configuraciones histórico

10
CONFIGURACIONES HISTÓRICO -CULTURALES AMERICANAS CONFIGURACIONES HISTÓRICO -CULTURALES AMERICANAS DARCY RIBEIRO (Extractos de diferentes textos) Según Darcy Ribeiro (Brasil 1922-1997), nada quedó fuera del alcance de las fuerzas desencadenantes de la expansión europea. Esta expansión transformó a los pueblos ibéricos, más tarde a otros pueblos europeos. La Revolución Mercantil creó las primeras civilizaciones de dimensión mundial, La Revolución Industrial constituyó en los ámbitos socio – económicos y cultural la fuerza volcada a la integración de los pueblos muy diversos en una civilización común. Los procesos civilizatorios movidos por aquellas revoluciones se hallan en la base de la reordenación de la naturaleza. Ellos son la causa fundamental de las transfiguraciones experimentada por los pueblos en estos últimos siglos, ya que la actual configuración étnica de la humanidad es el resultado del exterminio de millares de etnias, de la fusión de razas y de la difusión lingüística y cultural. Por los mismos procesos se explica la expansión de idénticas técnicas productivas, de similares modos de organización social y política y de comunes conocimientos creencias y valores. Las diferencias de razas, culturas y lenguas que dan a distintas etnias sus cualidades singulares, tienen una relevancia menor que las uniformidades provocadas por el impacto de la expansión europea en su acción civilizadora. Es decir Las uniformidades provocadas por el impacto de la expansión europea en su acción civilizadora son de dos tipos : a) Las Socioeconómicas, referentes al grado y modo de integración de los pueblos en la civilización industrial moderna, los que les confiere el carácter de sociedades desarrolladas o subdesarrolladas en el marco de lo que son las formaciones capitalistas – mercantiles, imperialistas – industriales etc. b) Las de Carácter Histórico Cultural, debidas a distintos procesos de deformación étnica, cuyas características permanecen actuantes y explican el modo de ser de estos pueblos. Según Darcy Ribeiro debemos hacer un estudio de las condiciones que entraron en interacción referente a las poblaciones que entraron en contacto por la expansión europea, del modo de ¿cómo sus características culturales se combinaron para formar nuevas entidades étnicas?, y de ¿qué efectos tuvieron sobre ellas las fuerzas transformadoras de las revoluciones mercantiles e industrial? Con este análisis Darcy Ribeiro pretende ver cuáles son las características comunes de distintos pueblos que permiten agruparlos según, si tienen atributos socio-culturales o no, así mismo el autor pretende ver dentro de estos conjuntos en los que se pueden agrupar los pueblos cuáles pueden distinguirse como categorías explicitas del modo de ser de las sociedades extra europeas y los problemas que enfrentan. Dentro de estas perspectivas los pueblos extra europeos del mundo (moderno) pueden ser clasificados como grandes configuraciones histórico- culturales: Pueblos testimonios: Están constituidos por los representantes modernos de las viejas civilizaciones originales.

Upload: bajopueblo

Post on 15-Jan-2016

8 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

configuraciones historico-culturales

TRANSCRIPT

Page 1: Configuraciones Histórico

CONFIGURACIONES HISTÓRICO -CULTURALES AMERICANAS

CONFIGURACIONES HISTÓRICO -CULTURALES AMERICANASDARCY RIBEIRO

(Extractos de diferentes textos)

Según Darcy Ribeiro  (Brasil 1922-1997),  nada quedó fuera del alcance de las fuerzas desencadenantes de la expansión europea. Esta expansión transformó a los pueblos ibéricos, más tarde a otros pueblos europeos. La Revolución Mercantil creó las primeras civilizaciones de dimensión mundial, La Revolución Industrial constituyó en los ámbitos socio – económicos y cultural la fuerza volcada a la integración de los pueblos muy diversos en una civilización común.

Los procesos civilizatorios movidos por aquellas revoluciones se hallan en la base de la reordenación de la naturaleza. Ellos son la causa fundamental de las transfiguraciones experimentada por los pueblos en estos últimos siglos, ya que la actual configuración étnica de la humanidad es el resultado del exterminio de millares de etnias, de la fusión de razas y de la difusión lingüística y cultural. Por los mismos procesos se explica la expansión de idénticas técnicas productivas, de similares modos de organización social y política y de comunes conocimientos creencias y valores.

Las diferencias de razas, culturas y lenguas que dan a distintas etnias sus cualidades singulares, tienen una relevancia menor que las uniformidades provocadas por el impacto de la expansión europea en su acción civilizadora. Es decir Las uniformidades provocadas por el impacto de la expansión europea en su acción civilizadora son de dos tipos :

a) Las Socioeconómicas, referentes al grado y modo de integración de los pueblos en la civilización industrial moderna, los que les confiere el carácter de sociedades desarrolladas o subdesarrolladas en el marco de lo que son las formaciones capitalistas – mercantiles, imperialistas – industriales etc.b) Las de Carácter Histórico Cultural, debidas a distintos procesos de deformación étnica, cuyas características permanecen actuantes y explican el modo de ser de estos pueblos.

Según Darcy Ribeiro debemos hacer un estudio de las condiciones que entraron en interacción referente a las poblaciones que entraron en contacto por la expansión europea, del modo de ¿cómo sus características culturales se combinaron para formar nuevas entidades étnicas?, y de ¿qué efectos tuvieron sobre ellas las fuerzas transformadoras de las revoluciones mercantiles e industrial?

Con este análisis Darcy Ribeiro pretende ver cuáles son las características comunes de distintos pueblos que permiten agruparlos según, si tienen atributos socio-culturales o no, así mismo el autor pretende ver dentro de estos conjuntos en los que se pueden agrupar los pueblos cuáles pueden distinguirse como categorías explicitas del modo de ser de las sociedades extra europeas y los problemas que enfrentan.

Dentro de estas perspectivas los pueblos extra europeos del mundo (moderno) pueden ser clasificados como grandes configuraciones histórico- culturales:

Pueblos testimonios: Están constituidos por los representantes modernos de las viejas civilizaciones originales.Pueblos nuevos: Esta categoría está representada por los pueblos americanos plasmados en los últimos siglos como subproducto de la expansión europea por la fusión y aculturación de matrices indígenas, negras y europeas.Pueblos trasplantados: Están integrados por las naciones formadas por el establecimiento de contingentes europeos en los territorios de ultramar que mantuvieron su perfil étnico, su lengua y su cultura originales.Pueblos emergentes: Las naciones nuevas de África y Asia cuyas poblaciones ascienden del nivel tribal, o de la condición de meras factorías coloniales a la de etnias nacionales

Estas categorías se basan en dos premisas:

1. La apariencia que presentan en nuestros días los pueblos que la forman es el resultado de la expansión mercantil europea y de la reordenación del mundo provocada por la civilización industrial.2. Por haber sido estos pueblos originalmente distintos en lo relativo a su raza, cultura y organización social, conservaron características peculiares marcadas que al mezclarse con los  otros pueblos dieron lugar a componentes híbridos singulares.

PUEBLOS TESTIMONIOS

Está integrada por los pueblos sobrevivientes de las altas civilizaciones autónomas que sufrieron el impacto de la expansión europea. Aunque han resumido su independencia, no han vuelto a ser lo que fueron, ya que en ellos se han operado una transformación no solo por la conjunción de las condiciones que debieron enfrentar en su calidad de integrantes subalternos de

Page 2: Configuraciones Histórico

sistemas económicos de ámbito mundial, y también por los efectos que tuvieron sobre ellos las revoluciones mercantiles e industrial.

•En este bloque de Pueblos Testimonios se cuentan India, China, Japón, Corea, Indochina, los Países Islámicos y algunos otros.•En América están representados por México y Guatemala así como por los pueblos del altiplano andino; sobrevivientes de las civilizaciones Aztecas y Mayas los primeros, de la civilización Incaica los últimos. Siglos de sojusgación motivaron profundas deformaciones que empobrecieron sus poblaciones y traumatizaron toda su vida cultural.•El problema básico es el de integrar en su propio ser nacional las dos tradiciones culturales que han heredado y que resultan opuestas.•Por un lado, la contribución europea consiste en técnicas y en contenidos ideológicos.•Por otro lado, su antiguo acervo cultural que a pesar de haber sido drástica, reducido y traumatizado pudo mantener algunos elementos como por ejemplo Lenguas, Formas de Organización Social, Conjunto de Creencias y Valores que permanecieron arraigados, además de un patrimonio de saber vulgar, y de estilos artísticos peculiares.•Incapaces de fundar las dos tradiciones en una sola, conservan aún hoy dentro de sí, el conflicto entre la cultura original y la civilización europea de los Pueblos Testimonios.•Únicamente el Japón y más recientemente China, aunque de modo incompleto, consiguieron incorporar a las respectivas economías la técnica industrial moderna y reestructurar sus propias sociedades sobre bases nocivas.

Los dos núcleos de pueblos testimonios de América, como pueblos conquistados y sometidos sufrieron un proceso de compulsión europeizante, mucho más violento, que arrojó como resultado su completa transformación étnica. Sus perfiles étnicos Nacionales de hoy ya no son originales.

España se encontró al llegar a América con poblaciones mucho mayores que la suya propia, estructuradas como formaciones socioculturales totalmente distintas. Eran imperios teocráticos de regadío del mismo tipo que las características de las altas civilizaciones de la mesopotámica, Egipto, etc. Al igual que aquellas civilizaciones los imperios americanos se basaban en una agricultura intensiva de regadío, servida por estupendos sistemas de canales controlados por el Estado, que habría de permitir las mayores concentraciones humanas conocidas (Wittfogel, sociedades hidráulicas).

Paralizadas por el ataque español, tanto la sociedad azteca como la maya y la incaica entraron en colapso, sus aristocracias dirigentes fueron sustituidas por una minoría extranjera que, desde entonces se encargó de remodelar sus culturas valiéndose de compulsiones de toda clase. Esto se cumplió por medio de dos mecanismos fundamentales:

- El exterminio intencional de la antigua clase gobernante y sacerdotal- La disminución de su población provocada por las epidemias con la que fueron contagiados.- Por el reclutamiento en el trabajo esclavo.- Por las innovaciones técnicas y agrícolas que desequilibraron su antigua base ecológica.

Es en estas condiciones que entraron en conjunción las dos tradiciones culturales: La europea y la indígena.

La primera, representada por la minoría de los agentes de la dominación externa, mantiene su integridad; La última amputada, resulto además empobrecida por el saqueo de sus riquezas y por la desaparición de sus técnicos y artesanos. Durante largo tiempo los pueblos testimonios de América carecieron de un modo de vida propio. Desgastados por las epidemias, llevados a la desesperación por la esclavitud, se transformaron en meros rebaños humanos cuyos miembros no tenían en su vida otra alternativa que cumplir el destino que les era impuesto.

Contrariamente a lo que sucedía en las colonias de poblamiento de la Costa Atlántica de América del Norte, donde un pueblo crecía por la multiplicación de núcleos dotados de las condiciones adecuadas para proveer su subsistencia y para expresar sus concepciones de vida particulares, en las colonias de conquistas del sur se reclutaban de continuos nuevos contingentes humanos, que eran utilizados como combustibles del sistema productivo colonial.

Comparados con las otras etnias Americanas los pueblos testimonios se distinguen tanto por los valores de la vieja tradición, como por su proceso de reconstrucción étnica muy diferenciados .En las sociedades mesoamericanas y andinas, los conquistadores españoles se establecieron desde un principio como una aristocracia que desplazo a la vieja clase dominante y puso a su servicio a las clases intermedias y a toda la masa servil.

Gracias a esta situación pudieron construir palacios que superaron a los más ricos de la nobleza española y erigir templos de un lujo jamás vistos en la península. Ello permitió montar un sistema de occidentalización que partiendo de la erradicación de la clase dominante nativa y de su capa erudita implanto un dispositivo de asimilación y represión que iba desde la catequesis masiva y la creación de universidades, al mantenimiento de fuentes contingentes militares listas para actuar ante cualquier tentativa de rebelión.

En el transcurso del proceso civilizatorio desencadenado por la revolución industrial los pueblos testimonios de América concretaron su independencia.

Page 3: Configuraciones Histórico

El objetivo de la clase dominante nativa que orientó el ciclo independentista de los pueblos testimonios, era el de sustituirse a los agentes metropolitanos de dominación. Procuro acelerar por todos los medios la europeización, tratando de que la modernización y el desarrollo se cumpliesen.

Los Pueblos Testimonios de América se caracterizan por la división de sus sociedades en tres estratos superpuestos.

·         El estamento superior lo forma la capa de “blancos por autodefinición”, racial y culturalmente más hispanizadas , que controla la economía y las instituciones políticas y militares adecuándolas a sus intereses.

·         El estamento intermedio considerado mestizo, no lo es tanto por sus caracteres raciales como por su mayor integración cultura hispanoamericana, obtenida con la españolización palera (la conversión al catolicismo) y la incorporación a la fuerza del trabajo de la sociedad nacional.

·         El tercer estamento está formado por la masa de los que como indígenas se encuentran en una situación de margen cultural.

LOS PUEBLOS NUEVOS

La segunda configuración histórico-cultural está constituida por los Pueblos Nuevos, surgidos de la combinación entre deculturación y fusión de matrices étnicas africanas , europeas e indígenas .

Los denominados Pueblos Nuevos dado que constituyen entidades étnicas distintas de sus matrices constitutivas. Constituyen Pueblos Nuevos los brasileños, los venezolanos, los colombianos, los antillanos y una parte de América central y del sur de las EE.UU.Se diferencia de los pueblos testimonios por no haber experimentado las compulsiones del sistema de plantación, se encuentran en Chile y Paraguay. Fueron Pueblos Nuevos aunque más tardíamente los del Uruguay y Argentina.

Los Pueblos Nuevos constituyen la configuración histórico cultural más característica de las Américas porque están presentes en todo el continente. En muchos casos como en el de los pueblos americanos presenciamos el surgimiento de pueblos nuevos formados por la conjunción y amalgama de etnias originalmente muy diferenciadas, logradas bajo condiciones de dominio colonial, despótico, impuesto por los agentes locales de la sociedad más desarrollada.

Los pueblos nuevos de América se formaron por la confluencia de contingentes profundamente dispares en cuanto a sus características raciales y culturales, como un subproducto de proyectos coloniales europeos. Al reunir, blancos, negros e indios en las grandes plantaciones de productos tropicales o en las minas cuya finalidad era surtir los mercados europeos y producir ganancias, las naciones colonizadoras plasmaron pueblos profundamente diferenciados en sí mismo y de todas las etnias que los componían. Así al lado del blanco, que desempeñaba la jefatura de la empresa, del negro esclavo, del indio también esclavizado, fue surgiendo una población mestiza en la que se fundían aquellas matrices en las más variadas proporciones.Poco tiempo después de inauguradas las empresas coloniales, la nueva población nacida e integrada en aquellas plantaciones y minas, ya no era europea, ni africana, ni indígena, sino que configuraba las proto-células de una nueva entidad étnica.Al crecer la incorporación de nuevos contingentes, aquellas proto- células fueron conformando los nuevos pueblos.

Los nuevos pueblos de las américas son el resultado de formas específicas de dominación étnica y de organización productiva, establecida bajo condiciones de extrema opresión social y de deculturación compulsoria que alcanzaron en la América Colonial la más amplia aplicación.

Tales formas fueron, en primer lugar la esclavitud utilizada como procedimiento capitalista de reclutamiento de mano de obra entre pueblos tribales africanos y aborígenes, para la producción agraria y la explotación minera y en segundo lugar, la adopción de la hacienda como modelo de organización empresarial capitalista, que combinando el monopolio de la tierra y el dominio de la fuerza de trabajo, permitirá producir artículos para el mercado mundial, con el fin de obtener lucros pecuniarios .

La hacienda ha sido la institución básica confirmadora del perfil de los pueblos nuevos . Ella condicionó la familia, la religión, la nación misma. Modeladora básica de la sociedad, la hacienda dejo su impronta tanto en los descendientes de los que en ella aplicaban los esfuerzos ya fuera en calidad de esclavos o fuerzas de trabajo “libre”, como sobre las capas dominantes rurales y urbanas, todos resultaron de forma por el espíritu autocrático paternalista, por los gustos señoriales , por la discriminación social y racial. El sistema de hacienda fue igualmente emplazado, con las adaptaciones necesarias, a la crianza extensiva de ganado hasta en las explotaciones extractivas de las riquezas vegetales.

Las formas diferenciadas del modelo de hacienda tienen en común el dominio del territorio donde operaban y el control de un contingente humano puesto al servicio de la empresa.

•Todas ellas tenían también como denominador común, el carácter mercantil de las instituciones que permitía la vinculación de las colonias de ultramar con las economías metropolitanas.•La hacienda colonial se anticipa a la fábrica moderna, por estas características de concentración de los trabajadores bajo el comando de los detentadores de los medios de producción, que procuran apropiarse del trabajo, del producto de su trabajo.•En estas condiciones el trabajador solo puede apelar, a fin de desgastarse con menos rapidez, a la disminución de su ritmo de trabajo o a la fuga, con lo que arriesgamos la persecución y la caza si se trataba de un esclavo.•No tiene allí cabida el ciudadano porque la patria es la hacienda para quien nace y vive dentro de sus lindes.

Page 4: Configuraciones Histórico

Entre la hacienda y el mundo exterior solo cabe un mediador que es el hacendado ya que es el patrón, padrino, protector y jefe político. En esta sociedad así estructurada las instituciones republicanas no resultó otra cosa que un simulacro de autogobierno popular, incapaz de esconder su carácter oligárquico.

LOS PUEBLOS TRASPLANTADOS

 Surgieron de la radicación de europeos, emigrados en grupos familiares, a los que movía el deseo de reconstituir en el nuevo continente, con una libertad mayor y con mejores perspectivas de prosperidad que las existentes en sus países de origen, el estilo de vida característico de su cultura matriz.

Algunos, como los colonizadores de América del Norte, se instalaron en territorios despoblados o escasamente ocupados por grupos tribales que vivían de la caza y de una agricultura incipiente. Dichos grupos fueron hostilizados y desalojados; jamás se fundieron con ellos, ni crearon formas de convivencia adecuada. Este hecho nada tiene de excepcional porque tanto los colonizadores ingleses, holandeses, como los portugueses o españoles, actuaron siempre de esta manera cada vez que sus establecimientos contaron con mujeres blancas en número suficiente. Otros, como los argentinos y uruguayos, resultaron de corrientes migratorias europeas que entraron en competencia con grupos mestizos españolizados, de configuración étnica anterior, a los que también desalojaron por la violencia aunque ésta alcanzara un grado menor.

Los pueblos trasplantados contrastan con las demás configuraciones socioculturales de América, por su perfil característicamente europeo manifiesto no sólo en el tipo racial predominantemente caucasoide, sino también en el paisaje creado como reproducción del Viejo Mundo, como en la configuración cultural y en el carácter más maduramente capitalista de su economía. Esta se fundó principalmente en la tecnología industrial moderna y en la capacidad integradora de su estructura social, que pudo incorporar casi toda la población al sistema productivo, y a la mayoría de ella a la vida social, política y cultural de la nación. Por esto mismo ellos se enfrentan con problemas nacionales y sociales que les son propios y tienen una visión del mundo distinta a la de los pueblos americanos de las otras configuraciones.

Hay entre los pueblos trasplantados del norte y del sur del continente profundas diferencias, no sólo por su cultura, predominantemente latina y católica en éstos, anglosajona y protestante en aquéllos, sino también por el grado de desarrollo alcanzado. Estas diferencias aproximan e identifican más a los argentinos y uruguayos con los demás pueblos latinoamericanos, también neo-ibéricos, católicos, pobres y atrasados. Por la mayoría de sus otras características, sin embargo, ellos son pueblos trasplantados, y como tales presentan muchos rasgos comunes con los colonizadores del norte.

Naturalmente, no es por mera coincidencia que todos estos pueblos trasplantados se encuentran en zonas templadas. Condicionado milenariamente a los rigores del invierno y al ritmo marcado de las estaciones, el inmigrante europeo se encontró más cómodo en climas similares, huyendo en lo posible de las regiones tropicales. Se puede apreciar que a la inversa, los pueblos adaptados al trópico, no se sienten a gusto en las áreas frígidas, donde son compelidos a vivir en ambientes artificiales, que avasallan y deprimen a la naturaleza y también a los hombres.

Algunos autores han querido explicar las diferencias en cuanto al grado de desarrollo económico de los pueblos trasplantados respecto de los otros, como una consecuencia de estos factores de diferenciación. De esta manera se atribuye un valor causal en el proceso de formación de estos pueblos —como acelerador o retardador de progreso— a la condición racial predominantemente blanca, en contraste con el mayor mestizaje con pueblos de color de las demás poblaciones americanas, a la homogeneidad cultural europea, en oposición a la heterogeneidad resultante de la incorporación de tradiciones indígenas, como ocurrió con los Pueblos Trasplantados, a la posición geográfica y a sus consecuencias climáticas, y finalmente, al protestantismo de unos y al catolicismo de los otros.

La mayoría de esas afirmaciones no resisten la crítica. Las civilizaciones se han desenvuelto en diferentes contextos raciales, culturales y climáticos. Fisonomías distintas de la civilización occidental europea misma, han logrado elevada expresión en combinación con cultos católicos y protestantes, que en rigor no son más que variaciones de una misma tradición religiosa. Solamente el registro de la homogeneidad cultural tiene alguna significación causal. Su papel como motor del desarrollo, no reside sin embargo en la homogeneidad cultural en sí, sino en las posibilidades con que por esta razón y de manera circunstancial, contaron los emigrantes salidos de Europa en un determinado período histórico, para adquirir los conocimientos y la tecnología en que se fundaba la revolución industrial en curso.

En verdad, es posible encontrar una explicación de sus caracteres y logros sólo del punto de vista histórico y mediante un examen cuidadoso del proceso civilizatorio global en el que todos estos pueblos se vieron envueltos, así como de los varios factores intervinientes en la formación de cada uno de ellos. Esto es lo que nos proponemos hacer con respecto a los pueblos trasplantados al considerar, tanto su composición racial y cultural y el modo de reclutarse sus contingentes forma-dores, como la manera en que se asociaron y fundieron en nuevas entidades étnico-nacionales.

Sin embargo,  antes debemos señalar otros factores generales de diferenciación o aproximación de los pueblos trasplantados en relación a las demás configuraciones histórico-culturales de América; éstos probablemente resulten más explicativos de sus respectivos modos de ser que los tan traídos y llevados factores climáticos, raciales o religiosos. Entre ellos sobresalen en el caso de los pueblos trasplantados del norte, el hecho de ser el resultado de proyectos tendientes a la autocolonización de nuevos territorios, en oposición al carácter exógeno de las empresas que dieron lugar a las otras configuraciones; en el de los

Page 5: Configuraciones Histórico

pueblos testimonio, la circunstancia de someter a sociedades cultural-mente muy avanzadas sobre las cuales el conquistador se estableció como una nueva dase dominante; y en los pueblos nuevos, el hecho de que el proceso de poblamiento se cumplió a través de la esclavización de indios y negros con destino a explotaciones agrícolas o mineras. A estos se suman otros factores explicativos y especialmente, la preponderancia en los pueblos trasplantados de un proceso de mera asimilación de los nuevos contingentes por parte de los primeros núcleos coloniales. En los pueblos nuevos la integración de los grupos indígenas y negros esclavizados estuvo presidida por el signo de la deculturación, en tanto que en los pueblos testimonio consistió en la desintegración cultural y la transfiguración étnica.

Los tres procesos presentan semejanzas y diferencias, pero las características específicas de cada uno de ellos marcarían distintos manifiestos en las configuraciones resultantes. En el primer caso, se trataba de anglicanizar desde el punto de vista lingüístico, a europeos de diversos orígenes, o de uniformar las normas y costumbres de la vida social, que en realidad presentaban las desemejanzas propias de las variantes múltiples de una misma tradición cultural. En el segundo caso, se trataba de erradicar culturas originales altamente diferenciadas entre sí y respecto de la europea, a fin de imponer formas simplificadas de trabajo y de coexistencia, bajo la opresión del sistema esclavista y con el exclusivo interés de hacer rendir al máximo la mano de obra. En el tercer caso, estrangulado el proceso de desarrollo autónomo de las altas civilizaciones originales, se formó un complejo espurio y alienado en el que se perdieron los contenidos eruditos de las mismas y la calificación ocupacional de su población. Es claro que los pueblos resultantes de los dos procesos de formación cultural señalados últimamente enfrentaban dificultades  mayores para su reconstitución étnico nacional y para integrar a su patrimonio cultural la tecnología de la civilización industrial.

Otros (actores explicativos de las diferencias de las tres configuraciones derivan de la mayor madurez de la economía capitalista mercantil propia de los pueblos trasplantados en oposición a las otras dos. Entre otros, se destaca el carácter más igualitario de la sociedad establecida en el norte, frente al perfil autoritario de las configuraciones del sur. Esta oposición encuentra expresión en el predominio en toda América Latina del sistema de haciendas, basado en el monopolio de la tierra, que contrasta con el de las granjas familiares difundido en los Estados Unidos. El primero dio lugar a un tipo de república oligárquica que condujo los destinos nacionales luego de la independencia; el segundo generó una república democrática asentada en una amplia clase media, políticamente activa y defensora de las instituciones de autogobierno.

Deben considerarse como factores concomitantes de idéntica naturaleza, el predominio del trabajo asalariado —aunque en sus formas más elementales— en las colonias del norte, a la esclavitud y el vasallaje existente en las otras regiones. Estas dos formas de reclutamiento de la fuerza de trabajo dejaron profundas huellas en las sociedades en que tuvieron lugar. Por un lado, permitieron una dignificación del trabajo manual, en tanto que en el segundo tipo de sociedades éste era considerado como una actividad "denigrante", propia de las categorías serviles.

Se da un cierto paralelismo entre estas concepciones referentes al trabajo, y algunas actitudes protestantes o católicas relativas a la materia, lo que no significa que estas religiones hayan representado un papel causal en la génesis de ambos comportamientos. Simplemente señalar que ellas sustentaban el sistema vigente en las sociedades respectivas; las protestantes, sociedades capitalistas más avanzadas; las católicas, más atrasadas y aristocráticas. No debemos despreciar sin embargo la importancia de este apoyo, así como la de otras derivaciones de las dos posiciones religiosas. Por ejemplo el estímulo a la alfabetización a fin de que pudiera leerse la Biblia en el caso de los protestantes, en el de la ideología católica tradicional el conservadorismo manifiesto en el empeño puesto en infundir resignación frente a la ignorancia y la pobreza. Sin embargo, más que el factor religioso en sí mismo, fueron las características institucionales de las iglesias que catequizaron el Nuevo Mundo las que desempeñaron un papel modelador para sus pueblos, constituyendo los mecanismos productores de su profunda diferenciación.

El traslado de la Iglesia Católica a América se ubica en la coyuntura de los imperios mercantiles salvacionistas cuyo tipo habían adoptado España y Portugal con posterioridad a la ocupación musulmana. Las sectas protestantes en cambio, desembarazadas de la jerarquía romana y del peso de los obispados locales, en las cuales el culto se realizaba brevemente, encuadran   en   las formaciones socioculturales   capitalistas mercantiles.

La primera fue una parte esencial de la maquinaria del estado, promotora de la conquista y de su pretendida acción salvadora. De igual modo que el islamismo expansivo, el expansionismo ibero-católico ejercía sobre las poblaciones que llegaba a dominar una gran fuerza coercitiva, exigiéndoles además, cantidades mayores de sus excedentes productivos a fin de poder sostener un clero numeroso y de que su gloria se reflejara en la magnificencia de los templos. Basta comparar el número y la calidad arquitectónica, el tamaño y la riqueza de las catedrales de la América Católica, con la modestia de las construcciones religiosas de la América protestante, para apreciar la desproporción de los recursos económicos aplicados a finalidades religiosas en ambas zonas. Obviamente, esto se hizo en perjuicio de otras inversiones en obras de utilidad general, como caminos y escuelas, por lo que vino a constituir otro factor de atraso.

La asociación de la iglesia con el poder temporal no sólo significó para la acción religiosa la seguridad de contar con todo lo que el estado pudiera darle, sino además, su adhesión y fidelidad permanente a los objetivos de perpetuación del dominio colonial y de mantenimiento de la organización oligárquica. También le aparejó la aristocratización de sus altas jerarquías, lo que la puso frecuentemente en oposición a las aspiraciones e intereses de los más humildes componentes de su grey. Esta es la causa de que tantas veces, en América católica el alto clero se haya visto envuelto en crisis políticas graves, y de que por reacción surgiera un laicismo militante típico de estos países. En la América protestante en cambio, los dirigentes de las distintas sectas,

Page 6: Configuraciones Histórico

al situarse al margen de la estructura del poder político, pudieron cuidar mejor su posición y ejercer un control más eficaz justamente por ser más informal.

El estilo diferente de la propaganda religiosa, en un caso llevada con el brazo secular, y en el otro por medio del estímulo a la acción comunitaria, hizo que la acción de la Iglesia católica fuera apreciada como teñida de fanatismo. Este tuvo en el mundo puritano una entidad equivalente, pero allí no resulta tan ostensible por disolverse en las responsabilidades colectivas. La obra misionera incluso, al emprenderse en la América católica con el fervor propio de una religión de conquista, sería una fuente constante de conflicto con los colonizadores cuyos intereses afectaba, mientras que en la América protestante no se observa un fenómeno de este tipo. También esto es demostrativo del carácter salvacionista de la estructura imperial en que la Iglesia católica se hallaba inserta.

Otra expresión de esta oposición fue el vigor fanático del celo catequista católico. Pretendiendo dar al mundo y a los hombres una configuración acorde a la de la cristiandad creó las reducciones jesuíticas, tan admirables en tanto que generosas concreciones de la utopía platónica y a la vez tan lamentables por su carácter artificioso y por significar para los indios una sujeción aún más dura que las otras. Lo paradójico es que en la América protestante, donde no hubo una acción misional rigurosa y extensa como en la otra América, la religión ha sido más ortodoxa que el catolicismo latinoamericano; se ha generalizado como una religiosidad popular más activa y menos impregnada de sincretismos, pero a la vez, más intolerante.

Otros factores de diferenciación derivados del proceso de formación nacional de los pueblos trasplantados, son la discriminación y la segregación, frente a la integración y a la expectativa de asimilación de todos los contingentes constituyentes de la etnia por medio del mestizaje, de las otras configuraciones históricos-culturales. Estas diferencias pueden apreciarse hoy nítidamente, en los tipos de preconceptos raciales prevalentes en las dos áreas. Uno es el preconcepto de origen, que recae sobre el individuo que tiene antepasados negros conocidos cualquiera sea su fenotipo, como ocurre en los Estados Unidos; y otro, característico de los pueblos nuevos, el preconcepto de marca, que discrimina al individuo de acuerdo a la intensidad de sus rasgos negroides, pero para el cual los mulatos claros se incluyen en el grupo socialmente blanco, como ocurre en los pueblos nuevos y los pueblos testimonio.

Otra diferencia radica en la proporción de los contingentes marginales a la vida económica, social y política de la nación. Estos presentan el carácter de grupos distinguidos del punto de vista cultural, principalmente neo indígenas y mestizos, en los pueblos testimonio, y el de grupos socialmente distinguidos, por lo general, compuestos por neoafricanos o sus mulatos en los pueblos nuevos. Se hallan siempre presentes en cada etnia nacional, a veces, como la porción mayor de su población dentro de las formaciones señaladas, en cambio aparecen como minorías raciales bien definidas en los pueblos trasplantados. Aquí también, más que de un factor causal estamos en presencia de uno de los resultados del proceso de formación que hizo que los pueblos trasplantados del norte compusieran sociedades más igualitarias en lo social, más progresistas en lo económico y más democráticas en lo político. Pero también se volvieron más discriminatorias y segregacionistas en consideración a las particularidades raciales. Este último factor no sólo frustró la constitución de un sistema sociopolítico efectivamente democrático en los Estados Unidos, sino que además ha desencadenado en las últimas décadas, innúmeras tensiones disociativas que ya casi llegan al grado de una guerra racial interna.

Desarrollo y estancamiento no deben mirarse como situaciones consolidadas e inmodificables, sino como el efecto de componentes dinámicos que han modelado a los pueblos de cada configuración histórico-cultural abocándolos a una problemática específica. Ha resultado de ello un nuevo factor de diferenciación, consistente en la división del continente americano en un núcleo de elevado desarrollo, y un conglomerado de pueblos subdesarrollados.

Entre ambas regiones las relaciones presentan el cariz de las cumplidas entre sociedades ubicadas en distintas posiciones económicas: una se halla en el nivel de las formaciones imperialistas industriales, y las otras en la situación de territorios sometidos al dominio neocolonial. Estas relaciones, al implicar indefectiblemente el despojo de las naciones atrasadas, resultan fecundas en conflictos de intereses y tensiones. Los Estados Unidos se han erigido en los mantenedores de un sistema extremadamente fructífero para sus empresas, que le resulta conveniente además a su posición política en el continente y en el mundo. El estudio de esta polarización es de primordial importancia, ya que cualesquiera sean los caminos que sigan en su desarrollo los pueblos latinoamericanos, no podrán emprenderlos sin sopesar la fuerza intervencionista de los Estados Unidos, la naturaleza imperativa de sus compromisos de gran potencia mundial y el peso de los intereses que han invertido en esta su zona de influencia.

PUEBLOS EMERGENTES

La cuarta configuración histórico-cultural de nuestra tipología se refiere a los Pueblos Emergentes, vale decir, a los grupos étnicos que hoy se levantan en Europa, África, Asia y también en las Américas ocupando el espacio que últimamente se abrió para la reconstitución y la afirmación del perfil étnico y cultural de los pueblos oprimidos en tanto que minorías nacionales.

En las Américas esta categoría está representada principalmente por las masas de los grupos indígenas del altiplano andino, de Yucatán y de Guatemala que aunque no han logrado su independencia siguen en la lucha por lograrlo. Son los sobrevivientes de la civilización incaica, de la civilización azteca, y de la maya que, después de siglos de la más terrible opresión, comienzan a estructurarse como pueblos en sí, aspirando a la autodeterminación; tal es el caso de Ejercito Zapatista

Page 7: Configuraciones Histórico

de Liberación Nacional (de orientación de izquierda autonomista, anticapitalista, antiglobalización y antineoliberal) en Chiapas, México  1994, al mando del Comandante Marcos.

Su objetivo es la toma del poder.  En la Declaración de la Selva Lacandona (1993) se estableció: "...lucha por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz....lograr el cumplimiento de estas demandas básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de nuestro país libre y democrático.