consideraciones en diseño de parques

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Economía, Sociedad y Territorio, vol. VI, núm. 24, 2007, 913-951 Consideraciones sociales en el diseño y planificación de parques urbanos RAMIRO FLORES-XOLOCOTZI MANUEL DE JESÚS GONZÁLEZ-GUILLÉN* Resumen Los parques urbanos han sido creados desde tiempos históricos con la finalidad de proporcionar diversos servicios destinados a beneficiar a determinados grupos sociales. Actualmente, el concepto de parques públicos incluye principios de sustentabilidad ecológica, económica y social, es debido a ello que se permite considerarlos como espacios incluyentes y con usos recreativos diversos. Sin embargo, a través de un análisis de estudios de caso en mujeres, etnias, razas, homosexuales y personas con discapacidades o con necesidades especiales, este traba- jo expone que los parques actuales distan de ser incluyentes. Esta deficiencia podría repercutir negativamente en la calidad y uso de los mismos. En este documento se sugieren estrategias y recomendaciones que permiten la creación de programas de asignación, diseño y mane- jo de parques bajo una perspectiva de inclusión y equidad consideran- do demanda social recreativa y participación ciudadana. Palabras clave: equidad, espacios verdes, inclusión, participación ciu- dadana, recreación. Abstract Since historical times, urban parks have been created to provide some services for the benefit of certain social groups. Nowadays, the concept of public park includes some principles of ecological, economical and social sustainability and thus it is possible to consider them as places of inclusion and with a diversity of recreational purposes. Nonetheless, through the analysis of some case studies with women, ethnic groups, racial groups, homosexuals, disabled people or people with special needs, this paper pro- poses that today’s parks are far from being inclusive. This deficiency can have negative effects in the quality and use of the parks themselves. We suggest some strategies and recommendations that allow the creation of programmes for the allocation, design and management of parks under a perspective of inclusion and fairness, by considering the recreational social demand and the citizens’ participation. Keywords: fairness, green spaces, inclusion, citizen participation, recreation. * Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo, México. Correos-e: floresxzr@ prodigy.net.mx, [email protected].

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  • 913Economa, Sociedad y Territorio, vol. VI, nm. 24, 2007, 913-951Economa, Sociedad y Territorio, vol. VI, nm. 24, 2007, 913-951

    Consideraciones sociales en eldiseo y planificacin de parques

    urbanosRAMIRO FLORES-XOLOCOTZI

    MANUEL DE JESS GONZLEZ-GUILLN*

    Resumen

    Los parques urbanos han sido creados desde tiempos histricos con lafinalidad de proporcionar diversos servicios destinados a beneficiar adeterminados grupos sociales. Actualmente, el concepto de parquespblicos incluye principios de sustentabilidad ecolgica, econmica ysocial, es debido a ello que se permite considerarlos como espaciosincluyentes y con usos recreativos diversos. Sin embargo, a travs deun anlisis de estudios de caso en mujeres, etnias, razas, homosexualesy personas con discapacidades o con necesidades especiales, este traba-jo expone que los parques actuales distan de ser incluyentes. Estadeficiencia podra repercutir negativamente en la calidad y uso de losmismos. En este documento se sugieren estrategias y recomendacionesque permiten la creacin de programas de asignacin, diseo y mane-jo de parques bajo una perspectiva de inclusin y equidad consideran-do demanda social recreativa y participacin ciudadana.

    Palabras clave: equidad, espacios verdes, inclusin, participacin ciu-dadana, recreacin.

    Abstract

    Since historical times, urban parks have been created to provide someservices for the benefit of certain social groups. Nowadays, the concept ofpublic park includes some principles of ecological, economical and socialsustainability and thus it is possible to consider them as places of inclusionand with a diversity of recreational purposes. Nonetheless, through theanalysis of some case studies with women, ethnic groups, racial groups,homosexuals, disabled people or people with special needs, this paper pro-poses that todays parks are far from being inclusive. This deficiency canhave negative effects in the quality and use of the parks themselves. Wesuggest some strategies and recommendations that allow the creation ofprogrammes for the allocation, design and management of parks under aperspective of inclusion and fairness, by considering the recreational socialdemand and the citizens participation.

    Keywords: fairness, green spaces, inclusion, citizen participation, recreation.

    * Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo, Mxico. Correos-e: [email protected], [email protected].

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    Introduccin

    Segn la Comisin Mundial del Medio Ambiente y del Desarro-llo (CMMD, 1988), al inicio del siglo XXI prcticamente la mitad dela humanidad habitar en centros urbanos; otras estimacionesestablecen que la rpida urbanizacin de las sociedades huma-nas permitir que en el ao 2030, ms de 60% de la poblacinmundial viva en ciudades (United Nations, citado en Bolund yHunhammar, 1999: 193). Sin embargo, diversas ciudades del si-glo XXI, especialmente aqullas ubicadas en naciones emergen-tes, arrastran histricamente problemas ligados a un crecimien-to y desarrollo urbano no planificado que han sido objeto dediscusin, al menos desde el inicio de la Revolucin Industrial.Esos problemas crticos de planificacin urbana resultan en unadesigual dotacin de bienes y servicios urbanos que restringe lacalidad de vida de los habitantes. No obstante esa preocupacinhistrica de al menos 300 aos por el crecimiento y desarrollode las ciudades, las urbes actuales se caracterizan por tener encomn problemas ambientales y sociales como contaminacin,dficit de espacios verdes,1 inseguridad, desigualdad social y dis-criminacin de grupos sociales dentro de los espacios urbanos.

    Por lo anterior, la CMMD (1988) sugiri que los programas ypolticas pblicas para el desarrollo y bienestar urbanos conside-ren indicadores de sustentabilidad y estndares de calidad de vidaque tomen en cuenta aspectos econmicos, ecolgicos y socia-les. Uno de los indicadores propuestos por la Organizacin Mun-dial de la Salud (OMS) y por el Programa de Naciones Unidas parael Medio Ambiente (PNUMA, 2003), es la superficie de reas ver-des urbanas por habitante. Al respecto, actualmente, la OMS re-comienda un mnimo de 9 m2. Tambin aconseja un diseo dereas verdes que permita a los citadinos vivir a una distancia deno ms de 15 minutos a pie de un espacio verde pblico (Miller,1997; Sorensen et al., 1998); consecuentemente, los espaciosdeberan establecerse entre s al doble de la distancia mencionada.

    Adems, considerando principios de sustentabilidad social, sesugiere que los beneficios que proporcionan los espacios verdespblicos se distribuyan equitativamente entre los diferentes gru-pos sociales que integran la sociedad, y que esos grupos partici-pen de forma activa en los planes de asignacin y diseo de reasverdes urbanas (Speller y Ravenscroft, 2005). Los indicadores y

    1 En este documento, los trminos parques pblicos, parques urbanos, espaciosverdes y reas verdes se consideran sinnimos.

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    sugerencias de los organismos internacionales constituyen unreconocimiento internacional sobre los mltiples beneficios am-bientales, sociales y de salud que los parques pblicos propor-cionan, y que son descritos por Ariane Bedimo-Rung y otros au-tores (2005).

    Por lo anterior, la distribucin equitativa de tales beneficiosse lograr nicamente si se conciben los espacios verdes (al igualque cualquier espacio pblico urbano) como sitios que permitanel acceso a los diferentes grupos sociales presentes en las locali-dades urbanas. Desde esta ptica de acceso a los espacios pbli-cos, y de acuerdo con Lennie Scott-Webber y Anna Marshall-Baker (1998: 10), existe equidad cuando los ciudadanos tienenigual oportunidad de interactuar o afectar sus ambientes.

    De acuerdo con los anterior, se considera a los parques urba-nos como espacios incluyentes y de usos diversos para la pobla-cin, sin distincin de gnero,2 orientacin sexual, razas, discapa-cidades, posicin econmica o clase social, y cuyo objetivo principales incrementar la calidad de vida urbana (Chiesura, 2004).

    Planteamiento y objetivos

    Los parques citadinos constituyen parte fundamental del paisajeurbano y se pueden caracterizar como un bien complementarioa la dotacin de vivienda por los diversos beneficios que propor-cionan a todos los grupos sociales que viven en la ciudad. Estacomplementariedad puede rastrearse en el tiempo varios siglosatrs. De modo tal que su inclusin actual en los programas deplanificacin urbana est definida por una serie de sucesos his-tricos que permiten entender los actuales aspectos de asigna-cin, manejo y administracin de espacios verdes urbanos hastallegar a la actual ptica de sustentabilidad econmica, social yecolgica.

    Las deficiencias de inclusin social en las reas verdes citadi-nas se analizan desde el enfoque de sustentabilidad. Consecuen-temente, el objetivo principal en este trabajo es exponer, pormedio de un anlisis de estudios de caso en mujeres, etnias, ra-zas, homosexuales3 y personas con discapacidades de diferentes

    2 Como gnero se entiende lo considerado por Marta Lamas (1998): lo que lasociedad concibe que debe ser propio de un hombre y propio de una mujer tomandocomo referencia la anatoma respectiva de cada uno y sus funciones reproductivasevidentemente distintas.

    3 El trmino homosexual se emplea para referirse a hombres que gustan de tenercontactos erticos con otros hombres. De acuerdo con Arturo Snchez (2002), el

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    tipos, que los parques distan de ser espacios incluyentes en sususos. Esa deficiencia podra repercutir negativamente en la cali-dad y uso de los mismos.

    Para alcanzar el objetivo general, el anlisis se dividi en trespartes:

    a) Se realiza una breve revisin histrica de la asignacin deespacios verdes urbanos, lo que permite detectar de ma-nera histrica la exclusin social desde tiempo pasado.

    b) Se presenta un anlisis de la situacin actual de la exclu-sin y discriminacin de los grupos anteriormente men-cionados en los espacios verdes urbanos.

    c) Se sugieren algunas estrategias y recomendaciones que per-mitan el diseo y manejo de parques pblicos desde unaperspectiva de equidad e inclusin social dentro del espa-cio, adems se resaltan las bondades de la participacin ciu-dadana como una forma de lograr programas de asignacin,diseo y manejo de espacios verdes incluyentes.

    1. Los parques urbanos y la exclusin social: breve historia

    Hablar de las primeras ciudades surgidas en funcin del poderpoltico y religioso es remontarse a Mesopotamia, en donde ha-cia el ao 3000 a.C. se encuentra una sociedad neoltica: lossumerios, que tendan a agruparse en ncleos protourbanos(Nieto, 2000: 2166).

    Esos ncleos protourbanos evolucionaron durante los siguien-tes dos milenios hacia la conformacin de las primeras ciudades,como Babilonia, ciudad que evidencia un primer nivel de planifi-cacin urbana tendente a proporcionar servicios religiosos, go-bierno, vivienda y comercio. Es en esta antiqusima ciudad don-de se pueden encontrar algunos de los primeros diseos devegetacin de tipo jardn elaborados para embellecer una ciu-dad. Esos primeros diseos constituyeron los llamados JardinesColgantes de Babilonia, creados dentro de los palacios realesdurante el periodo del rey Nabucodonosor II, entre los aos 604y 562 a.C.

    Aun y cuando esas zonas verdes fueron consideradas partearquitectnica de las ciudades antiguas, no cobraron auge du-

    trmino incluye a aquellos hombres que se reconocen como gays aceptando su prefe-rencia homosexual, y a hombres que se reconocen como heterosexuales y que gustantambin del mismo tipo de contactos erticos.

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    rante los siguientes mil aos. Esta relacin se observa en un ini-cio en forma de pequeos jardines privados (Fernow, 1911). Pos-teriormente, durante la Edad Media tambin se podan encon-trar jardines ubicados en las moradas de la clase gobernante y enespacios dentro de templos religiosos. Esa falta de inters posi-blemente est relacionada con el hecho de que las primeras ciu-dades eran pequeas, comparadas con las actuales; adems deque los primeros citadinos tenan mayores oportunidades en tr-minos de distancia y tiempo para acudir al campo fuera de laciudad. Por lo anterior, tipos funcionales y arquitectnicos se-mejantes a los Jardines Colgantes de Babilonia son los que re-presentaron las primeras zonas verdes citadinas durante unabuena parte de la historia urbana.

    Posteriormente, en el Renacimiento, las zonas verdes se ex-tienden a espacios abiertos creados para el disfrute de las clasesnoble y alta; esas zonas generalmente se ubicaron fuera del cen-tro o a las orillas de las ciudades. Sera ste el caso del parque dela Alameda Central en la Ciudad de Mxico, creado en 1593,como lo refiere Ramona Prez (2003: 1):

    La desecacin de los cinco lagos del Valle de Mxico dej atrs la ciu-dad mtica azteca de Tenochtitlan integrada con agua y vegetacinpara formar la metrpoli colonial espaola cuyas plazas y calles nocontaban con rboles. Por ello, a finales del siglo XVI se cre al ponientede la capital de la Nueva Espaa, la Alameda Central para brindarbelleza a la ciudad y un lugar de recreo de las clases altas.

    Hasta ese momento histrico, y considerando el objetivo so-cial de dichos espacios abiertos, no se puede hablar an de par-ques pblicos tal como se conciben actualmente, ya que esosespacios en Europa y Amrica estaban dirigidos slo a las clasesaltas y a la nobleza.

    Tres siglos despus, la Revolucin Industrial, adems de ge-nerar grandes beneficios, trae consigo enormes problemas so-ciales y de salud producto de una desorganizada planificacinurbana, como lo describe Friedrich Engels (1999) para las ciuda-des inglesas de principios del siglo XIX. Dicha Revolucin se pue-de considerar como un catalizador que puso en la mesa de discu-sin de gobernantes y cientficos, las formas y estrategias paramejorar las condiciones de vida urbana. Tal situacin estimul elorigen y aplicacin de diversas ideologas en arquitectura y urba-nismo durante los siglos XVIII y XIX, sobresaliendo el racionalis-mo, el liberalismo, el utilitarismo y el higienismo, entre otras.Ese periodo histrico corresponde a lo que Federico Fernndez

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    (2000) denomina periodo neoclsico de la arquitectura y el ur-banismo, el cual permiti el desarrollo paulatino de nuevos mo-delos de ciudades. Esos modelos se tradujeron en esquemas dedotacin de bienes y servicios como las reas verdes. Evidenciade ello fue la planeacin de numerosos parques urbanos funda-dos en el siglo XIX en ciudades de Europa y Amrica. Espacioscomo el Central Park en Nueva York, y el Sefton Park y el StanleyPark en Liverpool, fueron diseados a mediados del siglo XIX comolugares donde los citadinos pudieran convivir con la naturaleza,mejorar su salud y adems relajarse en un paisaje rural (Taylor,1999; Marne, 2001).

    Esa visin de diseo constituy parte del pensamiento de gen-te como Frederick Law Olmsted, diseador del Central Park jun-to con Calvert Vaux entre 1858-1861. Olmstead y otros promo-tores destacaban como parte de las bondades de los parques supoder relajante, y la habilidad de los espacios verdes para dismi-nuir la lucha antagnica de las clases sociales. Olmstead creaespecialmente que los parques podan fomentar sentimientos degrupo sin importar la clase social, llevando salud para todos, enparticular a los ms pobres y desprotegidos y alejando a los hom-bres de vicios y otros comportamientos destructivos y no saluda-bles (Taylor, 1999: 6). La visin de diseo de Frederick Law Ol-msted incorpor tambin el concepto de mecanismo de controlsocial mediante el diseo de un modelo de parque que funciona-ra como un agente efectivo de vigilancia (Taylor, 1999). Ese dise-o permitira a la clase media supervisar y controlar la conductade la clase trabajadora durante su tiempo libre.

    En Europa, la preocupacin y el inters por la salud de loscitadinos catalizaron el surgimiento del movimiento Garden Cityen la Inglaterra de fines del siglo XIX. Ese movimiento fue auspi-ciado por Ebenezer Howard, quien sugiri disear ciudadesembellecidas con espacios verdes (las ciudades jardn). Howardproporcion adems uno de los primeros indicadores de planifi-cacin urbana al recomendar que las ciudades estuvieran rodea-das con cinturones verdes en una relacin de cinco hectreas decinturn por una de tierra desarrollada (Miller, 1997).

    Paralelamente, en Estados Unidos de Amrica (EUA) surgi elmovimiento City Beautiful, desarrollado, entre otros, por Frede-rick Law Olmsted Jr. y Daniel Burnham tambin a fines del sigloXIX. Los movimientos Garden City y City Beautiful fueron mo-delos de planificacin urbana tendentes a crear parques pblicosy mejorar la salud de los citadinos, por lo cual comprendan un

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    diseo arquitectnico urbano con fundamentos sociales (TheGarden City Movement, 1906; Salvador, 2003).

    En los primeros aos del siglo XX, el enfoque de control socialde espacios como el Central Park se vio fortalecido con diversosmovimientos reformistas en recreacin urbana auspiciados pormujeres de clase media que promovan un entretenimiento fami-liar e infantil (Taylor, 1999). Despus, esos movimientos resulta-ron en lo que Galen Cranz y Michael Boland (2004) denominanetapa de Parques de la Reforma, que se extendi desde 1900hasta 1930 y que asimil la recreacin infantil como uno de susprincipales objetivos. Cranz y Boland (2004) identifican, al me-nos en EUA, tres etapas histricas ms en el desarrollo de los par-ques urbanos de 1930 a la fecha (cuadro 1); esas etapas conside-ran extender los beneficios derivados de los parques a diferentesgrupos sociales. La visin de recreacin y convivencia fue en unprincipio familiar, y en las dos ltimas etapas se extiende paraincluir a los residentes citadinos de manera general. La clasifica-cin histrica de tipos de parque de Cranz y Boland es til debi-do a que permite relacionar la meta social con el orden geom-trico y los beneficiarios. De especial inters es la etapa actual,que desemboca en el tipo denominado parque sustentable, quetiene como meta la salud humana y la salud ecolgica y, por lomismo, provee al concepto de parque urbano una importanciaambiental y de conservacin.

    Sin dejar de reconocer la importancia ecolgica que cumplenactualmente los espacios verdes, es de inters para este anlisiscentrarse por el momento en la funcin de inclusin social. Si sehace una revisin general de las etapas histricas a travs de lascuales se han desarrollado los parques urbanos, se observa que lainclusin social ha sido uno de los objetivos principales en cadaetapa. En cuanto al orden geomtrico, en cada etapa ste se tieneque adaptar a las metas sociales, las cuales a su vez se traducen enbeneficios dirigidos a los grupos privilegiados en cada tipo de par-que. Parte de los beneficios se obtienen por medio de actividadesrecreativas que llevan a los grupos a hacer uso del espacio.

    Una revisin histrica ms puntual permite establecer que losprimeros movimientos reformistas de parques tendieron a pro-mover principalmente una moral y salud urbanas mediante elcontacto de las familias con la naturaleza. Ese contacto se impul-s con paseos familiares, tambin se promovi la recreacin fa-miliar e infantil para evitar as la descomposicin social en lasciudades y las actividades ilcitas como la delincuencia. Esa metasocial se generaliz a los diferentes grupos sociales (Taylor, 1999;

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    Marne, 2001). El establecimiento de ese objetivo, si bien su fina-lidad era lograr la inclusin social de todos los citadinos, resulten una problemtica de exclusin social, ya que los beneficiariosrealmente fueron las familias de clase media que demandabanese tipo de recreacin en particular.

    Como resultado de lo anterior, desde un inicio surgieron con-flictos entre familias de clase trabajadora a quienes les interesa-ba ms una recreacin activa en los espacios, como actividadesdeportivas y reuniones, frente a aquellas familias de clase mediaque preferan un uso pasivo de disfrute del espacio verde (Ta-ylor, 1999). Esta consecuencia tiene su origen en que se desco-noci en principio la diversidad de gustos y preferencias quepodran tener los diferentes tipos de familias urbanas o suburba-nas. Igualmente, si se habla de citadinos como grupo general, setiene el riesgo de pasar por alto los diferentes modos de vida(diversidad cultural), que son decisivos en las preferencias re-creativas. Los mismos riesgos se pueden extender si se pasa poralto que existen gustos, preferencias y demanda de facilidades4

    recreativas diferentes a los concebidos a priori entre jvenes yadultos, mujeres y hombres, casados y solteros, pobres y ricos,personas discapacitadas o no discapacitadas, etc. Consecuente-mente, pasar por alto la diversidad recreativa origina no un espa-cio incluyente, sino uno excluyente y por lo tanto discriminato-rio hacia ciertos grupos sociales.

    De esta forma, y para cada una de las metas sociales de lasdiferentes etapas histricas, se pueden ir analizando los riesgosde exclusin social y discriminacin caso por caso. Si bien hist-ricamente los objetivos sociales de inclusin se han dirigido aintegrar diferentes grupos a los espacios verdes, se tiene un ries-go latente de que la predileccin por un grupo beneficiario, ytambin por actividades y reglas de uso, lleve a la exclusin uolvido tal vez inconsciente de otros. Ese favoritismo dentro delos espacios forma parte de los mecanismos de control social quepueden existir dentro de los espacios verdes.

    Esa funcin de los espacios pblicos como mecanismos decontrol social fue analizada por el filsofo Michel Foucault (1984)Salcedo (2002), describi cmo los mecanismos de control so-cial se ejercen dentro de los espacios pblicos excluyendo com-

    4 En este documento el trmino facilidades recreativas se emplea de manera generalpara referirse a infraestructura como las vas de acceso y andadores dentro del parqueadems de juegos infantiles, canchas deportivas y sanitarios junto con todo el mobiliariodel parque como postes de luz, cajones de estacionamiento, bancas, fuentes y botes debasura. Incluyendo tambin servicios como agua potable y casetas telefnicas.

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    portamientos no deseados por la sociedad. Esos mecanismos seejercen por medio de una gama de posibilidades de uso espacialcuyos dos extremos corresponden, por una parte, a casos de des-orden y, por otra, a casos de represin y marginacin social (Yif-tachel, 1998).

    Hay que reconocer que los espacios pblicos, incluidos losespacios verdes, son sitios donde los diferentes grupos socialesse ven sujetos a mecanismos de control que reprimen o permitenciertos comportamientos. Esos mecanismos se dan en forma dereglas sociales que influyen en el diseo de los mismos espacios.Por lo mismo, el diseo arquitectnico de los parques urbanos esun mecanismo que favorece o restringe diversos usos en los es-pacios verdes (Marne, 2001; Rishbeth, 2001).

    2. Discriminacin en parques pblicos

    La interaccin entre reglas de uso social y diseo arquitectnicode parques resulta en una variedad de problemas de desconside-racin y discriminacin que se manifiesta de diversas formas.As, los parques pblicos son sitios donde se puede ejercer ladiscriminacin por gnero,5 raza, etnia y orientacin sexual, en-tre otros. Esto se puede observar en el mismo diseo de algunosparques que no cubren las expectativas recreativas de los dife-rentes usuarios y adems favorecen la aparicin de mltiplesconductas no deseadas en los espacios verdes, por ejemplo:

    z Conductas delictivas como robos, drogadiccin y alco-holismo.

    z Surgimiento y/o fortalecimiento de una percepcin de in-seguridad y temores para hacer uso de los espacios ver-des, aspectos encontrados en estudios de recreacin enmujeres y otros grupos sociales.

    z Persecucin y agresiones a personas cuya presencia y/oactividades recreativas pudieran no ser bien vistas en losespacios verdes.

    z Desconsideracin hacia personas discapacitadas o que re-quieren cubrir una necesidad especial.

    Esta situacin resulta, a fin de cuentas, en espacios verdes su-butilizados y en ocasiones vacos, por lo cual las instalaciones re-

    5 Como discriminacin por gnero se entiende lo expuesto por Lamas (1998: 6): elsexismo, o sea, la discriminacin en funcin del sexo mediante el gnero.

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    creativas y la vegetacin con que cuentan corren el riesgo de dete-riorarse e incluso dejar de existir si no se justifica su demandasocial.

    En los siguientes apartados se analiza y discute la forma enque surgen algunas conductas no deseadas en los espacios ver-des, incluyendo sus efectos en los usos recreativos de mujeres,etnias, razas, homosexuales y personas discapacitadas.

    2.1 Percepcin de inseguridad y delincuencia

    Sobre la percepcin de la inseguridad y la delincuencia dentro delos espacios verdes, se puede establecer que son dos fenmenosrelacionados. La primera se fortalece por la segunda, especial-mente en aquellos grupos sociales que son sujetos de discrimina-cin dentro de las ciudades o que derivan mayor percepcin deinseguridad en los parques pblicos por el diseo arquitectnicode stos.

    La percepcin de inseguridad en parques pblicos es una pro-blemtica que se ha encontrado especialmente en mujeres. Sinembargo, esa percepcin tambin se ha reportado en minoras t-nicas y raciales de algunas ciudades en EUA que temen al racismoen espacios urbanos, y en grupos sociales como hombres homo-sexuales, por temor a la homofobia. Aunque esta idea de inseguri-dad en mujeres, homosexuales y grupos raciales/tnicos se discutems adelante, es importante destacar ahora la relacin que hayentre el diseo del espacio verde, la percepcin de inseguridad ylas actividades ilcitas que pueden ocurrir en los parques.

    Respecto a las actividades ilcitas en parques pblicos, la den-sidad y el tipo de vegetacin, combinados con la hora del da y lamala iluminacin nocturna, son un factor clave en la aparicinde conductas delictivas como violaciones, robos, drogadiccin yalcoholismo (Dascal, 1994). De esta forma, el diseo paisajsticoy recreativo pensado para favorecer la convivencia social se con-vierte en magneto y refugio para delincuentes. Ellos pueden apro-vechar la densidad y altura de la vegetacin como escondite parasus actividades ilcitas, llegando incluso a valerse para el mismofin de la infraestructura recreativa, como kioscos y canchas de-portivas. La presencia de conductas delictivas en los espaciosgenera un clima de desconfianza entre los usuarios habituales delos parques. Como resultado de ello, los visitantes pueden res-ponder de diferentes formas; por ejemplo:

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    z Evitar hacer uso, a diferentes horas del da, de zonas queidentifiquen como riesgosas; por ejemplo, lugares aisla-dos y reas de vegetacin densa.

    z Realizar sus actividades recreativas en compaa.z Dejar de visitar el parque.

    Consecuentemente, es necesario que los problemas de percep-cin de inseguridad de cada grupo social en los parques y sus loca-lidades, junto con los fenmenos de asaltos y drogadiccin, a ve-ces presentes, se estudien con mayor detalle para determinar qucaractersticas del diseo arquitectnico y de la vegetacin favo-recen su aparicin en los parques urbanos, y as adecuar estosltimos en beneficio de los usuarios (Aminzadeh y Afshar, 2004;De Vos, 2005).

    2.2. La mujer en los parques pblicos

    Diversos parques actuales fundados a partir de mediados del sigloXIX fueron concebidos como paisajes rurales destinados a propor-cionar espacios para la relajacin y recreacin de trabajadores ysus familias (Taylor, 1999). Ese tipo de parque, denominado jardnplacentero (cuadro 1) por Cranz y Boland (2004), constituy elprimer movimiento de creacin de reas verdes urbanas en EUA. Alrespecto, Cranz (1982, citado en Whitzman, 2002: 300) mencio-na que ese movimiento se extendi a travs de Gran Bretaa, EUA,Australia y Canad durante la primera mitad del siglo XIX con baseen el impulso de valores morales en la poblacin, fomentando laapreciacin de lo bello y puro de la naturaleza y proveyendo espa-cios de recreacin familiar alternativos en lugar de tabernas, cen-tros de vicio y otros lugares idneos para realizar conductas inmo-rales.

    Esa antigua concepcin de diseo urbanstico lleva a idealizarel espacio verde slo como un sitio de recreacin familiar, condu-ciendo a generalizaciones errneas sobre hbitos recreativos. Sinembargo, de esa forma se empezaron a asignar las facilidades re-creativas de acuerdo con lo que culturalmente los responsables dediseos de parques reconocieron como actividades recreativas parahombres, mujeres, nios, adolescentes y ancianos, o lo que es lomismo, para pap, mam, hijos de diferentes edades y abuelitos.Sin embargo, esa visin de diseo ha sido puesta en tela de juicioya que no considera las expectativas recreativas de personas conun perfil diferente o les asigna errneamente un papel predetermi-nado en el uso de los espacios recreativos, como en el caso de la

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    mujer. Durante el siglo XX, el derecho de la mujer a usar parquespblicos fue ampliamente discutido, debido a concepciones quetodava hoy promueven slo actividades de recreacin maternal.Adems de aquellas otras que fomentan prejuicios, que lleganincluso a establecer que las mujeres decentes deben evitar reasajenas a los sitios de recreacin infantil, especialmente al oscu-recer para proteger su reputacin y mantenerse a salvo de agre-siones (Whitzman, 2002).

    Por lo anterior, cabe preguntarse: si se concibe recreativa-mente a la mujer slo como madre de familia, dnde quedan lasmujeres con otro perfil social?, como solteras, estudiantes, pro-fesionistas, obreras, etc. Las mujeres, al menos por normas cul-turales, pueden ver restringido su uso recreativo en parques que-dando excluidas en menor o mayor grado de los mltiplesbeneficios que aportan las reas verdes, como el esparcimiento ymejoras en la salud por actividades deportivas. Esa concepcinde recreacin en mujeres slo como madres de familia, ha lleva-do incluso a generar toda una serie de ideas y problemas sobresu tiempo libre en los espacios pblicos. Por ejemplo, se ha llega-do al extremo de decir que la mujer no tiene derecho de tiempolibre en espacios pblicos, y a soportar ms restricciones, comofalta de tiempo, falta de programas recreativos, responsabilida-des duales dentro y fuera del hogar y preocupaciones sobre laseguridad personal en los espacios, entre otras (Krenichyn, 2004).

    Considerando lo anterior, se pueden identificar al menos dosfactores en el espacio verde que pudieran excluir a la mujer: unorelacionado con la seguridad personal que ella pudiera derivar deldiseo arquitectnico, y otro ms resultado de la ausencia de faci-lidades y programas recreativos incluyentes, que permitan a muje-res con intereses diversos su incorporacin a los mltiples benefi-cios recreativos y de esparcimiento que brindan los parques.

    Sin embargo, no se pueden generalizar los factores de riesgode exclusin de mujeres en los espacios verdes de diferentes ciu-dades del mundo. Kira Krenichyn (2004) menciona la importan-cia de investigar esos factores, aunque destaca que al menos enciudades escandinavas, la mujer hace uso de los espacios pbli-cos con audacia y sin temor. Igualmente menciona que en EUAalgunos parques y plazas urbanas con mayor diversidad de usua-rios tambin presentan tasas elevadas de mujeres que las utili-zan. Por el contrario, otras investigaciones demuestran que lamujer est subrepresentada por percepcin de inseguridad, porlo que prefiere usar los espacios verdes en un contexto familiar yde recreacin y cuidado de infantes.

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    Si se consideran las metas sociales de los tipos de parque des-critos por Cranz y Boland (2004), se detecta una predileccinpor la recreacin dentro de un contexto familiar, especialmenteen aquellos tipos de espacio desarrollados entre 1850 y 1965.No es sino hasta el diseo de parque del tipo Sistema de EspacioAbierto cuando, segn Cranz y Boland (2004), los beneficios seextienden para comprender a los residentes citadinos sin distin-cin. Ello representa un logro en la inclusin social de los espa-cios. No obstante, aun cuando el objetivo sea una inclusin equi-tativa de todos los residentes, hay que considerar el papelarquitectnico de la vegetacin.

    Las masas arboladas, si bien cumplen un papel de diseo est-tico y ecolgico como en el tipo actual de diseo de Parque Sus-tentable, es importante considerar que su distribucin y densidadpudieran constituir un mecanismo recreativo limitante, ya que di-versos estudios han demostrado que pueden generar diferentesgradientes de percepcin de inseguridad en los distintos tipos deusuario, como las mujeres. Segn Carolyn Whitzman (2002), esapercepcin se presenta cuando realizan solas actividades recreati-vas en los espacios verdes; por ejemplo, en masas densas de rbo-les y con condiciones de mala iluminacin que pudieran favorecerasaltos y agresiones fsicas y sexuales. Por lo anterior, es impor-tante evaluar qu tanto influye el diseo paisajstico del parque enla percepcin de inseguridad sobre el espacio. Hay que someter adiscusin el hecho de que, si una esttica de paisaje rural, ecolgi-camente sustentable, a veces denso e ntimo y constituido por r-boles y arbustos que cortan la vista, si bien pudiera ser un meca-nismo educativo y de relajacin psicolgica para algunos usuarios,pudiera, por otro lado, generar percepcin de inseguridad en mu-jeres o en otros grupos sociales.

    Respecto a la falta de facilidades y programas recreativos di-rigidos a los usuarios, la visin sustentable actual de tipo de par-que es una llamada de atencin para considerar la recreacinfemenina ms all de los usos tradicionales que comnmente seles han conferido a las mujeres. Es necesario dejar las concep-ciones a priori sobre lo que puede o no hacer una mujer en elespacio verde, hay que dejar que sea ella misma quien decida conbase en sus gustos y preferencias. Por lo que es tarea del disea-dor y administrador del espacio desarrollar las facilidades re-creativas sin considerar que el gnero del usuario define la acti-vidad que se prefiere realizar. Por ejemplo, las reas de ejerciciosfsicos y los gimnasios al aire libre deberan ser concebidos te-niendo en mente que sern usados tanto por hombres como por

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    mujeres que seguramente tendrn diferentes capacidades y ne-cesidades especiales.

    Como se puede advertir, la percepcin de inseguridad que segenera en las mujeres en los espacios verdes y la ausencia defacilidades y programas recreativos dirigidos a ellas, pueden cons-tituir factores que disminuyan su satisfaccin. Ante estos resul-tados, es necesario considerar e investigar la demanda social re-creativa de la mujer y la percepcin que deriva del espacio,incluyendo el marco histrico y cultural que sta ha desempea-do en los espacios pblicos de cada ciudad.

    De acuerdo con los argumentos anteriormente expuestos, esnecesario invitar a reflexionar a los responsables del diseo y laplanificacin de parques sobre qu expectativas de recreacin cu-bren los espacios verdes en sus localidades. Esta reflexin deberaextenderse por medio de una revisin histrica, para dejar que elespacio verde revele su origen y la finalidad con que fue creado. Esnecesario considerar que desde una ptica de equidad e inclusinsocial, una definicin rgida de recreacin slo como actividad fa-miliar, educativa, ecolgica y naturalista constituye slo una partede la demanda recreativa en los espacios verdes actuales. Igual-mente, habra que meditar un poco sobre el efecto que tienen lasconcepciones a priori sobre los usos recreativos del parque, lascuales, aun cuando se hagan de la mejor manera, pudieran no es-tar respondiendo a las necesidades sociales, recreativas y de es-parcimiento de los usuarios. Hay que dejar a un lado la rigidez delos conceptos y ser ms flexibles en el diseo del espacio verde yen lo que se entiende por recreacin.

    2.3 Presencia del grupo homosexual en los espacios verdes

    En la esfera pblica no es extrao observar la presencia de pare-jas y grupos homogneos de hombres o mujeres, o parejas y gru-pos mixtos que conviven socialmente para divertirse con dife-rentes objetivos: jugar, buscar nuevas amistades o incluso flirtearhombres con mujeres o mujeres y viceversa. Por ello, es comnver en los espacios pblicos parejas heterosexuales que mani-fiestan sus emociones con muestras de afecto y que se apropiandel espacio segn las reglas sociales que favorecen actividades,gustos y orientaciones sexuales que culturalmente se ven comopropias de un hombre y de una mujer. Sin embargo, en los espa-cios pblicos esas reglas sociales se ven rebasadas y transgredi-das por grupos de personas con una orientacin sexual diferen-

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    te, como homosexuales, lesbianas6 y hombres y mujeres transg-nero.7 Por lo cual, espacios urbanos como los parques pblicospudieran no ser del todo favorecedores para las actividades dedichos grupos.

    De acuerdo con los estudios de caso e investigaciones revisa-das de geografa urbana y recreacin, la marginacin, discrimi-nacin y persecucin en parques pblicos est ms documenta-da en el caso de homosexuales, posiblemente por las mismasactividades recreativas y de ligue o bsqueda de parejas sexuales(cruising) que ellos llegan a realizar en estos lugares. Esto puedepercibirse tambin por las agresiones a homosexuales, reporta-das por Amnista Internacional (2001), en espacios pblicos yparques urbanos, y que estn relacionadas con una aguda homo-fobia presente an en diversas ciudades del mundo.

    Diversos estudios retrospectivos y actuales (Chauncey, 1994;Snchez y Lpez, 2000; List, 2001; Snchez, 2002; De Vos, 2005)sobre comportamiento homosexual urbano sealan que los par-ques urbanos constituyen, para los homosexuales, sitios de so-cializacin y de actividades recreativas que pueden llegar a favo-recer su identidad como personas y como miembros de unacomunidad con cultura propia en los espacios urbanos. La pre-sencia de los homosexuales en los espacios verdes ha sido docu-mentada histricamente por George Chauncey (1994), quien enun anlisis de la cultura urbana y de la vida social de los homo-sexuales de principios del siglo XX en Nueva York, seala que losespacios verdes fueron sitios populares de reunin ante una so-ciedad discriminadora e incomprensiva para ellos.

    En su estudio, Chauncey (1994) expone cmo el concepto depaisaje rural y disfrute de la naturaleza en parques, favorece di-ferentes actividades de los homosexuales, como la socializaciny bsqueda de parejas sexuales. Ello constituye un aspecto inte-resante de las actividades homosexuales en los parques urbanos,ya que aunque se llevan a cabo en espacios pblicos, consideranel uso de cdigos y subterfugios. Esos cdigos, junto con el mis-mo diseo arquitectnico y la vegetacin del espacio, interac-tan para excluir intrusiones y comportamientos hostiles de per-sonas ajenas a este grupo (De Vos, 2005).

    6 Para esta investigacin, el trmino lesbiana comprende a todas las mujeres quegustan de tener contactos erticos con otras mujeres, sin considerar ninguna excepcin.

    7 El trmino persona transgnero se refiere en este estudio a todos aquellos hombreso mujeres que, independientemente de su orientacin sexual (heterosexual, homosexualo bisexual), adopten pautas, comportamientos y rasgos fsicos del gnero opuesto.

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    De acuerdo con Arturo Snchez (2002), los parques son es-pacios que favorecen las interacciones homoerticas; sin embar-go, han sido estigmatizados como escenarios de intimidad crimi-nal de la cultura homosexual (Berlant y Warner, 2005). Debido adicho estigma, la popularidad que adquirieron los parques urba-nos en diferentes ciudades condujo a la pronta persecucin yrepresin de homosexuales en tales sitios. Chauncey (1994: 183),documenta las primeras redadas policiacas de homosexuales ensitios como el Central Park en la segunda dcada del siglo XX:

    La enorme presencia de homosexuales en los parques motiv unapronta respuesta de los policas. stos generalmente acudan vestidosde civil a las reas de ligue y flirteo, con el objetivo de atrapar homo-sexuales; p. ej. durante la primera mitad de 1921, se realizaron treintay un arrestos alrededor del Zoolgico de Central Park. La polica rea-lizaba peridicamente redadas y arrestos en masa de homosexualessospechosos en los parques. Igualmente inflaban sus estadsticas de arres-to, para obtener ms publicidad y forzar a los homosexuales a cambiarsu forma de ligue.

    Pese a tal discriminacin y persecucin, los parques urbanosactuales siguen siendo espacios de interaccin homosexual, lu-gares que en buena parte han sido conquistados con apoyo demovimientos activistas en favor de los derechos homosexuales ylsbicos en la esfera pblica.

    Actualmente, los grupos activistas se apoyan en polticas in-ternacionales que pugnan por el respeto a los derechos huma-nos, y uno de sus objetivos es promover la tolerancia hacia ho-mosexuales, lesbianas y personas transgnero en los espaciospblicos, lo que ha permitido que se reconozca el uso que talessectores sociales hacen de los parques pblicos. Algunos de loslogros de esos grupos son:

    z La introduccin del tema de la apropiacin y uso recrea-tivo en espacios urbanos como parques en las polticaspblicas de gobierno, tal como lo documenta Fran Mar-tin (2000) en Taiwn.

    z El origen de parques pblicos ms tolerantes, comoRiis Park8 en Nueva York, el cual cuenta con reas donde

    8 Aunque propiamente Riis Park no es un espacio verde, se incluye como ejemplodebido a que se considera parque pblico; de hecho, hasta 1974 su administracin fueresponsabilidad del New York City Parks and Recreation Department y despus delNational Park Service, que lo incorpor al del sistema Gateway National RecreationArea (Low et al., 2005)

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    conviven homosexuales y lesbianas compartiendo el es-pacio con otros visitantes (Low et al., 2005).

    z La consideracin de usos y actividades recreativasde homosexuales en propuestas de manejo y usos recrea-tivos en reas verdes, como lo documenta De Vos (2005)respecto de la ciudad de Gante, en Blgica.

    Sin embargo, en otras urbes como la Ciudad de Mxico, losparques pblicos siguen siendo sitios de discriminacin homo-sexual, acoso y agresiones policiacas (Snchez y Lpez, 2000).Esa discriminacin explica algunos resultados de investigacionessobre homosexuales en espacios verdes, como:

    z Las agresiones fsicas o verbales por parte de otros usua-rios de los espacios o incluso de la misma autoridad res-ponsable de brindar seguridad y orden social.

    z Aparicin o incremento en la percepcin de inseguridady temores a sufrir agresiones al hacer uso del parque.

    z La exclusin de homosexuales en los espacios.

    Por lo anterior, no es extrao que Amnista Internacional (2001)informe que en pases como India, los parques urbanos son sitiosde agresiones policiales a homosexuales, quienes desgraciada-mente slo en esos sitios pueden socializar entre ellos.

    Las evidencias actuales de persecucin y discriminacin per-miten afirmar que no existe un reconocimiento pblico generali-zado por parte de quienes administran de los espacios verdes yde otros usuarios de que los homosexuales tienen derecho a ejer-cer sus actividades recreativas dentro del parque pblico. Unprimer deber de las autoridades citadinas es reconocer ese dere-cho, si es que se quiere avanzar en la inclusin social dentro delos espacios pblicos. Mientras desconozca o pase por alto laexistencia de la actividad recreativa homosexual dentro de losespacios verdes, existe el riesgo de agresiones por parte de cuer-pos policiales y de otros grupos sociales.

    Se requieren acciones afirmativas como reglas de uso delespacio equitativas y campaas de difusin por parte de las au-toridades y de los mismos grupos sociales que permitan generarun clima de tolerancia y respeto hacia personas con preferenciassexuales diferentes. Para ello, es necesario considerar que el acer-camiento entre administradores y autoridades del parque y los di-ferentes grupos sociales es fundamental para generar un clima derespeto y cordialidad en el uso de los espacios verdes. Esta aproxi-

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    macin es necesaria ya que las caractersticas de paisaje e intimi-dad en el espacio verde, importantes para el ligue homosexual,son a su vez elementos amigables para actividades recreativas comola relajacin y la observacin del paisaje y de la vida silvestre. Porlo anterior, aqu se tienen dos grupos sociales con intereses dife-rentes que comparten las mismas reas recreativas. Tambin esnecesario reflexionar sobre cmo un espacio que fue creado confines de recreacin pasiva es usado con intereses distintos, lo querefleja, a fin de cuentas, que el espacio es dinmico y no neutro yadaptable a necesidades de diversos usuarios.

    Sin embargo, esa cualidad del espacio se puede traducir endiversas desventajas y generar conflictos que lleven a la exclu-sin. En aquellas ciudades donde la homosexualidad no es bienvista en los espacios pblicos, pudiera estar creando rechazo yagresiones por parte de usuarios que comparten el espacio nti-mo y relajante, o por aquellos que quisieran derivar satisfacciny seguridad a partir de espacios abiertos, iluminados y con ma-yor vigilancia. En ambos casos, los grupos sociales podran sen-tirse con mayor derecho para reclamar su uso del espacio y ex-cluir a personas con comportamientos no bien vistos por lasociedad (Whitzman, 2002).

    Por lo anterior, y considerando una perspectiva de equidad,nuevamente destacamos la importancia de flexibilizar el concep-to de recreacin considerando adems las reglas de uso social enlos parques. sta sera una condicin necesaria, pero no sufi-ciente, para generar un clima de respeto y tolerancia dentro delas reas verdes. La cualidad de adaptacin del espacio descritaanteriormente refuerza que es necesaria la disposicin de los di-versos grupos sociales para consensuar, junto con los adminis-tradores, las caractersticas de diseo que favorezcan sus activi-dades y las mejores formas para asignar y/o establecer espaciosde uso de acuerdo con sus necesidades.

    Obviamente, mientras que la homosexualidad siga siendo con-siderada como una actividad intolerable, e incluso a veces ilcita,en las sociedades urbanas, es difcil que se lleve a cabo una con-quista del espacio por parte de la comunidad homosexual.

    Por otra parte, es necesario ampliar a detalle los estudios dedemanda social recreativa de ese grupo social. Adems, existenaspectos como la interaccin entre el diseo de los espacios y loscdigos de conducta homosexual, que distan an de conocersedel todo y que ameritan, por s solos, ser considerados en inves-tigaciones futuras.

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    Tambin es importante cubrir el vaco en el conocimiento delos usos recreativos que las lesbianas hacen en los parques, yaque generalmente han sido consideradas invisibles en los espa-cios pblicos, como lo sugiere Julie Podmore (2001). Aunqueexisten estudios en los que se hace referencia a la actividad lsbi-ca en los parques urbanos (Chauncey, 1994; Low et al., 2005),stos no pasan de ser slo informes de la presencia de ese grupo,o bien, se les considera compartiendo espacios recreativos conhomosexuales. Sin embargo, tales estudios no exploran los usosni las actividades recreativas que llevan a cabo las lesbianas enestos lugares.

    La misma aridez en los estudios de recreacin urbana y par-ques pblicos se encuentra en relacin con las personas transg-nero, dejndose de lado la posibilidad de una falta de inters eninvestigaciones sobre geografa urbana y recreacin de lesbianasy personas transgnero en espacios verdes. Esta aridez en el temapudiera tambin verse afectada porque:

    z Las tcnicas y mtodos empleados en geografa urbana yrecreacin en espacios verdes no han sido las adecuadaspara conocer los actividades recreativas de lesbianas ypersonas transgnero y, por lo mismo, pasan desaperci-bidas.

    z Posiblemente estn en mayor o menor grado ausentes enlos parques por la discriminacin presente en los espaciospblicos. Especialmente en el caso de aquellas personascuya condicin transgnero es notoria, al mezclar carac-tersticas fsicas femeninas y masculinas, lo cual los podrahacer ms vulnerables a ser discriminados y agredidos.

    2.4 Aspectos tnicos y sociales en los parques pblicos

    En este anlisis se han descrito diversas situaciones de margina-cin y discriminacin en los espacios verdes, a veces sutiles, comoen el caso de la mujer, y en otras agresivas, como en el caso de loshomosexuales. Sin embargo, seguramente ninguna de esas dos si-tuaciones, al menos durante todo el siglo XX, ha adquirido tal no-toriedad como la discriminacin por motivos raciales/tnicos.

    Recientes investigaciones en parques urbanos relativas al as-pecto racial/tnico, demuestran que:

    z El temor a ser discriminado por cuestiones raciales/tni-cas persiste an, especialmente en ciudades que albergan

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    diversas minoras tnicas/raciales (Burgess et al., 1988; Ris-hbeth, 2001).

    z Las percepciones sobre el espacio y los gustos y prefe-rencias recreativos pueden ser diferentes de acuerdo conel origen tnico/racial (Payne et al., 2002; Sasidharan etal., 2005), y por lo general no son considerados en losplanes de diseo del parque, especialmente en referenciaa aquellos grupos minoritarios cuya demanda social noalcanza a ser cubierta.

    Ambos resultados afectan el uso recreativo y, por lo tanto, lasatisfaccin que los grupos tnicos/raciales pudieran derivar delos espacios.

    En el mejor de los escenarios posibles, los grupos adecuan susactividades al espacio, y ante una percepcin de inseguridad y/odiscriminacin, pueden optar por realizar sus actividades recrea-tivas en espacios abiertos, bien iluminados y acompaados. En otrosescenarios no tan optimistas, las personas amoldan los espacios asus necesidades, pudiendo llegar a tener conflictos con los admi-nistradores del parque. ste es el caso de aquellos espacios verdesque carecen de reas acondicionadas para eventos y fiestas fami-liares, por lo que los usuarios se ven en la necesidad de adaptaralgunas zonas del mismo. De esta forma, las reglas de manejo delparque pueden verse quebrantadas, generando un efecto negativoen reas que en algunos casos pudieran estar destinadas a otrostipos de recreacin o bien estar sujetas a conservacin.

    Por lo anterior, es necesario encontrar tcnicas y mtodos quepermitan identificar la percepcin del espacio y la demanda so-cial recreativa de los grupos tnicos/raciales, y desde una pers-pectiva de equidad, hacerlo extensivo a los diferentes grupos so-ciales que visitan los parques urbanos.

    En este trabajo, se han empleado, a la par, los trminos raza yetnia sin que ello implique el mismo significado. Es necesarioconsiderar esta diferencia conceptual, especialmente por el en-foque desde el cual se sugiere desarrollar los estudios de etnolo-ga, etnografa y recreacin urbana, que se comentarn ms ade-lante. Se entiende como raza el conjunto de todas aquellas personasque tienen caractersticas fsicas en comn, y como etnia, unapoblacin cuyos integrantes comparten memoria histrica, unoo ms elementos de cultura, vnculos con una patria y con creen-cias de un ancestro comn (Hutchinson y Smith, 1996: 6, cita-dos, en Rishbeth, 2001: 352).

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    Los estudios etnogrficos y etnolgicos constituyen el mediopara atacar el problema de inclusin social considerando la de-manda recreativa de los diferentes grupos sociales con base ensus valores culturales. Este enfoque de trabajo en espacios urba-nos ha llevado a Setha Low y colaboradores (2005: 205) a defi-nir el trmino cultura como un paquete abstracto de valores,prcticas y modos de vida que se emplean para sobrevivir en unambiente particular.

    Desde ese punto de vista, este enfoque puede considerar quelos diferentes modos de vida determinarn el uso recreativo y lapercepcin que los diversos grupos sociales asignan a los espa-cios verdes urbanos. Si estos espacios se visualizan en un hori-zonte de tiempo, se transforman en agentes activos que cambia-rn de acuerdo con los gustos y preferencias de los usuarios. Deesta forma, el estudio de dichos modos de vida permitir ade-cuar los diseos arquitectnicos de los parques y cubrir la de-manda social en forma de paisajes incluyentes que considerenlos gustos y preferencias recreativas que poseen los diferentesgrupos sociales.

    Si se ve al espacio como un agente activo y dinmico de inclu-sin social, entonces es necesario identificar qu grupos socialesvisitan el parque (adolescentes, personas solteras, familias, et-nas, razas, homosexuales, entre otros) e investigar la percep-cin que cada grupo tiene del espacio verde y los usos recreati-vos que se realizan en los mismos. Este enfoque de inclusinsocial en las investigaciones que se desarrollan en parques urba-nos, permitirn obtener resultados como los encontrados porPaul Gobster (1998) y que sirven para mejorar el diseo de losespacios, por ejemplo:

    z En principio, considerar el parque como un agente acti-vo y dinmico de inclusin social permite concebir esteespacio como un lugar que se puede ajustar a las necesi-dades del usuario y por lo tanto resultar en un magnetoverde de grupos sociales, tnicos y raciales diferentes,siempre y cuando se cubra la demanda recreacional dedichos grupos. Por lo que la diversidad de los usuarios yla localizacin de los espacios entre localidades social otnicamente diferentes no deberan ser impedimento paraobtener tal magneto.

    z El parque urbano se podra considerar como unapared verde slo en casos donde se pase por alto la iden-

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    tificacin de grupos sociales y sus percepciones y usosdentro del mismo.

    z Aunque se puedan presentar problemas de uso, comopercepcin de inseguridad y desplazamiento de usuariospor discriminacin, stos podran ser atacados si se loca-lizan los sitios recreativos compartidos por diversos gru-pos raciales, tnicos y sociales en un mismo parque y sise desarrollan estrategias y programas recreativos quepermitan la interaccin, tolerancia y respeto entre los di-ferentes tipos de visitantes.

    Estos resultados, nuevamente, evidencian la importancia deconsiderar al espacio verde como un agente dinmico que sepuede ajustar a los gustos y preferencias de los visitantes con elpaso del tiempo. De ah la importancia de conocer la demandasocial recreativa de los diferentes grupos sociales. Este enfoqueinduce tambin a buscar los mtodos y formas por los cuales sepuede llegar a la obtencin de usos recreativos consensuadosque permitan la convivencia dentro de un marco de respeto ytolerancia entre usuarios diferentes, como mencionamos antes.De esos mtodos y formas se hablar ms adelante.

    2.5 Espacios verdes, discapacidades y necesidades especiales

    Los grupos hasta ahora mencionados carecen, en diferentes gra-dos, de la oportunidad de interactuar en los espacios y obtenerlos beneficios que de ellos se derivan. No obstante, y conside-rando la definicin de equidad de Scott-Webber y Marshall-Baker(1998), faltara mencionar an a aquellas personas que poseenalguna discapacidad fsica que les impide acceder sin restriccio-nes a los espacios urbanos, o bien que requieren cubrir algunanecesidad especial con el mismo fin.

    Aunque en algunos casos la exclusin pudiera estar relacio-nada con el diseo arquitectnico del espacio, es posible tam-bin que la aceptacin social, la estigmatizacin y la discrimina-cin influyan en la participacin recreativa al aire libre de personasdiscapacitadas (Henderson y Bendini, 1995, citado en Williamset al., 2004). La influencia de ambas posibilidades ha sido de-mostrada para la poblacin de personas con discapacidades mo-trices de Estados Unidos. Existen resultados que demuestran quees ms probable que esa poblacin se niegue a participar en acti-vidades recreativas por preocupacin sobre seguridad personal

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    y facilidades recreativas inadecuadas, que una poblacin no dis-capacitada (Williams et al., 2004).

    Para poder hablar de restricciones en los espacios pblicos,es conveniente establecer primero qu comprende una discapa-cidad. Respecto a este trmino, Deborah Park y colaboradores(1998: 9-10) consideran que una discapacidad fsica refiere noslo a personas con inhabilidades motrices (como usuarios consilla de ruedas), sino tambin a personas con inhabilidades sen-soriales (ciegos, dbiles visuales, sordos, etctera).

    De acuerdo con estas posibles formas de discapacidad, losespacios pblicos podran presentar diversas restricciones quepodran ser comparables, en algunos casos, a diferentes tipos debarreras fsicas presentes en los espacios pblicos y que impidenel acceso y/o el desplazamiento. Sin mayor anlisis, se podransealar al menos las siguientes dos restricciones para discapaci-tados: escalones y pendientes que entorpezcan o impidan el tras-lado en silla de ruedas, y falta de sealizaciones dirigidas a per-sonas ciegas y dbiles visuales.

    Sin embargo, es importante sealar que la apreciacin de Parky colaboradores (1998) se puede extender, tal como lo hacenScott-Webber y Marshall-Baker (1998), si se considera la defini-cin de equidad. As, se incluye a personas que por envejeci-miento vean deteriorada su capacidad para acceder a diferentesespacios, o bien a todo aquel sujeto que requiera cubrir una ne-cesidad especial con el mismo fin. Un ejemplo de esas necesida-des especiales en reas urbanas seran las de aquellos usuariosde parques que empujan carreolas con bebs durante sus activi-dades recreativas. Esas personas, aunque no son discapacitadas,tienen que sortear diferentes barreras, como escalones y pen-dientes en los espacios, similares a las que confrontan las perso-nas en silla de ruedas.

    Las restricciones y barreras tienen que ser identificadas porlos responsables del diseo de los espacios verdes, y son ellosquienes deben solucionarlas, ya sea modificando el espacio o pro-porcionando las facilidades necesarias. Algunas recomendacio-nes para ello podran ser:

    z Seleccionar el material y forma adecuada de los andado-res para que no entorpezcan el desplazamiento de perso-nas con problemas de movilidad o que requieran cubriralguna necesidad especial. Por poner un ejemplo, los an-dadores con pendientes elevadas y escalones altos pue-den constituir barreras infranqueables en algunos casos.

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    z Elaborar rampas para el acceso y desplazamiento depersonas con capacidades diferentes o con alguna nece-sidad especial que permitan el acceso a las reas e insta-laciones recreativas.

    z Disear y colocar sealizaciones adecuadas que guen apersonas ciegas y dbiles visuales dentro del parque.

    z Elaborar programas y servicios recreativos incluyentesque permitan la incorporacin de las personas por susgustos y preferencias, sin excluir, a priori, a quienes pa-decen alguna discapacidad o necesidad especial. Dejarque hable el grupo en cuanto a sus gustos y preferenciasde recreacin.

    El no tomar en cuenta a las personas discapacitadas en losespacios verdes se puede traducir en discriminacin. Como semencion, un primer paso para corregir esa falla es reconocer elderecho de los diferentes grupos sociales a beneficiarse de lasbondades recreativas de los espacios verdes. Ello implica la cons-cientizacin de los administradores y, en este caso, especialmen-te de los responsables de disear el espacio arquitectnico y lasfacilidades recreativas. Olvidar el acceso, desplazamiento y acti-vidades recreativas de una persona discapacitada dentro de unespacio verde, es negar el derecho de uso recreativo. Consecuen-temente, negar el derecho de uso recreativo es discriminar a unapersona discapacitada, sin que por ello se hable de una agresinfsica o una persecucin, como pudiera ser el caso de la discrimi-nacin tnica-racial o la discriminacin a un homosexual dentrode un parque.

    Por otra parte, al igual que en el resto de los grupos, es indis-pensable conocer la demanda social recreativa de personas dis-capacitadas en los espacios verdes, para determinar sus prefe-rencias dentro de toda la gama de actividades que se llevan acabo y, de esa forma, conocer los requerimientos y adecuacionesque se deben realizar en las instalaciones para recibir a los dife-rentes usuarios.

    3. Estrategias para la inclusin de grupos marginados

    El anlisis sobre discriminacin y falta de consideracin en losespacios de los cuatro grupos estudiados en este trabajo, manifies-ta una urgente necesidad social de redefinir los diferentes espa-cios urbanos bajo una visin de equidad. Esa redefinicin permiti-r que espacios pblicos como los parques favorezcan la inclusin

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    a travs del desarrollo de ambientes urbanos que absorban unamplio espectro de capacidades y discapacidades humanas.

    Sin embargo, esa visin incluyente aplicada en la planifica-cin y manejo de los parques tiende a complicarse debido a quelos especialistas y responsables de los parques urbanos no estndel todo capacitados para conciliar los intereses de los diferen-tes grupos sociales dentro de nuevas propuestas de manejo yadministracin. A lo anterior hay que agregar que diversos par-ques urbanos actuales fueron concebidos histricamente con undiseo paisajstico predominantemente rural y de acuerdo conun concepto de recreacin familiar. Si bien ese enfoque ha evo-lucionado a un tipo conceptual de Parque Sustentable, el riesgode exclusin social an exite si el administrador y el diseadordel espacio no reconocen la diversidad de los residentes citadi-nos que pueden hacer uso del parque. Este esquema se vuelve acomplicar una vez que se asume la existencia de esquemas derecreacin pasiva y activa que se pueden contraponer fcilmen-te; por ejemplo, relajacin y contemplacin del paisaje frente aactividades deportivas como ftbol soccer, bisbol y bsquetbol.

    La asignacin de usos recreativos dentro de los espacios ver-des puede conducir a problemas en donde satisfacer los gustos,preferencias y necesidades de determinado grupo social podraafectar negativamente los de otros. Ante esta problemtica, losespacios verdes no pueden restringirse nicamente a proporcio-nar ciertos usos recreativos familiares, o bien, ciertos diseos depaisaje ecolgico o rural. Y tampoco es posible seguir diseandolos espacios pensando en usos recreativos a priori. Si lo que sequiere es operar con espacios verdes incluyentes, se requierecomo primera condicin flexibilizar la definicin de recreacinen los espacios pblicos y determinar la demanda social recreati-va de cada grupo.

    La contraposicin que pueda haber en la demanda social delos diferentes grupos conduce a una visin integral de todos losusuarios y a considerar la participacin ciudadana, de cuya utili-dad se hablar en el siguiente apartado. Por lo anterior, es nece-sario instrumentar acciones integrales, buscando puntos de equi-librio en la asignacin de reas de actividades para diferentesgrupos. En donde se favorezcan las preferencias, de ser posiblede todos, o en su defecto de la mayora de ellos. Al considerar eltipo conceptual de Parque Sustentable, habr tambin que pre-ver que los objetivos de conservacin de vida silvestre pudieranno ser compatibles con determinados tipos de recreacin u otrosusos. Es el caso de algunas actividades que pudieran interferir

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    con el desarrollo de la vida silvestre, como escuchar msica, prac-ticar deportes que generen ruidos o que impacten directamenteen la vegetacin. Es necesario que los bilogos y especialistas enconservacin evalen y analicen estos efectos.

    Els de Vos (2005) sugiere que, debido a la imposibilidad deque un solo parque cubra las expectativas de todos los grupossociales en una ciudad, es necesario se generen nuevas polticasurbanas tendentes a desarrollar un sistema citadino diversifica-do de parques.

    Dentro de ese sistema, cada espacio verde pudiera estar basa-do en diferentes conceptos de planificacin, diseo arquitect-nico, posibilidades de participacin ciudadana, valores cultura-les y usos recreativos, ecolgicos y educativos. Esa visin, que eneste trabajo se denominar paisajstica, permitira consideraruna diversidad de funciones de utilidad, como recreacin, con-servacin, educacin, etc. Una gama de posibilidades diseada ydistribuida espacialmente en el paisaje urbano, donde cada par-que pudiera satisfacer las necesidades, gustos y preferencias dedeterminados grupos sociales. Consecuentemente, es necesariauna visin paisajstica integral en el diseo, manejo y administra-cin de los parques, no como entidades aisladas, sino como unSistema Integral de Espacios Verdes Citadinos. En ese Sistema,cada rea verde tendra una funcin principal de utilidad, deter-minada por su respectiva demanda social. As, existiran diferen-tes tipos de parque que contendran toda la gama de posibilida-des de uso recreativo, ecolgico, educativo, histrico y deconservacin. Esa visin paisajstica, basada en principios desustentabilidad, hace necesaria la concientizacin de los planifi-cadores de parques en relacin con la importancia de los valoresculturales de los grupos sociales. Es esencial aceptar que esosvalores se manifiestan en forma de prcticas y estilos de vida quedeterminan el uso que se le da a los espacios urbanos y tambinla demanda social de reas verdes.

    3.1 Demanda social recreativa, participacin ciudadana yplanificacin de los espacios verdes

    Se han aplicado diversas tcnicas para conocer la demanda so-cial recreativa en espacios urbanos. Entre stas se tienen investi-gaciones histricas, entrevistas, evaluaciones participativas, en-cuestas, conteos y caracterizaciones de usuarios por medio deobservaciones en sitio. Todas estas tcnicas pueden ser incorpo-radas en diferentes modalidades de participacin ciudadana en

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    los espacios verdes. Diversos congresos y acuerdos internacio-nales, como la Carta de la Habana (2001), el Programa Hbitat yla Declaracin de Estambul de la Organizacin de la NacionesUnidas (Centro de las Naciones Unidas para los AsentamientosHumanos, 2005), recomiendan considerar la participacin ciu-dadana en los planes de asignacin y diseo de los espacios ver-des. Hay que mencionar que dentro del tema de desarrollo sus-tentable, la participacin de los grupos sociales es fundamental,tal como refieren Ral Pacheco y Obdulia Vega (2001: 26).

    En el discurso sobre desarrollo sustentable, el concepto departicipacin ciudadana es elogiado como la piedra nodal sobrela que se puede fincar un modelo de desarrollo econmicamenteprspero, ecolgicamente protector y socialmente sustentable.La participacin de la sociedad en la construccin, diseo e im-plementacin de polticas ambientales ya no es una opcin sinoun prerrequisito si se habla de un desarrollo sustentable.

    Consecuentemente, la participacin en sus diferentes modali-dades, como mesas redondas multiparticipativas y coalicionesambientales de organizaciones no gubernamentales (Pacheco yVega, 2001) es un instrumento clave en la solucin de conflictospblicos. Las modalidades de participacin se caracterizan portrabajar de acuerdo con un esquema de dilogo y cooperacin, loque es una ventaja que les permitira obtener programas de dise-o, manejo y consensar usos recreativos en reas verdes, asuntoque, a su vez, repercutira favorablemente en la calidad de las ins-talaciones recreativas y su vegetacin (Dascal, 1993; Dascal, 1995;Jones, 2002a y 2002b; Speller y Ravenscroft, 2005).

    Sin embargo, la generacin de un proceso participativo en lasdiferentes fases de desarrollo de las reas verdes requiere que secumplan algunos aspectos, entre los cuales se pueden mencionarlos siguientes:

    z Disponibilidad de los diferentes grupos sociales para par-ticipar libremente en un conjunto social integral.

    z Que no se excluya del proceso participativo a determina-do grupo o persona.

    z Informacin disponible para discutir y consensar aspec-tos ligados a las percepciones de los diferentes grupossobre el espacio y sus particulares gustos y preferenciasrecreativas.

    No hay que olvidar que se est hablando de una diversidadurbana que puede llegar a comprender diferentes grupos, cada

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    uno con intereses y necesidades particulares, y que en algunoscasos pudiera existir intolerancia social hacia alguno de ellos. Lacohesin social entre grupos diferentes se puede lograr siemprey cuando se alcance un clima de respeto y tolerancia y se reco-nozca el derecho de uso a grupos que, en algunos casos, histri-camente han sido sujetos de olvido, por ejemplo, etnias, muje-res, homosexuales y personas discapacitadas.

    La cohesin social puede llegar a ser un aspecto delicado ydifcil de lograr en algunas ciudades del mundo; como en el casode Mxico, donde 39.1% de la poblacin considera que la exclu-sin significa impedir la participacin de alguien, y 25.3% la aso-cia tambin con descartar a una persona de la sociedad. Desfa-vorablemente, Mxico tambin es un pas donde, en general, nuevede cada 10 mujeres, indgenas, discapacitados, adultos mayores,homosexuales y pertenecientes a minoras religiosas se sientendiscriminados. De estos grupos, 94.7% de homosexuales, 94.4%de discapacitados y 94.2% de mujeres perciben que en Mxicohay discriminacin hacia ellos por su condicin (Secretara deDesarrollo Social, 2005). Si bien esa discriminacin se reportacomo ms importante dentro de los ambientes laborales y dederecho al trabajo, es necesario extender esta investigacin paradeterminar el porcentaje de discriminacin en espacios pbli-cos, como las reas recreativas.

    En relacin con la informacin disponible, que es necesariadentro de un esquema de participacin social de reas verdes, seestara hablando de inventarios de superficie verde, facilidadesrecreativas, estadsticas sobre usos y conocimiento de gustos, pre-ferencias y necesidades de los usuarios dentro de los espacios. Lainexistencia o restriccin de esa informacin limitara la toma dedecisiones y acuerdos que se puedan hacer para adecuar diseos,asignacin de usos y generacin de programas de reas verdes. Porello, es necesario que los administradores de los parques incenti-ven la creacin de bases de datos automatizadas y sistemas deinformacin pblica de los espacios verdes recreativos.

    Como se coment, los administradores pudieran no estar deltodo preparados para considerar la diversidad de intereses re-creativos. Sin embargo, esa misma deficiencia podra llevarlostambin a pasar por alto las bondades de la participacin social ya desconocer los resultados derivados de los procesos participa-tivos que son de inters para la comunidad. Por lo mismo, laausencia o desconocimiento de las bondades de la participacinsocial arrastraran consigo el incumplimiento de la demanda so-cial en las reas verdes, resultando ello, como mencionamos en

  • 942 Flores, R. y M. Gonzlez: Consideraciones sociales...

    otros apartados, en espacios subutilizados y vacos. Esa situa-cin a su vez influira en la percepcin de inseguridad, crendosede esta forma un crculo vicioso que resulta en un decaimientode la calidad de las masas arboladas y de los servicios y recursosrecreativos con que cuenta el espacio. Adems, los conflictossociales en los espacios pueden agudizarse por asaltos, agresio-nes y persecuciones en contra de grupos vulnerables. Tales pro-blemas abren la posibilidad de que el deterioro en la calidad delos parques incida en una disminucin de la superficie verde dela localidad. Y eso posiblemente aumentara an ms la compe-tencia con otros usos del suelo, como comerciales, residencialesy para estacionamientos, los cuales seran favorecidos debido alos beneficios econmicos que derivan de ellos. En consecuen-cia, es muy importante estimar el valor econmico de los servi-cios sociales, recreativos y ambientales que prestan los parquesurbanos.

    La ausencia de valor en trminos monetarios o de precios demercado de tales servicios, pone en franca desventaja el uso re-creacional en los espacios verdes, debido a que la planificacinurbana puede emplear herramientas econmicas como el anlisisde costo-beneficio en la toma de decisiones para asignar y darprioridad a determinados usos del suelo. Sin embargo, el hecho deque se carezca de tales valores econmicos no quiere decir que noexistan. La economa ambiental ha desarrollado y fundamentadomtodos como el costo de viaje, la evaluacin contingente y losprecios hednicos, entre otros, que permiten encontrar el valoreconmico de los servicios sociales, recreativos y ambientales quepueden proporcionar los espacios verdes. No es objetivo de estetrabajo generar una discusin y anlisis sobre esos mtodos deevaluacin econmica y su aplicacin en la toma de decisiones dela planificacin urbana en la asignacin de uso del suelo. Sin em-bargo, por su importancia se considera un rea de discusin pen-diente para urbanistas y economistas ambientales.

    Por lo tanto, considerando los objetivos de este trabajo, esnecesario destacar la importancia de sensibilizar, especialmentea los planificadores y administradores de parques, sobre las bon-dades de la participacin ciudadana y de la incorporacin de lademanda social de los citadinos en sus agendas de trabajo. Enesta recomendacin tambin hay que sugerir que los mismosadministradores deben facilitar y promover en los centros de in-vestigacin de manejo de recursos naturales de sus ciudades, lainvestigacin ecolgica, social y econmica de los parques. Losresultados y anlisis de tales investigaciones permitirn a los pla-

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    nificadores adecuar sus actuales programas de manejo y diseosarquitectnicos a la demanda social recreativa, desde una pers-pectiva de equidad y participacin ciudadana.

    En el enfoque de sustentabilidad actual, y considerando unesquema de manejo integral con perspectiva paisajstica, sepuede concebir actualmente el parque urbano recreativo comoun espacio pblico con usos potencialmente diversos, incluyentey sin discriminacin.

    Conclusiones y recomendaciones

    La creacin y el desarrollo histrico de diversos tipos de parquesurbanos en diferentes ciudades del mundo ha respondido a metassociales que privilegiaron inicialmente la inclusin de algunos gru-pos sociales, asignando en ocasiones actividades recreativas a priori.Esa visin de desarrollo del espacio verde trajo consigo la falta deconsideracin de algunos grupos sociales dentro de los espaciosverdes, lo que result en discriminacin y generacin de conflic-tos sociales. Con la actual concepcin de Parque Sustentable, lameta social de llevar salud integral humana y ecolgica a todos losresidentes citadinos, se puede lograr slo si se acepta la diversidaden la demanda social recreativa de los grupos sociales beneficia-rios. En un enfoque de sustentabilidad y equidad social no se pue-de hablar de espacios verdes incluyentes mientras exista una pro-blemtica de exclusin dentro del espacio. Por ello, se haceindispensable sugerir las siguientes acciones:

    z Flexibilizar el concepto de recreacin en parques pbli-cos y no definirlo nicamente como un espacio de re-creacin familiar y con fines de educacin ambiental yobjetivos ecolgicos.

    z Conocer la demanda recreacional de los grupos socialesque hacen uso de las reas verdes en las diferentes loca-lidades urbanas.

    z Considerar que el espacio verde es un agente dinmico,no neutro, ya que es definido por las diversas actividadesque los usuarios realizan o desean realizar dentro de l.

    z Considerar que el espacio y las facilidades recreativas sepueden y deben adecuar a los gustos, preferencias, nece-sidades y diferentes capacidades de los usuarios.

    z Aceptar que existen riesgos potenciales de exclusin, sino se toma en cuenta a grupos vulnerables a los que tra-dicionalmente no se les ha reconocido su derecho de uso

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    recreativo, como mujeres, etnias/razas, homosexuales ypersonas con discapacidades o necesidades especiales.

    z Valorar las bondades de la participacin ciudadana comoun mecanismo que, aun con ciertos requerimientos y ries-gos, pudiera facilitar el desarrollo consensado de pro-gramas de creacin, desarrollo, manejo y asignacin deusos diversos, como la recreacin en espacios verdes.

    En la prctica se podran emplear algunas de las tcnicas yamencionadas o una combinacin de ellas para conocer la deman-da de bienes y servicios de reas verdes por parte de los grupossociales. Los resultados proporcionaran indicadores de deman-da recreativa en espacios verdes, acuerdos de cooperacin entrelos grupos sociales y la creacin de programas consensuados demanejo, administracin y uso recreativo. Para lograr lo anterior,se requiere la participacin de diferentes profesionistas en desa-rrollo urbano, como arquitectos, economistas, socilogos, an-troplogos y especialistas en forestera urbana que conformenequipos de investigacin y trabajo multidisciplinarios.

    Consecuentemente, la integracin de las recomendacionesanteriores lleva a considerar como eje de la dotacin del servicioverde a la demanda social. Por lo que esa demanda social, si seconsidera su potencial de mltiples usos debiera incluirse en unesquema de manejo integral con una perspectiva paisajstica. Esaperspectiva, a su vez, debiera ejecutarse por medio del diseo yoperacin de un Sistema Integral de Espacios Verdes Citadinosque contenga esquemas de participacin ciudadana. Por lo ante-rior, y tomando en cuenta la posibilidad de que un solo parquesea incapaz de proporcionar todos lo servicios y usos demanda-dos, algunos parques pudieran estar mayormente enfocados adesempear una funcin recreativa de cierto tipo, mientras queotros tendran alguna funcin alternativa, cubrindose de esa for-ma la diversidad en gustos y preferencias de la gente y las funcio-nes de utilidad que pudieran proporcionar los espacios verdes.

    Todo eso repercutir en la generacin de nuevos planes dereas verdes y de recreacin en las ciudades dentro de progra-mas integrales de servicios urbanos. Asimismo, esto permitiraasignar de manera eficiente zonas verdes en una ciudad de acuer-do con la ptica de sustentabilidad que especifica el tipo de Par-que Sustentable definido por Cranz y Boland (2004). No es posi-ble concebir el desarrollo urbano sujeto nicamente a proyectospolticos individuales de slo un servicio y un espacio a cortoplazo, sino como parte de planes integrales dinmicos de bienes

  • 945Economa, Sociedad y Territorio, vol. VI, nm. 24, 2007, 913-951

    y servicios a largo plazo con participacin ciudadana y adecuadadistribucin espacial de los parques en el paisaje urbano.

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