composición y dinámica de la comunidad de polinizadores ......de insectos no apoideos en el...

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Bol. San. Veg. Plagas, 20: 737-756, 1994 Composición y dinámica de la comunidad de polinizadores potenciales del girasol (Heliantus annuus L.) en Granada (España) F. J. ORTIZ-SÁNCHEZ y A. TINAUT Se estudió la comunidad de insectos con posible interés como polinizadores de gira- sol híbrido en Granada. El ensayo se efectuó en Albolote, a 10 km de la capital, donde el girasol se cultiva en régimen de regadío y su floración coincide con la del maíz como principal cultivo. Se escogió una finca con una extensión aproximada de 2 ha. Se sembró la variedad Viky, con una densidad de 36.000 plantas por ha. Para asegurar la presencia de abejas de miel fueron introducidas cuatro colmenas al principio de la floración. Se realizaron tres visitas semanales a la finca, abarcando toda la floración del girasol. En cada visita se hicieron 5 conteos cada 2 horas, abarcando la totalidad del período diario de vuelo de los polinizadores. En ellos se tomaba nota de: estado de floración del cultivo, dispo- nibilidad de néctar, temperatura ambiente, densidad de los potenciales polinizadores en actividad en los girasoles, actividad de forrajeo y patrón de recogida de polen por parte de Apis mellifera L. Como resultado, la fauna de potenciales polinizadores estuvo compuesta pr 53 espe- cies pertenecientes a 6 órdenes de insectos. Por grupos, la composición fue: Hymenopte- ra, 37 especies (69,81 %); Diptera, 10 (18,87 %); Heteroptera, 2 (3,77 %); Lepidoptera, 2 (3,77 %); Neuroptera, 1 (1,89 %); Coleóptera, 1 (1,89 %). Las especies más numero- sas fueron A. mellifera L. (55,41 % del total de individuos), Halictus scabiosae Rossi (4,76 %), Eristalis arbustorum (L.) (3,55 %) y Ceratina dallatorreana Fr. (3,06 %). El número medio de insectos por 100 capítulos en flor a lo largo de la experiencia fue de 7,16. El ritmo diario de actividad presentó un máximo a mediodía. Dicho patrón no está correlacionado con la secreción de néctar, pero sí con la temperatura ambiente. En cuanto a la actividad intrafloral de forrajeo de las especies más abundantes: el ritmo de colecta es directamente proporcional al tamaño del cuerpo; la recolección del polen por parte de A. mellifera L. tiene un máximo a mediodía. F. J. ORTIZ-SÁNCHEZ y A. TINAUT. Departamento de Biología Animal y Ecología. Uni- versidad de Granada. Palabras clave: insectos polinizadores, girasol, Granada, España METODOLOGÍA La localidad escogida para el presente es- tudio fue Albolote, a unos 10 km de Grana- da capital. Pertenece a la comarca de «La Vega», la cual constituye una gran depre- sión con depósito de origen fluvial. En esta zona el girasol se cultiva en régimen de re- gadío, y su floración coincide con la del maíz como principal cultivo, existiendo pe- queñas extensiones de cultivos hortícolas. El campo estudiado tenía un perímetro irregular, con tres lados principales: norte, este y oeste (longitud: 98, 215 y 320 m, respectivamente) y una extensión de 2 ha. El día 1 de mayo de 1987 se sembró la va- riedad híbrida Viky (Semillas Fito), guar- dando una distancia de 70 cm entre calles y

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Page 1: Composición y dinámica de la comunidad de polinizadores ......de insectos no apoideos en el girasol. Comparando según los sectores del culti-vo, el norte fue el que contó con una

Bol. San. Veg. Plagas, 20: 737-756, 1994

Composición y dinámica de la comunidad de polinizadores potenciales del girasol (Heliantus annuus L.) en Granada (España)

F. J. ORTIZ-SÁNCHEZ y A. TINAUT

Se estudió la comunidad de insectos con posible interés como polinizadores de gira­sol híbrido en Granada. El ensayo se efectuó en Albolote, a 10 km de la capital, donde el girasol se cultiva en régimen de regadío y su floración coincide con la del maíz como principal cultivo.

Se escogió una finca con una extensión aproximada de 2 ha. Se sembró la variedad Viky, con una densidad de 36.000 plantas por ha. Para asegurar la presencia de abejas de miel fueron introducidas cuatro colmenas al principio de la floración. Se realizaron tres visitas semanales a la finca, abarcando toda la floración del girasol. En cada visita se hicieron 5 conteos cada 2 horas, abarcando la totalidad del período diario de vuelo de los polinizadores. En ellos se tomaba nota de: estado de floración del cultivo, dispo­nibilidad de néctar, temperatura ambiente, densidad de los potenciales polinizadores en actividad en los girasoles, actividad de forrajeo y patrón de recogida de polen por parte de Apis mellifera L.

Como resultado, la fauna de potenciales polinizadores estuvo compuesta pr 53 espe­cies pertenecientes a 6 órdenes de insectos. Por grupos, la composición fue: Hymenopte-ra, 37 especies (69,81 %); Diptera, 10 (18,87 %); Heteroptera, 2 (3,77 %); Lepidoptera, 2 (3,77 %); Neuroptera, 1 (1,89 %); Coleóptera, 1 (1,89 %). Las especies más numero­sas fueron A. mellifera L. (55,41 % del total de individuos), Halictus scabiosae Rossi (4,76 %), Eristalis arbustorum (L.) (3,55 %) y Ceratina dallatorreana Fr. (3,06 %). El número medio de insectos por 100 capítulos en flor a lo largo de la experiencia fue de 7,16. El ritmo diario de actividad presentó un máximo a mediodía. Dicho patrón no está correlacionado con la secreción de néctar, pero sí con la temperatura ambiente. En cuanto a la actividad intrafloral de forrajeo de las especies más abundantes: el ritmo de colecta es directamente proporcional al tamaño del cuerpo; la recolección del polen por parte de A. mellifera L. tiene un máximo a mediodía.

F. J. ORTIZ-SÁNCHEZ y A. TINAUT. Departamento de Biología Animal y Ecología. Uni­versidad de Granada.

Palabras clave: insectos polinizadores, girasol, Granada, España

METODOLOGÍA

La localidad escogida para el presente es­tudio fue Albolote, a unos 10 km de Grana­da capital. Pertenece a la comarca de «La Vega», la cual constituye una gran depre­sión con depósito de origen fluvial. En esta zona el girasol se cultiva en régimen de re­gadío, y su floración coincide con la del

maíz como principal cultivo, existiendo pe­queñas extensiones de cultivos hortícolas.

El campo estudiado tenía un perímetro irregular, con tres lados principales: norte, este y oeste (longitud: 98, 215 y 320 m, respectivamente) y una extensión de 2 ha. El día 1 de mayo de 1987 se sembró la va­riedad híbrida Viky (Semillas Fito), guar­dando una distancia de 70 cm entre calles y

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40 entre filas, dando así una densidad de36.000 plantas por ha. A Io largo de la cam-paña no se requirió el empleo de plaguicidas.

Para asegurar la presencia de abejas, asícomo para estudiar su ciclo diario y rango deacción dentro del cultivo, instalamos 4 col-menas en el borde oeste, a unos 25 m delcultivo, y con la piquera abierta hacia el este,siguiendo las recomendaciones usuales.

A partir del día en que fue apreciable lafloración (15 de julio) se visitó el cultivo endías alternos, hasta el 31 del mismo mes,cuando la gran mayoría de capítulos ya ha-bían perdido completamente la flor.

Se hicieron 5 conteos diarios: a las 7:00,9:00, 11:00, 13:00 y 15:00, hora solar. Dia-riamente, y en estos cinco momentos, se to-maron en cuenta estas variables:

- estima del estado de floración. En cadauno de los tres sectores diferenciados secontaron 100 plantas, anotando, para cadauna, si su capítulo se encontraba aún cerra-do, abierto con, al menos, una circunferen-cia de flores abiertas, o ya con todas las flo-res marchitas;

- disponibilidad de néctar en las flores,en estado tanto masculino como femenino,mediante micropipetas calibradas;

- registro de la temperatura ambiente;- densidad de insectos florícolas. Para ello,

un observador caminaba a lo largo de unacalle de girasoles (evitando siempre las másexternas) a ritmo lento, tomando nota, en cadauno de los tres lados del campo, del númerode insectos y especie por 100 capítulos en flor;

- actividad intrafloral. Para las especiesde insectos más abundantes se cronometróel tiempo invertido por individuo y capítulo,tomando nota, además, del número de floressencillas visitadas, su estado sexual, asícomo el estado general de floración del ca-pítulo. Para Bombus terrestris (L.), no pre-sente en Albolote, hemos tomado los datosde otras localidades granadinas (ORTIZ-SÁNCHEZ, 1990);

- patrón diario de recogida de polen porA. mellifera L. Por un lado, se calculó, sobrelas obreras activas en los girasoles, el por-centaje de las que llevaban pelotas de polen

en la corbícula y el de aquéllas que sólo co-lectaban néctar. Por otro lado, se realizó estecálculo sobre las pecoreadoras al entrar en lacolmena, a partir de lo cual se podría conocerdicha relación sobre el conjunto de la colonia.

Para el tratamiento estadístico de los re-sultados se han empleado pruebas no para-métricas, ya que las muestras no satisfacíantodas las condiciones que requieren las pa-ramétricas (SlEGEL, 1972).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Composición de la fauna

La comunidad de polinizadores potencia-les del girasol en la localidad donde se si-guió el ciclo completo queda reflejada en elCuadro 1. En esta representación se indicael promedio de individuos por 100 capítulosabiertos en cada sector principal del campo,el total (número por 300 capítulos), y lamedia, así como el porcentaje frente al total.

Como era de esperar dada la presencia decolmenas, hay un claro predominio de unaespecie, A. mellifera L., cuyos individuosfueron a lo largo de la floración más nume-rosos que los del resto de especies juntas.Destacan también cuantitativamente las abe-jas de la familia Halictidae, que tanto a nivelde número de especies como de individuos(esto último cuando la abeja de miel es es-casa o no aparece) son el grupo principal deapoideos en nuestra región, sobre todo enlos meses centrales del año (ORTIZ-

SÁNCHEZ y AGUIRRE-SEGURA, 1991). Losdípteros fueron el único grupo importantede insectos no apoideos en el girasol.

Comparando según los sectores del culti-vo, el norte fue el que contó con una menordensidad de insectos polinizadores (5,957;P < 0,05, prueba U de Mann-Whitney),mientras que no hubo diferencias entre lossectores este y oeste (7,749 y 7,797 respec-tivamente; P < 0,001). Ya que trabajamoscon medidas no absolutas, no podemos, apriori, argumentar que el lado norte fuemenos visitado debido a tener menos longi-

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Cuadro 1 .-Composición media de la fauna de insectos florícolas del girasol(en número de individuos por 100 capítulos) a lo largo de un ciclo completo de floración.

Se distinguen los sectores principales del campo donde se realizó el ensayo

ESPECIECarpocoris mediterraneus Tam.Exolygus pratensis (L.)

TOTAL HETEROPTERAChrysoperla carnea Steph.

TOTAL NEUROPTERAIphicides podalirius (L.)Vanessa atalanta L.

TOTAL LEPIDOPTERA

Eristalis arbustorum (L.)E. tenax (L.)Eristalodes taeniops Wied.Volucella zonaria PodaSphaerophoria rueppelli (Wied.)Lathyrophtalmus aeneus (L.)Musca domestica L.Pollenia sp.Calliphora vicina Rob.Chrysomyia albiceps Wied.

TOTAL DÍPTERALeptinotarsa decemlineata Say

TOTAL COLEÓPTERA

Scolia sp.Tapinoma nigerrimum Nyl.Plagiolepis pygmaea Latr.Formica cunicularia Latr.Polistes gallicus (L.)Sphex sp.Golletes sp.Lasioglossum discum (Sm.)L. zonulum (Sm.)L. malachurum (K.)L. interrumptum (Pz.)L. villosulum (K.)L. lucidulum (Schck.)Halictus brunnescens (Ev.)H. scabiosae Rossi//./«/vi>es(Klug)H. aff. tetrazonius KlugH. subauratus RossiH.smaragdulus Vach.H. gemmeus DoursH. pollinosus Sich.Pseudapis unidentata (01.)Sphecodes sp.Ósmia signata Erich.Pseudoanthidium lituratum (Pz.)Megachile apicalis Spin.M. buyssoni Per.M. pilidens Alfk.Megachile sp.Coelioxys afra Lep.C. haemorrhoa Forst.

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Cuadro 1 .-(Continuación)

ESPECIEAmegilla quadrifasciata (Vill.)Ceratina callosa (Fab.)Cer. chalcites Latr.Cer. dallatorreana Fr.Xylocopa violacea (L.)Apis mellifera L.

TOTAL HYMENOPTERATOTAL

(%)

tud. Sin embargo, esta diferencia existetanto a nivel absoluto como a nivel relativo.

Estas diferencias se han encontrado de unmodo más atenuado en el caso de A. mellife-ra L., especie que se distribuyó de un modomás o menos uniforme en todo el campo(Cuadro 1), a pesar de que las colmenas seencontraban en el lado oeste. Esto ya habíasido encontrado por GUYNN y JAYCOX(1973). Dichos autores instalaron quincecolmenas en el lado oeste de un campo deaproximadamente 23 ha, y encontraron quela distribución de las pecoreadoras en elcampo era homogénea hasta la distanciamáxima de los girasoles al apiario, 180 m.Por tanto, podemos concluir que, con un nú-mero de 2 colmenas por ha, situadas en elcentro del eje oeste del campo, se consigueuna densidad de abejas uniforme en todo elcultivo.

Los insectos que originan la despropor-ción del norte frente a los otros sectores sonlos apoideos distintos de A. mellifera L., ladisminución de los cuales supera netamenteel ligero aumento relativo de los dípteros(ver Figura 1). Es digno de destacar que enel sector oeste sólo se encontró un individuodel último grupo (el crisomélido Leptinotar-sa decemlineata Say).

Dinámica de la comunidad

a) Variación temporal. En la localidad es-tudiada el girasol presentó el punto máximode floración a los 2 meses y 22 días de la

siembra. Este se mantuvo por espacio deuna semana, después de que la floración ex-perimentara una explosión en cinco días, enlos cuales la proporción de capítulos abier-tos pasó de menos del 20 al 80 % (Figura 2).

La Figura 3 muestra la disponibilidad dia-ria de néctar.

Como se aprecia en la Figura 4, la tempe-ratura ambiente osciló entre 16 y 36° C enlas horas que permanecíamos en el campo.Aumentó progresivamente en el día, y la di-ferencia media entre las 7:00 y las 15:00 fuede 11° C aproximadamente. Además, latemperatura media diaria fue ascendiendodesde el principio de la experimentación,existiendo una diferencia de 4o C entre eldía 15 y el 31 de julio.

a-1) Actividad diaria. El promedio de in-sectos visitando 100 capítulos de girasol a lolargo del día fue de 7,16, siendo A. melliferaL., con algo más de la mitad del total (3,97),la especie predominante (Cuadro 1). Estenúmero es muy bajo si lo comparamos conestudios similares al nuestro. Por ejemplo,DELAUDE et al. (1979) encontraron unamedia de 31 por cada 100 cabezuelas, perono indicaban el apoyo de colmenas con quecontaba el campo de ensayo. FELL (1986) daun número aún mayor: un promedio de 69en un ensayo de dos años con dos varieda-des diferentes, pero tampoco indicaba el nú-mero de colmenas. SKINNER (1987) observóuna media de 8,13, pero sólo refiriéndose ala abeja de miel, habiendo suministrado elmismo número de colmenas por ha que no-sotros. Este autor empleó pequeños bloques

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Fig. 1.-Número medio de insectos florícolas por 100 capítulos de girasol según grupos, comparando los distintossectores del cultivo frente al total.

Fig. 2.-Variación de la floración del girasol a lo largo de un ciclo según la proporción de capítuloscerrados, abiertos y marchitos.

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Fig. 3.-Disponibilidad de néctar de girasol a lo largo del día, diferenciando entre ñor sencilla en estado masculinoy flor en estado femenino.

Fig. 4.-Variación de la temperatura ambiente (en °C) a lo largo del día y de la floración del girasol.

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de plantación, en vez de la explotación ex-tensiva, lo que pudo haber hecho aumentarla atracción del cultivo sobre las abejas.

En definitiva, los datos con que contamosen la bibliografía no pueden ser comparadoscon los nuestros, pues la metodología fuedistinta. Factores como la variedad emplea-da (lo que conlleva diámetros del capítulodiferentes, tasas de secreción distintas, ...),tipo de suelo y régimen de riego (hecho queinfluye en la densidad de plantas por unidadde superficie), clima, etc, son muy difícilesde tener en cuenta, y originan la heteroge-neidad de los resultados de autores diferen-tes. En nuestro caso sabemos que en las pro-ximidades había otros cultivos de girasol,además del comentado maíz, lo que contri-buyó definitivamente a que la densidad depolinizadores (no olvidar nunca la propor-ción de A. mellifera L.) fuera muy reducida.

El Cuadro 2 refleja la oscilación diaria de laactividad de los polinizadores. En él se vecómo la actividad es máxima a mediodía, loque ha podido ser demostrado estadísticamente.

Del ritmo monomodal resultante es res-ponsable principalmente A. mellifera L.pues, como se ve en la Figura 5, el trazadode la gráfica para el total de insectos y elsuyo propio siguen prácticamente la mismaoscilación. Sólo hay una diferencia, pues elpico de actividad global se adelanta en unpar de horas al de esta abeja.

El resto de grupos sigue caminos diferen-tes. Los halíctidos alcanzan su máximo amedia mañana, mientras que el resto deapoideos evoluciona exactamente igual quela comunidad como conjunto. Los dípteros

describen un pico a primera hora, disminu-yendo su presencia a lo largo del día. Losotros grupos, muy minoritarios, presentanun modelo mal definido.

En ese ritmo monomodal centrado en elmediodía coincidimos con FELL (1986), encuyo trabajo sólo cita la existencia como po-linizadores de la abeja melífera y varias es-pecies de Bombus Latr. Sin embargo, BAG-NOLI (1975) encontró que la gran mayoríade los insectos florícolas eran antocóridos(Heteroptera). Esa situación produjo unritmo diario no bien definido, con la exis-tencia de tres máximos: el más importante aprimera hora, el intermedio a mediodía, yuno residual a media tarde. Por último,KRAUSE y WILSON (1981), estudiando sóloa A. mellifera L., encontraron dos máximos,uno que coincide con el nuestro, a las 13:00,y otro a las 17:00, hora del día para la cualno tenemos resultados propios.

Estos ejemplos nos indican que el ritmoglobal de la comunidad de insectos floríco-las del girasol no sigue un patrón común,sino que es el efecto final de la adición delcomportamiento parcial de los grupos que laconstituyen.

La actividad diaria no está estrechamentecorrelacionada con la secreción de néctar, oal menos no tenemos elementos de juiciopara asegurarlo (comparar con la Figura 3).Sí puede estarlo con la disponibilidad depolen, si tenemos en cuenta que la especiemayoritaria, la abeja melífera, lo colectó si-guiendo el mismo ritmo diario que el de acti-vidad general (ver más adelante, y Figura 8).La correlación con la temperatura ambiente

Cuadro 2.-Promedio del número de polinizadores por 100 capítulos de girasol a lo largo del día.Las medias seguidas de la misma letra resultaron diferentes (a, d, e, con P < 0,05; b, c,

con P < 0,01; U de Mann-Whitney) (D.S.: desviación estándar)

HORA Media D.S. Rango

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ha sido positiva, pero baja, x = 0,32 (signifi-cativa con P < 0,05) (Figura 5). Concreta-mente para A. mellifera L. esa correlaciónfue más alta, r = 0,50 (también significativa).Se desprende, pues, que la actividad de estaespecie fue algo más dependiente de la tem-peratura que la de la comunidad en conjunto.

Sin embargo, a pesar de que la correlaciónno es muy alta, podemos admitir que la tem-peratura es el principal factor determinantede la actividad en el girasol. Esto será así te-niendo en cuenta que A. mellifera L. fue laespecie mayoritaria con gran diferencia, yañadiendo que las altas temperaturas delmediodía son las que de hecho promuevenque en ese momento baje la presencia en lasflores dada la necesidad de colectar aguapara refrigerar la colonia.

a-2) Actividad a lo largo de la floración.El promedio diario de insectos por 100 ca-bezuelas abiertas se mantuvo, a excepcióndel primer día de observaciones, entre 4,5 y7,3 (Figura 6). El trazo de esa gráfica pre-senta dos máximos. El primero aparece elprimer día, siendo además el máximo abso-luto, y coincidiendo con el mínimo de flora-ción (Figura 2). El segundo es más prolon-gado, y coincide con el máximo de girasolesabiertos. Entre ambos existen oscilaciones,con un mínimo que se da al mismo tiempoque la gráfica de la floración alcanza brus-camente el máximo.

A nivel de grupos, la principal especie res-ponsable es A. mellifera L., la cual sigue lasmismas oscilaciones que la comunidad enconjunto. En términos relativos esta especieaumenta su importancia hacia el final de lafloración pues, de representar aproximada-mente el 50 % de los insectos en la primeramitad, pasa a suponer el 65 - 70 % durantelos tres últimos días. Los halíctidos presen-tan su máximo al principio de la floración,contribuyendo de modo importante en el pri-mer pico, con casi los mismos efectivoshasta presentar proporciones mínimas. Losdemás grupos de apoideos han mostradotambién un máximo al principio de la flora-ción, pero después disminuyeron progresiva-mente, aunque de un modo muy sostenido.

Los dípteros presentaron varias oscilaciones,pero no picos acusados, manteniéndose entrelímites próximos. Finalmente, los gruposrestantes prefirieron el punto de máxima flo-ración, apareciendo en los últimos días.

En la gráfica se observa cómo las oscila-ciones de la comunidad a lo largo de la flo-ración no guardan estrecha relación con latemperatura media diaria. Sin embargo,entre ambas variables se calculó una corre-lación positiva y significativa, si bien dema-siado baja (x = 0,395; P < 0,05).

A partir de otro autores, es el porcentajede capítulos abiertos el factor que determi-na la evolución de la comunidad a lo largode la floración de modo lineal (PARKER,

1981a, 1981b; KRAUSE y WILSON, 1981).En nuestro caso esto no ha sido así pues,además, hemos encontrado una correlaciónnegativa entre ambas variables (x = -0,51),aunque no significativa estadísticamente(P < 0,001). Esto viene producido princi-palmente por la existencia del primer máxi-mo de actividad ya comentado. La explica-ción a dicho pico y la oscilación posteriortendente a disminuir en primera instanciapodría estar en una respuesta masiva de laspecoreadoras al arranque de la floración,junto a la posible influencia de la floraciónde plantaciones vecinas, aspecto que nopudo ser abarcado en el presente estudio.Hay que recordar que las colmenas habíansido instaladas sólo dos días y medio antesdel inicio de nuestros muéstreos, por lo quelos primeros días fueron dedicados a la bús-queda de los recursos energéticos más ricosy próximos, registrándose así la afluenciamasiva en ese momento. Respecto a la se-gunda mitad del ciclo, que contiene el perío-do de máxima floración, se observa que,aunque éste se mantuvo durante cuatromuéstreos (días 24 al 29), el período de má-xima actividad de polinizadores ocupó díasposteriores (del 27 al 31). ¿Cómo se explicaesto? Si se observa la Figura 2 se comprue-ba cómo durante los días 22 y 24, aproxima-damente con igual proporción de girasolescon flores receptivas que el 27 y el 29, nohabía aún girasoles con el capítulo en con-

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Fig. 5.-0sciIación diaria de la temperatura ambiente y de los insectos norteólas del girasol. Se indica tanto el totalcomo según grupos taxonómicos.

Fig. 6.-Oscilación, a lo largo de la floración del girasol, de la temperatura media diaria y del número de insectos porcien capítulos abiertos. Se distingue según grupos.

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junto marchito, sino que, los que no presen-taban éste fisiológicamente reproductivo seencontraban aún como botón floral. Sin em-bargo, a partir del día 27 todos los girasolesestaban abiertos, bien con las florecillas enestado sexual fisiológico, o ya marchitas. Ladiferencia radica en que las flores ya mar-chitas aún siguen secretando néctar unosdías, a nivel de la cicatriz, con un néctarmás concentrado además. Por tanto, aunsiendo igual el porcentaje de girasoles conflores receptivas, la presencia de otros mar-chitos originó que la actividad aumentarasensiblemente en los últimos días.

b) Ritmo de actividad de las principalesespecies. Para este apartado contamos condatos referentes a cinco especies: Halictusaff. tetrazonius Klug, Xylocopa violacea (L.),Amegilla quadrifasciata (Vill.), Bombus te-

rrestris (L.), y A. mellifera L. Vamos a anali-zar la duración de la visita a cada capítulo, eltiempo concreto dedicado a cada flor senci-lla, y el número de éstas por cada visita a ungirasol.

Representamos nuestros resultados en losCuadros 3-5 y en la Figura 7, en los cualeslas especies aparecen ordenadas según su ta-maño creciente, por la razón que más abajose expone.

Para determinar la existencia y signifi-cado estadístico de las diferencias encon-tradas ente las especies para cada uno delos tres parámetros estudiados se aplicóen primer lugar el análisis de varianza declasificaciones por rangos de Kruskal-Wallis. Esta prueba demostró en los trescasos la heterogeneidad global entre gru-pos (P < 0,01).

Cuadro 3.-Número medio de flores sencillas visitadas por abeja y girasol. Las mediasseguidas por la misma letra fueron diferentes estadísticamente

(a, con P < 0,05; b, con P < 0,001; U de Mann-Whitney)

ESPECIE Media D.S. RangoHalictus aff. tetrazonius Klug 8,13 ab 5,82Apis mellifera L. 28,00 a 50,13Bombus terrestris (L.) 30,60 b 21,07

N

ir4320

2 - 2 51-3162 - 5 2

Cuadro 4 .-Tiempo medio (en segundos) invertido por abeja en la visita a un capítulo floralde girasol. Las medias seguidas de la misma letra fueron estadísticamente diferentes

(P < 0,01, U de Mann-Whitney)

ESPECIE

Halictus aff. tetrazonius KlugApis mellifera L.Amegilla quadrifasciata (Vill.)Bombus terrestris (L.)Xylocopa violacea (L.)

Cuadro 5.-Tiempo medio (en segundos) invertido por abeja por cada flor simple de girasol visitada.Las medias seguidas por un asterisco resultaron estadísticamente diferentes

(P < 0,001; U de Mann-Whitney)

ESPECIE Media D.S. Rango NHalictus aff. tetrazonius KlugApis mellifera L.Bombus terrestris (L.)

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Sólo para el segundo análisis hemos dis-puesto de datos suficientes de esas cinco es-pecies. La información de que disponemospara las especies distintas de la melífera fueobtenida en las horas centrales del día.Hemos tenido en cuenta para esta especiesólo los datos referentes a las 11:00 horassolares, para que la heterogeneidad que haaparecido no fuera un factor distorsionadorde los resultados.

Estudiando uno a uno los parámetrosvemos cómo:

- el número de flores sencillas de las quecolectan las abejas en cada visita a un capí-tulo aumenta según lo hace el tamaño delcuerpo de la especie. Como se ve en el Cua-dro 3, esta tendencia al aumento fue signifi-cativa para el grupo de especies H. aff. te-trazonius Klug, A. mellifera L., y B. terres-tris (L.). Esto se ha podido demostrar apesar de la gran dispersión de las observa-

ciones, siendo A. mellifera L. la especie conun mayor rango (hasta 316 florecillas). Estoquiere decir que, no siendo un parámetroconstante el número de flores simples quecada individuo manipula dentro de unmismo girasol, las abejas pertenecientes aespecies de tamaño menor siempre colecta-rán en un número más bajo de flores senci-llas que las de mayor tamaño;

- la duración total de la visita de cada in-dividuo a un capítulo floral ha presentadotambién una gran dispersión (Cuadro 4). Laabeja de miel volvió a presentar el rangomás amplio, con un individuo que permane-ció más de 16 minutos activo en un girasol.A pesar de ello, también ha sido posible de-terminar significativamente una tendenciadentro del grupo de especies. En este casohemos contado con datos para las cinco. Latendencia es clara: a pesar de que las cincoespecies investigadas no presentan un pa-

Fig. 7.-Comparación de: número de flores sencillas visitadas por abeja y girasol; tiempo invertido (en segundos)por abeja y flor sencilla; y duración (en segundos) del forrajeo de cada especie por capítulo floral. En abscisas

se ordenan, a escala, las especies según su logitud. Hal.: H. aff. tetrazonius; Api: A. mellifera;Am: Am. quadrifasciata; Bo; B. terrestris; Xyl: X. violacea.

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trón real constante, el tiempo que una abejadedica a la recolección de néctar y polen enun mismo capítulo floral es menor cuantomayor es el tamaño medio de la especie aque pertenece;

- el último parámetro es el promedio detiempo invertido por cada especie al colec-tar de una flor simple (Cuadro 5). Como seve, dicho tiempo disminuye según aumentael tamaño de la abeja. Además, y lo que esmás importante, es un atributo bastanteconstante, el más fijo de los tres estudiados.Este último factor, por su constancia, pode-mos concluir que es característico de la es-pecie, y debido tanto a razones fisiológicas(tasa de metabolismo) como a razones ana-tómicas (estructura y longitud del aparatobucal). Así, mientras los pequeños H. aff.tetrazonius Klug tendrían que meter com-pletamente la cabeza en la corola para poderalargar la lengua hasta el fondo del tubo flo-ral y alcanzar los nectarios, A. mellifera L. yB. terrestris (L.) llegan a estos desde fuerade la corola, por lo que el tiempo invertidoen la operación desciende sustancialmente.

Las especies de mayor tamaño tienen másfacilidad de movimientos en el girasol, otravez debido a razones fisiológicas y anatómi-cas, lo que les ha permitido visitar más flo-recillas en cada capítulo floral.

Finalmente representamos en la Figura 7los tres parámetros comentados. A partir delas curvas se aprecia que la relación entre elritmo de actividad y el tamaño de las espe-cies (medido por nosotros según la longitudtotal en mm) lleva una relación no lineal,sino exponencial. A partir de la gráfica elpunto que marca la inflexión corresponderíaa las abejas de tamaño mediano a grande.Este ritmo más vigoroso en las especies ma-yores es corroborado por otros trabajos. Porejemplo, BOSCH (1986), estudiando los in-sectos florícolas en un matorral de romero,observaba cómo especies pequeñas de An-drena spp. invierten nueve veces más tiem-po en visitar una inflorescencia de Globula-ria alypum que B. terrestris (L.), a la vezque el abejorro podía visitar casi diez inflo-rescencias en el mismo tiempo que aquélla

dedicaba a una sola. Para el caso concretodel girasol, tenemos estudios de DELAUDEet al. (1979) y PHAM-DELEGUE et al.(1985). Estos autores señalan que el ritmode actividad de Bombus spp. es doble que elde A. mellifera L., lo que coincide perfecta-mente tanto en duración del forrajeo por florsencilla, como en duración de la visita porcapítulo floral.

Con estos tres factores podemos determi-nar que las abejas mejor capacitadas y máseficaces en la polinización del girasol sonlas de tamaño mediano a grande (la Figura 7incluye la longitud de las especies), ya que,inviertiendo menos tiempo y energía en co-lectar de cada flor sencilla, por sus caracte-rísticas fisiológicas y anatómicas, visitan unmayor número de florecillas, necesitandopara ello estar mucho menos tiempo en cadagirasol. Esto se traduce en que, si todas lasespecies permanecieran activas aproximada-mente el mismo número de horas al día, de-dicándolas al girasol, las mayores podríanvisitar mayor número de girasoles, con locual sería mayor la dispersión de polen ge-nerada por ellas.

d) Ritmo individual de A. mellifera L. alo largo del día. Sólo tratamos a esta espe-cie, ya que ha sido la única de la que hemospodido recoger suficientes datos distribui-dos a lo largo de todos los conteos.

d-1) El número de flores sencillas de unmismo capítulo de las que una abeja demiel toma néctar y/o polen va aumentandoa lo largo del día. Aunque el Cuadro 6pueda darnos a entender la existencia de unpatrón bimodal, el análisis estadístico sólonos permite aceptar, dada la gran varianzade las medias obtenidas, un máximo a últi-ma hora, significativamente mayor que elnúmero de flores visitadas a media maña-na. Esta tendencia se debe a su vez a la quepresenta la disponibilidad de néctar. Enefecto, y como se observa en la Figura 3, lacantidad de néctar de que disponen las flo-recillas del girasol para ofrecer a sus poli-nizadores disminuye a lo largo del día(nuestros resultados difieren de los de Has-disoesilo y Furgala, 1986, los cuales, traba-

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jando durante dos años con dos variedadesde girasol, no encontraron diferencias sig-nificativas en la secreción de néctar a lolargo del día). Esto obliga, por tanto, aque, si una abeja tiende a extraer un deter-minado volumen de néctar de un mismogirasol, debe buscar en más flores segúnavanza el día.

Observando el Cuadro 6 podemos estudiartambién la preferencia de las abejas entre losdos estados sexuales de las flores sencillas.Se hace evidente que A. mellifera L. prefierelas florecillas en estado femenino en la ma-ñana y mediodía, pero, ya por la tarde, segúnnos indica el necesario tratamiento estadísti-co, no selecciona entre uno y otro estado.

Esta preferencia por las flores en estadofemenino se ha demostrado para casi todaslas variedades estudiadas por otros autoresen líneas parentales para la producción desemilla híbrida (DELAUDE et al., 1979;

SKINNER, 1987), y es menos acusada en losabejorros (PHAM-DELEGUE et al, 1985).Comprobamos que es una característica quetambién aparece en los cultivos híbridoscomo el estudiado por nosotros.

¿Cuál es la razón para esta preferencia?No puede ser el volumen de néctar disponi-ble pues, como se ve en la Figura 3, las flo-res en estado masculino, y sobre todo en lamañana y mediodía, secretan un mayor vo-lumen que las femeninas. Entonces, debe-mos pensar que, lógicamente, el atractivo noes la «cantidad», sino la «calidad», por loque las abejas prefieren néctares más con-centrados, aun a costa de colectar menoscantidad. Esto además favorece la conver-sión en miel dentro de la colmena, al necesi-tar, por tanto, menos tiempo para que elnéctar pierda agua.

Estudios relativos a la composición glucí-dica del néctar del girasol nos dan la clave

Cuadro 6-Número medio de flores sencillas de girasol visitadas por obrera de A. mellifera y capítuloa lo largo del día. Se indica tanto el total como su desglose según los estados sexuales de la flor(F: flor en estado femenino; M: en estado masculino). Las medias dentro de la misma columna

seguidas por la misma letra resultaron significativamente diferentes (a, b, c, f, g, con una P < 0,05;el resto con P < 0,01; U de Mann-Whitney). Cada valor de M seguido por un asterisco

resultó estadísticamente inferior al de F para la misma hora (P < 0,05)

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para comprender la preferencia. Trabajosrealizados en Francia (por ejemplo, FONTAet al, 1985) con las líneas parentales de dosvariedades demostraron que los principalesazúcares contenidos en el néctar del girasolson: sacarosa, a y (i glucosa, y fructosa. Nodemostraron diferencias sifnificativas entre elvolumen secretado por los dos estados sexua-les, a diferencia de nuestro caso. Sin embar-go, vieron que en una variedad, Mirasol, lasabejas preferían el atributo «cantidad de néc-tar», por lo que, buscando flores de mayorsecreción, no discriminaban entre ambossexos. Pero para la otra variedad, Marianne,A. mellifera L. prefería la flor en estado fe-menino. Los autores determinaron que estose debía a la presencia de sacarosa en mayorcantidad en las flores femeninas que en lasmasculinas. Un trabajo posterior (PHAM-DE-

LEGUE et al, 1989) sobre aromas emitidospor las líneas parentales de esas dos varieda-des volvió a descubrir grandes similitudesentre ambas líneas de Mirasol, y diferenciasnotables entre las de Marianne. Los autoresreconocían que, aunque el efecto atractivodel aroma es importante, sólo funciona cuan-do previamente las abejas han aprendido que,en este caso, la línea femenina de Marianneproduce más azúcares que la masculina. Portanto, el aroma funciona en tanto cuanto varelacionado con un aprendizaje previo de re-conocimiento de las fuentes más ricas.

No sabemos si ese modelo cualitativopuede aplicarse a los girasoles híbridos,como es nuestro caso, pues cada florecillapasa primero por estado masculino y, luego,por el femenino, por lo que no debe haberdiferencias en la genética de la composiciónglucídica del néctar. Por tanto, y mientrasno se realicen análisis en este sentido, nosquedamos con una hipótesis fisiológica,según la cual, el estado masculino, que es elprimero por el que pasa la flor, emite unnéctar más abundante, pero más diluido,mientras que el femenino, posterior en eltiempo, tiene un néctar más escaso y con-centrado.

También se aprecia en el Cuadro 6 que,mientras que a lo largo del día las abejas

pierden fidelidad por las flores en estado fe-menino, la ganan por el masculino. En estocoincidimos con experiencias realizadas enVirginia, EE.UU. (FELL, 1986).

A partir de la Figura 3 advertimos una pri-mera razón para esto: según avanza el día, latasa de secreción de néctar tiende a igualarseentre las florecillas de ambos sexos. Pero hayuna segunda razón, relacionada con la recogi-da de polen, que es ilustrada en la Figura 8.

En las últimas horas de la actividad diariade la colmena se hace mínima la colecta depolen, pues en esos momentos la coloniacentra sus esfuerzos en recoger agua que ser-virá para la refrigeración del nido. Sin em-bargo, la proporción de obreras vistas en fo-rrajeo en girasol presenta el máximo en lasprimeras horas de la tarde. Si A. mellifera L.sólo hubiera colectado polen de girasol, y laproporción de abejas que las colonias dedi-can al forrajeo en cada fuente se mantuvieraconstante en el día, las dos curvas de la Fi-gura 8 discurrirían paralelas. Que no sea asíindica, por un lado, esa necesidad de colectaragua por la tarde. Pero, si asumimos que porla mañana esta necesidad es mínima, y portanto, la práctica totalidad de abejas quevuelven a la colmena transportan miel y/opolen, ¿por qué existe esa diferencia entreambas curvas? Nosotros pensamos que enesas horas el polen no sería colectado mayo-ritariamente del girasol, sino de otra fuentecompetitiva. De las existentes, el principalcandidato es el maíz, con una mayor exten-sión sembrada en la localidad donde se desa-rrolló la experiencia que la correspondiente agirasol. Esta gramínea es gran productora depolen, muy a menudo empleado por las abe-jas (FLOTTUM et al, 1983).

Por observaciones realizadas a la vez quela estima de obreras transportando polen a lacolmena, aunque no cuantificadas, la mayo-ría de las pelotas de polen en la corbícula delas abejas era de color amarillo pálido(maíz) por la mañana, mientras que por latarde dichas pelotas eran amarillo-anaranja-das (girasol). FLOTTUM et al (1983) refie-ren dos picos en la dehiscencia del polen demaíz en Wisconsin (EE.UU), uno a primera

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Fig. 8.-Porcentaje de obreras de A. mellifera transportando polen frente al total. Se compara entre las que forrajeanen girasol y las que entran en la colmena.

hora (en torno a las 9:00), y otro a mediodía(en torno a las 12:00). Nosotros no hemosestudiado este proceso sobre la planta, peroRALLO (1986), citando datos referentes anuestro país, indica que sólo se producedehiscencia por la mañana. Con este nuevoelemento de juicio podemos concluir que, obien en la localidad estudiada el maíz sólopresentaba dehiscencia por la mañana, o bien,las abejas sólo aprovecharon el primero.

En relación con esto se encuentra, lógica-mente, la recolección de polen de girasol.FELL (1986), trabajando con dos variedades

híbridas, indica que la dehiscencia se producea primera hora de la mañana. También obser-va que la recogida por parte de la abeja demiel presenta dos picos: el primero coincidecon dicha dehiscencia; el segundo, a últimahora de la tarde, se produce cuando la elon-gación del estilo en las flores sencillas empu-ja las anteras y libera el polen que, no habién-dose recogido antes, quedaba en ellas. Estesegundo pico, más importante que el prime-ro, es el único encontrado por nosotros.

También observamos en el Cuadro 7 queel tiempo que la abeja dedica a cada flor

Cuadro 7.-Variación del tiempo medio (en segundos) invertido por obrera de A. mellifera y florsencilla de girasol a lo largo del día. Las medias seguidas de la misma letra resultaronsignificativamente diferentes (P < 0,01, excepto e, con P < 0,05; U de Mann-Whitney)

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sencilla, que es muy parecido a lo largo deldía, presenta el máximo en las primerashoras de la tarde, lo que fue demostrado es-tadísticamente. La explicación está en que aesa hora se recoge el polen, y la manipula-ción en cada flor, por tanto, es más compli-cada, y dura más que en el caso del néctar.

Por último, tanto el número de flores senci-llas visitadas, como el tiempo invertido encada una, confluyen en la duración de la es-tancia de las obreras forrajeando en un mismocapítulo. Como se ve en el Cuadro 8, aquéllaaumenta a lo largo del día. Sin embargo, sólofue posible determinar estadísticamente unmínimo, a media mañana, y un máximo, amedia tarde.

Si comparamos la duración media de laactividad de A. mellifera L. por capítulo flo-ral en nuestro ensayo, 88,97", con resultadosaportados por otros autores, a saber: 36"para LANGRIDGE y GOODMAN (1974); 59"para LECOMTE (1962); 82" para BENEDEK yMANNINGER (1972); 95" para RADFORD yRHODES (1978), y 138" para PHAM-DELE-GUE et al. (1985), no existe uniformidad,como debía esperarse. Sí debía esperarseque fuera más homogéneo el tiempo por florsencilla, pero no hay datos suficientes.Como se explica en el último trabajo que re-lacionamos, las diferencias pueden atribuir-se a la recompensa mayoritariamente busca-da (ya en nuestro ensayo aparecen diferen-cias a lo largo del día), a la variedad estu-diada (lo que engloba tamaño del capítulo,número de florecillas, secreción de néctar,etc, que son características determinadasgenéticamente), o la línea considerada (ya

se ha visto la preferencia por las líneas pa-rentales con esterilidad masculina).

d-2) Preferencia según el estado floral delcapítulo. Las tres variables estudiadas (nú-mero de flores trabajadas por capítulo, dura-ción de la visita por flor sencilla y por capí-tulo) lo han sido también en relación con elestado sexual del girasol. Para ello hemosdistinguido, dentro del desarrollo del capítu-lo en conjunto, tres estadios, a los que hemosdenominado «tipos». Así tendríamos los tressiguientes (DELAUDE et ai, 1979):

Tipo I: la cabezuela lleva muy pocos díasabierta, con lo cual las filas de florecillasdesarrolladas no alcanzan la mitad de la su-perficie, apareciendo el resto como botón;por consiguiente las que se encuentran enestado sexual masculino son abrumadora-mente mayoritarias.

Tipo II: prácticamente toda la cabezuelaestá en flor (masculina y femenina a partesiguales más o menos); queda el centro conbotones, y ya aparecen las vueltas más ex-ternas marchitas, fructificando..

Tipo III: quedan pocos círculos de floresmasculinas en el centro; el resto, flores mar-chitas (al menos la mitad de capítulo) y fe-meninas.

En lo concerniente al número de flores vi-sitadas por abejas y capítulo (Figura 9, a-d)el mínimo diario global, a las 9:00, coincidepara los tres tipos. Sin embargo, el máximoabsoluto, que aparecía a las 15:00, no hasido fijo, siendo apreciable sólo en el tipo II.Este, junto al III, han sido los más atractivospara las abejas en cuanto al número de flo-res que recibían visitas, sin existir diferencia

Cuadro 8.-Tiempo medio (en segundos) invertido por obrera de A. mellifera y capítulo de girasolen cinco momentos del día. Las medias seguidas de un asterisco fueron

significativamente diferentes (P < 0,05, U de Mann-Whitney)

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Fig. 9.-Número de flores sencillas de girasol (indicando según estado sexual y total) visitadas por obrera de A. melliferay capítulo floral a lo largo del día. a) Capítulo tipo I. b) Capítulo tipo II. c) Capítulo tipo III. d) Promedio.

Explicación de los tipos en el texto.

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entre ambos (téngase en cuenta que las horasextremas, con resultados muy distintos paralos tres estadios, contaron con pocas obser-vaciones, lo que originó una gran dispersiónen los datos). A. mellifera L. colectó casi enla mitad de flores en girasoles tipo I que enlos otros dos, dado que ofrecían recompen-sas mucho más escasas. La igualdad del nú-mero en estos tipos confirma la atracciónejercida por las flores marchitas.

La relación entre la visita a las masculinasy las femeninas varía según el estadio del gi-rasol. Así, las abejas prefirieron las masculi-nas en el tipo I y, en los otros dos, las feme-ninas. De ellos, fue en el III cuando la rela-ción fue más favorable a la colecta en las fe-meninas, lo que ha ido estrechamente unido,como era de esperar, a la proporción relativade ambos estados sexuales. Independiente-mente del grado de apertura de las flores dela cabezuela de girasol, la atracción de lasflores masculinas aumenta a lo largo del día.

La Figura 10, referida al tiempo invertidopor cada obrera de A. mellifera L. y flor sen-

cilla, muestra que el patrón monomodal conmáximo en las horas centrales (11:00 y13:00) es común a los tres estadios, con li-geras desviaciones debidas, a su vez, a ladispersión sufrida por los datos al dividirlosen grupos. No hemos apreciado, por tanto,diferencia significativa entre el tiempo dedi-cado por flor según los tipos diferenciados.

Como consecuencia de los dos parámetrosanteriores, la Figura 11 representa la dura-ción del forrajeo de la abeja de miel por capí-tulo floral. Globalmente apreciamos, indistin-tamente del estadio del girasol, un mínimo alas 9:00, con un máximo parcial a las 7:00(esto también se observa referido al númerode flores sencillas, y permanece en la dura-ción total porque a este nivel no hay diferen-cia en la duración de la visita por flor senci-lla). Sin embargo, se observa claramente queel máximo absoluto en la duración de la visi-ta a un girasol situado a media tarde por tér-mino medio, se debe exclusivamente al tipoII que, a su vez, es aquél en el cual la abejade miel liba en más florecillas (Figura 9).

Fig. 10.-Tiempo invertido (en segundos) por obrera de A. mellifera y flor sencilla de girasol a lo largo del díay según estadios sucesivos de floración del capítulo.

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Fig. 11 .-Igual que la 10, pero referido al tiempo total invertido por abeja y capítulo.

ABSTRACT

ORTIZ-SÁNCHEZ, F. J. & TINAUT, A., 1994: Composition and dynamics of the com-munity of sunflower {Helianthus annuus L.) potential pollinators in Granada (Spain).Boi San. Veg. Plagas, 20(3): 737-756.

The community of insects of possible interest as pollinators of the hybrid sunflowerin Granada was studied. The experiment was carried out in Albolote, 10 km from thecity of Granada. There, sunflower is grown on irrigated land and its bloom coincideswith that of corn, the main crop.

A 2 ha estate was chosen for the experiment. We planted the Viky cultivar with adensity of 36,000 plants to a hectare. Four beehives were placed at the beginning of thesunflower bloom in order to guarantee an adecúate number of honeybees. The crop wasvisited three times a week during the whole sunflower bloom. We did 5 counts every 2hours on each visit, covering the whole dayly flight period of the pollinators. At everycount we estimated the bloom rate of the crop, nectar availability, ambient temperature,the density of potential pollinators on the sunflowers, foraging activity, and pattern ofpollen gathering by honeybees.

The fauna of potential sunflower pollinators consisted of 53 species belonging to 6orders. The taxonomic composition was: Hymenoptera, 37 species {69.81 %); Díptera,10 (18.87 %); Heteroptera, 2 (3.77 %); Lepidoptera, 2 (3.77 %); Neuroptera, 1 (1.89%); Coleóptera, I (1.89 %). The most numerous species were Apis mellifera L. (55.41%). Halictus scabiosae Rossi (4.76 %), Eristalis arbustorum (L.) (3.55 %) and Cerati-na dallatorreana Fr. (3.06 %). The average number of insects per 100 flowering headsduring the experiment was 7.16. The daily activity rhythm peaked at noon: this patternis not correlated to nectar secretion but to ambient temperature. The analysis of the in-trafloral foraging activity of most numerous species shows that the collecting rhythm ispositively correlated to body size, and also that the pollen gathering by honeybeespeaks at noon.

Key words: pollinating insects, sunflower, Granada, Spain.

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