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Como Hijas de la Pasión de Jesucristo y de María Dolorosa ¿A qué estamos llamadas? Nuestros fundadores V.M. Dolores Medina y P. Diego Alberici, C.P., en su momento, supieron leer los signos de los tiempos y con decisión dieron respuesta a las necesidades de su tiempo; ahora como bautizadas e hijas suyas estamos llamadas hacer lo mismo. Para vivir estas actitudes, estamos llamadas en primer lugar a tener fe, esperanza y total confianza en nuestro divino esposo, con la seguridad de que todo nos viene de Él, para así: Frente a la cultura del descarte, que actualmente se da por diversas razones, estamos invitadas a aportar nuestro granito de arena educando para la inclusión de todo ser humano, sin importar la diferencia que pueda haber entre uno y otro, ya que esta “diferencia”, no es motivo de ser unos más que otros; por el contrario, constituye una manera de enriquecernos mutuamente. En un mundo materialista, que da valor a la apariencia y a lo que se tiene; estamos llamadas a mostrar una vida diferente, sencilla y desposeída. Convencidas de que hay algo más importante, que da alegría y una felicidad que no se acaba. Nuestros fundadores fueron capaces de descubrir los rostros de los crucificados en su época; ahora también, se nos invita a descubrir esos nuevos rostros de crucificados en la mujer marginada, prostituida, en el niño que ha sufrido abusos, en la mujer víctima de violencia, en el anciano descartado, en el joven que no le encuentra sentido a su vida, en los hijos de padres divorciados, incluso en los que creen encontrar su felicidad en el dinero o el poder, en los más desprotegidos, en las víctimas de las guerras, … en todos aquellos que por alguna razón u otra sufren. Como pasionistas estamos llamadas a salir de nosotras mismas, a dejar de lado ideas, estructuras, pensamientos, y estar abiertas a nuevas propuestas o formas de hacer las cosas, a enriquecernos con la diferencia de la otra persona. La realidad de los crucificados actuales, nos compromete a enseñar a “pescar” y no solo dar el pescado a nuestros hermanos necesitados, purificando así las intenciones que nos llevan a estar con ellos, para que nos centremos en hacerles el bien y construir juntos el reino.

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Page 1: Como Hijas de la Pasión de Jesucristo y de María Dolorosa · 2019. 4. 2. · Como Hijas de la Pasión de Jesucristo y de María Dolorosa ... refugio, fortaleza y ante todo sabiduría

Como Hijas de la Pasión de Jesucristo

y de María Dolorosa

¿A qué estamos llamadas?

Nuestros fundadores V.M. Dolores Medina y P. Diego Alberici, C.P., en su momento, supieron leer

los signos de los tiempos y con decisión dieron respuesta a las necesidades de su tiempo; ahora

como bautizadas e hijas suyas estamos llamadas hacer lo mismo. Para vivir estas actitudes,

estamos llamadas en primer lugar a tener fe, esperanza y total confianza en nuestro divino

esposo, con la seguridad de que todo nos viene de Él, para así:

Frente a la cultura del descarte, que actualmente se da por diversas razones,

estamos invitadas a aportar nuestro granito de arena educando para la inclusión de

todo ser humano, sin importar la diferencia que pueda haber entre uno y otro, ya

que esta “diferencia”, no es motivo de ser unos más que otros; por el contrario,

constituye una manera de enriquecernos mutuamente.

En un mundo materialista, que da valor a la apariencia y a lo que se tiene; estamos

llamadas a mostrar una vida diferente, sencilla y desposeída. Convencidas de que

hay algo más importante, que da alegría y una felicidad que no se acaba.

Nuestros fundadores fueron capaces de descubrir los rostros de los crucificados en

su época; ahora también, se nos invita a descubrir esos nuevos rostros de

crucificados en la mujer marginada, prostituida, en el niño que ha sufrido abusos, en

la mujer víctima de violencia, en el anciano descartado, en el joven que no le

encuentra sentido a su vida, en los hijos de padres divorciados, incluso en los que

creen encontrar su felicidad en el dinero o el poder, en los más desprotegidos, en las

víctimas de las guerras, … en todos aquellos que por alguna razón u otra sufren.

Como pasionistas estamos llamadas a salir de nosotras mismas, a dejar de lado

ideas, estructuras, pensamientos, y estar abiertas a nuevas propuestas o formas de

hacer las cosas, a enriquecernos con la diferencia de la otra persona.

La realidad de los crucificados actuales, nos compromete a enseñar a “pescar” y no

solo dar el pescado a nuestros hermanos necesitados, purificando así las intenciones

que nos llevan a estar con ellos, para que nos centremos en hacerles el bien y

construir juntos el reino.

Page 2: Como Hijas de la Pasión de Jesucristo y de María Dolorosa · 2019. 4. 2. · Como Hijas de la Pasión de Jesucristo y de María Dolorosa ... refugio, fortaleza y ante todo sabiduría

Ante las necesidades que plantea el mundo estamos llamadas a responder desde la

contemplación del Crucificado, procurando que en la oración diaria tengamos una

experiencia profunda de Él, un trato amoroso que le dé sentido a nuestra

consagración, la sostenga y la alimente, renovando de continuo nuestro sí, en

actitud de discernimiento y docilidad a la voluntad del Padre.

Por lo anterior hemos de aprovechar toda formación que se nos brinde desde

nuestra congregación. Buscando la preparación intelectual, no como un fin, sino

para atender las demandas del mundo actual y servir mejor a nuestros hermanos.

Estamos llamadas a dejarnos transformar a través del trato con la gente sencilla de

nuestros apostolados, por su testimonio, su fe sencilla y fuerte, su adhesión a la

voluntad del Padre en los momentos más difíciles, y en la manera heroica de

enfrentar las dificultades de su vida.

Se va perdiendo progresivamente el respeto por la vida humana, ante ello estamos

obligadas a defender la dignidad de la vida en todos sus etapas: desde el no nacido,

el recién nacido, el niño, el joven, el adulto, el adulto mayor… y en toda condición:

pobres, enfermos…

Estamos invitadas a vivir nuestra consagración con alegría, para mostrar el rostro del

Padre a quienes no lo conocen, expresando su amor y misericordia.

El Crucificado nos invita a dejar de lado los prejuicios y miedos, para acercarnos a

aquellos marginados por la sociedad y/o señalados como “no deseados”; ofrecerles

un trato de respeto, cercanía y amistad. Y desde ahí descubran su dignidad de hijos

de Dios y el aporte importante que pueden dar al proyecto del Padre.

Estamos invitadas a no quedarnos en situaciones personales sin resolver; por lo que

hemos de ser sinceras en nuestros procesos de acompañamiento, para resolver

situaciones del pasado que nos pudieran detener o llevar a una vida sin fraternidad,

sin paciencia, sin acogida a nuestras hermanas y hermanos.

Como Hijas de la Pasión estamos llamadas a vivir con radicalidad nuestro

seguimiento a Cristo Crucificado, teniendo como modelo y maestra a nuestra madre

y corredentora: María Dolorosa, en quien encontramos una guía segura,

acompañamiento, consuelo, refugio, fortaleza y ante todo sabiduría y cercanía con

Cristo su Hijo.

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Como consagradas, estamos llamadas a vivir en plenitud nuestro ser de mujeres

(sensibles, tiernas, fuertes, capaces, valientes), y desde él colaborar en la

construcción del Reino, partiendo de lo más sencillo y cotidiano. Contribuyendo para

que otras mujeres recuperen su dignidad, autoestima y su ser de hijas de Dios y

compartan su riqueza con el resto del mundo.

A ejemplo de nuestros fundadores, y hoy más que nunca, estamos llamadas a vivir

los consejos evangélicos con fidelidad, humildad, sencillez, docilidad y santidad.

Se podrían seguir enlistando los retos que como Vida Consagrada Pasionista el

mundo nos plantea; más, hagamos una pausa y tratemos de vivir según uno de los

consejos de nuestra Madre fundadora: “Dios no nos pide cosas extraordinarias, sino

cumplir con nuestro deben sea alto o bajo”.

Que con este deseo, con la ayuda de nuestro Esposo Crucificado, nuestra madre

Dolorosa y nuestros fundadores respondamos como pasionistas, unidas en

sororidad, ante los retos del mundo de hoy.

Y que en el contacto con el dolor, el Señor vaya modelando cada uno de nuestros

corazones al servicio de nuestros hermanos más necesitados en la construcción

de su Reino.

Hijas de la Pasión de Jesucristo

y de María Dolorosa