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Revista GRatuita CirCula los domingos Con el diario Ciudad CCs búsCala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jaCinto, edif. gradillas “C”, piso 1, al lado de la taquilla úniCa de serviCios muniCipales

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014, 2015 y 2017.Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.

02 — (Anti) perfilLuisa Ortega Díaz

05 — el MenJUrJe Mancheta y demás

07 — reconstitUyÉndonos Pulse el botón y hable

10 — cArAcAs, Monte y cUleBrACasi tuvimos otra historia

14 — MirAdAs La búsqueda del horizonte es perpetua

24 — lA VidA es JUeGo Prodigio femenino

20 — GAstronoMíAPichones de sibarita

06 — Mitos La soledad eterna de Juanita

12 — MúsicA Tengo un vinil clavado en la cabeza

19 — liBreMente¡Más espiritual serás tú!

21 — entreVistAOmar Cruz

26 — poesíAo nAdA

27 — crUcicUltUrACrucigrama

28 — el rUMor de lAs BolAs

conseJo editoriAlJorge Rodríguez GómezFelipe SaldiviaGustavo Borges Revilla

directorAMercedes Chacín

editor Jefe (e)Gustavo Mérida

directorA de ArteEdarlys Rodríguez

coordinAdor de fotoGrAfíA (e)Michael Mata

coordinAdorA 2.0Yanira Albornoz

WeB y redesEnyelis GonzálezRamón Pérez

redAcciónNathali Gómez MoscosoAnder De TejadaMarlon ZambranoMalú Rengifo

diseñoArturo GonnellaTatun Gois

fotoGrAfíAHenrietta Saltes ZamoraEnrique Hernández

correctorRodolfo Castillo

loGísticAIdania BracamonteDaniela FernándezEdi Cordero

colABorAn en estA ediciónClodovaldo Hernández, José Roberto Duque, Humberto Márquez, Miguel Posani, Pedro Delgado, Anabel Fajardo, Gerardo Blanco, José Luis Rojas Rausseo, Indira Carpio, L. “Razor” Balza, Jessica Mena y Henry Rojas. Archivo Ciudad CCS.Ilustraciones de portada y contraportada: Omar Cruz

iMpresión Complejo Editorial Alfredo ManeiroImprenta Nacional.

www.epaleccs.info [email protected]

@epaleccs @epaleccs Épale CCS

Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribución: 0212-8085843

Depósito Legal: pp201202dc4166

Una publicación de la

11 — Boleros qUe cUrAn el AlMA“Cenizas”

25 — MinicrónicAs Más cronista serás tú

(anti) PERFiL02

POR josé RobERto duquE•@jRObeRtOduque ⁄ ILuStRACIóN josé Luis Rojas RaussEo

¿Por qué, Luisa ortega, y mediante qué artes insondabLes, acePtaste no soLo abandonar eL equiPo sino Ponerte a

jugar Para eL contrario?

Ya casi todo se dijo sobre Luisa Ortega Díaz, a favor y en contra. Tal vez permanezca intacto un misterio blandito de masticar: de cómo, en pleno partido, un jugador decide meter goles en su propia por-tería, y la parte de las tribunas que hace un minuto lo vitoreaban ahora lo maldicen, y viceversa. ¿Se reconoce en esta reflexión que la ex fiscal general estaba jugando para el chavismo y, de pronto, se pasó a la oposición? Léase como mejor parezca, pero reconózcase que hace unos meses la doña parecía tener claro que una de las ta-reas pendientes de la humanidad es impedir la llegada del fascismo al poder en cualquier parte del mundo, y Luisa estaba abriéndole puertas a esa enfermedad en la Venezuela revolucionaria. ¿Que lo hizo por defender el legado de Chávez? Pasemos la página: esta no es la sección de explicar los chistes obvios.

Aquello, respecto al misterio fácil. Ahora, misterio, lo que se llama misterio de verdad, viene a ser esos momentos oscuros de la vida de una persona, en el que el resto de los mortales no lograremos meternos jamás: cómo y en qué momento fue que empezó el cam-bio de señas, cuándo comenzó el ánimo a resquebrajarse, quién fue el grupo o sujeto que te dio el ultimátum palmario y decisivo; cómo, cuándo y por qué tu esposo se convirtió en agente, estimu-lador, cómplice o compañero de la rendición, el salto y la huida; a cuenta de qué, un buen día (24 de marzo), le anuncias al país y al mundo que han quedado establecidas las responsabilidades de tanto crimen de lesa humanidad cometidos entre 1958 y 1998 y, de pronto, una semana después (el 31), vienes y te cambias de equipo, comienzas a jugar abiertamente a favor de esos asesinos en esas cuatro décadas y sus herederos.

Claro que hay razones, motivos y explicaciones. Tiene que haber-los, y en el caso de Luisa los más populares en el juego de las con-jeturas y explicaciones vienen a ser el miedo y los dólares: quienes

no dicen que Luisa se volteó por miedo a que el antichavismo le cobrara “su complicidad con la dictadura” (así, con ese lenguaje propio de los chantajistas del mundillo proempresarial), aseguran que lo hizo porque le llenaron las cuentas con varias cifras. Están también los que sostienen que Luisa era chavista el 24 de marzo y, de repente, amaneció antichavista el 31, así porque sí; porque reflexionó y entró en conciencia y dijo: “No, primo, a partir de hoy voy a enfrentar a este gobierno, tan feo, que le hace la vida imposi-ble a los tipos que persiguieron y vejaron a mi papá”. No señor, así no se vale; estáfame de otra manera, pero así no.

Pero el dato instrumental, procedimental del salto de talanquera se encuentra en esos episodios íntimos o clandestinos que, proba-blemente, nunca saldrán a la luz pública, a menos que la protago-nista decida un día difundir sus verdades paso a paso, momento a momento. ¿Cómo te hablaron en la conversación o llamada final y concluyente? ¿Te mostraron la paca de dólares que podrías dis-frutar tan pronto dijeras públicamente lo que tenías que decir? ¿Te describieron las cosas que iban a hacerte en la cárcel? ¿Te extor-sionaron emocionalmente, por ejemplo, con el cuento de que por tu culpa o bajo tu responsabilidad la jueza María Afiuni pasó por cosas horrendas, reales o ficticias, en la cárcel de mujeres? ¿Qué tan duras, intensas o profundas fueron las conversas de alcoba con el diputado Ferrer? ¿Fue él quien comenzó a hacer el trabajo del minado anímico o fue Luisa quien puso al otro en la disyuntiva del “o me sigues o me dejas”?

Esa historia menuda de la Luisa Ortega saltarina está llena de ese tipo de blackouts informativos, y cualquiera puede alegar que todo el mundo tiene derecho a hacer cosas íntimas de las que no tiene por qué enterarse más nadie. Pero están esos otros datos interesan-tísimos, que si hubiera periodismo de investigación en Venezuela

Luisa Ortega DíazHistoRia ocuLta y saLtaRina

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Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. éPaLE ccsCaracas, 3 de septiembre de 2017.

podrían originar historias para la Historia. Fijémonos, por ejem-plo, en la titulación de esta nota publicada en el portal Prodavinci. Dice el título:

“Luisa Ortega Díaz escapa de Venezuela en lancha”.

Y dice el subtítulo:

“Fuentes confirmaron a Univision Noticias que Luisa Ortega Díaz llegó este viernes por la tarde al aeropuerto El Dorado, en Bogotá, en un vuelo privado”.

Sale en lancha y llega en avión.

No, esto no es un juicio a la forma de titular notas periodísticas: es una demostración de los saltos y piruetas —incluidos los blac-kouts— de los que está llena la vida de Luisa Ortega Díaz. Un ama de casa que, por esas cosas de la vida, se puso a estudiar Derecho, se convirtió en Fiscal General y en figura pública y, de pronto, apa-rece aquí y allá descargándose a quienes hace unos días acariciaba, o casi.

PREsión PatRiaEs verdad que la exfiscal, como cualquier otra persona, tiene derecho a aterrorizarse ante una dura amenaza o de sentirse débil y seducida a la hora de la oferta de centavos y otros paraísos. Lo que sí sigue siendo difícil de imaginar es la sobrevida de una señora al lado de los señores y organizaciones a los que enfrentó y encarceló poco tiempo atrás. Apenas llegada a Colombia el pre-sidente Santos informó que Luisa era protegida de su gobierno. Pero sucede que Santos va a dejar de ser presidente algún día. Y sucede también que en los Miamis —y otros reductos fachos— no va a ser muy bien vista ni recibida la mujer que, solo por presión interna o externa, dio la espalda a su patria.

Patria: la tierra del padre. El padre de Luisa, ese emblema comu-nista del siglo XX venezolano, tuvo que haberle inculcado mejores modos de defensa y resistencia en contra de los ataques propios de esta guerra, tan distinta y tan parecida a la guerra de siempre con-tra los propietarios del mundo. Cuando en 2014 “su” fiscal Franklin Nieves propuso y logró una ejemplar condena contra Leopoldo López, por haber mandado a generar destrucción y muerte en las calles a sus acólitos, la imagen de firmeza que consiguió forjarse la mujer no fue normal. Pocos meses después Nieves huyó despavori-do a Miami (cosa rara: el lugar donde más lo odiaban en el mundo) y Luisa Ortega se quedó. Muda, pero se quedó. Uno se la imagi-naba entonces sonriendo amargamente por la falta de ovarios del

Franklin ese, tan debilucho y regalado. Hace rato todos sabemos que la valentía no reside en los testículos sino en los ovarios.

Por cierto, Franklin Nieves se llevó para el Norte un mamotreto contentivo de pruebas e indicios de algunas presuntas jugadas ma-lucas de Luisa Ortega en contra de los próceres del antichavismo. Semejante documento en manos de los gringos puede ejercer más presión que un alicate en una bola o en un ovario. Digno de ser tomado en cuenta. No juzguen a Luisa: la han estado presionando.

La exfiscal ha dicho, sobre la percepción que tienen de ella los ve-nezolanos: “El apoyo ha sido mayor, sobre todo de las personas, del ciudadano venezolano que está muy esperanzado de que haya libertades, de que haya democracia, que haya paz, que haya tole-rancia, que haya respeto, que haya decencia en Venezuela”. Debería informarse mejor acerca de lo que anda pidiendo el venezolano de a pie, en las calles.

sEmEjantE documEnto En manos dE Los gRingos PuEdE EjERcER más PREsión quE un aLicatE En una boLa o En un ovaRio. digno dE sER tomado En cuEnta. no juzguEn a Luisa: La Han Estado PREsionando_

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Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. éPaLE ccs Caracas, 3 de septiembre de 2017.

el menjurje 05

Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. ÉPAle CCSCaracas, 3 de septiembre de 2017.

AfiladorHay días en que la nostalgia rasga la madrugada. En esas ocasiones los sonidos se vuelven compa-ñeros de las horas que esperan el amanecer. Hay ruidos que se provocan como el del agua al her-vir para colar el café; otros que se descubren aguzando los sentidos, como el vuelo de un pájaro ex-traviado en la noche; un frenazo a lo lejos o la voz recortada entre las paredes de alguien más que abrió los ojos antes de tiempo. Hay también algunos que asaltan durante el insomnio y que no hay cómo retener para que se queden después y nos sigan hablando durante la vigilia. Es la melanco-lía que a veces llega sonora.Hace apenas unas horas me hizo compañía el recuerdo del afilador de tijeras cuando llamaba desde su bicicleta.¿Qué se habrá hecho de quie-nes practicaban ese oficio, los amoladores que recorrían las calles haciendo saltar estrellas y notas? La nostalgia me trajo un retazo de infancia en la armónica que todavía pasea las calles de la memoria.

Firma deportivajuan ta bon ta

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No se trata de una marca de ropa o zapatos deportivos. Se trata de Gerardo Blanco, el de los bloques de Pedro Camejo, el del hablar pausado, el de la disciplina acadé-mica, el de nuestras largas con-versas con Martín Caramés, Elías García y Luis Carlos Martín en los banquitos de Comunicación Social de la UCV en los años 80; el de la sonrisa franca, el experto en numeritos, el que siempre tuvo claro para dónde iba. Ese mismo pana Gerardo escribirá, desde hoy y cada dos semanas, en Épale CCS. Desde aquí le damos la bienvenida.

DÉjennos vivir en paz

La campaña xenófoba contra los venezolanos en algunos países

El brownie de chocolate de Chocolate con Cariño en la esquina de San Jacinto

del Casco Histórico de CaracasLa guerra es algo serio. Aún los grin-gos no nos la han declarado, cierta-mente, pero el comportamiento del actual presidente de Estados Unidos, el afrodescendiente estafador que lo precedió y el de Bush hijo revelan que ganas nos tienen. Ya dijeron que somos una amenaza “inusual y extraordina-ria” para ese inmenso país, ya anun-ciaron sanciones económicas contra quienes osen ser nuestros amigos, socios, compradores o proveedores. Es una pelea a pulso, en la que buena parte de la dirigencia de la oposición venezolana está haciendo fuerza para que los gringos puedan aplastarnos o torcernos el brazo (Obama dixit). Eso, más allá de eufemismos acomoda-ticios, se llama traición a la Patria. Y quienes los apoyen son traidores. Del otro lado estamos quienes sabe-mos de dignidad y de deseos de vivir en paz. “La respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la patria hasta en las

vísceras, como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria”, dijo Chávez aquel 8 de diciembre de 2012 en su alocución de despedida. Y eso está más vigente que nunca. Sigamos.

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Edición Número Doscsa. Año 05. ÉPALE CCS Caracas, 3 de septiembre de 2017.

MITOS

La soLedad eterna de Juanita reverón

¿Cómo sobrevive una mujer a la muerte del hombre que le co-sía vestidos, que la pintaba hermosa, desnuda entre cojines y la ofrendaba con pájaros de tela? ¿A dónde va a buscar sosiego una india sencilla que fue amada por el dueño de la luz? ¿Con quién conversa la mujer de un artista cuando este es arrancado de este mundo, dejándola sola con el mono del patio?

Juanita Mota, Montes, Mata, Ríos. Juanita Reverón. No se co-noce el nombre de aquella reina musa, monarca del Sol y del oleaje, pilar fundamental de su castillo porque durante décadas Armando Reverón, en su locura, apiló piedras para encerrarse entre los muros de ese mundo habitado por su tropel de súbditas inanimadas.

Tocadora de pianos de sonido inaudible. Tenía un teléfono mági-co que le hizo Reverón, con el cual llamaba a todas las personas que se burlaban de ellos y les decía las cosas que, de otro modo, no se hubiera atrevido a decirles jamás, porque eso era Juanita: una muchacha mansa y juguetona. Se conocieron en una fiesta mientras ella bailaba. Habrá captado entonces el artista los des-tellos de luz de una mujer sencilla que le sería leal más allá de la muerte, como ninguna otra lo habría hecho. Juanita lo adoró desde el primer instante.

“Yo nunca había sentido una cosa tan bonita como esa noche en que conocí a Armando. Él se parecía a uno de esos artistas de cine, era muy buenmozo y muy elegante, no como se puso

POR MALú rEngIfO@maluRengifO

iluSTRaCiÓn JESSICA MEnA

cuando nos mudamos para acá, que apenas se vestía. Eso hizo que mucha gente lo confundiera con un loco. ¡Sí señor!, aquella noche a él le brillaban los ojos como dos luceros; pues no vaya a creer, yo era entonces una muchacha bonita, bonita y delgadita, no como ahora que estoy gorda y vieja. ‘Tienes manos de virgen —me dijo Armando— y carita de ángel asustado’”, contó Juanita alguna vez.

Lo aceptó para siempre frente a un altar imaginario y juró amarlo en la salud y en la enfermedad, en la cordura y en la locura, en todas sus manías y rarezas y le dio cuidados y atenciones. Fue modelo entregada, esposa diligente y felizmente amada de las ra-ras maneras que lo hacía Reverón; ni siquiera toda su turgente desnudez logró que el loco rompiera su pacto con la castidad... o eso se dice en los rincones de Macuto.

Dieciocho años sobrevivió a la muerte de su hombre viendo par-tir los pájaros, el mono, las muñecas, las obras montados sobre el lomo de vándalos nocturnos, hasta que el corazón terminó sus dolores y su recuerdo se hizo espuma de mar.

En acto de justicia, la sepultaron secretamente en la misma tum-ba del pintor que la ungió de demencia. Pero vea usted si fue cruel el destino de Juanita que, en 2016, cuando trasladaron el cuerpo de Reverón al Panteón Nacional la apartaron de él, y hoy espera en silencio su viaje a El Castillete, donde quedará sola, hasta que la nostalgia la transfigure en polvo.

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Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. ÉPALE CCSCaracas, 3 de septiembre de 2017.

RECONSTITUYÉNDONOS

Pulse el botón y hable

Cuando la anC se apresta a Cumplir su primer mes de funCionamiento, los téCniCos busCan maneras de

garantizar que Cualquiera pueda ejerCer su dereCho de palabra, sin importar que esté “en el gallinero” del

hemiCiClo protoColarPOR CLODOvALDO hERNáNDEz • [email protected] / FOTOGRaFÍas ENRIqUE hERNáNDEz

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Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. ÉPALE CCS Caracas, 3 de septiembre de 2017.

tal, en cuyo centro se encuentra el Escudo Nacional.

El nuevo sistema de sonido, según nos confió el constituyente Sandino Primera, permitirá que los diputados del primero y segundo piso pulsen un botón y se anoten en el derecho de palabra. Esto evitará esce-nas como la que presenció Colomine un día que logró entrar (toda una proeza, dicho sea de paso, aunque es más difícil todavía entrar a la Casa Amarilla, una fortaleza inexpugnable): la constituyente María Ale-jandra Díaz estaba esa vez en el “gallinero” y, al ver a Luisana, se quejó a grito pelado: “¡No me dejan hablar, no me dejan hablar!”.

Imposible impedirle hablar

Muy robinsoniana es la experiencia de la Asamblea Nacional Constituyente, al me-nos en el sentido de que ha sido necesario inventar sobre la marcha para no errar. Por ejemplo: una de las dificultades que se han presentado en el primer mes de trabajo es que el Hemiciclo Protocolar no cuenta con un sistema de sonido que ponga el derecho de palabra al alcance de cualquiera de los 545 diputados. El fin de semana, del 26 y 27 de agosto —según las típicas fuentes dignas de todo crédito—, un equipo técnico estaba trabajando para solventar este escollo en la ruta de la participación popular.

Parece una cosa banal, pero no lo es. Vea-mos: en el otro hemiciclo, el de la Asam-blea Nacional, cada parlamentario tiene su curul y un micrófono al alcance de su mano. Son una cantidad mucho menor de integrantes y todos están en el patio del semicírculo, a la vista de la directiva del cuerpo deliberante. Usted levanta la mano, pide la palabra y si no lo ven, o fingen no verlo, usa el teléfono interno o, en casos muy complicados, sube hasta el puesto del Presidente y se lo dice de boca a oído o bien lo increpa y lo manotea, algo tam-bién muy propio de la vida parlamentaria. En cambio, en la ANC, hay un grupo que está en el patio, otro en el primer piso de la tribuna y otro en el, así llamado, “galline-ro”, una palabra que suena a remembranza de aquellos viejos cines que tenían patio y balcón.

“Aquí hay constituyentes hasta en el techo”, me dice la periodista Luisana Colomine, veterana cronista de la anterior ANC, la de 1999, un cuerpo deliberante que no sufrió esos problemas de hacinamiento porque tuvo una cuarta parte de los miembros de la actual. No es una exageración de la comu-nicadora, pues lo único que queda más arri-ba del mentado gallinero es un vitral que sirve de tragaluz y, también, ha sido utiliza-do durante décadas para distraer la mirada en medio de discursos aburridos y debates fastidiosos. Se presta para esas experiencias psicodélicas porque es una especie de frac-

Al final, la dejaron y lo hizo muy bien, como cabe esperar de esta abogada, profesora uni-versitaria y moderadora del programa de te-levisión Leyes del pueblo (¿para qué más?).

Se espera que con el sistema de “pulse el bo-tón y pida la palabra” se evitarán esos malos entendidos, que pueden hacer pensar en una censura endógena que en realidad no existe. Al constituyente, esté en el patio o en el tejado, una vez que le llegue su turno se le acercará un micrófono y podrá expresar-se. Esto, sin duda, traerá problemas nuevos, como la necesidad de establecer severos lí-mites al tiempo del derecho de palabra. En 1999, el poeta constituyente Gustavo Perei-

Fortaleza inexpugnable

Cuarto bate

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Rodríguez explicó que haber incorporado a tantos constituyentes habría sido conde-nar al comité, de antemano, a ser completa-mente inoperante.

ERRORES mATERIALESUno de los aspectos más importantes en la discusión del Estatuto de Funcionamiento es que quedó establecido, inequívocamente, que cuando la ANC apruebe el proyecto de la nueva Constitución convocará al referen-do popular para aprobarlo o negarlo. Esto debería acabar con unas cuantas polémicas, pero no será así necesariamente, porque mucha gente seguirá creyendo lo que le di-gan “sus” medios.

En el debate del Estatuto se presentaron algunos tropiezos. En varias ocasiones los directivos debieron interrumpir la lectura que hacía la subsecretaria, Carolis Pérez, en vista de que su documento no coincidía con la última versión aprobada en petit comité.

Uno de esos fallos correspondía a un detalle nada menor: el hecho de que los constituyentes recibirán remuneración por su trabajo a dedicación exclusiva. El texto leído por Pérez daba a entender que laborarían ad honorem. El primer vicepresidente, Elvis Amoroso, aclaró el malentendido y en los tres niveles del he-miciclo hubo suspiros de alivio y grandes sonrisas. Estas se transformaron en carca-jadas cuando Amoroso atribuyó la culpa del “error material” a los equipos de ofici-na: “Fue la computadora que brincó”, dijo convencido.

Constituyentes que estuvieron en la ante-rior ANC comentaron —muy en serio— que es necesario vigilar las 24 horas a esas computadoras brinconas, pues en 1999 causaron verdaderos desastres, tanto en los diarios de debates como en el texto final de la Carta Magna. En ese tiempo ocurrió algo muy significativo: cada vez que una com-putadora “saltaba” era en contra del pueblo y a favor de algún interés poderoso. ¡Qué cosas! ¿no?

A veces, la experiencia es psicodélica

ra hizo un somero ejercicio matemático y dictaminó que si no se ponía un límite a las intervenciones de los miembros de la ANC de entonces (que eran tan solo 131), los hu-biese agarrado el 2020 sin terminar la nueva Constitución. Basta sacar una regla de tres con los 545 de ahora para hacerse una idea del problema que podría presentarse.

COmISIONES PARA TODOS LOS gUSTOSLa tercera semana estuvo mucho más ligera que las anteriores. Entre lo más destacado estuvo la aprobación de ciertos ajustes en el Estatuto de Funcionamiento que venía usándose provisionalmente (el de la ANC de 1999). Sobresalió la creación de 21 comi-siones de trabajo que tendrán la misión de entrarle a fondo a aspectos específicos de la Carta Magna.

Hay comisiones para todos los gustos, des-de la encumbrada Comisión Constitucio-nal (en la que se presume estarán los cuarto bates como Hermann Escarrá e Isaías Ro-dríguez) hasta las que atenderán temáticas específicas como economía, juventud, equi-dad de género, adultos mayores y pensio-

nados, personas con discapacidad, pueblos indígenas, defensa nacional, ciencia y tec-nología, cultura, ambiente y ecología, mi-siones sociales y derechos humanos.

Por las grandes expectativas que ha genera-do la Comisión de Economía Diversificada y Productiva (así se llama), la presidenta de la Asamblea, Delcy Rodríguez, detalló sus integrantes. La presidirá Eduardo Piñate, se-cretario ejecutivo de la dirección nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela, y será su vicepresidente el empresario Orlando Ca-macho, presidente de la Federación de Peque-ños y Medianos Industriales (Fedeindustria). Entre sus miembros están Julio Escalona, Ós-car Schemel, Wills Rangel, Vladimir Labra-dor, Andrés Eloy Méndez, Jesús Farías, David Paravisini, Nicolás Maduro Guerra, Fernando Travieso, Mario Silva, Gerson Hernández, Ju-lio Chávez, Ricardo Molina, Emma Ortega, Willy Casanova, Héctor Zambrano, Emma Elinor Cesín, Braulio Álvarez, Katherine La Rosa, Laura Alarcón, María Landaeta y Gusip Galeano.

Muchos se quedaron por fuera, pues más de cien aspiraban a estar en esta comisión.

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CARACAS, MONTE Y CULEBRA

En el pueblo le dicen El Trujillano. Vive en las afueras de Altamira de Cáceres, aunque últimamente el cuerpo no le está respondien-do como antes, y como comienzan a aparecer síntomas de una ve-jez más o menos achacosa, ha debido acercarse al casco urbano y a dejarse ver más seguido, en casa de su hija. Es un campesino mon-tañés recio, por lo general malhumorado y francamente violento cuando lo hacen molestar. Este señor estuvo a punto de cambiar la historia de Venezuela, hace unos años.

El Trujillano formó parte de algunos grupos y organizaciones que no abandonaron del todo las prácticas guerrilleras, que andaban realengos y cabezacalientes en los años 90, incluso entrado este siglo. De aquellos años se recuerda su juntura con dos leyendas de la lucha armada ve-nezolana: el altamireño Noel Ávila Jerez y el papá de los símbolos de la guerrilla, Elegido Sibada (Magoya). El Trujillano se incendió con esos verbos y con esos ejemplos, y de tanta travesía y aventura le quedaron algunos patrimonios, entre ellos la cautela, la rabia y las ganas de seguir combatiendo a los poderosos al modo romántico de antes: a plomo y en la oscuridad de esas montañas que él conoce tan bien.

Al agonizar el siglo XX y muerto su compañero Noel Ávila cayó en trance de clandestinidad y autoprotección, entonces se instaló en un rancho en la vía hacia Calderas. Guerrillero por vocación, por origen y por convicción decidió que un revolucionario de verdad no anda por ahí exponiéndose. Solo sus familiares y amigos más cercanos se acercaban a su casa; él los veía venir desde arriba, pues hay que caminar un trecho entre la carretera y la montaña para llegarle. Un día de 1997, muerto hacía poco el camarada Noel, vio acercarse por ese camino a un grupo de gente desconocida; agarró una escopeta, la cargó, empezó a mirar al grupo y apuntó para allá.

En los segundos siguientes hizo esfuerzos por reconocer a aquellas personas, pero en un primer momento no identificó a nadie. Así que siguió apuntando y galvanizándose en la convicción de que ningún intruso iba a venir a meterle mano. No después de la forma dura y triste en que liquidaron a Noel. En la mira tenía a los que encabezaban el grupo: una mujer y, a su lado, un hombre.

Estaba a punto de apretar el gatillo cuando volvió a mirar con atención al grupo, que ya venía más cerca. Entonces sí, recono-ció a una muchacha con quien se había reunido alguna vez, en esos tejemanejes de la política y las luchas clandestinas. Decidió dejarlos vivir. Pero a más ninguno conocía, así que no soltó la es-copeta. La muchacha lo saludó con afecto, pero él seguía mirando

POR JOSÉ ROBERTO dUqUE@jRObeRtOduque

ILuStRACIÓN HENRY ROJAS

Casi tuvimos otra historia

a los demás, rostro por rostro; ninguno le resultaba familiar. La muchacha intentó romper el hielo diciéndole que aquellos eran camaradas y que era importante que él los conociera. Comenzó a presentarle a uno por uno, empezando por quien venía a su lado:

—Mira, te presento al comandante Hugo Chávez Frías.

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BOLEROS QUE CURAN EL ALMA

El bolero “Cenizas”, de “Wello” Rivas, es el propio barranco para cuando en una relación sentimental se sube la gata a la batea, cuan-do el amor naufraga, cuando solo cenizas hallarás de todo lo que fue mi amor. Como dicen los cronistas: “Es una oda a los corazones rotos que levantan sus propios pedazos, con el único propósito de no mirar para atrás”.

Manuel “Wello” Rivas Ávila, además de compositor, fue cantan-te e hizo una buena llave con el portorriqueño Rafael Hernández. Aparte de las de El Jibarito cantó sus propias composiciones, in-cluyendo “Cenizas”, solo que la versión más emblemática fue la de María Antonia del Carmen Peregrino, Toña La Negra, a pesar de ser cantante casi exclusiva de los boleros de Agustín Lara. De hecho, “Cenizas” formó parte de la banda sonora de la película Arráncame la vida (2008) de Roberto Sneider. Para la versión de la cinta contó con la participación de Eugenia León, quien interpretó a Toña cantando “Cenizas” del yucateco Rivas en un filme titulado como el bolero de Lara. Los redactores de Ecured son categóricos: “Si bien la voz azucarada de La Negra se especializó en el cancio-nero de Agustín Lara, su éxito se dio con la tórrida ‘Cenizas’ de Rivas. La canción habla de un corazón herido que tiene una dig-nidad y un orgullo que lo diferencia del resto de los corazones, del resto de las canciones que denuncian el mismo pesar”... La letra es, ciertamente, matadora: Ya no podré ni perdonar ni darte lo que tú me diste, has de saber que en un cariño muerto no existe rencor. Y si pretendes remover las ruinas que tú mismo hiciste, solo cenizas hallarás de todo lo que fue mi amor.

La ocurrente tía Eloína de Luis Barrera Linares cuenta desde su ya lejanísima y casi invisible juventud —vivió más de un vil des-engaño con el bolero “Cenizas”—; recuerda “que frecuentemente alguno de sus maridos ocasionales decidía marcharse a un puerto supuestamente más apetecible. Luego regresaban arrepentidos con el cuento de que se habían equivocado y le solicitaban, llorosos, el ‘reenganche’. Ella buscaba fuerzas en su maltrecha egoteca y des-pués les asestaba el golpe de gracia en tono bolerístico: Has vuelto a verme para que yo sepa de tu desventura —les decía—, pero solo cenizas hallarás de todo lo que fue mi amor”. Jajajá.

POR HUMBERtO MáRQUEzILUSTRACIÓN jESSiCA MENA

“Cenizas”

MÚSICA

“tengo un vinil clavado en la cabeza”

el arqueólogo de los discos, marcel márquez, también conocido como afroraizz Hi fi, Habla de su pasión por la investigación musical. con solo ver el entusiasmo

que exHala, sabemos que el camino es infinito

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POR nAthALI góMEz @laesPeRgesia / FOTOgRaFÍas hEnrIEttA SALtES zAMorA

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ILlego al encuentro con Marcel Márquez y está rodeado de sus tesoros: su chamo, Selva (la perra más aguerrida y dulce de la ciudad) y sus discos. Nos sentamos a la mesa: él, su computadora y yo. No hace falta más. Los dis-cos de pasta, en el piso, están en fila a la espera de ese momento mágico de salir del estuche y entregarse a las sensaciones del ojo, del oído y del tacto de quien los toca. Aunque a Mar-cel lo conozco desde hace tiempo, descubro la faceta que más lo apasiona, desde hace unos 20 años: es un arqueólogo y antropólogo de viniles, un digger, como se conoce en inglés a los escavadores, según él mismo cuenta en su blog fuerzacosmicacaricari.blogspot.com.

Mientras hablamos me lo imagino hurgan-do en una de las pirámides de Teotihuacán, pero conformada de discos. De entre las ruinas de esa música que se niega a desapa-recer, y que queda registrada en un círculo tan negro como un eclipse solar, emerge Marcel lleno del polvo y el hollín del puen-te de las Fuerzas Armadas, en el centro de Caracas. Aunque sus manos y su ropa es-tán negras, encontró eso que tanto estaba buscando.

Recuerda su faceta de DJ y dice que ese oficio ya quedó en “otro plano” para darle paso al “coleccionismo, a la melomanía y la investigación”. Al irnos años atrás podemos ver a Afroraizz en alguna tarima de La Ruta Nocturna, de una fiesta, de la noche.

Llegar ahí le llevó tiempo. Cuenta que la movida de DJ en Caracas era sumamente cerrada y quien pinchaba un género no tenía la posibilidad de experimentar con otros. Hace unos 15 años comenzó a armar su equipo tras conocer el trabajo de unas chicas europeas que “mixturaban” distin-tos tipos de música en un mismo set, y que saltaban del punk al drum and bass, al rock psicodélico y al reggae. “Ahí dije, coño, esto

es. Así sí”. Luego de esa experiencia viajó, se compró los platos, los discos y “ahí co-mienza mi real colección, en 2001”. Ese año se armó con trabajos de reggae y dub y “de ahí en adelante no paré”.

A partir de su descubrimiento Marcel tra-bajó en su propuesta, que al principio no fue entendida en la pista: nadie esperaba que en medio de una rumba pusiera dub, un tipo de género surgido del reggae en los 60, “muy lento, con mucho efecto y mucho deley”.

“Igual me traje de Estados Unidos discos de dance hall, que era el raggamuffin, un ritmo muy rápido como ‘de hacer el amor con la ropa’”. Desde ese momento comenzó a formar parte del nicho de los DJ de este género y fue uno de los pioneros de esa co-rriente en Caracas, mezclada con la salsa, que es su “influencia principal”.

IIComo todo escarbador, no estaba satisfe-cho con lo hallado, quería ir por más. Esos años de dance hall y salsa no hablaban del “universo musical multicultural con ritmos de todos lados en mi cabeza. Me estaba abu-rriendo de mí mismo”. En ese tiempo fue a Argentina y allá sonaba el tropical bass y el global bass. “Ahí empecé a coquetear con la cumbia, con el merengue ripiao”. Al regre-sar a Venezuela, luego de cuatro años fuera, “me doy cuenta que aquí está pasando lo mismo”. Después de un tiempo pinchando ese tipo de música volvió al estado previo, a la búsqueda: el aburrimiento de la ruti-na. “Fui honesto conmigo y me dije: ‘¿Qué estás haciendo? Te estás quemando porque

no sirves siendo creativo ni inventando mucho y al público no siempre le gusta la apertura en medio de una rumba’”.

Tras pensarlo, dejó las multitudes y la adre-nalina de los cuerpos en calor para entrar en los terrenos de la “arqueología musical”.

“Toda la energía la enfoqué en investigar, en escribir, en generar mixtapes (recopilación de canciones)”, que pueden escucharse en este link: mixcloud.com/afroraizzselektah; o leer-se en facebook.com/caricarifuerzacosmica.

“Los mixtapes no son música de rumba, son más conceptuales”, afirma tras cinco años de creación en esta área, donde se puede encontrar rock de los 70 de Vene-zuela, música tradicional, jazz criollo, rock psicodélico, por solo hablar de una muy pequeña parcela de la música que gravita en la mente de Marcel.

“Me siento más satisfecho con esta pro-puesta surgida de la investigación que con poner en medio de una rumba la misma canción que van a poner todos”, explica.

“No creas que con esto me niego al disfru-te y a la rumba, somos Caribe. No es que quiera ‘intelectualizar la música’, pero quie-ro abrir más el campo para podernos ver hacia adentro”.

La conversación no termina aquí ni la bús-queda de Marcel. Seguimos hablando de discos, viéndolos, recordando a su padre, quien lo inició por este camino, donde la certeza tiene el mismo peso que el aire. Ya sabremos pronto qué está por venir.

Escavador y escarbador

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Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. ÉPALE CCSCaracas, 3 de septiembre de 2017. Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. ÉPALE CCS Caracas, 3 de septiembre de 2017.

La búsqueda deL horizonte es perpetua

MIRADAS

REInALDo ItuRRIzA noS ACLARA un PoCo SobRE LAS CoSAS quE oPERAn, A nIvEL SIMbóLICo, En LA SoCIEDAD vEnEzoLAnA DEL PRESEntE: ¿PoR quÉ SE SuSCItAn LoS ACtoS DE PEquEñA

CoRRuPCIón? —CoMo LoS InCLuIDoS En LoS tRES tEStIMonIoS— ¿PoR quÉ noS AgREDIMoS EntRE IguALES?

POR ander de tejada• @EPALECCS / fOtOgRAfíAS hEnRIEttA SALtES zAMoRA

y, sobre todo, en algunas instituciones del Es-tado.

Con lo que dice Reinaldo podemos entrar de lleno en esos aportes: el aumento de la pequeña corrupción en los últimos años no es causado por unas manzanas podridas que se infiltran en las instituciones, sino que se hace presente, sobre todo, por una crisis que va más allá del ámbito económico y que se debe a la pérdida del más importante refe-rente ético que tuvo el pueblo venezolano en los últimos años: “El tema del aumento de los pequeños casos de corrupción, por no hablar de los grandes —por ejemplo, el que tiene que ver con el desfalco a la nación a través de la asignación de divisas—, es sin duda uno de los más importantes. No es que la corrup-ción dejara de ser un tema de importancia en algún momento, sino que devino una cir-cunstancia que parece muy obvia pero que en

realidad no lo es: con la muerte del coman-dante Chávez, muere el principal referen-

te ético, no solamente del chavismo sino de la sociedad venezolana. Incluso, la

mayoría del antichavismo aceptaba la idea de que el presidente era cri-

ticable en muchos aspectos, pero que no se le podía acusar de la-

drón. Por ende era, sin duda, un referente ético’’. Más ade-

lante, asegura que “Nicolás Maduro, de alguna forma, es ese referente. Lo que

pasa es que es muy difícil ocupar el liderazgo del coman-

dante Chávez, que era de naturaleza in-cuestionable. No lo ha sido siempre, pero fue ganando y conquistando ese lugar”.

J, tRES LuStRoS PoR un PAPEL J se graduó en 1991 a través de un sistema de nombre Libre Escolaridad. Cuando eso suce-de, al graduando no se le emite su título en un ente escolar sino que tiene que ir por él al Ministerio de Educación. La primera vez que J fue al susodicho a buscar su título, con la esperanza de comenzar a vivir su vida adulta, se encontró con que el documento, supues-tamente, no estaba. J se dirigió muchísimas veces más a la Zona Educativa del Ministerio

Si uno revisa las noticias de los últimos días puede encontrarse con las dos facciones polí-ticas cayéndose a acusaciones sobre quién es más corrupto. Nosotros, ante aquellas imáge-nes recurrentes de dedos índices apuntando al otro, nos mantenemos al margen, ajenos, un poco expectantes. Para Reinaldo Iturriza, bien conocido sociólogo e investigador, ex ministro del Poder Popular para las Comu-nas, esto es algo que el pueblo venezolano, que es un pueblo muy politizado, no tolera: “Es muy difícil que el proyecto político se sos-tenga sin un referente ético sólido. Nosotros estamos urgidos de construir esos referentes éticos. Hay un malestar bastante grande con la clase política chavista, con absoluta razón. Porque hay gente que uno ve en la tele-visión hablando de corrupción y solo causa gracia. La doble moral afec-ta mucho, porque este es un pue-blo muy politizado, que se da cuenta, que no es pendejo. Para la Revolución es demasiado importante ir construyéndolos, porque sí tenemos referentes éticos’’.

Nuestro objetivo es enfocarnos en la corrup-ción a pequeña escala, esa que tiene que en-frentar el pueblo venezolano en su día a día, ya sea por el simple hecho de desplazarse en la calle o por cosas que, hoy día, parecen ne-cesitar la energía de un niño y el conocimien-to de un anciano, como lo es la realización de un trámite. Con lo citado anteriormente queremos dejar claro que sabemos bien que las cosas arriba —en las élites económicas y en parte de la clase política— huelen peor de lo que huelen abajo, en el pueblo, como si el camino natural de los humos se invirtiera y al suelo, en donde se para la mayoría de la sociedad venezolana, solo llegaran los háli-tos restantes de las combustiones de lo alto. Pero sabemos que esos gases, sin duda, están ahí. Por esa inquietud, por la noción bastante común de que la corrupción dejó de ser una actividad de los chivos y los peces gordos —y ahora es característica común del ciudadano de a pie, sobre todo de aquel que tiene una cuota pequeña de poder—, queremos dar unos aportes sobre uno de los elementos que opera en nuestra sociedad, para que tal com-portamiento se normalice en algunos civiles

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Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. ÉPALE CCSCaracas, 3 de septiembre de 2017. Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. ÉPALE CCS Caracas, 3 de septiembre de 2017.

La matraca con los pasaportes no cesa

Llegó el siglo XXI.

La insistencia de J, sumada a su incapacidad de pagar las cuotas que le exigían, la lleva-ron a buscar un contacto mejor relacionado con la cúpula ministerial para que pudiera resolver su problema. J logró contactar a la asistente del más alto representante del ente y volvió a delatar: nombre, fechas, descrip-ciones detalladas de sus trámites. La asistente habló con el ministro y, a los pocos días de esa conversación, J recibió la llamada de la mujer. Esta le dio el teléfono de la encargada de emitir los títulos. J subió hasta la oficina de la señora. La mujer, al lado de un archiva-dor, le dijo que ya estaba al tanto de su caso. Se mostró indignada. La podemos imaginar, para efectos de la narración, abriendo la boca con sorpresa y tapándosela con la palma de la mano. La mujer dijo que iba a ver si el docu-mento se encontraba en el archivo. Se levantó de la silla con lentitud, giró el cuerpo, dio tres pasos, abrió la gaveta, movió o simuló mover algunos papeles y, de pronto, sacó el papel, tan normal como cualquier otro documen-to, pero que fácilmente hubiese podido ser subastado por la cantidad de dinero que se pidió por su entrega.

de Educación y cada vez que ponía un pie en sus edificios y caminaba por los pasillos, ya sabiendo en cierto modo lo que iba a pasar, los funcionarios la miraban con sus ojos de burócratas aburridos y soltaban sus palabras favoritas: “No está”, “No existe”, “Todavía no ha bajado”.

Después de esa lucha constante la sacudió la noticia de que su expediente se había perdi-do. Por esa razón, los preocupados funcio-narios le sugirieron a J que hablara con un fulano que, al verla, se frotó las manos y le pidió una compensación por resolver su pro-blema. J, indignada ante la injusticia, delató al corrupto y esa acción no le valió un premio por la valentía demostrada. Ni siquiera una palmada en la espalda. Por el contrario, su expediente fue desaparecido por completo, en un lugar que nadie conoce pero que todos nos imaginamos como un pipote de plástico con una bolsa negra por dentro.

A esto se le sumaron otras amenazas: se le dijo que el expediente nunca iba a aparecer si ella no soltaba parte de su sueldo y que me-jor dejara de luchar tanto y desgastarse en la faena.

La corrupción se encuentra en varios niveles, hay peces gordos, grandes y chiquitos

se le iluminaron las neuronas, quizás por el sol, quizás como consecuencia de la adre-nalina y de las reacciones químicas en su sistema nervioso. Entonces, dicha explosión neuronal lo hizo llevar a cabo un ejercicio lógico, complicadísimo que se tradujo en una verbalización inolvidable:

—Esa actitud de esa persona me hace sospe-char que ustedes llevan sustancias psicotró-picas encima.

Al final, como no consiguieron nada, dejaron que D se fuera con toda tranquilidad, sin si-quiera fijarse bien en sus documentos y en su certificado médico vencido.

F y LAS gAnAS DE vIAJARDicen que hay dos opciones para sacar un pasaporte: metiéndose en la página del Sai-me, pidiendo la cita y esperando seguir los pasos normales. Sin embargo, hace poco surgió otra manera, a través del pasaporte ex-prés: mediante el pago de 120.000 bolívares la incertidumbre de recibir el pasaporte se re-duciría a tres días. Para algunos, esto signifi-có una normalización de los gestores. F sabía que la vía normal ya no procedía. Que la úni-ca forma era a través de los 120.000 bolívares.

—¡Tú sí tienes suerte! ¡Aquí está tu título!

El procedimiento era así: esos títulos, que no son entregados por un plantel educativo, se mantenían en ese archivador. Quien quisie-ra reclamarlos tenía dos opciones: burlar la seguridad, caerse a coñazos con quien lo pretendiera detener, forzar las cerraduras y llevarse su papel. O la otra, que era la op-ción de la mayoría de la gente: pedirlo, sen-tirse frustrado, sucumbir ante la necesidad del tiempo y esperar que el funcionario de abajo llamara al de arriba para decir que la transa estaba completa y que por favor se emitiera el derecho, ahora transformado en mercancía.

Habían pasado 16 años desde la graduación de J.

D, Junto A LoS PERRoS DE LA DRogAD se dirigía a una playa del país con su fa-milia y amigos. En un carro, frente a él, via-jaba una parte del grupo. En el vehículo que manejaba él viajaban tres personas en total. Pasaron por algunas alcabalas dispuestas bajo el sol aguerrido sin mayores percan-

ces. Más adelante, sin embargo, se toparon con una que no les perdonó algo que, en la calle, parece un pecado: conducir aparen-tando juventud. Los oficiales emprendie-ron la labor de búsqueda de forma violenta. Abrieron sus narices, como si fueran unos pastores alemanes criollos, y comenzaron a meter los cuerpos en el vehículo en un pro-cedimiento peligroso, ya que a cualquiera le pasa un accidente y ¿quién quita que a un funcionario policial se le pueda caer un gra-mo de algo ilegal en tu vehículo y después se pueda sentir ofendido por encontrarlo en tu alfombra? Por esa razón, el herma-no de D, que viajaba en el otro vehículo, se detuvo y caminó hacia la zona de revisión con el objeto de exigir un procedimiento menos violento y atropellado. El resultado fue el honor pisoteado de los oficiales. El impulso de uno de ellos fue desenfundar el arma y pedirle al hermano de D, muy ama-blemente, que se fuera. Una de las personas que viajaba con D, al ver la reacción del ofi-cial, reclamó lo desaforada de la decisión. D le pidió calma. La persona se calmó. Los oficiales siguieron buscando, como perros adictos, un gramo de lo que fuera para po-der, posteriormente, cobrárselo a cambio de la libertad. Entonces, a uno de los oficiales

Se ingresa en la página, se pide la cita, se cancela el monto y se espera un correo con la confirmación. En uno de esos pasos, la página colapsa y deja de funcionar. Ante esa indignación, el que quiere viajar se dirige a la oficina del Saime, en horas de la madrugada para que la cola no se le alargue mucho antes de la apertura de la institución. El que se ubi-ca en la cola a las 7 de la mañana, simplemen-te no tiene oportunidad. El que entra, como efectivamente entró F, se enfrenta, entonces, con las mismas caras que en el milenio pasa-do le ponían a J, nuestro primer protagonista.

—¿Por qué vas a viajar? ¿Es de vida o muer-te? ¿Vas a las filas subsaharianas a investigar formas alternativas de sustentabilidad? —preguntaron.

—No, voy de vacaciones.

—Imposible, no te puedo ayudar.

Hay tres obstáculos grandes en la vida: las murallas, las defensas de las selecciones ita-lianas y los escritorios.

F, como mucha gente, tuvo que salir cabiz-bajo de la oficina del Saime. Su cara delataba

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frustración. El ser humano no será capaz de oler la presencia ajena a kilómetro de distan-cia, pero sí que sabe interpretar el lenguaje corporal. Por eso, la delación del rostro de F atrajo la presencia de un hombre que, más que un hombre, parecía un ave de rapiña. Este se acercó y dijo sus palabras mágicas, que fácilmente podrían haber sido estas:

—Hermano, ¿por qué la carota?, ¿por qué el llanto?, yo puedo resolverte ese problema.

Lo que sigue es el negocio a ciegas común: tú depositas una cantidad que puede llegar al medio millón de bolívares en la cuenta de un sujeto del que no sabes mucho. Entonces esperas. Puede que un día recibas el espera-do correo que te informe que tu pasaporte se encuentra emitido y puedas, así, disfru-tar del viaje. Pero puede que no. Puede que simplemente le regales tu dinero al individuo anónimo de la plaza. Hoy F piensa, por esa razón, que preferiría pagarle los 120.000 bolí-vares al Estado y esperar que con eso, que con su aporte, algo en su calidad de vida mejore.

vuELvE REInALDoPara Iturriza, la desaparición de un referen-te de tal tamaño (Hugo Chávez) supone un relajamiento de la norma. Antes, por el año 2013, había escrito sobre algo que él llamaba “lealtad resignada’’, y que funcio-naba como lo que describe el dicho popu-lar: “Morir con las botas puestas’’. Es decir, no traicionar la última voluntad de Hugo Chávez, pero con la certeza de que el mar se los tragaría a todos prontamente. A pe-sar de que hubiera para entonces una gran cantidad de pueblo apoyando a Nicolás Maduro, ese fenómeno se unió a un repun-te del pragmatismo, motor de un sentido común que incluso se tradujo en algunos personajes buscando retractarse y hacerse camino al reformismo, olvidándose has-ta de la palabra socialismo. Eso, a su vez, produjo algo que Iturriza llama “suspenso en el horizonte estratégico’’, y que se pue-de sumar a una ruptura de la sociabilidad fundada por el chavismo. Cosa que, al final de la contienda, decantó en un aumento de la corrupción a pequeña escala, que no es más que un conflicto intraclase.

“¿Qué es lo que ocurre cuando se multiplican estos episodios de corrupción? Bueno, que la moral baja. Y también estas mismas muestras de corrupción son claras expresiones de que la moral está baja. Eso vale, por ejemplo, para el caso de los militares. O en esos términos se enuncia: el cómo se multiplicó el fenómeno del martilleo en las alcabalas, aunque haya sido una cosa que nunca desapareció. Quie-ro decir que todo se va degradando. Todo el mundo quiere cobrar su parte. Todo el mun-do quiere resguardar sus intereses: asegurar

una pequeña base económica porque deja de haber horizonte, porque se considera que la derrota es inminente. Es todo un sentido común que va instalándose y va prendiendo en la sociedad, que obedece y busca desmon-tar la sociabilidad que fue construyéndose en Revolución’’.

Sin embargo, a pesar de lo terrible del pano-rama, Iturriza explica que todo tiene solu-ción, que solo hace falta que en él se pinte la línea recta del mar.

“Son momentos que pasan. Lo fundamental es que la idea de horizonte vuelva a tener un papel central en el sentido común, en la ma-yoría del pueblo venezolano; en el sentido de que somos capaces de sobreponernos a las adversidades, de que somos un movimiento capaz de generar una clase política que sea un referente ético; una clase política honesta, luchadora, como es el pueblo venezolano en su conjunto, incluida una parte importante del pueblo antichavista, que tiene derecho a pensar lo que quiera pensar’’.

Por otro lado, conversando sobre aquello que también viene a presentarse como excusa ante el problema, Iturriza aclara: “Sí creo que se ha trabajado mucho dentro del antichavis-mo, y muy hábilmente, para que nos sinta-mos miserables, para que nos fagocite la idea de la ‘mala conciencia’ del pueblo, para que nos sintamos culpables. Esto, realzando todo el mito de la viveza criolla, que nos ha hecho un daño increíble y en el que no creo en lo absoluto. La viveza criolla es un gran inven-to de la oligarquía venezolana, que la retrata justamente a ella, no al pueblo. No pretendo en absoluto idealizar al pueblo venezolano ni negar que tengamos nuestras miserias, pero no hay una tal naturaleza ‘viva’, una tal ‘viveza’ en la esencia del venezolano. Eso es una gran farsa. La Revolución Bolivariana, justamente, demuestra eso. Con la sociabilidad que se fue construyendo, justamente, se desmontó ese mito. Creo que lo fundamental es forjar un liderazgo que sea referente ético, y nosotros tenemos esa cuenta pendiente. La tenemos porque hay compañeros y compañeras su-mamente valiosos, que merecen estar mejor acompañados”.

“LA vIvEzA CRIoLLA ES un gRAn InvEnto DE LA oLIgARquíA vEnEzoLAnA, quE LA REtRAtA JuStAMEntE A ELLA, no AL PuEbLo. no PREtEnDo En AbSoLuto IDEALIzAR AL PuEbLo vEnEzoLAno nI nEgAR quE tEngAMoS nuEStRAS MISERIAS, PERo no hAy unA tAL nAtuRALEzA ‘vIvA’, unA tAL ‘vIvEzA’ ’’_

libremente

Comienza a leer. Hay mucha literatura espiritual.

Si no encajas en ninguna religión, no te culpes, siempre existen las ovejas negras. Puedes sentirte mal por esto o buscar otras

ovejas negras que te hagan sentir menos solo, singular, desfasado, etcétera.

Como siempre, hay de todo en esa selva. Así que tendrás que ser crítico con lo que escojas y leas, ¡pero hazlo!

Vayamos directamente al grano. ¿Necesito hacer un contrato con alguna de las compañías que dicen poder comunicarse con alguna de las representaciones de lo que se entiende por Dios o me atribu-yo esa responsabilidad y capacidad y la comienzo a utilizar?

Para mí, las estructuras religiosas tienden a disecar lo simbólico, la vivencia espiritual, las conexiones y comunicaciones cotidianas que se nos presentan y no vemos.

Ellas, apropiándose de pedazos de verdades las han transfigurado a sus intereses de poder y dominio de los egos humanos, convirtien-do todas las religiones en instituciones totales, en cárceles de ideas fijas y sin alma, en ritos estereotipados que tratan de atribuirse y “controlar” lo sagrado, cuando todo es sagrado.

Se atribuyen tener la capacidad, el derecho y el poder de ser los representantes de algo tan grande e ininteligible como lo es Dios. ¡Guau! ¡Qué ego institucional!

Además, cada una dice ser la verdadera religión de los hombres. Lo que lleva, inevitablemente, a las disputas, guerras, locuras y de-más, siempre bajo la protección de su respectivo dios. Mira nuestra historia humana.

Para mí, religión es cosificar lo sagrado de la vida, lo que todos vi-vimos todos los días y que proyectamos y reducimos a un templo, una imagen, un conjunto de reglas y temores.

Otra cosa es mi espiritualidad, mi capacidad de entrar directamen-te en contacto con las cosas, con los diferentes planos lógicos de la vida y de la realidad. Al proyectar en una religión el poder que yo contengo como ser me aíslo del mundo, me ciego, me alieno, dejo de ser para ser poseído.

La espiritualidad es, primero que nada, sentido y sentimiento de comunión, de que todo está interconectado, de que eso que llama-mos “realidad” es una inmensa “interfase” en la que estamos y que tiene múltiples sentidos.

Por miguel Posani @mPosani

iLUsTraCiÓn JessiCa mena

¡Más espiritual serás tú!

Espiritualidad es reapropiarme de mi capacidad para entrar en co-municación con el universo, Dios o como lo quieras entender; que, además, no está fuera de mí sino que yo soy parte de él.

Mi capacidad de escuchar, de intuir, de escoger desde una perspec-tiva ecológica, de actuar a través del perdón y el amor. La media-ción reflexiva con las cosas y las personas es también espiritualidad. Ser conscientes de que todos somos parte de un inmenso teatro.

Mi capacidad de centrarme en mí, ser lo más congruente posible; en donde sentir, pensar y entender se unen en un círculo recursivo.

No necesitamos una agencia telefónica para comunicarnos. Cuando nos damos cuenta de eso esas agencias totalitarias pierden todo su poder y se convierten, ante nosotros, en castillos de naipes ilusorios.

Consejo

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Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. ÉPale CCsCaracas, 3 de septiembre de 2017.

“la religión es el opio del pueblo”.

Carlos Marx

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GASTRONOMÍA

¿para que más?

POR GuSTAvO MÉRidA@gusmeRida1

FOTOgRaFÍas ENRiquE hERNáNdEz

PICHONES DE SIBARITA

A la frutería Rey de Reyes llegué por casuali-dad, como por casualidad conocí a esa mujer, quien fue la que me llevó, una tarde en la que caminábamos por la avenida Sucre cuando de repente...

¡Coño!

No fue por casualidad.

La Kola granulada (tarrito rojo) es muy cono-cida en Colombia. A eso, agregue (mejor si lo hace Alexander Figueroa, quien es el experto de 23 años) fresas, borojó, cápsula de ginseng, zanahorias, remolacha, ojo de ganado, vino Sansón, leche en polvo, brandi, bola de toro, azúcar, tomate de palo, huevo de codorniz y obtendrá la famosa Bomba Afrodisíaca.

Una bomba con esas características, para una persona que quiera explotar su potencial, cuesta 7.000 (7 bolos) y siempre, siempre so-bra un poco para cubrir cualquier espacio que deba ser completado y que, cuando corres-ponda, y empiece la onda expansiva, la trayec-toria de las esquirlas (si se puede llamar así a “eso”) recorra minuciosamente —y sin dañar a nadie— a través de esos canales terapéuticos y necesarios que, si no se usan...

Mejor sigo con que si usted paga 7 bolos, le sobra un poco; pero si opta por la promoción e invita a un contemporáneo, paga 11 bolos (aquí es cuando la contemporaneidad impor-ta: entre el fotógrafo y yo sumamos cien años) y ambos se toman más de litro y medio de este brebaje delicioso, con sus facultades especia-les. A pesar del aspecto, imposible de adjeti-var, de algunos de los ingredientes de esta re-ceta, el sabor es, sencillamente, delicioso.

Ella, aquella vez, no probó La Bomba. Segui-mos caminando y a los pocos pasos sentí una

especie de mareo que no mareaba. “¿Estás bien?”, me preguntó y la escuchaba lejos, en medio de cornetas y motos y muchos “¡a la orden!” que me quedaron sonando

mientras bebía y veía fluir el ritmo constante de tipos de distintas edades que pedían La Bomba con gestos rutinarios.

Les garantizo que, al poco rato de beberla, da hambre. Esa hambre que da a diario, de la que a veces abusamos y que se calma, poco más, poco menos, en un par de horas, cuan-do llega la hora de comer. “Estoy pasando hambre”, le oigo decir a otro contemporá-neo. “Come, compañero —le digo—. A mí me pasaba lo mismo hace media hora y ya salí de eso”. Empezó a quejarse y me miró, serio: “Es que no todo es tan literal”.

No se ven las cosas iguales con la barriga lle-na y el corazón descontento. También ven-den tizanas y un batido de moras, fresas y tomate de palo que suben las defensas, sobre todo si las tienen bajas.

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ENTREVISTA

omar cruz:el patriota

Su obra eS reflejo de la voz de loS puebloS. Su diScurSo reivindica loS valoreS revolucionarioS. el creador de el

patriota eS un artiSta en pro de la juSticia

POR mALú RENgIfo @maluRengifO / fOTOgRafÍaS ANABEL fAJARDo

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“Soy un hombre común que da gracias a Dios todas las mañanas al despertarse. Cuando abro los ojos siempre digo, con asombro y alegría, lo mismo: ‘¡Caramba! ¡Otro día para vivir!’”, ese es Omar Cruz.

Cultiva la humildad y disfruta caminar por las calles con la dignidad, la tranquilidad y la moral de quien ha sido consecuente, honesto y leal: es un hombre de principios. Afirma que cuando lo reconocen y saludan con ca-riño se reafirma su compromiso de seguir dibujando para el pueblo. Sus motivaciones son el arte, la patria, el pueblo, su familia y su propia vida. Se sabe un hombre feliz.

—¿QuÉ SIENTES AL CREAR?—Siento el compromiso de dar lo mejor. Siento el alma, la mente y el corazón en mi lienzo, en el papel, en mis pinceles, en la ar-cilla y en todo lo que hago. A veces yo mis-mo he llegado a sorprenderme al ver cómo de mi lápiz salen dibujos, y hasta textos, que en muchos casos ni los he planificado. Por eso creo que esto es una bendición a la cual no debo ni puedo defraudar.

—HáBLAmE DE EL RANCHITo. ¿EN DóNDE ExISTE?, ¿QuIÉNES VIVEN EN ÉL?—El Ranchito es la creación que me dio a conocer como caricaturista. Salió publica-do por primera vez el 17 de noviembre de 1989, luego de ser planificado y concep-tualizado en mi ranchito del barrio Los Erasos de San Bernardino, donde nací y crecí. Quería dejar de ser un dibujante de relleno, así que inventé un personaje que re-presentara al pueblo de Venezuela. Los per-sonajes que ahí habitan somos tú, yo, ellos, cualquiera. Creo que la magia está en que cada quien se imagina sus personajes y se-ría decepcionante si algún día dibujara a La Negra, porque estoy seguro que cada quien tiene conceptualizada su propia negra y su propio amor.

—¿ERES uN PATRIoTA?—Sí, soy un patriota con superpoderes y todo, un personaje de comiquitas. Vivo en un mundo que me invento todos los días, con capas, máscaras, ratoncitos, superhé-roes, casitas con árboles, aviones y ballenas.

Cruz asegura que no pasa un solo un día de su vida sin dibujar

—¿QuÉ ES uN PATRIoTA y QuIÉN ES ESE PERSoNAJE LLAmADo EL PATRIoTA?—Patriota es todo el que luche por consoli-dar un mundo mejor, de justicia, igualdad y valores. El Patriota es uno de mis más ama-dos y ambiciosos proyectos, una creación cuyo fin es demostrarle al mundo que en Venezuela también somos capaces de ha-cer personajes con los cuales nos podemos identificar. Mi sueño es inspirar a esa gran cantidad de dibujantes y talento nacional para que hagan y publiquen sus persona-jes de historietas. El Patriota lo inventé en 1993 y en 2016 salió publicado. Esperé, de manera injusta, muchos años y lamentable-mente el número dos no pudo salir, pues se desató en Venezuela una crisis económica que hizo imposible imprimir este tipo de material. El proyectos era hermoso, un re-galo para la patria: un álbum de barajitas, disfraces de El Patriota para los niños, pi-ñatas, el muñequito y hasta la producción de la primera película de superhéroes he-cha en Venezuela.

—¿DE QuÉ foRmA PuEDE EL AR-TISTA CoLABoRAR EN LA ELA-BoRACIóN DE uN DISCuRSo PA-TRIóTICo?—Con una historieta bien ilustrada y un guión estratégicamente escrito. Capitán América fue creado en los años 40 para animar y resaltar las tropas gringas que andaban invadiendo países; de hecho, el personaje es un soldado que ganaba todas las guerras, incluso la de Vietnam. El arte es un arma poderosa: muchas veces una simple caricatura llega más a la gente que un libro de 500 páginas. Ojalá algún día en Venezuela se comprenda el inmenso poder que tienen las comiquitas y la ilustración. A nosotros nos siguen invadiendo silen-ciosamente con enlatados, causando en nuestras niñas y niños daños irreparables. Tú ves a los chamos dibujando y la mayoría tiene influenciado el estilo del manga. No tengo nada contra el manga, pero es un es-tilo foráneo, que no nos identifica. Sé que podemos crear nuestro propio estilo, pero para eso se necesita mucha motivación e in-

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versión. Por eso me la paso repitiendo esa contundente frase de Alí Primera: “Algún día la cultura será Gobierno”.

—¿QuÉ ES LA CAmPAñA DE “No AL SoSTÉN” (NAS)?—Un buen día se me ocurrió lanzar un parti-do político que terminó siendo un movimien-to. Le puse “No al sostén”, por la necesidad de transmitirle un mensaje ideológico y sublimi-nal al país, para que dejara de ser tan depen-diente del sistema capitalista y hambreador y para que despertara su conciencia. Esas eran las “dos poderosas razones”, no vayas a pensar que era por otra cosa. Eran los años 90 y aún no estaba de moda el silicón; sin embargo, la mujer venezolana no se limita a la hora de ex-hibir su belleza y fue así como el movimiento fue creciendo y creciendo, hasta ver lo que hoy es: una hermosa realidad. El NAS sigue cre-ciendo en tamaños incalculables y ya, afortu-nadamente, nadie puede parar eso (risas).

—¿QuÉ ESTáS PLANEANDo EN ESTE momENTo?—Actualmente estoy desarrollando un

proyecto hermoso, oportuno y necesario para nuestra Venezuela: la vida de Simón Bolívar en comiquitas. Estoy aprendiendo cada día más sobre el arte de la escultura fantástica y la animación. He realizado va-rias piezas del Bolívar que se usarán con la técnica de Stop Motion. En la película quiero combinar las técnicas de los dibujos animados 2D y 3D. Esta película será adap-tada en capítulos seriados para televisión, también en historietas impresas y hasta un álbum de barajitas.

—CuÉNTAmE ALgo QuE No LE HAyAS DICHo A NADIE—Mmm... bueno, estoy terminando de es-cribir mi autobiografía y he dado la orden de ser impresa y publicada una vez haya cambiado de paisaje, que no sé cuándo será. Ahí dejaré por escrito muchas cosas, como mi inmenso dolor por no haber po-dido consolidar el sueño de montar una es-cuela de dibujo. A veces releo partes de esa autobiografía y me doy cuenta de que mi vida fue bendecida y, definitivamente, muy fuera de lo común.

“PATRIoTA ES ToDo EL QuE LuCHE PoR CoNSoLIDAR uN muNDo mEJoR, DE JuSTICIA, IguALDAD y VALoRES”_

El artista se reinventa constantemente: en la actualidad explora técnicas de escultura para animación

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Edición Número Doscsa. Año 05. ÉPALE CCS Caracas, 3 de septiembre de 2017.

LA VIDA ES JUEGO

Si queremos encontrar un cambio paradigmático en el deporte ve-nezolano, basta mirar lo que ha ocurrido con las mujeres en los últimos 18 años y lo que pasaba en otros tiempos. Nunca en la historia del deporte nacional las mujeres habían tenido un desem-peño tan deslumbrante. Ninguna había sido campeona mundial en atletismo hasta que Yulimar Rojas se consagró hace pocos días, en la cita de Londres, derrotando con un vuelo de 14,91 metros a la colombiana Caterine Ibargüen, reina absoluta del salto triple con dos títulos mundiales consecutivos (Moscú 2013 y Beijing 2015) y el oro olímpico en Río de Janeiro 2016. A sus 21 años Yulimar es la campeona mundial más joven en la historia del salto triple, por lo que su dominio de esta disciplina apenas inicia. Robeilys Pei-nado (18 años) también hizo historia en Londres con la medalla de bronce en la pértiga, repitiendo el vuelo de 4,65 metros, récord nacional.

¿Alguien puede olvidar el mejor gol del Mundial de Jordania? Deyna Castellanos recibió el pase en el círculo central, y de 50 me-tros metió un cañonazo teledirigido que liquidó 2-1 a Camerún cuando apenas quedaban segundos para el pitazo final. Su sober-bia actuación en Jordania y la elección como la mejor futbolista universitaria en Estados Unidos esta temporada la catapultaron a la lista exclusiva para el premio de la FIFA, con tan solo 18 años.

POR GErArDO BLAnCO@GERARDOBLANCO65

ILUSTRACIÓN JOSÉ LUIS rOJAS rAUSSEO

Prodigios femeninos

Recordemos también aquella otra imagen conmovedora: Stefany Hernández en la pista de BMX de Deodoro cruzando la meta con la bici al hombro tras sufrir una caída, lo que no le impidió seguir pedaleando hasta llegar a la final y conquistar bronce en una ca-rrera de sangre, coraje y lágrimas en Río. Y en los Sordolímpicos de Samsun, Turquía 2017, las karatecas Liz Marcano, Ana Rivera y Diana Godoy y la ciclista Ludy Correa ganaron cuatro de las cinco doradas para Venezuela. ¿Cuántas atletas figuraban entre las me-jores del mundo antes de la Revolución Bolivariana? ¡Ninguna!, pues el Estado no se ocupaba del deporte y las mujeres que reci-bían algún respaldo individual, como el caso de María Elena Giusti en nado sincronizado, se debía fundamentalmente a la influencia de su padre, Luis Giusti, en la directiva de Pdvsa.

La Constituyente de 1999, que incluyó el Artículo 111 en la Consti-tución Bolivariana para garantizar el derecho a la actividad física y el deporte a todas y todos los venezolanos, es la principal responsable de este cambio paradigmático. Nuestras campeonas en el deporte flore-cen y se multiplican en un país donde las mujeres dejaron, hace rato, de ser simplemente un producto del mercadeo y la fatuidad televisiva, para liderar una profunda transformación social y deportiva que las ha colocado en la cima del planeta; esto, sin recurrir a artificios estéticos para exhibir, con orgullo, sus prodigios.

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miniCRÓniCAS

Todos los 20 de mayo se celebra en Vene-zuela el Día del Cronista, conmemorando el nacimiento del escritor valenciano Enri-que Bernardo Núñez, primero en ser nom-brado con rango oficial para la ciudad de Caracas el 9 de enero de 1945. Su libro, La ciudad de los techos rojos, es de gran utili-dad para entender la historia de la capital.

Tuvo este cargo en la época colonial, es-pecial significado por la importancia que el conquistador le daba al oficio de relator o escribano. Para entonces varios fueron quienes lo ostentaron: fray Pedro Simón, José Oviedo y Baños, Buenaventura Terre-ro, etcétera. Pudiera decirse que la necesi-dad de preservar la memoria histórica de la ciudad fue lo que, posteriormente, llevó al Consejo Municipal a oficializar el resguar-do de los documentos en archivos. Por el cargo han pasado hombres como Guiller-

mo Meneses, Guillermo José Schael, Gui-llermo Durand (el actual).

Los dos párrafos anteriores delatan ana-les necesarios de conocer, pero la realidad igual nos dice que la historia de Caracas la montamos sus habitantes sobre el fogón de la cotidianidad, elaborando el guiso con que se va a aderezar el condumio. Significa esto que somos quienes hacemos su histo-ria. Somos sus propios cronistas. Cuando vamos al trabajo, al centro educativo, al mercado, a la iglesia lo hacemos mezclando vivencias que nos hacen sentir caraqueños aunque, a veces, para muchos, sin saber lo que eso significa.

La crónica reclamando presencia en la bu-seta La Pastora-Petare, el asiento del moto-taxi, el bus Magallanes-Chacaíto, los vago-nes del Metro... con su mescolanza de voces

Más cronista serás tú

FOTO

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a contrapelo cabalgando sobre una mul-tiplicidad genética. Es el ascensor que no sirve, el mensaje de texto, la cola de la ter-cera edad, el papagayo en las nubes, el loco caminando al lado del perrito sarnoso, el ladrón de busetas; la plaza donde usted, po-siblemente, está leyendo este relato ligando que pase el vendedor de café y cigarros al detal; el borracho que dobló por el callejón. En fin, que Caracas es la originalidad de un palíndromo circunscrito en nuestra propia carne.

Ya no están Pérez Bonalde, Cabré ni Caremis recitando, pintando y narrando a los pies de la Sultana. Pero sí nosotros absorbiendo su rea-lidad y complejidad; llamados a preservarla, defenderla y contarla con el deleitoso maso-quismo de tener que sufrirla día a día.

Por Pedro delgado

Ciudad de payasos (frag.)

@indira_carpioPOR INDIRA CARPIO

Por Augusto Monterroso (guAteMAlA)

Por JAiMe sáenz (BoliviA)

en lima la muerte es el deporte local, quienes mueren de manera fantas-magórica, violenta o espectacular son celebrados con titulares macabros en los periódicos de cincuenta céntimos. Yo no trabajo para esa clase de periódi-cos, pero si lo hiciera también escribiría esos titulares. Al igual que mi padre, nunca rechazo un trabajo.He cubierto redadas antidrogas, homi-cidios dobles, incendios en discotecas y mercados, accidentes de tránsito, bombas en centros comerciales. He escrito sobre políticos corruptos, viejas glorias del fútbol convertidas en alco-hólicos, artistas que odian al mundo. Pero nunca he hecho un reportaje sobre la muerte inesperada de un trabajador de edad madura en un hospital público. llorado por su esposa, por su hijo, por su otra esposa y por los hijos de ésta. la muerte de mi padre no era noticia. Daniel Alarcón (Perú)

el paraíso imperfeCto

la muerte por el taCto (frag.)

Es cierto, dijo melancólicamente el hom-bre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno; en el Paraíso hay amigos, músi-ca, algunos libros; lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve.

“En los bancos, en las alamedas discretas, uno se topa con las personas que nadie quiere ya”.Canción dulce, Leila Slimani

maría sotomayor@msotomayor

triNos

El aliento selvático traspira y se des-vanece, jadea mudo como el viento, susurra dulcemente paraser como el bosque. Se enfurece y cae como el follaje del bosque. No se avergüenza en absoluto.

Por PAruYr sevAk (ArMeniA)el bosque

Te tocas y no hay música.Te tocas y súbitamente sabes que no hay [tú,y lo que tocas no sirve más que para [saber que no tocaslo que tocas no hayno es ilusorio porque todavía no has [muertopor qué no has de hablar en serioy ver si pasa algo en el cielo que siempre [es nuevosi pasa algo en tus manosy en la superficie de tu carne,cuando conspires contra la armoníay contra la propia mirada y revientes [como un tallo sin haber dicho “a”.El derredor de lo que no hay no podrá [másy hará que estés callado y vistas al [mundo con un ropaje [inmenso y hondopara que nadie lo vea ni desde el [principio ni desde el finpara que en el albor la rítmica de lo [desconocidovuelva los ojos hacia una totalidad ciega [y calladay juzgues perplejoel que ahuyenten con agua a los perrosjustifican jubilosos la vida para que otros [duermanlas cosas son contempladas como si no [fueran parte de uno mismocual si no se fuese un decir más de la [vida, uno más con los otrosque también se hurgan las uñas y salen a [las calles,y miran la vida a través de sus hijosque a su vez miran la vida como si [tuviesen hijos al instante [de mirar la vidate tocas y no haytienes miedo —sabes que no habrá [fórmulasuna sonrisa para la viday ensayas tu tactodesconfías.

Edición Número Doscientos cuarenta y tres. Año 05. Épale CCs Caracas, 3 de septiembre de 2017.

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POR NePtalí SegOvia

1. “Si la naturaleza se opone ‘...’ contra ella y haremos que nos obedezca”.

10. Órgano de una planta que penetra en la tierra.

11. Caso de diptongo. 12. Cerveza ligera inglesa. 14. Conjunto de rayos luminosos de un

mismo origen. 15. Nube grande, de aspecto negruzco (inv.).

18. Juntemos, reunamos, aunemos. 20. Símbolos del yodo, del voltamperio y

del actinio. 21. Vuelta ciclística a Italia.22. El actual ministro de Comunicación e

Información de Venezuela (inv.). 24. En el ajedrez, enroque corto. 25. Disco de larga duración. 27. Dominio de internet de Ecuador.

29. Dominio de internet de Irán. 31. Caso dativo del pronombre vosotros. 33. Domínio de internet de Montenegro. 34. Antónimo de soberbio, altivo, rebelde.38. Antepasado epónimo de los arameos. 40. Alma del purgatorio. 41. Parte del cuerpo destinada a realizar una

función determinada. 43. Batalla de..., batalla comandada por José

Félix Ribas en 1813. 45. Onomatopeya del sonido que produce

un golpe. 46. Hable en público, dé un discurso (inv.). 47. Iniciales de físico japonés, premio Nobel

de Física en 1973. 48. Macho de la vaca (inv.). 50. Parte de la geología que estudia los

terremotos.

SO

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R

2. Último elemento natural de la tabla periódica.

3. Buscar y perseguir animales salvajes. 4. Apócope de hijo. 5. Ocelote, felino sudamericano (inv.). 6. Manifiesta con risas (inv.). 7. Invertebrado marino comestible, provisto

de esqueleto externo. 8. Llanura, planicie, llano. 9. “Viviremos y...”. 13. El presidente de Cuba (inv.). 14. Recordado líder carismático

latinoamericano. 16. Siglas de oestesuroeste. 17. Vertebrado con alas. 19. La unidad de cantidad de materia del

Sistema Internacional de Unidades. 23. Vigésima primera letra del alfabeto

español.26. Persona o cosa que sirve de base o

fundamento para algo (pl.). 28. Sinónimo de compañero, camarada,

aliado (pl.). 30. Símbolo del rad. 32. Cuerpo aeriforme (inv.). 33. Mamífero acuático de la familia de los

sirenios. 35. Juntar dos o más cosas entre sí.36. Símbolos del yodo, del metro y de la

inercia. 37. Símbolos del electrón, del oxígeno y del

metro. 39. Experimentar gozo o placer (inv.).42. Alabar, encomiar, ensalzar (inv.). 44. Mil cincuenta y uno en números

romanos (inv.) 49. Dominio de internet de Rumania.

CRUCI

Sabemos que a todos nos va a llegar pero no cuándo. Una verdad de perogrullo, a todas luces. Sin embargo, a pesar de tanta certeza y obviedad pocos se han puesto a dilucidar qué dirá esa “fría lápida de mármol” sobre la persona que allí yace. Este minimanual, sugerido por un amigo, es una ayuda para quienes tendrán que redactar esas líneas que quedarán para la postrimería.

1. Si su nombre o apellido es difícil de escribir, déjelo en un papelito bien anotado. Incluya tildes, haches, equis, yes.

2. No trate de influenciar a los demás para que escriban algo bueno de usted. Sea honesto hasta el final.

3. Trate de que esa tarea la haga alguien con buena ortografía. Recuerde que no podrá corregirlo.

4. Si no le gusta el palabrerío vacío, que pongan su nombre y ya.

5. Si más bien le gusta la oratoria y quiere dejar el texto preparado, recuerde que cuenta con pocos caracteres para resumir tantas cosas sobre usted.

6. Si fue periodista, deje un buen lead sobre sí. No ponga malas noticias.

7. Puede intentar con la posverdad, total, nadie se lo va a reclamar.

8. Diga que fue el más arrecho. Una mentirilla que no perjudi-ca a nadie.

9. No deje espacio, para que nadie baile sobre su tumba.

10. Hay que reírse de la muerte como venganza inútil de ese juego de ajedrez que nunca ganaremos.

MINIMANUAl pArA escrIbIr lA lápIdA de tU tUMbA

tUIt de

ImagInarIocuando te sale un

chipichipi premiado

@laespergesiaPOR NATHALI GÓMEZ

Ilustración: L. "Razor" Balza

Tu obsesión por la limpieza y el orden no limpiará tu alma ni arreglará tu vida. ¡Relájate!

HOrrÓscOpO

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