
Vista parcial Ciénaga Grande del Bajo Sinú
SAQUEO DE TUMBAS, DESVÍO, CATÁSTROFE AMBIENTAL Y DESAPARICIÓN
DEL BOCHACHICO: Referirnos hoy, al derrumbamiento de los „dioses‟ del Sinú y el
saqueo de sus tumbas, para extraer riquezas auríferas del Reino Finzenú, por parte de los
españoles es, retomar una historia que ha sido contada a medias, pese a muchas crónicas,
ensayos, poemas y cuentos. Pues, asociar aquel acontecimiento cuando el mundo Zenú entra en
contacto con el mundo europeo por el asedio de los Heredia, denota explorar otros
conocimientos acerca del paso de españoles por estas pródigas tierras del Valle del Sinú.
Recogiendo una serie de conceptos y criterios, expuestos a través de foros, talleres,
seminarios, encuentros, reuniones, conversatorios y demás actos, resulta imprescindible
negar que, una de las causas de la hoy “Catástrofe Ambiental” que presenta el Río Sinú,
radique en su “desvío por dos túneles”, durante la construcción de URRÁ I, hecho por
el contratista para poder completar la cimentación del dique (Enero de 1996). Ya
bloqueada su ruta regular, los Bocachicos que venían subiendo el río se enfrentaban la ardua
tarea de remontar estos toboganes de alta velocidad para llegar a sus únicos lugares de desove,
más arriba del dique, dentro del territorio Embera. Don Andrés de San Sebastián, un pescador
experimentado, entendía bien el dilema del Bocachico: "El no es un nadador fuerte, nada en
zigzag para no enfrentar directamente la corriente del río. ¿Cómo él iba a remontar ese chorro
del túnel?" La gente aún recuerda las patéticas escenas que se producían cerca de los túneles.
Cantidades de peces seguían saltando desesperadamente sobre las salidas de los túneles, y la
fuerza de agua les empujaba abajo, una y otra vez; era un acto de suicidio comunal. Miles de
Bocachicos comenzaron a flotar, muertos. La palabra voló a la velocidad de sonido, y la gente
se precipitó hacia el sitio para llevar los pescados muertos, en sacos. Los responsables actuaron
rápidamente para encubrir este desastre ecológico: Atraparon los peces muertos con mallas
grandes, y con retroexcavadoras, los enterraron en fosas comunes en la misma orilla del río.
Sin embargo, las autoridades fallaron, miserablemente, en su intento de tapar con los dedos la
desnudez de sus informes ambientales favorables al Proyecto, porque todavía, lo peor estaba por
llegar. En 1992, la empresa CORELCA, antecesora de Urrá S.A., dueña de la planta
hidroeléctrica, publicó, en su informe de evaluación ambiental del proyecto, que Urrá I no
causaría significativos cambios biológicos ni hidrológicos en las ciénagas del Río Sinú.
Después, en 1993, la CVS, la autoridad regional ambiental, otorgó a CORELCA la concesión
del uso de agua para la planta hidroeléctrica, indicando allí que la liberación de un cierto caudal
desde la represa, en los meses de Mayo y Junio, sería suficiente para sostener la reproducción de
los peces migratorios. La verdad fue totalmente opuesta. Después de 1996, el Bocachico nunca
más regresó, a ninguna de las ciénagas sinuanas. La aniquilación de la pesca en el río Sinú,
desencadenó un desastre regional. La sobrepesca acabó con todo este recurso vital; ahora, en la
cuenca baja de los ríos San Jorge y Cauca, que antes era una mina de oro en cuanto a la pesca,
los pescadores no pueden recuperar ni sus gastos de combustible. La famosa y cercana ciudad
turística, Cartagena, hoy recibe el Bocachico vía aérea, ¡desde Argentina!
No solamente a la pesca, Urrá I amenaza también a la propia existencia de las ciénagas. A pesar
de que no se disponía de un permiso para llenar la represa, el contratista la comenzó en Enero de
1999, bajo el pretexto de que necesitaba hacer pruebas de las turbinas con agua. Desde allí, la
vida de cada cienaguero ha sido un salto al vacío. Los asolados y abandonados caños
alimentadores no lograron desviar, desde el río casi seco, caudales suficientes a las ciénagas.
Sus propias cuencas pequeñas ya no cuentan con árboles sino con cultivos agro-pastoriles, y les
aportan, si es que lo hacen, aguas contaminadas solamente. Cuando retrocede el espejo de agua
de las ciénagas, los ganaderos y agricultores inmediatamente emprenden sus actividades en
estos suelos frescos y húmedos, aumentando más la contaminación. Las inundaciones anuales
del Sinú, que antes las limpiaban y recargaban, ahora están controladas por la represa de Urrá I,
por lo tanto, estos adorables cuerpos de agua que ayer albergaban vida abundante, hoy enfrentan
la desgracia, la humillación y su eventual extinción. De sus aguas estancadas, suben nubes de
mosquitos que fomentan epidemias nunca antes conocidas por los campesinos. Como decía Don
Andrés de Ciénaga Grande de Lorica, "Aquí, después del Sol, ¡hasta los burros piden
mosquiteros!" Una situación similar prevalece en las orillas de la represa Urrá donde la biomasa
tropical se descompone en aguas muertas, y los niños Embera suelen enfermarse fácilmente por
epidemias, que no pueden controlar por no disponer de defensas naturales.
Panorámica que muestra desvío del Río Sinú y los túneles, parte de Urrá I
Cómo evitar la construcción de presas: Según el World Watch, el impacto de estas
obras hidráulicas podría ser evitado en gran parte con una política de decidido aumento de
la eficiencia energética y del uso del agua, de supresión de las subvenciones o las tarifas
artificialmente bajas.
Por su parte, Ecologistas en Acción cree que las Confederaciones Hidrográficas deberían
enfocar sus esfuerzos en una buena gestión de las mismas y la conservación de los
ecosistemas. Además, sus responsables recuerdan la evaluación preliminar de los efectos
del cambio climático, realizado por el Ministerio de Medio Ambiente, que predice una
pérdida de más del 15% del agua embalsada para cuencas como las del Guadiana,
Guadalquivir, Júcar y Seguro. Asimismo, sugieren la inversión en tecnologías de costo
accesible y descentralizado, como sistemas de recogida de aguas pluviales, pequeñas
bombas de agua o riego por goteo.
SU NAVEGABILIDAD: Tras todos esto episodios, resulta de gran interés, para la actuante
sociedad humana de Córdoba, Colombia y el mundo, hablar un poco de la navegabilidad del Río
Sinú, la cual, tuvo su inicio en 1870, cuando Nicolás de Zubiría, pone en funcionamiento el
vapor “Bolívar” de 120 toneladas, navegando entre Cartagena y Montería. De esa época, hasta
finales de los años 50, se mantuvo la navegabilidad por nuestro río, con un total de 36 lanchas.
Y hasta los primeros años de la década del 60, estuvieron solo las lanchas: “El Montería” y “El
Sinú”, para así, narrar algo de la historia del transporte fluvial por el Río Sinú.
Por ello, nos asiste como periodistas ambientales, el deber de aunar esfuerzos por la defensa y
rescate del Río Sinú, partiendo de la construcción de un Corredor Biológico, para de esa forma,
poder pensar en serio en retomar la navegabilidad, en procura de abrir las fronteras con el resto
del país y el mundo, así como se ha proyectado con el Río Magdalena.
“Crear una estrategia competitiva, buscar inversionistas en hotelería y generar turismo acuático
(por el río y la ciénaga) son tres alternativas que propuso el ministerio de Comercio, Industria y
Turismo, Sergio Díaz-Granados, para fortalecer ese sector económico en Lorica, que hace parte
de la Red de Pueblos Patrimoniales del país”
El anunció lo hizo ayer el Ministro recientemente en Lorica, primer municipio de la Red
visitado este año en compañía del viceministro de Turismo Óscar Rueda. Los funcionarios
recorrieron el centro histórico de la ciudad junto al alcalde Francisco Jattin Corrales y otros
funcionarios de la administración.
Entonces, tan solo este hecho, nos está dando la razón para trabajar unidos todos, por el rescate
biológico y navegable del legendario Río Sinú. Creemos entonces, como punto estratégico,
involucrar a toda la dirigencia del Departamento de Córdoba, por supuesto, traer a Montería, al
presidente Santos y varios de sus ministros que, asistan y participen en el foro Córdoba 60 años,
para que públicamente haya un serio comprometimiento de Estado con este y otros proyectos de
desarrollo.
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