concepto monumento histórico

11
Ciencias Sociales Revista de la Universidad de Costa Rica [email protected] ISSN 0482-5276 COSTA RICA 2001 María Luisa Lourés Seoane Del concepto de “monumento histórico” al de patrimonio cultural” Ciencia Sociales, Vol. IV, número 94 Universidad de Costa Rica Costa Rica 141-150 http://redalyc.uaemex.mx

Upload: raul-aguilera

Post on 19-Jan-2016

6 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Concepto Monumento Histórico

Ciencias Sociales Revista de la Universidad de Costa Rica

[email protected]

ISSN 0482-5276 COSTA RICA

2001 María Luisa Lourés Seoane

Del concepto de “monumento histórico” al de patrimonio cultural”

Ciencia Sociales, Vol. IV, número 94 Universidad de Costa Rica

Costa Rica 141-150

http://redalyc.uaemex.mx

Page 2: Concepto Monumento Histórico

ARTÍCULOS

Ciencias Sociales 94: 141-150, 2001 (IV)

INTRODUCCIÓN1

Rastrear en el tiempo el origen del con-cepto monumento histórico nos sumerge, ne-cesariamente, en un pasado tan remoto comolo es la propia civilización humana. Sin em-bargo, no es la densidad temporal de ese pa-sado la que presenta mayores dificultades pa-ra establecer un punto de arranque de estaparticular genealogía patrimonial, sino aque llo

que se entiende, exactamente, como monu-mento histórico.

Siguiendo a Choay, F. (2000), para quelos monumentos adquieran su carácter “his-tórico”, es preciso que se produzca un ciertodistanciamiento capaz de generar una miradasobre el pasado como tiempo diferente aaquel desde el cual se contempla. Es enton-ces, al manifestarse un proyecto explícito depreservación producto de dicha mirada, queel monumento alcanza su categoría histórica.Para la autora ambas condiciones tienen lu-gar en el occidente cristiano, a partir de 1420,con el regreso a Roma del Papa Martin V. Enefecto, a lo largo del siglo X V, los humanistas,en su ruptura con el mundo medieval, vuel-ven su mirada hacia la Antigüedad clásica

DEL CONCEPTO DE “MONUMENTO HISTÓRICO” AL DE “PATRIMONIO CULTURAL”

María Luisa Lourés Seoane

RESUMEN

Centrándose en el ámbito europeo, el artículo analiza los valores y significados cam-biantes que el patrimonio ha ido adquiriendo en diferentes etapas históricas y su rela-ción con la sociedad que lo sustenta. Los años setenta marcan un punto de inflexión enla consideración del patrimonio, produciéndose un desplazamiento desde lo culturalhacia lo económico, que tendrá hondas repercusiones en el campo patrimonial.

ABSTRACT

Focusing in the european area, the article analyzes the values and meanings that her-itage has acquired in different historic stages and the relationship with the society thatsupports it. Seventies means an inflection point in heritage reflection, with a displace-ment from culture to economy. Repercussions on heritage field will be strong.

1. Este artículo resume parte de los resultados de lainvestigación Patrimonio histórico y sociedad, fi-nanciada por la Comunidad Autónoma de Madridy el Fondo Social Europeo, por medio del Pro-grama de Becas Postdoctorales.

Page 3: Concepto Monumento Histórico

142 María Luisa Lourés Seoane

r e i n t e rpretándola a la luz de los nuevos valo-res imperantes. A su vez, los Papas están em-peñados en edificar una ciudad grandiosa ca-paz de emular el esplendor de las ciudadesde la Antigüedad pertenecientes a un pasadoque, si bien es admirado, se da por conclui-do. Es así como, hasta finales de siglo y bajola influencia de este clima político-cultural, sedictarán una serie de normas y medidas quede un modo diáfano se orientan a la protec-ción de los monumentos. La relación con losmonumentos cambia sustancialmente, siendoapreciados como piezas de valor que repre-sentan la grandiosidad del pasado (histórico)que es preciso conservar.

En el curso del devenir histórico, esamirada, en sus inicios circunscrita a los monu-mentos pertenecientes al mundo antiguo, fuedilatándose y diversificándose. El desarrollo dela arqueología, la historia, las artes, etc., enri-queció con sus aportaciones teóricas el propioconcepto de patrimonio histórico en general y,consecuentemente, el acervo histórico-monu-mental registró un incremento notable. Estemovimiento permanente de redefinición mo-numental y extensión de lo patrimoniableconstituye un proceso abierto y en marcha 2.

PATRIMONIO HISTÓRICO3 Y REVOLUCIÓNINDUSTRIAL

Pero sin duda, fue con el inicio de larevolución industrial4, cuando se van a pro-ducir en Europa profundas transformacionesterritoriales y, por tanto, frente a este nuevo

quiebro del pasado, la defensa del monumen-to histórico cobrará una vitalidad renovada.En efecto, con la revolución industrial y el de-sarrollo tecnológico que lleva aparejado, eltiempo y el espacio adquieren dimensionesdesconocidas y la relación existente hasta elmomento entre el campo y la ciudad se veráprofundamente alterada. El territorio, al servi-cio de las nuevas necesidades productivas, semodifica de modo radical: establecimientosfabriles en el campo, pérdida de los antiguoscontornos de las ciudades, transformacionesinteriores de las mismas, nuevas vías de co-municación terrestres, marítimas y de ferroca-rril, etc., conforman un paisaje nuevo que, dealgún modo, hasta el momento había sidopercibido casi inmutable. Todo ello se produ-ce en un marco de total permisividad por par-te del Estado, siendo su intervención práctica-mente inexistente. Ante este proceso ambiva-lente de creación y destrucción, empiezan aalzarse las primeras voces críticas ilustradasen contra del caos existente. Surgen así laspropuestas de ciudades ordenadas de los so-cialistas utópicos, Fourier y Owen entre otros,mientras reformistas tales como Pugin y Rus-kin, en una actitud de rechazo a la sociedadmecanizada, se aferrarán a un pasado que díaa día se desvanece ante sus ojos. Así, en unmovimiento contracorriente, ensalzarán lasvirtudes de la ciudad pre-industrial, propo-niendo el retorno a la misma.

La gran operación de renovación urba-na llevada adelante por Haussmann en París,cuyo modelo de intervención, altamente es-peculativo, tuvo gran influencia no solo enEuropa sino también en América Latina, sus-citó toda una serie de críticas por su radicali-dad5. Con anterioridad al inicio de los traba-jos, en 1830 había sido creada la figura de ins-pector de monumentos históricos y, en 1837,

2. La inclusión por parte de la U N E S C O de nuevascategorías patrimoniales, como el patrimonio in -tangible o el constituido por edificios representa-tivos de la arquitectura del Movimiento moderno,por ejemplo, son extremadamente elocuentes alrespecto.

3 . Me referiré, únicamente, al patrimonio urbanoarquitectónico y no al patrimonio histórico engeneral.

4. Inglaterra, con una anticipación de cincuentaaños respecto a otros países europeos, fue pione-ra en este desarrollo. Francia, Alemania, EstadosUnidos de América..., se irán incorporando suce-sivamente a lo largo del siglo XIX.

5. El barón Haussmann fue prefecto del Sena desde1853 hasta 1869. Haussman trazó un amplio pro-grama de intervenciones urbanas donde, ademásde red de alcantarillado, creación de grandes es-pacios públicos, equipamientos varios, etc., em-prendió la apertura de viales que atravesaron laciudad antigua, demoliendo para ello partes en-teras de la misma.

Page 4: Concepto Monumento Histórico

143Del concepto “Momento histórico” al “Patrimonio cultural”

Frente a esta mutación del paisaje urba-no-territorial, la defensa de la ciudad se orga-nizaba en torno a los monumentos9. Con ello,y tal vez sin pretenderlo, se legitimaba la des-trucción generalizada del tejido urbano exis-tente y toda aquella arquitectura y monumen-talidad menor que con el paso de los añosvendría a ser considerada, también, como pa-trimonio digno de ser protegido. Como indicaÁlvarez Mora, A., (1993), dicha dialéctica deconservación-destrucción, representa las doscaras de una misma moneda, al asignar unpapel concreto a los monumentos históricosen la construcción de la ciudad moderna.

La atención prestada a los monumentoshistóricos privilegió los debates alrededor delas técnicas de conservación/restauración quedebían aplicarse a los mismos, así como ge-neró la producción de leyes protectoras envarios países10.

Sin representar, en sentido estricto, lapostura de Francia e Inglaterra en materia deconservación monumental, el debate más en-cendido se originó en torno a dos figuras im-portantes en aquel momento y que, en ciertamanera, polarizaban los términos de la discu-sión. Frente a Viollet-le-Duc (1814-1879), crea-dor y principal defensor del método que élmismo denominó como r e s t a u r o, Ruskin, J.(1818-1900), con su teoría de conservación, seopuso frontalmente a este modo de operar. Pa-ra el primero, restaurar tenía un sentido de r e s -t i t u c i ó n, incluso de aquello que jamás habíaexistido. Para el segundo, sin embargo, los mo-numentos deberían ser conservados por mediode su permanente manutención- fortificación y,

la Comisión de monumentos históricos, en-cargada de la identificación y clasificación delos monumentos a nivel nacional6. Benevolo,L., (1993) señala como únicamente fueronsalvados de la destrucción aquellos edificiosque la historia del arte consideraba monu-mentos históricos, siendo utilizados como fo-cos de perspectiva en la construcción de losnuevos espacios.

En un modo de proceder diferente,aunque con una idéntica orientación en elsentido de preparar la ciudad para el nuevoorden instaurado, durante los años cincuentadel siglo XIX, la antigua muralla que rodeabaViena fue transformada en una vía de circun-valación dirigida a lograr el ordenamiento dela ciudad en su expansión. En ella se concen-traron gran parte de los edificios públicos, asícomo los flujos de circulación vial. En este es-quema de actuación7, la ciudad histórica elu-dió las demoliciones que se producían con elmodelo haussmaniano y con ello se salva-guardaron, en parte, los monumentos que allíse concentraban8.

6 . El modo de operar de la Comisión era fuertementecentralizado, al contrario del Reino Unido dondelas organizaciones privadas de defensa de los mo-numentos históricos tuvieron y tienen un papelfundamental en su protección. En 1895, y sobre labase de la existencia de dichas asociaciones, secreó el National Trust, organismo privado encarga-do de la protección de la mayoría del patrimoniohistórico en el Reino Unido.

7. Este modelo tuvo implantación no solo en Aus-tria, sino también en Alemania.

8. Sitte, C. (1843-1903) criticó fuertemente los pro-yectos de ordenación del Ring vienés de Wagner,O. Sus estudios sobre las ciudades antiguas, me-dievales y barrocas destacaron la singularidad ybelleza de los espacios de esas ciudades, a la vezque destacaban la ausencia de dichas cualidadesen los proyectos de expansión que se estabanllevando a cabo. Sus propuestas se orientaban aextraer lecciones de los modelos de ciudades an-tiguas con el fin de dotar de belleza la ciudadnueva que se estaba desarrollando. Su posturafue rechazada totalmente por los arquitectos delmovimiento moderno, para quienes la ciudadhistórica representaba la expresión de un modeloeconómico y social clausurado y que, en conse-cuencia, debía ser reinventada con criterios com-pletamente nuevos.

9. A su vez, y obedeciendo al mismo fenómeno,empezaron a surgir organizaciones que promo-vían una relación más próxima y respetuosa conla naturaleza. Por ejemplo, en Viena a finales delsiglo XIX y más tarde en Alemania, los amigos dela tierra vinculados a los socialistas. También enInglaterra, cuna de la revolución industrial, se ge-neró una corriente de exaltación de la naturalezavirgen.

10. La primera ley sobre los monumentos históricosen Francia se produjo en 1887. En Inglaterra, laintervención estatal en la protección de los mo-numentos comenzó con la aprobación delAncient Monuments Protection Act de 1882.

Page 5: Concepto Monumento Histórico

144 María Luisa Lourés Seoane

en ningún caso, estaría justificada una restau-ración que tratase de devolver el monumentoa su estado original. Morris W. (1834-1896)participó de esta misma visión y de hecho laconfrontación de ambos con Viollet-le-Ducfue permanente.

Buls, F.G. (1837-1914), influido por losplanteamientos de Viollet-le-Duc, Stüben, J. ySitte, C., elaboró una teoría en materia de res-tauración urbana basada en la l i b e r a c i ó nd elos monumentos, que en los años veinte reco-gió y amplió Giovannoni, G. Este se va a refe-rir al patrimonio urbano para definir una en-tidad superadora del simple monumento ais-lado. Esta percepción inclusiva significará unsalto cualitativo de gran importancia en el de-sarrollo posterior del patrimonio histórico.Como indica Sica, P. (1981), refiriéndose a lasconsecuencias de este cambio de escala delmonumento que representa la teoría del s a -neamiento conservador , la aplicación delconcepto de monumento histórico al conjun-to urbano y su tratamiento de una metodolo-gía de restauración científica, señala el valorde los ambientes menores y la necesidad desu mantenimiento.

Sin embargo, una de las aportacionesteóricas más profundas sobre el concepto demonumento histórico fue, según Choay, F.,(2000) la del historiador de arte vienés Riegl,A. (1858-1905), cuyas reflexiones sentaron lasbases del actual pensamiento. El autor, traspa-sando el nivel meramente técnico que mantie-ne la discusión alrededor de la restauraciónmonumental, se sitúa en el campo del signifi-cado y los valores de los monumentos. Su dis-tinción pionera entre monumento y monu-mento histórico, los valores que el monumen-to histórico encierra y que ha ido adquiriendoen sucesivas etapas históricas (de memoria ycontemporaneidad; de antigüedad, fácilmenteperceptible por todos, distinto del valor histó-rico, que nos remite a un saber y, por tanto,de aprensión más compleja; el valor de utiliza-ción práctica del monumento, etc.), son losejes alrededor de los cuales construye su pen-samiento teórico-crítico y que desarrolla enuna obra publicada en Viena, en 1903, tituladaDer Moderne Denkmalkultus.

EL MOVIMIENTO MODERNO11

Justamente en los años veinte, finaliza-da la I Guerra Mundial, un grupo de arquitec-tos racionalistas se agruparon para participaren el debate urbanístico, al objeto de aportarideas a lo que sin duda se presentaba comouno de los problemas más graves del mo-mento: el de la vivienda. Los Congresos Inter-nacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) seconstituyeron en foro de divulgación del mo-vimiento moderno, siendo Le Corbusier(1887-1965) su representante más visible. Pro-ducto del I V Congreso, celebrado en 1933,surge el documento que tal vez representacon mayor claridad sus postulados: La Cartade Atenas1 2. En relación con la ciudad anti-gua, la Carta proponía que únicamente seconservasen aquellos monumentos que ofre-ciesen algún valor testimonial del pasado. Eneste sentido, el principio 66 de la Carta deAtenas es sumamente esclarecedor:

(…) si los intereses de la ciudad resul-tan lesionados por la persistencia de al-guna presencia insigne, majestuosa, deuna era que ya ha tocado a su fin, sebuscará la solución capaz de conciliardos puntos de vista opuestos: cuandose trate de construcciones repetidas ennumerosos ejemplares, se conservaránalgunos a título documental, derribán-dose los demás; en otros casos, podráaislarse solamente la parte que consti-tuya un recuerdo o un valor real, modi-ficándose el resto de manera útil (…)13.

A pesar del tiempo histórico que les se-para, en lo referente a su consideración de la

11. No se trata de agotar en unas líneas la riqueza yprofundidad del movimiento moderno, sino deextraer aquellos aspectos que nos interesan res-pecto a la cuestión tratada.

12. En ella se definieron las cuatro funciones básicasdel individuo universal conforme a las cuales de-bería ser organizado el espacio: habitar, trabajar,recrearse y circular.

13. Le Corbusier, 1989: 104-105.

Page 6: Concepto Monumento Histórico

145Del concepto “Momento histórico” al “Patrimonio cultural”

ciudad histórica y lo que debía representar laciudad del futuro, es posible encontrar pun-tos de contacto entre el pensamiento deHaussmann y los arquitectos del movimientomoderno. Su confianza ciega en el progreso yel desarrollo tecnológico, les llevó a despre-ciar cualquier relación con el pasado. El futu-ro debería ser inventado y las nuevas formasarquitectónicas deberían expresar el nuevoorden. En este sentido, el Plan Voisin de LeCorbusier (1925) representaba fielmente supensamiento, al proponer la destrucción yposterior reconstrucción, según los nuevoscriterios, de 240 hectáreas del centro de París.El plan no llegó a realizarse, y como señalinequívoca de los valores cambiantes que elpatrimonio adquiere a lo largo del tiempo,tanto las obras impulsadas por Haussmanncomo la arquitectura del movimiento moder -no14 en la actualidad, han pasado a engrosarlas filas de “lo patrimonial”.

Mientras tanto, el debate sobre las téc-nicas de tratamiento de los monumentos con-tinúa alimentándose. En 1931 la Conférenced’Athènes, donde las aportaciones de Giovan-noni, G. tuvieron un lugar fundamental, indi-có las líneas a seguir. Bajo la consideracióngeneral de un respeto total por la obra del pa-sado, la conservación debía efectuarse me-diante el mantenimiento permanente de losmonumentos, quedando a la vez legitimadoel uso de nuevas técnicas. En la Conferencia,la tensión entre métodos de restauración fi-nalmente se resolvió con una mayor hetero-doxia. Durante los años treinta se produjonueva legislación en materia de conservaciónen las ciudades europeas. En Italia, donde laprotección del ambiente y el patrimonio his-tórico tienen una trayectoria de conjunto, lalegislación no reflejaba sin embargo esa reali-dad y, así, las leyes protectoras 1089 y 1497,ambas de 1939, mantienen sendas separadas.

En el marco del desarrollo económicode posguerra, los años cincuenta y sesentavinieron marcados en Europa por una nuevaexpansión urbana. Al mismo tiempo que

c r ecieron las periferias con nuevas localiza-ciones industriales favorecidas, una vez más,por el desarrollo de los transportes y con elasentamiento de la población en zonas cadavez más alejadas de la ciudad, propiciado to-do ello por el uso del vehículo privado, loscentros de las ciudades tendieron a terciari-zarse. Los bombardeos efectuados sobre lasciudades habían dejado al descubierto gran-des espacios vacíos en su interior que, en mu-chos casos, en la posterior tarea de recons-trucción, fueron destinados a funciones ter-ciarias. Las corrientes migratorias del campohacia la ciudad, fueron alojadas en la periferiade las ciudades, en barrios de pésima calidadconstructiva e infraequipados. Para los cen-tros históricos en las ciudades estos años sig-nificaron una profundización en fenómenosque se venían produciendo con anterioridad:degradación física del espacio construido, ex-pulsión de su población residente, progresivaterciarización, etc. Durante esta etapa se lle-varon a cabo las grandes operaciones de re-novación urbana, mediante las cuales se legi-timaba la destrucción de extensas áreas dete-rioradas del centro histórico de las ciudades.Un conjunto de leyes tales como la de sanea-miento en Dinamarca (1959), de renovaciónurbana en Francia (1958) o los planes de re-construcción en Italia (1945), constituyen al-gunos ejemplos que avalan tal destrucción(Roca, J. 1995).

Nuevamente el gran desarrollo indus-trial y edilicio que tuvo lugar en Europaprovocó el surgimiento de organizaciones,de carácter minoritario, que en un viaje acontracorriente se propusieron la salvaguar-dia de los monumentos y conjuntos históri-cos y del paisaje. En Italia, donde el reperto-rio de bienes artísticos alcanza dimensionesimportantísimas y donde las prácticas des v e n t r a m e n t iamenazaban con su destruc-ción, nació en 1955 la asociación Italia Nos-tra para la defensa de los bienes culturales,ambientales y paisajísticos. La asociación,como señala Della Seta, R., a pesar de sumarcado carácter conservacionista y la su-bordinación que mantiene de los valorespaisajísticos a los de antigüedad y b e l l e z a,tuvo la virtud de anticipar elementos que

1 4 . D O C O M O M O es una organización que aglutina ladefensa del patrimonio arquitectónico moderno.

Page 7: Concepto Monumento Histórico

146 María Luisa Lourés Seoane

caracterizaron el ambientalismo italiano delos sesenta1 5:

(…) l’attenzione per la dimensione urba-na dell’impegno in difesa dell’ambiente,il collegamento tra protezione della na-tura e tutela dei beni culturale, una pre-senza territoriale capillare che favoriva lacapacità di aprire vertenze locali, l’usodello strumento giudiziario come mezzoper impedire le devastazione ambienta lie urbanistiche (Della Seta, 2000:18) .

LA EUROPA CENTROHISTORICISTA

A principios de los sesenta, y frente alos proyectos de renovación urbana que sevenían produciendo, en Francia se promulgóla Ley Malraux (1962), mediante la cual fue-ron creados los secteurs sauvegardés, o sea,conjuntos de inmuebles o incluso barrios an-tiguos susceptibles de ser protegidos . E s t aley, que tuvo una gran influencia en otrospaíses por lo que significaba de cambio detendencia en el tratamiento del patrimoniohistórico urbano, daba cuerpo a las teoríasque Giovannoni, G. había elaborado sobrelos monumentos contextualizados. Sin em-bargo, al orientar la salvaguarda a los aspec-tos meramente físico-patrimoniales, se activóun mecanismo de revalorización que, final-mente, acabaría por situar a los sectores po-pulares residentes en algunas de estas áreas

en situación de indefensión 1 6. En definitiva,se produjo lo que dos años más tarde la so-cióloga Glass, R. basándose en sus estudiossobre Londres, denominó procesos de gentri -fication . Es decir, el proceso mediante el cualen los antiguos barrios populares se va asen-tando una población de elevados recursoseconómicos desplazando, en su avance, a losantiguos residentes.

Fue a partir de la segunda mitad de lossesenta y en los setenta, en el marco del pen-samiento marxista y en especial de la socio-logía urbana francesa, cuando se produjouna relectura del fenómeno urbano que iba aromper con el paradigma positivista de laetapa anterior. Economistas, sociólogos, geó-grafos, arquitectos, etc., participaron en elanálisis de lo urbano con un pensamientocrítico renovado1 7. En Francia surgen losnuevos estudios urbanos, produciéndose unavigorosa y fecunda corriente intelectual entreEuropa y América Latina. En este momento, ala vez que nacen nuevos objetos de estudio,otros antiguos se redefinen en sus conteni-dos. Se llevaron a cabo numerosas investiga-ciones que giraron alrededor de los equipa-mientos, el papel del Estado, los movimien-tos sociales, los transportes colectivos, etc.(Topalov, Ch., 1990).

Y fue, precisamente, debido a esta for-ma nueva de comprensión de los fenómenosurbanos y territoriales, con un contenido ne-tamente estructural, que la ciudad antigua ad-quirió un nuevo estatuto, pasando a ocuparun lugar propio dentro de los estudios urba-nos y siendo analizada bajo el nuevo paradig-ma crítico que estaba naciendo, es decir, ensu relación permanente con el espacio en elque se inscribe.

Las elaboraciones teórico-prácticas pro-ducidas en esta materia en Italia durante fina-les de los sesenta y setenta, convirtieron a es-te país en un laboratorio de experimentacióny un referente internacional. Desde entonces,

1 5 . El autor distingue entre conservacionismo, ambien-talismo y ecología. El primero englobaría aquellosmovimientos de defensa ambiental surgidos en Eu-ropa con anterioridad a los setenta y que, inicial-mente, no relacionaban dicha defensa con unatransformación global del modelo de desarrollo. Elambientalismo habría surgido de las luchas de losaños setenta contra la contaminación y sus conse-cuencias. La búsqueda de un cambio radical de mo-delo de desarrollo se convierte en prioritaria. Porúltimo, el ecologismo representaría las corrientesmás radicales y políticas del ambientalismo, las lla-madas de ecología política.

16. Para un estudio más en detalle del Marais parisi-no, uno de los primeros sectores protegidos con-forme a dicha ley, véase: Carpenter, J. y Loretta,L., 1995: 286-303.

17. Para profundizar en el estudio de las relacionesentre las ciencias sociales y el urbanismo, consul-tar: F. Choay (1982), F. Terán (1985), F. DíazOrueta (1995).

Page 8: Concepto Monumento Histórico

147Del concepto “Momento histórico” al “Patrimonio cultural”

la influencia que la experiencia italiana18 ejer-ció sobre los desarrollos posteriores de lo quedio en llamarse la Europa centrohistoricista ,no ha cesado19.

Las grandes luchas urbanas encontra-ron apoyo en un poder político de izquierdaque ostentaba el gobierno de gran parte delos municipios. Sindicatos, partidos políticos,organizaciones vecinales, asociaciones de de-fensa del patrimonio, etc. confluyeron en unproyecto urbano orientado por los principiosde austeridad , teorizados por Campos Venu-ti, G. En el marco de la crisis internacional delcapitalismo, que se manifestó claramente enlos años setenta, dichos principios, en esen-cia, apostaron por la ciudad existente másque por su expansión ilimitada, conjurandocon ello el denominado despilfarro inmobi -l i a r i o. El autor formuló las conocidas comocinco salvaguardias: pública (en contra de laprivatización de los espacios), social (contrala expulsión hacia la periferia de los habitan-tes del centro histórico), productiva (contra laexpulsión de la industria de las ciudades),ambiental (contra el deterioro de la naturale-za y el centro histórico) y la programática(contra la desprogramación del sistema devialidad)20.

En Bologna, independientemente de lavaloración que se pueda realizar de los logrosdel p l a n en su conjunto, cuestión que sería

objeto de un tratamiento particularizado, lavinculación que se produjo entre la poblaciónorganizada y la defensa del patrimonio histó-rico urbano alcanzó su momento de mayorsíntesis. Por primera vez, la defensa del cen-tro histórico se conectaba directamente conlas aspiraciones de los sectores populares ensu lucha por la vivienda y la mejora de suscondiciones de vida. Respecto a esta cues-tión, señala Mazzoleni, Ch. (1991:18):

Riduzione degli squilibri e riduzionedello spreco edilizio nel consumo disuolo diventano strategie coerenti conuna politica della casa. Al suo internola proposta di riuso del patrimonio sto-rico e più in generale del patrimonioedilizio esistente si configurano comescelta strategica alternativa rispettoall’espansione della produzione.

En este contexto, donde ya se habíamanifestado la ruptura entre arquitectura yurbanismo, la defensa del patrimonio históri-co arquitectónico dejó de pertenecer al domi-nio exclusivo de los especialistas, producién-dose una identificación plena entre patrimo-nio y sociedad.

Sin embargo, fue también durante estosaños que se produjo un cambio de tendenciaen la valoración patrimonial, que habría detener hondas repercusiones en el futuro. LaComisión Franceschini, cuyos trabajos sobreel patrimonio histórico, arqueológico, artísti-co y del paisaje fueron publicados en 1967,siguiendo una lógica en cierto sentido clásica,calificaba el centro histórico en su conjuntobien cultural , manifestando la necesidad deque dado su valor documental debería serprotegido en su totalidad . Algunos estudio-sos, no obstante, sin negar el carácter culturalde los centros históricos resaltan el valor eco-nómico que los mismos encierran (Mazzoleni,1991:16). Dado el momento histórico en elque se produjo, este valor económico no fueinterpretado solo en términos monetarios, si-no en términos sociales. En efecto, si la de-fensa del centro histórico estaba asociada alas luchas urbanas por el derecho a la ciudady, por primera vez, coincidía su rehabilitación

18. Bologna, capital de la Emilia-Romagna, con suPlan para el Centro Histórico de 1969, dirigidopor Cervellati, P. L. y redactado en gran parte porlos servicios técnicos municipales, se convirtió enla experiencia más conocida y seguida con inte-rés durante muchos años.

19. La filosofía rehabilitadora en la España de losochenta, bajo los gobiernos democráticos, se ins-piró en gran parte en la italiana. En los años no-venta, también Lisboa (Portugal), con un gobier-no municipal de coalición entre comunistas y so-cialistas, emprendió su política de rehabilitaciónde barrios históricos, reinterpretando algunos delos principios que sustentaron años atrás la expe-riencia italiana. Para el caso de Lisboa, consultar:Lourés, M. L., 2001.

20. El programa de intervenciones no se ceñía única-mente al centro histórico, sino también a la peri-feria, dotándola de grandes espacios verdes, ser-vicios, equipamientos, comunicaciones, etc.

Page 9: Concepto Monumento Histórico

148 María Luisa Lourés Seoane

con la creación en el mismo de vivienda eco-nómica dirigida a los sectores populares, con-trarrestando los efectos nefastos que la rentaurbana producía sobre el territorio, el benefi-cio social que se derivaba de dicha operaciónera evidente y susceptible de ser traducido envalores monetarios concretos. En las décadassiguientes, este desplazamiento hacia el valoreconómico21 de lo que hasta entonces habíasido considerado exclusivamente en términosculturales, tuvo otro significado y consecuen-cias. En un marco de creciente desregulacióny flexibilidad total de los instrumentos de pla-neamiento urbano y territorial, esta visiónproductivista del patrimonio encontró acomo-do para su explotación.

AÑOS OCHENTA Y NOVENTA

Desde principios de los años ochentalas ciudades afrontan una serie de transforma-ciones estructurales tan determinantes que,tanto las interpretaciones como los instru-mentos utilizados con anterioridad, se mues-tran insuficientes para enfrentar lo urbano. Elproceso de reorganización industrial y el au-mento del peso del sector servicios en el con-junto de la economía, la internacionalizacióncreciente de la economía, la transformacióndel mercado laboral, la reorganización delaparato estatal y el desmantelamiento progre-sivo del Welfare State, la privatización de ser-vicios y actividades pertenecientes al sectorpúblico, el aumento de la desigualdad social,la revolución tecnológica e informática, el au-mento espectacular de la movilidad territorial,etc., conforman un cuadro general que tendráhondas repercusiones territoriales. El ritmovertiginoso con el que suceden dichas trans-formaciones hace entrar en crisis el campoconceptual referido a lo urbano y lo territo-rial. Nociones relativas a lo específicamenteurbano, a la relación centro y periferia, a loslímites entre campo y ciudad, etc., se veránprofundamente alteradas, mostrando una

cierta resistencia para ser re-definidas y man-teniéndose como un campo abierto donde sesabe lo que ya no es, pero no lo que es. Co-mo señala Soja, E. (1998), si atendemos loselementos distintivos que caracterizan a lapost-metrópolis actual, es posible pensarlacomo algo sustancialmente diferenciado de lametrópolis moderna que se configuró en losaños de postguerra. En esta post-metrópolis,donde la hiperrealidad domina la interpreta-ción de lo real, el patrimonio urbano se confi-gura como un elemento central en la llamadaeconomía cultural 2 2 de las ciudades 2 3. Enefecto, en un contexto normativo y disciplinaraltamente favorable, los llamados proyectosde recualificación urbana , sustentados enparte en la recuperación del patrimonio ar-quitectónico obsoleto y degradado, se suce-dieron con una intensidad y extensión desco-nocidas hasta el momento. Dichos proyectos,cuya denominación eufemística encubre unproceso de reorganización de las clases socia-les en la ciudad, se orientaron a cubrir las ne-cesidades de representación de la nueva eco-nomía y las demandas de consumo diferen-ciado de los nuevos sectores medio-altos, pa-ra quienes el patrimonio urbano rehabilitadoreúne suficientes marcas distintivas capacesde aportar un plusvalor, tanto económico co-mo de prestigio. Antiguos contenedores in-

22. El término, un tanto ambiguo y genérico, hacereferencia a un conjunto de actividades económi-cas dirigidas al consumo de bienes y serviciosque, de algún modo, encierran un cierto valorcultural y simbólico. Existen numerosos trabajosque documentan con claridad el significado y pe-so de estos consumos en muchas ciudades euro-peas y americanas. Ver entre otros, los de Zukin,S. (1995) para Nueva York.

2 3 . En esta nueva fase de acumulación capitalista, laimportancia adquirida por lo patrimonial en su ver-tiente productivista, no se circunscribe al estrictoámbito urbano. En efecto, la continua expansiónde la urbanización y la generación permanente denuevas centralidades basadas en elementos genui-nos, permite que ciertos espacios rurales, cuyas es-trategias de desarrollo se fundamentan en el patri-monio arquitectónico y paisajístico, se conviertanen escenarios privilegiados de hiperrealidad, don-de la reinterpretación de lo rural, puesta en circula-ción para ser vendida, llega a adquirir verdaderostintes fantásticos.

21. Se generaliza el uso del término puesta en valordel patrimonio.

Page 10: Concepto Monumento Histórico

149Del concepto “Momento histórico” al “Patrimonio cultural”

dustriales en desuso, instalaciones portuariasabandonadas, viejos mercados, ex barrios po-pulares sometidos a procesos de desinversióncontinuados, etc., entraron a formar parte deun paquete de intervenciones estratégicas 2 4

orientadas a la comercialización de espaciosde alto contenido simbólico.

En su estudio sobre los procesos degentrification en E E . U U. y Europa durante estosaños, Smith, N. (1996) indica como el concep-to que Glass, R. había acuñado en los sesentaen su estudio sobre Londres, poco tiempo des-pués resultaba estrecho para captar la magni-tud de las transformaciones en curso. Según elautor, estos nuevos espacios “recualificados”deberían integrar la geografía de los espaciossometidos a procesos de g e n t r i f i c a t i o n2 5.

En este contexto, el patrimonio históri-co como estrategia mercadotécnica regresa alámbito de renovados especialistas, encontran-do nuevos defensores. Las propias administra-ciones públicas, en su nuevo afán mercantilemprendedor, se constituyen en impulsorasde proyectos de defensa patrimonial puntual yconcreta, donde prima la construcción de unaimagen de ciudad como marca de distin-c i ó n2 6. El amplio consenso que suscitan estetipo de operaciones permite que puedan serrentabilizadas a diferentes niveles (político,

económico, cultural, etc.). Si en el movimientoitaliano de los setenta, el proyecto de ciudadencerraba la gran utopía social de alcanzaruna ciudad justa y solidaria, en este período e lproyecto público consiste en ofrecer un buenp r o d u c t oa quien pueda comprarlo.

En una economía que cada vez incluyemayores valores simbólicos, a la vez que sepromueve la rehabilitación de ciertos edificioso de áreas concretas y específicas de la ciu-dad, se construyen monumentos. La produc-ción monumental se dispara, tanto en la per-manente clasificación y ensanchamiento de lomonumental, como en la creación de nuevasmonumentalidades. Mientras en el primer ca-so, las organizaciones tradicionales de protec-ción de los monumentos, los ámbitos univer-sitarios como foros de producción teórica enla materia, y el aparato político-administrativoen tanto en cuanto visualizan dicho campocomo fuente generadora de riqueza 2 7, tienenun papel fundamental. En el segundo, la ar-quitectura, mediante su intervención en pro-yectos tanto públicos como privados, se ense-ñorea de modo tal que el monumento nace yaen la fase de proyecto 2 8. Lo novedoso en estaetapa histórica es que el proyecto monumen-tal nace con un cálculo de explotación econó-mica a largo plazo y que, únicamente, seráconstruido si muestra capacidad para producirbeneficios sostenidos y crecientes.

Simultáneamente, parte del patrimonioexistente, en lo que podría ser calificado co-mo un proceso de expropiación a la colectivi-dad, es sustraído al uso y disfrute público29, ala vez que se multiplican los espacios unifor-mizados donde la relación del sujeto con el

2 4 . El plan estratégico, nacido en E E . U U. en el seno delas empresas como un instrumento para mejorar lacompetitividad entre las mismas, en un marco decompetitividad entre ciudades por adquirir un ran-go superior capaz de atraer inversiones, fue utiliza-do en este mismo sentido en los proyectos de in-tervención urbana. En la actualidad, se está produ-ciendo un reposicionamiento crítico con respectoal uso y abuso del mismo.

25. La generalización de estos procesos propició unaabundante literatura y un rico debate en torno alfenómeno. Si en un primer momento, los análisisse polarizaron entre aquellas visiones que hacíanhincapié en el consumo y aquellas otras que lohacían en la producción, en la actualidad se abo-ga por lograr una síntesis donde confluyan am-bas perspectivas.

26. En España, desde los años noventa las comuni-dades autónomas disponen de su propia legisla-ción sobre patrimonio cultural y natural existenteen sus respectivos territorios. A partir de enton-ces, los bienes catalogados no han hecho másque aumentar.

27. El impulso dado al turismo cultural c o n s t i t u y eun elemento esencial en el diseño de las políticasurbano-territoriales.

28. El caso del museo Guggenheim en Bilbao repre-senta un paradigma.

29. Por ejemplo, el acceso a un sector rehabilitadode las murallas que encierran el casco históricode Ávila (España) debe hacerse mediante el pagode una entrada. Independientemente del costeque representa, y suponiendo que su precio re-sulte asequible, lo cierto es que a ese patrimoniopúblico se le despoja de su carácter, prohibiendola libre circulación.

Page 11: Concepto Monumento Histórico

150 María Luisa Lourés Seoane

Le Corbusier, 1933, Principios de urbanismo:La Carta de Atenas , Barcelona: Ariel,1989, ps. 151.

Lourés, M. L. Buenos Aires: centro histórico ycrisis social, Alicante: ECU, 1997, ps. 291.

_____________. “La rehabilitación urbana enLisboa”, en: Ábaco, Gijón, 2001.

Mazzoleni, Ch. “Dalla salvaguardia del centrostorico alla riqualificazione della cittàesistente. Trent’anni di dibattito del’Anc-sa·, en: Archivio di Studi Urbani e Regio -nali , Milano, 1991, nº40, pp.7-42.

Roca, J. Rehabilitación urbana. Análisis com -parado de algunos países de la UniónEuropea. Madrid: MOPTMA, 1995, ps.236.

Smith, N. The New Urban Frontier.Gentrification and the revanchist city ,Nueva York: Routledge, 1996, ps. 262.

Soja, E. “Seis discursos sobre la post-metrópo-lis”, en: Urban , 1998, nº2, pp. 37-50.

Terán, F.“Sobre la crisis actual de los fundamen-tos teóricos del planeamiento”, en: CamposVenuti, G. y otros, Teoría e intervención enla ciudad , Madrid: Fundación de Investiga-ciones Marxistas, 1985, pp. 25-38.

Topalov, Ch. “Hacer la historia de la investi-gación urbana. La experiencia francesadesde 1965”, en: Sociológica, México, Nº12, 1990, pp. 175-207.

Zukin, S. The Cultures of Cities, Oxford:Blackwell, 1995, ps. 322.

María Luisa Lourés SeoaneDepartamento de ecología humana

y población (sociología II)Facultad de Ciencias Políticas y Sociología

Universidad Complutense de Madrid, Españ[email protected]

patrimonio está profundamente mediatizada.Podríamos concluir que, a pesar del enormedesarrollo que en los años ochenta y noventaexperimentó la cuestión patrimonial, sin em-bargo la relación necesaria entre el patrimo-nio y la sociedad que lo sustenta se encuentraseriamente comprometida.

BIBLIOGRAFÍA

Álvarez Mora, A. “La renovación de los cen-tros urbanos como práctica ideológica”,en: C i u d a d e s, Valladolid, 1993, nº1,pp.19-35.

Benevolo, L. La ciudad europea , Madrid: Cri-tica, 1993, ps.190.

Campos Venuti, G. Urbanistica e austerità ,Milano: Feltrinelli, 1978.

Carpenter, J. y Loretta, L. “Gentrification inNew York, London and Paris: An Interna-tional Comparison”, en: I n t e r n a t i o n a lJournal of Urban and Regional Research ,vol.19, nº2, pp. 286-303.

Choay, F., 1982. A Alegoria do Património,Lisboa: Ediçoes 70, 2000, ps. 245.

Della Seta, R. La difesa dell’ambiente in Ita -lia. Storia e cultura del movimento ecolo -g i s t a, Milano: Franco Angel i, 2000,ps.107.

Díaz Orueta, F.“La sociología urbana en la en-crucijada” en: Díaz Orueta, F. y Mira, E.Pensar y vivir la ciudad , Alicante: Departa-mento de Ciencias Sociales, 1995, pp. 55-80.