control social y desviaciÓn

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CONTROL SOCIAL Y DESVIACIÓN. Determinantes situacionales del comportamiento. La vida social humana está gobernada por normas o reglas. Nuestras actividades desembocarían en un caos si no nos atuviésemos a reglas que definen ciertos tipos de comportamientos como apropiados en determinados contextos, y otros como inapropiados, por ejemplo, la conducción en una autopista sería un caos si no se respetaran las normas de tráfico, no todo el mundo se ajusta a las expectativas sociales de cumplimiento de las normas, poniendo incluso en peligro las vidas de los demás, por tanto, las personas, en ocasiones, se desvían de las reglas que se suponen deben respetar. El estudio de la desviación es una compleja área de análisis porque existen tantos tipos de violación de las reglas como normas y valores sociales. Considerando que las normas varían de una cultura a otra, así como entre las diferentes subculturas de una misma sociedad, lo que se considera normal en un contexto dado se concibe como desviado en otro. Fumar marihuana es una desviación en la cultura británica, mientras que beber alcohol no lo es, al contrario justo que en las sociedades de Oriente Próximo. Por tanto, se entiende por desviación la no conformidad a una norma o a una serie de normas dadas que son aceptadas por un número significativo de personas de una comunidad o sociedad. Todos transgredimos en alguna circunstancia normas de comportamiento generalmente aceptadas. Se diferencia del delito en que este consiste en la transgresión de las leyes. La desviación no solo se refiere al comportamiento individual (multimillonarios excéntricos con un comportamiento aceptado por la sociedad y que a su vez esconden que son asesinos -caso Bundy-), sino también a las actividades en grupos, por ejemplo las sectas del Hare Krishna, que son un grupo que dirigían un mensaje particularmente a los jóvenes drogadictos proclamando que uno podía estar todo el día colgado y descubrir el éxtasis interno. Normas y sanciones. Normalmente respetamos las reglas o normas sociales porque, como resultado de la socialización, se han convertido en algo habitual, por ejemplo, utilizar el lenguaje, significa conocer unas reglas de gramática y sintaxis. La mayoría de las veces las utilizamos sin pensar que las estamos utilizando, mantener una actitud de atención cortés hacia los extraños, emplear el tacto en nuestras conversaciones con amigos, todo esto lo hacemos sin siquiera darnos cuenta de que incluyen reglas concretas de actuación. Respetamos otros tipos de normas en la creencia consciente de que el comportamiento que implican está justificado, por ejemplo, las normas de tráfico, conducir por la derecha, respetar los

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CONTROL SOCIAL Y DESVIACIÓN.

Determinantes situacionales del comportamiento.

La vida social humana está gobernada por normas o reglas. Nuestras actividades desembocarían en un caos si no nos atuviésemos a reglas que definen ciertos tipos de comportamientos como apropiados en determinados contextos, y otros como inapropiados, por ejemplo, la conducción en una autopista sería un caos si no se respetaran las normas de tráfico, no todo el mundo se ajusta a las expectativas sociales de cumplimiento de las normas, poniendo incluso en peligro las vidas de los demás, por tanto, las personas, en ocasiones, se desvían de las reglas que se suponen deben respetar. El estudio de la desviación es una compleja área de análisis porque existen tantos tipos de violación de las reglas como normas y valores sociales. Considerando que las normas varían de una cultura a otra, así como entre las diferentes subculturas de una misma sociedad, lo que se considera normal en un contexto dado se concibe como desviado en otro. Fumar marihuana es una desviación en la cultura británica, mientras que beber alcohol no lo es, al contrario justo que en las sociedades de Oriente Próximo.

Por tanto, se entiende por desviación la no conformidad a una norma o a una serie de normas dadas que son aceptadas por un número significativo de personas de una comunidad o sociedad. Todos transgredimos en alguna circunstancia normas de comportamiento generalmente aceptadas. Se diferencia del delito en que este consiste en la transgresión de las leyes.La desviación no solo se refiere al comportamiento individual (multimillonarios excéntricos con un comportamiento aceptado por la sociedad y que a su vez esconden que son asesinos -caso Bundy-), sino también a las actividades en grupos, por ejemplo las sectas del Hare Krishna, que son un grupo que dirigían un mensaje particularmente a los jóvenes drogadictos proclamando que uno podía estar todo el día colgado y descubrir el éxtasis interno.

Normas y sanciones.

Normalmente respetamos las reglas o normas sociales porque, como resultado de la socialización, se han convertido en algo habitual, por ejemplo, utilizar el lenguaje, significa conocer unas reglas de gramática y sintaxis. La mayoría de las veces las utilizamos sin pensar que las estamos utilizando, mantener una actitud de atención cortés hacia los extraños, emplear el tacto en nuestras conversaciones con amigos, todo esto lo hacemos sin siquiera darnos cuenta de que incluyen reglas concretas de actuación. Respetamos otros tipos de normas en la creencia consciente de que el comportamiento que implican está justificado, por ejemplo, las normas de tráfico, conducir por la derecha, respetar los semáforos, todo esto se acepta porque si la mayoría no se atuviera a dichas reglas, la conducción sería mucho mas peligrosa de lo que es en la actualidad.

Este ejemplo nos sirve para estudiar los conceptos de conformidad y desviación: Todas las normas sociales van acompañadas de sanciones que protegen contra la no conformidad. Una sanción es cualquier tipo de reacción de otros ante el comportamiento de un individuo o grupo y cuyo objetivo es asegurar que se cumple una norma concreta. Las sanciones pueden ser positivas (ofrecer recompensas por la conformidad) o negativas (castigos por un comportamiento no conformista). Pueden ser también formales o informales.

Los principales tipos de sanciones en las sociedades modernas son las impuestas por el sistema de sanciones representado por los tribunales y las prisiones. La policía, sin duda, es la agencia encargada de llevar a los transgresores a juicio y a un posible encarcelamiento. Las multas, el encarcelamiento y la ejecución son todas ellas ejemplos de sanciones negativas formales. No existen sanciones positivas formales para recompensar el comportamiento.

Las sanciones informales positivas o negativas son un rasgo común de todos los contextos de la actividad social, las de tipo positivo incluyen desde decirle a alguien “bien hecho” o sonreírle. Por el contrario, las sanciones informales negativas incluyen el insulto, el regañar o la agresión física.

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Aunque las sanciones formales son normalmente mas visibles que las informales, éstas tienen una importancia decisiva para asegurar la conformidad a las normas.

Definición de desviación, anomia y subcultura.

Desviación: es lo que la gente entiende o define como tal a la vista de que alguien está violando o transgrediendo una norma cultural. Las normas guían prácticamente todo el rango de actividades humanas, de manera que el concepto de desviación cubre un espectro igualmente amplio. Por su parte, el control social es una forma de presión social, informal y difusa, que tiene como objetivo evitar la conducta desviada, aquí interviene lo que se denomina el sistema jurídico y penal, que es el conjunto de instituciones policiales y judiciales y penitenciarias que se pone en funcionamiento cuando se produce una violación de la ley. Se puede observar desde tres perspectivas:

• Análisis funcionalista: En todas las sociedades existen formas de desviación, aunque lo que se define como tal varía de sociedad a sociedad. La desviación y la respuesta social que provoca contribuyen a consolidar el sustrato moral de la sociedad. La desviación puede también conducir al cambio social.

• Análisis interaccionista: No existe ningún comportamiento o actitud que sea desviado por definición. La desviación siempre viene definida por la reacción de los demás, y esas reacciones varían mucho de unas sociedades a otras. La etiqueta o estigma que se imputa al que presenta una conducta desviada puede empujar a la reiteración de este tipo de conducta.

• Análisis del conflicto: Las leyes y las normas sociales reflejan los intereses de las clases mas favorecidas de la sociedad. Por lo general, son personas que amenazan el orden social las que suelen ser clasificadas como desviadas. La probabilidad de que se considere como delitos los daños que los mas privilegiados producen es menor que si el daño es ocasionado por los menos privilegiados.

La anomía: Durkheim utilizó el término anomía para referirse a la tesis de que en las sociedades modernas, las normas y los valores tradicionales se ven socavados sin ser reemplazados por otros. Existe anomía cuando no hay unos estándares dados que guíen el comportamiento en un área concreta de la vida social, en éstas circunstancias, la gente se encuentra desorientada y ansiosa, la anomía es, por tanto, uno de los factores sociales que influyen en la disposición al suicidio.Merton modifico el concepto de anomía para referirse a la tensión a la que se ven expuestos los individuos cuando las normas aceptadas entran en conflicto con la realidad social (mirar al futuro, éxito material, ganar dinero etc...). Los medios para conseguirlo se supone que son la autodisciplina y el trabajo duro, pero eso no es así, pues la mayor parte de los que se encuentran en situaciones de desventaja tienen oportunidades muy limitadas de progresar. Los que no consiguen triunfar se sienten condenados por su falta de capacidad. En ésta situación existe una enorme presión por “salir adelante” por los medios que sean legítimos o ilegítimos. Merton identifica cinco posibles reacciones a las tensiones entre los valores socialmente aceptados y los medios limitados de alcanzarlos:

• Los conformistas: aceptan tanto los valores generalmente aceptados como los medios convencionales de lograrlos, independientemente de que triunfen o no.

• Los innovadores: que son aquellos que, aceptando los valores socialmente compartidos, utilizan medios ilegítimos o ilegales para tratar de lograrlos. Los delincuentes que tratan de hacerse ricos con actividades ilegales ejemplifican este tipo de respuestas.

• El ritualismo: caracteriza a aquellos que actúan de un modo acorde con los estándares socialmente aceptados, pero que han perdido de vista los valores que originariamente impulsaron s actividad. Un ritualista sería el que realiza un trabajo aburrido, aunque carezca de perspectivas profesionales y le reporte un beneficio.

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• Los retraídos: que son personas que han abandonado el enfoque competitivo por completo, rechazando con ello, tanto los valores dominantes, como los medios para conseguirlos (un miembro de una comuna autosuficiente)

• La rebelión: es la reacción de los individuos que rechazan tanto los valores existentes como los medios normativos y desean sustituirlos por otros nuevos y reconstruir el sistema social, por ejemplo, los miembros de grupos políticos activos.

Anomía y Subcultura: Las bandas de jóvenes delincuentes. Merton argumentaba que las bandas surgen en comunidades subculturales en las que las oportunidades de triunfar de un modo legítimo son escasas -como las comunidades de las minorías étnicas pobres-. Los miembros de las bandas aceptan algunos aspectos de la deseabilidad del triunfo material, pero estos valores se ven filtrados a través de las subculturas comunitarias locales. En barrios donde existen redes de delincuencia organizada, la subcultura de las bandas lleva a los individuos a pasar de los pequeños actos de robo a una vida adulta de delincuencia, aquellos que no encuentran su lugar ni en el orden social legítimo ni en la subcultura de las bandas, tienden a resguardarse en la categoría de refugiados o en la adición a las drogas.

Walter Miller piensa que las culturas de la desviación tienen mas probabilidades de desarrollarse enre los jóvenes de clase baja, que son quienes menos oportunidades tienen de satisfacer sus aspiraciones por medios legítimos. Según Miller, en las culturas de los jóvenes se presentan las siguientes características:

• La rutina del conflicto, esto es, conflicto con profesores y policía• La dureza: la valoración de la fuerza física• La sagacidad: capacidad de adelantarse a los demás o tomarles el pelo y a la vez evitarlo.• La emoción: consiste en el afán de experiencias arriesgadas y peligrosas.• Preocupación por el destino, o la falta de control por el futuro• La autonomía, esto es, el ansia de libertad.

Según Cohen, La cultura de las bandas en Estados Unidos se ha convertido en un modo de vida, los miembros de las bandas, mas que estar interesados en los logros materiales, tienden a robar por las mismas razones que les llevan a meterse en una pelea o realizar actos de vandalismo, todos estos actos reflejan un rechazo de la sociedad “respetable”. Al reconocer su posición de privación dentro del orden social, las bandas crean sus propios valores de oposición.

Características de la desviación

Hay tres razones para explicar la desviación:

Lo que se entiende como conducta desviada varía según cuáles sean las normas sociales de la sociedad en la que vivimos. Esto es, la desviación se define en relación a algo que tomar como parámetro, y este algo son pautas culturales especificas que son distintas en sociedades distintas.

Solo cuando los demás la definen así, la conducta de uno es una conducta desviada. Todos nosotros nos saltamos muchas normas culturales con regularidad, en ocasiones hasta el punto de quebrantar la ley. El que terminemos catalogados como unos locos o unos ladrones no depende de nosotros, sino de cómo otras personas entienden y definen esas conductas.

La capacidad de elaborar reglas, así como de quebrantarlas, no está igualmente distribuida entre la población: Para Marx, la ley es poco menos que una estrategia con la que los poderosos protegen sus intereses. Los ejemplos son infinitos, un vagabundo que se ponga en una esquina a criticar al ayuntamiento, puede ser arrestado por escándalo público, pero un político que haga lo mismo, seguro que no.

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Teorías a cerca de la desviación.

Emile Durkheim: las funciones de la desviación: Durkheim, llegó a la conclusión de que no existe nada anormal en la desviación. La desviación cumple cuatro funciones esenciales en la sociedad.

• Contribuye a consolidar los valores y normas culturales: La cultura implica un consenso acerca de lo que está bien y lo que está mal, a menos que queramos que nuestras vidas se disuelvan en el caos, tenemos que respetar este consenso. Esto es, existe el bien porque está en oposición al mal, solo existe el bien porque existe el mal. Del mismo modo que no puede existir justicia sin delito. Por tanto, la desviación es indispensable en el proceso de generación de las normas morales.

• La respuesta a la desviación contribuye a clarificar las barreras morales. La definición de algunos individuos calificados como desviados, ayuda a la gente a trazar una línea entre lo que está bien y lo que está mal.

• La respuesta a la desviación fomenta la unidad social: La reacción de los individuos frente a los casos extremos fomenta un sentido de solidaridad colectivo frente al ultraje, cuando esto ocurre, se consolidan los lazos morales que unen a la comunidad (manifestaciones contra el asesinato de Miguel Ángel Blanco).

• La desviación fomenta el cambio social: los actos que transgreden las normas sociales invitan a reflexionar sobre la naturaleza de esas normas y sobre la conveniencia de seguir manteniéndolas. Las conductas desviadas nos presentas alternativas al orden vigente que pueden empujar en la dirección de un cambio de la normas. Lo que hoy es una conducta desviada, mañana puede no serlo (la cultura del rock and roll era hace cuarenta años una amenaza contra las buenas costumbres, hoy ya no lo es).

Teoría de Merton: Según Merton, los periodos recurrentes de desviación se deben a coyunturas sociales específicas. En particular el grado y el carácter de la desviación dependen del grado en que los miembros de una sociedad pueden lograr los objetivos culturales y vigentes en esa sociedad (como el éxito económico, por ejemplo), a través de mecanismos institucionalizados (los que ofrecen las políticas de igualdad de oportunidades). Según Merton, existe conformidad cuando se busca satisfacer unas metas u objetivos lícitos a través de mecanismos que también son legítimos y están aceptados socialmente.

Richard Cloward y Lloyd Ohlin ampliaron la teoría de Merton en su investigación sobre la delincuencia juvenil, estos se basan en que la conducta delictiva no depende solo de la escasez de oportunidades lícitas o legítimas, sino también de la “oferta de oportunidades ilegítimas”. Caso de Al Capone, este no dispone de oportunidades lícitas y termina creando un imperio aprovechando la oportunidad que le brinda la demanda de alcohol durante los años de la ley seca (oferta de oportunidad ilegítima). Hay también ocasiones en las que no solo no hay oportunidades lícitas, sino que también escasean las ilícitas (caso de las barriadas marginales o de experiencias personales extremas). En estos casos la delincuencia se manifiesta en forma de subcultura del conflicto, donde la frustración desemboca en episodios de violencia, o abandonándose los individuos al consumo de alcohol o drogas.

Albert Cohen afirma que la incidencia de conductas delictivas es mayor entre los jóvenes de las clases mas desfavorecidas porque son ellos los que tienen menos oportunidades de alcanzar el éxito a través de mecanismos convencionales.

Walter Miller también piensa que las culturas de la desviación tienen mas posibilidades de desarrollarse en jóvenes de clase baja, al tener menos oportunidades para satisfacer sus aspiraciones. Su teoría es igual a la de Merton.

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Desviación primaria y secundaria.

Teoría del etiquetaje

Uno de los enfoques más importantes para comprender la delincuencia ha reci¬bido el nombre de teoría del etiquetaje -aunque este término es un rótulo para un conjunto de ideas relacionadas entre sí, más que un enfoque unificado. Los teóricos del etiquetaje interpretan la desviación no como una serie de características de in¬dividuos o grupos, sino como un proceso de interacción entre los desviados y los no desviados. Desde esta perspectiva, hay que saber por qué a algunos se les cuelga la etiqueta de desviados para poder comprender la naturaleza de la desviación. Los que representan a las fuerzas de la ley y el orden o, lo que es lo mismo, los que pueden imponer definiciones de la moralidad convencional a otros, constituyen la principal fuente de etiquetaje.

Las etiquetas utilizadas para crear categorías de des¬viación expresan, por tanto, la estructura de poder de la sociedad. Por lo general, las reglas en cuyos términos se define la desviación y los contextos en los que se aplican están diseñados por los ricos para los pobres, por los hombres para las mujeres, por los mayores para los jóvenes y por las mayorías étnicas para las mi¬norías. Por ejemplo, muchos niños realizan actividades como saltar a los jardines ajenos, romper ventanas, robar fruta o hacer novillos. En los barrios acomodados, los padres, los profesores y la policía pueden considerar esto como un aspecto ino¬cente del proceso de crecimiento. Por el contrario, en las áreas pobres puede con¬siderarse como evidencia de las tendencias a la delincuencia juvenil.

Una vez que un niño es etiquetado como delincuente, él o ella está estigmatizado como criminal y es probable que se le considere (y sea tratado como) indigno de confianza por los profesores y sus futuros jefes. El individuo reincide entonces en su conducta delictiva, ensanchando así la distancia con respecto a las convenciones sociales ortodoxas. Edwin Lemer (1972) llama al acto inicial de transgresión des¬viación primaria, esto es; muchos episodios de transgresión (por ejemplo el abuso de alcohol etc..)apenas provocan reacción por parte de los demás y tampoco afectan negativamente en la concepción que si mismo tiene el que ha cometido esa transgresión. Pero que ocurre si otras personas toman nota de los actos del transgresor y empiezan a actuar en consecuencia? Por ejemplo, se empieza a clasificar al que se ha sorprendido bebiendo como borracho y se le excluye de los círculos sociales habituales, puede ocurrir que esa persona, para evitar la censura de los demás, busque la compañía de otras personas que no sean tan severas con la costumbre de beber. De este modo, la respuesta del individuo que ha cometido una transgresión puede dar lugar a una desviación secundaria, esto es, buscando la compañía de los que no censuran sus actos, e insistiendo en esas pautas de conducta, uno puede terminar adquiriendo la identidad social que en un principio de le dio (o sea, puede terminar siendo un marginal, pues no hace falta mas que ver con qué gente se junta)

La desviación, secundaria se produce cuando un individuo llega a aceptar la etiqueta que se le ha colgado y se considera a sí mismo un desviado.

Pensemos, por ejemplo, en un chico qué destroza un escapare una noche que ha salido con sus amigos. El acto tal vez sea definido como el resultado de una conducta eufórica excesiva, una característica excusable en un joven. El joven podrá marcharse después de recibir una reprimenda y una pequeña multa. Si tiene unos antecedentes «respetables» éste es el resultado más probable. El destrozo de un escaparate permanece al nivel de desviación primaria si se considera que es una persona con «buen carácter» que actuó en esta ocasión con demasiado alboroto. Si, por el contrario, la policía y el tribunal tienen una reacción más punitiva, como pronunciar una sentencia de suspensión y hacer que el muchacho se presente ante un trabajador social, entonces el incidente podría convertirse en el primer paso de un proceso de desviación secundaria. El proceso de «aprender a ser desviado» suele verse acentuado por la propia organización que supuestamente se encarga de corre¬gir la conducta desviada: reformatorios, cárceles e internados.La teoría del etiquetaje es importante porque parte del presupuesto de que ningún acto es intrínsecamente delictivo. Las definiciones de criminalidad las instituyen los poderosos mediante la

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formulación de leyes y de sus interpretaciones por la policía, los tribunales y las instituciones correctoras. Los críticos de la teoría del etiquetaje han argumentado que existe de-hecho, un cierto número de actos total y absolutamente prohibidos en todas, o prácticamente todas, las culturas, como el asesinato. En tiempos de guerra, matar al enemigo está indudablemente' aceptado, y hasta hace poco tiempo las leyes británicas no consideraban violación que un marido forzase sexualmente a su esposa.

Se puede criticar la teoría del etiquetaje de un modo más convincente desde tres posturas:Primero, al enfatizar el proceso activo del etiquetaje, los procesos que conducen a los actos concebidos como desviados se pasan por alto (Fine, 1977). El etiquetaje es claramente un acto no del todo arbitrario: las diferencias en la socia¬lización, las actitudes y las oportunidades influyen en el grado de implicación de las personas en un comportamiento particularmente susceptible de ser etiquetado como desviado.

Segundo: No está claro que el etiquetaje tenga realmente el efecto de fomentar la conducta desviada. El comportamiento delictivo tiende a aumentar la condena futura, pero ¿es el resultado del etiquetaje? Es muy difícil juzgar, ya que otros muchos factores como la creciente interacción con otros delincuentes o la aparición de nuevas oportunidades para delinquir pueden estar relacionadas.

Tercero: Se debería investigar el desarrollo global de los modernos sistemas legales, judiciales y policiales si pretendemos entender por qué se aplican distintos tipos de etiquetas. Como destacamos antes, tienen que existir una dimensión histórica en toda concepción de la desviación.Leyes, delitos y penas.

Las leyes son normas elaboradas por los gobiernos que deben respetar los ciudadanos, y las sanciones formales las utilizan las autoridades contra aquellos que no se ajustan a ellas. Donde existen leyes, existen también delitos, ya que el delito puede definirse como cualquier modo de comportamiento que infringe una ley. La naturaleza del comportamiento considerado delictivo ha variado a lo largo de la historia, se destacan:

Los delitos en los tiempos preindustriales: En la Europa preindustrial los delitos mas graves, aquellos que recibían la máxima pena, eran de naturaleza religiosa o delitos contra la propiedad de los gobernantes o de la aristocracia. Actualmente dichas transgresiones o bien no son consideradas delitos o constituyen ofensas menores. La herejía, el sacrilegio, la blasfemia fueron durante mucho tiempo sancionables con la muerte. Cazar o pescar, talar árboles o coger frutas en tierras de Rey o de la aristocracia eran también ofensas capitales siempre que provinieses del vulgo.

Por el contrario, el asesinato de un plebeyo por otro, no se consideraba delito, el culpable a menudo expiaba su culpa con el pago de una cierta cantidad de dinero a los parientes, pero existía la ley del ojo por ojo -la venganza de sangre- , en Italia -parte del sur- ha sobrevivido ésta circunstancia hasta nuestros días.

Cambios en los tipos de penas: Antes del siglo XIX la cárcel rara vez era utilizada para castigar delitos. La mayoría de las ciudades -pequeñas ciudades- tenían una cárcel local, pero era muy pequeña y no podía albergar gran cantidad de prisioneros, solo se empleaban para enfriar borrachos y ocasionalmente se utilizaba para meter a gente en espera de juicio. En las grandes ciudades existían grandes centros en los que los internados eran criminales condenados que esperaban su ejecución. En estos centros, la disciplina carcelaria era inexistente, en ocasiones, los penados solo veían la luz antes de ser ejecutados. Los principales tipos de penas para el delito consistían en atar al preso a un tronco y azotarle, marcarle con un hierro candente o colgarle. Estos castigos se hacían en público, al que acudía mucha gente. También se ejecutaba ahorcando a los prisioneros.

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Prisiones e internados: Las modernas cárceles tienen su origen, no en las prisiones y calabozos de otras épocas, sino en las casas de trabajo (hospitales). Las casas de trabajo datan del siglo XVII en la mayoría de los países europeos, y se establecieron durante el periodo en el que el feudalismo estaba en decadencia y muchos agricultores no podían conseguir trabajo en el campo, por lo que se convertían en población errante. En éstas casas de trabajo se les daba comida, pero se les obligaba a pasar casi todo el día trabajando muy duro, sin embargo, éstas casas se convirtieron además en lugares en los que se internaba a otros grupos que nadie estaba preparado para ciudad, los enfermos, los ancianos y los retrasados mentales.

Durante el siglo XVIII, las prisiones, los internados y los hospitales, se fueron gradualmente diferenciando entre sí. El asesinato fue reconocido como el crimen mas grave, pues el derecho a la libertad individual se introdujo en el sistema político, y asesinar a alguien era atentan contra los derechos del individuo. Se castigaba con la cárcel porque se pensaba que ahí se aprendían los buenos hábitos de la disciplina y la conformidad, la idea de castigar a la gente en público fue desapareciendo progresivamente (durante el siglo XX casi todos los países abolieron la pena de muerte, excepto algunos estados de los Estados Unidos)

El comportamiento del loco se empezó a concebir como evidencia de un tipo de enfermedad, en concepto de enfermedad mental apareció por primera vez a finales del siglo XVIII. La locura se medicalizó -pasó a manos de profesionales médicos-. La demencia fue reconocida como un mal, como una variante del retraso mental o como una posesión de la mente por el demonio, y era algo que solo los médicos podían tratar. La gente antes podía ser trasladada a internados contra su propia voluntad, pero ahora era imprescindible el certificado médico.

El delito, a diferencia de la desviación, es la transgresión de la ley, hay muchos tipos y categorías de delitos, se habla de delincuencia juvenil para definir a la conducta delictiva de los jóvenes. El delito ha sido estudiado a lo largo del tiempo, y en sus orígenes, se lanzó una teoría en la que se exponía que los delincuentes tienen unos rasgos físicos y característicos que los diferenciaban de las demás personas (eran algo como simios). Ésta teoría tuvo éxito durante un tiempo, hasta principios del siglo XX, mas tarde Sheldom argumentó que la constitución corporal puede servir para predecir la predisposición al delito, éste probó que la probabilidad de delinquir era mayor entre las personas de constitución muscular y atlética. Mas tarde, Glueck dijo que los padres tratan a los hijos de constitución fuerte con menos mimo que a los que parecen mas débiles, de forma que los mas fuertes crecen con una menor predisposición a mostrar afecto por los demás. No obstante lo anterior, al día de hoy no existen conexiones entre la biología y la conducta desviada, ni correlaciones ni ninguna teoría que explique los factores biológicos tienen un impacto real en la conducta desviada.

Las penas: medidas que se imponen a delincuentes y que se establecen en los siguientes conceptos:

Las condenas: A lo largo de la historia de la humanidad, se ha defendido lanecesidad de las condenas por cuatro razones distintas:

El desquite: implica que la sociedad debe imponer a un delincuente un sufrimiento proporcional al que ocasionó el delito cometido. El desquite se basa en un principio de toda sociedad que tiene su origen en que existe un equilibrio moral que hay que mantener. Es la mas antigua justificación para el castigo y la condena.

La disuasión: se define como el intento de desincentivar el crimen a través del castigo. El castigo tiene un doble efecto disuasorio, disuade al que está tentado de delinquir si termina entendiendo que no merece la pena corres riesgos, y también incide sobre el resto de la sociedad, porque el castigo infligido a uno sirve de ejemplo para los demás.

La rehabilitación: Es el propósito de reformar al delincuente y evitar así la repetición del delito. Esta medida se tomó a partir del siglo XX, las condenas se llevan a cabo en cárceles y reformatorios. La

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diferencia con la disuasión está en que la rehabilitación se centra en la mejora constructiva de la conducta, y la otra en la amenaza de castigo.

Protección de la sociedad: Si la sociedad no puede o no quiere rehabilitar a los delincuentes, su encarcelamiento, por lo menos, protege a la sociedad de nuevos crímenes.

• 8º.- Delincuencia y estructura social. (incompleto)• 9º.- Delitos sin víctimas.

Los llamados delitos sin víctimas son actividades en las que los individuos participan mas o menos libremente sin dañar a otros directamente, pero que se definen como ilegales (como tomar narcóticos, prostitución o diversos tipos de juegos). El término “delito sin víctimas” no es del todo preciso, porque aquellos que, por ejemplo se convierten en drogadictos o jugadores, en cierto sentido se hacen víctimas de un sistema del crimen organizado. Sin embargo, ya que cualquiera que sea el daño que se produce recae sobre ellos mismos, muchos sostienen que no es tarea del gobierno intervenir en tales actividades, y que estos hábitos deberían descriminalizarse.

Algunos autores proponen que ninguna actividad en la que los individuos satisfacen su voluntad debería ser ilegal (siempre que coarten la libertad de otros o les dañen). La posición contraria aduce que el gobierno debe desempeñar el papel de guardián moral de la población sometida a su administración y que, por tanto, está justificado definir al menos algunos de estos tipos de actividad como delictivos. Curiosamente, éste argumento lo sostienen a menudo los conservadores, quienes, en otras cuestiones enfatizan la libertad del individuo frente a la intervención del estado. Sin duda alguna, el tema es muy complicado.

Desviación y enfermedad mental.

El etiquetaje y la salud mental

Una mujer que cree que Jesús la acompaña en el autobús todos los días cuando va al trabajo ¿está mentalmente enferma o está simplemente expresando su fe religiosa de una forma particularmente gráfica? Si un hombre, para consternación de su familia, decide no ducharse nunca, ¿está loco o sólo se comporta de forma poco convencio¬nal? Un vagabundo que no permite a la policía que le lle¬ven a una residencia pública en una noche de invierno, ¿es un enfermo mental o está simplemente tratando de proteger su independencia?

El psiquiatra Thomas Szasz cree que en la vida cotidia¬na empleamos el término «locura» para describir lo que no es nada más que una conducta diferente. Por tanto, según este psiquiatra, deberíamos abandonar el concepto de «enfermedad mental» (1961, 1970, 1994, 1995). La enfer¬medad, de acuerdo con Szasz, es siempre física, y afecta sólo al cuerpo. La enfermedad mental es sólo un mito. El mundo está lleno de personas «diferentes» que, cierta¬mente, nos pueden irritar, pero esto no es razón suficiente para catalogarlas como enfermas mentales. El que así lo hace, dice Szasz, no hace más que aplicar unos criterios de clasificación que, al fin y al cabo, son los criterios que los sectores dominantes de la sociedad consiguen imponer a los demás. Por decirlo de otra forma, loco es todo aquel que cuestiona las costumbres o valores de una sociedad, de los que depende el bienestar de los privilegiados.

Por supuesto, las ideas de Szasz son demasiado radica¬les para la mayoría de los psiquiatras que sí opinan que al igual que hay enfermedades somáticas hay también en¬fermedades mentales. Aun así, muchos psiquiatras pien¬san que, efectivamente, es necesario precisar dónde está la diferencia entre la enfermedad mental y lo que no es más que una conducta diferente a fin de evitar que la psi¬quiatría (como ya hizo en el pasado) se ponga al servicio de los sectores dominantes de la sociedad. Después de todo, muchos de nosotros hemos pasado por periodos de ansiedad, estrés, irritabilidad o inestabilidad mental en algún momento de nuestras vidas. La mayoría de estos episodios suelen ser pasajeros, pero si los demás (o noso¬tros mismos con relación a

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terceros) empiezan a adjeti¬varnos y clasificarnos, podemos empezar a bajar por la pendiente de la estigmatización, de la que no es nada fácil salir (Scheff, 1994).

La medicalización de la desviación

La teoría del etiquetaje, y en particular las ideas de Szasz y Goffman, contribuyen a explicar los cambios que han tenido lugar en el modo de entender la desviación. En los últimos cincuenta años, y debido a la influencia cada mayor que está cobrando la medicina y la psiquiatría, teniendo lugar lo que se llama la medicalización d desviación, que consiste en la interpretación de cuestiones ajenas a la medicina (como la moral o las leyes clave médica o psiquiátrica.

En esencia, la medicalización consiste en la sustitución de un conjunto de etiquetas por otro. En términos morales, evaluamos a las personas o su comportamiento como «bueno» o «malo». Sin embargo, usando la pretendida objetividad científica de la medicina moderna he sustituido estas etiquetas por los diagnósticos clínico «sano» o «enfermo».

Por ejemplo, hasta la mitad del siglo xx se juzga los alcohólicos corno personas débiles y moralmente deficientes, fácilmente tentados por el placer de be Lentamente, sin embargo, los especialistas médicos redefinido el alcoholismo, hasta tal punto que en nuestros días la mayor parte de la gente lo considera una enfermedad. De modo similar, otros comportamientos que solían verse en términos estrictamente morales, como la obesidad, la adicción al juego, o la promiscuidad tienden a definirse en la actualidad como enfermedades, de que, quizá, aquellos que exhiben estas conductas pueden protegerse mejor contra el rechazo social y obtener a especializada.

Una meta de la sociología de la desviación es traer a la realidad suposiciones comunes sobre lo que es el comportamiento normal, racional y aceptable, y el que no lo es.

¿Qué es la desviación? Se considera desviación a la violación de las reglas sociales. Ocurre cuando alguien quebranta los valores y normas de una sociedad o grupo. El comportamiento no convencional o atípico no es necesariamente una desviación social. Por ejemplo, un vegetariano dentro de nuestra condición de especie omnívora no es considerado un desviado. Algunos casos de desviación son condenados fuertemente (p.e. en las prisiones los abusadores de niños pueden ser aislados de otros presos por su propia seguridad) y hay otras desviaciones que apenas son percibidas (“mentiras blancas”).

Desde una perspectiva absolutista, la desviación queda en el propio acto que puede verse como una violación a la ley natural o los mandamientos de Dios. Bajo esta perspectiva puede que se justifiquen actos antisociales en pos de la protección de lo valores de Dios o la naturaleza, como quemar una clínica de abortos o liberar los animales de un laboratorio privado.

Como individuos los sociólogos pueden juzgar conductas de buenas o malas, pero como investigadores deben solo atenerse a describir y explicar patrones de comportamientos desviados.

Definición social de desviación: Las personas distinguen entre dos amplias categorías de comportamiento: la buena y deseable y la mala e indeseable. El comportamiento se ve como desviado cuando las personas se alarman, se enojan, se sienten ultrajadas o amenazadas por violaciones a lo que ellos consideran correcto y apropiado. Por lo tanto, lo desviado o no desviado es muy variable dependiendo de la cultura y el grupo social que califique, además del periodo histórico en que nos encontremos.

Cambio histórico: una breve historia de la bebida en Estados Unidos. En resumen, por algo así como 5 páginas, el texto relata la historia del alcohol en EE.UU. Esta

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bebida a medida que va pasando los años para la nación va cambiando de considerarse normal y saludable, a prohibida, insana, relacionarla con delitos, volverse “high” cuando se trata de cócteles y cosas así. En otras palabras ejemplifica que el concepto de desviado cambia según las ideas predominantes en el contexto sociocultural de un país o nación.Dónde, cuándo y con quién beber en la universidad. El concepto social de la desviación depende también del contexto, la situación y los participantes. Las universidades tienden a ser divididas en dos subculturas: una hace énfasis en la responsabilidad personal y social, mientras que la otra idealiza estar fuera de control; una define la embriaguez como desvío mientras la otra ve la abstinencia como una desviación. Si la embriaguez es vista como un comportamiento desviado también depende del actor, el público y la situación. Por ejemplo en nuestra sociedad es mejor visto que un hombre este ebrio a que una mujer este ebria (actor), un profesor con copas de más será mejor visto dentro de su grupo de pares que “carretiando” con sus alumnos (el público) y será mejor visto beber en compañía que solo (la situación).

El punto importante aquí es que la desviación es el resultado de la interacción social entre las personas que no aceptan o acatan las normas de su grupo o sociedad, pero tiene sus propias definiciones de lo que es normal y aceptable, y las personas ven determinado comportamiento como inmoral, peligroso, repugnante o simplemente “nada bueno”.

Desviación y control social. El control social se refiere a cualquier tipo de esfuerzo por prevenir y/o corregir el comportamiento desviado. El instrumento más poderoso del control social es la socialización. En el sentido ideal, la socialización coerciona a las personas para hacer lo que se supone deben hacer. Sin embargo, la socialización no es perfecta y necesita de otros instrumentos para lograr el control: las sanciones. Las sanciones son premios por comportamientos admitidos y castigos por comportamiento desviado.

Es necesario distinguir entre control social informal control social informal y control social formal. Los controles sociales informales son presiones extraoficiales para conformar las normas y valores sociales. Son tejidos de manera hermética en la vida cotidiana y no se perciben de manera consciente (sonrisas, miradas de desprecio, etc.). El chisme es una de las formas más familiares y penetrantes del control social informal porque, como señalan los interaccionistas simbólicos, una violación de las reglas sociales avergüenza a las personas que den testimonio del error, así como al individuo que lo comete.

En grupos primarios pequeños y sociedades tradicionales, los controles sociales informales pueden ser suficientes pero en grupos sociales secundarios y complejos, se necesitan mecanismos más formales para controlar. Los controles sociales formales son mecanismos públicos institucionalizados y codificados para prevenir o corregir el comportamiento desviado. Por ejemplo, la policía, las cortes y prisiones son responsables de hacer cumplir la ley mediante aprehensiones y castigos a los delincuentes. En actualidad las formas más fuertes de control social es marcar el comportamiento de la gente que está comprometida en las “desviaciones”.

Una pregunta que inquieta a los sociólogos es qué es lo que hace que personas consideradas “respetables” participen de conductas desviadas.

Perspectiva clasificada: creación de extraños. Para entender y explicar la dinámica social de desviación muchos sociologos usan una perspectiva clasificada. Como una manera de evitar las definiciones absolutistas de desvío, las perspectiva clasificada se enfoca en el proceso de interacción entre quienes hacen y dan fuerza a las reglas y los

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que se identifican por romper las reglas. Según esta definición, las desviación y el control social son los lados opuestos de la misma moneda: uno no podría existir sin el otro.

“Los grupos sociales crean la desviación al hacer las reglas cuya infracción constituye una desviación, y aplicando esas reglas a gente particular y clasicandolos como extraños. Desde este punto de vista, la desviación no es una calidad del acto que las persona comete, sino una consecuencia de la aplicación de reglas y sanciones a un “ofensor”. El desviado es a quien se ha aplicado es etiqueta con éxito; el comportamiento desviado es comportamiento que la gente clasifica” (Becker, 1963).

De acuerdo con esta idea, ningún comportamiento es desviado en sí mismo.

¿Quién crea las reglas? Antes que un acto pueda clasificarse como desviado y la gente que lo realiza como extraños, debe haber una regla contra eso. La creación de normas requiere acción social; lo mismo para su entrada en vigor a menos que exista consenso en ello. Becker (1963) usó el término empresario moral para describir a las personas (o grupos) que tienen como objetivo señalar las ofensas y que los delincuentes sean tratados como tales.

Consecuencias de la clasificación. Los sociólogos distinguen entre desviación primaria, es decir la violación inicial de una regla social, y desviación secundaria, que es la desviación como resultado de las reacciones de otras personas a las violaciones iniciales. El ejemplo clásico de desviación secundaria es el usuario de droga (desviación primaria), que se vuelve delincuente (desviación secundaria) para mantener su hábito.

Una etiqueta de desvío puede crear un estatus maestro, es decir, uno que sobrepasa a los otros. Por ejemplo, un adolescente muy feliz, que se ríe de cualquier cosa y anda siempre de bueno humor será visto como un chico alegre, pero si se descubre que en ocasiones fuma hierba, toda su conducta se atribuirá a la droga. Erick Goode (1984) identificó seis elementos de estereotipo de desviación, que se basan en suposiciones de las personas sobre la desviación e individuos que consideran desviados. El primero es la exageración: las personas convencionales enfocan en forma extrema el comportamiento desviado y asumen que esto es típico de todos los individuos que encajan en esta categoría. El segundo elemento es el centralismo: las personas tienden a asumir que el desvío juega un parte central en la vida del individuo y consume la mayoría de sus horas despierto y domina sus pensamientos. El tercer elemento es la persistencia: las personas por lo regular asumen que “una vez desviado, siempre desviado”. El cuarto elemento es la dicotomía: se es desviado o no se es desviado, pero no hay términos intermedios. El quinto elemento es la homogeneidad: todos los drogadictos son iguales, por ejemplo. El último elemento es el agrupamiento: la gente considera que el desvío es un “acuerdo global”, o sea un desviado presentará prejuicios como que un drogadicto debe ser también ladrón y violador.

Estos estereotipos contribuyen al aislamiento del desviado y a que éste llegue a desarrollar una“identidad desviada”. Esto puede dificultar la reinserción de personas rehabilitadas y es interesante que no se hace la misma distinción con las personas que consumen drogas legales, que pueden llegar a ser igual o más fuerte que las ilegales.

Goffman señalo que “una respuesta ante este destino [de ser clasificado desviado] es abrazarlo”; un individuo que ha sido clasificado puede ser empujado en una carrera desviada, a un estilo de vida que incluye desvío habitual o permanente; lo cual puede

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llevarlo a la subcultura del desvió, un grupo distinto de otros miembros de la sociedad debido a sus normas, valores y estilos de vida desviados. La misma segregación en una subcultura desviada es una reacción lógica de protección contra la humillación y el ostracismo. Algunos casos de violaciones de reglas no son descubiertos ni clasificados como desviados. Aun cuando lo son, muchas personas eluden la clasificación de desvío mediante el proceso de neutralización: personas que racionalizan (dan excusas) su comportamiento desviado de manera que liberan sus sentimientos de culpa y dan un giro a las expresiones de desaprobación de otras personas. Hay cinco técnicas de neutralización: a) rechazo a la responsabilidad; b) rechaza de la victima, si hay una; c) rechazo de la lesión; d) condenación de los acusadores; y e) apelación a lealtad mayor (lo hice por mi amigo, no por mi).

Una evaluación: La teoría de la clasificación quita la atención de los individuos que violan reglas sociales y se enfoca en la dinámica social de la desviación y los procesos para definir la desviación e identificar y excluir a aquellos clasificados como desviados. Pero las fuerzas de la teoría son también sus debilidades. Primero, esta teoría implica que la definición social de desviación es arbitraria, la definición de desvío puede ser arbitraria en el sentido de que alguna gente impone su definición de comportamiento normal a los demás.

Teorías de la desviación.

Teoría psicológica y biológica. En el siglo XIX los desviados eran vistos como pecadores que habían sucumbido a la tentación o, en extremos, dominados por malos espíritus. Con Darwin y su teoría de la evolución sugirió que el desvío y otras conductas criminales eran heredables. A principio del siglo XX influidos por Freud y la sociología el centro de atención dejó de ser el biologisismo simple para atribuir conductas desviadas al ambiente individual y la experiencia temprana. Actualmente son las teorías integrativas del biologicismo, la psicología y la sociología las más aceptadas.

Desviación y anomia. Emilie Durkheim, un pionero en la sociología del desvío, relacionó la desviación a una avería en el orden social. Este autor señala que las altas tasas de desviación son el resultado de la anomia, una condición de “anormalidad” o pérdida de las reglas sociales aceptadas dentro de una sociedad. Cuando la anomia se impone, los deseos humanos enloquecen. Durkheim creyó que había demasiadas inconsistencias y ambigüedades en las sociedades modernas. En las sociedades tradicionales la gente “sabe su lugar” en el orden social y puede esperar vivir como sus padres lo hicieron. Sus vidas son predecibles; saben qué esperar de los otros y qué esperan los otros de ellos. En periodos de cambio social las viejas reglas no se aplican más; la gente tiene que encontrar su propio camino, el futuro es imprevisible. Sin reglas sociales claras, venerables y regulaciones la gente pierde el control y actúa cada quien a su antojo.

Teoría del control. Según Hirshi entre más unidas estén las personas a la familia, amigos y vecinos, más involucrados están en actividades socialmente aceptadas, y más fuertes es sui creencia en las oportunidades legitimas y por tanto es más probable de aceptarlas. Pocas o débiles ataduras, bajos niveles de compromiso e involucramiento, y falta de oportunidad o la creencia de que la conformidad no será premiada promueven del desvío. Hirshi identificó cuatro controle de desviación juvenil: 1. la unión con los padres; 2. una segunda fuente de control en la escuela; 3) el grupo de compañeros; 4) aspiración a metas convencionales, principalmente escuela y trabajo. En estudios más recientes Hirshi se ha enfocado en el autodominio, es decir, disposición para diferir gratificación, perseverancia, paciencia, planeación y

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sensibilidad a otros. Un inadecuado control parental llevará a un inadecuado autodominio.

La crítica principal a esta teoría es que está incompleta porque explica comportamientos desviados en clases sociales de riesgo, pero no da explicaciones para el comportamiento desviado en grupos de sueldo acomodado y familias estables. La segunda crítica es que la teoría de control asume que la relación entre las ataduras sociales y la desviación es una calle de un solo sentido.

No considera que la desviación sea una causa, no una consecuencia. En algunos casos la desviación es producto de influencias reciprocas.

Desviación estructural de la sociedad: Esta teoría, contraria a Durkheim, plantea que los deseos son creados por el sistema sociocultural, y por lo tanto los desvíos también. Cada cultura tiene sus propias nociones acerca de las metas que valen la pena perseguir en la vida; también cada cultura prescribe medios legítimos de funcionamiento hacia esas metas. Merton describió cinco posibles contestaciones a un huevo entre las metas culturales prescritas y las oportunidades sociales estructuradas: 1. los conformistas aceptan la sociedad tal cual es aunque no sea beneficiosa para ellos; 2. los innovadores se determinan por lograr metas convencionales, no obstante están dispuestos a usa medios originales o atajos para alcanzarlas; 3. los ritualistas opuestos a los innovadores son compulsivos en seguir las reglas, ellos pierden de vista las metas; 4. los retraídos perdieron el interés en las metas y los medios aceptables para lograrlos; 5. los rebeldes rechazan los valores y normas de la sociedad, sustituyen las nuevas metas y los nuevos valores para lograrlos. Innovadores, retraídos y rebeldes son los más propensos a tener comportamientos desviados.

El punto importante de Merton es que la desviación es producto del sistema social y no de la individualidad. Cloward y Ohlin aportan a la teoría de Merton el concepto de oportunidades ilegitimas (algo así como “la oportunidad hace al ladrón”). Cloward y Ohlin señalan que las oportunidades ilegitimas para el éxito pueden ser distribuidas en toda la sociedad de manera irregular como las oportunidades legitimas.

Transmisión cultural. Otro reto para la teoría de la desviación y la anomia es la teoría de la transmisión cultural. Esta idea está basada en la observación de que alguna gente que la sociedad considera como desviada es de hecho conformista en su mundo social. La teoría de la transmisión cultural percibe la desviación como el resultado de la socialización a una subcultura que aplaude actitudes y comportamientos que la corriente principal rechaza. De acuerdo con Sutherland, los individuos se vuelven delincuentes o criminales debido a la asociación diferencial. Sutherland creyó que en la “educación” del delincuente, adquirir actitudes que apoyan las actividades delictivas es tan importante como aprender las técnicas para cometer un delito. Los individuos adquieren actitudes de la gente con la que se asocian. La mayor falta de esta teoría es que no explica como surgen las subculturas, pregunta a la que la teoría del conflicto da respuesta.

Teoría del conflicto. Esta teoría deriva de las teorías de Marx. Él percibió el delito como derivado de la división de la sociedad capitalista en dos clases separadas y desiguales: capitalistas y proletariado. En otras palabras, los pobres delinquen para obtener lo que les es negado, expresar descontento y frustración; los ricos delinquen para mantener su estatus y privilegios pero con el poder de que sus acciones no sean calificadas de delitos o desvíos. De esta manera, ésta teoría no se enfoca en quienes hacen las reglas, sino en quienes hacen las reglas. Según este modelo, la definición de desviación depende de la clase gobernante.

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Guisfield acuño el término cruzada simbólica para denominar el esfuerzo de los miembros de una clase social o grupo étnico por conservar, defender o enaltecer su posición respecto a otro grupo de su sociedad.

En resumen, los sociólogos enfocan los patrones de desvío en el entorno social en lugar de casos individuales. Pero no minimiza el impacto de los factores individuales, psicológicos y biológicos e intentan identificar los “hechos sociales” de desviación. También buscan determinar las circunstancias bajo las que ciertos actos –y actores sociales- son clasificados y tratados como desviados.

Delitos y sistema de justicia.

Un delito es la violación de una norma que ha sido codificada en una ley y es respaldada por el poder y la autoridad del Estado. Aunque la desviación y el delito se relacionan, no son lo mismo. La desviación puede ser entonces delictiva o no delictiva. La diferencia más significativa entre las dos es que la desviación delictiva puede producir sanciones oficiales formales, como el arresto y el encarcelamiento.

Además la ley distingue entre dos grandes categorías de actividades ilegales: la violaciones del derecho penal y las violaciones del derecho civil.

Tipos de delito. Cinco tipos principales: 1. delito violento y de propiedad (delito común); 2. delito de “cuello blanco”; 3. delito corporativo; 4. delito organizado; 5. delitos sin víctimas.

Delito común. Los delitos violentos –asesinato, violación, robo y asalto- se caracterizan por la confrontación directa entre criminal y víctima. En algunos casos, la víctima de delito común n es una persona sino varias. Lo que se llama el “delito al estilo de vida” está más extendido, y es más costoso de lo que la mayoría de las personas piensa (grabación ilícita de películas, uso fraudulento de tarjetas de crédito, etc.). Delito de cuello blanco. Se refiere a las violaciones de la ley cometidas por gente de clase media y alta en el curso de sus negocios y actividades sociales. Los delitos en esta categoría van desde robar sujetapapeles de la oficina hasta estafas millonarias. Los delincuentes de cuellos blanco usan mentiras, falsedades y el engaño para convencer a sus víctimas de compartir su dinero o propiedad. Al contrario de los delincuentes comunes, los de cuello blanco usa “la tecnología social” para volverse personas informadas en organizaciones con oportunidades de fraude. Ya sea como empleados asalariados o funcionarios públicos, los delincuentes de cuello blanco ocupan puestos de confianza: tienen la autoridad para tomar decisiones, manejar y gastar el dinero de otras personas. Su mal de recursos o poder es una violación de esa confianza y debilitan la fe público en una economía libre y sus líderes comerciales, en la democracia y los líderes políticos y en la moralidad pública. El delincuente de cuello blanco puede evitar ser públicamente calificado como ladrón, criminal o estafador.

Delito corporativo. Las corporaciones también pueden ser culpables de delitos como la publicidad falsa, precio modificado, violación de reglamentos de seguridad para empleados o consumidores, etc. En contraste con el delito de cuello blanco que consiste en delitos contra la corporación, éste delito lo realiza la misma corporación, en nombre de la empresa. Así, en vez de ser un acto individual, es el resultado de una acción colectiva. Muchos delitos corporativos son manejados por agencias reguladoras, no por las cortes (como el SERNAC en Chile). Las agencias reguladoras son responsables de encontrar el equilibrio entre la salud pública, seguridad y crecimiento

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económico, lo cual no es tarea fácil. Las agencias gubernamentales y grupos no lucrativos también pueden cometer delitos organizacionales.

Delito Organizado. Tiene que ver con organizaciones lucrativas de bienes y servicios ilegales. Los grupos de delito organizado se especializan en tres tipos de actividades. El primero y más obvio es la venta de bienes y servicios prohibidos, como al droga y la prostitución. En este caso, el delito organizado obtiene ganancias de la ambivalencia moral de la sociedad. El segundo tipo es el delito organizado que proporciona bienes y servicios en formas y lugares donde los negocios legítimos no trabajarían (usura, venta de armas, etc.). La tercera área en la que el delito organizado hace negocio –quizás la mayoría de su negocio- es proporcionar bienes y servicios legales por medios ilegales.

Delitos sin víctimas/ víctimas sin delito. Edwin Schur acuño el término delitos sin victimas para describir actividades que han sido declaradas ilegales porque ofenden la moral pública, no porque causen perjuicio directo a alguien. Para los que apoyan la despenalización del comportamiento personal sostienen que para el gobierno legislar la moralidad es una abuso de poder y, en muchos casos, una violación a los derechos individuales y privados (sobre todo actos sexuales) y el derecho al libre discurso (en el caso de la pornografía).

Los sociólogos Rober Meier y Gilbert Geis señalaron que quienes estudian los delitos sin víctimas han ignorado una segunda categoría relacionada con el delito, victimas sin delito. Este es el caso de alguien que se contagia de SIDA o de gente que resulta herida o muerta por minas antipersonales olvidadas de alguna guerra, por ejemplo.

Delitos en USA. Estados Unidos es uno de los países más violentos del mundo, la socióloga Rosematy Gartner hizo un estudio transcultural durante 30 años para definir patrones que inciden en el homicidio. Encontró lo siguiente:

1. Tensión económica: medida en términos de distribución de ingreso desigual o inadecuado.

2. Desintegración social: medida en términos de tasas de divorcio y diversidad cultural que pueden debilitar los lazos de grupo y llevar a la fricción intergrupal.

3. Demografía: el porcentaje de adolescentes y jóvenes en una población (los grupos de edad con la tasa más alta de delito), y el porcentaje de casas con mujeres que trabajan.

4. El contexto cultural: en especial la existencia de violencia aceptada oficialmente, como la guerra o ejecuciones de Estado.

¿Justicia igual para todos? Solo un pequeño número del total de delitos son castigados. Esto funciona como un embudo donde cada una de las partes va disminuyendo el número de delitos juzgados. El proceso de selección empieza con ciudadanos ordinarios; como se anotó anteriormente solo un tercio de los delitos reales cometidos se reportan a las autoridades. El procesos continua con la policía.

La policía. La policía se involucra en el control social cuando presencia un delito, cuando descubre un delito en el curso de la investigación de otro, o cuando un ciudadano registra una queja. En teoría, la policía tiene la responsabilidad de investigar todos los delitos que llegan para su atención y para arrestar e interrogar a los sospechosos. En la práctica, son selectivos sobre los delitos que investigan, a quién arrestan y qué testimonio dan a la corte. Por ejemplo, en años recientes, los cargos de discrimación racial y brutalidad policíaca hacia las minorías han aumentado.

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Las cortes. Las cortes se relacionan con el control social cuando la policía hace un arrestro. Las cortes tienen la responsabilidad de levantar cargos a los sospechosos, llevarlos a juicio y determinar las penas para quienes son declarados culpables. Como representante del Estado, es el fiscal el que decide si se lleva a juicio el caso y bajo qué cargos. En algunos casos, se eliminan los argos porque el fiscal considera que las evidencias son insuficientes. En muchos otros, el demandado renuncia a su derecho a juicio y está de acuerdo en declararse culpable a cambio de menores cargos o la promesa de clemencia, esto es conocido como alegato de negociación. El proceso de selección continua en la sala del tribunal.

Las prisiones. Alfred Blumstein y otros criminólogos piensan que este aumento de la población en las prisiones puede traer consecuencias negativas. Cuando números tan grandes de personas (muchos de los mismos barrios) son arrestadas y van a prisión, pueden perder algo de su estigma. Además encarcelar números tan grandes de jóvenes quebranta a las familias y comunidades, por una poarte, y por la otra fortalece las conexiones entre grupos delictivos en prisión y los de la calle.

Rehabilitación. El enfoque de rehabilitación de delincuentes considera que en algún sentido, la sociedad promovió actividades delictivas al tener altas tasas de desempleo, aumento de la pobreza y deterioro en los sistemas escolares y los barrios, sobre todo en los guetos citadinos. Las proporciones altas de reincidencia indican que pocos prisioneros fueron rehabilitados. Varios sociólogos han defendido que la reclusión hace más para promover que para prevenir el delito. Por otro lado, debido a la clasificación de “ex convicto”, una persona puede tener dificultad para encontrar trabajo legitimo después de que él o ella salen (lo que provoca una desviación secundaria)

Pena capital: Aquí el textos dice puras weas irrelevantes como que la raza o la etnia afecta el grado de la pena y que no es efectiva para disuadir los delitos, no por que existe la amenaza de morir por delinquir, los delito disminuyen. El argumento principal contra la pena de muerte es el hecho de que se puedan juzgar inocentes. Y una de las justificaciones que da la gente sería la del “ojo por ojo… vida por vida”.