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¡A TOlDO VAPOR! P' Cómo liberar el poder de la visión en su empresa y en su vida Ken Blanchard Jesse Stoner Traducción: Ángela Garcia GRUPO norma Bogotá. Barcelona, Buenos Aires, Caracas, Guaremala, Lima, Mexicl), Panamá, Quito, $m José, San Juan, Santiago de Chile, S.uno Domingo

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¡A TOlDO VAPOR!

P'

Cómo liberar el poder de la visión en su empresa y en su vida

Ken Blanchard Jesse Stoner

Traducción:

Ángela Garcia

GRUPO EOITO~I"'l

norma Bogotá. Barcelona, Buenos Aires, Caracas, Guaremala,

Lima, Mexicl), Panamá, Quito, $m José, San Juan, Santiago de Chile, S.uno Domingo

Edición original en inglés: FUU STEAM.AHEAD! unle4Jh the Power ofVuion in Your

Comptmy ami Your Lije, de Ken Blanchard Y Jesse Stoner.

Publicado por Berrett-Koeh1er Publishers, Inc.

235 Monrgomery. Suite650 San Francisco. CA 94104-2916

© 2003 por Blanchard Family Partnership. y Jesse Stoner.

© 2004. de la presente edición en castellano para América Latina,

Editorial Norma, S.A.

Reimpresión. octubre de 2008

Diseño de cubierra: María Clara SaIazar

Impreso en México - Printed in Mexic~

Av. Presidente]uárez 2004. Fracc. Induscrial Puente de Vigas

TIalnepantla, Estado de México. CF 54090. México

ISBN,958-04-8098-2

ISBN,978-958-04-8098-3

CC,26008605

Ninguna parte de esta publicación, incluido d diseño de la cubierta. puede ser "pmduci.u

almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio. conocido o 00.' ,","~a

sea electrónico, químico. mecánico. 9pticO. de grabación o de fotocopia. sin amo""",iónp'

escrito de la editorial

Dedicado a mis hijos, Michael y Noah

-JESSE 5TONER

mis nietos, Kurtis y Kyle

-KEN BlANCHARD

quienes han dado una nueva dimensión a nuestras propias visiones personales

Contenido

Prefacio ........ _ ........................ _ .................. _ ................ . 9

Sin decir adiós .... ......................... ...................... ........ 13

Un mundo desconocido ........ _ ......... _ ....... __ ... _............ 16

Saliendo de la depresión ................................... ........ 23

El "asunto de la visión" .... 0 •••••••••••••••••• ••• •••••••••• _........ 33

Elemento 1: Propósito trascendente ....... _ ......... _....... 43

Elemento 2: Valores claros ............ , .......... , ... _............ 77

Elemento 3, Imagen del futuro .............. ................... 95

Visión borrosa ................................................... _ ...... _. 109

No se puede llegar al futuro sin estar en el presente .............................................. .. _ ...... ~ ..... 123

Visión 20/20 ............................................................... 130

Un nuevo pacto: De la visión a la realidad .............. 146

Cómo se formula ........................................................ 150

Cómo se comunica ........................ ............ ................ 156

Cómo se vive .............................................................. 162

8 ¡A TODO VAPOR!

Coraje .......................................................................... 179

Del éxito a la trascendencia o •••••••••••••••••••••••• _ ••••••••• o" 187

Epílogo ....................................................................... 193

Agradecimientos ......................................................... 197

Los autores ................. : ............................................... 199

Servicios disponibles ............................................... o-o 201

Prefacio

La visión centra la atención. La visión identifica la direc­

ción. -La visión libera poder. La visión le permite avanzar

¡a todo vapor!

La expresión a todo vapor se remonta a la época de

los barcos de vapor, y Significaba que los poderosos

buques navegaban a plena potencia. En la actualidad, a todo vapor quiere decir que la persona tiene una claridad

tal acerca de su propósito y está tan comprometida con él,

tan convencida de su importancia y tan segura de su

capacidad para lograrlo, que puede emprender acciones

decisivas pese a los obstáculos que se interpongan en su

carnino. En nuestro libro esta expresión describe el efecto

de tener una visión clara -saber quién es uno, hacl dónde

se dirige y qué le servirá de guía en el trayecto-, con toda

la fuerza para avanzar aprovechando la toralidad de su

potencia. Para que las empresas tengan fuerza plena, es

preciso que sus líderes sepan cómo formular una visión

seductora que tenga en cuenta las expec..ativas y los

sueños de los miembros de la organización. El liderazgo

10 ¡A roDa VAPOR!

implica dirigirse hacia. alguna parte. Si no se pone al

servicio de una visión compartida, terminará por servir

únicamente a quien lo ejerce.

En el trabajo que realizamos con empresas yorga­

nizaciones del mundo emero, nos hemos dado cuenta de

que el principal obstáculo que impide que la mayor pane

de los gerentes sean grandes líderes es la falta de una

visión clara a la cual dedicar sus esfuerzos. Menos del

10% de las organizaciones que visitamos tenía un propó­

sito cIaro, una serie de valores operativos o una imageri

del futuro. En otras palabras, no tenían una idea clara de

hacia dónde estaban tratando de dirigir a su gente.

Casi todos los líderes y empresarios con quienes conversamos están de acuerdo con que la visión es im­

portante. Saben que sin una visión clara se ven abru­

mados por exigencias de tiempo que pueden desviarlos

de sus propósitos y hacerlos desperdiciar mucha ene..-gía.

Reconocen el efecto negativo de la falta de visión, pero no saben muy bien cómo fonnular una.

En muchas empresas en donde sí existe una decla­

ración de visión, ésta puede incluso terminar por desani­

mar a muchos. Quizás esté enmarcada y colgada en las

oficinas, pero no ofrece ninguna orientación o, peor aún,

no tiene nada que ver con la manera como se manejan las cosas en la realidad.

Si usted nunca ha tenido una visión o si ha participa­

do en un esfuerzo fallido para formular una, este libro le

servirá de ayuda. Hemos tomado este tema aparentemen-

PrefaciO 11

te complejo y lo hemos convertido en algo práctico, fácil

de entender y de aplicar.

¡A todo vapor! le quita el misterio a ese "asunto de la

visión". Convierte la visión en un concepto accesible para

todos, tanto en sus empresas como en sus vidas persona­

les. Explica los tres elementos clave de una visión

seductora, así como la manera de crear una visión com­

partida que libere plenamente la energía y el potencial. El

proceso que describimos guarda una relación directa con

su negocio y sus objetivos empresariales; no es simple­

mente un proceso que "suena bien". Nuestro libro mues­

tra qué les sucede a las empresas y los individuos que no

tienen una visión clara; en otras palabras, señala las im­

plicaciones financieras, operativas y personales de tener

una visión confusa. Demuestra cómo se pueden aplicar

estos conceptos de diversas maneras, al formular una

visión para una empresa, un departamento, una familia y

la propia vida personal. Además, le dará algunas ideas

sobre qué debe hacer de inmediato. La información que presentamos en nuestro libro se

deriva de la culnllnación de más de veinte años de estudio

y experiencia en facilitar el proceso de formularurta visión

compartida en diversos campos, como el de la manufac­

tura, la hotelería, el sector automotor, las relaciones pú­

blicas, el comercio minorista, las empresas especializadas

en salud, las instituciones gubernamentales, la educación,

las organizaciones sin ánlmo de lucro y las comunidades.

Hemos recibido de las personas que conforman estas

12 lA TODO VAPOR!

organizaciones tanto como les hemos dado, y como

resultado hemos mejorado el proceso con base en las lecdones aprendidas a lo largo de los años.

Este libro no se detiene en la formulación de una

visión seductora. También trata sobre cómo cerciorarse

de que sea una visión compartida, de que cobre vida y de

que siga guiándolo día a día. Crear una declaración de

visión puede ser una actividad que se realiza sólo una vez.

Este libro busca más bien ayudarlo a convertir la formu­lación de su visión en un viaje.

Esperamos que usted, como lector, adquiera algunas

ideas prácticas sobre Cómo formular una visión para su

empresa o su departamento, para su trabajo o para su

vida. las lecciones se encuentran dispersas a lo largo del

libro, como pepitas de oro a la espera de ser descubiertas.

Esperamos que disfrute leyendo este libro y descubriendo

sus lecciones, tanto como nosotros disfrutamos escribién­

dolo. Yesperamos que pueda aplicar los conceptos aquí incluidos para poder avanzar ¡a todo vapor!

KEN BLANCHARD

]ESSE STONER

Sin decir adiós

Aru estaba yo, de pie, sin poder creerlo, insensible al

viento que me laceraba la cara. Tan sumida estaba en mis

pensamientos que no me daba cuerÍ.ta del frío. No puedo

creer que se haya ido ... No puedo creer que no me baya podido despedir de él. No me imaginaba un mundo en el

cual no existiera Jim. Sin embargo, aquí estaba yo, en este

lúgubre día b."lvemal, frente a una rumba abierta.

¿Cómo puede estar sucediendo esto?, me pregunté.

Creía que]im siempre iba a estar allí si lo necesitaba.

Ahora lo necesitaba para que me consolara, y no estaba.

Sentí desesperadamente ansias de poder hablar con éL

Eché un vistazo a mi alrededor, a las personas allí

reunidas. Todas parecían tan sorprendidas como·Yo. iJirn había significado tanto para todos nosotros! Senú algo de

consuelo al darme cuenta de que no era la única que se

sentía anonadada.

Cuando Kristen, la hija de Jim, comenzó a leer el

panegírico, me esforcé por prestar atención. Las palabras

que pronunciaba y que tenían un dejo familiar describían

14 ¡A TODO VAPOR!

tan bien a Jim que casi podía palpar su presencia. Al sentir

esa conexión con él, comprendí que me sentía sah, pero

no abandonada. Estaba sola, y sin embargo casi podía

sentir a Jim consolándome.

'Jirn Carpenter fue un maestro entrañable y un

ejemplo de verdades sencillas, cuyo liderazgo lo ayudó a

él mismo y a otros a despertar la presencia de Dios en sus

vidas. Fue un bondadoso hijo de Dios, un hijo, hennano,

esposo, padre, abuelo, suegro, cuñado, padrino, tío, primo, amigo y colega que se esforzó por buscar un

equilibrio entre el éxito y la trascendenda. Disfrutaba de

una paz espiritual que le permitía decir delicadamente 'no' a las personas y los proyectos que lo desviaban de su propósito. Era una persona dotada de un alto nivel de

energía, capaz de ver el lado positivo en cualquier suceso

o situación. Fuere cual fuere la circunstanda, siempre

hallaba un mensaje o algo que aprender <k: ella. Jun Carpenter era una. persona que confIaba en el amor

incondicional de Dios y que creía ser sinceramente bien

amado. Valoraba la integridad y sus acciones eran con­

gruentes Con sus palabras. Era, además, un consumado

go!f¡sta de 84 kilos y buen porte. La gente lo echará de

menos porque a dondequiera que fuera, hacia del mundo un lugar mejor".

Un maestro entrañable y un ejemplo de verdades sencillas. Pensé con cuánta elocuencia describían las

palabras de su hija la manera como Jim habia vivido su

vida. Captaban la esencia de quién era él. Sorueí al

Sin decir adiós 15

comprobar cómo las palabras habían incluso captado el

humor de Jim. Sin duda alguna le gustaba el golf, aunque

nunca se había convenido en un "golfista consumado de

buen porte".

Cuando nos marchábamos del cementerio, me acer­

qué a Kristen.

-Qué palabras tan hermosas -le dije, rodeándole los

hombros con el brazo.

Kristin suspiró y respondió:

-Gracias, Ellie, pero yo no las escribí. Creo que fue

papá quién lo hizo. Estaba sentada ante su escritorio en

el estudio, tratando de escribir unas palabras, cuando

encontré este texto en el primer cajón. Pensé que lo

describía mucho mejor que rualquier cosa que yo pudiera

decir.

Hizo una pausa y continuó:

-Pero no sé por qué lo escribió.

En ese instante comprendí por qué las palabras me

habían parecido tan familiares.

-Yo sé por qué lo hizo -respondí quedamente-. Yo

estaba alú cuando lo escribió. Era su visión para ~ vida.

De inmediato mis pensamientos se remontaron diez

años atrás, a un invierno que había comenzado de una

manera un poco similar a éste.

Un mundo desconocido

Ese invierno predominó el cielo gris. No nevó mucho,

pero el frío caló hasta los huesos y casi nunca vimos el sol.

Yo me sentía entumecida e insegura frente al umbral de

un mundo desconocido. Tenía treinta y tantos años. Mi

esposo me había dejado: había abandonado nuestro

matrimonio, nuestros hijos y nuestra vida. Una mañana

simplemente anunció que pensaba marcharse, y esa tarde .

ya no estaba allí.

Sentí que mi vida se hacía añicos. No podía creer que

no 10 hubiera presentido. Me sentí muy estúpida al

recomponer todos esos indicios que no había advertido.

En los últimos años me había dejado absorber por el

cuidado de nuestros hijos y por una vida agitada, hasta el

punto de que no había caído en cuenta de que Doug se había ido distanciando cada vez más. Pensé que era por

su trabajo, que lo mantenía muy ocupado.

El proceso de divorcio se desarrolló rápidamente. Mi

abogado me aseguró que el arreglo era bastante favorable

para mí.. Me dijo que Doug estaba cooperando porque se

Un mundo desconocido 17

sentía culpable. Sin embargo, aun así el dinero que nos

daba no alcanzaba. Tenía que buscar un empleo, pero no

se me ocurría por dónde empezar. Mi oficio hasta ese

momento había sido ser madre, esposa, voluntaria, pero

nunca ganar dinero para sostener a la familia. Al parecer,

todas las cosas que yo había dado por sentadas ya no eran

válidas. Mis hijos eran adolescentes y no me necesitaban

tanto como antes. Me sentía completamente sola y abru­

mada por la situación. Había días en los cuales el solo hecho de levantarme me parecía un logro sobrehumano.

A cada rato sentía que se me agotaba la energía.

Finalmente, una voz práctica me dijo desde lo más

profundo de mi ser: debes dar un paso a la vez. Sabía que

lo primero que tenía que hacer era buscar una fuente de

ingresos. Reflexioné sobre mi situación: era inteligente,

me había graduado con las mejores calificaciones de mi promoción, había sido tesorera de la asociación de padres

y maestros del colegio de los niños, ayudaba con la

contabilidad de la biblioteca, pagaba las cuentas (¡a

tiem¡x:¡O y llenaba los fonnularios de declaración de renta.

También me encantaba escribir, pero ¿cómo·4 podría

gana.nne la vida como escritora si no tenía una educación

fonnal en esa área? Yo había estudiado administradón de

empresas.

Todos los domingos, sintiéndome muy desgraciada,

revisaba detenidamente los anuncios clasificados en bus­

ca de alguna oportunidad en el área administrativa o

.--'

18 lA roDa VAPOR!

financiera. Finalmente conseguí mi primer empleo, en el

departamento de contabilidad de una agencia de seguros

de buen tamaño. Me compré algunas prendas adecuadas

para mi nuevo trabajo y me dispuse a ingresar a ese mundo desconocido.

. . " Mi primer día de trabajo fue mejor de lo que había esperado. Una simpática mujer llamada Marsha -que me

había entrevistado para el cargo- me dio la bienvenida a

la agencia y me infonnó que seña mi jefa directa. Me

mostró el departamento, me llevó a conocer el edificio y

me indicó mis funciones. Tenía como función específica

prestar apoyC? en la contabilidad tributaria: recopilar

información relacionada con impuestos y ayudar a prepa­

rar las declaraciones estatales y federales.

Me dijo que comenzaría a trabajar poco a poco, hasta que entendiera bien el oficio, lo cual me tranquilizó. Sentí

que mi vida estaba a punto de ser rescatada de ese turbio pantano en el cual me había hundido. De hecho, me

. emocionó la perspectiva de comenzar a ejercer mis

funciones, de conocer a mis compañeros y de sentarme en un cubículo propio con escritorio, computador e incluso mi propio buzón de correo de voz. Hasta tenía un mensaje aguardándome:

.Buenosdíasa todos. Soy fimo DicenqueAbraham Lincoln solía salir discretamente de la Casa

Blanca los miércoles por la noche para escuchar

Un mundo desconocido 19

los sermones del doctor Finnes Gurley en la IglesiaPresbiterianadeNewYorkAvenue.Porlo general prefería ir y volver sin que nadie lo advirtiera. Por eso, cuando el doctor Gurley

sabia que el presidente iba a ir a su iglesia, dejaba abierta la puerta de su estudio .

En una de esas ocasiones, el presidente entró

por una de /as puertas laterales de la iglesia Y se sentó en el estudio del ministro, que estaba al

lado del santuario. Dejó la puerta entreabierta, apenas lo suficiente como para poder escuchar­

lo. En el camino de regreso a la Casa Blanca,

uno de los asistentes de Lincoln le pidió su opinión sobre el sermón. El presidente contestó

pensativamente: -El contenido fue excelente; habló con ele­

gancia; es obvio que se esforzó en el mensaje. -¿Entonces le pareció excelente el sermón?­

quiso saber el asistente . -No -contestó Lincoln. -Pero usted dijo que el contenido hdbía sido

excelente, que el ministro había sido elocuente y que se veía que se habia esforzado -insistió el

asistente. -Así es-dijoLincoln--, percal doctorGurley se

le olvidó el ingrediente más importante. Se le olvidó pedirnos que hiciéramos algo admirable.

,

20 ¡A TODO VAPOR!

No creo que las vidas promedio y los logros

promedio tengan nada de malo; la mayorparte

de lo bueno en el mundo se construye con base

en los esfuerzos acumulados de la gente corrien­

te. Sin embargo, una vida debe buscar lo exce­

lente, ló admirable, como Lincoln parecía saber muy bien.

Recuerdo ese mensaje con preCIslon, porque de

hecho lo transcribí. No tenia mucho que hacer esa primera

m.aña.na, y pensé que transcribirlo me serviría para

practicar con en el computador. Además, el mensaje me

dejó intrigada. ¿Quién era Jim y por qué estaba ese

mensaje en mi buzón de correo de voz] No había

esperado que algo así ocurriera en el mundo empresarial.

Marsha me invitó a almorzar, junto con otros colegas

del departamento. Conversamos sobre un proyecto im­

ponante que íbamos a realiza:r, sobre el clima Y sobre

nuestras familias. Comencé a pensar que en realidad me

iba a gustar trabajar en esta empresa. Me sentía a gusto.

Quena est;u aquí. No me había sentido así desde mucho tiempo antes de que Doug nos abandonara.

No pregunté acerca del mensaje del correo de voz,

en parte porque en ese momento no lo tema presente, pero sobre todo porque no quería parecer como si no

supiera nada sobre el mundo empresarial.

La tarde transcurrió rápidamente y por primera vez en mucho tiempo me fui a casa con grandes esperanzas en el futuro.

Un mundo desconocido 21

Durante los días siguientes, me sumergí de lleno en el

trabajo. Estaba ansiosa por aprender todo lo más rápida­

mente posible, a fin de que me consideraran un activo

para la empresa. El viernes todavía no le había preguntado

a nadie sobre el significado de los mensajes de correo de

voz. Sin embargo, todas las mañanas me dejaba intrigada

el breve mensaje que comenzaba con las palabras "Bue­

nos días a todos. Soy Jim". y todos los dias, cuando tenía

unos minutos de sobra, transcribía el mensaje ... sobre

todo para parecer ocupada si alguien pasaba cerca de mi

cubículo.

Los mensajes eran bastante inusuales. Parecían con­sistir en u:na mezcla de relatos, filosofía personal e

información sobre cosas que sucedían en la vida de otros.

Por ejemplo, uno de ellos comenzaba:

Buenos días a todos. Soy fimo Ayer a Sue Mason~

una de nuestras recepcionistas, le hicieron una

cirngía exitosa, pero los médicos encontraron cáncer. Creen que lograron extirparlo casi todq . . pero va a tener que someterse a un tratamzento

de quimioterapia. Por eso les pido que le envie­

mos a Sue nuestras oraciones, mucha buena

eneTgía y pensamientos positivos.

Yo aún no conocía a Sue, pero de todos modos le

envié algunos pensamientos positivos. Pensé que no

22 ,:A TODO VAPOR'

sobrarían. Todavía no le había preguntado a nadie sobre

los mensajes, en parte porque nunca parecía ser el

momento oportuno para hacerlo y en parte porque el

asunto se había convertido en una especie de misterio ...

algo que ansiaba con agrado todos los días. Hacía mucho

tiempo que en riri vida no había habido lugar para el misterio.

Cuando regresé a casa al fmalizar mi primera semana

de trabajo, reflexioné sobre mis experiencias. Me había

sentido emocionada y ansiosa la mayor parte de la

semana. El trabajo me parecía un poco tensionante, pero

nada comparable a la tediosa mC?notonía hogareña. Sin

embargo, toda esa energía que sentía en el trabajo

desaparecía como por encanto tan pronto volvfa a casa.

Alex y Jen se habían ido a pasar el fm de semana con su

padre. Pero incluso cuando estaban en casa, parecían tan: autosuficientes ... A sus quince y trece años, tenían sus

propios planes y se diña que sólo me necesitaban para

que los transportara de un lado a otro. Antes había sido

una esposa yuna madre. Ahora no estaba s~gura de quién

era. Donní hasta tarde tanto el sábado como el domingo,

y di vueltas en la casa, sintiéndome inútil, a la espera de que llegara el lunes.

Saliendo de la depresión

El domingo por la noche, de veras esperé con ansia que

terminara el tedioso fm de semana y pudiera volver al

trabajo. Sin embargo, no donní bien. Después de una

noche de sueño irregular, me desperté a las 5:30 A.M.- y me

quedé un rato acostada. Traté de volverme a dormir pero

fue imposible. ¿Qué hacer? Alex y Jen se habían quedado donde su padre. La sola idea de leva..-¡tlli-me y afrontar la casa vacía me hada estremecer. Pensé que podía ir a la oficina más temprano. Con sólo pensar en el trabajo7 sentí

fluir la energía. Me habían asignado un proyecto. Si lo

hacía bien, podria demostrar mis capacidades. ¿Porquéno

comenzar de una vez?, pensé. :tvfe arreglé rápidamente y

llegué a la oficina a las 6:30 A.M. ...

No se me ocurrió que el edificio estuviera cerrado.

Caminé alrededor de la edificación probando las puertas,

hasta que encontré una abierta en la parte de atrás. Entré

al silencioso edificio no sin cierto temor. Aún no conocía

a muchas de las personas que trabajaban allí y no quería

que me confundieran con una ladrona y me arrestaran.

24 ¡A TODO VAPOR!

La puerta daba a un pasillo, y de inmediato sentí el aroma de café recién hecho, que provenía de una

habitación a mi izquierda. Vi varias fotocopiadoras y, para

mi gran deleite, encontré el café en una cafetera grande

que reposaba sobre un mostrador a la entrada del CUarto.

Despedía un olór tan apetitoso que me acerqué y me serví

una taza. Comenzaba a relajanne y a sentirme satisfecha

conmigo misma, cuando de repente escuché un "ejem ... ~

detrás de mi. Sorprendida, me di vuelta y regué el café. No

había observado una pequeña mesa, casi oculta en el

fondo del cuarto, detrás de las fotocopiadoras, y mucho

menos había visto al hombre que estaba ante ella. Pero era

obvio que él sí me había visto a mi. Estaba cómodamente sentado bebiendo café, y parecía haberme estado obser­

vando durante algún tiempo. ¿Denotaba su expresión una autosufidencia petulante? Yo había visto esa expresiÓn

muchas veces en la cara de Daug, cuando me atrapaba cometiendo un error.

Me puse a la defensiva.

-¿Quién es usted? ¿Por qué no me dijo que estaba alu? ¡Pude habenne quemado cuando me sorprendió!

-¿Se encuentra bien? -fue su respuesta.

Parecía sincero. Lo miré -de nuevo. De hecho, su

sonrisa no era petulante. Además, tenía los ojos azules

más intensos que había visto en mi vida. Parecían

atravesarme conIa mirada ... parecían atravesar mi agitada superficie.

-¿Me acompaña? -invitó.

Saliendo de la depresión 25

Limpié con cierta vergüenza el café que habla

derramado y me acerqué a la mesa.

-Soy nueva aquí -me disculpé-o Quería llegar tem­

pra.no para trabajar un poco, y ésta era la única puerta que

estaba abierta. Pensé que quizás era un portero o un guardia de

seguridad, pero la verdad es que no importaba quién

fuera. De inmediato me sentí tan a gusto en su presencia

que sin pensarlo,dos veces me sinceré. Le conté sobre mi

fracaso matrimonial. Sobre el fuerte impacto que me

produjo el enterarme de que Doug tenía una aventura.

amorosa con Diane, nuestra vecina, desde hada tres años.

Sobre cómo nos abandonó. Sobre cómo mis hijos pare­

cían no necesitarme. Sobre cómo había empezado a

trabajar la semana pasada. Le dije que me sentía nerviosa

porque era mi primer trabajo de verdad y que estaba

ansiosa por aprender lo más pronto posible. Le hablé

sobre mis actividades como madre, como voluntaria en el

colegio de mis hijos y sobre Ia ausencia absoluta de vida social. Creo que hablé sin parar durante veinte minutos.

De repente se me ocurrió que estaba siendo muy

grosera, pues no le había preguntado nada a él. Ni~iquiera

sabía su nombre. -Lo siento. Usted es tan buen escucha que he

monopolizado la conversación y ni siquiera sé cómo se

llama. Sus ojos azules me miraron intensamente y sonrió_

-Me llamo Jim y soy el presidente de la agencia. Me

26 ¡A TODO VAPOR!

agrada mucho conocerla, Ellie, y enterarme tanto sobre su

vida. Y ahora, si me disculpa, tengo que ir a trabajar.

Se puso de pie y se marchó, y yo me quedé estu­pefacta y sin habla.

Más tarde, esa mañana, cuando escuché mi correo de voz, encontré él siguiente mensaje:

Buenos días a todos. Soy fimo Son las siete pa_ sadas. Esta mañana estuve conversando con

E/He, nuesfTa nueva colaboradora en el depar­

tamento de contabilidad, y me acordé de una

historia que me gustaría compartir con uste­des.

Un buen día, un experto en administración

de tiempo estaba hablando ante un grnpo. Sacó

un gran frasco y lo colocó sobre una mesa al

frente suyo. También sacó cerca de una docena

de pt"edras del tamaño de un puño y las metió

con ~idado, unaporuna, en e/frasco. Cuando

el fiasco quedó llenó basta el borde y no cabían

más Piedras adentro, preguntó:

-¿Está lleno el frasco?

Todos los asistentes respondieron que sí.

Entonces se agachó y sacó de debajo de la

mesa un balde con gravilla. Ecbó un poco de gravilla en el frasco y lo agitó, con lo cual las piedritas se acomodaron en los espacios entre -';

las piedras grandes. Una vez más les preguntó a los asistentes:

Saliendo de la depresión 27

-¿Está lleno elfrasco?

Esta vez, algunos no estaban tan seguros.

-Muy bien -dijo, y una vez más se agachó, y

sacó de debajo de la mesa un balde de arena y

lo echó en el frasco.

Volvió a hacer la misma pregunta:

-¿Está lleno e{frasco?

Nadie contestó.

Entonces tomó una jarra de agua y la vertió

en el frasco basta llenarlo. Miró a los asistentes

y les preguntó,

-¿Cuál es el sentido de este ejemplo?

Un joven entusiasta contestó:

-La idea es que, no importa cuán lleno esté su

agenda de trabajo, si uno lo piensa bien, siem­

pre podrá hacer más cosas.

-No-contestó el orador con una sonrisa--. Ésa

no es la idea. Eso es lo que piensa la mayor parte

de la gente. La lección que nos enseña este

ejemplo es que si no se meten primero las piedras

grandes, nunca se podrán meter.

.¿Cuáles son las piedras grandes en .tu vida?

¿Tiempo para compartir con sus seres queridos,

sus sueños, su salud, una causa meritoria?

Recuerden meter todo esto primero, pues de lo

contrario no lo podrán introducir.

Así pues, parte del misterio había quedado resuelto.

los mensajes de correo de voz provenían de Jun, el

28 ¡A TODO VAPOR'

presidente de la empresa. Sin embargo, aunque ahora ya

sabía quién dejaba los mensajes, todavía no sabía por qué lo hacía.

No comenté mi inquietud con nadie y pasé otra

jornada de trabajo sin pensar en lo que quedaba del misterio ni en"el mensaje.

Esa noche, ya acostada, reflexioné sobre cuáles eran

las piedras grandes de mi vida. Mis hijos, sin duda alguna.

y mi nuevo trabajo. ¿Qué más? Me fui durmiendo con

imágenes de piedras a mi alrededor, y de nú metida en un frasco Con todas ellas.

... El martes volví a despertarme a las 5:30 y de inmediato me

levanté. Esta vez sabía exactamente qué iba a hacer. La

noche anterior les había preguntado a Alex y ajen si les

importaba que me fuera a la oficina ames de que ellos se

marcharan al colegio. Por lo tanto, 105 desperté, saqué el cereal del desayuno y lo dejé sobre la mesa, y llegué a la

oficina cerca de las 6,30. Me pregunté siJim estaria ahí.

Probé la puerta de atrás y la encontré abierta. Fui

directamente al cuarto de las fotocopiadoras y ahí estaba él, sentado frente a la mesa. Esta vez lo observé más

detenidamente. Era un hombre atractivo, delgado; quizás

había sido atleta de joven. Su pelo rubio, que comenzaba

a escasear, y las fInas líneas alrededor de los ojos hacían

pensar que podría tener unos cincuenta y tantos años. Su

rasgo más sobresaliente era la intensidad de sus ojos

Saliendo de la depresión 29

azules. Cuando lo miré a los ojos, casi fue imposible

quitarle la vista de encima.

No pareció sorprenderse al venne, y dijo:

-Buenos días, Ellie. Veo que también hoy madrugó.

¿Quiere contarme más cosas? -dijo sonriendo.

-No --contesté-. Esta vez quiero hacerle algunas

preguntas.

Fui directo al grano.

-¿Por qué deja un mensaje de correo de voz todas las

mañanas? ¿Desde hace cuánto 10 hace? ¿Qué pretende

lograr con eso? ¿Cómo se le ocurren cosas nuevas para

decir todos los días? ¿No se aburre de hacerlo?

-¡Calmal-respondió Jirn-. Veo que ayer no bromea­

ba cuando dijo que queña aprender rápidamente.

Ambos reímos mientras me serví una taza de café.

También esta vez me sentí muy a gusto. Por un lado

sabía que era el presidente de la compañía, yeso

significaba que debía sentirme un poco intimidada. Pero

había algo muy auténtico y humano en él que me hacía

sentir como si estuviera con una persona "normal". Tal veZ

era la liviandad de ia hora matinal o la manera como le

había abierto mi corazón antes de saber de qlIién se

trataba. En todo caso, me sentía a gusto con éL ¡Y me

agradaba!

Me senté al otro lado de la mesa y aguardé.

Al cabo de un rato,)= rió y dijo,

-Está bien, entiendo. Ahora me toca hablar a mí. Son

buenas preguntas, pero no estoy seguro de tener todas las

30 ¡A TODO VAPOR!

respuestas que usted quiere. Dejé el primer mensaje hace

más o menos un año. Una mujer que se llamaba Allee, y

que había entrado a la agenda cuando mi padre era

presidente, se acababa de casar. Una semana después, a

su nuevo marido, Tom, le diagnosticaron un tumor

maligno y tuvo que someterse a una cirugía. Como se

podrá imaginar, Alice estaba muy angustiada. Yo me sentí

muy acongojado. Había ido a su boda y la conocía desde

hacía años. El día antes de la cirugía, me_pidió que orara

por Tom. Lo hice con gusto, porque eso era lo que Alice .

quería que hiciera. Luego pensé: "'¿Por qué sólo yo, por

qué no todos?" Al día siguiente dejé un mensaje de correo

de voz para todos los empleados y les pedí que oraran por Tom y le enviaran SUS pensamientos positivos y su

energía. No sabía qué impacto iba a tener eso en Alice o

en la agenda. Simplemente pensé que era bueno hacerlo. Aliee me llamó al día siguiente conmovida hasta las -

lágrimas. La operación había sido exitosa. Doraba de la'

emoción que le había producido mi mensaje y por la

cantidad de respuestas que había recibido. Su buzón

correo de voz estaba lleno. El mio también esraIY." n'pl,ero

de mensajes de personas que me decían cuánto les illLota.

gustado lo que les había dicho. Yo me dije, "Creo

descubrí algo interesante". Habíamos crecido tan rnl)ida-!I

mente como empresa, que nadie sabía sobre los aconte· XII

cimientos importantes en la vida de los demás. Al deiaresoe'll

mensaje en el correo de voz para toda la empresa,

recuperar algo de esa sensación de compañía pequeña.

Saliendo de la depresión 31

-¿Es decir que sus mensajes ayudaron a mantener el

contacto entre las personas? -Sí, supongo que se podría decir eso. Pero creo que

se trata de algo más. También me di cuenta de que

generaban energía y creaban una sensación de comuni­

dad -contestó pensativamente Jim, buscando las palabras

adecuadas para expresar sus idea5-. Creo que estos

mensajes están marcando una diferencia, aunque no

estoy seguro de cómo lo hacen. Creo que son buenos para

la agencia y buenos para mi. -¿Ep. qué sentido son buenos para usted los mensa­

jes? -pregunté. -Pues bien, si he de dejar un mensaje todas las

mañanas, tengo que dedicar algo de tiempo a reflexionar

sobre qué es lo importante. Necesito organizar mis ideas

y centrar mi pensamiento. Antes solia saltar de la cama

todas las mañanas y salir a toda carrera. El hecho de dejar

esos mensajes me obliga a disminuir un poco el ritmo

antes de tomar impulso.

-Personalmente me parece que es una buena

manera de comenzar el día. Yo he estado ... -comencé

a decir, pero en seguida vacilé y me sentí muy tonta.

Casi menciono que había estado transcribiendo los

mensajes.

Jirn me sonrió amablemente y se rió. -Sus preguntas y sus puntos de vista son refrescan­

tes, y me gustaría conversar un poco más con usted. Pero

ahora tengo que ponerme a trabajar.

32 ¡A TODO VAPOR!

¡Miré el reloj con asombro! No podía creer que el tiempo hubiera pasado así de rápido.

Fui a mi cubículo y comencé a trabajar en mi proyecto. Más tarde esa mañana, cuando revisé mi correo

de voz, allí estaba al mensaje de Jim para ese día. Comenzaba así:

Buenos días a todos. Soy fim.

El hecho de dejarles estos mensajes matinales me ha ayudado mucho porque muchas veces

me siento tentado a saltar de la cama, adoptar de inmediato mi personalidad laboral, hablar por teléfono, escribir, cumplir todo tipo de fun­ciones. Cuando bago eso, mi día se inicia de inmediato y se me sale de control. El hecho de

dejar estos mensajes me obliga a reflexionar sobre qué es lo verdaderamente importante an­tes de iniciar el día.

El mensaje me fascinó. Había conversado conJim en

dos ocasiones, y algo de ambas charlas fonnaba parte de sus mensajes matinales.

El "asunto de la visión"

El miércoles llegué a la oficina a las 6:30 en punto. Allí

estaba Jim. frente a la mesa del fondo del cuarto de

fotocopiadoras. Parecía como si me estuviera esperando.

Comenzó a hablar de inmediato, como si la conversación

del día anterior no se hubiera interrumpido.

-Supe que había descubierto algo importante por la

enOlme cantidad de respuestas que obtuvo mi primer

mensaje de correo de voz. Le voy a contar un cuento, para

que entienda qué andaba buscando yo. Había una vez un

gerente exitoso que era bastante eficiente, tradicional­

mente hablando. Fijaba metas claras y las personas sabían

qué se esperaba de ellas. Tendía a' administrar dando

vueltas por la empresa. Se daba cuenta cuabdo sus

empleados hacían las cosas bien y los elogiaba. Si no

ejercían bien sus funciones, los orientaba y a veces hasta

los reprendía si veía que se comportaban mal adrede. A

la gente le gustaba trabajar para él, y lo respetaban. Pero

cuando el gerente examinaba el fondo de su corazón,

sentía que algo faltaba. Y cuando miraba a su gente a los

34 ¡A roDO VAPOR!

ojos, se cIaba cuenta de que disfrutaban sus labores,

aunque parecían carecer de esa chispa que él había visto cuando era más joven, en una época en que tanto él como

los demás trabajaban para un líder que les infundía

entusiasmo y los hacía sentir que lo que hacían era

realmente importante. En ese entonces, siempre que el

líder daba una vuelta por la empresa, desde temprano en

la mañana hasta tarde en la noche, las personas estaban

tra~ajando, no porque tenían que hacerlo sino porque así

lo querían. Disfrutaban lo que hacían y lo consideraban

algo especial. Pero el gerente de mi historia sentía que esa

magia y esa energía ya no existían, y se preguntaba qué

era lo que hacía falta y qué podría hacer para encender esa

chispa en sí mismo y en todos los demás. Entonces, un

buen día, dejó un potente mensaje de correo de voz y

supo que había descubierto algo importante.

Yo había esrucbado atentamente el relato.

-De modo que el gerente de esa historia es usted,

t:"Verdad?

Jim asintió.

-y el líder que les infundía entusiasmo era mi padre. -¿Su padre?

-Mi padre era un hombre asombroso. Levantó

agencia de la nada, a punta de simple coraje, préstamos

y conf= en la gente. La convirtió en la errlpnosa próspera y admirada que es hoy en día. Todo el

adoraba a mi padre: los empleados, nuestros clientes,

espedallas viudas! Querían que nuestra agencia

El "asunto de la visión" 35

éxito, y la hadan refulgir. Yo me siento muy orgulloso de haber ascendido poco a poco en el escalafón. Hace diez

años largos asumí el control de la compañía, cuando mi

padre se retiró. Desgraciadamente no tuve la ocasión de

aprovechar sus consejos durante mucho tiempo, porque

muy pronto después murió. Nos va bien desde el punto de vista financiero, pero no he ejercido el impacto

significativo que hubiera querido. Ahora tengo la espe­

ranza de que- estos mensajes me ayuden a lograrlo.

Reflexioné algunos instantes. -Entonces usted es el presidente de una agencia

exitosa y admirada. Cuando su padre era el presidente,

todo resplandecia. Ahora la gente parece contenta, pero

ya no hay chispa. Usted considera que es un buen gerente,

pero piensa que debe haber algo más y no sabe qué es.

-Eso lo sintetiza bastante bien --contestó.

-También me da la impresión de que a usted

tampoco le parece muy emocionante el trabajo y no lo

satisface plenamente -me aventuré a decir, aunque sabía

que estaba incursionando en terrenos que quizás él no

querría explorar conmigo. . .. Jim se rió con ganas.

-Ellie, no sé de dónde saca el valor para hablar así.

Pero voy a ser franco con usted. Tiene toda la razón. Me

agrada estar aquí, pero no me emociona. Yo le sonreí. Sijim lo veía comO "valor", fabuloso. Mi

madre solía decir que mi boca era como una máquina

expendedora de goma de mascar: cuando comenzaba a

¡A TODO VAPOR!

hablar, nunca se sabía qué iba a salir. Eso me metía en

problemas con algunas personas, pero a Jim no parecía importarle.

El jueves por la mañana,Jirnyyo nos hallábamos tomando

café una vez más ante "nuestra" mesa.

-Sabe, Ellie, he estado reflexionando sobre las pre­

guntas que me hizo acerca de los mensajes. Siento que

están ejerciendo algún tipo de impacto pero, como dije

ayer, todavía no creo que se haya producido el cambio

significativo que he estado esperando. Cuando mi padre

era presidente, las cosas marchaban a todo vapor. Todos

sabían qué debían hacer y por qué. No había manera de

detenerlos. Sabían que estaban construyendo una empre­

sa que prestaba un servicio real a nuestra comunidad.

Además, en la agencia se respiraba un ambiente familiar;

la idea era marcar una diferencia, divertirse y crear

oportunidades para todos. Mi padre tenía un efecto

asombroso en las personas. El hecho de estar cerca de él ,

hacía que todos sintieran que lo que hacían era imporran­

te. En esa época, en la agencia se sentía una alegría real.

Yo he estado tratando de recrear esa sensación, pero no

es lo mismo. Los tiempos han cambiado, y lo que

fundonaba a papá no necesariamente funciona en actualidad.

Jim había dicho que las cosas marchaban "a todo ,;

vapor" y esa frase me intrigó.

El "asunto de la visión" 37

-¿Qué quiso decir exactamente con eso de "a todo

vapo!"? -quise saber. -Ésa era una frase muy usual en la época de los

barcos de vapor. Significaba que los barcos estaban

utilizando toda su fuerza y que avanzaban con potencia

plena. -¿No se escuchaba esa frase también en la guerra?

Recuerdo las palabras: "Al diablo los torpedos: ja todo

vapor!" -proseguí.

Jim sonrió. -Ahora sí me cautivó. Me fascina la historia. Quien

dijo eso fue el almirante Farragut en la Guerra Civil. Pudo

haber sido "a todo vapor" o "a toda marcha", pero tiene razón. Sí dijo "al diablo los t01pedos", pues se negaba a

contemplar una retirada a pesar de las minas que había a

su paso. ¿Por qué lo pregunta? -Me estaba preguntando si a todo vapor también

significa ser imprudente y avanzar ciegamente aunque

haya peligro. -No, creO que significa todo 16 contrario. Significa

tener visión; tener un propósito tan claro, estar tan

comprometido con él y estar tan seguro de sus clpacida­

des para lograrlo, que se avanza con decisión a pesar de

los obstáculos que se interpongan en el camino.

. Jim se detuvo unos segundos y en seguida añadió:

-Así era mi padre. -Parece haber sido una persona muy especial. Segu-

ramente lo echa de menos.

38 ¡A TODO VAPOR!

--Claro que SÍ.

Guardamos silencio algunos instantes.

-¿Me podría contar un poco más sobre lo que hada

su padre aquí? -le dije, pensando que con eso podría conocer un poco mejor a ]im.

-Eso es muy fácil-dijo. Papá tenía una visión de lo que iba a ser este lugar. y todos los demás la compartían.

Lo más asombroso de este lugar era la enorme cantidad

de energía) entusiasmo y pasión. Todos creían sincera­

mente en la visión yenlo que estabanhadendo. Sentían

que marcaban una diferencia. Queñan cambiar la mane­

ra como solían percibirse las agencias de seguros. y lo .

hicieron, por lo menos en nuestra agencia. Se forjaron'

una reputación sólida de servidos excelentes y la firma ,

creció con rapidez. Al cabo de los primeros tres años

tuvieron. que trasladarse a un edificio más grande, y

luego, mudarse" de nuevo cinco años después. Todo el. . personal de la agencia sabía qué debía hacer y por

y aunque _ no todos eran amigos cercanos, había

fuerte sensación de confianza y respeto. Los gerentes

trataban de controlar. Dejaban que otros aSlurntielcan

responsabilidades, porque sabían que todos cOlnpartían

la misma visión y tenían muy en claro cuáles eran

metas y qué dirección debían seguir. Los enople2ldc)s

podían tomar algunas decisiones bastante importal"!eS,

No tenían que consultarlo todo con mi padre o con

altos directivos. Todo el mundo asumía la re';pcmsabili

dad por sus propias acciones. AsuilÚan el control

El "asunto de la visión" 39

futuro, en vez de aguardar pasivamente que las cosas se

presentaran. Había mucho espacio para la creatividad.

Cada persona contribuía a su manera, y las diferencias se

respetaban porque todos sabían que navegaban en el

mismo barco, que eran parte de un todo más grande.

-jMarchaban a todo vapor! -agregué.

]im rió. -Pues sí, exactamente.

-Suena muy potente -murmuré.

-Es el poder que confiere una visión compartida -

contestó ]im-. Lo sé, porque lo he experimentado.

-Entonces volvemos a la cuestión de la visión. ¿Qué

significa tener una visión? -le pregunté.

-Creo que cuando uno tiene una visión saca a relucir

toda su fuerza, pues sabe hacia dónde se dirige y avanza

con potencia plena. -¡O sea que a todo vapor sí describe el poder de la

visión!

]im sonrió pero en seguida adoptó una expresión seria.

-El problema es que los tiempos han cambiado.

Somos una empresa más grande, la industria ha cambia­

do, se ha vuelto más complicada debido a la leSlslación

y la tramitomanía, y tenemos muchos empleados nuevos

que no conocieron a papá y no están tan familiarizados

Con el sector. Quizás tenemos que renovar o expandir

nuestra visión, de modo que incorpore todos los cambios.

Simpatizo con el ex presidente George H. Bush, pues se

esforzaba por entender el "asunto de la visión". A veces

40 ,:.4 TODO VAPOR!

yo mismo me digo que en realidad no es importante tener

una visión; lo único que se requiere es tener una empresa

bien admIDistrada y sólida desde el punto de vista ope­

rativo y ftnanciero. Pero luego recuerdo cómo solía ser, y

sé que falta algo important~. Me he esforzado mucho por

ser un buen gerente, pero no es suficiente. El liderazgo exige ir hacia alguna parte.

Me asombró y me honró mucho el hecho de que Jim quisiera compartir conmigo estas inquietudes tan profun­

das. No estaba segura de cómo debía responder, salvo

devolviéndole el mismo tipo de franqueza.

-Jim, me encanta la atmósfera cálida de esta empresa

y desde el primer día me sentí bien acogida y a gusto. Pero

creo que tiene razón sobre la importancia de la visión. Me

parece que si usted no tiene claridad sobre la visión,

tampoco los demás podremos entenderla bien. Si usted

logra definir claramente hacia dónde quiere que se dirija

la agencia, quizás así ocurriría el cambio que espera -dije, y tras una breve pausa le pregunté: -Entonces, si uno no tiene una visión, ¿cómo la crea? ¿Cuáles son los compo­nentes de una visión?

Jim me sorprendió con su risotada: -Usted hace muchas preguntas, Ellie. -Lo sé --contesté un poco avergonzada-o Ya antes, me

he metido en problemas por eso.

-Pues a mí me gusta --dijo Jim afablemente-. gustan su franqueza y su perspectiva fresca. Usted no nada por sentado. Me pone a pensar.

El "asunto de la visión n 41

y entonces Jim me hizo una propuesta que cambió

mi vida. -Ellie, si le interesa me gustaría conversar un poco

más con usted para que averigüemos entre los dos de qué se trata ese "asunto de la visión".

Sin dudarlo un solo instante respondí:

-¿Por dónde comenzamos? -Creo que debemos empezar por desglosar ese

"asunto de la visión" y entender qué es lo que hace que una visión sea atractiva: algo de lo cual la gente realmente quiera ser parte y que suministre una dirección, un rumbo.

-¿Y cuándo empezamos?

Jim respondió:· -Yo llego temprano casi todos los días. Me gusta

sentarme aquí un rato, tranquilo, antes de que comience el ajetreo del día. Es el momento ideal para pensar y

reflexionar. Nadie había descubierto mi escondite secreto hasta ahora. ¿Qué le parece si utilizamos este tiempo para

reflexionar sobre la visión? -Me parece perfecto. Misma hora, mismo lugar,

mañana. 0

0'

Las palabras a todo vapor me intrigaban. Esa noche me puse a investigar para ver qué averiguaba sobre las máquinas a vapor. Me enteré de que el motor a vapor había sido, sin duda, uno de los inventos más influyentes para el desarrollo de la industria y la civilización. De

42 ¡A TODO VAPOR!

hecho, el desarrollo del motor a vapor era lo que había

posibilitado la industria moderna. Hasta entonces las

personas dependian de su propia fuerza muscular, de la

del viento o de la de animales, como los caballos. Un

motor a vapor podía realizar el trabajo de cientos de

Elemento 1:

Propósito trascendente caballos. Podía suministrar toda la potencia que se reque- .~=""'_""_""'~""""_""'''''''~= __ =''''''''''=~i> ría para operar las máquinas de una fábrica. Las locomo-

toras a vapor podían mover miles de toneladas de carga.

Los barcos a vapor suministraban un transporte rápido y

confIable. ¡No cabía duda de que la ex¡presió'M' to,1o¡uaJ¡orl sí describía el poder transforrnador desencadenado por visión!

Estaba ansiosa por compartir mi desCllb,irnierltO conl Jim la mañana siguiente.

-Es fabuloso, Eliie -me felicitó Jim cuando le conté lo

que había aprendido-. El desarrollo del motor a vapor

introdujo una enorme fuente de energía y potencia y

propidó una transformadón. TIene mucho sentido compa­

rar la potencia de la visión con la potencia del motora vapor.

Jim prosiguió, no sin antes añadir que en vista de

nuestra misión conjunta, más valía que nos tuteáramos:

-Yo también tengo algo para compartir contigo.

¿Recuerdas cuando me preguntaste qué significa exacta­

mente a todo vapor?

-Sí. Dijiste que significaba tener fuerza plem, saber

hacia dónde se dirige uno y avanzar con toda la potencia.

-Así es. Y también dije que significa tener una

claridad tal acerca del propósito, estar tan comprometido

con.él y tan seguro de su capacidad para lograrlo que se

avanza con decisión pese a los obstáculos que se atravie­

sen en el camino. ¿Te acuerdas?

44 ¡A TODO VAPOR!

-Me acuerdo -dije sonriendo.

-Pues hoy me desperté pensando: "Ajá". Comprendí

que el propósito es uno de los elementos de una visión -

convincente. Mi padre solía hablar mucho sobre el

propósito. De hecho, era un tema que lo apasionaba. Y se

cercioraba de que todos en la agencia entendieran el

propósito y 10 apoyaran. Creo que era ll..T10 de los secretos

de la visión de papá.

Debí adoptar una expresión de perplejidad, porque sonrió y siguió explicando:

-Por propósito me refiero a entender para qué

estamos aquí, por qué existimos. Significa enl~en,der cuál

es realmente nuestro negocio, de modo que todos DOda·· ,.

mos concentrar nuestros esfuerzos a fin de sustentllre:sel propósito.

-Creo que hoy me estoy desperta.rldo lentamente dije-. Pero creo que sé a qué te refieres.

-Muy bien. ¿Cuál crees que es realmente nuestro'. negocio, Ellie?

-Eso es fácil -contesté-o El negocio de los se¡¡ruO&

Jim hizo una pausa y luego dijo,

-No, ésos son nuestros productos y servicios.

es lo que realmente quieren los clientes que les

Tuve que reflexionar unos instantes. No enterldi,

bien a qué se refem. Entonces Jim decidió adoptar

enfoque y me preguntó:

-Ellie, ¿has comprado algo últimamente?

-Muy poco -dije riendo-. No tengo con qué.

Elemento 1: Propósito trascendente 45

en realidad sí derroché algo de dinero en un colchón nuevo

cuando mi esposo se fue. ¿Pero eso qué tiene que ver?

-¿Por qué lo compraste?

Pensé por un momento. Me sentí un poco incómoda.

Había sido una compra impulsiva, algo que en realidad no

necesitaba y que se salia de mi presupuesto. Tal vez

estaba tratando de borrar las últimas huellas de Doug al

deshacerme de la cama que habíamos compartido, por la

manera como me había traicionado. Pero eso no se lo

pensaba contar a J1lll. Reflexioné un poco más. ¿Por qué había comprado

ese colchón especifico? ¿Qué buscaba al comprar un

colchón? La verdad es que había pasado bastante tiempo

ensayando varios colchones distintos en el almacén.

Había probado varias posturas de sueño. No había estado

durmiendo bien, en parte porque estaba molesta, pero

también porque nuestro viejo colchón se sumía un poco

en el medio y ahora, sin el cuerpo de Doug alIado, yo

terminaba hundida en la mitad de la cama. Casi todas las

.IJJañanas me despertaba con dolor de espalda. De modo

que lo que buscaba era un colchón finne que no perdiera • la forma con el paso de los años y que me peimitiera

dormir bien. jY entonces comprendí!

-¡Quería comprar un buen descanso nocturno! -espeté.

Jim sonrió.

-Entonces; ése es realmente el negado de ellos. ¿Y

cuál sería realmente nuestro negocio?

46 ¡A TODO VAPOR!

Me quedé pensando unos instantes. ¿Porqué compra .

la gente seguros? Yo tenía un seguro de salud y un seguro

para el automóvil. ¿Qué buscaba realmente cuando com­

pré esas pólizas?

-¡Creo que 10 sé! Las personas que compran seguros

quieren tranquilidad en el futuro. Quieren una seguridad

fmanciera por si tienen que afrontar problemas serios,

corno enfennedades graves, accidentes o muertes.

Jim sonrió.

-jEso creo yo también! QUierenseIltir,se trarlqulilos en el el futuro, de una manera tal que no les disminuya tranquilidad en el presente por costar más de lo

pueden pagar. Y quieren la tranquilidad de saber que

necesitan presentar_una reclamación, obtendrán la ay;udal

que requieren.

"'Nuestros agentes saben qué tipo ,iepn,g¡mloas rulm

para descubrir qué significan exactamente la tmnqllili,Jac

y la seguridad para cada uno de los clientes", C010tirlUÓ

"Así, pueden ayudarles a escoger los mejores p"xl11ClO

y semcies según sus necesidades particulares. personal de servicio al cliente sabe que tieJoe,Ju<""fOJezai

ese sentimiento de seguridad cuando nuestros

presentan reclamaciones, necesitan respuestas a sus

guntas sobre beneficios o requieren precios cO<ffi]paJratl vos,

"Es esencial que cada uno de los miembros

nuestra agencia entienda cuál es realmente

negocio. Esto incide en los productos y servicios

Elemento 1: Propósito trascendente 47

ofrecemos, en la manera como los comercializamos e

incluso en el modo como nuestra recepcionista contesta

el teléfono.

"Mi padre creía que a eso se debía en gran parte el éxito de nuestra compañía, y yo también lo creo. Nuestros

clientes confían en nosotros porque sabemos cuál es

realmente nuestro negocio, desde el punto de vista de

nuestros clientes. y siempre actuamos de acuerdo con ese punto de vistan.

-Es algo realmente formidable -le dije. Entonces,

¿crees que el propósito es una parte importante de una

visión?

-Sí lo creo -contestó Jim-. Creo que es un elemento

clave.

-¿Y qué me dices de la misión? -pregunté-. Veo

muchas de esas declaraciones colgadas en las paredes de

sitios como los supermercados y los restaurantes de

comida rápida; de hecho, creo haber visto una en la pared

de la lavandeña. Algunas tienen títulos como "Nuestra

misiónn• ¿Eso es lo mismo que el propósito?

-A veces -repuso Jim-. Las buenas declaraciones de

misión incluyen una clara declaración de propósito.

Infortunadamente se ha abusado tanto del término misión

y tiene tantos significados diferentes, que se está volvien­

do confuso. Me parece más sencillo usar la palabra

propósito. Pero no creo que importe cómo lo llarne 'uno,

siempre y cuando explique por qué existe y cuál es

~ente su negocio.

48 ¡A TODO VAPOR!

Más tarde, esa misma mañana, escuché el mensaje matu­

tino de correo de voz de Jim. No me sorprendió lo que oí.

Buenos días a todos. Soy fimo º",ie1'o fi'¡;c;ita¡-Ios I atados por los excelentes resultados trimestre.

Una de las maneras como seguimos reclli2can-1

do este esfuerzo de equipo es recordando cuál

realmente nuestro negocio. Ofrecemos PToduc-.1

tos de seguros. Pero eso no es lo que n"'esi'rrucl clientes realmente quieren. Nadie gastaría

luntariamente su dinero en seguros, a mE"'"sl que pudiera miraren una bola de mrra! ysal?eil a ciencia cierta que los va a necesitar. embargo, la gente sí quiere gastar su dine.'l>.lI

el futuro, sin disminuir su tranquilidad en presente.

Tenemos que cerciorarnos de",", les o¡'re;,ca

mos a los clientes un paquete que satiSfaga

necesidades particulares, y que se ajuste a

presupuesto. ¿Cómo apoy,mu'''lue<trc' propÓ!

to, que es. crear tranquilidad?

más fácil para aquéllos ele ustecles que contacto directo con nuestros clientes. Pero

pido a todosy cada uno quep''t)cuT<'" cwerigu.

cómo podemos apoyar ese propósito a

Elemento 1; Propósito trascendente 49

propia manera, independientemente de cuál

sea nuestro cargo en la agencia. Recuerden la

razón por la cual existimos y cuál es nuestro

negocio desde el punto de vista de nuestros

clientes. ¡Concéntrense en nuestro propósito y

así podremos seguir haciendo un buen trabajo!

¡Un feliz fin de semana para todos!

Ya me había acostumbrado a transcribir los mensajes

de Jim todos los días. No estaba muy segura de por qué

seguía haciéndolo, pero me parecía que era una buena

idea. Además, así podía leer los mensajes y reflexionar

más a fondo sobre esta interesante frrma y sobre el

intrigante hombre a quien apenas estaba conociendo.

... Durante el fin de semana reflexioné sobre el concepto de

propósito. Me sorprendió constatar que, cuando me p~­

puse buscarlo, lo comencé a ver en todas partes. "PROPO­SITO".

Vi las noticias de las 7:00 P.M. el viernes y comprendí

que el propósito del programa era entretener. ~..s atrac­tivos presentadores, el encargado de la sección meteoro­

lógica y el locutor de deportes conversaban infonna1men­

te unos con otros. T oclos parecían amigos y hacían gala

de muy buen humor. Ofrecían una manera grata de

enterarse de las novedades.

Con curiosidad, cambié de canal y sintonicé el

noticiero de CNN. ¡Qué contraste! No cabía duda de que

50 ¡A TODO VAPOR!

CNN tenia un propósito muy distinto. Aquí no se bUSGlb'L J entretener gratamente. El noticiero se concentraba

completo en la infonnación y no en las perscmalidades.B

Quise saber más acerca del propósito de

cobertura permanente de noticias nacionales e lllteIruldoo-j

nales, en vivo y con profundidad, a medida que se produciendo. CNN se concentra en clientes diferentes

los de las grandes cadenas estadounidenses. Los es¡pelotal dores de CNN son por lo general personas ocupadas no siempre tienen tiempo para sentarse frente al tel,eviso'l

a las 7:00 P.M. Desde el punto de vista de sus clientes,

propósito de CNN es suministrar noticias en todo m"men'!iI to. CNN Y los noticieros de las grandes cadenas tienen

propósitos muy distintos para dos tipos muy distintos

necesidades de clientes.

Luego emprendí una búsqueda en la Internet que

manruvo ocupada todo el fm de semana. Busqué raciones de propósito" y "declaraciones de misión".

horas leyéndolas.

Muchas de las declaraciones consistían en afirmaci.

neso que servían de inspiración y centraban la at,,,,ciól

pues explicaban por qué existía la compañía

necesidad satisfacía desde el punto de vista de los cli.ente

Otras parecian tan anodinas que no creo que

infundirle entusiasmo a nadie. Algunas quizás

inspiración, pero eran tan generales, que dificihneI

podían centrar la atención u ofrecer dirección. Una

Elemento 1: Propósito trascendente 51

estas declaraciones era: "Nuestra misión es convertir lo

dicho en hecho". En la sección de humor, encontré un "creador de

declaraciones de misión" . Se podía crear una declaración

de misión escogiendo a partir de una lista de sustantivos,

verbos, adjetivos y adverbios. A personas como yo, las declaraciones así creadas les sonaban bastante empresaria­

les, pues incluían palabras como facultamiento, productos entregados y superar las expectativas. Sm embargo, no significaban nada y no indicaban en cuál negocio se estaba.

Encontré varias declaraciones de misión reales bas­

tante parecidas a las que se leían en la página de humor.

La misión de una empresa muy conocida era "supe­

rar las expectativas de nuestros clientes. Esto lo haremos

comprometiéndonos con nuestros 'valores compartidos y

logrando altos niveles de satisfacción en los clientes". Me

pregunté: ¿-cuál es realmente su negocio? ¿Qué necesidad satisfacen desde el punto de vista de sus clientes? ¿Cuál es

su propósito?

Se me ocurrió que existen muchas declaraciones de

misión (mi búsqueda. en Internet encontró más de 3 700

coincidencias), pero no hay mucho acuerdo o consisten­

cia en cuanto a qué debe incluirse en una declaración de

misión. Incluso la mayor parte de las declaraciones de

propósito que encontré no explicaban por qué existía la

empresa o cuál era su negocio desde el punto de vista de

sus clientes, como había explicado Jim.

52 pi TODO VAPOR!

En el mejor de los casos casi todas las declaraciones,

de propósito y misión se limitaban a de:scriburlos prcxJuc:to,,1 y servidos que ofrecían, y en el peor, no eran mas queurta:l

colección de lugares comunes carentes de significado.

Sin em~argo, sí encontré una declaración de Illisiónl

clara e inspiradora de la Estación de Bomberos

Yarmouth: "'Haremos todo lo que esté a nuestro a1cancel.

para proteger a las personas y las propiedades deYa[mDulthill para mejorar su seguri~d, para educar al público

modo que prevenga emergencias y para sunlllllis:traj respuestas rápidas y eficaces". Me dije para mis adentro,

Eso es lo que yo, de;:de,el punto "feVisml M un c/i,ente, e~

de una estación de bomberos; están pensando en

propósito desde una perspectiva de resultados, y no

desde la perspectiva del servicio prestado. Pensé aue clial

los bomberos de mi ciudad percibieran su propósito

una manera similar.

Por el contrario, leí la declaración de misión

departamento de policía de otra ciudad. Decía que propósito era «velar por el cumplimiento de la ley" ..

pude menos que preguntarme para qué. En otras

bras, por qué prestaban el servido de «Velar

cumplimiento de la ley". Pensé que seña mejor

declaración que dijera: '"Defender los derechos

donales de los ciudadanos y proteger de daños

gente". A mi juicio, ése seña un propósito mucho

convincente y enfocado.

También- en la Internet encontré la decla""iór

Elemento 1: Propósito trascendente 53

misión de Merck, una compañía de productos farmacéu­

ticos. Su misión es "ofrecerle a la sodedad productos y

servicios superiores que preserven y mejoren la calidad de

vida". ¡Ése sí que es un propósito noble! Sus productos y

servicios son fannacéuticos, pero su propósito, la razón

por la cual produce esos productos y presta esos servidos

es "mejorar la calidad de vida". ¿Qué hace Merck para

mejorar la calidad de vida?, me pregunté. Indagando un

poco más en el sitio web, descubñ que la empresa sí

apoyaba su propósito. Un ejemplo de esto es el Programa

de Donaciones Mectizan. En 1987, Merck desarrolló un

medicamento para tratar una enfermedad común en

países del tercer mundo, denominada "ceguera de ño"*.

Infortunadamente, la población en riesgo de sufrir de esta

enfermedad no podía darse el lujo de comprar el medica­

mentO. Asabiendas de que no iba a obtener ganancias con

esta medicación, Merck de todos modos la desarrolló y

desde entonces la dona a más de treinta millones de

personas todos los años. ¿Pueden tenerun propósito noble

JI además generar utilidades financieras?, me pregunté.

En la página web de Merck leílas palabras de su fundador,

~George W. Merck:: "Tratamos de no olvidar nunét que la es para la gente. No es para obtener ganancias.

. Al observar el desempeño

':::~~~:~;::,~~~~~~~~~~~::I~humm~ . unas moscas que se crian en rápido, especialmente occidental (Ghana, Benin, Toga, Guinea y Sierrn Leona). (Nota del

54 ¡A TODO VAPOR!

fInanciero de la fuma, tal parece que la filosofía

fundador era correcta, pues Merck sigue generando una

rentabilidad competitiva año tras año.

A estas alturas ya me parecía evidente que una

buena declaración de propósito tenía que explicar

"porqué" y debía "'servir un bien más elevado".

Más tarde, ese mismo fm de semana, hice búsqueda de artículos de prensa. Encontré un articrtlo'l

interesante en The Nf!JlJ York Times. Harvey Mackay,1 presidentede~ld:ayEntVelol)e(:olmf,anyen~;!inneapolts;1

había adoptado la declaración: "Estar en el negocio

siempre". Eso no parecía cumplir con los criterios de

buena declaración, pues la idea era confusa, no inspiIab:

y no centraba la atención. Pero seguí leyendo y me

cuenta de que la declaración sí tenía significado para

empleados de Mackay Envelope, Según Mackay,

énfasis puesto eh estar en el negocio para siempre indica a los empleados que deben concentrarse en

plazo y no presionar demasiado a los clientes y a

proveedores, porque los clientes podrían acudir a

empresas y los proveedores podñan ofrecer sus

teOlologías a nuestros competidores". Esta de,::!aJraciócLf

aclaraba cuál era el negodo real de Mackay Enlve.lop

pero sí tenía un significado más amplio de lo que yo pensado al comienzo.

Comencé a darme cuenta de que lo más im:pOltan

era el significado detrás de la declaración, y no

mente lo que deóa. Las mejores palabras del mundo

Elemento 1: Propósito trascendente 55

inútiles si no significan nada para los miembros de la organización. Comprendí que el solo hecho de tener una

declaración de misión no necesariamente centra la aten­

dón ni infunde entusiasmo. Por otra parte, una buena

declaración de propósito que sí tenga significado para el personal de la compañía puede ser de gran impacto.

Dediqué todo el fin de semana a mi investigación sobre

el propósito y la misión, y ansiaba contarle a Jim mis

descubrimientos. El lunes, a las 6:30 A.M. en punto, entré

al edificio de oficinas por la puerta de atrás. Jim parecía

estarme esperando. -¿Entonces? -preguntó. Le conté sobre mis pesquisas del flll de semana. Creo

que hablé sin detenerme durante quince minutos antes de hacer una pausa para respirar hondo. Entonces dije:

--Creo que éste es el resumen de lo que averigüé.

Le entregué una hoja en la cual había escrito:

PROPÓSITO

• El propósito es la razón por la cual existe la organización.

• Responde la pregunta 11 ¿por qué?H, en vez de

limitarse a explicar lo que hace.

56 ,A roDO VAPOR!

• Aclara, desde el punto de vista de los clientes, cuál es realmente el negocio.

• Las buenas empresas y organizaciones tienen

un propósito profundo y noble -un propósito

trascendente- que infunde entusiasmo y com­promiso.

• Las palabras en sí no son tan importantes como

el significado que tienen para las personas.

Jim examinó en silencio la hoja durante un largo ral:dl Yo esperé ansiosa, preguntándome qué diría al r",;pectol

¿Me había pasado de la raya? ¿Quién era yo para

presentando mis i~eas al presidente de una errlpresll exitosa? Ni siquiera tenía una maestria en administració

de empresas y apenas llevaba un par de semanas en p~er trabajo real. Aunque me había sumergido

intensamente en este proyecto el fIn de semana que no ruve tiempo de pensar en Jim, en ese m.omento lne cuenta de cuánto ansiaba su aprobación. Cuanto

tiempo se tomaba en responder, más me iba escurri,,,,, yo en el asiento.

Finalmente, Jim levantó la vista, me miró a los

y sonrió con una calidez que casi me hizo derretir.

sabía qué iba a decir, pero estaba segura de que

que fuera, yo me iba a sentir bien consigo misma y él. Pero lo que dijo me sorprendió:

Elemento 1: Propósito trascendente 57

-¡Es fabuloso! Lograste resumir en cinco frases sen­

cillas algo que yo demoré años en aprender de mi padre.

Esto confirma que fue una buena decisión trabajar conjun­

tamente para dilucidar todo este asunto.

Jim pegó mi tarjeta en la pared cerca de nuestra

mesa. -¡Esta tarjeta marcará el inicio de nuestro mapa de

rural -observó. Guardamos silencio unos minutos mientras mirába­

IDOS la tarjeta. -¿Encontraste respuestas a tu pregunta sobre la

diferencia entre misión y propósito? -me preguntó enton­

cesJim.

Le dije lo que había averiguado:

-Una declaración de misión eficaz incluye un propó­

sito claro. Infortunadamente, la mayoría no lo tiene. Una

buena declaración de misión también podría incluir una

descripdón de cómo el personal de una empresa cumple

con el propósito, cuáles son sus productos y servicios y

cómo apoyan el propósito. Sin embargo, una declaración

de misión que sólo describe lo que la empresa provee o

la manera como lo provee, sin explicar el prop8sito, no centra la atención, no motiva y no tiene signillcado.

-Eso me parece sensato -contestó Jim.

-Ahora yo quiero hacerte una pregunta -continué.

-caramba -bromeó Jim-. Ya comienzo a temer esas preguntas inocentes que me haces.

-¡En verdad, es algo serio! -dije, y esperé hasta que

58 ¡A TODO VAPOR! Elemento 1: Propósito trascendente 59

me puso atención-o La semana pasada te pregunté sobre lo que había aprendido acerca del propósito. Quería saber el propósito de los mensajes matinales en el correo de cuáles eran las funciones de los demás y no sólo las mías. Me dio la impresión de que no tenías mucha claridad Creo que fastidié bastante haciendo todo tipo de pregun-

respecto. Te parecía que son importantes, pero no taso Sin embargo, a nadie pareció importarle. Todos

por qué. Ahora que hemos indagado un poco parecían apreciar el hecho de que a mí me interesara profundamente en el tema del propósito, quisiera vo:lver,l genuinamente lo que hacían. Si quería entender elpropá-te a hacer esa misma pregunta: ¿Por qué dejas sito de la contabilidad tributaria., tenía que entender el

mensajes en el co.rreo de voz? negocio de la contabilidad tributaria.

-Es cierto, Ellie, tienes razón. No lo sé. Pero Hasta donde entendí, todos teníamos como función

adelante te daré una respuesta. Tengo que asistir a preparar declaraciones de renta trimestrales y anuales.

reunión.de la asodación y estaré ausente el resto de Para esto, teníamos que pedirinformadón a personas que

semana. Reflexionaré sobre eso durante el viaje. muchas veces decían estar muy ocupadas y tener otras

parece bien? prioridades. En general, no parecía un propósito muy

-¡Excelente! -contesté-. ¡Buen viaje! emocionante. El personal que trabajaba en esta sección

Cuando Jim se fue; me quedé unrato del departamento de contabilidad era muy amable, pero iba a es~ durante el resto de la semana? Me diñcilmente podria decirse que rebosara- de entusiasmo.

comprobar cuánto iba a echar de menos ese rato Además, no se me ocurría cómo contribuía todo esto a

tido temprano en la mañana, Y cuán importante se darles tranquilidad a nuestros clientes.

volviendo·su amistad para mí. ¿Hacía cuánto tiempo Saqué mi lista y la revisé. Reflexioné sobre el tercer me sentía tan a gusto en presencia de un punto -el propósito explica cuál es realmente el negocio ¿Cuándo dejamos Doug y yo de sentirnos a gusto désde el punto de vista del cliente- y comprendí que no

Comencé a comprender que Doug y yo nos sabía cuál era el punto de vista de nuestros clier:t1:es.

dejado uno al otro mucho antes de que él iniciara Tuve que pensar unos instantes sobre quiénes eran

romance con la vecina. De repente me invadió la nuestros clientes. Era muy fácil suponer que nuestro

lloré un rato y me alegré de que nadie pudiera cliente era la alta gerencia o el gobierno. Pero eso no

. . . Pasé el resto de la semana aplicando a mi propio

ajustarse a lo que Jim había estado diciendo .

en las personas que suministraban información

irelladon;,da con impuestos: los agentes, los encargados

60 ,A TODO VAPOR'

del servicio al cliente que hacen seguimiento a

reclamaciones e incluso algunas personas del deparo)

mento de contabilidad. Siempre estaban muy ocupados

a veces yo no lograba obtener toda la infonnación

necesitaba de inmediato. ¿Eran ellos mis clientes, o

bien era yO cliente de ellos?

Elemento 1: PropÓSito trascendente 61

• ayudar a garantizar el buen cumplimiento (ser ho­

nestos y éticos en la información suministrada al

gobierno); y

• prestarles asesoría tributaria para ayudarles a tomar

decisiones empresariales efectivas.

En los recesos y durante la hora de almuerzo, e[Ltalbl~1 Le conté a Marsha mis deducdones y se mostró

conversaciones informales con varias de estas personas sorprendida e interesada. les pregunté qué opinaban al respecto. ¿Existía -Ésa es una manera diferente de percibir la contabi-

manera como la contabilidad tributaria les seIVÍa? lidad tributaria -comentó.

mos nosotros satisfaciendo una necesidad? ¿Qué Marsha comenzó a pensar en voz alta:

ovalorcreíanelIosquenosotrosproveíamosCo -Necesitamos ser socios comerciales de nuestros

proveer) para ayudarles en su trabajo y también a clientes, suministrándoles la ilÚormación que requieren y

agencia? ¿De qué manera eran clientes nuestros? encontrando maneras de minimizar la carga ftscal de la

Aunque casi todas las personas a quienes les agencia. estas preguntas parecían genuinamente "Esto significa que no debemos limiramos a recopilar

conversar conmigo, no estaban muy seguras de información y llenar formatos. Tenemos que ser más

pondero Nunca antes les habían hecho este tipo proactivos y cerciorarnos de que llegue la información

taso Me dio la impresión de que el personal del adecuada a las personas correctas. mento de contabilidad tributaria muChas veces "Si percibimos así nuestro trabajo, cambiará la mane-

manera de "policía fiscal", pidiendo infonnación y fa como interacruamos con otros departamentos. Dejare-

rándose de que ésta fuera correcta y oportuna. mos de pensar y actuar como si fuéramos "la..'policía

Después de conversar con varias personas fiscal". Si ideamos la manera de hacer esto bien, nos siguientes días, deduje que sí eran clientes volveremos socios comerciales proactivos y valorados.

porque podiamos ayudarles a ellas y a la agenda Siempre he sabido que nuestra labor es importante, pero ~ra creo que incluso podría llegar a ser divertida".

• contribuir a incrementar la rentabilidad de

agencia al encontrar maneras Reflexionó un poco más y prosiguió con entusias-

tributaria global;

62 ,A TODO VAPOR!

-Esta manera de percibir nuestro trabajo no

serviría en la contabilidad tributaria, sino que le ay;ud,¡rfu¡J

a todo el departamento de contabilidad. Muchas

nos percibimos a nosotros mismos, y otros también

ven así, como "procesadores de cifras" y no como

comerciales~ Si miramos el propósito desde esta pers¡)e(:j

tiva, uno de los propósitos del departamento de con'" bici

lidad es proveer información precisa y oportuna

ayudarles a nuestros .socios a tornar decisiones errlpr=lj riales óptimas.

Tras una pausa, Marsha continuó:

-Creo que debemos convocar una reliman departamento para hablar sobre todo esto y llegar a acuerdo sobre nuestro propósito.

Yo sonreí.

-Me agrada mucho que se aprecien mis ideas y opiniones. En gran parte, por eso me gusta trabajar

-Cuando escucho una buena idea me gusta

la rápidamente -dijo Marsha-. Eso no siempre sucede

otras empresas. Es más, probablemente no sucede en

los departamentos de esta agencia. Pero ése es mi

así es como me gusta dirigir nuestro departamento.

-¡Pues a nú me encanta! -dije riendo.

... Durante toda esa semana esperé con ilusión los

de correo de voz, pues JIm solía dejarlos p"'grabl.d

induso cuando tenia que viajar. A medida que escud",

Elemento 1: Propósito trascendente 63

sus mensajes, me parecía que lo iha conociendo mejor.

Todo lo que aprendía de él hacía que me agradara más y

más. Esperaba su pronto regreso, para poder reanudar

nuestraS investigaciones matutinas. Las tres semanas anteriores habían literalmente vola­

do y casi no había tenido ocasión de ver a mis hijos, de

modo que decidí dedicar el fm de semana a restablecer mi

conexión con ellos. Sin embargo, ellos parecían tener otra

idea en mente. Cada vez que les sugería alguna actividad,

ellos teman planes propios. Alex casi no me hablaba, y cuando lo hacía, era con

monosílabos. Si le preguntaba algo, contestaba con una

especie de gruñido. Me pregunté si le habría pasado algo

a sus cuerdas vocales. Supuse que eso fonnaba parte de

la adolescencia, de modo que resolví darle un poco de

espacio.

Jen tampoco parecía tener mucho que decir. Encon­

tré una nota del colegio sobre las próximas prácticas de

fútbol. Cuando le pregunté al respecto, me dijo que no

pensaba jugar fútbol este año. Me sorprendió la noticia,

porque el año anterior lo había disfrutado mucho. Sin

embargo, cuando quise hablar con ella sobre esto; ·~imple­

mente se encogió de hombros.

Así pues, dediqué gran parte del fin de semana a

realizar diversos oficios: ir de compras, lavar la ropa y

organizar varias cosas que se habían quedado rezagadas.

llevé a mis hijos y a sus amigos hasta el centro comercial,

pues queñan ver una película. El lunes por la mañana

64 ¡A TODO VAPOR!

cuando salí rumbo a la oficina, tenía la nevera bien surtida,

la casa limpia, y un fuerte deseo de ver a Jim.

Allí estaba, ¡tal como esperaba! Tan pronto lo vi

cuánto lo había echado de menos. Cuando entré

recinto, se puso de pie y me saludó con una sonnsa.::a

-¡Ellie! Veo que na estuviste ociosa durante ausencia.

-¿Cómo lo supiste?

-Marsha me dejó un mensaje sobre la reunión

a celebrar el departamento esta

lograste entusiasmarla bastante. iiEresb"'>taJnte: rápicla l'ar.

ser la nueva de la oficina!

Ambos reímos y le pregunté cómo le había ido viaje.

-Fue estupendo. Todos los años aguardo con

la reunión de la asociación. Después de tenerla

quedamos el fm de semana en Colorado para esquiar algunos de mis mejores amigos y sus esposas.

¿Esposas? Inmediatamente paré oreja, pero

no dejar ver mi reacción. La sonrisa se me congeló.

se estaba refIriendo a las esposas de sus amigos.

nadie había mencionado una esposa. Pero pens:ínclc

bien, ¿por qué tendría que habenne dicho alguien

respecto? Al fin Y al cabo, nadie sabía sobre mis

saciones matutinas con Jim.

-¿Y qué tal estuvo el esqU1? -pregunté como

Elemento 1: Propósito trascendente 65

-¡Fabuloso! No hay nada mejor que esquiar en las

Rocosas. y entonces lo dijo. De alguna manera lo vi venir.

-A Garolyn y a mí nos encanta esquiar en Aspen. Es

nuestra estación de esquí favorita.

-¿Aspen? -dije, aunque en realidad quería decir

¿Carolyn?Tenía que pensar sobre esto. Le dije aJim que

tenía dolor de cabeza y salí huyendo. Cuando llegué a mi cubículo, la ofidna estaba vacía.

Me sentí bien allí, completamente sola. Tenía que reflexio­

nar sobre todo el asunto. Jim me atraía y me sentía especial

cuando estaba con él. Pero estaba casado. Jamás le haría

a otra mujer lo que Diane me había hecho a mí. Sin

embargo, me parecía importante seguir construyendo una

relación con Jim. Me pregunté qué sentiría él respecto a mí. Sabía que

le caía muy bien, pero ahora no estaba muy segura de en

qué sentido. Nunca había emitido ninguna de esas señales, ésas de tipo insinuante. Sólo se mostraba

genuinamente agradable y yo parecía interesarle como

persona.

Me pregunté si habría algo más. Sentía romo si

estuviera incursionando en territorio desconoddo. Ansia­

ba una reladón personal cercana, una verdadera amistad.

No sabía cómo lograrlo, y no estaba segura de qué quería

él. Me parecía demasiado pronto como para conversar de

~,~.? con él, de modo que resolví seguir como antes, sin

:~nerme a la defensiva pero con fronteras bien delimita-

66 lA roDa VAPOR! Elemento 1: Propósito trascendente 67

das. Me sentía desilusionada, pero al mismo ¡ie¡npol •

aliviada. En cierto sentido, se roe había quitado un

mos, de modo que podamos canalizar nuestra

energía colectiva para beneficio de todos. Y

quiero detectar a la gente haciendo bien las

cosas y reconocer SUS aportes. Me parece fabulo­

so que muchos de ustedes meenvíen mensajes de

respuesta, y me alegro de haber tenido la opor­

tunidad de transmitir tantas opiniones de uste­

des a todos los demás.

potencial de encima. Ahora que ese gran in¡eft'Oganlte)

quedaba despejado, teníamos libertad plena para

nosotros mismos.

Más tarde esa mañana, volví a pensar enJim. PaJrecíall

estar obteniendo algo de mí, aunque no estaba segura

lo que era. Sin duda alguna apreciaba mis preguntas.

como si anduviéramos juntos en un viaje de desCllbriJ

miento. Quizás yo le ayudaba a expresar sus ideas

palabras, o tal vez le ayudaba a descubrir los principieliJ

detrás de sus acciones. Y era posible, sólo posible,

estuviéramos descubriendo algunos conceptos que

drían contribuir a que la agencia av:an:Olra hacia <'¡¡iJturolll El mensaje matinal de Jirn pareció confirmar

pensamientos. Contestó la pregunta que yo le

hecho: ¿J'?Uf qué dejaba esos mensajes en el correo

Buenos días a todos. Soy limo Quisiera

algunas de /as razones por /as cuales be

dejando estos mensajes.

La primera es que quiero recordarles

mantengan en el presente y disfiuten ae.la"ut

Y quiero que mantengamos la perspectiva:

recordemos quitar nuestros egos del

no pensarquesomos el centro del universo.

que ése ha sido un tema constante.

En segundo lugar, quiero ayudara

nu~stTO sentido de comunidad mientras

En tercer lugar, quiero compartir lo que soy

yo, mi vida como persona, lo que hago, laque me conmueveylagentequelograconmovenne, mis luchas y mis alegrías, y lo que estoyaprendien­

do.

En cuarto lugar, quiero recordar y recordar­

les que debemos concentrar siempre nuestra

atención en nuestro propósito: en cuál es real­

mente nuestro negocio. Esto es muy importante

a medida que sigamos creciendo. Tenemos que

recordar por qué existimos.

¡Que tengan un buen día!

Ese día, mientras transcribía el mensaje deJ~, pensé en cómo estaba influyendo en él. Como resultado de mis

preguntas, estaba esclareciendo el propósito de sus

mensajes matinales, lo cual a su vez le permitiña concen­

trarse más en alcanzar ese propósito. Reaflrmaba que yo

realmente podía agregar valor a esta relación que estába­

mos entablando, así sólo fuera haciendo preguntas. Yo

68 ¡A TODO VAPOR!

también me estaba benefidando de nuestras conversacio­

nes. Sentía que estaba recuperando algo de mi autoestima.

Era muy grato comprobar que mis aportes surtían un efecto.

En el trabajo las cosas marchaban muy bien,

no así en el hogar. El último fin de semana había hechol un esfuerzo por restablecer la conexión con mis

aunque ellos no parecían haberse dado cuenta.

10 menos estaba reanudando algunos de los debelresl

que había descuidado, como comprar víveres y

el aseo. También decidí asistir esa noche a una re,oniór

de la asocÍación de padres y maestros en el colegio

Jen" Antes yo había ,desempeñado un papel activo en

asociación y me gustaba su colegio. La admlJ1is'xa<:iór

fomentaba la participación de los padres y yo si"emp", m

había sentido bienvenida allí, pese a que no había

mucho el último año.

... la reunión de la asociación de padres y maestros

con una presentación del director del colegio sobre

resultados de los exámenes que hacia poco

estandarizado. Nuestro colegio estaba ligeramente

encima del promedio y puso mucho énfasis en ese

Hubo mucha discusión en tomo a los puntajes de,

exámenes y su verdadero significado. Se

varias inquietudes y la gente comenzó aflac:ersugerellC

Elemento 1: Propósito trascendente 69

sobre cómo mejorar el colegio. Alguien propuso que el

año siguiente se pusiera más énfasis en la redacción y la

escritura. Otra persona sugirió reforzar el programa de

matemáticas. En medio de una agitada discusión sobre la impar­

rancia de las matemáticas frente al arte, levanté la mano

y pregunté -Disculpen, me gustaría hacer una pregunta que tal

vez nos podría ayudar a contestar algunas de esas otras

preguntas. Todas las cabezas se voltearon hacia mí y continué:

-Seria de gran ayuda para nú si alguien me pudiera

decir cuál es el propósito de nuestro colegio.

Silencio total.

El director carraspeó y dijo:

-Tenemos una declaración de misión.

-¿Podría decirme cuál es?

-Está enmarcada y colgada en mi oficina.

-¿Pero me podría decir básicamente qué dice?

-Pues bien, habla sobre dar una educación de

excelente calidad a todos nuestros esrudiantes. Con los

estándares más altos. Ya sabe, ese tipo de cosas.' Aplicando mis nuevos conocimientos sobre la poten­

cia del propósito, pregunté:

-¿Para qué fin? No hubo respuestas, e insistí:

-Me refiero a por qué estamos dándoles una educa­

excelente calidad a todos los esrudiantes. ¿Cuál es

70 fA TODO VAPOR!

él propósito cuando se educan niños? Parecemos estar

hablando sobre el negocio de la educación. Sin embargo, .

nuestro negocio debe ser el del aprendizaje, y debemos'

cercioramos de que efectivamente se produzca aprendi­

zaje. Tenemos que tener mucha claridad sobre qué

significa para nosotros aprendizaje y de qué tipo de aprendizaje estamos hablando.

No podía creer que hubiera dicho todo eso.

El director de la asociación de padres y maestros observó:

-Creo que lo que dijo es importante, Ellie. Quizás

antes de tratar de solucionar problemas debemos dedicar

algún tiem¡x> a reflexionar sobre cuál es el propósito de nuestro colegio.

Varios padres se mostraron de acuerdo, yel director del colegio sugirió:

-¿Por qué no conformamos un grupo de maestros y .

padres para que trabajen en esto y nos infolTIlen sobre sus conclusiones en la próxima. reuruón?

Todos estuvieron de acuerdo y el director me nom­

bró para que presidiera el comité con él. ¡Eso me pasaba _ por abrir la bocaza!

Me quedé allí sentada, mentalmente indignada con­

migo misma por haber hablado, pues pensé que me habia metido en camisa de once varas. Pero en cuestión de

segundos ya teníamos los nombres de ocho miembros del

comité, y todos me sonreían como si yo supiera 10 que estaba haciendo.

Elemento 1: Propósito trascendente 71

. . . Estaba ansiosa por ver a Jim la mañana siguiente. llegué

a las 6:00, incluso antes que él. lo esperé frente a la puerta

de atrás. llegó como a las 6:15. Me saludó sonriendo mientras oprimia la clave para

desactivar la alarma y abrir la puerta.

h ' . -¿Por lo general llegas a esta ora. -pregunte,

siguiéndolo hasta el interior del edificio. . -Sí -respondió-. Carolyn casi siempre camma tem­

prano en la mañana con unas amigas, y a mí me gusta

venir aquí para pasar un raro en silencio solo, antes de que

comience el trajín del día -dijo sonriendo, y en seguida

añadió: -O por lo menos me gustaba estar un rato a solas.

Últimamente he disfrutado al pasar un rato reflexionando

con mi nueva amiga.

Hizo una pausa y prosiguió:

-Espero con agrado nuestras conversaciones matu­

tinas. Creo que ftnalmente vaya encontrar la "chispa" en

el trabajo que he estado buscando. Además, me gusta irte

conociendo.

Me miró a los ajos y dijo: .~

-Ellie, ayer cuando te hablé sobre Carolyn caí en la

cuenta de que no te he contado sobre mi familia. Carolyn

yyo llevamos veinticinco años de casados y tenemos una

hija, Kristen, que estudia en la universidad. Mi familia es

una parte muy importante de mi vida.

-Desde luego --contesté-. Espero conocerlas algún

día .

72 ¡A TODO VAPOR!

Entendí que Jim estaba definiendo nuestra rel:,ci,5n. Era claro que estábamos destinados a ser algo más

colegas en el negodo, pero que no habria romance.

Quizás la mejor manera de describir la relación que se: estaba desarrollando entre nosotros era llamarla

dal". En ese instaÍlte, renuncié totalmente a cualc[ui,,,

fantasía que pudiera haber albergado y me pude co:nc"n­trar en las posibilidades reales.

Como la relación había quedado clara, me fue más

fácil pedirle ayuda a lim. Le conté sobre la reunión de la

asociación de padres y maestros y le dije que no me sentía preparada para presidir el comité.

-Necesito algo de ayuda. Tu ayuda, específicamente.

-Desde luego entiendo tu situación -me dijo-. Pero '

creo que es función del director del colegio defInir el.; propósito. Creo que debes hablar con el director y decirle

que él es quien debe hacerlo y que 50 se necesita un comité.

-¿Es decir que él solo debe decidir cuál es el pro­

pósito e infonnamos a todos después? -pregunté.

De alguna manera, eso no me parecía procedente. Es posible que el director pudiera definir el propósito solo,

pero no tenía una personalidad carismática. No 10

visualizaba explicando el propósito del colegio de una manera que infundiera entusiasmo a otros y los instara a

comprometerse. Y si lo hacia solo, ¿cómo podíamos

cercioramos de que el propósito sirviera de punto focal

para las importantes decisiones que había que tomar y no

73 Elemento 1: Propósito trascendente

-----------~---------

terminara simplemente enmarcado y colgado en una

afed, donde roda el mundo lo olvidaría? P -Jim, no estoy muy segura. Mi intuición me dice que

la administración, los profesores, los padres e incluso los

estudiantes deben participar. Creo que la idea de un

comité representativo tiene sentido. -Me parece bien -respondió Jim-. Confía en tu

intuición. -El problema es que el director me pidió que planeara

el orden del día para la reunión y no estoy segura de cómo

debo hacerlo. Nunca antes he presidido una reunión. Jim me ayudó a planear la reunión. Concluirnos que

después de que el comité identificara un propósito claro,

éste tenía que ser discutido en la siguiente reunión de la

asociación, y no sólo ser presentado. Cuando termina­mas, teníamos un buen orden del día para la reunión y un

plan para avanzar. Me sentí mucho más confiada. iJim era

una excelente caja de resonancia y me alegré de tener un

socio que me ayudara en este viaje!

• < •

El miércoles por la mañana, mientras conversábathos, Jim observó:

-Entonces hoyes el gran día para el departamento de

contabilidad. -¿Qué quieres decir? -pregunté.

-¿Acaso no se van a reurñr hoy para hablar sobre el

propósito?

74 ¡A TODO VAPOR!

-¡Es verdad!

Se me había olvidado que Marsha había citado

reunión a primera hora de la mañana. Es.to ó,ení ¡',teresan­

te, pensé. Tendré la oportunidad de comprobar cómo

potencia del propósito plantea una diferencia.

El mensaje matinal de Jilll fijó el tono de! día.

Buenos días a todos. Scry fimo Hcry me ilustana

contarles una historia que ilustra --'."J.'

dable es entender el propósito del trabajo.

obreros trabajaban en la construcción de

edificio cuando se acercó un ohseroador.

primer obrero estaba sucio, sudoroso y

una expresión de infelicidad. El obseroador

preguntó,

-¿Qué está haciendo?

-Coloco ladrillos-le contestó.

El segundo obrero también estaba sucio,

doroso y no se veía contento.

preguntó:

-¿Qué está J;;aciendo?

-Gano veinte dólares por hora -respondió.

El tercer obrero estaba

tenía una expresión radiante e iluminada.

bajaba tan arduamente como los otros .do",p>erO parecía como si lo hiciera sin tanto esfuerzo.

observador le preguntó:

-¿Qué está haciendo?

-Construyo una catedral-dijo.

Elemento 1: Propósito trascendente 75

Los insto a todos ustedes a que miren su

trabajo desde la perspectiva de su propósito, yno

sólo desde las actividades que están realizando.

Durante la reunión del departamento, Marsha me

' .. " pidió que compartiera mi lista de criterios para defmir el

propósito y que contara lo que había aprendido desde el

punto de vista de los clientes. Todos estaban intrigados.

Hubo una animada discusión. Con base en la perspectiva

de nuestros clientes, deftnimos una declaración de propó­

sito que explicaba cuál era nuestro negocio. Decidimos

que el siguiente paso sería que cada unO de nosotros

pusiera a prueba la declaración con sus diversos "clien­

tes", para ver si tenía sentido y también para que nos

dijeran cuáles eran las mejores maneras como podfamos

cumplir nuestro propósito. Todos salimos de la reunión

llenos de entusiasmo y con un enfoque claro. jFu{O muy

refrescante! Salí de la reunión impresionada por la manera como

la potencia del propósito había dinamizado al grupo. Las

animadas discusiones habían desempeñado un papel

importante en la generación de esa energia. Si ~ha se

hubiera limitado a entregarles a todos un documento

escrito, dudo mucho de que hubiera tenido impacto. La

reunión reforzó mi idea de que el hecho de implicar a

otros además del líder es importante, y de que seria

mucho mejor que el comité de la asociación de padres y

maestros defmiera el propósito como equipo, en vez de

confiarle esta tarea exclusivamente al director del colegio.

76 ¡A TODO VAPOR!

Sin embargo, tenía la molesta sensación de faltaba algo. Me parecía que, por importante que fuera propósito, tenía que haber algo más. Elemento 2:

valores claros

Al ftnalizar la semana, Jim tuvo que hacer otro corto viaje, esta vez para asistir a una reunión con sus antiguos compañeros de universidad. Una mañana, mientras escu­chaba su mensaje matinal en el correo de voz, transmitido desde el lugar de su reunión, comprendí qué era lo que

faltaba, por lo menos en parte.

•• Buenos días a todos. Soy Jim. Son las siete pasadas y con esto culmina un viaje fabuloso, en el cual estuve rodeado de colegas y viejos

amigos, personas a quienes he conocido desde .-hace muchos años. Fueron unos días que nu-

trieron mis valores. Quisiera leerles mis valores; "Valoro la paz espiritual. Sé que vivo de

confonntdad con este valoreada vez queme doy cuenta de que Dios me ama independientemen­te de lo que yo haga, cada vez que me siento

78 ¡A roDO VAPOR!

agradecido por mis bendiciones y cada

rezo y siento el amor incondicional de

Srntí mucho de eso aquí. Todas las maña,""

me levanté muy temprano y comencé el Irntamente, yen ver-dads,mtí q'le"sta,ba enpad

Éste es- mi segundo valor:

''Valoro la dicha. Sé que vivo de c01ifo,'rm'da,

con este valoreada ve, q,",,,me' si<mt,o c,onán'im,

juguetón y cada ve;, ql"em.' cU!Spie71tosinltié1uio

me agradecido por las bendiciones que be

bido, la belleza y las personas queme rodean

mi vida".

verdadera dicha. Nos hemos divertido

Nos conocimos cuando no éramos nadie todos nos ha ido bastante bien. Pero nas Tllmm

nemos unos a otros conectados a la

porque ninguno se siente demasiado

nado por sus logros.

Ymitercervalor, "Valorolasalud.Sii,'/U<'vi1;

de confonnidad con este valor cada vez trato mi cuerpo con amor y respeto "'".

El solo becho de estar en la m,mtañ.a flUílil

la toma de conciencia so/>reco,=' m'en

un poco ese aspecto y be decidido que revivir los buenos hábitos ahora -que casa.

Elemento 2: Valores claros 79

¡Eso era lo que hacía falta! jValores!

Era obvio que Jlffi se dejaba guiar por sus valores.

Vivía de acuerdo con ellos a diario. Tenía claridad sobre

cuáles eran. ¡Valores! ¿Qué significa realmente la palabra? ¿Por

qué son importantes los valores? ¿Cómo se relacionan con

-el propósito? Durante todo el día tuve presente estas

preguntas. por la noche, busqué la defmidón en el diccionario

dejen. Valo", "la calidad de algo que lo hace ansiado o

deseable; v.gr., el valor de la amistad verdadera".

Valores; "creencias o ideales".

No es una do/inición muy elaborada, pensé. Pero lo

ciertO es que los valores no deben serun concepto elabora­

do. Sin embargo, me parecía que los valores eran más que

simples creencias: son creencias profundamente arraiga­

das. A las personas les importan muchísimo sus valores.

Todos nos sentimos bien cuando actuamos de confonni­

dad con ellos.

Cen base en esta infonnadón, escribí la siguiente

defmición: .~

Los valores son creencias profundamente arraigadas de que ciertas cualidades son

deseables. Definen lo que es correcto o

fundamentabnente importante para cada uno de

nosotros. Suministran pautas para nuestras opciones y acciones.

80 ¡A TODO VAPOR!

Si el propósito es importante en la medida en

explica el "porqué", entonces los valores son im]Jortant'"

porque explican el "cómo".

Contestan la pregunta: "¿Cómo comportarse día a mientras cumples tu propósito?"

¡Eso era!

Para poner a prueba mi teoría, me conecté "Hu'n,el

con el ánimo de revisar las páginas web de las enlpr'es:'l

que tenían una buena misión o un buen

¿Tenían también valores claros?

Regresé a la página web de Merck. ¡Bravo! Iruneclia'

tamente después de su declaración de misión, laenlplres,".

incluía sus valores, que eran cinco, y cada unO de

aparecía claramente deftnido:

• Nuestro negocio consist,g en J'm~""JClr jV nlejon,rlo

vida humana. Todas nuestras acciones tienen que

medidas por el éxito que obtengamos en el logro de

meta. Valoramos por sobre todo lo demás nuestra

ciclad para servirle a cualquier persona que se

beneficiarmediante el t!SO apropiado de nuestros pr'OdlJC­tos y servicios, con lo cual damos satisfacción duradera los clientes.

de ética e integridad. Somos responsables ante nuestros

clientes, los empleados de Merck y sus familias,

entornos que habitamos y las sociedades a las

servimos en el mundo entero. En el cumplimiento

Elemento 2: Valores claros 81

nuestraS responsabilidades, no tomamos atajos profesio­

nales o éticos. Nuestras interacciones con todos los

segmentos de la sociedad deben reflejar los altos estándares

que noS guían.

• Profesamos el más alto nivel de excelencia cientí­fica y comprometemos nuestra investigación con el me­joramiento de la salud humana y animal y con la

calidad de vida. Buscamos identificar las necesidades

más cruciales de los consumidores y clientes, y dedica­

mos nuestros recursos a la satisfacción de esas necesida­

des.

• Esperamos obtener utilidades, pero sólo si provie­nen de trabajo que satisfaga las necesidades de los clientes y le reporte beneficios a la humanidad. Nuestra

capacidad para cumplir con nuestras responsabilidades

depende de que mantengamos una posición finandera

que fomente la inversión en investigaciones de avanzada

y que posibilite la aplicación eficaz de los resultados de

la investigación.

• Reconocemos que la capacidad para sobr;salir­para satisfacer de la manera más competitiva las nece­sidades de la sociedad y de los cliente~ depende de la

integridad, los conocimientos, la imaginación, la destre­za, la diversidad y el trabajo en equipo de los empleados3

y valoramos altamente estas cualidades. Para lograr este

fm, buscamos crear un entorno de respeto mutuo,

estímulo y trabajo en equipo, un entorno laboral que

82 ¡A TODO VAPOR!

recompense el compromiso y el desempeño y tenga cuenta las necesidades de los empleados y de familias.

Los valores de Merck eran muy fáciles de en':011tnu;

pues estaban en la primera página de su sitio web, enmarcados y colgados en alguna pared. No cabía de que su misión y sus valores eran cruciales para identidad como empresa.

Luego leí un artículo de 1beNew York Times.

el pegante que mantiene unida la corporación", Michael]. Carey, vicepresidente deJohnson &Johnson.

mensaje es la capaddad de producir resultados empresa

riales, no a cualquier costo, sino de conformidad

nuestro sistema de valores". El artículo describía cómo

valores los habían orientado, ayudándolos a superaruna

sus peores crisis: el incidente ocurrido en 1982

alguien introduJG cianuro en un frasco de TyIenal,

consecuencia de lo cual murió un consumidor. La

retiró de inmediato el producto de las estanteñas a

costo de 75 millones de dólares. Pagó un precio

a corto plazo. Sin embargo, el beneficio a largo plazo

no sólo que la firma sobreviviera a una seria crisis,

que saliera de ella más fortalecida aún.

Traté de irnaginanne la discusión que se

desarrollar entre las personas que participaron en importante decisión. No tenían mucho tiempo para

maria. ¿A lo mejor alguien sugirió que se retiraran mercado únicamente los frascos que había en Ia ClUoa,) er

Elemento 2: Valores claros 83

donde había fallecido el cliente? ¿Alguien quizás insinuó que lo mejor era no divulgar la infonnaóón? ¿Propuso -a.lguien que se tratara de buscar un chivo expiatorio y se

'aUpara a otros? La única manera como pudieron tomar una decisión

rápida y acertada ese día fue dejándose guiar por sus valores. Esa difícil decisión fue, en el largo plazo, la que más les convenía tanto a la empresa como al público en

general. Volví a visitar el sitio web de CNN. Lo que me

interesó fue que esta organización utilizaba sus valores

-en la página de "ofertas de empleo"- para atraer el

tipo de gente que se ajustaba a su cultura. Leí: "Quere­mos empleados que -ante todo- sientan pasión por la difusión de las noticias de una manera rápida, precisa y

atractiva para el público global al que servimos. Nos interesa el futuro de CNN: personas con ideas frescas, puntos de vista novedosos, voluntad para trabajar ardua­mente y un compromiso con los más altos estándares del periodismo". Cinco valores se destacaban: rapidez, pre­ásión, innovación, trabajo arduo y los más altos estándares

del periodismo. ... _tU leer los valores de estas compañías me sorprendió

constatar cómo es de importante que una empresa exprese sus valores claramente, a fm de atraer empleados cuyos valores coinciden con los de la ftrma.

...

84 ¡A TODO VAPOR!

Sentía unos enormes deseos de que regresara JUn, compartir con él mi descubrimiento. Tan pronto lo espeté sin siquiera saludarlo:

-El propósito dice por qué. Los valores dicen Jim rió.

-¡Vaya extraña manera de saludara Ufl arru¡¡o" qUlel

no has visto hace rato!

-No, en serio, es verdad. ¡Lo tengo!

El propósito dice por qué.

Los valores dicen cómo.

Emocionada, le conté a Jim acerca de mis p,:squis,as; y sobre cómo había descubierto que las empresas

tenian un propósito trascendente también tenían claramente expresados.

Le entregué a Jim una hoja en la cual había anoGldc,'

VALORES

• Los valores proveen pautas amplias sobre cómo

debe uno proceder mientras persigue su propó­SITO.

• Contestan las preguntas /I¿Según qué principios quiero vivir?/I y 11 ¿Cómo?"

• Tienen que describirse con claridad, para que se sepa exactamente cuáles son los comporta-

Elemento 2: Valores claros

mientas que indican que el valor se está vivien­

do.

• Es preciso actuar consistentemente de acuerdo con ellos, pues de lo contrario no pasan de ser IJbuenas intenciones".

• Los valores personales de la gente tienen que coincidir con los valores de la organización.

Jim leyó el texto.

85

-¡Tienes razón! Los valores son otro elemento clave

de la visión. En seguida pegó la hoja en la pared, junto a la tarjeta

titulada "Propósito". Nuestro mapa de ruta iba avanzando.

-¿Cuáles son los valores que rigen aquí, en la

agencia?

Jim caviló unos instantes:

-Ésa es una buena pregunta, Ellie. Creo que cuando

ésta era una empresa más pequeña y mi padre era el , -presidente, los valores simplemente se sobreentendían.

Nunca los hemos enunciado en palabras.

-Las mejores empresas tienen valores que sustentan

su propósito -dije-o O por lo menos eso me pareció

cuando hice la búsqueda en la Internet

-Eso tiene sentido, porque los valores guían día a día

el comportamiento y las decisiol1es de las personas, en el

86 ¡A TODO VAPOR!

proceso de búsqueda de ese propósito. Cuando pienso

los valores sobreentendidos pero no enunciados

nuestra agencia, de inmediato se me vienen a la mente

palabras "ética" y "relaciones".

-¿Cómo ayusJan esos valores a cumplir el pr<OpÓSil de la agencia? - pregunté.

-Formamos parte de un negocio que ofrece

lidad. Eso significa que las personas tienen que eOl1fi,,, e

nosotros. Y no conf.tarán a menos que actuemos

y entablemos relaciones positivas.

-Pues claro -dije-o Y significa que también

que tratamos unos a otros de acuerdo con estos ¿no es cierto?

-Desde luego. Los valores que guían nuestro

portamiento con nuestros clientes también nos

orientar en la manera como nos comportamos unos otros en la agencia.

Jim prosiguió:

-Creo que hay otro valor que revíste ÚIJlpe.rrand

para nosotros: el éxito. Si no rumplimos lo que pnorneté mos, no crecemos en nuestro negado.

-Me parece que eso tiene mucha lógica vé-. ¿Las demás personas en la agencia

mismo?

-¡Es hora de averiguarlo! -sonrió Jim, le,'anltfuld()S

para marcharse.

. . .

E!emertto 2: Valores claros 87

,Más tarde, esa mañana, no me sorprendió escuchar el

siguiente mensaje en el correo de voz:

111 Buenos días a todos. Soy Jim. La semana pasada (JE!1!iJ les conté sobre mis valores personales. Hoy quie­

ra hablarles sobre olTa manera de mirar los

valores. Las empresas también tienen valores, es decir, nOnnas aceptadas que orientan nuestro comportamiento día a día. He estado reflexio­nando sobre cuáles valores nos deben orientar aquí, y quisiera ponerlos a prueba. Creo que

necesitamos valores referidos a la ética, las

relacionesy el éxito, y debemos identificar com­

portamientos que demuestren cómo se materia­lizan estos valores. Tenemos que estar seguros de

que todos estamos actuando consistentemente de acuerdo con nuestros valores, y debemos ayudarnos unos a otros a hacerlo. Por lo tanto, quisiera comenzar hablando sobre esto. ¿Están de acuerdo en que éstos son nuestros valores y,

de ser así; cómo los materializamos?

El mensaje deJIffisirvió para ratificarme cuáb impor­

tante es descri..bir los valores a manera de ejemplos de

comportamientos específicos que los apuntalan. Cuando

Jim compartió sus valores personales, no se limitó a decir

que valoraba la salud. Explicó cómo era cuando actuaba

de conformidad con ese valor y.lo que piensa hacer para

sustentarlo. Ahora estaba invitando al personal de la

88 lA roDO VAPOR!

agendaaa~Jdul"a~entificar(:órnoer.lalruld()a(1U"ba

de acuerdo con los valores de la compañía.

... La mañana siguiente, mientras tomábamos tranq'lliI"meÍ te nuestro café, observé:

-Tu mensaje de ayer en el correo de voz

haber inyectado una gran energía en la atmósfera.

te el almuerzo, todo el mundo habló sobre los valores la agencia.

-Excelente. Es una conversación que se ha

dar hace mucho tiempo. Ya he recibido mtldtaSre,¡plle~

tas en mi buzón. ¡Voy a procurar que los ejemplos

tan claros como los que encontraste en la Internet!

-¿Sabes, Jim? Este asunto de los valores es reaOm,en¡,

importante. Veo que las mejores empresas tienen

claridad en cuanto a sus valores y los utilizan para

los comportamientos y las decisiones. Pero ¿por qué que es tan importante?

-Yo también he estado reflexionando sobre eso

contestó Jim-. El hecho de tener claridad acerca de

valores personales ha sido algo muy valioso para

Existe mucho poder en los valores. Creo que se

que los valores tienen que ver con el sentir de la

Las personas aprecian sus valores y adoptan una

profundamente emocional al respecto. Cuando actúan

conformidad con sus valores, se sienten orgullosas acciones.

Elemento 2: Va/aTe) claros 89

-De modo que podríamos decir que los valores son

como la fuerza motriz detrás del propósito. Los valores

-SUffiiniStran la energía y el entusiasmo que les ayuda a las

personas a sentirse comprometidas cuando surgen difi-, cultades -contesté.

-Sí, cuando los valores personales coinciden con los

de la organización, hay más compromiso y más orgullo

con respecto a la empresa. La calidad general del trabajo

mejora. Se podría decir que una de las razones por las

cuales es importante tenervalores claramente expresados

es que ayudan a garantizar un compromiso emocional.

Reflexioné sobre esto unos instantes.

-Podría haber una segunda razón. Creo que también

.sirVen para unificar. Los valores compartidos contribuyen

a garantizar congruencia en la manera como se comporta

todo el personal de la empresa. Nosotros teníamos un

servicio de arreglo del jardín, cuando yo todavía me podía dar ese lujo. Doug había contratado los servidos de una

firma para que fertilizara nuestro césped y eliminara la maleza. Sus empleados iban regularmente a nuestra casa

en el verano. Yo les había pediGO que me I1arnaran con

anticipación para decirme qué día iban a ir, y asf poder

recoger los juguetes que los niños dejaban en el jardín y

organizarles sus juegos en otro lugar. Pero el senricio era

imprevisible. Dependiendo de quién iba a realizar el

trabajo, algunos me llamaban antes y otros no. Algunos

incluso comenzaban a echar los quúnicos con los juguetes

-regados sobre el prado. Daba la impresión de que no

90 ,A TODO VAPOR!

tenían nonnas constantes en lo que respecta a se¡l1lrida

ambiental, y sin embargo ése es un valor imponame

si se hubiera expresado claramente, habría servido

guía para todas las personas que cuidaban de

césped. No sólo habrían llamado siempre con

ción; seguramente también habrían recogido primero

juguetes si no me encontraban al llegar.

Jim estuvo de acuerdo, y añadió:

-Los valores de una empresa dependen de cuál

su negocio. CNN valora la velocidad porque su

consiste en informar sobre noticias al instante.

valoramos las relaciones porque les ayudamos a

clientes a generar tranquilidad. Los valores

configurar una cultura que afIance el propósito de

compañía. No son simplemente "frases agradables".

visten una importancia vital porque guían a las pe,rsC)ill

en la búsqueda de su propósito.

Le pregunté a Jim si creía que el orden en que presenten los valores es importante y le conté sobre

artículo de prensa que había encontrado en mis

sas, que describía cómo los dirigentes de Joñnson

Johnson se basaron en sus valores para tomar de,ru:iOIl<

acertadas cuando se produjo la crisis con eli y¡erLOien le

años 80.

-Sus valores, que ellos llaman su "Credo" -,le

aparecen enunciados en orden. El primer valor

garantizar a sus clientes productos de calidad a

razonables. Su último valor es generar utilidades

Elemento 2: Valores claros 91

para el negocio y un buen rendimiento para los accionis­

taS· -El artículo decía que los líderes tomaron esa

decisión muy rápidamente porque consultaron sus valo­

reS. Se me ocurre que si sus valores no hubieran estado

listados en orden, tal vez habrían tomado la decisión con

base en la rentabilidad, y no pensando ante todo en el bienestar de sus clientes.

Jim reflexionó sobre lo que yo acababa de decir.

--Creo que tienes razón. Cuando Kristen estaba en el último año de secundaria, hicimos un viaje familiar a

Disney World. Allí me enteré de que la seguridad es su

primer valor en importancia y la amabilidad el segundo.

Idealmente, respetan todos sus valores todo el tiempo.

Pero si hubiera un conflicto entre valores, sabrían por cuál

optar, es decir, que si un "miembro del elenco" (como en

Disney consideran a un empleado) esttndera contestando

amablemente una pregunta de un visitante y de repente

se escuchara un alarido, se exc:usaría de inmediato y se dirigiría al lugar en donde escuchó el grito, porque estaría

respondiendo a su primer valor.

Jim rió.

-Pues sí, ése sería un ejemplo específico.

-Entonces estamos de acuerdo con que la lista de los

valores debe hacerse en orden de importancia.

Jim asintió.

Permanecimos un rato en silencio, bebiendo nues­

tro café y disfrutando de nuestra mutua compañía.

92 ¡A TODO VAPOR!

Era hora de ir a trabajar. Jim dijo:

-Hemos descubierto muchas cosas esta

Identificamos por qué es importante que las Of¡¡arliz<ld[j.

nes expresen claramente sus valores y hemos determina'

do que es fundamental enunciar esos valores en on3en <te

importancia.

Me sonrió con sus ojos azules de mirada intensa

agregó:

-Entonces, Ellie, eso significa -que tu comité de

asociación de padres y maestros tendrá que examinar

propósito y los valores. Tal parece que tienes basta,,,,

trabajo entre manos si quieres marchar a todo vapor.

-;Caramba! ¡Se me había olvidado que la reunión

esta noche!

. . . La reunión del comité se desarrolló mejor de lo

esperaba. Compartí lo que Jim yyo lLabían,05¡ m=lbiertci

sobre el poder que confiere tener un propósito trascc'n'

dente y unos valores cIaros. Hubo una discusión animada;

la. reunión se prolongó bastante, pero cuando finalizó habíamos acordado un propósito trascendente desde

punto de vista de cuál era realmente nuestro ne¡locio" fomentar el aprendizaje; la enseñanza era una aaivi,:lad

que sustentaba ese propósito, pero no era el propósito

sí. Además, identificamos los valores más importantes.

Establecimos la siguiente declaración: Respaldar

desarrollo integral de ,la J.>er.s'O,"2, J.'('"'''1'"'' 1me'Strl,,,,iñ,>.\'

Elemento 2: Valores claros 93

aprendan a aprender, a amar el aprendizaje, a desarro­

llar una autoimagen positiva y a entablar relaciones de

mutuo respeto con otros. Nuestro propósito: Respaldar el desarrollo integral

de la persona. Nuestros valores: Aprendizaje, autoimagen positfva

y relaciones de mutuo respeto. Esta declaración Significaba que queríamos que

nuestros hijos recibieran una educación integral en todas

las áreas, algunas de las cuales quizás no se reflejaban en

los puntajes de los exámenes estandarizados. El comité decidió que debíamos presentar nuestros

planteamientos en la siguiente reunión de la asociación

de padres y maestros. El director del colegio dijo que

estaba seguro de que si los profesores, los administrado­

res y los padres se ponían de acuerdo en tomo a este

propósito y estos valores, sería mucho más fácil tomar las difíciles decisiones sobre el programa. Estaba totalmente

comprometido con este proyecto, y asumió el liderazgo

con entusiasmo. ¡Yo me sentí feliz!

.. Las siguientes semanas transcurrieron rápidamente. Yo

estaba consciente de que cuando estaba en la oficina mi

energía fluía y cuando estaba en la casa me sentía

exhausta. Durante los fines de semana en que los niños

estaban conmigo, los llevaba a sus actividades, preparaba

las comidas y lavaba la ropa, todo mecánicamente. En

94 ¡:.4 TODO VAPOR!

otros fmes de semana veía bastante televisión. De una

otra manera, no tenía vida social. Los domingos por noche me animaba nuevamente con sólo pensar en al día siguiente vería a Jim.

Jimno siempre estaba enel edificio a las 6:30A.M. mañana lo esperé'bajo la lluvia durante treinta

llegó a las 7:00 y me encontró tratando de re';guarclann

bajo el toldillo, bastante mojada. Al día siguiente me una llave del edificio y me enseñó a desactivar el

de alarma. Después de eso, adoptamos un patrón nuestra conversación matutina. Cuando Jim no llegar temprano, me avisaría el día anterior. Los

días no esperaría que yo llegara (pero siempre alegrarse cuando lo hacía). Y la verdad es que yo siempre llegaba, porque nuestras conversaciones les eran muy importantes para mí.

Elemento 3:

ímagen del futuro

-j Sigue faltando una pieza en este "asunto de la visión"!

Todavía no está completo -munnuró Jim. Yo estuve de acuerdo.

-Muy bien, veamos qué sabemos hasta el momento -dijo-. El propósito explica por qué existe uno, ¿no es cierto? Y los ,,'alares explican cómo actúa en la búsqueda de ese propósito. Y sabemos que un propósito trascen­dente y unos valores claros infunden energía y movilizan a la gente. Pero he aquí el problema: el propósito y los valores solos no e..'x:p1Jcan hacia dónde va uno. La visión

se refiere a ir hacia alguna parte. Tiene que habb- una noción de destino o dirección.

-¿Qué tal el proyecto de alunizaje Apolo? -aventuré-. Algunas personas lo usan como ejemplo de una visión.

-¿El proyecto de llevar a un hombre a la luna a fines de los años 60?

-Sí, Alex está estudiando eso en el colegio ahora. Me

,:.4 TODO VAPOR!

dijo que cuando 10hn F. Kennedy inició el proyecto,

tecnología para lograrlo ni siquiera existía! La

superó lo que parecían obstáculos ir' lsalvaN,os loara ¡'ogJra

ese resultado espectacular.

-Apuesto a q~e no hay una sola persona que

ese momento y que no recuerde lo que estaba ha,cíe:",", el día del primer alunizaje -observó ]im.

-Creo que lo que lo hace tan potente es la .

Es una imagen dm del futuro que uno puede in' nagirull

sucediendo.

-¡Eso es!-exclarnó]im-. Eso es lo que hace falta:

imagen del futuro! Hay otro ejemplo de cuán podelcos, llega a ser crear una imagen -prosiguió entmlia'lm;,d,,J ¿Recuerdas lo que sucedió en los Juegos Olímpicos

19761

-Bueno, yo era bastmte joven en esa época -{!clmiti'"

Cuéntame.

-Ese año sentí un interés especial en los

Olímpicos porque un buen amigo IIÚO estaba comfliti,,,,," do. Pero no ganó porque los atletas soviéticos se

con casi todas las medallas de oro. Ganaron más oro

cualquier otro país, incluso en competencias en las

no se esperaba que triunfaran. El mundo entero

asombrado. Algunas personas pensaron que los

habían consumido algún tipo de droga, pero no fue

La clave de su éxito fue que en su entrenamiento

incluyó una técnica denominada "ensayo mental",

diante la cual los atletas visualizan su desempeño

Elemento 3: Imagen del futuro 97

]a competencia. Hoy en día esa técnica es bastante usual

en los entrenamientos deportivos. Sin embargo, en esa

época era bastante novedosa y los resultados fueron

espectaculares. "Mi hija Kristen dice que utilizó la técnica de visua­

lización cuando aprendió a esquiar sobre promontorios

en cuestas empinadas. Me dijo que había tomado varias

clases sobre cómo esquiar sobre los 'promontorios', pero

aun así no se sentía muy segura. Un día, cuando estaba en

la cima de una pista con bastantes desniveles, miró a uno

de los esquiadores mientras descendía con mucha gracia.

De hecho, parecía como si el esquiador estuviera bailan­

do, tales eran la gracia y el ritmo. Kristen entonces se

imaginó esquiando con ese mismo ritmo. Vio la :imagen

en su mente. ¿Y sabes qué ocurrió después? 10 hizo. Se

deslizó por la pendiente 'bailando'. Desde entonces,

Kristen ha empleado técnicas de visualización en distintas

situaciones. Me dijo que muchos entrenadores deportivos

han trascendido la técnica del ensayo mental y ahora se

concentran en visualizar el resultado final. En otraS

palabras, en vez de pecfules a los atletas que practiquen

mentalmente las rutinas de gimnasia, los clavad!>s o la

esquiada, les dicen que se visualicen a sí mismos de pie

en el podio recibiendo la medalla de oro. ¡Qué tal eso!"

lUna imagen del resultado final!

Recordé que cuando estuve investigando sobre

propósito y valores, encontré una declaración de CNN en

,

98 lA roDO VAPOR!

la cual ésta afirmaba que su visión era ser "vista-por

las naciones del planeta, en inglés y en el idioma

región". Esto sin duda era una imagen cIara del

fInal; era una imagen de algo que sucedía en el

cerraba los ojos, podía verlo claramente. Lo mismo

con la visión de Steve Jobs de colocar un comrmtad¡

encima de todos los escritorios. Era una imagen nítida,

un concepto vago como ser el "número uno" o "proveedor de opciones". Esas declaraciones no

claras, ni conferían una idea de destino o dirección.

Convinimos en que el tercer elemento clave de visión seductora es una imagen del futuro.

Una imagen delfuturo es un elemento clave de la visión.

Esta conversación me recordó el

adquirí después de dar aluz aJen_ Un año después,

pesando 10 kilos de más. El médico me recetó una

que yo seguí a regañadientes. Durante varias

comí radones diminutas, sintiendo que me estaba

rnendo de algo mientras rumiaba apio y veía a mi

comer helado de postre. Finalmente me di por

Decidí que preferia estar gorda y contenta y no muerta

hambre y sintiéndome desgraciada; pero el problema

que en verdad no me sentía muy a gusto con la

como me veía. Me sentía en un callejón sin salida. Ese sentimiento de estar en un "callejón" duróva¡;,

semanas, hasta que encontré algo que me nlllci<onc

Elemento 3: Imagen del futuro 99

Saqué del cajón mis blue jeans favoritos, ésos que ya no

se ajustaban a mi talla, y los colgué a la vista en mi alcoba

Todas las noches, antes de dormir, los miraba y me

imaginaba usándolos. Visualizaba cómo me iba a ver con

ellos puestos. A la mañana siguiente, volvía a hacer lo

mismo. Me sentí motivada y llena de energía. Comencé la

dieta de nuevo, pero esta vez concentré mi energía en

cómO quería verme, y nO en el helado que me estaba

perdiendo. ¡Qué diferencial Y así fue como perdí peso~

En vez de concentrarme en aquello a lo que estaba

renunciando, me había concentrado en la imagen de lo

que quería crear: verme bien en los b/ue jeans. Le conté esta historia a Jim. Convinimos en que

habíamos descubierto un principio importante:

__ El poder de la imagen funciona cuando uno se concentra en lo que qutere crear, no en aquello de lo que se quiere deshacer.' "

Tenemos que ser proactivos, no reactivos. Esa tarde, salí de la oficina intrigada por el poder de

la imagen.. Siempre me he sentido profundamertte con­

movida con la visión que enundó Martin Luther King Jr ~ En casa tenía una copia de su discurso "Tengo un sueño".

La saqué~ leí el texto y quedé impresionada por las potentes imágenes que creó.

Tengo un sueño de que un día en las rojas colinas de

Georgia los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de

100 ¡A roDO V APORI

los antiguos dueños de esclavos puedan

juntos a la mesa de la hennandad ... Tengo un

de que mis cuatro pequeños bijos algún día

en una nación donde no serán juzgados por el

de la piel, sine: por su valor como personas ...

un sueño de que un día en el estado de A]"bama

las niñas y los niños negros podrán estrecbar Si

manos con las niñasy los ni,los bL,n"osy c:a""i,,,,,,

juntos como hermanas y hermanos ... Podremos

lerar el día en que todos los hijos de Dios,

blancos, judíos y gentiles, protestantes y

podrán tomarse de las manosycantarlas pallabr:t¡;é

ese viejo Espiritual negro: ¡Ubres al fin! ¡Libres al

Gracias Dios todopoderoso, ¡somos libres al fin!

Éstas eran, sin duda alguna, imágenes vívidas. Si

cerraba los ojos, podía verlas suceder. No eran declara,:;i

nes vag.as sobre la importancia de la libertad y la

dad, sino imágenes claras que demostraban cómo

Concluí que existe una enonne cantidad de poder si

tiene una imagen clara del resultado final deseado.

Otro aspecto que me llamó la atendón sobre imágenes de Martin Lurber King fue que se

únicamente al resultado último, y no al proceso

lograrlo. Había dejado a los demás la misión de

cómo conseguir el resultado finaL Pero las imágenes

creó son perdurables y siguen sirviendo de ir· lSp>iración

Al día siguiente le di a Jim una copia del discurso

Elemento 3: Imagen del futuro 101

(¡"veren.oo King Y le conté sobre el segundo principio

subyacente que había descubierto:

_ El poder de la imagen funciona cuando uno se concentra en el resultado final, no en el proceso para lograrlo.

Resumimos en una hoja lo que habíamos descubier­

.[0 sobre el tercer elemento, yen seguida la pegamos en

la pared al lado de los otros elementos:

IMAGEN DEL FUTURO

• Una imagen del resultado final, algo que uno realmente pueda ver, no algo vago.

• Concentrarse en lo que se quiere crear, no en aquello de lo que se quiere deshacer.

• Concentrarse en el resultado final, proceso para lograrlo.

no en el ,

-Cuando leo el discurso del reverendo King, me

llama la atención el hecho de que no se limita a crear una

imagen del resultado final-{)bservó Jim-. También revela

102 ¡A roDO VAPOR!

valores subyacentes como la hermandad, la unidad respeto mutuo.

¡Finalmente los habíamos definido!

Los tres elementos clave de una visión se.ducte,ra

ProP6siro trascendeme Valores claros

Imagen de/futuro

Reflexionamos sobre lo que habíamos aprer,dicl(;

sintiéndonos bastante satisfechos de nosotros mismos,

-¿Sería una visión seductora si no tuviera los elementos? -me pregunté.

-No lo creo. En el ejemplo del proyecto de alu1nizajo

Apolo, la NASA ciertamente tenía una imagen clara

resultado ftnal, pese a que el proceso para lograrlo no

claro. La imagen permitió centrar la energía de laWL>ll;

su gente obtuvo resultados asombrosos, todo gracias

imagen del futuro. Pero desde entonces no han vuelto

recrear esa energía o ese impulso. El poder se jJC-,u,u.

-Es verdad -comenté-o Yo esperaba que ya a alturas se hubieran p<T'...:.tdo en Marte.

--creo que se debe a que nunca se llegó a un acue:rck

claro en tomo al propósito subyacente. ¿Por qué estábamos haciendo? ¿Lo hacíamos para ganar la

espacial, para impulsar la iniciativa de defensa es~,adaj

Guerra de las Galaxias o inspirados por el espíritu de

guerra de las estrellas: "Adentramos audazmente en

desconocido'? y como no había un propósito trasc"ncler,-

Elemento 3: Imagen del futuro 103

, te, nO había nada que orientara las decisiones futuras.

Desde esa época, la NASA no ha mostrado una dirección

cIara ni un desempeño sobresaliente.

Pensé en esto unos instantes.

-Eso significa que el Proyecto Apolo no fue una visión; fue una mera, una meta con una imagen poderosa.

-Exactamente --convino Jim-. Creo que una visión es

perdurable. Sigue sirviendo de guía a medida que se

alcanzan las metas. Una manera de distinguir entre una meUl y una visión es preguntar: u ¿Qué sigue ahora?" Una

visión ofrece una dirección clara para la actividad futura

y sirve de guía para la fijación de nuevas metas cuando se

han logrado las actuales. Sin una visión, una vez que se

alcanza la meta, todo tem:llna.

-Ésa es una buena manera de expresarlo -dije-.

¿Crees que se aplica a todas las situaciones? -Eso creo. Tomemos tu ejemplo sobre perder peso.

Tenías una imagen del resultado final, pero cuando

alcanzaste el peso deseado, la meta dejó de existir,

tverdad? Reflexioné sobre esto y pensé que Jim tenía razón.

Verme delgada era tan sólo una meta., no una/visión,

aunque sí tenía una imagen mental del resultado final. Perder peso era un paso hacia el logro de algo más

importante, como un cuerpo saludable o una alltoimagen

positiva, si había entendido bien.

-creo que debemos definir concisamente la visión­

sugeñ-. Si lo hacemos, te ayudará cuando reflexiones

104 ¡A TODO VAPOR!

sobre tu visión para la empresa, ya mí me ayudará en : trabajo con el departamento de contabilidad y

con el colegio de Jen.

Esto fue lo que decidimos:

DEFINICiÓN DE VISiÓN

• La visión es saber quién es uno, hacia dónde se '

dirige y qué va a guiar el viaje.

-¡Esta defmición realmente funciona!

Jim-. Es una defmición concisa, pero mucho más rica

cualquier otra que haya visto. Indica que los tres

tos son parte de la visión. "'Saber quién es uno"

tener claridad sobre su propósito. "Hacia déincle 'ie cliri:ge' es la imagen del futuro. Y "qué va a guiar el 'iaje" son valores.

-Totalmente de acuerdo -dije-o Si uno no sabe es, la verdad es que no importa hacia donde se

-y si uno va hacia alguna parte, tiene que

claridad sobre cuáles son los valores que lo guiarán en viaje, para ayudarle a tomar las decisiones difíciles surjan obstáculos -agregó Jim.

-Eso es lo que le perntite a uno avanzar "a todo >

vapor" -dije-o Cuando uno viaja a bordo de un buque de -

,

Elemento 3: Imagen del futuTO 105

vapor potente, no puede controlar el clima. Uno conoce

s'u destino final, pero quizás tenga que cambiar un poco

el curso para evadir una tempestad fuerte o un témpano

de hielo. Los valores dejan cambiar el curso de una

manera que perntite tener presente el destino verdadero.

-¿Cómo sabe uno si su visión realmente es seductora?

_preguntó Jim. Hicimos una lista de verificación con el fm de cer­

cioramos de que cuando uno identifica su visión, real­

mente es una visión seductora. Ésta fue la lista:

INDICIOS DE UNA VISiÓN SEDUCTORA

• Nos ayuda a entender cuál es realmente nuestro negocio.

• Provee pautas que nos ayudan a tomar decisio­nes a diario.

• Ofrece una imagen del futuro deseado que realmente podamos ver. ,

• Es perdurable.

• Implica ser "excelenterl, no sólo ser mejor que

la competencia.

• Sirve de inspiración; no se expresa únicamente en cifras.

106 ¡A TODO VAPOR'

• Conmueve los corazones y los espíritus de todos.

• Le ayuda a cada persona a entender qué puede

aportar.

Decidimos que si una visión pasaba esta

había una buena probabilidad de que pudiera ofr,ecer w", dirección clara y de que motivara a la gente.

Ambos rebosábamos de entusiasmo. Creíamos

explorando y aprendiendo sobre algo realmente

tante y poderoso. Jirn dijo que también le parecía

tido eso de buscar las piezas de este rompecabezas

Entre los dos estábamos descubriendo cos"', 'I',e Joincguoc

hubiera deducido por sí solo. Convinimos en que los

sacábamos lo mejor del otro.

-Ahora -dijo Jim pensativo-, el verdadero reto

formular una visión para la agencia que pase ",¡ca p'ru"oa,

... Al día siguiente, el mensaje de Jim en el correo de voz

recordó que la fOlTIlulación de una visión no sólo

importante para las organizaciones y empresas. también para nosotros como individuos.

Buenos días a todos. SoyJim.

Anoche estuve reflexionando sobre algo pensé que realmente podemos escoger; que

,

Elemento 3: Imagen del futuro 107

buen liderazgo y la manera coma nos compor­temos en el mundo comienza en nuestro inte­

rior. Tenemos dos opciones .

l. ¿De quién vamos a ser? 2. ¿Quién vamos a ser? Tal vez se preguntarán si no es lo mismo. No.

La primera pregunta dice "¿De quién vamos a ser?", que significa: ¿Cuál es nuestra audiencia? ¿Para quién estamos actuando? ¿A quién esta­

mos tratando de complacer? Ya antes be men­cionado que si uno cree que su autoestima está

en función de su desemPeño y de la opinión de

los demás, significa que uno se metió en una trampa que deja vulnerable su autoestima todos los santos días. Pero si está actuando para una audiencia más elevada o para una serie de valores más encumbrados, es algo muy distin­to. En ese caso uno puede hacer lo correcto porque sabe qué es lo correcto, en vez de dejarse influir por las opiniones que los demás tienen de uno. Es lo que nos permite obrar con integri-dad. ,

La segunda pregunta tiene que ver con quién

es uno. ¿Cual es su propósito? ¿Porquéestá aqm? Creo que es muy importante que todos reflexio­nemos sobre por qué estamos aquí y qué estamos tratando de hacer. Si uno no tiene un propósito claro, entonces lo pueden zarandear y llevarlo

108 ¡A TODO VAPOR!

en distintas direcciones porque uno no realmente por qué está aquí.

Si puede responder estas preguntas y

crear unas imágenes mentales sobre cómo cuando está actuando a partir de ese

miento, tendrá a su disposición las a/¡"rWR

riquezas de vivir la vida plenamente, av'anzQ?

do a todo vapor.

El mensaje de Jim me recordó que los concepltos qu

habíamos descubierto para formular una VUliótl seducl:Or. eran los mismos para las organizaciones

individuos. Colectiva e individualmente, nece"itamo tener un propósito trascendente, valores claros y

imagen que nos muestre cómo son éstos cuando

de acuerdo con ellos. E~o confiere un significado

nuestra vida y nos da una dirección. Nos ayuda a

la atención, a sentirnos llenos de energía y a otltelner excelentes resultados.

V:asión borrosa

Levaba más de dos meses trabajando en la agencia y me

sentía muy contenta. Me gustaba el trabajo, en especial

por la sensadón de logro que me daba. También me sentía

feliz de estarme ganando la vida; incluso me quedaba algo

de dinero extra para comprar ropa nueva, ir a cine de vez

en cuando y adquirir un teléfono celular (mi gran lujo en

el último fin de semana).

Me complacía el hecho de haberle ayudado al depar­

tamento de contabilidad a centrar su atención y llenarse

de energía mediante el poder de una visión compartida.

Disfrutaba trabajar con mis colegas y estaba convencida

de la importancia de nuestra labor. También me agradaba

la empresa. Pero lo más importante era que mi k.is-..ad

con Jim había agregado una nueva dimensión a mi vida. Jim sacaba lo mejor en mí y, según me dijo, yo también

sacaba lo mejor en él. No me cabía duda de que a medida

que defmiéramos ese "asunto de la visión", la empresa

volvería a refulgir y su desempeño mejoraría increíble­

mente. En el departamento de contabilidad ya la chispa

era evidente.

110 A TODO VAPOR!

El lunes, temprano en la mañana,]im y yo beloÍamo

como de costumbre café ante nuestra mesa. Le

contando cómo había cambiado positivamente mi

desde que comencé a trabajar en la agencia.

En medio de nuestra conversación, me SOlrprenc!i¡ escuchar el repique-de un teléfono. Miré a lim, quien a

vez me miró con sorpresa. Me di cuenta de que en

cuarto de fotocopiadoras no había teléfono. El

provenía de mi nuevo celular, que estaba en el fondo

mi bolso. Busqué dentro hasta que "pesqué" el 'param; contesté. Era mi hijo Alex.

-Mamá, no te vayas a enojar --comenzó-. Tuve

pelea con unos chicos cuando iba para el colegio.

bien, te lo prometo. Estoy con una agente de la poliáa

ella quiere hablar contigo.

Se me cortó la respiración. ¿Qué estabapasmul()?J

-Su hijo parece estar bien, pero perdió la wncien,± durante algunos minutos y tiene una cortada en la -dijo la agente-~ Ya pedí una ambulancia. ¿Puede ir hospital? Quisiera hablar con usted.

Sentí que me invadía el pánico. Me precipité hacia. pUerta.JUIl corrió detrás mío.

-¿Qué sucede? -preguntó.

-A1ex está herido. Voy al hospital.

-Voycontigo-dijoJim-. Vamos en mi aUltonrró,m.No estás en condiciones de conducir.

Tenía razón:

Mientras Jim conduela, traté de tranquilizarme y

VISión borrosa 111

conté lo poquito que sabía. Él me sugirió que llamara a

Doug, cosa que hice. No lo encontré, pero le dejé

mensajes en la casa y en la oficina. Más no podía hacer.

Cuando llegamos al hospital, Alex y la agente ya

estaban ahí. Alex estaba en un cuarto esperando a que lo examinara un médico. Cuando se dio la vuelta y me miró,

tuve que ahogar un grito. Mi hijo sostenía un trapo ensangrentado sobre el ojo.

-Mamá -dijo, y comenzó a llorar. Yo me sentía tan

angustiada que también me puse a llorar.

-¿Qué pasó? -quise saber.

Alex estaba muy alterado y no podía hablar coheren­

temente. En ese momento llegó el médico para examinar­

lo. Mi hijo tenía una cortada justo encima del ojo.

-No es grave, pero necesita unos puntos -dijo el

médico con voz tranquila-o Y como quedaste inconscien­

te unos minutos, Alex, tendremos que observarte hasta mañana.

¿Tenía que quedarse en el hospital hasta mañana? ¿Qué significaba eso?

la agente de policía me pidió que saliera un momen­

to al corredor pues quena hablar conmigo. A ~ex lo

estaba atendiendo una enfermera y pareáa más calmado.

Miré a Jim, quien había estado alli todo el tiempo, sólido

como una roca. Salió conmigo de la habitadón. La. agente dijo:

-Señora, según lo que contó la vecina que me llamó,

y hasta donde sé en este momento, su hijo se metió en una

,

112 A TODO VAPOR!

pelea con tres muchachos. Uno de ellos lo golpeó en

rostro con una piedra. Cuando cayó al suelo, los

huyeron. La vecina lo encontró bastante aturdido. Alex

parecer recordar casi nada sobre el incidente, pero

dijo que esos muchachos lo han estado molestando

hace algún tiempo. Me gustaría saber qué ha hecho

al respecto.

Me quedé sin habla. ¿Qué había hecho yo a[¡'esj,ecto

¿Cómo podía haber hecho yo algo al respecto si ni ."quí,m

estaba enterada de lo que pasaba? Le dije que era

primera noticia que tema sobre el asunto. La

.guardó silencio y me miró de pies a cabeza. Supuse

me estaba evaluando como madre y que no se

formando una opinión muy favorable. Sin embargo, limitó a decir:.

-Si quiere presentar una queja, llámeme o vaya a estación de policía.

Me dio su número telefónico y se marchó.

Me di vuelta y miré a Jim, esrupefacta. Él me rodeq los hombros con el brazo y dijo:

-Una cosa a la vez, Ellie. Veamos primero- cómo sigue _..vex.

Volvimos a la habitación. El resto del día pasó como

un torbellino. Un cirujano le cosió unos puntos y le vendó la herida. Trasladaron a Alex a otro cuarto. Le pusieron -

una bata de hospital y a mí me entregaron su ropa

ensangrentada. Jim regresó a la oficina y yo me quedé en

la clínica. Doug llamó por teléfono. Le expliqué lo

Visión borrosa 113

sucedido y dijo que pasaría por el hospital cuando saliera

del trabajo. Antes de que me diera cuenta, ya era hora de

ir a recoger a Jen. Durante todo este tiempo no había

podido hablar con Alex sobre lo que había ocurrido, fuera

de los detalles de cómo lo hirieron. Fui por Jen al colegio,

para que no llegara sola a la casa vacía y se preocupara. Le conté ajen lo que le había pasado a su hermano.

Se angustió, pero para mi gran sorpresa no se le hizo raro.

En vez de eso dijo: -Yo sabía que algo así iba a pasar tarde o temprano.

Ta! vez ahora alguien haga algo.

Por su tono de voz, pareda enojada. Supuse que

estaba furiosa con los muchachos que habían herido a

Alex. Doug me dijo que Jen podrla pasar la noche en su

casa, para que yo me pudiera quedar un rato en el hospital

conAtex. Dejé aJen en casa de su padre Y volví al hospital

para acompañar a mi hijo. Traté de hablar con él sobre lo

sucedido, pero se mostró muy poco comunicativo. Pensé

que quizás se sentía somnoliento por los medicamentos

o que estaba exhausto por los sucesos, de modo que no

lo presioné. , Por la noche, me fui a mi casa vada, sintiéndome

confundida y apesadumbrada. Cuando llegué, encontré

un mensaje en el contestq.dor: "Hola, Ellie, soy Jim.

llámame a mi casa cuando recibas este mensaje. No

importa cuán tarde sea".

Me sentí muy aliviada al escuchar la voz de Jim. Todo

,

114 A TODO VAPOR!

el día había concentrado mi atención en Alex y Jen.

había cumplido con su deber como padre, pero no

había servido de apoyo a mí. ¿Y por qué habría de

yo eso? No me había apoyado cuando estábamos Ca¡,adlo

¿por qué habría de apoya=e ahora? No me había

cuenta. de cuán sola me sentía sino cuando escuché

cálida voz de Jim en el contestador.

Llamé al número telefónico y una joven me cont,:sh

-Lo siento, creo que me equivoqué.

-¿Eres EIlie? -me preguntó.

-Sí.

-Soy Kristen, la hija de Jim. Papá me dijo

probablemente llamarías. Siento mucho lo de tu hijo

y le pasó el auricular a su padre.

-¿Cómo sigue A1ex?

El genuino interés en su voz hizo que yo bajara

guardia. En medio de las lágrimas le conté lo que

que no era mucho.

-EIlie -dijo Jim-, me alegro de que A1ex esté bien.

que éste ha sido un día muy difícil para él, y también

ti. También me preocupa Jen.

-¿Jen? -pregunté-. Está muy bien. Se quedó en de su padre.

Entonces Jim dijo algo que me dejó fria.

-E1lie, vas a tener que averiguar qué está pasando

tu hogar. Me es difícil decir esto, pero me atrevo a hacel:l\

porque tú me importas. Te estuve observando llUt;llll

hablabas con A1ex y luego con la agente de policía.

Visión borrosa 115

evidente que amas a tus hijos, pero pareces muy ajena a

lo que están viviendo. Creo que tienes que hablar

seriamente con ellos. Cuando colgué, me asaltó un dolor de cabeza

terrible. Me dirigí con pasos inciertos al gabinete de los

medicamentos. Al mira=e al espejo se me nubló la vista

y casi no me pude ver. Pasé gran parte de la noche en vela, pensando en lo

que estaba sucediendo en mi hogar y en lo que debía

hacer como madre. A veces es doloroso encarar la verdad. Es más fácil

aferramos a nuestras ilusiones sobre la manera como

queremos que sean las cosas,. o aferramos a la ira que

sentimos por los cambios que otros nos han impuesto.

Comprendí que me había aferrado a ambas cosas. Me

había convencido a mi misma de que los niños estaban

bien porque no se quejaban. Y entendí que al aferrarme

a la ira que sentía contra Doug, podía culparlo a él por

destruir nuestra familia y absolve=e a mí misma de la

responsabilidad de reconstruir una nueva. Una buena

mirada en el espejo puede producir una gran conmoción. ~

Al día siguiente recogí a A1ex temprano en el hospital.

Había pedido el día libre. Alex estuvo muy apático en el

camino a casa. Yo tampoco hablé mucho. Una vez en

casa, le preparé el desayuno. Cuando nos sentamos a la

mesa, le dije:

116 A TODO VAPOR!

-Alex, yo te quiero mucho. No estoy muy se,gura",

cuánto te lo he demostrado últimamente. Quiero

qué está ocurriendo porque me importas mucho y

ayudarte. Por favor dime todo lo que quieras, sobre

familia, sobre mí como tu madre, sobre el colegía,

los chicos con quienes peleaste. Quiero

quiero que sepas que aquí estoy.

De pronto un torrente de palabras y de pens~lfll!ento

y de ira inundó la habitación. Alex se sinceró.

-¡A ti ya no te importa lo que me pasa! ¡Lo único

te importa es el trabajo! Ya no somos una familia.

siento muy, muy solo, y a ti no te importa.

-Lo siento, Alex, lo siento mucho -Dije, eS1:rel:h:mejq

su cabeza en mis brazos.

Comenzó a sollozar. Cuando estuvo dispuesto

hablar, dijo:

-Hace un par de meses, unos chicos empezaron molestarme. Se burlaban de mí porque era el ,~n;;~~

hombre en la clase de arte. Dejé de ir a la clase, pero ellos

siguieron molestándome. Traté de hacer caso omiso, peto mientras menos atención les ponia, más desagradables se

volvían. Ayer ya no aguanté más. Cuando iba para el

colegía me siguieron y me insultaron. Y entonces en vez

de no prestarles atención, también los insulté. Les dije '

palabras que tú nunca me dejarías usar, mamá. Pensé que

eso los detendría, pero cuando menos lo pensé los tres

estaban encima de mí golpeándome. Ni siquiera estoy

seguro de cuál de ellos me pegó con la piedra. Después

Vxsión borrosa 117

, de eso no recuerdo mucho. Creo que una mujer salió

. corriendo de una casa y los chicos se asustaron y huyeron.

Creo que la señora llamó a la policía. -Alex, ¿por qué no me contaste que eso estaba

pasando? Guardó silencio durante lo que me pareció una

eternidad, como si estuviera tratando de evadir mi pre­

gunta. Yo seguí esperando, sin darle tregua.

Finalmente dijo: -Ya te lo dije, mamá. Siempre estás pensando en el

trabajo. Además, sé que quieres que afronte mis propios

problemas. Tú tienes tantos problemas propio~' que no

necesitas otros adicionales. Sentí deseos de llorar cuando escuché sus palabras.

Mi hijo creía que él debía protegerme a mí. -¿Alguien sabía sobre todo esto? -le pregunté.

-Jen lo sabe, pero nadie más. -Seguramente por eso no se le hizo raro cuando le

conté lo que había sucedido -reflexioné-o De hecho,

parecía más enojada que preocupada. -Creo que está realmente enojada, mamá.

Comenzaba a darme cuenta de hasta que' punto

había estado evadiendo mis responsabilidades de madre.

-Tenemos que resolver dos problemas, Alex. Uno es

el de esos pendencieros. Nadie espera que soluciones ese

tipo de problemas solo. Tu padre y yo tenemos que

ayudarte con los camorristas. Presentaremos una queja a

la policía para que se enteren los padres. También le

118 A TODO VAPOR!

informaremos al colegio sobre lo sucedido. No valffiOS

permitir que sigan con las burlas y el acoso.

Alex puso cara de alivio.

-El segundo problema es uno que Jen, tú

debemos solucionar juntos. Tenemos que hablar

nuestra familia ... sobre lo que nos ha estado su,ceciie:ndc

y sobre cómo podemos mejorar las cosas.

• • •

Cuando Jen llegó del colegio esa tarde, Alex y yo

estábamos esperando con galletas recién horneadas

leche. Había tenido varias horas para reflexionar sobre

que estaba sucediendo, y concluí que debía escuCrulr a

niños. Les anuncié que teníamos que celebrar una '~'"H.<VH de familia.

Jen se fue lanza en ristre contra mí. Me dijo, sín"

ahorrar palabras, que había sido una mamá espantosa. Me

daba cuenta de que Alex también se sentía enojado,

aunque no lo había expresado tan claramente como Jen.

-Mamá, pareciera como si ya no te importáramos _

me acusó Jen-. Ya no preparas la cena. Sólo calientas una .

caja de macarrones con queso opides pizza. Te vas antes

de que yo despierte. ¡Ya no me acompañas cuando me

acuesto, ni me cuentas cuentos, ni me das un beso de buenas noches!

Le dije ajen que no me había dado cuenta de cuánto

los había lastimado a ella y a Alex y que lo lamentaba de

todo corazón. La abracé, le enjugué las lágrimas y le dije:

Visión borrosa 119

-Mi amor, todo va a cambiar desde este instante.

Jen sorbió por la nariz y dijo:

-Echo de menos los cuentos que solías inventar.

Tenía que admitir que Jen tenía razón. En verdad sí

había estropeado las cosas. Me había sentido muy bien en

el trabajo, pero había pasado por alto los indicios de que

en la casa las cosas no marchaban como debían. Mis hijos

independientes y autosuficientes en realidad sí me nece­

sitaban, y yo no había estado ahí para ayudarles. Me sentí

terriblemente mal.

Lo asombroso de los niños es su inmensa capacidad

de recuperación y perdón. No son tan duros con nosotros

comoJo somos los adultos con nosotros mismos. Al cabo

de un rato, las acusaciones y las lágrimas menguaron, y

Jen me permitió acunarla entre mís brazos.

• • •

Después de la cena, volví a tocar el tema con los

niños.

-También yo echo de menos los cuentos que les solía

contar. Me gustaría que inventáramos uno ahora; un

cuento sobre el tipo de familia que queremos ser.~Y luego

me gustaría que lo convirtiéramos en realidad.

Comenzamos a hablar sobre nuestros sueños e

ilusiones como familia. Compartimos francamente nues­

tros deseos con respecto a los demás. Conversamos sobre

por qué es importante la familia y sobre cuál era nuestro

propósito como tal. Hicimos una lista de los valores que

120 A TODO VAPOR!

más nos importaban y dijimos cómo esperábamos

y cómo queríamos que nos trataran los demás. n'WldlJ:lC

sobre qué es lo que nos inspira y sobre qué queb¡:anl

nuestros más caros valores.

Luego cada uno contestó la pregunta: "¿Qué

me importan profundamente?" Creamos una 1I· Ilagen

cómo sería si realmente fuéramos el tipo de familia

queríamos ser. Hablamos sobre cómo serían UUC:~l"

relaciones, cómo nos sentiríamos con respecto a

demás miembros de la familia, cómo nos sentiríamos

respecto a nosotros mismos, qué estaríamos hacit~ncic

qué estaríamos diciendo, cómo se vería nuestro

qué tipos de actividades realizaríamos juntos y qué

preferiríamos hacer solos. Compartimos muchas

nes de cómo sería un futuro ideal.

Cuanto más hablábamos, más cuenta me daba que todo eso era posible. No necesitábamos un no,rlr,'p~

el hogar para ser una familia, pero sí teníamos que

claridad sobre nuestra visión.

escribir una declaración que resumiera lo que habí~LInos

conversado. Más tarde, antes de acostarme, caí en

cuenta de que el dolor de cabeza que me había m;¡rtiri

zado la mayor parte del día había desaparecido. Me

al espejo y vi un reflejo nítido que me sonreía.

Durante el desayuno, les mostré a mis hijos

declaración. Les encantó. Le hicieron unos pocos d,ll~"C'

pero en esencia la dejaron tal como estaba.

Vis-ión borrosa 121

Nuestro propósito como familia es apoyar nuestro mutuo crecimiento y contribuir a nuestra comunidad.

Nuestros valores son el amor, el respeto, la comunicación

honesta, el aprendizaje y la diversión. Sabemos que esta­mos actuando de conformidad con nuestros valores cuando

respetamos el derecho de cada uno de nosotros de ser quien es, cuando decimos la verdad de una manera en

que los otros la puedan escuchar, cuando nos alentamos

unos a otros a mirar las cosas desde un ángulo nuevo y cuando jugamos y reímos juntos. Nuestra mamá es una fuerza inquebrantable en nuestra vida. Podemos confiar

en ella. Ella sabe cómo nos va en el colegio yespera lo mejor de nosotros. Es un modelo para nosotros como madre

amorosa, madre que trabaja y alguien en quien podemos confiar. len y Alex contribuyen al bienestar de nuestra familia. Cumplimos con nuestros deheres sin que nos lo

recuerden, porque todos dependemos unos de otros. Apo­yamos el crecimiento de los demás miembros de la familia

al instarnos a ser lo mejor que podamos. Contribuimos a causas meritorias con donaciones y aportamos volunta­

riamente nuestro tiempo. Bailamos, contamos cuentos y jugamos a las cartas juntos. No somos peifecto's y no

queremos serlo. Pero aprendemos de nuestros errores. A veces discutimos, pero Siempre hacemos las paces porque nuestro amor es más fuerte que cualquier otra cosa. A

medida que crezcamos y que cambien nuestras vidas, nuestro amor Siempre nos mantendrá unidos y nuestros

sue110s siempre nos guiarán.

122 A TODO VAPOR!

La pegué en la nevera, para tenerla lo más a la posible.

¡Lo habíamos logrado! Habíamos creado una visión

nuestra familia: propósito trascendente, valores cl~lTo,s;

imágenes de aquello en lo que nos queríamos rnrm~ ... '

de cómo era cuando estábamos cumpliendo

propósito y respetando nuestros valores. Además,

se trataba de una visión compartida, sabía que

estábamos en el mismo barco, capaces de avanzar a vapor. ¡Qué alivio!

Me sentí orgullosa de nuestra familia. Sólo había

problema. Uno de los elementos clave en la visión era

yo era una fuerza inquebrantable en la vida de mis

En esta edad en que todavía eran niños, significaba

necesitaban verme por las mañanas antes de irse para

colegio. Y eso quería decir que yo ya no iba a

reunirme con Jim para nuestras charlas matutinas.

quería renunciar a ese tiempo tán especial que comj)ai

tíamos, de modo que esa parte no me parecía del bien.

Sin embargo, tenía una certeza absoluta: mi

es -y tiene que ser-lo más importante en mi vida.

No se puede llegar al futuro sin estar en el presente

Ese día no llegué temprano a la oficina. Más tarde, esa

mañana, le envié a Jim un correo electrónico en el cual le

agradecía su ayuda y le contaba brevemente sobre la

conversacíón con mis hijos. También le dije que me

gustaría hablar con él, que no podía ir temprano y que por

favor me llamara a la casa después del trabajo.

Esa noche, Jim y yo hablamos largamente por

teléfono. Le conté en detalle sobre las charlas con mis

hijos, sobre cómo me había evaluado durament., como

madre y sobre nuestra nueva visión para la fda. Se

mostró comprensivo e impresionado. Convinimos en que

una parte importante de tener una visión era ser honesto

con respecto a las realidades actuales. De hecho, una

evaluacíón honesta y precisa del presente es tan impor­

tante como una visión del futuro. Van de la mano. Jim me

hizo reír cuando dijo:

124 lA roDO VAPOR!

-No se puede llegar al futuro sin estar en el pré!Sellt

¡Cuán cierto era! Pensé en Marsha, que estaba

entusiasmada con el departamento de contabilidad

que habíamos identificado una visión compartida.

cómo comenzaban a suceder cosas positivas, pero

bién estaban surgIendo algunos problemas que

prefería pasar por alto. Uno de los miembros de

departamento estaba teniendo un desempeño deticjieni

y nadie lo estaba confrontando. Todos los demás

mente redoblábamos nuestro trabajo, pero eso llH}'ll'-dL

una carga adicional y no parecía justo. Se me ocurrió

a menos que nuestro departamento hiciera una c;v"uua

ción honesta y precisa de nuestra situación actual,

podríamos cumplir plenamente nuestra visión. Eso es

que sucede cuando uno se enfoca en el futuro sin

también el presente. y entonces pensé en la situación opuesta, cuando

personas se concentran en el presente sin tener una

para el futuro. De inmediato, se me vino a la mente mi

esposo Doug. Él tenía como punto focal las cosas que

marchaban bien en el presente. Por eso, se limitaba

quejarse o a reaccionar. Estaba totalmente estancado

el presente. Además, ni siquiera podía examinar hOlrlesta

mente la responsabilidad que a él le correspondía

nuestros problemas. Debido a su punto de vista, no

capaz de ser proactivo y crear el futuro que deseaba.

vez de eso, simplemente se daba por vencido.

Decidí que ambos puntos de vista son imnrlrt"

No se puede llegar al futuro sin estar en el presente 125

una visión clara para el futuro y una perspectiva honesta

del presente. La visión sin estar en el presente es como

tener la cabeza en las nubes. Mantenerse en el presente

sin una visión es como estar atrapado en el fango.

Había reflexionado durante tanto tiempo que Jim

finalmente preguntó:

-¿Sigues ahí?

-Sí, aquí estoy -contesté-o Más presente de lo que

jamás he estado. El presente me cayó de golpe, como una tonelada de ladrillos.

"A medida que la visión se esclarece, uno tiene que

mirar su realidad presente y hacer ~na evaluación. Hay

que ser honesto consigo mismo, lo cual es difícil de lograr

si uno se está culpando o le está echando la culpa a otro.

Tiene que dejar de lado la culpa. Ésta no es útil porque le

impide a uno ver la verdad. Pero hay que hacer ambas

cosas: hay que centrarse en la visión y hay que ser honesto sobre la verdad de su presente".

-¡Tienes toda la razón! -contestó Jim-. Se me vino a

la mente el Titaníc. ¡Ése sí que era un buque poderoso!

Fue diseñado, construido y lanzado al mar con la clara

visión de ser el buque más grande, más lujoso ymát sólido

del mundo. Todos los inlplicados estaban totalmente

concentrados en esa visión. Sin embargo, no estaban

preparados para sucesos inlprevistos. No habían hecho

una evaluación honesta de sus realidades presentes. A

sabiendas de que había grandes témpanos de hielo,

tomaron la terrible decisión de aferrarse al cronograma y

126 ,:A TODO VAPOR!

desestimaron el peligro de su situación en ese mClme!!J

El desastroso resultado es un ejemplo de lo que

cuando uno se concentra en la visión sin tener en

el presente al mismo tiempo.

"El hecho de h?-cer ambas cosas, es decir COlrlCe,ntr

se en la visión y ser honesto con respecto a la '''''UULau

la situación presente, es lo que le permite a uno

a todo vapor. Eso significa que en el momento en

visión se toma consciente, hay que comenzar a

acuerdo con ella. Incluso mientras se va tOffillan,dcl""

visión, es preciso actuar de acuerdo con lo que ya

sabe. Hay que llevar la visión al presente".

-Es decir que la visión no se refiere ÚniC¡lmenlte'

futuro, ¿no es cierto? Se trata también del presente

-Sin la menor duda --contestó mi buen amigo. Y

seguida dijo algo que me llamó mucho la atención:

Aprende del pastllÚJ,

planea para el futuro y vive en el presente.

En otras palabras: vive tu visión ahora.

-Si yo vivo la visión de mi familia ahora, significa

tendremos que cancelar nuestras conversaciones

les -dije-o Pero me preocupa que este cambio en mi

pueda afectar nuestra amistad. Nuestras COlrlv(:rs:adorle

de la mañana han sido muy importantes para mí. Es

momento muy especial y realmente me ayuda a

bien el día. Detesto tener que renunciar a eso.

se puede llegar al futuro sin estar en el presente 127

embargo, sé que necesito estar con mis hijos. Ese momen­

to, temprano en la mañana, también es importante para

ellos. Esperaba queJim sugiriera alguna alternativa. Como

de costumbre, fue directo al grano:

-Ellie, nuestras conversaciones han aportado mucho

a nuestras vidas y son importantes para los dos. A mí

tampOco me agrada la idea de renunciar a ese tiempo que

compartimos, porque para mí también es la hora ideal. Sin

embargo, estoy de acuerdo en que ante todo están tus

hijos. ¿Qué te parece si te reúnes con ellos y les cuentas

sobre nuestras conversaciones,! sobre lo importantes que

han sido para ti? ¿Crees que estarían dispuestos a permi­

tirte que vayas a la oficina temprano una mañana cada

semana? É~a podría ser una solución.

Le dije que hablaría con ellos. Sabía que debía cer­

ciorarme de que fueran honestos conmigo. Como la

honestidad era parte de nuestra visión de familia, podía

iniciar la conversación repasando la visión. Eso allanaría

el camino para una sesión franca y honesta sobre solución

de problemas. Veía que la visión de familia iba a ser

importante para ayudamos a avanzar. I

Luego a Jim se le ocurrió una idea interesante.

-He estado pensando en Alex. Mencionaste que le

gusta dibujar pero que no quiere tomar clases de arte en

este momento porque es el único estudiante varón.

-Así es --contesté-o Veo que le cuesta trabajo decidir

cuánto de su lado de ternura quiere mostrar. Creo que ese

128 ¡A TODO VAPOR!

asunto con los chicos pendencieros lo ha hecho sentir

necesita mostrar un aspecto más fuerte de su perSClna

dad.

-Sería una lástima que no desarrollara su

-prosiguió Jim-. Mi hija, Kristen, piensa venir a casa

verano. Va a trabajar medio tiempo en la agencia,

área de marketing. Creo que ya te conté que estudió

de arte. A lo mejor le gustaría darle a Alex algunas

privadas. Ha sido consejera en campamentos de

y le gusta trabajar con niños, tal vez porque no tiene

propios. ¿Crees que sería una buena idea?

-¡Es una excelente idea! Nuestra visión de

dice que apoyamos el crecimiento de los demás.

una alternativa creativa que le permitiría a Alex

desarrollando sus habilidades y le reduciría la

mientras resuelve sus problemas de imagen. il"UlelIlL

con Alex y Kristen para ver qué opinan.

Es algo asombroso eso de tener una visión, jJell,e.,

uno tiene claridad con respecto a su visión, y si "" .DuneSl

en lo que concierne a sus realidades presentes, no

que batallar con todo. Las cosas comienzan a su.cetierPd

sí solas. ¡Qué regalo! Me sentí sumamente agraclecirul.}j

Los niños estuvieron de acuerdo en que yo

la oficina temprano una mañana a la semana, siempre

cuando no fuera el lunes. Querían que estuviera en

al comenzar la semana. Jim y yo escogimos el

como "nuestra mañana" y así iniciamos una rutina

conversaciones semanales.

. No se puede llegar al futuro sin estar en el presente 129

Ese verano Kristen le dio clases de arte a Alex y se

volvieron buenos amigos. Era una joven extraordinaria y

fue una maravillosa "hermana mayor" para mi hijo, quien

se benefició mucho con su orientación y su amistad.

Vtsión 20/20

Nuestras conversaciones de los martes por la m:m:lillq

volvieron más focalizadas. Jim estaba pensando en

visión para la agencia. Al mismo tiempo, yo me eslrorzab

por definir una visión para ITÚ vida.

Ya conocía mucho mejor aJim ya su fanúlia. Alex

con frecuencia a la casa de Jim para reunirse con

Muchas veces, cuando yo dejaba a Alex allí o pasaba

tarde a recogerlo, conversaba con Carolyn, la esposa

Jim. Una tarde, ITÚentras esperaba a Alex, Carolyn me

-Sé que tú yJim están hablando sobre la visión.

algo muy importante para él. Hasta que cree su

visión para la agencia, siempre estará viviendo bajo

sombra de su padre.

Un martes por la mañana, poco después

conversación con Carolyn, Jim y yo estábamos habland:

sobre la visión. Pensando en mi matrimonio, COlnente

-Creo que era fácil tener una visión cuando el

brillaba y todo marchaba bien. Yo creía saber hacia

me dirigía y pensaba que iba por el camino correcto.

Villón 20/20 131

casamos, tuvimos hijos y vivíamos nuestras vidas. Ni

siquiera reflexioné nunca sobre cuál era ITÚ visión. Todo

marchaba de confonnidad con los planes.

Jim me observaba guardando un silencio respetuoso

mientras yo pugnaba por expresar mis pensamientos en

palabras. Al cabo de unos instante proseguí:

-No soy del tipo de personas que reflexionan mucho

sobre la vida. Simplemente la vivo. Eso funcionó bien

hasta que me estrellé contra un muro de ladrillos. Cuando

Doug me dejó, me sentí herida y confusa. Lo culpé a él y

me culpé a mí ITÚsma. Pero la verdad es que yo tampoco

me sentía feliz; lo que pasaba era que no había querido

adrnitírlo. "Si hubiera tenido claridad sobre ITÚ visión o si Doug

y yo hubiéramos compartido una vL<.ión, habríamos

podido hablar sobre qué estábamos haciendo que fuera

coherente con nuestra visión y acerca del lugar o el momento en el cual nos habíamos descarrilado. Tal vez

hubiéramos podido arreglar las cosas antes de que el problema fuera irreparable".

Permanecimos un rato en silencio, cada uno inmerso

en sus propios pensamientos. Finalmente Jim rompió el silencio cuando dijo:

-A mí me pasó lo ITÚsmo. Siempre supe que algún día

heredaría la empresa de ITÚ padre. Todos en la familia así

lo querían, y creo que yo también lo quería. O por lo

menos nunca pensé en otra cosa. De modo que quizás ésa

era una visión. Pero no era una visión clara, porque heme

132 ¡A TODO VAPOR'

aquí en este instante, presidente de la firma, y siento

no logro hacerla refulgir como hacía mi padre. Una

lo debe guiar a uno. Siento que avanzo un paso a la

pero no estoy seguro de hacia dónde me dirijo.

Yo le sonreí, conmovida por su franqueza y.

honestidad, y recordé 10 queCarolyn me había C01UeJJ.t

do. Quizás Carolyn tiene razón, pensé. Decidí pnosi'Cln<

lo suavemente.

-He estado pensando sobre lo que desCllbfimc

acerca de la visión. Hemos identificado los tres el'omenti

de una visión seductora: propósito trascendente,

claros y una imagen del futuro. Sabemos que

elementos se deben entender muy bien para que la

brinde claridad e inspire un compromiso. Jim, yo creo

tú sí sabes cuál es tu visión. Ya me dijiste lo que crees

significan estos tres elementos para la agencia. Me

que simplemente no los has hecho encajar entre sí.

es lo que quiero decir.

"La primera semana cuando te conocí, me dijiste

era el propósito de tu agencia, ¿recuerdas? Dijiste que

negocio era dar "tranquilidad", que la agencia oh·ed[a a su:

clientes seguridad financiera en caso de posibles catástro,

fes, y seguridad en cuanto a saber que los apoyarán

tienen que hacer una reclamación. ¿Cierto?"

-Cierto -contestó Jim lentamente-o Es algo que

aprendí a mi padre.

-¿Y tú crees personalmente en eso? -pregunté.

-Totalmente. El hecho de saber que tenemos

Visión 20/20 133

propósito que vale la pena me motiva para trabajar en el

negocio de la familia. -Muy bien. Y en el curso de nuestras conversaciones

ya identificaste los valores que crees que se necesitan para

guiar a la gente en la búsqueda de ese propósito, ¿cierto?

-También es cierto -repuso Jim, mirándome con

curiosidad-o Los valores son ética, relaciones y éxito.

Respiré hondo y proseguí:

-Entonces ahora dime, ¿cómo sería, qué verías en tu

mente si todos en la agencia estuvieran viviendo de

confonnidad con este propósito y estos valores? Te

escucho. Hice una pausa y aguardé, esperando que Jim lo

tomara como un reto y no como una afrenta.

Jim se rió entre dientes y dijo:

-Está bien, Ellie, te lo vaya decir.

Escuché en silencio mientras Jim compartió conmigo

las imágenes de un futuro posible para su agencia.

-Mi visión es que realmente demos tranquilidad ...

todas las veces y a cada uno de nuestros clientes. Significa

que entablamos relaciones de confIanza con nuestros

clientes. Les ayudamos a escoger los mejores pr~ductos de acuerdo con su situación específIca; y cuando necesi­

tan hacer una reclamación, sólo tienen que hacer una

llamada: a nosotros. Nosotros nos encargamos de todo.

También significa que creamos la misma atmósfera en

nuestra agencia: tranquilidad. Significa que todos los

departamentos y cada miembro de nuestro equipo tienen

136 ¡A TODO VAPOR!

aspectos específicos. Tenía una amiga que estaba

de que nunca se sentiría plenamente satisfecha

cuando hallara el marido ideal. Otra amiga estaba cOl1Ve'IÍ

cida de que sólo se sentiría colmada cuando tuviera

Otro amigo creía que sólo se sentiría plenamente ~~'"o.v

cho cuando obtuviera un doctorado. Caí en la cuenta

que las personas se aferraban a metas específicas COmcn

éstas no representaran la visión, sino que fueran la v¡',¡¡;n'

y esto las confundía.

Desde luego, esto era más fácil de percibir en

demás que en mí misma.

Un martes por la mañana inicié nuestra conversación

el tema de los valores.

-Sé que si quiero crear una visión, tengo que

claridad con respecto a mis valores. Los valores de

agencia tienen sentido para mí y me orientan en el trabajio(

¿pero son lo mismo que los valores personales?

-No --contestó Jim-. Los valores de la

funcionan para ti porque coinciden con tus

personales. Por eso te ajustas tan bien aquí. Pero tus

valores personales reflejan aquello que a ti más te

importa.

-Recuerdo cuánto me impresionó la vez que

partiste tus valores personales en un mensaje de correo

voz. ¿Cómo los identíficaste? -pregunté.

-No fue difícil. Todos sabemos cuáles son nwestJ:os ••

Visión 20/20 137

valores, ya sea que los hayamos expresado verbalmente

o no. Podrias hacerte preguntas como: "¿Qué me importa

profundamente?" o "¿Qué me identifica?" Explora a ver

qué surge. Cuanto más profundamente le importa a uno

algo, más cerca está de sus valores esenciales.

-No creo que sea tan fácil como dices, Jim -contesté.

-Está bien, te haré tres planteamientos. Escoge uno

y resuélvelo. Primero: Piensa en una decisión importante

que tuviste que tomar y en seguida identifica los aspectos

que tuviste en cuenta cuando la tomaste. Segundo: Piensa

en algo que te enorgullece, en el trabajo o en tus rela­

ciones personales. Tercero: Imagina una situación de

riesgo. ¿Qué haría que la afrontaras en vez de evitarla?

-De acuerdo -dije, aceptando el reto-. Escojo el

tercero. Una situación de riesgo. sería decirle a una colega

que había herido mis sentimientos.

-¿Yeso por qué plantea un riesgo? -quiso saber Jim.

-Me preocuparía que no pudiéramos solucionar el

conflicto y que de ahí en adelante ella me evadiera.

-¿Y qué te haría afrontar el riesgo? ¿Qué te impulsaría

a decirle que había herido tus sentimientos? -indagó Jim.

Reflexioné unos instantes y luego contesté: I

-Lo haria si estuviera bastante segura de que yo le

importaba a ella y creyera que querría solucionar el

asunto.

-Tal parece que valoras las relaciones --observó Jim.

Eso no me pareció del todo cierto. La verdad, no

valoraba todas las relaciones. No tenía muchos amigos.

138 ,A TODO VAPOR!

Tenía unos pocos buenos amigos y quería mucho

familia. Ésas eran las relaciones que me

Entonces entendí.

-Valoro las relaciones basadas en el afecto, no

relaciones en general-respondí, dándome cuenta de

había detectado uno de mis valores esenciales.

Pasé el resto de la semana preguntándome:

valoro realmente? En último término, ¿qué es lo

realmente me importa más? ¿Qué es absolutamente

cial para mí? ¿Cómo me identifico? Recordé a un

que parecía valorar el dinero. Incluso decía que el

era para él un valor. Me pregunté si eso realmente era

valor, o si la acumulación de riqueza representaba

valor más profundo. ¿Poder, quizás? ¿Estatus? tLL'E;"'"

¿Control sobre su destino? Pensé que sólo él

contestar esa pregunta.

En mis conversaciones conJim, tomé conciencia

tres valores que me importaban muchísimo: las relaciorl'

basadas en el afecto, la verdad y la expresión creatii~(;¡'"¡

También identifiqué mi propósito: 1iS,~u<;IJ,~nzt

do que me rodea, incluidos las ideas, las ilusiones

sueños míos y de otros, a fin de crear entIJ11di"m¡ien:to",'

claridad en su expresión.

Una mañana, le leí aJim lo último que había

que era mi imagen del futuro: Al quererme a mí misma, acepto relaciones ba.;,a~ta

en el afecto. Mi verdadero poder y mi sentido de

proPio provienen de mi interior. Aunque disfruto cu,an,11

Visión 20/20 139

puedo compartir mis experiencias más profundas con

otra persona, no dependo de terceros para que me ayuden

a cumplir mi propósito. Me mantengo mental, emocional

y físicamente saludable. Me aproximo a la verdad para escuchar y ser testigo.

El mundo se revela a sí mismo. Escucho ilusiones y sueños,

ideas y creencias, tanto mías como de otros. Al escucbar,

me ayudo a mí misma y también a otros a llevar los sueños

a un nivel consciente, para poderlos expresar

creativamente. No soy el centro del universo, sino un

instrumento de ViM que se expresa creativamente.

Jim me miró atónito.

-¿Ésa es tu declaración de visión? -preguntó.

-Sí -contesté orgullosa. -Es hermosa. Pero no entiendo. Pensé que una

visión debía crear una imagen de cómo sería en el futuro

cuando uno cumple su propósito y actúa de conformidad

con sus valores.

-No importa si tú ves o no la imagen. Es mi visión.

Es una imagen que yo puedo ver -aduje.

En seguida le expliqué algunas de las ideas que había

incluido en mi visión. ~

-Una de las lecciones que aprendí cuandó se acabó

mi matrimonio fue cuánto de mi identidad se había

concentrado en ser esposa y madre. Cuando Doug me

dejó, sentí que no era nadie, casi como si no existiera. He

crecido mucho desde que te conocí y comenzamos a

desentrañar el concepto de visión. Esta declaración de

140 pi TODO VAPOR!

visión no describe exactamente en dónde estoy

pero sí describe cómo quiero ser y hacia dónde creo

me dirijo: una persona cuyo amor propio no depende

los demás. Y al mismo tiempo, alguien que no es

autosuficiente como para no abrirles espacio a otros

su vida. La escribí en tiempo presente y no en tiem¡:'Q

futuro para que la pueda imaginar sucediendo ahora.

da energía y me permite centrar la atención. Quizás

es la diferencia entre una visión personal y una vi¡;iól'l

que incluye a otros, como una visión para la ''''1111.''''0 una visión para una empresa. No tiene que dar un

focal o servir de dirección a nadie distinto de uno.

-Ellie, a ti siempre te gusta hacer las cosas a

manera -rió Jim-. y pensándolo bien, tu visión coincide

con tus valores: las. relaciones basadas en e! afecto, la verdad y la expresión creativa. De hecho, tu declaración

de visión es una expresión creativa, y si te funciona la

respeto. También sospecho que a medida que pasen los

años la irás refinando aun más.

-Tal vez --contesté-. Supongo que debe haber mu"

chas maneras de expresar una visión personal.

-Eso me recuerda una anécdota que leí sobre Alfred

Nobel, el padre del premio Nobel de paz --comentó

Jim-. Cuando su hermano murió, Nobe! tomó un perió­

dico sueco para ver qué habían escrito sobre éL El

periódico había confundido a los dos hermanos, de modo

que leyó su propio obituario. Alfred Nobel fue uno de los

inventores de la dinamita, por lo cual la nota necrológica

Visión 20/20 141

hablaba sobre dinamita y destrucción. Sintió una gran

congoja. Más tarde, cuando sus amigos y seres queridos

se reunieron para asistir al funeral, Alfred les preguntó:

"Según ustedes, ¿qué es lo contrario de la destrucción?"

Todos convinieron en que era la paz. En ese instante

decidió trazar un nuevo curso para su vida, de modo que

lo recordaran como un hombre de paz.

-¿Eso significa que un obituario podría ser la expre­

sión de una visión? -pregunté.

-Podrla ser -asintió Jim, pensativo.

La siguiente mañana en que nos reunimos,]im me entregó

una página escrita a máquina.

-Lee esto --dijo sonriendo.

¡Había escrito su propio obituario! Lo leí con gran

interés.

Jim Carpenter fue un maestro entrañable y un ejem­

plo de verdades sencillas, cuyo liderazgo le ayudó a él ya

otros a despertar la presencia de Dios en sus vidas. Fue un

bondadoso hijo de Dios, un hijo, hermano, esposo, padre,

abuelo, suegro, cuñado, padrino, tío, primo, affligo y

colega que se eiforzó por buscar un equilibrio entre el éxito

y la trascendencia. Disfrutaba de una paz espiritual que

le permitía decir delicadamente 'no' a las personas y los

proyectos que lo desviaban de su propósito. Era una

persona dotada de un alto nivel de energía, capaz de ver

el lado positivo en cualquiersuceso o situación. Fuere cual

142 ¡A TODO VAPOR!

fuere la circunstancia, siempre hallaba un mensaje

que aprender de ella. Jim Carpenter era una persona

confiaba en el amor incondicional de Dios y fl1JP rrp;fi

sinceramente bien amado. Valoraba la integridad

acciones eran congruentes con sus palabras. Era,

más, un consumado golfista de 84 kilos y buen IJo.t","",

gente lo echará de menos porque a dondequiera

fuera, bacía del mundo un lugar mejor.

-Supongo que vas a tener que mejorar tu golf

bromeando-. Me parece que todo lo demás lo estás

ciendo bastante bien.

-Incluí el golf porque simboliza el hecho de que

preocupo por mantenerme en buen estado de salud y

conservar mis aptitudes físicas, y porque indica que

gusta el deporte.

-Tus imágenes te crearon un significado para ti,

como las ITÚas lo hicieron para ITÚ -concluí.

-Tienes razón -contestó Jim-. Es posible que

visión persona! no inspire a otros ni les signifique

pero a mi sí. He estado reflexionando sobre tu

persona!, Ellie -continuó-. Es evidente que tus talento,;]

tus intereses están más en la expresión creativa que en

mundo de los números. ¿Por qué trabajas en el depa:rta;

mento de contabilidad?

Le expliqué a Jim que en realidad no me gu~5talxi

trabajar con cifras, aunque lo hacía bien. Había e""ULUalJL

administración porque pensé que eso me daría se!SWid:ad,.

Había conseguido el trabajo en el departamento

Visión 20/20 143 "

. contabilidad por la misma razón. Era algo que sabía que

podía hacer, y estaba ansiosa por tener una seguridad

fInanciera cuando me divorcié. Le confesé que no había

querido' buscar otro puesto porque me encantaba la

empresa. -El hecho es que no quiero dejar la agencia -concluí

con cierto desánimo.

-Creo que debías comentarle tus inquietudes a

Marsha. Sé que están buscando a alguien en el departa­

mento de marketing. Allí se aprovecharía mejor tu talento,

sobre todo porque entiendes perfectamente el propósito

de nuestro negocio.

Al cabo de unas pocas semanas, estaba trabajando en

el departamento de marketing. Significaba comenzar

desde el principio, haciendo sobre todo redacción y

corrección de textos y trabajando con formatos, pero

estaba aprendiendo cosas que me ayudarían a desarro­

llar mejor mi verdadero talento y mi pasión. ¡Me sentía

feliz!

• • •

Estaba descubriendo el poder que me confería el1hecho

de tener claridad sobre mi visión y ser honesta con

respecto a! presente. Cuando dominaba estas dos cosas,

las oportunidades parecían surgir como por arte de magia.

Desde luego, el hecho de admitir la verdad acerca del

presente me hacía sentir incómoda. Había sido doloroso

reconocer que no había desempeñado bien mi papel

144 104 TODO VAPOR!

como madre; era más fácil negar que eso estaba OULC(Jle,

do, o culpar a Doug.

Al tener claridad sobre lo que era verd~ld(~ramé'nl

importante y al ser honesta con respeto al presente,

cambiar. Mi familia estaba ahora mejor que nunca.

Lo mismo. podía decirse de mi trabajo. No

querido ser honesta conmigo misma admitiendo que.

estaba contenta en el departamento de

porque temía que eso significaría tener que buscar

puesto y perder mi amistad con Jim. Sin embargo,'

centrarme en lo verdaderamente importante y también'

lo real, se presentó una oportunidad inesperada en

departamento de marketing. Estos cambios sU'2eclielcon

debido a mi voluntad de experimentar y vivir la terlSi(;n

que se generaba cuando me concentraba tanto en

visión como en la realidad del presente.

A veces, la tensión que implicaba mantener

perspectiva honesta del presente y al tiempo mantener

visión para el futuro era dolorosa. Sentía como si eSltm'ie¡·a·

saltando desde lo alto de un arrecife, sin tener la se¡;uriclad

de tocar tierra, y menos aún tierra firme.

Una de las lecciones que aprendí de Doug me aYllQC) ••

a recordar la importancia de no oponer resistencia a

tensión o al temor. Cuando nos casamos, salia acompañar'

a Doug en sus excursiones de pesca. Había obse¡va,dó'

que, cuando muerde el anzuelo, el pez por lo general

contra la tensión de la cuerda. El pescador juega

juego con el pez, soltando la cuerda y luego tensionándola

Visión 20/20 145

hasta que el animal se agota y se le puede sacar fácilmen­

te. Pero a veces un pez inteligente se niega a jugar el juego.

El pez inteligente nada hacia la caña, manteniendo floja

la tensión hasta que eacuentra la manera de zafarse del

anzuelo. Yo estaba aprendiendo a actuar como el pez

inteligente: a nadar hacia el anzuelo en vez de intentar

alejarme de él. Al oponer resistencia a la realidad de mi

situación presente, había terminado por agotarme y

estaba perdiendo la oportunidad de crear el futuro que

deseaba. Descubrí que al ser honesta con respecto a mi

presente, aceptando la tensión o los sentimientos incómo­

dos y al mismo tiempo concentrándome E.n mi visión,'

finalmente ocurría un cambio.

Mi realidad presente comenzó a acercarse lentamen­

te a mi visión.

Un nuevo pacto: De la visión a la realidad

] im Y yo habíamos logrado lo que acordamos inicialme!

te: habíamos descifrado ese "asunto de la visión".

nos sentíamos satisfechos con el resultado.

Un martes por la mañana, permanecimos un rato .

silencio mirándonos a los ojos mientras bebíamos

-¿Ya terminamos? -pregunté-o Identificamos los

elementos de una visión seductora. DefIniste tu

para la agencia. Y ambos tenemos claridad sobre HU'~OU

visión para nuestras vidas personales.

-Una cosa es identificar la visión, y otra muy distin!

convertirla en realidad -observó ]im pensativo-. No

que la agencia esté preparada para avanzar a todo

Todavía no hay nadie conmigo en el barco. Ahora

que definir la mejor manera de hacer que los

perciban la visión, que quieran participar en ella,

también tengo que pensar en cómo lograr que la

Un nuevo pacto." De la visión a la realidad 147

. cobre vida. Parece que aun nos queda trabajo, EIlie.

¿Quieres hacerlo?

Sonreí.

-No concibo una mejor manera de iniciar las maña­

nas de los martes.

Y así forjamos un nuevo pacto para proseguir con

otro aspecto de la misión que nos habíamos impuesto:

pasar de la visión a la realidad. Sabíamos que no bastaba

con formular una visión atractiva. Nuestro lema era:

La visión implica mucho más que colgar

una pÚlca en una pared. Una visión real se vive, no se enmarca.

Decidimos identificar los aspectos que debíamos

considerar para la creación de una visión compaI1:lda.

A medida que reflexionábamos, pensé en la visión

que yo había creado con mis hijos para nuestra familia. Me

llamó la atención el hecho de que las conversaciones que

habíamos sostenido mientras confIgurábamos la visión

habían sido tan importantes como la visión en sí. Si yo les

hubiera presentado a mis hijos esa misma visión sin que

hubieran participado en su formulación, dudo que'hubie­

ra tenido tanto significado para ellos. Se me ocurrió que

Jim tenía que implicar a otros en la formulación de su

visión para la agencia.

-Creo que no puedes simplemente saIiryanunciar tu

nueva visión y esperar que todo el mundo la entienda o

la acepte -comenté-o Tienes que pensar en quiénes

148 lA TODO VAPOR!

deben participar en la fonnulación de la visión, y

estar preparado para escuchar sus ideas, sus sueños,

expectativas y sus necesidades. Tienes que estar U"" .. ,,,,, to a permitirles que te ayuden a fonnularla.

-Tienes razón: el "cómo se formula" es imnn,rt~ntF

-convino Jim. También pienso que la manera como se

munique es importante. Incluso si las personas no

buyen a formularla, tienen que entenderla

puedan obrar confonne a ella.

Tomó una hoja y escribió lo siguiente:

PARA QUE LA VISIÓN SE CONVIERTA EN REALIDAD LO IMPORTANTE ES

• Cómo se formula

• Cómo se comunica

• Cómo se vive

Pegó la hoja encima de las otras tres que describían

cada uno de los elementos de una visión seductora y del

resto de las tarjetas de nuestro "mapa de ruta".

Jim sonrió y dijo: -En los últimos seis meses, desde que iniciamos

nuestras conversaciones, hemos procurado identificar los

elementos de una visión seductora. Hemos hecho un

Un nuevo pacto: De la visión a la realidad 149

excelente trabajo, pero no basta. Para que nuestras

visiones se conviertan en realidad, tenemos que definir los "tres cómos".

-Para que podamos avanzar a todo vapor, todos en

el mismo barco -sonreí yo también.

Cómo se formula

Era uno de esos martes por la mañana y Jim Y

bebíamos tranquilamente nuestro café. Jim anunció:

-Estoy listo para compartir mi visión con otros

miembros de la agencia. Pero tengo una pregunta: cH,"OC,"

qué punto les permito que participen en su formulación?

Me gusta enormemente la visión. No me

mucho la idea de que alguien la quiera cambiar de manera

sus=cial.

Reflexioné sobre la visión de Martin Luther King JL

En realidad la visión no era únicamente suya. Cuando la

formuló en palabras, ya había hablado con miles

personas y había escuchado todo tipo de ideas. Su visión'

expresaba las ilusiones y los sueños de millones de

personas.

-Creo que tu función como líder de esta empresa es

ayudar a formular la visión, defender la visión, pero no

"ser dueño" de la visión -observé-o Todos los miembros

de la agencia deben ser dueños de la visión. De lo

Cómo se formula 151

contrario, será únicamente tu visión, y no una visión

compartida.

-Tengo que compartir mi visión con otros y luego

estar dispuesto a escuchar sus ideas y recibir su retroali­

mentación. Lo que me dices es que también debo tener

la mente abierta para incluir los deseos y los sueños de los

demás al formularla -contestó Jim, pensando en lo que le

acababa de decir.

-Exactamente -dije.

Jim se encogió de hombros.

-Supongo que tienes razón. La verdad es que si mi

visión con':iene algo con lo que no están de acuerdo, no

se materializará aunque la defienda con todo fervor.

-Todavía pareces renuente. Te diré lo que pienso. Te

impresionó lo que hizo Marsha en el departamento de

contabilidad. ¿Por qué no conversas con ella sobre la

manera como lo logró? -sugerí.

Marsha le dijo a Jim que la visión de su departamento

era cautivante, aunque la agencia como tal no tuviera una

visión clara. Era obvio para todo el mundo que el personal

de su departamento rebosaba de energía y entusiasmo

con respecto a lo que pretendían lograr. Le exp¡{có que

la visión actuaba como una fuerza unificadora, y que les

permitía a todos concentrarse en lo verdaderamente

importante. Le contó a Jim que habían creado la visión

entre todos, que ella no lo había hecho sola. También le

dijo que había propiciado la oportunidad y el entorno en

1 ;

152 ¡A TODO VAPOR!

los cuales la gente pudiera compartir sinceramente

expectativas y sueños para el futuro. En las conver,;aCiO

nes que sostuvieron, descubrieron los intereses ~Vunlllt

y todos participaron en la formulación de la visión.

Gracias a sus conversaciones con Marsha, Jim

cubrió el principio de Cómo se formula:

~ El proceso de formular la visión es tan importante como lo que dice la visión.

Jim sabía que no podía ser el "pegante" que ilGaIlteníi'

unida la empresa, como lo hahía sido su padre. vuc:n,

que la visión fuera el pegante.

y esto fue lo que hizo. En vez de organizar

reuniones con la alta gerencia para formular la visión

luego anunciarla a los demás, alentó a todo el personal

que conversara sobre el tema. Todos en la

entablaron algún tipo de diálogo en tomo a la visión

aportaron retroalimentación.

Al comienzo, algunos se mostraron escépticos.

rios dijeron: "Ya hemos hecho este tipo de cosas y no

sirven sino para perder el tiempo". Otros

"Dejen que pase el tiempo y verán que todo volverá a

como antes". Quizás les preocupaba la posibilidad

tener que cambiar o temían perder algo. No se uaual.l

cuenta de cuán comprometido estabaJim con este DH)Ce"

so. Finalmente acabaron por entenderlo.

Jim instó a todo el personal a que expresara sus m,,,.,,·

Cómo se fonnula 153

Quería que todos se manifestaran. Hizo gala de una gran

paciencia. Sabía que algunas personas se mostraban

reticentes porque se sentían incómodas. No estaban

seguras de qué esperar y nunca habían participado en este

tipo de diálogos. Jim dejó que cada cual contribuyera a su

manera. La mayor parte de nosotros participamos sincera­

mente en los diálogos desde el inicio. Los más entusiastas

eran los miembros del departamento de Marsha, pues

consideraban que así podian conectar su visión para el

departamento con la visión de la agencia. A medida que

la gente entendió que Jim y la alta gerencia estaban

abiertos al diálogo, más y más personas quisieron parti­

cipar honestamente en el proceso. Se fue generando un

impulso incontenible. Cuanto más compartíamos nues­

tros deseos y nuestros sueños, más entusiasmados nos

sentíamos.

Al ver la brecha entre lo que queríamos lograr y el

punto en que estábamos en ese momento, algunas

personas quisieron iniciar los cambios de inmediato, con

el ánimo de solucionar los problemas.

En nuestras conversaciones de los martes/Jim me

dijo que había decidido no actuar precipitadamente. A su

juicio, la mayor parte de las sugerencias de cambios, como

las reorganizaciones, todavía no estaban bien concebidas

y eran tan sólo un intento por aliviar la tensión que se

estaba acumulando. Jim decidió alentar al personal a vivir

con esa tensión a medida que seguían analizando since-

, ,

154 ,:A TODO VAPOR'

ramente sus realidades presentes y expresando sus

tativas y sueños para el futuro.

Durante esos meses, a Jim y a muchos otros les

difícil no emprender acciones de inmediato. Sin <ouw,ugo,

sí actuaron con respecto a las "frutas en las ramas no," <,N.,

es decir, a aspectos que se podían cambiar fácil y

damente. Los asuntos más serios, con implicaciones

portantes, fueron sometidos a estudio durante ese peno,e"

do, con el fin de entenderlos bien.

Algunos cambios ocurrieron con naturalidad.

pocas personas decidieron que la visión no coinl:iÓlía.

con sus metas personales o con sus ideas sobre el

que debía tomar la agencia. Optaron por renunciar.

Otras, que al comienzo se habían mostrado renuentes, se

convirtieron luego en líderes entusiastas, pues cO:ffijpn:n:."

dieron que el barco realmente estaba avanzando a todo

vapor.

Gracias a nuestras conversaciones sinceras sobre el

futuro de la agencia, estábamos formulando una visión

compartida del futuro que deseábamos. Jim participó eIj

las conversaciones y compartió sus puntos de vista

activamente, en persona y a través de sus mensajes de.

correo de voz. El sistema de correo de voz estuvo muy

activo durante este periodo. En esos meses, casi todos los

mensajes matinales de Jim se refirieron a la visión, y no

sólo compartió sus propias ideas sino también las de los

demás. Como todo el mundo participaba de una u otra

manera en las discusiones que estaban dando forma a la

Cómo se formula 155

. VlSlon, una vez terminaron fue muy fácil comunicarla.

Todos ya la entendían y sentían que eran dueños de ella.

Ya en ese momento, todos los departamentos de la

agencia habían comenzado a trabajar en la definición de

su propia visión. Lograron formular visiones que coinci­

dían con la visión' de la agencia. jLas cosas realmente

comenzaban a cambiar, y Jim empezó a percibir la energía

y la chispa que tanto había buscado!

Cómo se comunica

Una mañana, Jim y yo conversábamos sobre la

tancia de condensar en una consigna evocadora la

me cantidad de información que contiene l:'ru, d'odara,ci(5rl de visión.

-¿Cómo puede alguien recordar todo lo que inc:lujre la declaración de visión a menos que la lleve consigo . todas partes? -se preguntó Jim.

-Creo que algunas personas del departamento Marsha sí lo hacen -<:ontesté-. Recuerdo un par de

en que tuvimos que tomar decisiones difíciles y sac:anJn la declaración para que les sirviera de guía.

-Entiendo lo valioso que puede ser crear un

conciso y llamativo que sirva de atajo y le ayude

personal a recordar de qué se trata la visión. Como en

discurso de Martin Luther KingJr. Uno sólo tiene que

"Tengo un sueño", y esas solas palabras evocan irn,ágenes de la visión completa.

-Sé a qué te refieres -<:ontesté, y en seguida pregunté-o ¿Te acuerdas de los viejos comerciales de

Cómo se comunica 157

Motor Company cuando empezó a competir seriamente

con Japón?

-Claro que sí -<:ontestó-. "La calidad es el trabajo

número uno".

-Yo crecí en Michigan y por eso tengo muy presente

la industria automotriz -expliqué-o Me impresionó mucho

su lema. Muchas personas creen que eso significa que la

calidad es lo más importante, y así es. Pero también es un

mensaje que transmite un significado más profundo. La

mayor parte de la gente no lo sabe, pero trabajo número

uno es la frase con que se designa el prototipo de cada

modelo, que es el primer automóvil que sale de la lmea

de ensamblaje. Este automóvil tiene que ser perfecto,

porque es el estándar según el cual se fabrican todos los

demás. Cuando los empleados de Ford Motor escucharon

por primera vez "La calidad es el trabajo número uno", lo

que en realidad escucharon era que cada automóvil que

produjeran tenía que ser perfecto, conforme al estándar

del primer trabajo que salía de la lmea de ensamblaje.

Tenían una imagen clara de cómo era la calidad. El lema

también les decía que iban a competir seriamente con el

mercado japonés en el área de calidad. Había urla gran

cantidad de significado en ese lema evocador, y los

conectaba con una visión compartida. Ése fue el año en

que el Taurus de Ford superó al Accord de Honda como

el automóvil más vendido en su categoría.

-Recuerdo cuando eso sucedió -<:ontestó Jim-. Has­

ta ese momento, los automóviles japoneses habían domi-

! !

158 ¡A TODO VAPOR!

nado el mercado. Fue un cambio trascendental. ¡La

de Ford le permitió avanzar a todo vapor!

-Pero, ¿qué sucedió? -me pregunté-o Funcionó

rante algún tiempo, pero ahora ya no parece servir.

-No estoy muy seguro de que esa visión les sirve

guía en este momento·-respondió Jim-. Yeso puede

un problema. Si uno pierde de vista la visión o deja

actuar de conformidad con ésta, el lema evocador r----,-su significado y más bien desanima a las personas.

-De modo que uno tiene que estar seguro de

lema evocador realmente describe la visión co:m¡:,ar1:id:I;C

Tiene que decirle algo significativo al personal

empresa para que les ayude a todos a recordar la

no debe ser tan sólo un mensaje de marketing.

-Así es -continuó Jím-. Pienso que una enlp¡·es:l

podria meterse en problemas si el equipo directivo

entusiasma con una visión que no es comparuda por todo

el personal, y sin embargo crea un lema evocador. En vez

de entusiasmar a la gente, el lema podria tener el efecto

contrario de recordarles a todos que los directivos están

desconectados del resto de la empresa, e incluso podria desmotivarlos.

Convinimos en que un lema evocador es una exce­

lente manera de encapsular los mensajes de una visión

comparuda. Pensamos en ejemplos en los cuales el lema

de una empresa era una verdadera expresión de su visión,

como el del hotel Ritz-Carlton: "Somos d:tmas y caballeros

que atienden a damas y caballeros", yel de Disney: "Que

Cónw se comunica 159

las personas tengan la misma sonrisa cuando salgan del

parque que cuando entraron, seis, ocho o doce horas

antes". También la visión de Steve Jobs de que todo el

mundo tuviera acceso a los computadores a precios

razonables se expresaba con el lema: "Un computador

sobre cada escritorio".

El siguiente martes por la mañana, Jim acudió a nuestra

cita muy entusiasmado. Con una sonrisa ancha, anunció:

-He estado reflexionando sobre el problema del

lema de Ford, "La calidad es el trabajo nimero uno". La

formulación de una visión no es un proceso estático. Uno

no crea una visión una sola vez y luego se detiene. Las

visiones son continuas y siguen evolucionando. A medida

que uno escucha a otros, la propia visión se va cristalizan­

do aun más. Por eso es tan importante la comunicación

continua. Reflexioné sobre lo que acababa de decir Jim. Me

pareció muy válido. Recordé cómo nuestra visión de

fanúlia iba evolucionando a medida que crecían los niños.

Habíamos descubierto el principio de CómrJ se co­

munica:

~ La formulación de la visión es un proceso continuo; es preciso seguir hablando sobre ella.

Es importante seguir hablando sobre la visión y

! "

160 ¡A TODO VAPOR!

referirse a ella lo más posible, porque mientras

concentra uno en ella, más clara se vuelve y más

damente se entiende. De hecho, es posible que

aspecto de lo que originalmente se consideró la

cambie con el paso del tiempo, pero su esencia se

servará.

]im se daba cuenta de que la comunicación de

visión era una de sus funciones más importantes

líder de la empresa. No sólo utilizó el sistema de

. de voz, sino que instó a otros altos ejecutivos

hicieran lo mismo en sus departamentos.

que los directivos estaban muy presentes, pues

hablar informalmente sobre la visión y las estrategjla1

Además, en los boletines semanales se publicaba infOITn:

ción sobre el tema.

• • •

Comprendimos que uno de los aspectos más importaltltel

de la comunicación era ayudarle a la gente a inl:eI]pré!GQ

los sucesos a la luz de b, visión. En un momento

hubo un bajonazo en la economía. Los negocios·

redujeron y el personal se alarmó. ¿Significaba

estábamos decayendo? Durante ese período,]im co:mparf

tió regularmente con nosotros información que dem()stJrac.

ba que aunque nos estábamos restringiendo en

áreas, nuestra visión seguía siendo la fuerza motriz de

agencia. Los directivos decidieron concentrarse en

blar relaciones más sólidas con clientes comerciales,

Cómo se comunica 161

. tiempo que mantenían las relaciones personales con

clientes individuales.]im explicó cómo esta estrategia nos

colocaba en una posición que nos permitiría avanzar a

todo vapor. Parecía un plan sensato. La comunicación en

tomo a los sucesos del momento con relación a nuestra

visión nos permitió entender que seguíamos progresando

pese a la época adversa y nos ayudó a renovar nuestro

compromiso con la empresa.

Cómo se vive

J im Y yo descubrimos que el "cómo se vive" es a la vez 00

la parte más sencilla y la más difícil de transformar una

visión en una realidad. Apenas identificamos nuestra

visión, fue preciso comenzar a vivir de conformidad con

ella de inmediato. Teníamos que empezar a comportamos

de acuerdo con la intención de nuestra visión. Cuando

supimos qué era lo que debíamos hacer, no pudimos

esperar más: tuvimos que aprovechar nuestros conoci­

mientos lo mejor posible, empleando las capacidades con

que contábamos en ese momento.

Tan pronto me di cuenta de que había estado

haciendo caso omiso de las necesidades de mis hijos, tuve

que hacer un alto. Cuando decidí que iba a estar en casa

con ellos temprano en la mañana, tuve que comenzar de

inmediato. No podía decir: "Empezaré a ser una mejor

mamá la próxima semana".

No era fácil, porque a veces implicaba tomar decisio­

nes difíciles. Sin embargo, aprendí que lo mejor para mí,

para mis hijos, para mis amigos y para mis colegas era vivir

Cómo se vive 163

de conformidad con mis valores y tomar las decisiones

con base en ellos.

En la agencia, como todavía estábamos inmersos en

el diálogo en tomo a nuestra visión, cada uno de nosotros

tuvo que comenzar a actuar de acuerdo con ella a medida

en que se iba esclareciendo. Necesitábamos tratamos

respetuosamente unos a otros y ser todos responsables

por nuestras acciones. Marsha comprendió que no había

confrontado a la persona de nuestro departamento que no

estaba teniendo un buen desempeño. Al darse cuenta de

ello, decidió actuar. Tuvo que ejercer su función de líder

para ayudarle a que se concentrara en las prioridades. Ni)

podía seguir haciendo caso omiso del problema. Le fue

dificil hacerlo, porque no era su estilo. Sin embargo, le

explicó a su colaborador sus expectativas y las conse­

cuencias, y trabajó con él para cerciorarse de que cumplie­

ra con sus responsabilidades.

Cuando una visión se comparte, es importante que

cada cual asuma la responsabilidad de comportarse de

conformidad con ella. Si uno hace caso omiso del

comportamiento de quienes no actúan de acuerdo con la

visión, pone en entredicho la confianza y el compi"omiso

de las personas que sí están actuando correctamente.

Descubrimos la importancia de las estrncturas de apoyo: los hábitos, las prácticas y los procesos que apoyan

la visión. Es preciso establecer estructuras que apoyen la

práctica coherente de nuestros valores a medida que

buscamos cumplir con nuestra visión. De lo contrario,

164 ,A TODO VAPOR!

nuestros compromisos no pasan de ser simples

intenciones.

Cuando el departamento de contabilidad

dinamismo alrededor de una visión compartida,

empezó a colocar las estructuras en su sitio. Las

ras incluían metas, responsabilidad por las aC(:lOne~¡,

reuniones de equipo. Todos habíamos escrito

claras que compartimos unos con otros. Cada uno cOl~oc:í¡

las responsabilidades de los demás, y todos sat)íaJmo:

cómo debíamos trabajar conjuntamente para brindlan~o¡

apoyo unos a otros y coordinar nuestras labores. M~lrsj~,

se reunía regularmente con cada uno para re'visafJD.uestra~

metas y enterarse de cómo marchaban las cosas. Si a!~'UIlq

tenía un problema, se reUD.ía con él con más fre:cueneiá

para guiarlo y prestarle el apoyo requerido. Si '''i!;U'''UIK

cumplía con sus compromisos, se le consideraba re1¡pc)QC

sable de sus acciones. Marsha estableció reuniones equipo regulares para revisar nuestros progreso

relación a las metas compartidas, examinar Pr<)Yé~ct()$

futuros y decidir cómo coordinar nuestros esfuerzos

solucionar problemas y para que cada cual asumiera

responsabilidades que le correspondían.

A medida que se iban afinando estas estruc:tul-;lSj

supuse que la persona en nuestro departamento que

estaba teniendo un buen desempeño renunciaría o

despedida. Sin embargo, me sorprendió ver que re,=nJ:ocó

sus esfuerzos y se convirtió en un miembro pr,oductiv.::¡d.e

equipo.

Cómo se vive 165

Un martes por la mañana, unos nueve meses des­

pués de haber ingresado yo a la agencia,]im se quejó de

su poca resistencia física y de haber subido de peso. Lo

atribuyó a los efectos del envejecimiento. Lo escuché

comprensiva un rato y luego le dije:

-]im, sé que uno de tus valores es la salud. ,Has

mencionado ese tema varias veces en los mensajes

matinales. ¿Qué programa de ejercicios sigues?

-¿Programa de ejercicios? -preguntó.

-Sí -lo reprendí-o ¿Qué estructura de apoyo tienes

para tu valor de salud? Sé que comes saludablemente, o

sea que esa estructura funciona. y también sé que juegas

golf cada vez que puedes. Pero no sé qué haces como ejercicio regular.

Confesó con algo de vergüenza que había intentado

varias modalidades de ejercicio pero había perdido el

interés porque no eran divertidas, estaba demasiado

ocupado o no eran cómodas. Le dije que todas esas razones

me pareáan simples excusas. Él admitió que así era.

-¿La salud es realmente UD. valor o es tan sólo un interés? -pregunté.

-Es un valor -contestó-. Y me siento mal cuaf¡do no actúo de conformidad con él.

Entonces se me ocurrió UD.a gran idea.

-Yo tampoco estoy haciendo mucho ejercicio. Tal

vez podríamos establecer una estructura que nos ayude a

los dos. En vez de conversar mientras bebemos café los

martes por la mañana, ¿por qué no caminamos juntos?

166 pI TODO VAPOR!

Como resultado, establecimos una estructura

apuntaló nuestro valor de salud, y asumimos la re~;pc,ns~

bilidad de cumplirla. Nuestra rutina de los martes

mañana volvió a cambiar y continuamos

durante una caminata de cuarenta y cinco minutos a

paso.

Estas caminatas me gustaron tanto que com,,,n,:é.

caminar con Marsha un par de días a la semana UU."'LlLt

nuestra hora de almuerzo. Marsha y yo nos habíalffi'~~

vuelto buenas amigas, sobre todo ahora que ya no era

jefa. Esta estructura de caminar juntas nos permitía no

hacer ejercicio, sino también mantener y

nuestra amistad.

Me inscribí en un curso de redacción en nuestrO'

centro comunitario, con el ánimo de mejorar mis ua'C>lll-",

dades. Jim me alentó a establecer una estructura

apuntalara mi escritura, de modo que compré un diario

comencé a escribir veinte minutos todas las noches anIe¡;

de irme a la cama.

El establecimiento de estructuras de apoyo

nuestra visión también fue importante en la agencia.

Algunos de los procedimientos y las políticas eran anti­

cuados y complicaban el trabajo en vez de facilitarlo.

Revaluamos casi todas las políticas y los procedimientos

de la agencia. Concluimos que nuestras prácticas de

información eran excelentes, pues la gente sí tenía acceso

a la información que requería. Sin embargo, se est:ab,a.·

recompensando al personal por contribuciones indivi-

Cómo se vive 167

duales, y esto no fomentaba el trabajo en equipo. Creamos

una nueva recompensa y un nuevo plan de retribuciones

que alentaban tanto las contribuciones individuales como

las grupales. También ofrecimos capacitación en destre­

zas de equipo, en vez de Iinútamos a culpar a la gente por

no saber actuar en grupo.

• • •

Una mañana conversamos sobre la importancia de vivir

nuestra visión momento a momento. Mientras ascendía­

mos a paso ligero por una colina en una nueva ruta, Jim

reflexionó: -Sabes, Ellie, nuestras caminatas constituyen una

buena metáfora para "cómo se vive". Lo miré de reojo pensando que seguramente se le

había ocurrido una buena idea, pero estaba corta de

aliento y no le pude responder. -Me refiero a lo siguiente -continuó--. Sabemos

hacia dónde vamos, y hemos planeado la ruta. Pero lo

único que realmente importa es el paso que uno esté

dando en este instante. Lo digo en serio, literalmente. El

paso que uno está dando en este instante es lo únito que

existe. Por eso es muy importante la manera como se da

ese paso. ¿Estás verdaderamente aquí? ¿Hueles el aire

fresco? ¿Escuchas el trinar de los pájaros? ¿Sientes el

pavimento bajo los pies? ¿Estás viviendo tu visión en este

mismo instante? Me tomó por sorpresa, porque en realidad había

168 ¡A TODO VAPOR!

estado pensando en qué preparar para la cena, en có¡no

formar un grupo para compartir los automóviles por

mañana, en la solución de un problema de trabajo y en

texto que planeaba escribir para mi curso. No habÜl

estado experimentando el momento presente. Cc'm]pn!n·:C

dí que ]im tenía toda la razón. Yo solía dedicar la m~lYo'r

parte de mi tiempo a pensar sobre el futuro y no ll!llUl,U

a vivir en el presente.

Le contesté:

-Tienes razón,]im, la visión no se refiere en realidad

al futuro. Se refiere a lo que uno está haciendo en este

instante.

El resto de nuestra caminata fue realmente asombroc

so, pues tomamos conciencia de la belleza de esas pric

meras horas de la mañana.,

Un par de horas después, escuché el mensaje de]im

y me sentí profundamente conmovida.

Buenos días a todos. Soy fimo He estado riflexio-'

nando sobre nuestra visión y sobre laimportanc cia que reviste para' todos nosotros. Quiero que'

recordemos que el viaje es tan importante como

el destino. Lo úniéo q1.!e en último término es

real en el viaje es el paso que se está dando en este,'

instante. Eso es lo único que existe. Por eso es

importante mantener la atención puesta en el

presente, y estar seguros de que están actuando

de conformidad con nuestra visión en este ins­

tante, en cada momento. Es en la riqueza del

Cómo se vive 169

viaje en donde encontraremos la belleza de la

vida.

-He estado pensando sobre el liderazgo -comentó

]im una húmeda mañana, mientras caminábamos vigoro­

samente bajo una tenue llovizna. El día de hoy ha puesto

a prueba nuestro compromiso de hacer ejercicio, porque

el clima no está lo bastante malo como para no poder

caminar, pero defInitivamente no es el mejor día para una

caminata.

]im prosiguió: -Me gustaría escuchar tus reacciones a mis pensa­

mientos. Como he dicho antes, creo que el liderazgo se

reflere a ir hacia alguna parte. Cuando asurni la dirección

de esta empresa, quería ser un buen gerente. Creo que lo

logré. Luego quise formular una visión compartida. Ahora

que tenemos una visión compartida, ya no estoy muy

seguro de cuál es mi función.

-¿En otras palabras, te estás preguntando cómo nos

ayudan los líderes ahora que todos somos dueños de la

visión? -pregunté. -Exactamente. Mi padre era el "pegante". Ter¡ia una

personalidad carismática que nos mantenía a todos uni­

dos. Ahora tenemos una visión, que hace las veces de

pegante. No necesito inspirar a todos como 10 hacía mi

padre; la visión se encarga de eso.

Me aventuré a opinar:

-Pues creo que no le hace mal a nadie si nos

recuerdas qué es importante acerca de la visión y nos

170 ¡A TODO VAPOR!

ayudas a que mantengamos el curso, sobre todo

se presentan dificultades.

Jim rió.

-Tienes razón. Sí existe una función para mí, pero

diferente de la que he ejercido en el pasado. Tengo

verme a mí mísmo como servidor de la visión, no

un líder importante que necesita que otros le sirvan.

unos años, cuando estuve en elJapón, conocí al pr,esidel

te de la junta directiva de Matsushita Electric. En ese

mento él tenía 88 años. Una de las personas con '-1~"-'"

yo estaba le preguntó: "Señor, ¿cuál es su principá

función como presidente de la junta directiva c;le esta

empresa internacional?" No lo dudó ni un instante y

"Ser modelo de amor. Soy el alma de esta empresa.

través de mí que se transmiten los valores de nLlestr

organización". Eso realmente me gustó -dijo Jim.

Yo sonreí.

-Me parece muy bien. Entonces una de tu~;f'Ltnc:iolié

es recordarle a la gente qué es lo realmente importa:nte

Otra es ayudarle al personal a concentrarse en la

otra es retirar los obstáculos cuando sea posible y una

es alentar a los demás a actuar. Jim: cuando uno deja

tener una perspectiva centrada en uno mísmo, cambia

manera como percibe el liderazgo. Desde este punto

vista, el liderazgo se refiere a servir el bien mayor. No

lugar para un líder centrado en su ego".

-Creo que tienes razón. Mi función consiste

prestar un servicio a los miembros de nuestra ag,en(:ia,

Cómo se vive 171

para que podamos cumplir colectivamente nuestra vi­

sión ... no para alimentar mi ego.

Más tarde, esa mañana, no me sorprendió escuchar

el mensaje matinal de Jim:

Buenos días a todos. Soy fimo He estado riflexio­

nando sobre mi función como líder en lo que

respecta a apoyar nuestra visión. Es importante

que yo sea un adalid de nuestra visión y que

ayude a mantenerla al frente de todos nosotros.

Esfunción mía ayudarles a ustedes a bacer su

trabajo. En ese sentido, mifunción es prestarles

un servicio a ustedes, para qite ustedes puedan

prestar un seroicio a sus clientes. No esfunción

de ustedes prestar servicio a la alta gerencia. Si

en algún momento me confundo y transmito el

mensaje equivocado, por favor háganmelo sa­

ber.

Jirn Y yo sostuvimos muchas conversaciones sobre nues­

tras respectivas visiones. Jim me dijo que mant<i!nía su

"obituario" en el primer cajón de su escritorio, para tenerlo

a mano. Un martes por la mañana me dijo:

-Constantemente reviso mi visión para comprobar si

estoy viviendo de conformidad con ella. Como sabes, la

esencia es ser un maestro entrañable y un ejemplo de

verdades sencillas, cuyo liderazgo me ayuda a mí mismo

172 ¡A TODO VAPOR!

y también a otros a despertar la presencia de ~'V't"

nuestras vidas. El hecho de saber esto me ayuda a

decisiones. Me pregunto: "¿Esta oportunidad me lleva

esa dirección?"

Yo tenia algunas preguntas sobre la visión de

No entendía qué queña decir con "despertar la pn;senata

de Dios en sus vidas". Aproveché la oportunidad

preguntárselo directamente.

-Con frecuencia mencionas a Dios: en tu visión,

tus conversaciones diarias y en tus mensajes matinales "

en el correo de voz. Debo admitir que eso me hace'

sentir incómoda. No pertenezco a tu religión. De

hecho, no soy nada religiosa en el sentido tradicional'

del término. Me gustaría saber un poco más sobre qué

quieres decir cuando hablas sobre Dios y cuáles son tus

intenciones.

-Ellie, siempre haces las preguntas que quizás otros

quisieran hacer pero no se atreven --contestó Jim. Hizo

una pausa para pensar bien su respuesta y en seguida

prosiguió: --Creo que es muy importante que la gente esté

conectada con un poder superior: algo más grande que

ellos, algo que implique más amor, algo que sea más

sustancial. La religión es una de las maneras como las

personas pueden hacer esto.

-Me estás diciendo que la religión puede ser un

vehículo pero no el único. Lo que realmente importa no

es el vehículo sino la experiencia: reconocer que no

Cómo se vive 173

somos el centro del universo y que toelos estamos

conectados con algo más grande que nosotros mismos.

-Sí, Ellie. Cuando ponemos nuestros egos en el

centro del universo, perdemos la oportunidad de conec­

tamos con algo más universal. que nos relaciona a todos.

Lo importante es la experiencia de conectarse con algo

más grande que nosotros, ya sea a través de la naturaleza,

la comunidad o una religión en particular. Cuando

establecemos esa conexión, dejamos de tener una pers­

pectiva centrada en nosotros mismos y nos relacionamos

con algo más grande que el yo. El hecho de entender los puntos de vista de Jim hizo

que me sintiera más a gusto al escuchar su lenguaje

referido a la religión. También me sentí tranquila al

comprobar que Jim aceptaba mis creencias.

-¿Qué hace uno cuando algo inesperado lo hace perder

el rumbo? -me preguntó Jim un martes por la mañana.

-¿A qué te refieres? --Quiero decir, ¿qué pasa cuando su visión es clara,

todo el mundo está en el mismo barco avanzandol a todo

vapor y de repente sucede algo inesperado que lo hace

perder el rumbo? -volvió a preguntar. -¿Por qué lo preguntas? --quise saber-o En mi opi­

nión, las cosas parecen estar marchando bastante bien.

-Las cosas no siempre funcionan exactamente como

uno las planea, ya sabes.

174 ¡A TODO VAPOR!

Su inquietud no tenía sentido. Parecía extra:ñalme¡:¡:

te fuera de lugar a la luz de la realidad. Las cosas

chaban muy bien. Todos los miembros de la agenciá

trabajaban con energía, impulsados por la visión.Jim

un excelente presidente y también un amigo m~lravill6-i

so. Hacía poco su hija Kristen había comenzado a

bajar en la agencia y estaba aprendiendo ráI)idarrlenlté

cómo funcionaba todo. Kristen tenía la atractiva

nalidad de su padre y muy pronto se ganó el respeto y

el cariño de todos. No entendía por qué a Jim le nrf'''''

cupaba que las cosas pudieran no marchar de aOlerdo

. con el plan. En retrospectiva, ahora me pregunto

estaba reflexionando sobre su propia mortalidad.

Curiosamente, el tema de perder el rumbo de repene

te surgió esa noche en casa durante la cena. Jen me contÓ

sobre una película que había visto en el colegio acerca de

un joven llamado Terry Fox. Me intrigó tanto lo que relató,

que más tarde hice una búsqueda en Internet para pro­

fundizar en el asunto. Descubrí la historia de un extraor­

dinario joven canadiense que entendía el poder de la .

visión y sabía lo que sucedía cuando algo inesperado lo

hace a uno perder el rumbo.

Cuando estaba en el colegio, Terry fue designado

"Atleta del año". Poco después de graduarse, le detectaron

un tumor maligno y a los cuatro días le amputaron la

pierna. La noche anterior a la operación, leyó un artículo

sobre una persona a quien también le habían amputado

Cómo se vive 175

la pierna y que sin embargo había corrido en la maratón

de Nueva York. Esa noche, Terry soñó con atravesar

Canadá corriendo.

Durante el tratamiento postoperatorio, Terry presen­

ció el sufrimiento como nunca antes lo había conocido.

Más tarde escribió las siguientes palabras en una carta que

envió a la Sociedad Canadiense contra el Cáncer, solici­

tando su ayuda:

En los dieciséis meses durante los cuales me sometí

a la terrible experiencia de la quimioterapia, física y

emocionalmente agotadora, me vi duramente sacu­

dido por las sensadones que me rodeaban y pervivían

en la clínica de cáncer. Contemplé rostros que ex­

hibían sonrisas valientes y otros que ya habían

renunciado a someír. Presencié sentimientos de ne­

gación esperanzada y sentimientos de desespera-

ción ... El sufrimiento tiene que detenerse en algún

lugar ... y yo estaba decidido a llegar hasta ellírnite

por esta causa.

Dejó la clínica con la visión de atravesar Canadá

corriendo, confiando en recaudar un millón de áólares

. para combatir el cáncer. Su' maratón tenía un segundo

propósito: demostrar que no existen límites para lo que

podía hacer una persona que había sufrido una amputa­

ción, y cambiar la actitud de la gente frente a las personas

con discapaddades.

Al comienzo, Terry mantuvo su visión en secreto.

176 ¡A TODO VAPOR!

Corría en la oscuridad para que nadie lo viera. Más

cuando se sintió confiado en que lo apoyarían, cOlnpmtió

su visión con su familia y sus amigos cercanos. Terry

entrenó durante quince extenuantes meses, hasta que

pudo correr 37 kilómetros diarios. Sólo se tomó un día

libre, en la Navidad, y únicamente porque su madre .le

rogó que lo hiciera.

EI12 de abril de 1980, en un acto simbólico, surnergió,C:

su pierna artificial en el Océano Atlántico, en Sto John's,

Newfoundland, y comenzó su carrera.

Terry se convirtió en un héroe nacional. En cada

pueblo o ciud"d que atravesaba la gente salía a vitorearlo.

Muchos lloraban cuando pasaba corriendo, con los puños

apretados, la mirada fija en la carretera y el extraño ruido

de su paso doble y su salto resonando sobre el pavimento.

Todos los días salía antes del amanecer, y corría con

pantaloneta y una camiseta que mostraba un mapa de

Canadá. No ocultaba su discapacidad. Su pierna artificial

se veía plenamente. A los niños les causaba curiosidad.

¿Cómo funcionaba? ¿Qué pasaba si se rompía? Terry los .

instaba a hacer preguntas y siempre se detenía para

contestarlas.

Las donaciones llegaron a raudales.

Terry corrió 5 373 kilómetros desde Newfoundiand;

a través de seis provincias, y ya llevaba dos tercios del

camino recorridos. Había corrido casi una maratón diaria;

durante 144 días seguidos. Pero ellO de septiembre de

1980 se tuvo que detener. Estaba enfermo. El cáncer se

Cómo se vive 177

había vuelto a manifestar y había hecho metástasis en los pulmones.

Tomó un avión y regresó a casa para someterse a un

nuevo tratamiento. Rodeado de su familia, Terry falleció

el 28 de junio de 1981, un mes antes de cumplir veintitrés años.

¿Cumplió Tenysu visión?, me pregunté. No tenninó

la carrera. Pero pensándolo bien, su visión no era atra­

vesar Canadá corriendo. Ése era el plan que se había

trazado para materializar su visión. Su visión era recoger

Un millón de dólares para investigación sobre cáncer y

hacer que la gente tomara conciencia de las discapacida¿es.

De hecho, consiguió recaudar 23,4 millones de dólares.

Además, su visión no finalizó con su muerte. La Maratón

Terry Fax se sigue organizando todos los años y ha re­caudado millones de millones de dólares.

Eso debía ser lo que inquietaba a Jim. ¿Qué pasa

cuando sucesos imprevistos nos hacen perder el rumbo?

Terry no había planeado la recurrencia de su cáncer. Lo

hizo perder el rumbo y sus planes cambiaron. Pero no cambió su visión.

Le conté a Jim la historia de Terry Fax y le dmenté

mis conclusiones sobre la visión. Le dije que creía que

cuando sucesos imprevistos nos alteran el rumbo, no

debemos tratar de recobrarlo. Más bien, debemos cambiar

nuestro rumbo pero seguir concentrados en nuestra visión.

Le dije a Jim que creía que necesitábamos estrategias

178 ¡A TODO VAPOR!

de apoyo, además de estructuras de apoyo. Gracias

ejemplo de Terry Fax, había aprendido cuáles eran las

mejores estrategias de apoyo. Una era:

~ Siempre concentrarse en la visión.

Si un obstáculo lo hace perder el rumbo, fije un ...

nuevo rumbo. Esté preparado para cambiar sus metas de ser necesario. Es muy probable que haya cambios. Es muy

probable que se presenten imprevistos. Procure entender

lo que está sucediendo como un reto o una oportunidad; La otra era:

-. El coraje del compromiso:

El verdadero compromiso comienza cuando uno·

emprende la acción. Habrá temores; siéntalos y siga ade- . lante.

Si hay algo que puede hacer, o que sueñe que puede

hacer, comience a hacerlo. La audacia contiene genio, poder y magia.

-GOETHE

Sólo deseo que las personas comprendan que cual­

quier cosa es posible si lo intentan, que los sueños

se realizan si la gente lo intenta.

-TERRY FOX, 1980

Coraje

He concluido que se requiere coraje para crear una

visión, y también se requiere coraje para obrar de confor­

midad con ella.

Yo poseía un genuino talento para escuchar a Jim y

ayudarle a sintetizar sus propios sueños en una expresión

creativa. También le había ayudado a Marsha y había ayu­

dado a mi familia. Pero no me estaba ayudando a mí

misma. ¿Cómo estaba yo viviendo mis sueños mediante la

expresión creativa?

En lo más profundo de mi ser temía admitir que si

realmente actuaba de confonnldad con mi visión, tendrla

que buscar otra manera de ganarme la vida yeso podrla

significar perder mi amistad conJim. Era un preciO'que no

estaba dispuesta a pagar.

Sin embargo, cuanto más tiempo llevaba en la agen­

cia de seguros, más deseos sentía de cambiar de actividad.

Mi empleo allí satisfacía una necesidad de seguridad

financiera, pero no mi propósito más profundo. Mi trabajo

en el departamento de marketing y los cursos que había

180 lA TODO VAPOR!

tomado en la universidad me habían ayudado a desarro­

llar mejor mis habilidades y a cobrar confianza en mi

escritura. Sin embargo, no creía que pudiera ganarme la

vida escribiendo. Además, el temor de perder la arnistadl:.

con Jim me mantenía atada a un empleo que ya no me

satisfacía.

Lo más importante que me sucedió en aquella época

fue que encontré un nuevo amigo. Conocí a Brian en uno

de mis curSOs de redacción. La primera vez que lo vi casi

ni reparé en él, tal era mi concentración en lo que estaDa

aprendiendo. Al cabo de unas cuantas semanas se me

acercó y me propuso que tomáramos una copa o saliéra_

mos a cenar para conversar sobre la tarea que nos habían

asignado. Me pareció una excelente idea, porque real,

mente quería que alguien me ayudara con el ejercicio. Las

intenciones de él no eran tan simples. Sí quería conversar

sobre la tarea, pero también le interesaba conocerme

mejor, cosa que me confesó francamente en el restauran~

te. A mí me cayó bien de inmediato. Había algo en su

franqueza que me recordaba aJirrL Pero a medida que lo

fui conociendo mejor descubrí que en algunos aspectos

era bastante diferente. Por ejemplo, era más dado a la

diversión. Hacía cosas tontas inesperadamente y me hacía

reír. Sin embargo, me trataba con el mismo respeto con

que me trataba Jim.

Brian era atractivo y de trato fácil. Disfrutábamos

nuestra mutua compañía. Era evidente que le interesabá

desarrollar una relación conmigo. Yo no sabía qué tipo de

Coraje 181

relación quería o incluso si era capaz de entablar una,

pero decidí que valía la pena conocerlo mejor. Aunque su

personalidad difería bastante de la de Jim, había algo

farniliar acerca del tipo de relación que estábamos desa­

rrollando. Sólo varios meses después de conocerlo se lo

presenté a mis hijos. Como era de preverse, al comienzo

se mostraron cautelosos. Creo que les daba miedo que un

extraño perturbara la estabilidad de nuestra familia. Pero

Brian pareció entenderlo. Se dejó guiar por los sentimien­

tos de los niños y nunca los presionó. Poco a poco

comenzaron a aceptarlo, pues se dieron cuenta de que no

constituía una amenaza. Aquí debe ser donde interoiene el coraje, pensé. Cada

vez era más claro que mi visión personal me exigía utilizar

mis talentos en una expresión creativa y entablar relacio­

nes basadas en el amor. ¿Iba a actuar de conformidad con

esto? Para mí, actuar era como saltar por un barranco. No

sabía en dónde iba a caer. ¿Sería capaz de sostenerme si

renunciaba a mi empleo en la agencia de seguros? ¿Debía

permitir que mi relación con Brian se profundizara? Yo

sabía qué quería realmente, pero temía dar el sigUiente

paso.

Trabajé en la agencia de seguros de Jim más de tres años.

Durante ese tiempo participé en la formulación de una

visión compartida para la agencia y también en la defmi-

I

182 ¡A TODO VAPOR!

ción de una visión compartida para mis departamentos.

Había trabajado con mis hijos en la creación de una visión

compartida para nuestra familia y había identificado con .

claridad mi visión personal.

También había desarrollado habilidades que me

permitirian vivir de acuerdo con mi visión y había cobrado

la confianza suficiente para obrar conforme a ella. Cuanta

más claridad tenía y cuanto más compartía mi visión con

mi familia y mis amigos, más se mostraban dispuestos a

apoyarme.

Una tarde Jen dijo:

-Mamá, ¿recuerdas esas historias que solías contar­

me antes de dormir? ¡Eran fabulosas! Deberías escribir

algunas de ellas.

Alex intervino:

-Jen tiene razón, mamá, eres muy hábil contando

cuentos.

Mis hijos me entusiasmaron y me instaron a empren- "

der una acción decidida. Comencé entonces a escribir en

serio. En casa, por las noches, me di a la tarea de escribir

algunos de los cuentos que les había contado de niños. Sin

embargo, les hice algunos cambios para que incluyeran

mensajes sobre algunas de las cosas que había aprendido

recientemente. Comencé a imaginarme escribiendo un '

libro para gerentes con base en las lecciones derivadas de

la niñez.

Jim me alentó a que dejara la agencia y me dedicara

de tiempo completo a la escritura. Me prometió que si no

Coraje 183

me iba bien, habría un puesto en la firma aguardándome.

Y, lo más importante de todo, dijo que podíamos seguir

con nuestras caminatas de los martes por la mañana.

Pensé en mi visión. Se basaba en la verdad, no en el

temor. Era sobre ayudarle a la gente a obrar de acuerdo

con sus sueños ... yo incluida. Era sobre permitir, no sobre

oponer resistencia. Jim, Brian, Jen y Alex me apoyaban y

me instaban a dar e! gran salto. Había llegado el momento

de actuar de conformidad con mi visión.

Diseñé un plan. Ahorré suficiente dinero para que

pudiéramos vivir seis meses. Había descubierto que podía

ganar algo de dinero escribiendo artículos para revistas.

Decidí pedir una licencia de seis meses en el trabajo.

Durante ese tiempo, esperaba comprobar si realmente

podía ganar lo suficiente para sostenerme.

Un buen día, hice acopio de todo mi coraje y di e!

gran salto. Sabía que al comienzo iba a ser difícil, y así fue.

Todos tuvimos que ajustar nuestros estilos de vida. Ya no

salíamos a restaurantes, y no compré ropa nueva durante

bastante tiempo. Tuvimos que aprender a vivir con

ingresos esporádicos. Cuando vendía un artículc! tenía­

mos dinero, pero había momentos en que no ganaba

nada, y tenía que recurrir a la reserva. Nos esforzamos por

hacer rendir los ahorros. Jen, que ya tenía dieciséis años,

consiguió un empleo después de! colegio. Alex, que

cursaba su primer año en la universidad, vivía a punta de

préstamos, becas y algo de ayuda de su padre.

184 ¡A TODO VAPOR!

Brian fue una fuente de apoyo maravillosa en esa

época. Leyó mis artículos y los diversos borradores de mi

libro y me alentó muchísimo. Para mí era muy importante

contar con su animoso respaldo. Pero había días en que

me preguntaba si realmente podía ganarme la vida ese

cribiendo.

Sin embargo, cuando transcurrieron los seis meses,

ya sabía que había tomado la decisión correcta. Aunque

probablemente nunca sería rica o famosa, estaba conven"

cida de que, si vivía con sencillez, podria ganarme la vida

haciendo lo que más me gustaba.

El año en que Jen se graduó de la secundaria, se me

presentó otra oportunidad para poner a prueba mi coraje.

Hacía dos años que había conocido a Brian, y habíamos

desarrollado una relación muy confortante. Brian era

como una roca. Me aceptaba tal como era y aceptaba lo

que yo le daba, sin exigir nada más. Sin embargo, yo

estaba consciente de que había en mí algo contenido.

Temia que nunca iba a poder ser tan inocentemente

vulnerable como había sido con Doug. Brian parecía

aceptar eso en mí.

Inesperadamente, a Brian le ofrecieron un empleo

excelente en el otro extremo del país. Me pidió que me

casara con él y que nos fuéramos los dos juntos. Yo no

tenía una razón de peso para no hacerlo. Lo amaba, mis

hijos ya no vivían en casa y tenía un oficio que podía

Coraje 185

desarrollar en cualquier lugar. La úníca razón para no

hacerlo era la más importante de todas: me daba miedo.

El matrimonio implicaba un enorme compromiso, y la

verdad no me había ido muy bien cuando lo había

intentado. La relación con Brian era excelente tal como

estaba. Temia que se dañara si nos casábamos.

Brian me confrontó. -Yo te quiero, Ellie. Sé que tú también me quieres.

y sé que estás conteniendo algo. Es hora de soltarlo.

Merecemos estar realmente juntos. Le dije a Brian que necesitaba más tiempo, pero él me

dijo que no había más tiempo. Se iba a mudar, y quería

que yo fuera con él. No había visto a Jim desde hacía un buen rato.

Nuestras caminatas de los martes por la mañana ya no

eran tan frecuentes. Pero lo llamé y le pregunté si podía

salir a caminar conmigo esa mañana. Le conté a Jim sobre la oferta de trabajo de Brian y

su deseo de que nos casáramos. También le conté sobre

mis sueños y mis temores.

Se limitó a preguntarme:

-¿Lo quieres? -Sí -contesté de inmediato, y en seguida agregué-o

Lo quiero y me da miedo.

Jim sonrió levemente. -Caramba, Ellie. Recuerdo el día en que te conocí

hace siete años. Qué luz tan brillante eras y sigues siendo.

Enriqueciste mi vida. Pero en nuestro matrimonio, Carolyn

186 ,A TODO VAPOR!

y yo hemos experimentado un tipo de amor que sólot's; posible en la intimidad del compromiso. Brian te

ofreciendo este regalo, y se ajusta a la perfección visión.

Caminando tan placenteramente con mi queridCf amigo Jim, comprendí que a través de nuestra relación

había crecido y ahora estaba abierta a las posibilidades

un compromiso de mutuo amory respeto. Me gustó lo

describió como la intimidad del compromiso. Yo

pensado que nunca más iba a poder confiar pl,en;lm'enté en alguien, pero me di cuenta de que sí confiaba en

y de que podía confiar en Brian si me lo permitía.

Pensé en mi visión; incluía relaciones basadas en amor. Comprendí que al mostrarme recelosa con

me había estado ímponiendo límites: había estado

tanda las posibilidades de vivir plenamente de acuerdo

con mi visión. En ese instante se derrumbó mi último

muro y supe que tendria el coraje de casarme con Brian.

Del éxito a la trascendencia

En los cinco años siguientes, pude aplicar los princi­

pios de la visión que Jim y yo habíamos aprendido

juntos. Publiqué un libro para gerentes, titulado La

gerencia de Mamá Ganso, que extraía lecciones de

cuentos ínfantiles y mostraba cómo iluminaban los

principios de la visión.

Mi matrimonio con Brian era sólido y muy satisfac­

torio. Me ayudó a seguir conectada con todo aquello que

consideraba profundamente valioso y verdadero. Nuestra

relación pasó por alguoos altibajos, pero siempre pudi­

mos solucionar los malentendidos mediante la intimidad

de nuestro compromiso.

Un día estaba organizando mis archivos y encontré

la carpeta que contenia los mensajes de correo de voz de

Jím, que yo había transcrito a lo largo de los años.

Mientras los ojeaba, me topé con uno que me llamó la

atención.

188 ¡A TODO VAPOR!

Buenos días a todos. Soy fimo Anoche estuve una fiesta con personas a quienes no había

en mucho tiempo. Fue muy divertida. Me encontré con un viejo amigo que me

ayudado a iniciarme en los negocios. Le sobre la visión de nuestra agencia y le di las

cías por el papel que él había desempeñado en

nuestro éxito como empresa y en mi vida. Su rostro se iluminó con una gran sonrisa.

La pregunta que quiero hacerles hoyes: ¿Hay alguien en su vida que los apoyó ya quien no le han dado las gracias últimamente? Quizá no le han dado un abrazo. ¿Han mantenido actualiC

zados sus "te quiero "? ¿Con sus padres, o sus

parientes, o sus amigos o las personas que lds apoyaron hace mucho tiempo?

Hacía mucho tiempo que no me comunicaba con

Jim. Decidí escribirle una carta para decirle lo importante

que había sido para mí y cuánto había influido positiva~ mente en mi vida. Mi carta provino del fondo de mi

corazón y fue muy personal. Le di las gracias y le dije

cuánto lo apreciaba. No puse la 'carta al correo de inme­

diato. Quería cerciorarme de que expresaba exactamente

lo que quería decir. La dejé reposar uná semana, la volví a leer y en seguida la mandé.

•••

Del éxito a la trascendencia 189

Tres dias después recibí una llamada telefónica muy

temprano en la mañana. Levanté el auricular mientras

terminaba de servirme una taza de café.

-Ellie, soy Kristen. Quería que supieras que papá

está en el hospital. Sé que hubieras querido que te llamara.

-¿Es algo serio? -pregunté.

Kristen titubeó.

-Me temo que sí, Ellie. Es su corazón. Sufrió de fiebre

reumática cuando niño yeso le perjudicó el corazón. Le

habían dicho que nunca viviría tanto tiempo, pero no lo

creyó. Nunca le contó esto a nadie, excepto a mamá.

Me quedé muda. A! cabo de una pausa, Kristen con­

tinuó:

-Uevaba más o menos una semana sintiéndose mal.

A! comienzo no se lo mencionó a nadie, ya sabes cómo

es. Cuando empeoró, fue donde el médico y le dijeron

que era gripe. Pasó el siguiente par de días en cama, pero

se sentía cada vez peor y anoche lo tuvimos que llevar de

urgencia al hospital.

-¿Qué tan grave está? -logré balbucir a pesar del

nudo que se me había formado repentinamente en la

garganta. No podia creer lo que estaba escuchantlo. Jim

siempre me había parecido tan fuerte ... de alguna manera

invencible.

-En realidad no es mucho lo que pueden hacer por

él -contestó Kristen, y por primera vez desde que

comenzamos a hablar se le quebró la voz-o Está en la

unidad de cuidados intensivos y los médicos no espera-

190 ¡A roDO VAPOR!

ban que sobreviviera la noche. Está inconsciente,

sigue con nosotros esta mañana.

Colgué el teléfono y me quedé ahí parada

instantes, completamente anonadada. ¿Cómo podía

guien con el corazón más grande y fuerte que lla[)lá

conocido tener problemas cardíacos? No tenía sentido. Lo'

único que sabía era que necesitaba verlo de nuevo. Una

última vez. Tenia que decirle en persona lo que le había .

escrito en la carta. Necesitaba tomarlo de la mano. Nece­

sitaba decirle que lo quería, aunque estoy segura de

lo sabía. Ni siquiera sabía si le había llegado mi carta. Le

escribí rápidamente una nota a Brian, agarré la billetera y me fuí a toda carrera al aeropuerto. Tomé el siguiente avióIÍ.'

Durante el vuelo, cerré los ojos y concentré mi pen­

samiento enJim. Traté de sentir los latidos de su corazón.

Traté de traspasarle la fuerza de mi corazón al de él. Hice

todo lo posible por mantener la calma y procuré entrar en

contacto con él en espíritu.

Llamé a la casa de Jim desde el aeropuerto. Me . contestó Kristen.

-No vayas al hospital, Ellie. Ven a la casa, ¿quieres?

-me dijo quedamente.

Eso fue todo lo que dijo. No híce ninguna pregunta

y ella no quiso decir nada más. Entonces lo supe. Pero

también no lo supe. No podia ser verdad sino cuando

alguien lo dijera en palabras. Y nadie lo había dicho

todavía. Atontada, me senté en el asiento de atrás del taxi

y me dírigí a casa de Jim.

Del éxito a la trascendencia 191

Timbré y Kristen abrió la puerta. No dijo una sola

palabra. Sólo me abrazó y comenzó a llorar. En ese

momento, mis lágrimas finalmente brotaron. Se había

dicho la verdad, aunque sin palabras. No lograba asimi­

larlo, pero sabía que Jim estaba muerto.

Después del entierro, volvimos a la casa. Había gente por

doquier. Carolyn y Kristen estaban hablando con sus

familiares, y yo no sabía qué hacer conmigo misma. En

realidad no conocía muy bien a nadie y no tenía deseos

de hablar. Mientras caminaba por el corredor para ir a! cuarto

de baño, pasé frente al estudio deJim y de inmediato sentí

el impulso de entrar. Ni siquiera se me ocurrió pensar que

se trataba de un espacio privado, pues sentía una fuerte

necesidad de conectarme con algo que le perteneciera.

Me acerqué a su escritorio, me senté y miré por la ventana

durante un rato largo y solitario. Éste era el escritorio en

el cual Kristen había encontrado el obituario de Jim, su

visión para su vida. Miré hacia abajo y allí sobre su

escritorio todavía abierta como si acabara de ser leída, , estaba la carta que le había enviado. Suspiré con alivio.

Había redbido mi carta. Se enteró de lo que yo estaba

haciendo y de cómo estaba convirtiendo mi visión en

realidad. Me había escuchado decirle por última vez cuán

especia! había sido para Ini y cuánto lo apreciaba. Tomé

la carta y la volví a leer, contenta de haberme tomado el

192 ¡A TODO VAPOR!

trabajo de escribirla y de que él la hubiera podido leer antes de morir.

Había otra hoja de papel debajo de mi carta. La había

tomado por error. Contenía unas notas esquemáticas de

puño y letra de Jim. Al leer lo que había escrito, me di

cuenta de que eran sus notas para lo que hubiera sido su . siguiente mensaje matinal.

Estudié las palabras:

• pasar del éxito a la trascendencia

• cuando uno está listo para hacer eso, es hora de pensar en devolver algo a su comunidad

• la visión lo trasciende a uno mismo

• todos estamos en este mundo juntos

Casi podía escuchar su voz: "Buenos días a todos. Soy Jim". y sentí como si su último mensaje estuviera

dirigido a mí. Allí sentada, en el silencio de su estudio sus , palabras fueron calando y comencé a imaginar qué

significaría expandir mi visión a mi comunidad. Significa­ría enseñarles a otros sobre el poder de la visión.

y así me despedí de Jim y le di las gracias por su último obsequio: el estímulo para continuar mi viaje, para

reconocer que la vida es un viaje que no termina con el "éxito".

Epílogo

La marca de un líder visionario genuino es que su visión

trasciende su vida. Así como la visión de Martin Luther

King Jr. sigue inspirando y orientando a tantos de noso­

tros, la agencia de Jim sigue prosperando bajo el liderazgo

de Kristen. Ella la ha llevado en algunas nuevas direccio­

nes, posiblemente unas que Jim no hubiera contemplado.

Pero los valores subyacentes persisten, y sigue siendo un

lugar de trabajo dinámico, con una visión que todos

respetan y comparten.

La agencia de seguros de Jim figuró hace poco en una

popular revista de temas empresariales. En el artículo, uno

de los empleados entrevistados dijo: ~

Somos parte de una industria a la cual muchas

personas les gusta odiar. Pero nuestros clientes, los

clientes de nuestra agencia, no piensan así. De

hecho, nos respetan y son extremadamente leales.

Tenemos una tasa de rotación de personal increíble­

mente baja y hemos crecido continuamente. ¿Cómo

se explica esto? ¿Cómo es posible que nos esté yendo

194 fA TODO VAPOR!

tan bien en esta industria? Es porque cada uno de

nosotros conoce nuestra visión y está comprometido

con ella: con nuestro propósito, nuestros valores'y

nuestra imagen del futuro. Éstas no son iUt:rd,;.c

palabras consignadas en algún documento archiva.

do en una oficina. Son parte de las conversaciones

diarias que guían todos los instantes en nuestra

empresa. Si un extraño entrara de la calle y pregun­

tara: "¿Por qué existe esta firma?", recibiña la misma

respuesta de cualquier persona a quien se dirigiera,

desde la recepcionista y los corredores de seguros

hasta el personal de servicio al cliente y el guardia de

seguridad. Lo mismo sucedeña si preguntara: "¿Cuál

es el propósito de la empresa?" o "¿Qué valores les

sirven de guía?" o "¿Qué imagen tienen del futuron

Cada uno de los miembros de nuestra empresa daña la misma respuesta.

En lo que a mí respecta, sigo trabajando en mi visión de

pasar del éxito a la trascendencia. He descubierto que cuando avanzamos a todo vapor con mitas a convertir en .

realidad nuestra visión, ésta se expande a medida que nos

vamos acercando a ella. Mi visión se ha ampliado y ahora

incluye mi comunidad. He comprendido que en este

planeta todos formamos parte de una comunidad y todos

tenemos que asumir la responsabilidad de crear una visión compartida.

Epl7ogo 195

Aprendí que las imágenes mentales ejercen un

impacto tremendo en las realidades que creamos. Me

preocupa el hecho de que existan tantas imágenes de

destrucción en el cine, la televisión e incluso los juegos

electrónicos que tanto les gustan a los niños. Por el

contrario, hay muy pocas imágenes de cómo es la paz.

Cuando le pido a la gente que describa cómo seña la paz

mundial casi todos utilizan términos vagos. Sin embargo, , sí son capaces de dar descripciones bastante vividas de

cómo seña el mundo después de una tercera guerra

mundial. Coloqué un autoadhesivo en el parachoques de

mi automóvil que dice: "Visualice la paz mundial". Ade­

más, siempre estoy alerta a cualquier oportunidad que se

me presente de ayudarle a la gente a crear imágenes

positivas para nuestro planeta. Avanzar del éxito a la trascendencia significa enten­

der que todo el mundo debe beneficiarse de su visión.

Ahora bien si su visión no beneficia a quienes no forman , parte de ella, por lo menos no debe causarles ningún

daño. Así pues, descubrí otro principio subyacente de la

visión:

.......;¡¡.. No haga daño.

Muchas personas me han preguntado si Hitler tenía

una visión. Al entender este último principio, ahora sé que

la respuesta es negativa. Quizás a quienes se beneficiarían

de ella les pareció que sí la tenía: el restablecimiento de

,1

196 ¡A TODO VAPOR!

Alemania como una nación líder y la exaltación de la raza

aria. Sin embargo, hizo mucho daño a todos aquéllos a

quienes no incluía. Muchos sufrieron horriblemente como resultado de esta falsa visión.

Una visión tiene que tener en cuenta la comunidad

más amplia que es afectada por aquéllos que la compar~

ten. Con eso en mente, he expandido mi visión para que'

tenga un alcance cada vez más grande. Confío en que a

medida que mi visión se sigue ampliando, sepa reconocer

otras oportunidades cuando se vayan presentando tenga el coraje de actuar.

La razón por la cual escribí este libro es para

ayudarles a otros a entender el poder de la visión

indicarles cómo formular una visión para su empresa, su trabajo y su vida.

Gracias, lim. Tu visión era haber hecho del mundo un lugar mejor por haber estado ahí. Y así ha sido. Y yo

sigo avanzando a todo vapor, querido amigo.

Quisiéramos expresar nuestra gratitud a varias personas por su apoyo y sus aportes.

A Steven Piersanti, presidente de Berrett-Koehler Publishers, por su fe en el libro y su excelente asesona editoriaL

A Drea Zigarmi (coautora de Creating Your

Organization 's Future), Marshall Sashkin y Joan Brandon,

por influir en las ideas iniciales de Jesse cuando realizaba su doctorado y por ayudar a identificar algunos de los conceptos importantes que presentamos en nuestro libro.

A quienes nos permitieron ayudarle al lector en su viaje, les agradecemos y expresamos nuestra admiración. Han tenido el coraje y la tenacidad requeridos para convertir su visión en realidad. Específicamente queremos expresar nuestro agrade­cimiento a Jim Lorence, de The StanIey Works~ Nancy

Maher, de 1]X, y Dan Miglio, de Southern New England Telephone, líderes valerosos con quienes hemos tenido el honor de colaborar en estrecho contacto durante bastante tiempo y de verlos llevar sus proyectos a buen término. Trabajando con ustedes, aprendimos mucho sobre la visión en plena acción.

A Chris Brunone, Steve Gottry, Marye GailHarrlson,

198 lA TODO VAPOR!

Judd Hoekstra, Fay Kandarian, Gail Katz, Louise Klaber,

Michele Kostin, Donna Mellen, Ros Melowicz, Barbara

Rosen, Janice Rotchstein, Judy Schlossberg y el rabino

AJan UlIman por su retroalimentación minuciosa y perceptiva en las versiones iniciales del libro.

A Dottie Hamilt y Marsha Wilson por estar siempre

dispuestas cuando necesitamos ayuda y por sus actividades de

coordinación; a Judy Albietz por su apoyo y sus buenos

consejos; y a Joan Stoner por su entusiasmo y su pericia en las labores de edición.

A los pioneros en el campo de la visión y e! liderazgo por

sus estudios e ideas: a Peter Senge, Charles Kiefer y Peter

Stroh por describir a las empresas visionarias y par-el concepto

de integridad estructural; a WarrenBennis, Marshall Sashkin,

Barry Posner y Janies Kouzes pOr sus estudios sobre las

características de los lideres visionarios; a Robert Fritz por su

exhaustiva explicación de! concepto de tensión creativa; a

Mary Parker Follett por su contribución a la ley de la

situación; yaJoannaCarverColcord, autora de SeaLanguage

Comes Asbore, por su información sobre la expresión a todo vapor.

Ya nuestras familias: al esposo de Jesse, Larry Zemel, y

a sus hijos, Michael Y Noah, por su constante amor, apoyo y

aliento, sobre todo durante las numerosas horas de ausencia

mientras escribíamos este libro. A la esposa de Ken, Margie,

por su sabiduría y su amor, y por compartir con él su visión.

Los autores

Ken Blanchard, cofundador y director espiritual de The Ken

Blanchard Companies y presidente de la junta directiva de The

Center forFaithWalk Leadership, es autor o coautor de más de

treinta libros, incluido uno de los libros empresariales más

vendidos de todos los tiempos: Ibe OneMinuteManager, y 12

éxitos de librería, entre los cuales se destacan Raving Fans,

Guttg Ho!, Whale Done! y Empowerment Takes More Iban a

Minute'. Sus libros combinan ventas de más de trece millones

de ejemplares en veinticinco idiomas.

Ken también contribuyó al desarrollo de Situational

Leadership· TI, uno de los programas de liderazgo más prác­

ticos, eficaces y utilizados en e! mundo. Es un exitoso confe­

rencista y ha participado como orador en numerosas reuniones

de las 500 empresas de la lista de la revista Fortun~, y se ha

reunido con lideres de! mundo entero.

Ken es conferencista visitante y también síndico emérito

de Comell University, en donde obtuvo su doctorado. Ha

.. Algunos de ellos, publicados por Editorial Norma: ¡Bien hecho! (2002), Adminis­tración por vaJores (1997), Empowerment (1996), y,A la carga! (1995).

200 ,A TODO VAPORl

recibido muchas distinciones, incluido el prestigioso Prernio

McFelly del International Management Counsel, lo que lo

coloca alIado de galardonados como W. Edwards Deming y Peter Drucker.

Ken y su esposa, Marjorie, y sus dos hijos, Scott y Debbie,

colaboran activamente en The Ken Blanchard Companies, COn sede en San Diego, California.

Jesse Stoner, presidenta de Seapoint Center y socia

consultora de The Ken Blanchard Companies, es consultora,

entrenadora de ejecutivos y autora de gran prestigio y expe­

riencia. En los últimos veinte años, el trabajo de Jesse se ha

concentrado en ayudarles a las empresas y organizaciones a . formular una visión compartida perdurable.

Jesse ha trabajado con organizaciones del mundo entero , ayudándoles a crear una visión seductora, a identificar las

estrategias para hacerlo y a garantizar su puesta en práctica.

También trabaja con individuos para ayudarles a aclarar sus

visiones personales. Ha colaborado en una amplia gama de

industrias, como el comercio minorista, la hotelería, la manu­

factura, la farmacéutica, el cuidado de la salud el gobierno la , , educación y las organizaciones sin ánimo de lucro.

Es coautora de Creatíng Your Organization s Future, un

programa que ayuda a diversos grupos a desarrollar una visión

compartida para sus equipos, departamentos o empresas, y

también ha escrito varios manuales de capacitación sobre

trabajo en equipo, así como numerosos artículos de prensa.

Jesse tiene títulos de posgrado en psicología y un

doctorado en desarrollo de organizaciones de la Universidad

de Massachusetts. Vive en Connecticut con su esposo y sus

hijos.

Servicios

The Ken Blanchard Companies

The Ken Blanchard Companies es líder mundial en aprendizaje

en el lugar de trabajo, productividad del personal y liderazgo

eficaz. Con base en los principios desarrollados en los libros de

Ken Blanchard, la empresa es conocida como líder en concep­

tos sobre reforzamiento de las habilidades de liderazgo y

reconocimiento del valor de las personas con el fin de alcanzar

objetivos estratégicos. The Ken Blanchard Companies no sólo

ayuda a las personas a aprender, sino que se cerciora de que

pasen del aprendizaje a la acción.

The Ken Blanchard Companies les ayuda a los dirigentes

a aplicar los principios de ,A todo vapor! mediante un programa

que le indica a un equipo líder cómo desarrollar un'a visión

compartida para su unidad empresarial o para la empresa en

su totalidad, y cómo identificar las estrategias para lograrlo.

Además, organiza seminarios y ofrece servidos de consultoría

integrales en las áreas de trabajo en equipo, servicio al cliente,

liderazgo, gerencia de desempeño y cambio organizacional.

Si desea mayor información sobre ¡A todo vapor!, otros

202 ¡A TODO VAPOR!

libros escritos por Ken Blanchard u otros servicios corporati­

vos, visite el sitio web www.kenblanchard.com/fullsteamahead

o consulte el almacén electrónico www.kenblanchard.com/ estore.

The Ken Blanchard Companies

125 State Place

Escondido, CA 92029

Teléfono: (800) 728-6000 o (760) 489-5005

Fax: (760) 489-8407

Seapoint Center

Seapoint Center, bajo la dirección de Jesse Stoner, ayuda a la

gente a formular una visión seductora del futuro que desea, a

identificar las palancas que generan impulso ya establecer los

procesos que permiten sostener sus esfuerzos en su vida laboral

y/o personal.

Otros servicios incluyen capacitación para líderes que

quieren aprender a facilitar el proceso de formular una visión

compartida en sus empresas. El programa incluye la utilización

auténtica de sí mismo como instrumento de cambio, la creación

de una visión propia, el proceso para formular una visión

compartida en una empresa ti organización y los principios

para convertir la visión en realidad.

Seapoint Center también organiza reuniones participativas

a gran escala, en las cuales un grupo numeroso o una empresa

completa entablan un diálogo real acfrn de definir su futuro y

solucionar problemas concretos.

Si desea mayor información, por favor visite el sitio web

www.seapointcenter.com o póngase en contacto con:

Seapoint Center

PO Box 370053

West Hartford, CT 06137-0053

Teléfono: (860) 521-8080