conservatorios andaluces

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Ahora que nos disponemos a estrenar una nueva ordenación de estudios superiores de música parece pertinente realizar un somero balance de la anterior. Algunas razones inclinan al optimismo en lo que se refiere al nuevo plan de estudios. La más poderosa: difícilmente podrá resultar peor que el anterior. Hasta donde sabemos, la Junta de Andalucía no consideró necesarias las opiniones del profesorado cuando se puso en marcha –allá por el año 2001- el plan LOGSE. Ignoro si esta respetable institución decidió apoyarse en el criterio de algún profesional de la enseñanza musical. Me inclino a pensar que no lo hizo. Sólo así puede comprenderse una serie de flagrantes errores que los enseñantes y los alumnos hemos venido padeciendo a lo largo de los últimos años: Por ejemplo, que los estudiantes de disciplinas instrumentales debieran asistir a clase una media de 25 horas semanales. Tomemos como muestra el instrumento más demandado: un pianista, en la época en que realiza sus estudios superiores, precisa un mínimo de 30 horas semanales de práctica con su instrumento. Si a las 30 horas de práctica y a las 25 de clases sumamos el tiempo de estudio que requieren algunas imprescindibles disciplinas teóricas (Historia de la Música, Estética) y teórico-prácticas (Análisis, Armonía) llegamos, incluso calculando muy a la baja, a un total de 75 horas semanales de

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Ahora que nos disponemos a estrenar una nueva ordenacin de estudios superiores de msica parece pertinente realizar un somero balance de la anterior. Algunas razones inclinan al optimismo en lo que se refiere al nuevo plan de estudios. La ms poderosa: difcilmente podr resultar peor que el anterior. Hasta donde sabemos, la Junta de Andaluca no consider necesarias las opiniones del profesorado cuando se puso en marcha all por el ao 2001- el plan LOGSE. Ignoro si esta respetable institucin decidi apoyarse en el criterio de algn profesional de la enseanza musical. Me inclino a pensar que no lo hizo. Slo as puede comprenderse una serie de flagrantes errores que los enseantes y los alumnos hemos venido padeciendo a lo largo de los ltimos aos:

Por ejemplo, que los estudiantes de disciplinas instrumentales debieran asistir a clase una media de 25 horas semanales. Tomemos como muestra el instrumento ms demandado: un pianista, en la poca en que realiza sus estudios superiores, precisa un mnimo de 30 horas semanales de prctica con su instrumento. Si a las 30 horas de prctica y a las 25 de clases sumamos el tiempo de estudio que requieren algunas imprescindibles disciplinas tericas (Historia de la Msica, Esttica) y terico-prcticas (Anlisis, Armona) llegamos, incluso calculando muy a la baja, a un total de 75 horas semanales de trabajo. Poco ms y regresamos a los tiempos de la Revolucin Industrial. Con un gobierno socialista. O, por ejemplo, que los estudiantes de Composicin cursasen un nico ao de Armona, piedra angular (como se sabe en Europa -all al norte de los Pirineos, o de Despeaperros?, no s, soy slo un msico con leves nociones de Geografa- desde hace al menos 250 aos) en la formacin de un compositor; esta mnima atencin a la Armona se hace an ms incomprensible cuando se sabe que el plan de estudios contena dentro de las materias obligatorias- dos asignaturas que ms sensatamente podran haberse refundido en slo una: Esttica y estilo de la msica contempornea y Tendencias estticas en la creacin musical del s. XX. O sea: Amanecer y Salida del sol.O, un ejemplo ms, que las ratios jams llegasen a publicarse oficialmente, aunque para decidir las plantillas de los centros se manejara un documento (sin firma) en el que disciplinas tan divergentes como Historia de la Msica y Contrapunto se consideraban exactamente iguales a efectos de ratio. No, dudo mucho que un profesional de la enseanza musical cometiese semejantes desatinos. La pregunta que no acierto a responder es: Por qu se prescindi de la opinin de los especialistas?Mencin aparte precisa la poltica de contratacin de profesorado. Quiero empezar expresando que, en general, considero que el nivel del profesorado ha sido ms que respetable. Lo que sorprende es que, segn parece, esta poltica ha venido dictada por una persistente improvisacin. En ocasiones se adjudicaron las plazas mediante un baremo (y todos sabemos que un baremo no es el mejor instrumento para medir la idoneidad de un profesor). En ocasiones con ms acertado criterio- se estableci una prueba prctica; pero, incluso aqu, se tom una decisin difcil de entender: los tribunales calificadores de dichas pruebas estaban presididos por un inspector (de Enseanzas Medias) que -no obstante su carencia de titulacin musical y, comnmente, de conocimientos musicales bsicos- calificaba a los aspirantes en grado de igualdad con los catedrticos especialistas, e incluso tena el privilegio de deshacer, con su voto de calidad, posibles empates. Los profesores finalmente seleccionados ya fuera mediante prueba, ya mediante baremo- han resultado notablemente perjudicados por esta improvisacin:Por qu no se convcaron oposiciones? O almenos, una spruebas durdaderasMaltrato a los profes, q no saban donde ni qu iban aimparti rle siguiente curso. Muchos, valiosos, ni siquiera participaban en el concurso.

Especializacin del profesor en asignaturas

Inspectores presidiendo tribunales

Profesores nombrados tarde, a veces un mes y medio despus de comenzado el curso