conolly, lawrence - ecos

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  • Ecospor Lawrence C.Conolly

    Marie se quedo de pie en la cocina, con la mirada fija en los pjaros imantados que haba sobre la puerta de la nevera. Poco despus, Billy grita desde la sala reclamando leche para su hermano Paul. Ella no contest. Paul haca tres meses que haba muerto. -Mami?- Miro a su alrededor, intentando recordar para qu haba ido a la cocina.-Mami! Paul quiere leche. Puedes trarsela? El juego no poda continuar. Empezaba a ser aburrido. Billy ya era lo suficientemente mayor como para comprender la muerte, para poder comprender que era imposible que Paul estuviese en la sala mirando la televisin. Billy tena seis anos. Paul, de no haberse ido, tendra cinco. Dio la vuelta para regresar a la sala y sinti el agudo e hiriente dolor en su espalda, que el mdico le haba dicho que sentira el resto de su vida. Marie tenia veintinueve anos. El resto de su vida... Eso era mucho tiempo si mora de vieja y no de otro accidente. Se pregunt si alguna vez podra considerar el dolor como algo normal. La sala estaba a oscuras. Antes del desayuno haba intentado correr las pesadas cortinas azules pero Billy no le haba dejado. Se haba vuelto un chico casero, y prefera las habitaciones oscuras antes que el mundo exterior. Prefera la compaa de su hermano muerto antes que h de los nios vivos. Se sentaba solo, apoyndose en el brazo del divn, con el cuerpo grcilmente lacio. Era sorprendente la rapidez con que su joven cuerpo se haba recuperado. Los miedos haban desaparecido. Sus huesos rotos ya estaban soldados. Observndolo, era difcil pensar que tambin result afectado. Un donut entero estaba sobre la mesita. Ella lo seal y dijo: -No te lo vas a comer? El neg con la cabeza. -Se lo he dejado a Paul, pero no se lo comer si no le traes leche. Esta enfadado porque no le has preparado el desayuno.

  • Ella mir a la televisin y pregunt: -Qu estn dando? -Edge of Night. Paul quiere saber si... -No hay ningn programa infantil? -Si, pero tu pusiste este canal. Te acuerdas? Lo pusiste, y luego te fuiste a la cocina. Paul dice... -Bueno, mejor lo quitamos. Tengo dolor de cabeza y... -Por qu haces esto? -Que cosa? -Hablar de otras cosas cuando yo hablo de PauI. -Qu quieres para almorzar? -Mami? Estaba a punto de llorar, y ella estuvo a punto de ceder, a punto de decirle hola! al espacio vaco junto a Billy, a punto de ir a la cocina a por leche. Seria fcil seguir el juego. Ella lo sabia. Ya lo haba hecho antes. Y algunas veces se haba convencido a si misma de que Paul estaba all... -Mami? Ella se dio la vuelta, conocedora de que, si la discusin continuaba, Billy saldra ganando. Y ella no lo poda permitir. La noche pasada, Roger haba regresado pronto a casa y los haba encontrado a los dos hablndole a Paul. Roger entonces impuso su ley. Le haba dicho que no era adecuada tal farsa. No lo era para nadie. Volvi a mirar hacia el divn, a su hijo mayor qUe volva a ser un nio solitario, y le dijo: -Luego quiero que vayas al colmado. Nos estamos quedando sin mantequilla. Billy empez a mordisquear el donut intacto. Marie se pregunt si lo estaba consiguiendo. Mas tarde, cuando la hueca tarde empez a tornarse oscura, Roger se sirvi un martini y le pregunt qu tal haba ido el da. Ella le contest que bien, y el, tomando una silla, se sent frente a ella, al otro extremo de la mesa de la cocina. El ya no llevaba la escayola en el cuello, pero ella poda ver que el dolor no mejoraba. El mdico no quera que trabajase la jornada completa, pero Roger no era de los que aceptan

  • rdenes. Seguramente se servira dos martinis mas antes de cenar. La televisin segua conectada en la sala. Billy se haba pasado todo el da frente al aparato, mirando todo lo que haban puesto en el canal 4. El sonido segua estando demasiado alto. Roger mir por encima del hombro de Marie hacia la sala, y algo en su expresin inquieto a su esposa. Se tema lo que iba a venir. -Marie - dijo el .-Por que est encendido el televisor? -Por favor, Roger, deja al nio. Ella se lo haba insinuado. Seguro que seria suficiente. Pero miro hacia otro lado cuando se levant de la mesa. El se acerc a la sala. La televisin quedo en silencio. -No quiero que hagas esto - dijo, regresando a la cocina .- No quiero que sigas con ese juego en una sala vaca. Ella grit. Luego intent contarle la conversacin que haba tenido con Billy aquella maana. Pero cada vez que ella empezaba, el le preguntaba por la cena, o por sus labores, o por la seora Burke, su vecina. Poco despus, cuando pareci intil insistir, ella se puso el abrigo y se acerc al colmado a por mantequilla. Quedaba a cinco manzanas. E1 paseo era doloroso, pero ella no quera conducir. Ya no se senta segura en un coche. Roger qued atrs en la casa vaca. Se sirvi el segundo martini, preguntndose si lo estaba consiguiendo.

    Ecos