con los argumentos de una dictadura

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Con los argumentos de una dictaduraPorFernando Iglesias|ParaLA NACIONComent318Facebook1124Twitter197Deca Walter Benjamin que las cosas revelan su verdadera ndole al final de sus das. Si esto es cierto, el rgimen delperonismo kirchneristanos est dando la razn a quienes desde 2003 nos negamos a confundirlo con una democracia. Y dije "rgimen del peronismo kirchnerista" y no "dictadura", ya queel kirchnerismo combina elementos democrticoscon dictatoriales en un imaginativocollagecuyas figuritas descascaradas siguen cayndose del mural. De un lado, el voto popular, la legitimidad de origen y un cierto espacio -cada vez ms limitado- para las libertades individuales. Del otro, la concentracin del poder en una sola persona; el culto a la personalidad; el intento de disolucin fctica del Parlamento y la Justicia como poderes independientes; el sistema policial de espionaje contra la prensa independiente, la Justicia y la oposicin; la autoidentificacin del Gobierno con el Estado y la patria; el omnipresente aparato de propaganda; el totalitarismo del "vamos por todo" y la consigna de partido nico sobre la que todo esto se ha construido: "Slo el peronismo es capaz de gobernar".El caso Nisman ha mostrado todos estos dispositivos al desnudo, as como la bajeza de quienes los administran, y aadido a esta larga lista un elemento ms, caracterstico de toda dictadura: quien desafa al poder muere violentamente. Finalmente, no contento con la reintroduccin de los servicios de inteligencia como actores polticos centrales, insatisfecho con las marchas y contramarchas del relato y con los aprietes de todo tipo que ha ejercido en estos das, el kirchnerismo ha aadido el insulto a quienes -fiscales, ciudadanos, intelectuales, periodistas, dirigentes polticos- han convocado a una marcha pacfica, silenciosa y sin consignas partidarias. Sus razones, tambin, son las de una dictadura.Abrumado por una realidad inesperada en la que slo es capaz de convocar usurpando fiestas patrias y organizando recitales, dolorido an por los millones de argentinos que salimos a la calle en 2012 y acabamos con su proyecto de re-reeleccin, el peronismo kirchnerista ha descalificado preventivamente a quienes marcharemos hoy para pedir verdad y justicia para Nisman, para las vctimas de la AMIA y para todos. Sus argumentos recuerdan, uno por uno, a los que esgrimi la peor de las dictaduras frente a las organizaciones de derechos humanos. Primer argumento: el crimen no existi, o no es adjudicable al Gobierno, o ha sido cometido contra el Gobierno ("Los desaparecidos se mataron entre ellos o estn de vacaciones en Europa", "Hay una campaa antiargentina", se deca entonces; "Nos tiraron un muerto", se dice ahora). Segundo argumento: la vctima es responsable de lo que le pas ("Algo habrn hecho", entonces; "Se suicid porque su denuncia era muy dbil", hoy). Tercero: la descalificacin de la protesta por ser "poltica", curiosamente esgrimida como disvalor por quienes pocas semanas atronaban con "volvi la poltica", uno de los grandes hits de la dcada ganada. Cuarto: la criminalizacin de los convocantes como traidores detrs de los cuales se esconden intereses antinacionales (la Unin Sovitica y el comunismo internacional, en los aos 70; la CIA, el Mossad, Israel y los Estados Unidos, hoy). Quinto: la indigna acusacin de "usar los muertos para hacer poltica"; ejercida desde la jefatura de un movimiento que ha hecho de sus muertos, de sus funerales y de la hora en que han pasado a la eternidad una razn de Estado, y de un gobierno que ha usado partidariamente a los desaparecidos durante doce aos, sin detenerse ante nada.Significativamente, las razones de quienes marcharemos hoy tambin son similares a las que esgrimieron las Madres de Plaza de Mayo en aquellos aos en que se constituyeron como la referencia moral de este pas. Defensa de la vida frente a la violencia del Estado. Verdad. Justicia. Memoria. Nunca Ms.Marchemos, pues, en silencio. Sin banderas partidarias ni consignas ofensivas. Y estemos firmes pero atentos a no caer en las provocaciones y la violencia de posibles infiltrados. Que de las acusaciones de golpismo se hagan cargo quienes se han encargado de destituir todos los gobiernos no peronistas del ltimo cuarto de siglo.Pacficos, justos, vivos; de Plaza Congreso a Plaza de Mayo y en todas las grandes plazas del pas; marchemos por la vida, por la justicia, por la paz.El autor es ex diputado nacional y miembro fundador de Democracia Global.