cómo se producen las emociones

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Cómo se producen las emociones Parte I Estrategias PNL.com » Artículos » Cómo se producen las emociones Parte I Las emociones son algo que puede resultar complicado, es como un arma de doble filo. Muchas veces nos pueden dar los mejores momentos, pero también pueden abrir las puertas de algún infiernillo inesperado. ¿De dónde vienen las emociones? ¿Cómo se crean? ¿Cómo llegan a mi? ¿Cómo las controlo? Eso es lo que voy a intentar aclarar desde la perspectiva de la Programación Neurolingüística en este artículo. Las emociones resultan algo tan desconocido que muchos simplemente usan como respuesta vagas, afirmaciones de tipo “así nací”, “las heredé de mi papá”, “así son los hombres”, “es natural”, entre otros muchas. Todas estas creencias son las que vamos a deshilar para ver qué pasa con estas marcas que nos caracteriza a cada uno en forma individual. Efectivamente las emociones son parte de la naturaleza del ser humano. Aprendemos de las emociones desde que nacemos y las ejercemos para lograr subsistir, como por ejemplo, lo hace un bebé. Cuando tiene hambre llora para mandar el mensaje porque no se puede alimentar solo. Cuando está incómodo hace lo mismo. Llorar y gritar altera todo su cuerpo y la química. Se pone rojo, caliente y se pone a temblar. Esa es su forma de llamar la atención. Una vez que aprende a hablar, deja esta conducta atrás y empieza con otra. Al empezar a hablar y pensar con palabras es cuando empezamos a ligar el lenguaje con las emociones. Recuerda que el lenguaje viaja por las neuronas y crea programas de aprendizaje. El tema de Programación Neurolingüística implica que nuestros pensamientos están ligados al lenguaje que a su vez opera las neuronas para mandar un mensaje. Cuando estos mensajes se repiten y se repiten, entonces se da el aprendizaje. En algunas ocasiones estos mensajes pueden tener mucha intensidad y es entonces cuando el aprendizaje es más rápido. La idea de “heredar” la emocionalidad de alguien es de hecho real, pero sólo en tanto que cada niña o niño modela a las personas de su entorno. Modelan su forma de hablar, sus gestos y también sus emociones. Así aprenden a ser nerviosos, amables, gritones, etc. Para ellos así es el mundo, es lo único que tienen a mano para emular y no conocen nada más. Pero es mejor decir que aprenden a que heredan. Cuando alguien dice que “así son los hombres” por algún comportamiento emocional, también hace alusión al modelar a los hombres de su infancia o de algún otro periodo de su vida que lo haya marcado. Y así emula su conducta por creer que eso es lo correcto, lo natural. El “así son los hombres” se detona por lo que les dijeron cuando niños: “los hombres no lloran”, “los niños no hacen berrinche”, etc. y por eso reprimen esas emociones Piénsalo, detrás de las emociones que experimentas, de cómo vives gran parte de tu vida, hay un pensamiento y ese pensamiento está estructurado con

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como se producen las emociones

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Page 1: Cómo Se Producen Las Emociones

Cómo se producen las emociones Parte I

Estrategias PNL.com » Artículos » Cómo se producen las emociones Parte I

Las emociones son algo que puede resultar complicado, es como un arma de

doble filo. Muchas veces nos pueden dar los mejores momentos, pero también

pueden abrir las puertas de algún infiernillo inesperado. ¿De dónde vienen las

emociones? ¿Cómo se crean? ¿Cómo llegan a mi? ¿Cómo las controlo? Eso

es lo que voy a intentar aclarar desde la perspectiva de la Programación

Neurolingüística en este artículo.

Las emociones resultan algo tan desconocido que muchos simplemente usan

como respuesta vagas, afirmaciones de tipo “así nací”, “las heredé de mi papá”,

“así son los hombres”, “es natural”, entre otros muchas. Todas estas creencias

son las que vamos a deshilar para ver qué pasa con estas marcas que nos

caracteriza a cada uno en forma individual.

Efectivamente las emociones son parte de la naturaleza del ser humano.

Aprendemos de las emociones desde que nacemos y las ejercemos para lograr

subsistir, como por ejemplo, lo hace un bebé. Cuando tiene hambre llora para

mandar el mensaje porque no se puede alimentar solo. Cuando está incómodo

hace lo mismo. Llorar y gritar altera todo su cuerpo y la química. Se pone rojo,

caliente y se pone a temblar. Esa es su forma de llamar la atención. Una vez

que aprende a hablar, deja esta conducta atrás y empieza con otra.

Al empezar a hablar y pensar con palabras es cuando empezamos a ligar el

lenguaje con las emociones. Recuerda que el lenguaje viaja por las neuronas y

crea programas de aprendizaje. El tema de Programación Neurolingüística

implica que nuestros pensamientos están ligados al lenguaje que a su vez

opera las neuronas para mandar un mensaje. Cuando estos mensajes se

repiten y se repiten, entonces se da el aprendizaje. En algunas ocasiones estos

mensajes pueden tener mucha intensidad y es entonces cuando el aprendizaje

es más rápido.

La idea de “heredar” la emocionalidad de alguien es de hecho real, pero sólo

en tanto que cada niña o niño modela a las personas de su entorno. Modelan

su forma de hablar, sus gestos y también sus emociones. Así aprenden a ser

nerviosos, amables, gritones, etc. Para ellos así es el mundo, es lo único que

tienen a mano para emular y no conocen nada más. Pero es mejor decir que

aprenden a que heredan.

Cuando alguien dice que “así son los hombres” por algún comportamiento

emocional, también hace alusión al modelar a los hombres de su infancia o de

algún otro periodo de su vida que lo haya marcado. Y así emula su conducta

por creer que eso es lo correcto, lo natural. El “así son los hombres” se detona

por lo que les dijeron cuando niños: “los hombres no lloran”, “los niños no

hacen berrinche”, etc. y por eso reprimen esas emociones

Piénsalo, detrás de las emociones que experimentas, de cómo vives gran parte

de tu vida, hay un pensamiento y ese pensamiento está estructurado con

Page 2: Cómo Se Producen Las Emociones

palabras que tienen un significado específico para ti y que se ha ido

conformado con las particularidades únicas de tu propia historia.

Es por ello que no sólo tus emociones son tuyas, sino también tu

responsabilidad. Agradables o nocivas, eres tú quien las detona con los

pensamientos que has formado. No hay nadie más.

En la mente, allí empiezan a desencadenarse las emociones. Hay un diálogo

interno que no se detiene y que todo el tiempo está activo diciendo

innumerables cosas. Cuando cierto diálogo se repite y se repite, como por

ejemplo: “siempre llego tarde”, entonces, así será. Y después de llegar tarde, te

sentirás mal, enojado, frustrado, incompetente. Cada vez que tienes una cita lo

compruebas otra vez. Te das la razón y con esto, el programa se fortalece.

Llega un momento en que esa frase la tienes ya tan repetida que tu mente la

produce en automático. Y lo que has de saber es que la mente no distingue si

eso es bueno o malo, si te conviene o no, ella simplemente obedece órdenes y

la sigue repitiendo.

Justo por la repetición de la mente es que puede parecer que alguien no sabe

por qué se ha vuelto impuntual, cuando antes no lo era. Comenzó se instaló el

programa “siempre llego tarde” y claro, la mente lo repite por ti sin esfuerzo. Y

es que una vez que lo dices y has llegado tarde, viene la emoción que le da

fuerza a todo ello. Tal vez alguna vez sea culpa del tráfico o de la lluvia, pero

seguro que no TODAS las veces es cierto.

Pero ten cuidado, la primera intención del programa no siempre viene de ti,

puede ser que alguien más te haya dicho: “siempre llegas tarde”, porque lo ha

constatado una o dos veces, y ¡puf! Se convierte en una verdad. Tú lo aceptas

y creas ese programa en tu mente, lo procesa y actúa. A veces los otros sólo

refuerzan tus bien instalados programas.

Analiza cuáles son las emociones que no te gustan y que detonas en ti. Si no

tienes idea de la causa, identifica en qué ocasiones sucede eso y

probablemente eso te de suficientes pistas. Sopesa si te han sido útiles esas

reacciones para resolver alguna situación o no. Trata de recordar cuánto

tiempo llevas actuando así y todavía mejor, encuentra el momento en que las

instalaste o aceptaste que se instalaran.

Cuando tienes autoconocimiento de tus emociones, estarás más en equilibrio

en tu ser interior. Las emociones no son ni buenas ni malas, sino que cambian

de significado en diferentes contextos. Si aprendes a conocerlas y las

consecuencias que te acarrean, podrás tener un mejor manejo de ellas para tu

propio beneficio.

En la siguiente parte de este tema, veremos, qué causan en nosotros las

emociones nocivas.

Page 3: Cómo Se Producen Las Emociones

El daño de las emociones tóxicas Parte II

Estrategias PNL.com » Artículos » El daño de las emociones tóxicas Parte II

Cada vez que tienes una emoción, no importa si la le prestas mucha atención o

no, esa emoción tiene un efecto bioquímico en tu cuerpo. Cuando estás

nervioso tu cuerpo puede reaccionar de distintas maneras, pero lo más

probable es que te suden las manos, si la reacción es fuerte, tal vez tiemble la

voz o incluso tiemble alguna parte del cuerpo. Con el enojo te puede faltar el

aire, la sangre corre a la cabeza y fluye la adrenalina. En otras ocasiones la

tristeza, la decepción, el fracaso, pueden hacerte sentir ganas llorar y un

terrible agotamiento. El cuerpo reacciona a las emociones en cuestión de

milisegundos, tal vez ni has notado que estás nervioso hasta que ves tus

manos, pero tu cuerpo está al pendiente todo el tiempo.

Por suerte, lo mismo ocurre con las emociones positivas como la alegría, la

risa, el amor, la satisfacción entre otras muchas. Seguro ya sabes que sentir

estas emociones te llenan de energía, claridad, a veces todo se pinta de

colores y te sientes ligero. Estas emociones son las que no sólo quieres lograr,

sino que las quieres mantener. Por el contrario, las emociones negativas

pueden dañar no sólo tu mente, sino tu cuerpo y a los que te rodean. A estas

emociones las llamamos tóxicas, y son las que no quieres seguir

experimentando porque en realidad estás sufriendo cuando están presentes.

Las malas emociones, por repetición, crean hábito, y con el tiempo aumentan

en frecuencia e intensidad. Se convierten en conductas automáticas que

pueden parecer inevitables y pueden parecer, para algunos, una carga

definitiva para el resto de la vida. Es a través de la repetición de pequeños

desplantes, enojos u otras emociones que puedes llegar al punto en que “no

me puedo frenar”, ya “es imposible controlarlas”. Eso se va volviendo una

presión de la cual puede tener la culpa el abuelo o la mamá, porque así te

enseñaron, así eran.

Las conductas tóxicas, con el desgaste que producen, logran reducir la

efectividad del sistema inmunológico; es por eso que nos generan

enfermedades. El sistema inmunológico se inhibe cuando hay enojo, depresión,

nerviosismo, estrés, preocupación y todas las demás emociones negativas.

Así van creciendo los problemas, las emociones tóxicas te tienen mal, además

vienen las enfermedades, generalmente vienen ahí los gastos y complicaciones

con el trabajo o la rutina y aunque logras curarte. Después de un tiempo

vuelves a caer en la misma enfermedad o una peor. Y justo, las emociones

tóxicas se van volviendo más tóxicas.

El asunto es que ahí no para, las emociones tóxicas, no sólo nos afectan a

nosotros, sino a los que nos rodean. El efecto que tienen en los demás es

muchas veces de alejamiento, aunque para ti que estás encerrado es

imperceptible. Es fácil perderse en la emociones y olvidar por completo cómo

se pueden ver desde fuera.

Algunos resultados de esto es que las personas se alejen, porque ya no se es

agradable, o incluso porque llegan a tener miedo. El resultado es una

Page 4: Cómo Se Producen Las Emociones

personalidad inestable e inconsciente. Casi cualquier ocasión se vuelve

perfecta para que esta personalidad explote y agreda, muy justificadamente

desde su punto de vista. El hábito toma el control y la otra persona se pierde de

vista.

Las ramificaciones de una personalidad llena de emociones tóxicas son

numerosas. La inestabilidad genera desconfianza, nadie sabe en qué momento

se dispara el veneno. Poco a poco se va diluyendo incluso el respeto, si logra

mantenerse en un grupo, se vuelve una figura señaladamente neurótica y todas

sus acciones ya llevan un tinte particular a los ojos de los demás que ya están

a la espera de alguna reacción desagradable.

Pero las emociones tóxicas no sólo son explosivas e hirientes, también existen

víctimas de la depresión, en continua búsqueda de validación y sintiéndose

heridos continuamente.

Realmente obtenemos en esta vida lo que pensamos, y si se está lleno de

emociones tóxicas, con la creencia de que “así soy, y hazle como puedas”, se

está forzando al otro a ser flexible, el problema es ¿Hasta cuándo?

Existen estudios en los cuales compararon a un grupo de personas mayores

con problemas de salud y otro grupo de personas mayores que llevaban una

vida saludable. Las características biológicas eran similares, un cierto

envejecimiento, desgaste, etc.…sin embargo lo que marcó la diferencia entre

los dos grupos fue el nivel de energía y ganas de vivir del grupo saludable.

Estas ganas de vivir iban relacionadas con sus conductas positivas y su actitud

frente a la vida.

Cada pensamiento provoca una emoción, esto lo mencioné en el artículo

anterior “Cómo se producen las emociones”. Ahora imagina que cada emoción

en acción moviliza circuitos hormonales que impactan a aproximadamente

cinco trillones de células en tu sistema.

Pensamientos de rabia, preocupación, depresión, enojo, rencor, nerviosismo,

estrés, etc. contribuyen a la secreción de CORTISOL. El cortisol invade las

células y las corroe, es por ello que acelera el envejecimiento e invita a la

enfermedad.

Pensamientos de calma, amor, buenas relaciones, paciencia, alegría,

motivación, etc. van a ayudar a que tu sistema segregue serotonina que va a

causar más energía, y por tanto juventud a las células de tu sistema, trayendo

buena salud y bienestar a todo tu cuerpo.

Cuida y fortalece tu sistema inmunológico con emociones positivas. Cuida tus

pensamientos y verás como comienzas a segregar serotonina.

Page 5: Cómo Se Producen Las Emociones

Cómo cambiar las emociones tóxicas Parte III

Estrategias PNL.com » Artículos » Cómo cambiar las emociones tóxicas Parte

III

Ya vimos cómo se producen las emociones en el primer artículo y luego a

continuación los resultados nocivos de estas emociones a corto y largo plazo.

Espero que ya estés convencido de que tus pensamientos determinan tu

comportamiento. Este condicionamiento o programación se ha ido gestando

desde la niñez por lo que has visto, escuchado y sentido. Algunas actitudes y

conductas las has aceptado y otras las has rechazado en forma consciente e

inconsciente. A los pensamientos les agregamos un matiz muy importante que

hace que sean difíciles de vencer, y esas son las creencias.

Cada persona tiene su libro de creencias, basadas en lo que dijo mamá, papá,

la maestra, la tv, videos, etc. Y las convertimos en leyes, que nos llegan a

gobernar. Cuando estas creencias van ligadas con emociones tóxicas, son

difíciles de vencer.

A continuación te voy a dar varias técnicas para que empieces a desterrar las

emociones negativas que no te sirven y que te han causado problemas a lo

largo de tu vida. En realidad, es fácil hacerlo, lo difícil es que creas que es fácil.

Paso 1: “Darte cuenta y sacar la basura”

Si ya te diste cuenta que sí tienes emociones negativas que no quieres, es hora

de sacarlas a la basura. Y esto lo vas a hacer poco a poco a través del cambio

de creencias y pensamientos positivos de calma y reflexión. Esto se le llama

darse cuenta y sin este paso no hay avance.

Si no te has dado cuenta qué quieres cambiar en tus emociones, te aconsejo

que diario hagas una pausa en tu día y reflexiones a través de respiraciones

profundas para aclarar tu mente y descubrir cuáles son las que necesitas

desechar.

Paso 2: “Dirige tu mente con la respiración”

Aprende a dirigir tu mente con pensamientos positivos. Esto es, enfócate en lo

positivo. Cada vez que te encuentres pensando en negativo, en la crítica, el

juicio de otros, cada vez que te surja el reclamo o la resistencia hacia los

demás, ¡ALTO!, toma una respiración profunda y busca, el lado positivo a la

situación. De esta manera le vas enseñando a tu mente nuevos patrones

mentales. Empiezas a crear nuevas programaciones que con el tiempo se

harán automáticas.

Otra manera de dirigir tu mente es reconocer lo que haces y has hecho con tus

emociones. El daño que has causado a tu persona y a los demás. Una vez que

hayas hecho eso, inicia un camino rechazando esas emociones cada vez que

surjan. Toma una respiración profunda. Imagina que estás en alguna situación

complicada que puede salirse de balance con alguna de estas emociones. Allí

mismo, la reconoces (la emoción tóxica) y la rechazas y optas por usar otras.

Inmediatamente acudes a la paciencia, la flexibilidad, la amabilidad, o la que

necesites para empezar con el cambio. Es fácil, si te detienes y las reconoces.

Page 6: Cómo Se Producen Las Emociones

A veces las tenemos tan introyectado que consideramos que estamos bien y

salen brincando sin darnos cuenta.

Paso 3: “El aquí y el ahora”

Inicia con estos ejercicios para crear un nivel de conciencia mayor y te podrá

ayudar a progresar más, si te ubicas en el aquí y el ahora. Mientras desayunas

piensa en tu desayuno y los beneficios que te brinda. Mientras trabajas, usa la

concentración para hacerlo bien, incluso bajo estrés eres eficiente y haces más

de lo que te piden. Mientras hablas con alguien, piensa bien en tus palabras

para que surjan buenas emociones que te hagan sentir bien después. Eleva tu

nivel de conciencia respirando y ubicándote en el aquí y el ahora. Del pasado

aprendes y el futuro lo estás construyendo con tus pensamientos-conductas

actuales. Sé consciente de tu aquí y ahora.

Paso 4: “Obsérvate”

Refleja tu imagen en tu mente y aléjate un poco, para que la puedas ver bien.

Observa cómo estás actuando ahora con estos cambios. Revisa las diferentes

situaciones cuando sí pudiste dirigir tu mente-pensamientos-conducta. ¿Cómo

te sentiste? ¿Fue positivo el desenlace? Toma una respiración.

Ahora observa alguna vez, en la que no hubo control de emociones. Obsérvate

y date cuenta cómo te proyectaste frente a los demás. ¿Qué le puedes

recomendar a tu misma persona en ese caso específico? ¿Qué recurso te

ayuda para estar más en control? ¿Tranquilidad? ¿Escuchar? ¿Paciencia? Una

vez que lo tengas, actívalo, hazlo presente para que lo tengas a la mano para

la siguiente ocasión. Manda la orden a tu mente de activar este recurso y que

te recuerde la próxima vez, que enfrentes algo similar. Suena fácil, lo es en

realidad. Respira.

Cuando estás en control de tus pensamientos, tus emociones estarán

calmadas, te sentirás a gusto contigo mismo y confiado que no importa qué

crisis se pueda suscitar, tú tendrás el nivel de conciencia para activar el recurso

que necesites en ese momento. Cada día destierras más lejos alguna emoción

tóxica si aplicas estos pasos. Saca la basura, dirige tu mente, vive el presente

de la mejor manera y obsérvate siempre para seguir mejorando. Es fácil,

realmente fácil