como la coca cola

2
Como la coca cola pero sin gas Carlos Romero Todavía eran épocas de pecho inflado en el massismo. Todavía eran épocas de pecho inflado en el massismo. Finalizaba julio de 2014 y, si bien un mes antes el ex fiscal Pablo Lanusse había dejado el Frente Renovador, de ningún modo ese detalle afectaba la confianza de Sergio Massa. Mucho menos lo hacía imaginar que, de a poco pero sin pausa, otros dirigentes se le escaparían por los tirantes. Para eso faltaba mucho y Massa, como de costumbre, se sentía seguro de sí. A los propios, inquietos tal vez por el novedoso amesetamiento en las encuestas o por ciertos empujones internos en la definición de candidaturas, el tigrense los tranquilizaba con soberbia: "Yo soy la Coca Cola. Salgan a venderme", les decía. No era la primera vez que el diputado se identificaba con la famosa bebida. "No soy la última Coca Cola en el desierto", había dicho en junio de 2013, con algo de falsa modestia, tras oficializar que dejaba el FPV para competir con su propio sello. Con esa metáfora –una suerte de "no me creo el único"– el precandidato no se refería a la elección legislativa de ese año, que él descontaba ganar, sino a las presidenciales de este 2015, su verdadero objetivo. Sin embargo, como todos saben, algo ocurrió. La marca más vendida comenzó a perder burbujas y encanto, en un proceso que ni el propio Massa debe entender del todo y que de seguro le quita el sueño. Algunos lo atribuyen a la precocidad: tuvo su clímax demasiado temprano y en política, como en muchas faenas de la vida, mantenerse es tan difícil como llegar. Para otros, el esposo de Malena Galmarini se quedó sin el favor de sectores determinantes del poder real –entre ellos, los medios concentrados–, que así como antes lo bendijeron a él, ahora se inclinaban por Mauricio Macri como su delfín opositor. Ayer, pese a todo, Massa anunció que sigue en carrera. Se lo vio serio, buscando un discurso que no terminó de encontrar, sin aquella frescura electoral que para muchos supo tener. Como una Coca Cola pero sin gas.

Upload: jl-arce

Post on 07-Nov-2015

231 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

PERIODISMO

TRANSCRIPT

Como la coca cola pero sin gas

Carlos RomeroTodava eran pocas de pecho inflado en el massismo.Todava eran pocas de pecho inflado en el massismo. Finalizaba julio de 2014 y, si bien un mes antes el ex fiscal Pablo Lanusse haba dejado el Frente Renovador, de ningn modo ese detalle afectaba la confianza de Sergio Massa. Mucho menos lo haca imaginar que, de a poco pero sin pausa, otros dirigentes se le escaparan por los tirantes.

Para eso faltaba mucho y Massa, como de costumbre, se senta seguro de s. A los propios, inquietos tal vez por el novedoso amesetamiento en las encuestas o por ciertos empujones internos en la definicin de candidaturas, el tigrense los tranquilizaba con soberbia: "Yo soy la Coca Cola. Salgan a venderme", les deca.

No era la primera vez que el diputado se identificaba con la famosa bebida. "No soy la ltima Coca Cola en el desierto", haba dicho en junio de 2013, con algo de falsa modestia, tras oficializar que dejaba el FPV para competir con su propio sello. Con esa metfora una suerte de "no me creo el nico" el precandidato no se refera a la eleccin legislativa de ese ao, que l descontaba ganar, sino a las presidenciales de este 2015, su verdadero objetivo.

Sin embargo, como todos saben, algo ocurri. La marca ms vendida comenz a perder burbujas y encanto, en un proceso que ni el propio Massa debe entender del todo y que de seguro le quita el sueo. Algunos lo atribuyen a la precocidad: tuvo su clmax demasiado temprano y en poltica, como en muchas faenas de la vida, mantenerse es tan difcil como llegar.

Para otros, el esposo de Malena Galmarini se qued sin el favor de sectores determinantes del poder real entre ellos, los medios concentrados, que as como antes lo bendijeron a l, ahora se inclinaban por Mauricio Macri como su delfn opositor.

Ayer, pese a todo, Massa anunci que sigue en carrera. Se lo vio serio, buscando un discurso que no termin de encontrar, sin aquella frescura electoral que para muchos supo tener.

Como una Coca Cola pero sin gas.