Lección 10 para el 5 de septiembre de 2009

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios”

1ª de Juan, 5: 13

Juan escribe su epístola a los

creyentes por los siguientes

motivos:

Para que confiemos en que tenemos la vida

eterna.

Para afianzar nuestra creencia en el Hijo de Dios,

Jesucristo.

EPÍLOGO

5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el

nombre del Hijo de Dios, para que confiéis que tenéis vida

eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos

alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

5:15 Y si confiamos que él nos oye en cualquiera cosa que

pidamos, confiamos que tenemos las peticiones que le hayamos

hecho.

5:16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea

de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que

cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte,

por el cual yo no digo que se pida.

5:17 Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de

muerte.

5:18 Confiamos que todo aquel que ha nacido de Dios, no

practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le

guarda, y el maligno no le toca.

5:19 Confiamos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo

el maligno.

5:20 Pero confiamos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha

dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y

estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el

verdadero Dios, y la vida eterna.

5:21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el

nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida

eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos

alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

5:15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que

pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos

hecho.

5:16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea

de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que

cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte,

por el cual yo no digo que se pida.

5:17 Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de

muerte.

5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no

practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le

guarda, y el maligno no le toca.

5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo

el maligno.

5:20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha

dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y

estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el

verdadero Dios, y la vida eterna.

5:21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

En que tenemos la vida eterna.

En que Dios nos oye.

En que Jesús nos guarda del maligno.

En que nos da el entendimiento para conocer al verdadero Dios.

CONFIANZA

“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”

(2ª de Timoteo, 4: 7-8)

“Soy también participante de la gloria que será revelada”

(1ª de Pedro, 5: 1)

“Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro”

(Job, 19: 25-27)

Juan nos presenta la vida eterna, no solo como algo futuro, sino como algo presente

–seguro– que cada creyente tiene ya ahora.

La vida eterna es una seguridad que no se puede perder mientras sigamos creyendo

en Jesucristo.

Aquel que deja de rendirse cada día al Señor en obediencia, arrepentimiento y fe

pierde también la vida eterna.

CONFIANZA

DIOS NOS OYE

Un estudio comparativo de los versículos 14 y 15 nos revela que

Dios oye siempre nuestras peticiones y que, cuando son conforme

a su voluntad, tenemos segura la contestación positiva.

EN ORACIÓN PRIVADA

pedimos

alguna cosa

conforme a su

voluntadÉl nos oye

Él nos oyecualquiera cosa

que pidamos

tenemos las

peticiones

14

15

Por una parte, Juan nos invita

a conocer la voluntad de Dios

para saber qué pedir y, por

otra, a aceptar su voluntad

cuando nos responde.

CONFIANZA

Podemos estar

completamente

seguros de que

la voluntad de

Dios es nuestra

salvación.

CONFIANZA DIOS NOS OYEEN ORACIÓN PRIVADA

Por tanto, toda petición en este sentido

siempre será escuchada y concedida.

“Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no

sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida”(1ª de Juan, 5: 16)

Ante la falta cometida por

un hermano, el verdadero

creyente ora por él y con él.

Esta oración intercesora

tiene por objeto provocar

en el pecador el anhelo de

recibir el perdón.

Si esto ocurre, Dios le dará

vida al pecador.

CONFIANZA DIOS NOS OYEEN ORACIÓN INTERCESORA

“Aquel que fue

engendrado por

Dios le guarda, y el

maligno no le toca”(1ª de Juan, 5: 18)

AQUEL QUE FUE

ENGENDRADO POR DIOSEL MALIGNO

Jesucristo Satanás

Nos guarda, nos protege,

nos libera.

No nos toca, no nos agarra,

no nos captura, no nos hace

prisioneros.

El creyente nacido de nuevo tiene la protección de Jesús

para vencer la tentación.

CONFIANZA

NOS DA EL ENTENDIMIENTO PARA CONOCER AL

VERDADERO DIOS

“Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado

entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el

verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la

vida eterna. Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén” (1ª de Juan, 5: 20-21)

CONFIANZA

El VERDADERO: Dios

Existe un único Dios verdadero (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Todo lo demás son ídolos vanos.

El VERDADERO: El Padre

A través de su ministerio en la tierra, Jesús nos dio la capacidad de conocer al Padre.

El VERDADERO: El Hijo

“Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”

(Apocalipsis, 3: 7)

“Sería bueno que cada día dedicásemos una

hora de reflexión a la contemplación de la

vida de Cristo. Deberíamos tomarla punto

por punto, y dejar que la imaginación se

posesione de cada escena, especialmente de

las finales. Y mientras nos espaciamos así en

su gran sacrificio por nosotros, nuestra

confianza en él será constante, se reavivará

nuestro amor, y quedaremos más imbuidos

de su Espíritu”

E.G.W. (El Deseado de Todas las Gentes, cp. 8, pág. 63)