con la mente y el corazón abiertos scj · p. antonio rufete cabrera, scj 36. actualidad y misión...

scj.esRevista de la

Familia DehonianaNº 30

Con la mente y el corazón

abiertos

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Celebrar la Eucaristía por un ser querido es un gesto de afecto y de unión con aquellos que nos han dejado o necesitan de nuestra oración. Nos hace comulgar con el misterio de amor en Cristo que nos vincula a unos y otros. Es además una ayuda para continuar nuestra misión apostólica en la Iglesia.

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SUMARIO 3. Editorial

Cambiar el mundo 4. Reflexiones acerca del

XXIV Capítulo general Con mente y corazón abiertos a las exigencias de la Iglesia y del mundo P. Pedro Iglesias Curto, scj

12. Tema central Jóvenes Misioneros

24. Conversaciones con un padre, un hermano Estamos en el Corazón de Dios Del Padre Carlos Luis Suárez Codorniu a la Familia Dehoniana P. Antonio Rufete Cabrera, scj

36. Actualidad y misión Experiencias de verano

40. Pastoral vocacional Aquí estoy

44. Pastoral Equipo de pastoral

48. Vida religiosa La única manera de captar la atención es dar 25 años de Vida Religiosa P. Juan José Arnaiz Ecker, scj

52. En lo secreto Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón

54. Actualidad dehoniana P. Alfonso González, scj

Director: P. Antonio Rufete Cabrera, scj

Subdirector: P. Pedro Iglesias Curto, scj

Equipo de Redacción:P. Ángel Alindado Hernández, scjP. Juan José Arnaiz Ecker, scjP. Ramón Domínguez Fraile, scjP. Pedro Iglesias Curto, scjP. Antonio Rufete Cabrera, scj

Diseño y maquetación: estudio143.com

Imprime:GRÁFICAS DEHONLa Morera, 23 -25. 28850 Torrejón de ArdozDpto. Legal: M 5254 2012

Noviembre 2018Nº 30

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3scj.esEditorial

Cambiar el mundoEl mes de octubre tiene siempre en la Igle-sia un sabor misionero. La Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND, se presenta este año con un lema rotundo: “Cambia el mundo”.Es imposible obviar una invitación así. Va a resultar difícil no sentirse interpelado, e in-cluso abrumado por semejante encomien-da. Lo más sencillo es declinar la invitación, o eludirla pensando que es cosa de otros. Habrá muchas razones de peso: la edad, el cansancio, los compromisos adquiridos, urgencias y tantas prioridades…La misión, el trabajo duro, la presencia, y el testimonio de los misioneros son una rea-lidad que ha mejorado la vida de muchas personas. Su vocación está cambiando el mundo porque siembra la semilla de una nueva esperanza en tantos lugares. Su buena nueva, que es eco de la Buena No-ticia de Cristo, es la piedra clave que sus-tenta la nueva casa de la humanidad: en la que todos tengamos cabida, en donde haya una mesa y un plato dispuesto, en la que sin credenciales se llame a cada uno por su nombre. San Juan Pablo II escribía que «la misión refuerza la fe» (Carta enc. Redemptoris missio, 2). El Papa Francisco no se cansa de recordar que “la fe cristiana permanece siempre joven cuando se abre a la misión que Cristo nos confía”.Este año en el que se celebra el Sínodo de los Jóvenes, el Papa Francisco invita, a los jóvenes de una manera muy especial, a ser protagonistas de este cambio: Muchos jóvenes encuentran en el voluntariado mi-sionero una forma para servir a los “más pequeños” (cf. Mt 25,40), promoviendo la dignidad humana y testimoniando la ale-gría de amar y de ser cristianos. Estas ex-periencias eclesiales hacen que la forma-ción de cada uno no sea solo para el propio

éxito profesional, sino para para servir me-jor a los demás. En esta revista os hacemos llegar la expe-riencia de algunos jóvenes que han parti-cipado en diferentes voluntariados; tam-bién os presentamos al equipo que está detrás de las iniciativas pastorales que los Reparadores|Dehonianos proponemos en el trabajo con los jóvenes. Queremos, con humildad pero con decisión, gritar Aquí estoy como respuesta al Dios que nos llama cada día, al Señor que apacigua nuestros vaivenes, al padre que alimenta el corazón, los ánimos y la esperanza aun a pesar de todos los pesares. Compartimos algunas de las reflexiones del último Capítulo General de nuestra Congregación que animan a responder con la mente y el corazón abiertos. Y presen-tamos al P. Carlos Luis Suárez Codorniu, flamante Padre General, que nos recuerda: cuando el padre Dehon contempla el ´me amó y se entregó por mí´, entiende que no puede hacer otra cosa más que responder de la misma manera. Desde esta experien-cia, nuestra vida se va apasionando por la causa del evangelio y entendemos que no nos queda otra que darnos también. Esa es nuestra oblación: darnos sin medida y des-bordar la medida de la generosidad. Este es el camino: ver realmente hasta dónde podemos llegar dónde está el límite, hasta dónde podemos ofrecernos. Pues eso, te digo y me digo: “Cambia el mundo”.

scj.es4 Reflexiones XXIV Capítulo general

Con mente y corazón abiertosa las exigencias de la Iglesia

y del mundo

Reflexiones acerca del XXIV Capítulo general

5scj.esCon mente y corazón abiertos

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P. PEDRO IGLESIAS CURTO, scj

Un Capítulo general es uno de esos acontecimientos que hacen la his-toria de una Congregación. En ello se invierte mucho tiempo y energía. Así ha sucedido con el último, el nú-mero 24 en la historia de los Sacer-dotes del Corazón de Jesús, con-cluido hace poco más de dos meses y convocado de forma inesperada tras el nombramiento del hasta en-tonces Superior general, P. Heiner Wilmer, como Obispo de la Diócesis de Hildesheim (Alemania). Desde ese momento toda la Congregación se puso en acción, de modo que en poco más de cuatro meses ha sido posible la celebración de los Capí-tulos particulares de las diversas Entidades (un requisito necesario antes de la celebración del Capítulo general), la organización y celebra-ción del propio Capítulo general y la vuelta a la cotidianeidad.

Sin embargo, como acontece en tantos otros acontecimientos (eclesiales o no), puede suceder que este gran esfuerzo, una vez realizado, corra el riesgo de caer en el olvido. Es cierto que el nuevo Go-bierno general deberá retomar todo el trabajo capitular para establecer las prioridades de la Congregación durante los próximos seis años. Pero un Capítulo no puede quedar-se sólo en indicar a los que están al frente aquello que deberían ha-cer, delegando en ellos la respon-sabilidad mayor de llevar adelante las decisiones tomadas y afrontar los retos aún abiertos. No podemos olvidar que un Capítulo es siempre una oportunidad que se ofrece a toda la Congregación, a cada uno de sus miembros, para reflexionar sobre su identidad y su misión; y que no es posible dar pasos ade-lante sin la implicación, cada uno en su medida, de todos.

Reflexiones XXIV Capítulo general

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Más allá de las informaciones ya publicadas, de la elección del nue-vo Gobierno general o de las pro-puesta de acción aprobadas, el Capítulo deja muchas otras pistas abiertas. Para intentar sintetizarlas podemos tomar como referencia el lema que fue propuesto para guiar el Capítulo: “Con mente y corazón abiertos a las exigencias de la Igle-sia y del mundo”. En él se unen el ya conocido Mission statement o De-claración de intenciones de la Con-gregación y el primer número de las Constituciones de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. Es-tas dos ideas, claramente identifi-cables, pueden darnos una idea de lo que ha supuesto el último Capí-tulo y del camino que se abre por delante para la Congregación.

… a las exigencias de la Iglesia y del mundo

Si bien el texto de las Constitucio-nes habla de “exigencias”, quizá sea más oportuno hablar de los “retos”, ciertamente urgentes, que hoy nos plantea la situación eclesial y social que vivimos. En este sentido, hay que comenzar asumiendo que el Capítulo XXIV no ha hecho un gran análisis de la realidad actual. Por una parte la premura en la preparación y la condensación del trabajo capitu-lar en dos semanas escasas no ha favorecido la serenidad necesaria para profundizar en tantos temas. Por otro lado hay que reconocer

también que, pese a la insistencia en “acoger las sorpresas de Dios” y aprovechar la oportunidad que ofre-cía este Capítulo imprevisto para re-flexionar sobre la Congregación y su futuro, quizá para muchos (capitula-res y no solo) parecía que el objeti-vo más importante del Capítulo (o al menos el más urgente) era encon-trar un nuevo Superior general para resolver cuanto antes la situación ocasionada por el nombramiento episcopal de Mons. Heiner Wilmer.

Sea por el tiempo o por el interés, muchos temas ciertamente ur-gentes y actuales apenas fueron mencionados. Así, por ejemplo, al-gunos retos como la inmigración, la secularización en occidente o los problemas dentro de la Iglesia, sólo se presentaron brevemente y apenas tuvieron una concreción en el debate o las decisiones tomadas. Solamente el tema de la persecu-ción de los cristianos fue afronta-do explícitamente, retomando una de las decisiones del Capítulo an-terior, para reafirmar la solidaridad de la Congregación, asegurando un recuerdo particular en la oración y la participación en aquellas iniciati-vas que hagan conscientes de esta realidad a los gobiernos y los me-dios de comunicación.

Sin embargo, esta falta de un aná-lisis ad extra no significa que el Ca-pítulo no hiciese un verdadero dis-cernimiento, en muchos momentos muy interesante e incluso valiente,

Con mente y corazón abiertos

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pero quizás más orientado ad intra. Y esta puede ser una de las carac-terísticas de este Capítulo: esa mi-rada dirigida sobre todo hacia la pro-pia Congregación, como partícipe de muchas de las exigencias de la Iglesia y del mundo de hoy. Es aquí donde es posible identificar más es-pecíficamente algunos retos.

El punto de partida puede ser un dato tan concreto como la evolu-ción numérica de la Congregación, tal y como fue presentado en el informe del Gobierno general. Los números nos dicen que la Congre-gación se está desplazando hacia Asia (sobre todo) y África, mientras que la presencia en occidente, aun-que aún con un número considera-ble de religiosos, disminuye, como sucede igualmente en América del Sur, aunque más ligeramente. Pero los números, así presentados, dicen poco. La evolución de la Congrega-ción es ante todo una llamada a la responsabilidad de cada uno sobre cómo administrar el patrimonio de la Congregación, que es particular, pero común; que se recibe, pero que al mismo tiempo está llamado a fructificar (como recuerda la pa-rábola de los talentos).

Es importante subrayar que esta idea de “administrar el patrimonio de la Congregación” no se refiere tanto a una cuestión económica, sino que debe entenderse en un sentido más amplio, considerando sobre todo aspectos como el ca-

risma, la misión, los propios religio-sos… Y es aquí donde algunos retos emergen muy claramente:

• El reto de la formación, tal vez el que estuvo más presente durante el Capítulo. Que, por un lado, debe tener en cuenta a los nuevos can-didatos, sobre todo en aquellos lu-gares donde son más numerosos y necesitan más recursos perso-nales y económicos. Pero que, por otro lado, debe llevar a repensar muchas de las estructuras de for-mación en zonas que experimen-tan una disminución vocacional. Dentro de este aspecto es funda-mental considerar, como uno de sus principales objetivos, la inter-nacionalidad de la Congregación y cómo formarse a ella.

• El reto de los recursos económi-cos, que es claro, pues la evolución numérica de la Congregación hace que las Entidades que crecen más requieran más recursos, al tiempo que aquellas que históricamente han ofrecido su ayuda comienzan a disminuirla en la medida que van reduciéndose. Esta realidad plan-tea la necesidad de tomar en se-rio temas como el fondo común, la búsqueda de ayudas externas, la responsabilidad en el uso de bie-nes o la autosuficiencia de cada Entidad, una realidad que en al-gunas zonas no siempre resulta tan fácil de llevar a cabo. Uno de los medios para ayudar a afrontar este reto es el “Estatuto de ayuda


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intracongregacional” aprobado por el Capítulo y que intenta ofrecer criterios concretos de solidaridad.

• El reto de la propia identidad. Es cierto que, siendo un tema funda-mental, no fue muy desarrollado. Pero sí quedaron abiertas algu-nas cuestiones importantes, so-bre todo el desafío de continuar la profundización y transmisión del propio patrimonio espiritual, tanto a las nuevas generaciones como en los diversos contextos cultu-rales y geográficos.

• El reto del servicio de gobierno, en esa relación siempre difícil en-tre la unidad y la subsidiariedad. Esto hace necesario repensar los medios, las formas y los respon-sables a la hora de acompañar (y dejarse acompañar) en la Congre-gación y en las diversas Entida-des particulares.

• El reto de la misión, que va mucho más allá de la reflexión acerca de la presencia de la Congregación en nuevas realidades, sino que se refiere a la misión a la que la Con-gregación se siente llamada, sea en las futuras presencias como en las actuales. Y en este sentido aún quedan muchos temas con-cretos que profundizar, como el ministerio parroquial, el compro-miso social, el apostolado intelec-tual, la pastoral con los jóvenes, el trabajo vocacional...

Si algo ha puesto de manifiesto el Capítulo es que para afrontar estos retos no es suficiente el empeño particular, sino que cada propues-ta de acción tiene consecuencias sobre los demás y debe tener en cuenta a los demás. Aunque pa-rezca obvio, todo Capítulo (también este) hace presente la realidad de la Congregación como lo que es: un “nosotros” al servicio de la misión. De este modo, la internacionalidad, que es una de las notas caracte-rísticas de la Congregación, debe entenderse como algo más que la simple movilidad de sus miembros o la agrupación de religiosos de di-versas procedencias. Es esa con-ciencia de un patrimonio común que cuidar, profundizar y transmitir para responder como Congrega-ción, y no simplemente en la pro-pia realidad, a los retos de hoy y a aquellos que están por llegar.

Es aquí donde la invitación del Ca-pítulo a abrir la mente y el corazón no es sólo una bonita idea, sino un requisito fundamental.


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Con mente y corazón abiertos...

Como se apuntaba anteriormente, esta parte del lema del Capítulo pre-tendía retomar el texto del Mission statement dehoniano, haciendo alusión a la pasión del Padre Dehon por la verdad y la caridad e, implíci-tamente, al Corazón abierto de Je-sús, como referencia última de la Congregación. Pero en el contexto del Capítulo general esta expresión puede tener un significado mucho más sencillo y directo. Esto es, que ante los retos que hoy identifica-mos en la Iglesia, en el mundo y más concretamente dentro de la propia Congregación, es necesario abrir la mente y el corazón para afrontarlos. Hacen falta estrategias, ideas, pero al mismo tiempo una implicación real, afectiva, para llevarlas a cabo y no quedarse sólo en las buenas in-tenciones. Poner en juego, por tan-to, la mente y el corazón.

En este sentido, es cierto que el Capítulo XXIV no ha sido especial-mente innovador a la hora de abrir nuevos “surcos” para el futuro de la Congregación (como se sugería, con esta imagen, durante la prepa-ración del Capítulo). En realidad hay que decir que ha sido un Capítulo de continuidad con el anterior. Y esto, en sí mismo, no es malo, sabiendo que muchas de las iniciativas del Gobierno general precedente toda-vía estaban en proceso o a la es-pera de comenzar. El sentir general era que no se perdiese nada de lo

que se había empezado a trabajar y que aún sigue vigente en cam-pos como la formación, la pastoral, las nuevas presencias misioneras... También es verdad que hubo algu-nas propuestas que no fueron ra-tificadas y cayeron por el camino. Quién sabe si tendrán que ser re-pensadas, reformuladas o “re-en-tendidas”. En cualquier caso, lo que sí es claro es que la continuidad no puede ser nunca acomodamiento. Sigue siendo necesaria una actitud de apertura a una “palabra proféti-ca” o, al menos, a un mayor inter-cambio de ideas.

Para ello el propio Capítulo ofreció un camino a seguir, tomando una de esas geniales iniciativas que el Papa Francisco ha presentado para toda la Iglesia y que la Congrega-ción está llamada a hacer propia: la invitación a asumir un estilo si-nodal. La expresión no puede ser más actual, en este tiempo en el que está celebrándose el Sínodo de los Obispos. Pero no se trata aquí tanto de multiplicar reuniones, sino que es sobre todo una cues-tión de actitud. Y no basta para ello con juntar diversas voces. Hay que ir más allá. Es el desafío de apren-der a pensar juntos, superando el riesgo del activismo y de la urgen-cia, confrontándose con apertura y sinceridad, poniendo en juego cada uno algo de sí mismo, abiertos a dejarse enriquecer por el otro para intentar construir un pensamiento


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común que abra horizontes. Esa es la invitación de un estilo sino-dal: a “hacer-camino-con”, a hacer camino juntos. Sin esta actitud no es posible responder a los muchos desafíos de hoy y del futuro.

Es cierto que un Capítulo es mucho más que las decisiones concretas, y seguramente cuando se retome con más calma todo lo dicho o lo apenas mencionado, surgirán perspectivas que, aunque no se votase formal-mente, podrán abrir caminos (quizás todavía muy tímidos) para el futuro de Congregación. Sin embargo, para poder discernirlos y llevarlos a cabo es necesario contar con algo más

que con las propias fuerzas. En ver-dad, como se señalaba al comienzo del Capítulo, es necesario ver este evento “como un nuevo Pentecos-tés” (citando las palabras con las que el Papa Juan XXIII se refería al Vaticano II). La oración al Espíritu Santo, que acompañó al Capítulo en numerosas ocasiones, no puede por tanto acabar con su conclusión. Es necesario seguir invocándolo: “sé luz para la inteligencia y llama ardiente en el corazón”. Es decir, abre nuestras mentes y nuestros corazones para poder afrontar con coraje las exigencias de la Iglesia y del mundo, para acoger con dispo-nibilidad el hoy de Dios.


scj.es12 Tema central

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Jóvenes

MisionerosJóvenes Misioneros

Temacentral


No dejéis, queridos jó-venes, que el resplan-

dor de la juventud se apague en la oscuridad de una habi-tación cerrada en la que la única ventana para ver el mundo sea el ordenador y el smartphone. Abrid las puer-tas de vuestra vida. Que vuestro ambiente y vuestro tiempo estén ocupados por personas concretas, relacio-nes profundas, con las que podáis compartir experien-cias auténticas y reales en vuestra vida cotidiana.

Francisco, papa

Jornada Mundial de la Juventud 2018

15scj.esJóvenes Misioneros

En ÁfricaJonathan Garmón García Estudiante de un doble grado en Administración y Dirección de Empresas y Dirección Marketing, ESIC Pozuelo

Ha llegado ese momento de volver a casa, de reiniciar unas vidas que dejamos en stand by para vivir esta magnífica experiencia. Ha llegado el momento, por tanto, de contem-plar desde la distancia, de asimilar y de interiorizar. Ya es momento para instalar esa actualización de software que nos han regalado allí y que, aquí —en nuestra cabeza, en nuestro procesador—, ya está provocando diferentes cambios y, estoy seguro, nos volverá mejores sistemas operativos.

Suena a tópico: “me he ido de volun-tariado, ahora soy mejor persona”. Pero ahora lo entiendo. No se trata de “mejor persona” en el contexto de más solidario, más ecológico o más concienciado en general. Se trata de mejorar tú como perso-na. Y así, con tópicos, prejuicios o como lo queramos llamar empezó esta experiencia para mí.

El desconocimiento es muy pe-ligroso, pero, sin duda, nuestra zona de confort lo es aún más. Si algo me llevo de Mozambique es la idea de que nuestra vida, esa que creemos que en países como este todos desean y que por ello

nos envidian, no es la única vida ni la meta de todo ser humano; hay otras vidas, igual de respetables y que, en mi opinión —y tal como me lo han demostrado sus gentes—, sí que son realmente envidiables. Si algo me he dejado allí, arrebata-do por cada escena, por cada grito de bienvenida, por cada niño o por cada “obrigado”, son los prejuicios, esos prejuicios que me inundaban sobre todo los días previos, pen-sando en qué comeríamos, en si nos robarían o nos pasaría algo, en qué íbamos a hacer para cambiar el mundo”. Todos y cada uno de ellos tirados por tierra por un maravilloso país al que más que a ayudar creo que hemos ido a aprender. ¡Eh!, y claro que hay gente que pasa ham-bre y gente que duerme en la calle y gente que se muere a diario por enfermedades… Hay todo lo que te esperas que haya, todo. ¿El resto?, hay que vivirlo.


Qué bonito es a veces tener poco. Qué bonito es a veces que te falte. Qué bonito es, sobre todo, no tener el verbo “preocuparse”. Qué bonito es a veces simplemente “ocuparse”. A menudo jugábamos con las ni-ñas del orfanato donde pasábamos casi todas las tardes a enseñarnos mutuamente palabras en nuestros idiomas. Qué difícil hubiese sido explicarles que en español tene-mos un prefijo que con bastante asiduidad lo colocamos delante del

verbo ocuparse para darle senti-do a la innecesaria acción de tra-tar un determinado tema antes de que ocurra y podamos ocuparnos de él. Qué difícil hubiese sido, ade-más, explicarles que ese verbo ge-nera unos sentimientos de angus-tia, desasosiego o temor y que eso muchas veces provoca que cuando realmente tengas que ocuparte del tema no lo hagas de la mejor mane-ra posible. Qué bonito vivir el hoy y dejar para mañana el mañana.


José Rosa, Alto Molocue (Mozambique)

Un comienzo un poco atropellado por los acontecimientos dados en el aeropuerto de Frankfurt fueron el chispazo que faltaba para hacer estallar los sentimientos. Atrás se quedaba España y su agosto, de-lante, pasar un mes en uno de los países más pobres del mundo, in-merso en la África Negra.

Los primeros días eran solo mo-mentos de descubrimiento, en pri-mer lugar, con todos los otros vo-luntarios y siguiendo por la cultura mozambiqueña. En mi opinión una de las suertes del mes fue disfru-tar del conocimiento de la cultura ofrecido por el Padre Elia, scj.

La experiencia de vivir con la co-munidad Dehoniana ha sido muy bonita y gratificante. Ver su ama-bilidad, su hospitalidad y que hi-cieran todos sus actos diarios con nuestra presencia. Para mí, la co-munidad de Pista Velha hace una labor indispensable en la vida de Alto Molocue en favor de los más pequeños. Creo que muchos de los niños y los padres sin ese centro infantil tendrían un problema más en sus vidas.

Ha sido ejemplo la dedicación de los padres Dehonianos por mante-ner aquello, tanto cuidar a los niños con pequeñas enfermedades has-ta preocuparse por el buen estado

de la escuela y su funcionamien-to. Estar en el día a día allí durante unos días, aparte de una experien-cia gratificante, te hace volver a pensar todas las cosas que vivimos en Europa y la diferencias que exis-ten 7000 kilómetros más al sur.

El componente internacional del voluntariado ha dado un plus a la experiencia realizada, otros puntos de vista, un intercambio cultural muy fuerte lo que hemos vivido. Los misioneros italianos, alemanes y portugueses han colaborado con la misma ilusión todos los días, bus-cando el bien del grupo, y así poder mejorar nuestras actuaciones y actos en la ciudad de Molocue.

Volver a casa ha sido bonito, pero estoy echando de menos la vida allí en la comunidad, viéndolo con perspectiva pienso mucho en esas personas, en su modo de vida y en lo que estarán haciendo o si estará mejorando su situación.


Marta Relanzón Orozco, Madrid, estudiante de Publicidad, RRPP y Marketing en ESIC Pozuelo

Vida. Una palabra tan grande que depende de cómo y dónde la mires, puede tener un significado comple-tamente distinto al que otra perso-na en el mundo le dé. Hemos nacido en lugares donde lo tenemos todo, pero nos quedamos cortos. Pen-samos que vamos a ir a hacer una misión para salvar el mundo y hacer una ayuda radical. Pensamos que vamos a ir a enseñarles todo lo que no saben y que, gracias a nosotros, estarán mejor. En ese momento la vida te da un golpe de 360º y pare-ce ser que, los que te enseñan todo lo que no sabes, son ellos a ti.

Me llevo más cosas de las que dejé allí. Me llevo el compañerismo de los mozambiqueños, la bondad y la humildad, el respeto, me llevo el valor de la vida, y el valor de cosas muy pequeñas que antes no lo te-nían. Me llevo una admiración hacia ellos inexplicable. Pero ellos no lo entenderían. Nos miran con admi-ración y no entienden que los que les envidiamos somos nosotros a ellos. Quien haya estado allí, sabe de lo que hablo.

Expresión. Una mirada dice más que mil palabras. Gracias a la gente de allí por hablarnos sin decir una sola palabra. Por contarnos sus miedos, sus penas, sus alegrías, su ilusión, su bondad, su maldad, su

empatía, su cariño. Allí no hace fal-ta hablar para expresar, porque la gente allí es tan pura que es trans-parente. De verdad, que son felices, muy felices y mucho más que no-sotros.

Madurez. Nadie se puede imaginar lo que es capaz de hacer un niño con dos años allí. Ni todo por lo que tiene que pasar con apenas esa edad.

Al volver a España, cada vez que veo a un niño de esa edad intento imaginarme a un niño de allí a su lado. Ojalá pudieran venir ellos aquí a enseñarnos a nosotros.

Carta del Domund 2018

Muchos jóvenes encuentran en el voluntariado misionero una forma para servir a los “más pequeños” (cf. Mt 25,40), promoviendo la dig-nidad humana y testimoniando la alegría de amar y de ser cristianos. Estas experiencias eclesiales hacen que la formación de cada uno no sea solo una preparación para el propio éxito profesional, sino el desa-rrollo y el cuidado de un don del Señor para servir mejor a los demás. Estas formas loables de servicio misionero temporal son un comienzo fecundo y, en el discernimiento vocacional, pueden ayudaros a decidir el don total de vosotros mismos como misioneros.


Francisco, papa


Diego Lorente Martin. Estudiante de Marketing en Madrid

Mi experiencia en Camerún ha sido inolvidable y la recomiendo a todas las personas que quieran conocer otras culturas.

Estuvimos en una ciudad de Ba-foussam, en la región Oeste del país. En el Colegio Clairefontaine, ayudamos en la enseñanza del in-glés y francés, y de matemáticas. Los niños tenían entre 3 años y 14 años. Nos hemos sentido útiles. Los niños siempre querían estar con nosotros, cuando les dábamos clase, estaban felices.

Un domingo fuimos con un padre dehoniano a la cárcel para celebrar la Eucaristía. Allí, hablamos con los presos y nos contaron alguna de las razones por las que estaban

allí. Uno de los presos nos dijo: “Yo estoy en la cárcel porque me acu-saron de haber matado a alguien. Que no lo hice. Y cuando llegó el día de mi juicio, me propusieron pagar para no ir a la cárcel! Dije que no porque sabia que no había matado a una persona, son todos unos co-rruptos y lo único que les interesa es el dinero”. Ir a la cárcel en Ca-merún fue una de las experiencias más impactantes que he vivido.


José Javier Escribano García. Estudiante de International Bussi-nes en Valencia.

Sin duda la mejor experiencia que he vivido hasta ahora y la mejor oportunidad que se me ha ofrecido nunca.

Convivir durante tanto tiempo en un lugar completamente diferente al tuyo te hace abrir la mente de una manera que no lo hubieras he-cho nunca, así como darte cuenta de lo que realmente tienes y de lo que no.

El hecho de ver a gran cantidad de gente contenta con tan sumamen-te poco es algo que te hace replan-tearte muchas cosas, a valorar lo que realmente tenemos y lo felices que podríamos llegar a ser con mu-cho menos.

Es increíble lo reconfortante que puede llegar a ser sacarle una son-risa a un niño con cualquier ton-tería, desde dándole una pegatina hasta levantarlo en brazos cuando incluso hacen cola para ello; y que vean en ti a esa persona que pue-des ir a abrazar siempre que quie-ras o necesites.

Seas como seas o busques lo que busques, te recomiendo que vivas esta experiencia en primera perso-na, que no te lo cuenten, te cambia por completo.

Jornada

Mundial de la

Juventud 2018

La fuerza para tener valor en el presente nos viene de la convicción de que la gracia de Dios está con nosotros: valor para llevar adelante lo que Dios nos pide aquí y ahora, en cada ámbito de nuestra vida; valor para abrazar la vocación que Dios nos muestra; valor para vivir nuestra fe sin ocul-tarla o rebajarla.

Francisco, papa


Barbara Luque del Olmo. Estudia Comunicación y Marketing en Valencia

Me siento agradecida de haber po-dido vivir una experiencia tan boni-ta, en la que he ayudado a aprender y a divertirse con lo más mínimo. Sé que la experiencia que yo he re-cibido es mucho mayor que la que yo haya conseguido dar. Animo a cualquier persona a hacerla ya que se aprende a valorar lo que tene-mos y sobre todo a las personas.

Lucía Vicente Olmo.Estudia Comunicación y Marketing en Valencia

Cuando miras a los ojos de una per-sona y te devuelve la mirada llena de ilusión y felicidad, sientes que un hilo de realidad empieza a coser tu vida: te das cuenta de que lo que realmente importa. Todo esto me ha hecho sentir esta gran experiencia.

Jornada Mundial de la Juventud 2018

Queridos jóvenes: Ser llamados por nuestro nombre es, por lo tanto, signo de la gran dignidad que tenemos a los ojos de Dios, de su predilección por nosotros. Y Dios llama a cada uno de vosotros por vuestro nombre. Vosotros sois el «tú» de Dios, preciosos a sus ojos, dignos de estima y amados (cf. Is 43,4). Acoged con alegría este diálogo que Dios os propone, esta llamada que él os dirige llamándoos por vuestro nombre.

Francisco, papa


En América

Antonio Belda. Estudiante Administración y di-rección de empresas en Valencia

Para mí, esta experiencia ha sido un cambio. Un cambio a todo aque-llo a lo que estaba costumbrado. Realmente con esta experiencia, crees en la capacidad de las perso-nas, de ser como realmente espe-ras o deseas que sean. Decir algo fácil, es afirmar que, Ecuador me ha aportado a mi, mucho más que yo a aquella gente, pero es la verdadera realidad. Me llevo conmigo muchí-simo de esta experiencia.

José Luis Alberto Álvarez. Estudiante International Business y Marketing en Valencia

Esta experiencia ha logrado cam-biar mi realidad, cambiarla de forma que ahora se valorar todo aquello que antes veía normal. He apren-dido a valorar la sonrisa constante de un niño que apenas tiene para comer, y he dejado atrás todos aquellos mínimos problemas que yo creía enormes, para darle prio-ridad a lo que de verdad la necesita.

Si tengo que enumerar lo que he en-señado en comparación a lo que he aprendido, el voluntariado lo habrán realizado aquellas personas por las que yo lo hice, ya que ellos me han enseñado lo verdaderamente im-portante, ser mejor persona.

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Estamos en el Corazón de Dios

Del Padre Carlos Luis Suárez Codorniu a la Familia Dehoniana

Conversaciones con un padre, un hermano

Conversaciones

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P. ANTONIO RUFETE CABRERA, scj

El adn de nuestra es-piritualidad es com-

partir la alegría de sentirnos amados hasta el extremo en el Corazón de Jesús. Desde esta experiencia, nuestra vida se va apasionando por la causa del evangelio y enten-demos que no nos queda otra que darnos también. Esa es nuestra oblación: darnos sin medida y desbordar la medi-da de la generosidad.

El pasado veinte de julio, sin es-perarlo, cambió su rutina diaria. Lo primero que le vino a la cabeza fue Venezuela y la conciencia de que esta nueva etapa suponía tener que dejar la realidad en la que se ha movido los últimos treinta años: cambiar la vida cotidiana, las rela-ciones, el modo de ser y de estar, el tipo de vida apostólica, los proyec-tos iniciados con los que uno está siempre ilusionado. Se produce, sin duda un cierto desgarro: soltarse de algo a lo que uno se siente muy apegado y también muy agracia-do por haber formado parte de esa etapa de la historia y de esa reali-dad.

Nació en las Palmas de Gran Ca-naria (España) en el año 1965. Es hijo de Agustín y de Clara y tiene un hermano mayor, Javier. Ha vi-vido una infancia normal, de fami-lia, casera, cercana a los abuelos y a la gente mayor. Aprender de su experiencia y de su vida, crecer en ese contexto de intercambio gene-racional le ha marcado de manera decisiva en su vivencia de la vida fraterna, de nuestra vida en común. Ha visto en su casa a gente sencilla y trabajadora. Su formación ha em-pezado ahí.

No puede olvidar su paso por el co-legio de los hermanos de La Salle, donde estudió toda la educación básica: fue muy motivante el ejem-plo de hermanos muy celosos en el modo de vivir la vida religiosa y en su pedagogía. En algún momento incluso desee ser hermano de la Salle, confiesa.

Animado por otros, se vio en el pro-ceso de preparación al sacramento de la Confirmación y empezó a re-vivir esa simpatía por Jesús y por la vida de la Iglesia.

En ese tiempo llegó a su casa una revista que la Congregación en Es-paña destinaba a los Bienhechores y en la que recuerda el testimonio vocacional de un dehoniano cana-diense recién ordenado y diferen-tes relatos misioneros, que des-pertaron su curiosidad y tantas preguntas. En esa revista aparecía


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también una dirección. Durante dos años se carteó con el entonces Maestro de novicios, el P. Deme-trio Jiménez. El mismo día en el que cumplía dieciocho años entró al Noviciado de la Provincia española.

La impronta misionera siempre le sedujo. Recuerda que su abuela recibía diferentes publicaciones de los Misioneros Combonianos: me encantaba leer los relatos, las his-torias que contaban; siempre hubo mucho interés por ver qué pasaba más allá de los límites de la isla. El testimonio de los misioneros siem-pre despertó en él el interés por ir más allá. Su primer destino fue la Región de Venezuela.

Recuerda, agradecido, que a los pocos meses de haber comenzado

la fundación de la India le ofrecie-ron la oportunidad de acompañar esa etapa primera: tuve la ocasión de recibir al primer grupo de jóve-nes que empezaba a convivir con nosotros. Por un tiempo breve, pero muy fecundo, pudo compartir la emoción de soñar con que esos jóvenes serían los primeros religio-sos de un Distrito que, después de 25 años, cuenta ya con más de un centenar de religiosos que no su-peran los cincuenta años de edad.

Siento que no voy solo, que el Señor me

asiste y que es un trabajo en equipo


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El 20 de julio de 2018 fue elegido Superior General en el vigésimo cuarto Capítulo General de nuestra Congregación. Se siente agradeci-do primero a Dios por permitirle ser-vir a la familia dehoniana desde este encargo, y gratitud también por la confianza de los que se arriesgaron a pensar que podría hacerlo. A la vez, se muestra confiado en que esto es cosa de Dios: soy muy consciente de las limitaciones, de tantas cosas que no sé. Pero siento que no voy solo, que el Señor asiste y que esta nueva responsabilidad es un trabajo en equipo.

Transcurridos casi dos meses des-de la elección, tiene ánimo y ganas de empezar a trabajar y a respon-der a lo que entiende que le pide la Congregación, y ofrecerlo de la mejor manera posible.

Tenemos una Congregación muy entrañable

El informe presentado por el P. Carlos Enrique Caamaño, Superior General, después del servicio del P. Heiner Wilmer, pone de manifiesto que somos una Congregación que se siente viva, que se siente alegre de poder servir a la Iglesia desde nuestro carisma y desde lo que va-mos entendiendo que nos pide.

Tenemos una Congregación muy entrañable. Somos una familia ex-tendida por más de cuarenta países, con ganas de hacer, con realidades nuevas que están surgiendo con vi-

talidad. También tenemos otras rea-lidades que envejecen, que se van apagando tenuemente después de un pasado brillante, y que llevan con serenidad el paso del tiempo.

Los Sacerdotes del Corazón de Je-sús podemos decir, con humildad, que el Señor nos ha bendecido de muchas maneras, que hay vida, que se siente vida y se siente ilusión, se sienten deseos de seguir constru-yendo y de hacernos presentes en otras realidades.

En el pasado Capítulo han estado latentes las inquietudes e incluso la ´insatisfacción´ por sentirnos más en camino, más ligeros de equipa-je, más abiertos a los retos que la Iglesia y la sociedad necesitan y desean compartir con nosotros.

Se debe cuidar la Comunión.

La prioridad para un religioso dehoniano es

creerse de corazón que esta-mos en el Corazón de Dios

El Capítulo expresó el deseo de que este servicio encomendado sea ex-presión de paternidad; más que un superior general se quiere a un pa-dre general: un padre, un hermano, una persona cercana que acompa-ña, se interesa, anima, abraza y hasta corrige, si llega el caso. Este es uno de los sentimientos expre-


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sados en el Capítulo. Y es así como se dispone a comenzar su tarea con el resto del gobierno general: mos-trarnos cercanos a las diferentes realidades y alentar el día a día de lo que viven nuestros hermanos en el espíritu del Padre Dehon.

Sus retos personales son, sin duda, aprender a escuchar más hondo, aprender a encarar ritmos diversos de hacer las cosas en las diferentes culturas donde estamos presentes, no ir con juicios rápidos de mi pers-pectiva cultural; el reto de dejarse sorprender: acoge, recibe, procesa y acompaña. En estos días se dice a sí mismo: Siéntete bendecido por lo que hay y aporta lo que puedas.

La prioridad para un religioso deho-niano hoy es, sobre todo creer que Dios lo ama. Creerse de corazón que estamos en el Corazón de Dios. Disfrutar de esa cordialidad de Dios. Esto contribuye a tener muy claro quién nos ha llamado, de quién nos hemos fiado, cuál es nuestro Dios, qué descubrimos en él y cuál es la impronta que ha dejado en nuestra vida, para saborearla y compartirla.

La escuela del dehoniano, y el ca-mino, es la vivencia del Dios bueno que nos llama a la vida, al estilo del Hijo, el Dios y Hombre verdadero de corazón abierto hasta el final: por qué este hombre llega a la cruz, por qué termina su caminar humano con su costado abierto. Es ahí don-de tenemos que detenernos.

Seguir ofreciendo esas ganas de trans-

formar un mundo desdibuja-do de lo que Dios ha querido que sea

Los Dehonianos somos contem-plativos de ese momento presen-tado por san Juan en el intenso ca-pítulo 19 de su evangelio, que para nosotros es una cátedra continua-da. En la medida en que vayamos haciendo esa relectura compartida de lo que el Padre Dehon maduró y vivió, maceró en su corazón, nos iremos centrando en lo que se es-pera de nosotros como religiosos, unido a un espíritu de disponibili-dad.

En estos días son muchos los her-manos que le han ofrecido su ora-ción ante este nuevo servicio; su repuesta es que la oración debe ir acompañada de la disponibilidad, que para eso estamos. Más allá de los proyectos personales hay un proyecto común que vamos des-cubriendo juntos. En la generosi-dad y en la entrega iremos descu-briendo nuestra propia identidad, nuestra manera de situarnos en la Iglesia.

Donde hay una comunidad deho-niana no puede faltar su insatisfac-ción ante tantas realidades que no son las que Dios quiere. El dehonia-


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no, en cuanto a nuestra espirituali-dad reparadora, ve un mundo, la so-ciedad, la Iglesia, se ve a sí mismo, con desajustes, con situaciones que no están bien; y se empeña en buscar lo que puede hacer. No se trata de una actividad, sino de una respuesta desde el modelo original, que es el proyecto de Dios.

Como reparadores que somos, ten-dremos que seguir trabajando para ir de la mano de Dios y, con Dios, ir afinando para que ese proyecto hermoso que Dios ha querido para toda la humanidad vaya adelante. Tendremos que seguir ofrecien-do esas ganas de transformar un mundo desdibujado de lo que Dios

ha querido que sea; tantas situacio-nes, en las que estamos presentes, y en las que son muchos los que sufren carencias físicas, educati-vas, sanitarias… tantas cosas que no pueden dejarnos indiferentes.

Hay cosas que hay que reparar, sa-nar, embellecer… desde la espiritua-lidad del Corazón de Jesús, Dehon ve la necesidad de que este mundo lata al ritmo de amor y de pasión del Corazón de Cristo.

El adn de nuestra espiritualidad es compartir la alegría de sentir-nos amados hasta el extremo en el Corazón de Jesús. ¡Esto es funda-mental!


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Cuando el padre Dehon contempla el ´me amó y se entregó por mí´, entiende que no puede hacer otra cosa más que responder de la mis-ma manera. Desde esta experien-cia, nuestra vida se va apasionando por la causa del evangelio y enten-demos que no nos queda otra que darnos también. Esa es nuestra oblación: darnos sin medida y des-bordar la medida de la generosidad, que decía el P. André Prévot. Este es el camino: ver realmente hasta dónde podemos llegar, dónde está el límite, hasta dónde podemos ofrecernos. El indicador de nuestra entrega es ver hasta dónde esta-mos disfrutando y saboreando lo que es nuestra vocación.

Dehon y los jóvenes

Que nuestra vida sea creíble, sea conse-

cuente con lo que hemos profesado

El padre Carlos Luis ha estado mu-chos años dedicados a la forma-ción de los jóvenes religiosos en Caracas (Venezuela), compaginan-do la docencia de Sagrada Escritu-ra en la Facultad de Teología. Se muestra convencido de que mere-ce la pena presentar nuestro caris-ma y nuestra misión a los jóvenes: ¡Es lo mejor que podemos hacer! Cuando uno disfruta de su propia

vocación, cae en la cuenta de que esto que vive es tan estupendo que hay que compartirlo, que hay que invitar a otros.

La primera propuesta vocacional nace desde lo que vamos viviendo, es el mejor aliciente que podemos dar a otro: que nuestra vida sea creíble, sea consecuente con lo que hemos profesado. Es entonces cuando estamos invitando a otros a compartir, como los primeros discípulos: hemos encontrado al maestro y vamos por los caminos y provocamos a otros para que se atrevan a compartir esto que he-mos tenido la dicha de conocer.

Para hoy y para todos los tiem-pos sentirnos discípulos de Cristo es una bendición. En la expresión del Concilio sobre la vida religiosa: caminamos todos en la Iglesia con Él, pero un poco más de cerca tal vez no porque seamos los mejores, sino porque somos los que más necesitamos oír. Ahí estamos no-sotros queriendo acercarnos más para escuchar mejor. No somos los mejores, tenemos problemas audi-tivos -bromea-, pero ahí estamos afinando el oído para ver lo que dice el maestro. Y esta propuesta tene-mos que seguir haciéndola y em-peñarnos más con el mundo juvenil desde el mundo educativo, desde el mundo de las periferias, desde el mundo laboral, etc. Hay mucha ju-ventud que se nos presenta como


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una ocasión para acercarnos y ha-cerles presente, desde lo vivido, lo que creemos que vale la pena.

La esencia de una parroquia deho-niana.

El P. Dehon siempre quiso en su es-tar con el pueblo, con las realidades sociales más complejas, una parro-quia que fuera un faro que ilumina toda una realidad, todo un territo-rio; un faro que recuerda que Dios está aquí, en medio de nosotros y nos quiere. El deseo de Dehon es que nuestras parroquias sean co-munidades donde se vive la alegría de la vida; sean memorias cons-cientes y que sean parlantes, que den un mensaje claro de esa bue-na noticia; parroquias acogedoras que saben hacerse con el corazón

de los que allí pasen y parroquias sobre todo que son misioneras, que salen y que anuncian, que invitan.

En la medida que vamos haciendo ese trabajo parroquial que tenemos en tantos lugares del mundo, como una expresión de una manera de ser Iglesia, de aportar la manera de entender el seguimiento de Jesús, iremos logrando sumar reparado-res: parroquias que son taller.

Nuestra presencia educativa

Hablar de educación es hablar de nuestros orígenes y del ideal de Dehon de creer que la juventud es esperanza, es puerta para un cam-bio creíble, una juventud que sea acompañada y que es formada desde una interioridad.


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Que los jóvenes se apasionen por la so-

ciedad, por cuidar una mirada de inconformidad

La educación en dehoniano va más allá de la excelencia académica y los logros de un curriculum, y se centra en que la persona en proce-so formativo encuentre las herra-mientas que le acompañen más allá de su expediente: una manera de estar en la sociedad, de inquie-tarse, de querer responder a los de-más. Educar es ayudar a ensanchar el corazón, a sentir que este mundo es nuestro y que tenemos algo que hacer, que lo que pasa en mi entor-no no puede serme indiferente.

Uno de los objetivos de Dehon, desde el principio, es lograr que los jóvenes se apasionen por la socie-dad, por cuidar una mirada de in-conformidad, que no se ajusten a las cosas que hay, sino que sean capaces de responder desde lo que hay en el corazón de Dios, y así res-ponder al proyecto de Dios, y así ser levadura en medio de lo cotidiano.

Tenemos el reto de mirar el modo de actualizar nuestra presencia en el mundo educativo. Quizá no siem-pre se pueda desde una escuela formal, un liceo, un instituto, una fa-cultad, pero tenemos que involucrar- nos en tantas maneras de enseñar…

La Misión ad gentes

Salir de nuestras fronteras es una bendición. Tener la experiencia de compartir la vida con otra cultura, con otros pueblos, enriquece; es una de las maneras más hermo-sas de poder vivir nuestra vocación, dice el padre Carlos Luis.

El envío misionero no ha perdido vitalidad entre nosotros, también este fue un aspecto muy cuidado por Dehon desde el inicio. Se sentía muy misionero a través de los her-manos que fue enviando a los di-versos lugares algunos muy com-plejos -como decía él- donde se muere joven, y tantos que dieron la vida, como recordamos el día de la Memoria Dehoniana.

Al mismo tiempo, es la alegría de poder comunicar la buena noticia. No podemos encerrarnos porque así es la misma lógica de nuestra fe cristiana, la contemplación de la Encarnación, la ´salida´ de Dios dándonos al Hijo, así es el éxodo de Dios hacia nuestro encuentro. El éxodo que vive Jesús de sus plan-teamientos, con María y con José, desde pequeño saliendo de su tie-rra, saliendo de los límites que a ve-ces le imponía su misma cultura, es el modelo que tenemos que seguir.

Una Congregación que se mantiene misionera recuerda a la humanidad que este mundo es Casa de todos. El Papa Francisco ha insistido mu-cho en esta idea de que el mundo


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es Casa: lo que pasa en la otra es-quina del planeta, aunque no lo vea, me afecta también. Estamos lla-mados a sentirnos ciudadanos del mundo, a salir de nuestros naciona-lismos o etnicismos que pueden ser empobrecedores cuando nos com-paran, alejan o enfrentan. Debemos estar atentos a las diferencias que nos encierran en baluartes inex-pugnables y a cuando mi originali-dad la sé compartir como un regalo para los demás.

En diálogo con la cultura, un diálo-go de razón y también de caridad, de pasión.

El padre Carlos Luis ha dedicado los últimos dieciocho años a la for-mación teológica en la Facultad de Teología de la Universidad Católica

de Venezuela, de la que ha sido rec-tor, y en el Instituto de Teología de la Vida Religiosa, una experiencia de ´intercongregacionalidad´ en la que pudo trabajar mano a mano con otras Congregaciones y enrique-cerse con otros carismas. Él mismo completó sus estudios teológicos en esa pedagogía. Se trata de un proyecto académico que vincula la realidad social con lo pastoral. Nun-ca lo académico aparece desdibu-jado de un contexto donde se vive y se hace teología. Esta experiencia le ayudó mucho a entender que lo que estudiamos tiene siempre un para qué, o mejor, un para quién. La fatiga del estudio nunca puede ser para una exaltación vanidosa, sino una ofrenda. El trabajo de la razón va acompañado y guiado siempre por esa generosidad.


scj.es34 Conversaciones con un padre, un hermano

Lo que el dehoniano ofrece a este diálogo es una actitud, una mane-ra de estar al servicio de manera incondicional para buscar juntos, no para rivalizar. Supone reconocer siempre nuestra propia limitación y la riqueza que tiene el otro. Se tra-ta de ver cómo lo tuyo y lo mío nos enriquece, sin que nadie quede des-truido.

Esto también es reparar: trabajar con el otro desde las instancias del saber, del hacer y en nuestra ma-nera de proceder; buscar lo que De-hon también leía en el evangelio de Juan, ́ que sean uno´, sin aniquilarlo, sino buscando que la diversidad nos ayude a crecer en entendimiento y en fraternidad, que es hacia donde deberíamos apuntar siempre. Si el diálogo es sólo un artificio argu-mental sería estéril porque no lleva a ninguna parte, por lo menos no al Evangelio.

Al preguntar sobre el acento im-prescindible que tiene la teología hoy en Venezuela responde que la impronta del Papa Francisco marca una dirección: habla la teología del pueblo. Siempre el acento debe ser la teología: pensar a Dios, expresar lo que descubrimos, aprendemos, lo que hemos contemplado en Él.

No se puede hacer Teología al mar-gen de la realidad. En un contexto en el que la Iglesia se reconoce pue-blo, y pueblo de Dios, y quiere cami-nar con el pueblo, y se empeña por ser más cercana, se encuentra con

muchos hombres, hermanos nues-tros, que nos urgen y piden ayuda para poder iluminar lo que sufren, lo que padecen, lo que anhelan. Es así como la Teología se va encarnando. La urgencia hoy en Venezuela es la de una teología de la esperanza que mantiene que Dios es el Señor de la historia, y no quienes con sus planes provocan una situación de penuria, de dolor, de calamidad. Una esperanza que suscite compromi-so y el deseo de implicarse, desde la fe, para que logremos entre todosla transformación de un país.

La familia dehoniana y la misión compartida

Esta realidad abundante en nuestra Congregación nos ayuda a recor-dar que los carismas son de Dios. Lo que el P. Dehon vivió, lo com-partió con un grupo de laicos ya desde los orígenes de la Congrega-ción. No podemos descuidar cómo el laicado ha estado muy cercano al proyecto de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús desde el Fundador.

Es una grandísima bendición por-que nos recuerda, primero, que el carisma es del pueblo de Dios; lo que Dehon acogió no es sólo para sus religiosos, es para familias, para hombres y mujeres que desean alguna forma de consagración, y para tantos otros que buscan vivir su vida y su fe con intensidad.

El voluntariado, por ejemplo, desde

35scj.esEstamos en el Corazón de Dios

el que se va suscitando gente que se encuentra con la figura de nues-tro fundador y, a la vez, descubre cosas que les apasionan: su mane-ra de ser, cómo confrontó una épo-ca muy compleja de la sociedad, y su empeño por dar respuesta a tantas situaciones.

Nuestra Congregación es como un gran paraguas donde cabemos muchos: los religiosos, grupos di-versos de movimientos que han surgido, otras formas de consagra-ción como la Compañía Misionera,

u otras formas de vida tan cerca-nas como las Siervas del Corazón de Jesús a las que estamos tan ligados por nuestra historia. No de-jamos de tener lazos con mucha gente y, en la medida que vamos convergiendo nos vamos a ayudar mucho a afinar en el proyecto y a crecer en la misión.

Vemos ya con esperanza este cre-ciente laicado en muchos luga-res del mundo, que se va sintiendo profundamente identificado con el mensaje y la propuesta del P. Dehon.

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Experiencias de verano

Actualidad y misión


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Mónica Sirvent Blanch, de Albacete. Estudiante del Más-ter Universitario Habilitante de Ar-quitectura, en la Universidad Poli-técnica de Valencia.

Ha participado los 3 últimos años en un campo de trabajo de Cáritas en Beit Jala, junto a Belén, en Palestina.

Se trata de una iniciativa por la paz que desarrollan conjuntamente Cáritas Jerusalén y Cáritas Espa-ñola y en la que participan jóvenes de diferentes diócesis. El campo de trabajo pretende ser una experien-cia eclesial, social y espiritual que acerque nuestro mundo y nuestra realidad social -pese a todo, esta-ble y cómoda- a la situación que vi-ven los palestinos en Tierra Santa.

Mónica, como el resto de los jóve-nes españoles, fue acogida por las familias palestinas, y ha colaborado en las actividades de la parroquia y en distintas tareas de voluntariado social, cultural y medioambiental. También ha tenido la oportunidad de participar en diversos talleres en los que ha visto de cerca la difícil situación diaria que viven aquellas comunidades de Jerusalén, Naza-reth, Belén, Tiberades.

Ha visto en directo los signos de la ocupación, asentamientos en con-diciones difíciles, muros, depósitos de agua controlados por unos o por otros, cortes de carretera, puestos fronterizos en los que unos y otros. se miran con recelo, etc.

Es un conflicto imposi-

ble de conocer y, por

consiguiente, imposible posi-

cionarse o saber quién tiene la

razón. Puedes comprender

cada postura, pero es imposi-

ble juzgar.

Su experiencia es que te ofrecen todo sin esperar. Te abren las puer-tas de sus casas y de sus vidas con todas las consecuencias. Guarda en el corazón los nombres y las historias de las personas a las que ha conocido.

Se trae como experiencia el ejem-plo de convivencia de tres cultu-ras tan distintas: los cristianos, aun siendo tan distintos, conviven. Mantienen la esperanza se quedan allí y buscan solución. Esperanza y la situación en la que conviven pa-rece una contradicción, pero es un signo. ¡Nadie quiere un muro!

Su testimonio: Se odia la ocu-pación, pero no a los habitantes. Todos somos personas. Somos árabes, cristianos, palestinos, ju-díos, pero sobre todo son habitan-tes de este mundo, como todos los demás. Al final, todos somos iguales, todos tenemos sueños. Ilusiones.


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Jorge Fernández ChinchónEl Camino de Santiago

La aventura comenzó con un viaje desde Madrid hasta Ribadeo, por la ruta del norte y que duraría 10 días en total, del 17 al 27 de julio. Una de las motivaciones para este via-je fue el hecho de que estaría con gente con la que ya había tenido muchas experiencias a lo largo del curso; otras, disfrutar de unos días de vacaciones haciendo algo com-pletamente distinto, y aprovechar-los para poder conocernos un poco más a nosotros mismos. También nos acompañaron una profesora y dos padres de la Congregación, que, además de organizar y dirigir el viaje, nos sirvieron de mucha ayu-da en el camino.

Los días siguientes, si bien fueron bastante duros por la gran cantidad de horas que pasamos caminando

(cerca de 25 km diarios, aunque algunas jornadas alcanzábamos incluso los 40), también fueron humanamente muy provechosos. Nos dimos cuenta de que, gracias al apoyo que nos brindábamos los unos a los otros, el camino se ha-cía mucho menos duro y que ni la lluvia, ni el cansancio, ni el dolor, ni las ampollas podían quebrantar nuestras ganas de peregrinar hacia Santiago.

Fuimos quemando etapas de pue-blo en pueblo, (Lorenzana, Abadín, Villalba, Baamonde, Sobrado de los monjes y Arzúa), levantándonos cuando el sol todavía no había sa-lido para aprovechar al máximo las horas en las que el calor no apreta-ba demasiado. Para ser Julio, tuvi-mos la enorme suerte de disfrutar de muchos días nublados, en los que se camina mejor que con tem-peraturas elevadas. Fue a lo largo de todos estos kilómetros cuando


39scj.es

descubrimos que no estábamos solos en la marcha. Nos encontra-mos con decenas de peregrinos que durante el trayecto nos habla-ban de sus experiencias, vicisitu-des e incluso razones que les moti-vaban a caminar.

Los albergues, en su mayoría públi-cos o de la congregación, nos res-guardaban cada noche, pero nos recordaban también que el objetivo del camino es dejar a un lado las comodidades a las que estamos acostumbrados (internet, televi-sión…), y con ello, aprendíamos a convivir con todo tipo de compañe-ros de viaje y a respetar al resto de peregrinos que caminaban y dor-mían a nuestro lado.

También experimentamos recon-fortantes momentos de reflexión en grupo, al final de cada tarde, donde hacíamos balance de cada día y compartíamos nuestros pen-samientos, preocupaciones y ale-grías.

La última jornada de camino, des-pués de haber comido, decidimos no parar, sino seguir caminando por la tarde y, aguantando un tremendo calor, llegamos finalmente al “Mon-te do gozo”, desde donde ya pudi-mos contemplar nuestro ansiado destino: Santiago de Compostela.

Los 5 km finales hasta la catedral fueron los más emocionantes, pues las ganas de llegar a nuestro des-tino eran indescriptibles. Sin duda, el momento de mayor felicidad fue la entrada a la plaza del Obradoiro: todos emocionados por la alegría de haber cumplido nuestro objeti-vo. Visitamos la tumba del Apóstol, celebramos la Misa del Peregrino, orgullosos de haber terminado con éxito esta etapa de peregrinos.

Recomiendo vivamente a todos una experiencia como esta, porque te renueva física y espiritualmente y, además, me ha permitido cono-cer a estupendos amigos con los que he vivido emociones que nun-ca olvidaré.


scj.es40 Pastoral vocacional

41scj.esAqui estoy

scj.es42

Objetivos Permitir la reflexión sobre su propia vocación personal y tam-bién sobre Dios

Descubrir, en la experiencia de otros, la riqueza de un proyecto de vida personal

Animar a compartir la propia vida, sus experiencias y también la experiencia religiosa como don y tarea

La palabra de DiosLucas 1, 26-38“…por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira también Isabel, tu pariente, también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; por-que nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: Aquí está la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.”

Salmo 39Esperé en el Señor con gran con-fianza. El se inclinó hacia mi y escuchó mis plegarias.El me puso en la boca un canto, un himno a nuestro Dios. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Samuel 3, 1-10El Señor llamó a Samuel y él res-pondió: Aquí estoy

Juan 1, 35-42Ellos contestaron:- Rabí (que significa “Maestro”), ¿dónde vives?Él les respondió: - Venid a ver.Fueron, pues, con él, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran más o menos las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pe-dro era uno de los que habían es-cuchado a Juan y habían seguido a Jesús. Lo primero que hizo Andrés fue ir en busca de su hermano Simón para decirle:- Hemos encontrado al Mesías (palabra que quiere decir “Cristo”). Y se lo presentó a Jesús…

Pastoral vocacional

43scj.es

De Francisco a los jóvenesHay momentos en los que sin darnos cuenta comienza a bajar «nuestro ancho de banda», y em-pezamos a quedarnos sin conexión, sin batería, y entonces nos gana el mal humor, nos volvemos descreí-dos, tristes, sin fuerza, y todo lo empezamos a ver mal. Al quedar-nos sin esta «conexión», que es la que le da vida a nuestros sueños, el corazón empieza a perder fuerza, a quedarse también sin batería…

Sin conexión, sin la conexión con Jesús, sin esta conexión termi-namos ahogando nuestras ideas, ahogando nuestros sueños, aho-gando nuestra fe y, claro, nos llena-mos de mal humor. De protagonis-tas —que lo somos y lo queremos ser— podemos llegar a sentir que vale lo mismo hacer algo que no hacerlo: “¿Para qué te vas a gas-tar? Y quedamos desconectados de la realidad y de lo que está pa-sando en «el mundo».

Me preocupa cuando, al perder «señal», muchos sienten que no tienen nada que aportar y quedan como perdidos. Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie: “Le haces fal-ta a mucha gente y esto piensalo”.

Un itinerario para crecer como persona y como cristianoLos lemas de los tres últimos años

Primer año: Atrévete

Segundo año: Y no temas lo imposible

Tercer año (la respuesta): ¡Aquí estoy!

Mensaje directo y claro. - Actualidad: compartir “ubica-

ción”, experiencias, etc. - Muchas referencias, del tipo

“Easter eggs”, que hay que des-cubrir…

• Coordenadas. • El itinerario que aparece en la

parte superior del móvil (el de los primeros discípulos).

• La barra de ampliar (ir a más). • “Aterrizar” mi vida (muñeco

amarillo que permite la vista “a pie de calle”)

• ¿Quién será el/la de la cami-seta azul?

- Valores dehonianos: vocación, confianza, Ecce Ancilla, entrega.

- Posibilidades: jugar con las ubica-ciones, otras coordenadas, des-cubrir experiencias, caminos, etc. y también durante los tiempos litúrgicos fuertes (Adviento-Na-vidad; Cuaresma-Pascua), imáge-nes de actividades “Aquí estoy”…

Aqui estoy

scj.es44 Pastoral

Pastoral

Equipo de pastoral

Clara Amorós

Terapeuta ocupacional en un cen-tro de mayores con diagnóstico de enfermedad de Alzhèimer.

Llegué al colegio Padre Dehón cuando tenía 16 años, y aunque nunca antes había estado allí, algo me decía que alguna vez me senti-ría como en casa.

Siempre me he considerado una persona “Aquí estoy” o como dice mi padre “que me apunto a un bom-bardeo” y sin lugar a dudas eso ha sido determinante en mi andadura por la pastoral juvenil dehoniana.

Todo empezó con una Pascua, que cambió mi vida, mi fe y me engan-chó, desde entonces hice todo lo posible por transmitir a los demás lo que yo un día sentí y siento.

Formar parte del equipo es una par-te más de mi ser como creyente,

me hace sentir eso que Dios quie-re de mi. Es poder dar todo lo que he recibido y sigo recibiendo, poder acercar la fe a tantos jóvenes que buscan su lugar en el mundo y por qué no, que encuentren su sitio, como yo, dentro de mi familia, la fa-milia Dehoniana.

45scj.esEquipo de pastoral

Jesús Rodríguez

Madrileño. Odontólogo.

He formado parte del grupo de jó-venes universitarios, viviendo nu-merosas actividades de pastoral en las que he experimentado una verdadera experiencia de encuen-tro con Dios.

Tengo la suerte de llevar ocho años en el equipo. He podido participar de una verdadera experiencia de misión compartida, en la que el tra-bajo codo con codo con religiosos

dehonianos, profesores y laicos ha sido el verdadero motor junto con la pasión por la pastoral juvenil.

Gracia Granados

Laica dehoniana. Crecí en la Parro-quia San Francisco Javier (Valen-cia) y ahora, por circunstancias, de la vida resido en Madrid, lugar donde nací. Trabajo como Logope-da en el Colegio Fray Luis de León y mi labor en pastoral es coordinar el equipo de Jóvenes Dehonianos.

Este equipo surgió, hace más de diez años, de la idea de que fueran los propios jóvenes quienes anima-ran la pastoral para otros jóvenes. Durante este tiempo han cambiado algunos rostros, pero lo que no ha cambiado es la pasión y la creativi-dad. En nuestras reuniones organi-zamos las actividades de pastoral, desarrollamos el lema del curso con distintos materiales y reflexio-

namos sobre cómo acercar a los jó-venes de hoy el mensaje de Jesús de Nazaret y el legado del P. Dehon.

Los integrantes de equipo son en su mayoría, jóvenes… (o no tan jó-venes algunos), que un día par-ticiparon de nuestra pastoral y han dicho “aquí estoy” (como reza nuestro lema) a la invitación de tra-bajar para que otros vivan lo que en su momento ellos vivieron.

scj.es46 Pastoral

Carmen Ruiz

De Novelda (Alicante). Es maestra de educación infantil en el colegio Padre Dehon y su mundo gira al-rededor de la educación (formal y no formal) desde hace ya casi 10 años.

En 2008 tuve la gran oportunidad de ir a Puente la Reina (Navarra), vivir una Pascua que pensaba que sería un viaje sin más… pero que se convirtió en esa experiencia clave que siempre agradeceré. A partir de ahí, he sido una “incondicional” de la catequesis de postcomunión del colegio, de encuentros, conviven-cias, pascuas urbanas, etc…

La Pastoral, las actividades que se proponen, y las personas que la for-man, tienen magia, siempre dejan en tu interior más de lo que jamás pudieras creer. La magia de Dios hace que todo coincida, que esté todo preparado para tocar el cora-zón de los jóvenes (y no tan jóve-nes) que participamos de toda esta locura. Como diría un gran amigo mío, “las casualidades no existen”, y cada experiencia que vivo me lo confirma.

Formando parte de esta gran fami-lia Dehoniana, nunca sabes dónde te van a llevar todas las aventuras que empiezas, pero a veces, cuan-do se te presenta una oportunidad, sientes algo que te mueve por den-tro, que hace que sí o sí tengas que ir e intentar dar lo mejor de ti mis-ma. Hace unos meses me llegó una llamada con una propuesta, formar parte del Equipo de Jóvenes PJV. Y, por supuesto, la respuesta fue que sí. Con una mezcla de ilusión y ner-vios me dispongo a trabajar con un gran equipo para seguir creciendo juntos en la fe, en el camino y en la vida.

47scj.esEquipo de pastoral

Susana Somodevilla.

Formo parte del grupo de jóvenes dehonianos de Madrid y del equipo de jóvenes Pastoral España. Cola-boro como voluntaria en el grupo de Amigos de Jesús, los viernes en el Colegio Fray Luis de León.

Estudié la carrera de veterinaria en Murcia donde aproveché para colaborar los viernes en el grupo Friends del Colegio Sagrado Cora-zón de San Javier, Murcia. Tras ter-minar mis estudios decidí comenzar el periodo de formación para irme de Misión a Mozambique. Desde entonces formo parte del grupo My Mission compuesto por diferentes jóvenes y religiosos de toda Europa. Paralelamente trabajo como veteri-naria en el Centro de Recuperación

de Fauna Salvaje de la Comunidad de Madrid y soy cofundadora de la ONG AMUSI compuesta por jóve-nes con carisma dehoniano y fran-ciscano que tienen como objetivo implantar dos proyectos en un área del sur de Mozambique.

Roberto Garrido

De Burgos. Profesor de Geografía e Historia en Bachillerato, en el co-legio Fray Luis de León de Madrid.

Llevo en el equipo tres años y me gustaría destacar el buen ambiente de trabajo y el buen entendimiento que existe entre todos nosotros. Me hace ilusión formar parte de este equipo que coordina las acti-vidades pastorales dirigidas a los jóvenes de los centros dehonianos de toda España, poder ayudar, en la medida de lo posible, con ideas y mi tiempo. Es algo que llena.

scj.es48 Vida religiosa

49scj.es

Vida religiosa

La única manera de captar la

atención es dar25 años de Vida Religiosa

La única manera de captar la atención es dar

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P. JUAN JOSÉ ARNÁIZ ECKER, scj

Dar. Y el Señor Jesús, si captó nuestra atención, es porque nos ha dado. Nos ha dado PAN. El pan nuestro de cada día, fruto de la tie-rra y del trabajo de unos hombres y mujeres muy concretos: nuestras madres y nuestros padres. Gracias no es una palabra, es pan. Ama-sado entre las risas y las lágrimas del día a día. Pan partido y reparti-do con nuestros hermanos y her-manas sin pedir nada más que ser comido, que ser una misma cosa. Gracias por el pan de la libertad de haber podido ser nosotros mismos, con nuestras virtudes y defectos; para ser, y ser para dar. Para ser de este modo POBRES porque damos, porque nos damos. Gracias porque aprendimos a saber recibir, a saber

que se nos ha dado. Gracias a Dios por cada uno de vosotros.

“La única manera de captar la atención es dar”.

Y el Señor Jesús nos ha dado CASA. En este mundo por Él crea-do, en la Iglesia por Él formada, se abrió las puertas de su Corazón para hacer morada en él, en com-pañía de nuestra congregación. Una casa sin amor es un secarral del que se huye. Una casa de amor es lugar de entrega, de sentido, de comunión, de acción. Donde se puede vivir y donde se puede mo-rir. Gracias a todos y cada uno de nuestros hermanos en la misma profesión de vida religiosa deho-niana. Nuestra CASTIDAD nos abre a esta fecundidad diferente que llamamos comunidad. Un don a

Vida religiosa

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re-construir, a cuidar, a mimar, cada uno de nuestros días. Como ésta de Venta que cumple sus 50 años. El riesgo es que se nos escape, que se nos disuelva, que sea prescindi-ble. Con Cristo ganamos vida bue-na para dar, para servir, para vivir en favor de los tantos rostros que cada día, tantos años, han pasado y pasarán por nuestras obras. Gra-cias por darnos y por recibirnos.

“La única manera de captar la atención es dar”.

Y el Señor Jesús nos ha dado PA-LABRA. Y hemos querido escu-charla. Y hemos aprendido a es-cuchar en OBEDIENCIA. Y esta Palabra nos ha hecho y deshecho. Nos ha limpiado y renovado. Nos ha asustado y de ella hemos querido escapar. >>

Nos ha mandado de aquí para allá (a unos más, a otros menos) por los caminos de España o a tierras de palabras, casas y panes diferentes; o incluso más allá del océano, como Venezuela, tierras que unen paraí-so e infierno. Obedecer la Palabra porque se hace carne, miradas, a las que servir. Gracias por todas las personas que habéis sentido que nuestra vida os ha dado algo; que nos habéis querido y nos queréis en Cristo. Sí, en Cristo, sabiéndolo o no, pero es en Él, en quien nos mandó dar, y dando saber recibir, en quien nuestra carne se hace pa-labra.

Por todo esto y tanto escondido en nuestros corazones gracias, gracias, gracias, a quien es Santo, Santo, Santo.

Gracias por el Pan, por la Casa y por la Palabra

Gracias, Señor, por haberte dado a nosotros en nuestra profesión de vida religiosa. Si nuestros vo-tos no sirven para encontrarte a Ti, tal como eres; si nuestros vo-tos no sirven para que los demás te encuentren y te vean… danos otros 25 años para intentarlo, para dejar nuestros miedos, nuestras traiciones, nuestras justificacio-nes, nuestros pecados y ser lo que quieres que seamos.

Gracias, Señor, por haberte dado a través de los 25 años de Henry y Jesús como ministros de la Casa del Pan y la Palabra que es tu Igle-sia. Dales, al menos, otros 25 años para enseñar que tú eres Amor; para santificar a los hermanos y hermanas haciéndoles más seme-jantes a ti; para crecer y hacer a imagen del Pastor bueno, el que da la vida, y vida eterna; hacia el que se vuelve la mirada captando la atención, porque nos ha enseñado a DAR.

A Él la acción de gracias, todo ho-nor, toda gloria, por 25 años y por los siglos. Amén.

La única manera de captar la atención es dar

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En lo secreto…Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón

Invocación

Te damos gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los inteligentes y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Junto a tu Hijo, pobre y disponible nos abandonamos a tu beneplácito para que nos inscribas en el número de tus pobres y en la felicidad de tu Reino. Abbá-Padre, danos labios de niño para invocar con verdad tu nom-bre. Haz manso y humilde nuestro corazón para que todo aquello que pueda ser para nosotros una ganancia, lo consideremos una pérdida frente al sublime conocimiento de Cristo, nuestro Señor,

Invitatorio

“Venid a mí todos los que estáis fa-tigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre voso-tros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,28-29).

por quien queremos dejar perder todas estas cosas, considerándolas como basura a fin de encontrarnos con Él. Concédenos conocer a Cristo, la fuerza de su resurrección, la participación en sus sufrimientos, con la esperanza de alcanzar la resurrección. Mantennos en el seguimiento de Cristo, firmes en Él, tal como hemos aprendido. Con un servicio humilde a nues-tros hermanos, queremos llevar el dulce yugo de la Palabra, para que todos te bendigan, Padre y Señor del cielo y de la tierra, y a tu Hijo, único Salvador. Amén.

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Silencio de adoraciónSe puede meditar estos textos para la reflexión y la oración: Mt 11, 25-30: “Aprended de mí”; 1 Cor 1, 17-31: “Dios ha escogido lo débil”; Sal 131 (130): “Como niño en brazos de su madre”.

Peticiones

Pidamos hacernos semejantes a Jesús en su oblación al Padre. Respondemos: Reaviva nuestra fe, Señor Jesús.

Señor Jesús, en la Eucaristía nos llamas a saborear el don de tu Cuerpo. Haz que nos unamos a la oblación perfecta que pre-sentas al Padre. Oremos. Nos llamas a participar en este sacrificio de la nueva Alianza. Haznos vivir en comunión y en-víanos al mundo al servicio del Evangelio. Oremos. En tu amor al Padre y a los hombres te has entregado a la muerte por nosotros. Acoge el sacrificio espiritual de nuestra vida como humilde respuesta de amor. Oremos. Nos llamas a ser “uno” en la Igle-sia, para que el mundo crea. Haz-nos testimonios y promotores de la comunión entre los hom-bres, intérpretes de la caridad para con los hermanos. Oremos.

Oración

Señor Jesús, manso y humilde de corazón, une el ardor de tu genero-sa caridad con nuestra oblación de amor, para que la voluntad del Padre se cumpla en la tierra como en el cie-lo, y la humanidad sea un día recapi-tulada en ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Actualidad scjP. ALFONSO GONZÁLEZ SÁNCHEZ, scj

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En Roma el XXIV Capítulo General eligió al P. Carlos Luis Suárez Codorniú como nuevo Superior General de nuestra Congregación. El P. Carlos Luis nació en Las Palmas de Gran Canarias en 1965. En nuestro Seminario de Salamanca hizo el Postulantado y Noviciado, y su Profesión religiosa el 29 de septiembre de 1984. Fue ordenado sacerdote el 14 de septiembre de 1990 en el Seminario San Je-rónimo de Alba de Tormes. Obtuvo una licen-ciatura en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico (1995) y un doctorado en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma. Perteneciente a la Región de Venezuela, donde era Consejero Regional ha ocupa-do diversas responsabilidades académicas, además de ser docente en el Instituto de Teología para Religiosos (ITER) de Caracas y en la Facultad de Teología de la Universidad Católica “Andrés Bello de Caracas” (UCAB). Asimismo, ha participado en experiencias internacionales formativas, tanto en el área

latinoamericana como en otros países (Italia, India, Israel, Alemania y Estados Unidos). Su labor cotidiana estaba centrada en la forma-ción de candidatos en el Instituto Teológico Internacional “Juan María de la Cruz” en Ca-racas y en el acompañamiento de jóvenes marginados.Igualmente, los Capitulares eligieron a los Consejeros que acompañarán el servi-cio de la autoridad del Superior: P. Léopold Mfouakouet, de Camerún; P. Stephen Hu-ffstetter, de EEUU; P. Artur Sanecki, de Po-lonia; el P. Alexander Sapta Dwi Handoko, de Indonesia; y el P. Levi Dos Anjos Ferreira, de Brasil. Deseamos que nuestra oración sostenga al nuevo Gobierno General en este servicio y le dé la fuerza para leer los signos de nuestro tiempo para encontrar maneras de seguir a Cristo buscando el bien de la Congregación y de la Iglesia.

Nuevo Superior General y Consejo

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Un año más nuestro Seminario Mayor de Salamanca acogió el Encuentro de Equipos Directivos de los colegios Dehonianos de Es-paña. Asesorados por expertos en pedago-gía y marketing educativo, los docentes que

dirigen nuestros seis colegios, repasaron la implantación del Proyecto Educativo Institu-cional, la Línea Estratégica y el plan de mar-keting de cada centro.

Laicos y Religiosos en Misión compartida

Mozambique, Ecuador, Camerún, Angola y Albania fueron los destinos donde cerca de 70 voluntarios de toda Europa -20 españo-les- han desempeñado sus tareas como co-laboradores en la Misión Dehoniana. Con la ilusión de dar lo mejor de ellos para ayudar a las personas más necesitadas han dedicado sus vacaciones a los demás, demostrando así su capacidad de entrega y dedicación in-condicional.

Voluntariado Misionero


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In memoriam:

P. Pedro García Verdú, scj

Con 82 años de edad falleció en Alicante el P. Pedro el 26 de julio. Había nacido en Novelda, y precisamente en esa comunidad llevaba vi-viendo los últimos años. En 2017 había cele-brado en el Seminario San Jerónimo de Alba de Tormes el 50 aniversario de su Profesión religiosa. Vivió dedicado a las tareas educa-tivas y en diversas parroquias, mostrando siempre un carácter afable y alegre. Su con-fianza en el amor de Dios y su disponibilidad lo llevaron a trabajar como misionero en Vene-zuela, y también en Saint Quentín-La Capelle (Francia), en la comunidad de la casa natal del P. Dehon. Que el Señor lo acoja en su paz.

P. Artemio López Merino

El 28 de septiembre, tras una larga enfer-medad, falleció en Puente la Reina el P. Ar-temio. Había nacido hace 79 años en Cerezo del Río Tirón (Burgos), y tras hacer Profesión religiosa en Zurraure (Navarra) y ordenarse sacerdote en Salamanca en 1965, trabajó en varios seminarios y colegios en España has-ta 1997. Aquel año, junto al P. Ramón Soriano y el Hno. José María Urbina, hizo posible la vuelta de nuestra Congregación a Ecuador, con la fundación de una comunidad en Bahía de Caráquez. Su espíritu misionero le llevó a trabajar sin descanso en aquellas tierras durante 20 años, volcándose en todas las tareas que emprendía, especialmente con los niños del Proyecto de Apadrinamiento y los ancianos del Centro de Día en Quito. En

Ecuador vivió las consecuencias del fenó-meno climático El Niño, y en 2016 del terre-moto que tanto afectó a la costa. Allí, donde gastó los últimos años de su vida, y en Es-paña, siempre recordaremos su entrega y su cariño. Oremos por su eterno descanso.

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P. Salvador Elcano Esain, scj

El 5 de julio falleció en Pamplona el P. Sal-vador a la edad de 58 años. Con su familia vivió en Burlada (Navarra), y fue alumno de los Seminarios de Puente la Reina y después de Alba de Tormes. Profesó como religioso de la Congregación en 1979 y fue ordena-do sacerdote diez años después. Haciendo gala de una gran disponibilidad, fue enviado como misionero a la República Democrática del Congo, y más recientemente a Ecuador, de donde regresó a España al manifestarse en él la enfermedad. Vivió confiando en que el amor de Dios estaba en el corazón de su vida. Descanse en paz.

P. Florencio Alejandre Ortega, scj

Originario de Deza (Soria), el P. Florencio na-ció en 1946, e ingresó en la congregación en Alba de Tormes. Fue ordenado por San Juan Pablo II en 1982. Su entrega al servicio de la Iglesia la vivió con dedicación completa en la educación, en el apostolado parroquial y en la misión evangelizadora en Mariara (Ve-nezuela) y en Angola, trabajando durante 52 años como dehoniano y junto al Camino Neocatecumenal. Después de pasar por una dolorosa enfermedad, el 5 de agosto, en Va-lencia, acompañado por su comunidad, falle-cía quien fue conocido entre nosotros como “Álex”. Pedimos al Señor que lo reciba en su descanso y su gloria.


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Más de 1.400 alumnos de entre 10 y 19 años procedentes del Colegio dehoniano “W” de Handrup se die-ron cita en Madrid entre el 10 y 17 de septiembre. Casi 500 alumnos de los centros educativos dehonianos de España se unieron al encuentro el fin de semana. Deportes, talleres, música y sobre todo el intercambio cultural entre Alemania y España centraron las actividades. La Euca-ristía en la catedral de la Almudena presidida por el cardenal Carlos Oso-ro puso el punto final a unas jornadas de convivencia en torno al proyecto educativo dehoniano compartido por todos los participantes.

Encuentro Internacional

de Escuelas Dehonianas

Diálogo Ciencia y Fe

Con motivo del 10º aniversario de la inau-guración del actual Museo de Arqueología Padre Belda en el Seminario San Jerónimo de Alba de Tormes, este verano tuvo lugar la exposición “En el Principio. Geología, pa-leontología y arqueología en el diálogo entre Ciencia y Fe”. Ubicada en la Basílica de San-ta Teresa, la muestra reunió parte de los fon-dos del museo desde los inicios de la Tierra hasta la Edad Media. También puso en valor la figura del P. Belda mostrando en el discur-so expositivo el diálogo entre la Ciencia y la Fe a través de los escritos especializados del religioso dehoniano fallecido en 2007.

Formación de seminaristas

Beca Extraordinaria . . . . . . . . . . . . . . .1.200€ Pensión Mensual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400€

Beca Ordinaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 600€ Pensión Diaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30€

Celebración de misas

A intención de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Donativo Económico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . €CLÁUSULA DE INFORMACIÓN PARA LOS BIENHECHORES. De acuerdo con lo establecido en la Ley Orgánica 15/1999 de Protección de Datos de Carácter Personal, le informamos de que sus datos personales son incorporados a un fichero automatizado, con la fina-lidad de gestionar las obligaciones derivadas de su aportación, así como para remitirle la revista scj.es y otras informaciones relacio-nadas con la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, Padres Reparadores-Dehonianos, que puedan ser de su interés, salvo que marque la siguiente casilla ❏.Para el ejercicio de sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición deberá dirigirse al responsable del fichero:Centro de Pastoral de Bienhechores - Curia Provincial SCJ - C/ Balbina Valverde, 5 · 28002 Madrid - 91 8336470 - 662126876

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Dirección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Nº . . . . . . . . . . . Piso . . . . . . . .

Población . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .C.P. . . . . . . . . . Provincia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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BBVA ES97 0182 4927 5800 1013 1349

Caixabank ES13 2100 6407 3802 0008 8279

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La llamada divina, al ser personal y única, re-quiere que tengamos el valor de desvincular-

nos de la presión homogeneizadora de los lugares comunes, para que nuestra vida sea de verdad un don original e irrepetible para Dios, para la Iglesia y para los demás.

Francisco, papa

con la mente y el corazón abiertos scj · p. antonio rufete cabrera, scj 36. actualidad y misión...

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