como se decide una psicoterapia de niños

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Muchas psicoterapias de niños presentan la característica de no ser muy efectivas, ya sea a causa de que son interrumpidas, o muy largas, porque los síntomas son desplazados no solo en el niño, sino también entre los miembros de la familia. Entre los años 1950 y 1960 se “culpaba” a los padres cuando una psicoterapia no avanzaba o se interrumpía, pero no se indagaba en las razones que llevaba a los padres a actuar de esa forma. Desde hace aproximadamente 20 años se empezó a tomar en consideración el contexto familiar de varias formas. Marie-Cécile y Edmond Ortigues plantean una nueva forma de relacionarse con los consultantes, donde el control del analista es desplazado a ellos. Consiste en “crear y sostener un lugar, un tiempo y un marco tales que los demandantes puedan desplegar sus demandas conforme la singularidad de sus ritmos, meandros e intrincaciones”. Las entrevistas preliminares Durante estas entrevistas se busca decidir qué camino seguir, si se inicia o no una psicoterapia. La posibilidad de un procedimiento analítico depende de la forma en que fue tomada la decisión. Una decisión apresurada podría comprometer o imposibilitar la psicoterapia de ese niño por el que se consulta, ya que si la familia no está informada de todo lo que implica un psicoanálisis, puede ser que no estén preparados para afrontarlo y así interrumpir el mismo. De todos modos, siempre se respeta lo que decida el niño. Esta decisión suele llevar más tiempo que las tres o cuatro citas que habitualmente proponen los psicoanalistas. Los autores afirman que toda demanda, moviliza las posiciones libidinales o identificatorias, las defensas de unos y otros y la dinámica del grupo familiar, por lo que se necesita tiempo para dejar que esto se manifieste. ¿Quieren ellos realmente que su hijo cambie? ¿Qué quieren realmente? Hay veces en que la demanda inicial queda eclipsada por otras demandas, que en muchos casos poco tienen que ver con el niño, ya que se trata de la relaciones de esos padres con sus propios padres. Si se le da tiempo, la demanda puede desplegarse, ramificarse, desplazarse y eso es lo que se busca. Algunos consultantes que creen estar frente a un procedimiento médico (rápido y con resultados a la vista), se desorientan cuando se aplazan las entrevistas preliminares y no obtienen una respuesta a su demanda.

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Page 1: Como se decide una psicoterapia de niños

Muchas psicoterapias de niños presentan la característica de no ser muy efectivas, ya sea a causa de que son interrumpidas, o muy largas, porque los síntomas son desplazados no solo en el niño, sino también entre los miembros de la familia.

Entre los años 1950 y 1960 se “culpaba” a los padres cuando una psicoterapia no avanzaba o se interrumpía, pero no se indagaba en las razones que llevaba a los padres a actuar de esa forma.

Desde hace aproximadamente 20 años se empezó a tomar en consideración el contexto familiar de varias formas.

Marie-Cécile y Edmond Ortigues plantean una nueva forma de relacionarse con los consultantes, donde el control del analista es desplazado a ellos. Consiste en “crear y sostener un lugar, un tiempo y un marco tales que los demandantes puedan desplegar sus demandas conforme la singularidad de sus ritmos, meandros e intrincaciones”.

Las entrevistas preliminares

Durante estas entrevistas se busca decidir qué camino seguir, si se inicia o no una psicoterapia.

La posibilidad de un procedimiento analítico depende de la forma en que fue tomada la decisión. Una decisión apresurada podría comprometer o imposibilitar la psicoterapia de ese niño por el que se consulta, ya que si la familia no está informada de todo lo que implica un psicoanálisis, puede ser que no estén preparados para afrontarlo y así interrumpir el mismo.

De todos modos, siempre se respeta lo que decida el niño.Esta decisión suele llevar más tiempo que las tres o cuatro citas que habitualmente proponen

los psicoanalistas.Los autores afirman que toda demanda, moviliza las posiciones libidinales o identificatorias, las

defensas de unos y otros y la dinámica del grupo familiar, por lo que se necesita tiempo para dejar que esto se manifieste.

¿Quieren ellos realmente que su hijo cambie? ¿Qué quieren realmente?Hay veces en que la demanda inicial queda eclipsada por otras demandas, que en muchos

casos poco tienen que ver con el niño, ya que se trata de la relaciones de esos padres con sus propios padres.

Si se le da tiempo, la demanda puede desplegarse, ramificarse, desplazarse y eso es lo que se busca. Algunos consultantes que creen estar frente a un procedimiento médico (rápido y con resultados a la vista), se desorientan cuando se aplazan las entrevistas preliminares y no obtienen una respuesta a su demanda.

Es necesario acompañarlos en este proceso, esperarlos y realizar una escucha cálida que permita una buena transferencia para que tengan la posibilidad de modificar su demanda oficial.

Los autores proponen como condición no excluir ninguna queja, no cerrar ninguna vía de exploración y no calificar negativamente, ya que esto podría endurecer sus defensas o romper la relación creada.

Hay que darle tiempo a esos padres para que puedan ocupar el lugar que se les ofrece en este proceso.

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El revés de la demanda

Toda demanda relativa a si hijo tiene un revés que tiene que ver con la parte inconsciente de sus anhelos, la cual se relaciona con los trastornos del niño de una forma singular, no generalizada.

La relación entre padres e hijos NO responde a leyes del tipo: si los padres tienen tal o cual comportamiento, de él resultará en todos los casos, tal o cual consecuencia para el hijo.

Esto depende de la configuración familiar. Los autores denominan causalidad circular al hecho de que las reacciones de cada miembro de la familia se suman o se combinan en un efecto de conjunto que no es buscado por nadie pero que motiva las actitudes de todos los demás miembros de la familia. Esto es lo que denominan “revés de la demanda”.

Los deseos de los padres tienen dos vertientes y el niño se esfuerza en satisfacer a las dos, por eso su síntoma también tiene dos vertientes.

Esto solo se modifica si se interactúa con las dos caras de los deseos de estos padres. Ejemplo: Quieren que M. sea autónoma pero siga siendo “su niñita”, que sea activa pero solo

en la órbita de ellos, que hable pero como mero eco de sus palabras, que sea inteligente y estudie bien pero que no haga preguntas sobre un antiguo drama de la familia”

Los autores insisten en que se debe dar el tiempo necesario para que aflore el revés de la demanda, así los padres pueden saber de antemano, si están dispuestos realmente a aceptar que su hijo cambie, y progrese.

Además aceptar apresuradamente una demanda de psicoterapia puede ser engañoso ya que muchas veces los padres creen que se van a suprimir los síntomas de su hijo pero que nada más se va a modificar, y esto no es así.

Pero esa decisión la deben tomar ellos, si se les aconseja empezar un psicoanálisis, se les está quitando la posibilidad de querer por su propia cuenta.

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¿Interrogar o invitar a hablar?

Al contrario de lo que sugiere el término “interrogación”, el objetivo no será una recolección de informaciones, sino “establecer una situación tal que los consultantes puedan hablar, tanto como estén deseosos de hacerlo y no más”

¿Por qué “no más”? Por respeto a ellos, a sus límites y porque la mejor manera de invitar a quienquiera a progresar es oír su demanda, su sufrimiento y no forzar o desmantelar sus protecciones.

El problema que se nos trae no es solo la sintomatología del niño, sino que también la imposibilidad que se hallan los consultantes de ser distintos, de ver o reaccionar de otra manera.

No se busca ir al “fondo de las cosas”, sino estar atentos a lo que buscan ellos hoy, a lo que ellos quieren y pueden poner en juego.

¿Cuáles son los tipos de preguntas y formulaciones que serán una invitación a hablar?Primeramente, es conveniente que nuestras primeras palabras abran un campo muy vasto, no

definido (ej: “dígame lo que le parece importante” o “dígame lo que le parece útil”).En segunda instancia, si se han mencionado síntomas, malestares o sucesos, deberemos

elegir desde que punto hacerlo: punto de intensidad, de oscuridad, de repetición… ¿Cómo reabrir un dialogo sin cerrar vías de desplazamiento, de derivación? Propondremos hablar más de tal o cual punto apelando al presente, al pasado, al entorno en sentido amplio: “Dice usted que ese día tuvo mucho miedo, ¿conoció un miedo así o una emoción tan fuerte antes?”

En un tercer tiempo, siempre es útil hacer la apertura en dirección a los ascendentes. Si se habló de depresión, por ejemplo: ¿Es común la depresión en su casa? O ¿Conoció usted personas deprimidas? La apertura en dirección a los ascendentes significa al consultante que se podrán percibir o reconocer ciertos vínculos entre la patología que motiva la demanda y la vida.

Por último, disponemos de preguntas que invitan al “comentario familiar”. “de esto ¿Qué se dice en la familia? Estas respuestas dibujan la topografía familiar. Para uno será “grave”, para otro “se arreglara solo” o “era de esperar”. A menudo estos enunciados permiten localizar el lugar que se ofreció al niño en el cruce de los dos linajes: ser prueba de fecundidad o remplazar una pérdida por ejemplo.

Las preguntas sobre el “como” son más fructíferas que las de sobre el “porque”. Estas últimas demandan una explicación, mientras que las otras no excluyen ningún tipo de respuesta y permiten establecer vínculos con elementos que no podrían entrar en una explicación.

La transferencia

Toda vez que son los demandantes quienes regulan el “tempo” de su trayecto, ellos no interrumpirán unas entrevistas que les permiten vivir, poner en acción transferencias que se han hecho importantes. Aun cuando una serie de entrevistas no desemboque en un tratamiento, la duración se prolonga porque hay transferencias.

Si no se diera tiempo a los consultantes para sacar a la luz su demanda, habría riesgo de coagular un problema.¿Por qué se dice que la primera entrevista es particularmente importante?Lo importante no son las informaciones dadas, sino su tonalidad o su forma (como se refieren a su hijo por ejemplo).Los autores no recomiendan aconsejar a los padres ya que eso nos pondrían en lugar de “doctor” o “padre”.

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Las palabras introductorias a una cura

Cuando se comienza una psicoterapia de un niño sin que los dos padres estén de acuerdo (excluyendo a uno de ellos) se crea una situación aberrante para él y puede impedir el avance del tratamiento. Los ascendientes ofrecen al niño los materiales con los cuales él se va a construir, cuando se descalifica a un padre se está descalificando los puntos de referencia y las interrogantes que provienen de él (reparto de cartas familiar)En ese caso, el analista se estaría poniendo “en el lugar de…” “Lo que importa no es la opinión de mamá sino la mía”Cuando ocurre esto el tratamiento se estanca, dura interminablemente o se interrumpe.En caso de volverse a retomar el tratamiento, es necesario hacer un reexamen donde se tome lo que no se tomó en cuenta antes.

Durante las entrevistas preliminares, a veces las citas se estiran en el tiempo sin que progrese la idea de una decisión. Según los autores, esta actitud no es negativa, pero el riesgo que se corre es que los encuentros se instalen en el registro lúdico, del orden de lo primario.Aquí hay que diferenciar entre las ganas y el deseo. Puede haber dos tipos de registros diferentes.“¿Tenés ganas de venir… de volver?” o “¿Pansas que es útil volver?”El primer caso se sitúa en el registro de lo primario, de lo que se tiene ganas, lo que complace. En cambio el segundo, si bien el placer no está excluido, forma parte de la decisión que se toma buscando ciertos objetivos.

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El reparto de Cartas Familiares:

- "acervo de rasgos suministrados al comienzo, teniendo en cuenta que las cartas, en el juego, se distribuyen al azar, mientras que el niño recibe rasgos organizados, cuyas relaciones internas el mismo tendrà que descifrar. Un niño no puede modificar las cartas que recibe, pero las puede utilizar, jugar, de maneras diversas".

- el niño al nacer es colocado en un determinado lugar, y desde ahí sus padres lo invitan a inventar su propio juego, a la vez que le demandan continuar lo que, a travès de èl, no cesa de estar en juego para ellos mismos.

- no alcanza interrogarse solo sobre los síntomas en cuestión, conviene preguntarse de que interrogantes son esos "síntomas expresión".

- las posiciones de los miembros de la familia son interdependientes. El análisis de estas interdependencias no debe ser separado de análisis de los mecanismos inconscientes.

- muchas veces, la situación de un niño es la consecuencia de una combinación de las conductas características de una configuración familiar.

- "solo entendiendo al Reparto de Cartas familiar en su conjunto pueden revelarse a la vez las restricciones y los recursos ofrecidos al niño".

- " el Reparto de Cartas familiar es una construcción de los referentes identificatorios en función de los cuales se organizan los lazos de pertenencia común tanto como las posiciones personales de cada uno. Las discordancias de èsta construcción se analizan en la situación presente a medida que van consiguiendo expresarse".