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Concepto Vitalista de la Historia
Por el lado derecho, que se ennoblece a la distancia con un ángulo saliente de la Academia de San Carlos, síguese, almenado y esbelto, el muro norte de Palacio en el cual se abre la gallarda, importante puerta del Museo.
Avanzaréis. Vuestro andar será firme. Resistiréis la fuerza insospechada,misteriosa que habrá de empujaros, Yes que la marcha, desde la b?-jada del'tren es una introducción a las emociones que aguardan d~ntro del Museo.Los pasos en el temprano ambiente harán el prodigio de multiplicar vuestravida, viviendo, a la vez que la existencia palpitante en torno vuestro (la linda muchacha que va, 'sensible y presurosa, al Conservatorio, el asalariado quebarre la calle) la existencia que no palpita ya, la de los siglos XVIII, XVII, XVI,
que ésta en estos sitios, dormida, muerta no, sino presa de profU1)do desmayo.La ignoran, cieramteJ1te, la estúdial}teesbelta y el' atareado menestral; sólovosotros, por deliberado empeño, soiscapaces de revivirla al conjuro del re-'cuerdo histórico.
¿ Quién osará negar que vuestro existir será doble, y dúplices por tanto vuestros goces con relación a la muchachay al obrero? En ellos' sólo alienta lavida de una época, de un decenio, pongamos, en el que se desarrollan sus existencias' particulares, al cual sé-extienden sus problemas y cuidados; en tantoque en vuestro espíritu habrá el propiolatir de este decenio, y además la impre{,:ón clara de tres centurias atrás,por lo menos. Y esto mediante la semilla, en el surco del alma; del histórico
dato.
Dos piezas del Museo Nacional (le México/
si custodiasen las enormes campanascon que rematan aquéllas, y majestuosos el diseño y el color i oh tinte único!que revisten el Sagrario metropolitano.y graciosas, más que molduras arrancadas de Toledo, son las ventanas del
segundo, y graciosa igualmente, tantocomo el cuerpo de una novia, la linternaque sostiene la cúpula de Catedral.
Debéis, al volver hacia la derechapara tomar la calle de la Moneda,-perder de vista este Sagrario semejantetodo él a un pañolón finamente sostenido por los dedos de una abuela. Os des'prenderéis al fin de la magnética visión,pero consolará esta orfandad de los ojosla esplendorosa calle, plena de recuerdos históricosJ en la que se alinean másbellezas de piedra, como si el encantoque hubiérase creido agotado comenzase ahora, estimulado apenas por las anteriores visiones.
De un lado, el primitivo edificio dela Universidad. Luego el pristino del.Arzobispado y a continuación las doscasas del Mayorazgo de Guerrero. Marcan, estas cuatro tentaciones d~ la vista, épocas sucesivas; no tienen, ciertamente, las casas del Mayorazgo la austeridad de las otras dos correspondientes' a siglos anteriores, sino que sonmenos grávidas, aparecen tocadas decoquetería. Concluyen este heroico costildo la iglesia de Santa Iriés, de labradas puertas, y la de La Santísima quesale un poco al encuentró del viandante, bella, bella y monina, churrigueres- .ca, tanto, que sería un poco exagerado
,requerir una lente para observar susdetalles.
POR MARTIN GOMEZ PALACIO
LA.
Mexicana 35-57-84.
Tels. Eric. 16-33-76.
este despejamiento es de tal manerafuente de goce, que sólo la posibilidadde un acontecimiento de tal indole poneseguridad en el paso y enciende la alegría.
Por esto es que os propongo, si queréis tener la sensación de un perfectodía, comenzar éste yéndoos a pasarmedia hora al Museo Naciona!. Os bajaréis de vuestro tren en cualquier cos~
tado del Zócalo, de preferencia' en ellado sur, con el objeto de atravesar lagran plaza de armas, de ·sur a norte,teniendo enfrente la Catedral y el Sagrario. Yo os fío que algo reirá dentrode vosotros entonces. Este "Zócalo".nuestro, del que no hay ejemplo en ninguria parte, salvo, al decir de los quela conocen, la plaza roja de Moscú, escapaz por sí solo de producir la másamplia emoción estética.
Habréis de iros acercando 'paulatinamente a ambos monumentos. Circunstancia común a toda obra maestra, nopodréis apartar los ojos de esa formatangible: ella os los detendrá, os los acariciará con lengua impalpable y misteriosa que os parecerá que limpia vuestra alma.
Son dos órdenes diversos: el Renaci-.miento y el Colonial. Respiraréis, henchiréis el pecho a efecto de que, bientonificado por el aire mañanero, puedavuestro espíritu afiliarse al doble prodigio. En ambos edificios hay majestady gracia. Majestuosos son los Padresde la Iglesia, que aparecen de pie! en10 alto de las torres catedralicias, cotila
calefacciónREFIUGERACION COMERCIAL E INDUSTRIAL
ACONDICIONAMIENTO DE AIREINDUSTRIALIZACION DE LA L:F;CHE
OÁLEFACCION
CHERRY BURRELL.CORP.
Altamirano, número 115
Apartado Postal Núm. 1539.
México, D. F.
S1 yo tuviera los merecimientos nece-sario,s para aconsejar algo, reco
mendaría, para antes de dar comienzo .a las labores cotidianas, \lna visita alMuseo Nacional de Arqueología. Estoparecerá, tal vez, extravagante a muchos. ¿ Cómo van~ús, '6e me dirá, a restarle a nuestro día de trabajo esa valiosa media hora que exigiría la peregrinavisita propuesta por usted? Sin embargo, si yo lograra demo~trar que quitándole al día ese corto intervalo, el restoadquirirá mayor brillo; que las faenascuya realización pide ese Día perfectose demarcarán y robustecerán mediantemi fórmula, entonces, de seguro, misimpugnadores vendrían a estar en per
fecto acuerdo conmigo.
Es regla invariable en las órdenes religiosas, que, llegada la congregación alrefectorio y ocupados los lugares parala colación frugal, se impc;mgan a todosunos minutos de reposo antes de darprincipio al urgente yantar, con el sólofin de que éste sea más consciente ynoble, de calmar, de vencer a la fierecilla del hambre. l'vIi .proposición vendríaa ser un tanto cuanto paralela: .sometiendo las hicifas de los apetito~ vitales,el deseo loco de ganancias o éxitos, laatroz confusión del cumplimiento de deberes, permitirse ellujo..de un alto prolongado que aclare la visión, que permita la estimación de las propias' fuerzasy el aprovechamiento de nuestros íntimos recursos.
¿ No os place, lectores, exquis"itamente la entrada en un museo? Día felizaquel en que. nos es concedido el accesoa uno nuevo, La visita a un museo s;gnifica tal ensanchamiento de vida, aparta tanto, unas de otras, las fronterasdel espíritu que la existencia modernatiende. por lo contrario, a estrechar, y
',UNIVERSIDAD DE MEXICO *' 9
CERVECERIA MOCTEZUMA, S. A.ORIZABA, VER.
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Ebrios de vida habréis de penetraren los salones cle Arqueología. \. uestra
ansia cle plenitud se derramará en campos ilimitados, ya no en tres siglos, sino en siglos y siglos atrás, en el arcanode los hombres que son ya poh'o peroque hubieron nostalgias idénticas a lasnuestras; en el problema del primerhombre en el Continente, etc. Pero cle
béis ante todo aseguraros que no sois,que no seréis nunca unos especialistasen estas materias. Os gustará sentir,porque así se tonifica el espíritu. lapulsacíón cle varias vicias acopladas;pero, si os especíalizarais en alguna deesas mismas vicias, el resultado vendríaa ser idéntico al que se trata de evitar.que no es otro sino ese a que ha llegadola gente que sólo una vicia víve: la pro
pia, la actual.
En solitario ír y venir entre los ejemplares de la vida problemática, arqueológica, reconstruiréis, os asentaréis enlos arcaicos períodos; pero sin dejarpor esto de sentiros plenamente en vuestra época, de echar la mirada, a veces,a través de las puertas y ventanas inundadas de luz actual ni de recoger, concálida simpatía humana, la sonrisa, el"usted dispense" de otro visitante cual
quiera.
Si por amor de estas cosas que habréis de mirar en agradable paseo osvolvierais unos sabios; si, por amarlasmucho, olvidarais que el cielo presentees de un azul turquesa y que las callesestán pletóricas de muchachas bellas,de hombres que adelantan por las ace-
ras con terrible apetno de \"Inr. os mutilariais lamentablemente; os faltaríaentonces. teniéndo la sensación de otrasépocas, la ele la hora presente, presentecon su vibrar tan cierto. por lo menos.como el ele la era representada por elgranito.
1\o; vosotros no entraréis en ningunode lus cursos <¡ue se estarán sustentando a la sazón en aulas próximas. ¿ Y si
se rompiese. cun ello. ese equilibrio deépocas cn \"llestra alma? Si Ilegúrais.\'osotros. por formar parte ele esos grtlpus de estudiosos, a decir, por ejemplo: "¿ Qué se me da a mí de este piano prosaico y vil en que me tocó nacer?\'oyme a encerrar en otro tiempo, poético por lo distante y a oh,idarmc decuanto me rodea ..." i Oh. no, qué horror de limitación! i Quitaros la robusta, la atrayente prosa de los negocios.la malicia de vuestros contemporáneos;restaros voluntariamente la consideración interesada. y por tanto inteligente,y con ella el reflejo pérfido, y por pérfido brillante, con brillantez de bólido,de las mujeres del día!
Cuando, por extraer el mayor jugoa este prólogo fecundo, abandonéis losarqueológicos departamentos para verel de etnografía; cuando, subiendo obajando la escalera (estrafalaria hoy,elegante bifurcación ayer ) bajo la mirada dulce de los Misioneros busquéisla sombría en~rada, percibiréis ya elefecto tonificante de la Historia envuestro espíritu, Vivir en menos de unahora más de vuestra propia vida; vivir
,"anas "idas en unos cuantos minutoses poderoso oxígeno del alma, es mejorque el ejercicio de dilataciones sucesiyas para el músculo y mejor de lo quees para el ojo mirar un objeto lejanoa trayés de enormes distancias.
\ -eréis ahora los trajes, los utensilios
de las múltiples tribus mexicanas, ya1>ien diferenciadas. Esos vestidos yesosútiles fueron causa de alegría para ellas;esas cosas menudas debieron ser, tam1>ién, motivo de dolor. Igual, exactamente igual que para nosotros las cosas
que de cerca nos tocan.
De acuerdo con el criterio de no separaros de vuestro momento, tan interesante; de tener bien presente el calorque os inunde, advertiréis el desarrollode las artes de antaño. Veréis, merceda extraños vasos silbadores, las mejillasabultadas del indio al soplar, ya quedesempeñaron, en los viejos tiempos, lalabor del soplete en la química moderna; veréis, con el poder evocador delos vasos comunicantes, dobles y hastaquíntuples, la algazara de los muertosfestines. Servirían para la realizacióndel capricho, esos vasos conectados porsu parte inferior, de beber varias bocasen diversos recipientes, pero de idéntico contenido. Darían, a unos solos labios, la sensación de beber sin fin enuna copa que nunca se agota. Veréisasimismo, por la magia de los huesos,la industria de las fibras del maguey,de la biznaga y del aprovechamiento dela lana. ¿ Y qué decir del arte musical,ese en que fueron, y son, dechados de
sensibilidad los indios americanos, como no lo fué nunca la raza conquistadora? A la vista de la regia colecciónde fepolla:;fli oiréis su insinuante, embrujadora monotonía; peru, habrá queinsistir en ello, la oiréis acoplándola ala música actual que os entrará por lasabiertas ventanas, al concierto, o des- 'concierto, de tranrías y de autus. l\lediréis el espacio de tiempo fjue separaeste ruido de aquél, con lo que conseguiréis que las fronteras del alma se'separen, se aparten. Tal espacio, talabismo, en lugar de produciros vértigo, os animará, os conducir:"t a propósito para dominar 1111 sector Illucho másamplio que el que salemus llledir co!,!el oído o la vista en el breg:lr cotidiano.
Achicaréis luego vuestra atención; lavolveréis niña deteniéndola el1 aquellascosas que ha1>lan a la Clu'¡,¡·;iclad, que
requirieron, para producirse. las manospequeñas: mosaicos hechos "on intonsútil material de plumas ligerísimas deaves, .. hamacas, en las fjele cundió el sueño de los indios guasaVt" ... En seguida, después de haberla así empequeñecido, la agigantaréis roniéndolaen las funerarias urnas, el] las colecciones de vasos sagrados ql\'~ represen- ,tan caras de dioses realzadas por magníficos penachos, por una armoniosasublevación de penachos. La acrecentaréis fijándoos, finalmente, (:l] los juegosde máscaras que os darán 1:., llave paraabrir el miraje de las vicjas danzaspaganas, en los cuadros ele flechas y dearcos que os moverán harj::, los secto-
. res llenos de luz, de esa misma luz tier-
na que en vuestra visita habrá de bañaros, donde palpitaba la ":ida fuertey dura de los tiempos ido,..
Por fin, yuestra media Í1(,ra concluÍda, tendréis que abandonar jr)s amplios,fríos salones de esmerad: disposiciónpara que os deis íntegramente a la vidaactual, abultada de preocupaciones y
embarazada de problemas. El trozo enturno de ese descorrerse ele la gran madeja que es el tiempo os esperará a lapuerta, os atará con la rOi.lindidad conque se toma una presa; )Jera entraréisa la lucha con el espíritn tonificado,
con clara y alegre hambre de acontecimientos, de ser, de existir por modointenso. n sentimiento profundo de
nacionalidad se os habrá despertado.Sentiréis entonces que el objeto de laHistoria no es solamente "la incorpo
ración del pasado espiritual a la vida
común" que envuelve la iclea de fardo,
ni el simple "aprovechamiento de las
lecciones que la experiencia nos pre
senta", que es de una utilidad práctica
más o menos mediata, sino una sensa- _
ción de plenitud, sensación de placer
casi físico de distensión, de dilatación
de la propia vida y que no es pura pro
mesa o vaga lucubración, sino resulta
do ci'erto al alcance de vosotros.
10 * UNIVERSIDAD DE MEXICO