cómo hacer feliz al esposo

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AMIGOS DE LA NATURALEZAGOING GREEN

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ayoSon fundadores y directores del «Centro para el Desarrollo de la Familia», entidad educativa especializada en temas de familia que nace en el año 2003 y que desde entonces ha alcanzado a decenas de miles de hogares en América Latina y Europa. También son fundadores del movimiento «Salvemos a la familia», que ha originado decenas de conferencias internacionales en Perú y otros países de América Latina. Son padres de tres hijos: Paz, Fe y Juan Guillermo. En la actualidad, pastorean la iglesia «La Casa del Padre» de La Molina, en Lima, Perú. Guillermo y Milagros son autores del libro «¡Bendíceme también a mí, padre mío!».

D ía a día miles de mujeres agotadas se hacen esta misma pregun-ta. Hacer feliz al esposo parece una tarea titánica en medio de

una vida matrimonial llena de diferencias y malentendidos. Sin embargo, ¡hay esperanza! Las esposas tienen en sus manos un extraordinario don para poder convertir su hogar en un espacio lo más similar al cielo... ¡o todo lo contrario!Con una mezcla de sabiduría y sencillez, en este libro sus autores logran explicar con asombrosa habilidad la verdadera naturaleza de los hombres, las necesidades fundamentales de los esposos y el importantísimo papel de la mujer a fin de cultivar un matrimonio exitoso.

Es poco frecuente encontrar a una mujer que les haga justicia a las inquietudes que poseen los hombres y a esas características especiales con las que se crearon. No obstante, Milagros Aguayo anima, exhorta y alien-ta a las mujeres a tomar medidas prácticas en su papel de esposas.

El propósito de Cómo hacer feliz al esposo es darles a las casadas, y a las que van a hacerlo, no solo una guía, sino también principios bíblicos de conducta que harán del matrimonio un lugar de amor, gozo y paz.

«¿Cómo hago feliz a mi esposo?»

G u i l l e r m o y m i l a G r o s a G u a y o

Como hacer feliz COVER.indd 1 8/5/11 8:31 AM

Como hacer feliz 081011.indd 1 8/10/11 2:06 PM

Publicado porEditorial UnilitMiami, FL 33172

Primera edición 2011

© 2011 por Guillermo y Milagros AguayoTodos los derechos reservados.

Reservados todos los derechos. Ninguna porción ni parte de esta obra se puede reproducir, ni guardar en un sistema de almacenamiento de información, ni transmitir en ninguna forma por ningún medio (electrónico, mecánico, de fotocopias, grabación, etc.) sin el permiso previo de los editores. La única excepción es en breves citas en reseñas impresas.

Edición: Nancy PinedaDiseño/diagramación de la portada e interior: Ximena UrraFotografías e ilustraciones: © 2011 Leonid & Anna Dedukh, Stephanie Lirette, Alice, Vlad_Star. Usadas con permiso de Shutterstock.com.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas se tomaron de la Santa Biblia, La Biblia de Las Américas. © 1986 por TheLockmanFoundation. El texto bíblico indicado con rv-60 ha sido tomado de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.Las citas bíblicas señaladas con nvi se tomaron de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional.Las citas bíblicas señaladas con tla se tomaron de la Biblia para todos, © 2003. Traducción en lenguaje actual, © 2002 por las Sociedades Bíblicas Unidas.Usadas con permiso.

Producto 495775ISBN 0-7899-1967-2ISBN 978-0-7899-1967-0

Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

Categoría: Vida cristiana /Relaciones /Amor y matrimonioCategory: Christian Living /Relationships /Love & Marriage


Dedicatoria

Al Creador de los cielos y de la tierra, único merecedor de toda gloria y alabanza.

A nuestros hijos Paz, Fe y Juan Guillermo, una de las dádivas más hermosas de

nuestro Señor, quienes fueron la fuente de inspiración para que nuestro matrimonio

sea hecho conforme al corazón de Dios.

A nuestros padres Piedad, Juan, Eda y Guillermo, preciosos instrumentos de Dios

a través de los cuales hemos recibido innumerables bendiciones.


Contenido

Prólogo..........................................................................................................7

Introducción......................................................................................... 11

1... ¿Quién.es.el.dueño.de.tu.corazón?.................................... 15

2... La.sumisión..........................................................................................33

3... Es.importante.para.ti,.es.importante.para.mí................ 51

4... ¿Pueden.ellos.leer.los.pensamientos.de.ellas?........... 65

5... El.idioma.que.está.de.moda:.La.queja................................ 87

6... Los.hombres.también.tienen.sentimientos.................. 107

7... El.papel.de.la.intimidad.sexual............................................ 121

8... Respeto,.honra.y.admiración............................................... 135

Notas...........................................................................................................155

Recursos...................................................................................................157

Acerca.de.los.Autores......................................................................159


Prólogo

C uando una mujer logra entender el corazón de un hombre y se enfoca en suplir sus necesidades, comienzan a darse milagros en la relación. De igual

manera, cuando los hombres logran entender la sensibilidad de las mujeres y hacen todos los ajustes necesarios para validarlas, se descubre una vida en abundancia que nadie creía posible en esta Tierra. Los que nos hemos dado a la tarea de descubrir estas revelaciones sobre el sexo opuesto, lo podemos testificar.

Los llamamos revelaciones del sexo opuesto porque definiti-vamente es un conocimiento que no parece obvio, sino que está oculto a la mayoría de las personas. No obstante, se les revela a los que, renunciando al egoísmo natural, se acercan a Dios porque quieren convertirse en instrumentos de bendición para sus cónyuges. Además, confían que su porción de bendición vendrá como producto de la inversión incondicional que le han dedicado al otro, ya que esa es la nueva cultura del Reino de los cielos que vino a enseñar Jesús. Todo esto es un asunto de fe en Dios, el creador del matrimonio.

Después de tantos años sirviendo a matrimonios, hemos concluido que, aunque las mujeres parecen ser más complejas y sofisticadas que los hombres, son más previsibles porque se pueden llegar a conocer con más facilidad que los hombres. Todo esto por una sencilla razón: Se comunican más y logran expresar


Cómo hacer feliz al esposo

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con libertad sus emociones y sentimientos. Abren su corazón de mujer y de esposa y tratan de darse a conocer.

Los hombres, en cambio, casi siempre parecen más hermé-ticos y no les resulta muy fácil expresar lo que llevan dentro de su corazón. Esto los hace ser menos previsibles y, a veces, resulta más difícil entenderlos. Solo la revelación del Arquitecto del ser humano logra discernir la verdadera naturaleza del alma del varón.

Con una mezcla extraordinaria de sabiduría y sencillez, Mila-gros Aguayo logra explicar con habilidad la verdadera naturaleza de los hombres y las necesidades fundamentales de los esposos. Es muy raro encontrar a una mujer que nos haga justicia en cuanto a nuestras inquietudes como varones y aquellas características especiales con las que nos crearon.

¿Quién mejor que una mujer para llevar un mensaje a las mujeres de cómo hacer feliz a los esposos? Por fin una latina llena de conocimientos y experiencias aplicadas en su propio matrimo-nio nos muestra una filosofía de vida conyugal que enriquece la personalidad de la mujer y la hace aun más virtuosa. El corazón de su esposo estará en ella confiado.

Cuando conocí a los pastores Guillermo y Milagros Aguayo hace varios años en el Congreso «Salvemos a la Familia», en Lima, Perú, supe que estaba conociendo a unos verdaderos siervos de Dios. La unidad de esa pareja es impresionante y se comple-mentan de una manera extraordinaria. La señal inequívoca de lo genuino de su mensaje son los frutos hermosos que representan sus hijos Paz, Fe y Juan Guillermo. La satisfacción en el rostro de estos, junto con la hermosa armonía con la que predican juntos sus padres, son dignos de imitar. Luego de visitar su acogedor hogar y enamorarnos con las atenciones espectaculares de una familia que le encanta servir a Dios, eso nos dejó una marca en nuestro espíritu.

Hoy somos sus amigos con los que compartimos los púlpitos de varias naciones latinoamericanas. Siempre que estamos a su lado, algo se desprende en cuanto a modelado se refiere, que se


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Prólogo

nos pega y nos obliga a la reflexión sobre cómo mejorar nuestro ambiente matrimonial y familiar. ¡Es un lujo ser sus amigos!

Gracias, Milagros, por aportar esta sabiduría a la cultura latinoamericana. Gracias por hacerte transparente de modo que podamos ver con mayor claridad la llave para la felicidad conyugal. Gracias porque cuando te tocó desempeñarte en el matrimonio, decidiste darte a la tarea de entender el espíritu de tu esposo. No solo lograste hacer feliz a Guillermo, sino que también ahora, a través de esta obra, estarás invirtiendo en la felicidad de muchos hombres en todos los países iberoamericanos.

Este libro era necesario y todo el que lo lea con sencillez de corazón encontrará valiosos consejos que cambiarán la tónica de la relación matrimonial. Este libro en manos de mujeres profesionales e independientes, les dará la clave para desempeñar un papel muy equilibrado entre su trabajo y su matrimonio. Le ofrecerá recursos a toda mujer, independientemente de su trasfondo sociocultural, para que logre hacer feliz a su esposo. ¡Que lo disfruten!

Rey y Mildred MatosPastores del Ministerio Cristiano CataCuMba 5


Introducción

N adie se casa para fracasar ni para ser infeliz, en especial las mujeres que, desde niñas, sueñan con el día en que hermosamente vestidas de blanco dirán un gran sí en

el altar. Incluso, ¡muchas veces se preparan con sumo cuidado para la boda! De modo que empieza a quitarles el sueño cada uno de los detalles de la ceremonia: Las flores, los vestidos, los colores, los zapatos... ¡y muchas cosas más! Sin embargo, ¿dónde queda la preparación para la vida matrimonial? La mayoría de las mujeres suele pensar que la conocida frase «y fueron felices para siempre» es una realidad y que todo termina ese día. En cambio, ¡no se dan cuenta que allí es que comienza la verdadera historia!

«Para bailar un tango se necesitan dos», versa el dicho popular con respecto a quién es el culpable en una riña matrimonial, y todos sabemos que eso es una realidad. Somos conscientes que el incremento de los males sociales y económicos en una comunidad son productos del desmembramiento matrimonial y familiar y que este se debe, por lo general, al comportamiento irresponsable e infantil del hombre. Sí, el hombre tiene muchas veces la culpa, pero no siempre.

Por consiguiente, este libro lo escribimos debido a ese «no siempre». Aunque no lo creas, la verdad es que en el mundo aún existen muchos hombres buenos, generosos, sinceros, sensibles, honorables y con deseos genuinos de hacer bien las cosas... ¡como



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de seguro lo es tu esposo y no te has dado cuenta hasta ahora! Si ese es tu caso, quizá se deba a que te falta valorarlo y proclamar sobre él bondad, generosidad y honor.

Parece una tarea titánica, pero la exigencia acerca de la obe-diencia a la Palabra de Dios es para todos. Así como el hombre debe morir a él mismo para amar a su esposa como Cristo amó a la Iglesia y entregarlo todo por ella, de igual modo la mujer tiene que estar dispuesta a morir a sí misma a fin de poder ro-dear a su amado con una ayuda idónea, llena de honor, respeto y admiración.

En el libro de Efesios, Pablo no condiciona nuestro com-portamiento con relación a si nuestro cónyuge es perfecto ni si cumple muy bien su parte como esposo. Más bien demanda obediencia individual sin tener en cuenta cuál sea la conducta del otro, ¡porque el pecado de él no te puede hacer pecar a ti!

El propósito de Cómo hacer feliz al esposo es darles a las ca-sadas, y a las que se van a casar, no solo una guía, sino también principios bíblicos de conducta que harán del matrimonio un lugar de amor, gozo y paz.

Cuando escuchas estas tres palabras, es posible que estés pensando: ¿Amor, gozo, paz? ¡Eso parece muy irreal en mi vida! Sin embargo, te vamos a decir algo concreto: ¡Eso es posible! ¡Tienes que creerlo! No puedes, ni debes, resignarte a llevar un matrimo-nio a medias cuando nuestro Dios nos ha dado la estrategia más eficaz para evitarlo. Tú, como mujer, no debes pasar por alto que tienes un gran peso en la balanza del fracaso matrimonial. ¡Así que debes recordar que Dios te ha dado los medios necesarios para revertirlo y caminar en victoria! En realidad, tú no estás sola en esto, ¡Él está contigo! ¡Él ha prometido que nunca nos abandonará!

Por último, deseamos que siempre tengas presente lo que dice la Biblia acerca de la mujer y la importancia que tiene en la construcción de un verdadero hogar:


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Introducción

La.mujer.sabia.edifica.su.casa,.pero.la.necia.con.sus.manos.la.derriba.

Proverbios 14:1

Estamos seguros que a través de este libro recibirás la inspi-ración y la orientación necesarias para convertirte en una mujer sabia que edifique su casa y no en una necia que la destruya con sus propias manos. ¡Tu esposo lo está necesitando, tus hijos lo están clamando y tu Dios te lo está demandando!

Te aseguramos que este libro te enseñará cómo hacer feliz a tu esposo. Ahora, te animamos a que te sumerjas en esta gran aventura de fe. ¿Empezamos?

Guillermo y Milagros Aguayo


Al.escribir.este.libro,.nos.propusimos.llegar.al.corazón.de.las.mujeres.que.desean.de.

verdad.una.transformación.en.su.vida..Por.eso,.en.lo.sucesivo,.

encontrarás.el.lenguaje.en.primera.persona,.a.fin.de.que.

sientas.un.refrescante.y.ameno.diálogo.de.mujer.a.mujer.


Capítulo 1

¿Quién.es.el.dueño.de.tu.

corazón?Porque.los.ojos.del.Señor.recorren.toda.la.tierra.para.fortalecer.a.aquellos.cuyo.

corazón.es.completamente.suyo.

2 CróniCas 16:9

¿A quién le pertenece tu corazón?

Leyendo una infinidad de cosas acerca de hombres y mujeres, esposos y esposas, me detuve en lo que significa, en realidad, el «dolor nunca hablado» de los hombres. Esto me hizo recapacitar en cuanto al tratamiento que debía darles a las mujeres que les hablo: Ya no solo debíamos pensar en la restauración de la mujer y en sus derechos, que es algo válido por completo. Sentí también que debía traer un equilibrio al cuerpo de Cristo hablando acerca de nuestras actitudes hacia nuestros esposos.

Cuando me di cuenta de esto, lo primero que hice fue voltearme hacia mi esposo y decirle: «¡Perdóname, Guillermo! ¡Perdóname por haber sido tan insensible y haberle causado



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tanto daño a tu corazón! ¡Perdóname por haber engrandecido mis dolores, preocupaciones y frustraciones, y no haber escuchado tu corazón!».

El «fariseísmo» es la práctica externa de ritos religiosos, pero sin transformación genuina de la vida interior. Si nuestro corazón no cambia, nunca conseguiremos la victoria en nada y menos en nuestra relación matrimonial. Hoy en día, podemos encontrar muchas mujeres «piadosas» por fuera, pero conflictivas por dentro. Se trata de mujeres que siempre están quejándose de todo y viven cansadas de sus problemas matrimoniales. Sin embargo, ¿sabías que los problemas matrimoniales no existen?

Esta será una de las tantas veces que digas algo así como: ¡Ay, Milagros! ¡Qué estás diciendo! En cambio, ¡es cierto! Lo que sucede es que lo que nos empieza a agobiar son los problemas personales que llevamos al matrimonio... ¡Tiene sentido! ¿No es así? Por eso vale la pena que te preguntes: «¿A quién le pertenece mi corazón? ¿Le pertenece a mis rencores? ¿A mis dolores y frustraciones? ¿A mi pasado? ¿A Dios? ¿A quién?».

H ace mucho tiempo que trabajo con mujeres y siempre ha sido mi gran anhelo que puedan brillar con todos sus dones y talentos. ¡Las veo tan hermosas y con tanto

que dar! En cambio, siempre veo también que hay algo que les impide triunfar, sobre todo en la vida matrimonial. He conver-sado con un sinnúmero de mujeres y en muchas he podido ver la ausencia de una pequeña llavecita que abre las puertas hacia un matrimonio maravilloso y, por supuesto, hacia una vida plena como mujeres de Dios. Esa llavecita es una actitud de verdadero amor hacia el esposo.

La vida matrimonial está llena de diferencias y malentendidos. Estos provocan discusiones y lo siguiente es una inevitable sensa-ción de malestar con tu esposo. En esa búsqueda de mi plenitud


¿Quién es el dueño de tu corazón?

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como mujer y como esposa recuerdo que me preguntaba: ¿Por qué esta hostilidad con mi esposo? ¿Por qué lo trato así? ¿Qué hay en él que me irrita y que no me deja amarlo, honrarlo y respetarlo como a un hijo de Dios?

Él muchas veces no hacía cosas tan terribles para que me portara de esa manera tan hostil e indiferente. Sin embargo, de forma gratuita, y en ocasiones casi espontáneas, salían cosas de mí que ni yo misma podía creer. Entonces, en ese instante, Dios me hablaba al corazón y hacía que recordara cosas muy importantes: ¡Soy una hija de Dios! ¡Él me ha dicho quién soy! ¡Su Palabra dice que soy corona de mi esposo y que mi valor supera en mucho al de las joyas!

¡Tremendo! ¡Cuánta identidad revelada de lo que soy en realidad! En cambio, ¿de qué manera le hago frente a esta verdad tan hermosa y poderosa? ¿De qué modo llego a merecer estas bellas palabras que Dios tiene para mí? Como mujeres, somos valiosísimas y tenemos un hermoso propósito en la vida. Sin em-bargo, debemos mirar nuestro interior... ¡Muy adentro! Además, debemos ver lo que hay en nuestro corazón.

¿A qué se debe la actitud hostil que muchas veces las esposas tomamos en contra de

nuestros esposos?

Entonces, ¿a qué se debe la actitud hostil que muchas veces las esposas tomamos en contra de nuestros esposos? ¿Por qué somos tan injustas juzgándolos siempre por lo que hacen o dejan de hacer? ¿Cuál es la razón para juzgar su valía de acuerdo con los errores que cometen en las cosas grandes o pequeñas que hacen? ¿Tanto nos incomoda que no se den cuenta de los detalles que sí observamos nosotras? ¡No tiene que ser así!

Día a día traemos juicio a sus vidas en vez de extender mi-sericordia. Esta actitud quizá se deba a un asunto que no hemos



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resuelto en el corazón y que, como nunca lo hemos enfrentado, de seguro que no queremos sufrir por esto. No obstante, ¡tenemos que tomar una decisión! ¿Llevaremos nuestro corazón hacia la libertad o lo seguiremos manteniendo en silencio y lo dejaremos agonizando? Sé que es difícil solucionar cosas que causaron mucho dolor, pero si no lo hacemos, nuestra vida nunca dará un fruto a la medida que Dios desea de nosotras.

Por consiguiente, ¡cuán importante es darnos esta mirada interna! Jesús mismo nos lo dice en el Evangelio de Mateo, donde Él, llamándoles la atención a los fariseos, les decía:

¡Camada.de.víboras!.¿Cómo.podéis.hablar.cosas.buenas.siendo.malos?.Porque.de.la.abundancia.del.corazón.habla.la.boca.

Mateo 12:34

Lo primero que debe producir Cristo en tu corazón es hacerte una mejor mujer, una mejor amiga, una mejor hija, una mejor madre y, en especial, una mejor esposa.

Así es, lo primero que debe producir Cristo en tu corazón es hacerte una mejor mujer, una mejor amiga, una mejor hija, una mejor madre y, en especial, una mejor esposa. Chicas, nos hemos olvidado de que el hombre sufre tanto como la mujer y que tiene dolores tan profundos como los nuestros, ¡pero los expresa de una manera diferente por completo!

El corazón rendido a Dios¿Sabes? Tengo más de veinte años dando cursos para mujeres y recuerdo vívidamente que en las primeras ocasiones en que enseñaba había una mujer sentada en primera fila. ¡Me daba



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mucho gusto verla! No obstante, ¡han pasado veinte años y sigo viendo a esta mujer en mis reuniones! Hasta el día que estaba escribiendo ese libro, su esposo rechazaba cualquier mención que le hicieran de Dios. ¡No quería alinearse a lo que quería y le exigía como hombre! Y no solo era su esposo, sino que sus hijos también estaban llenos de rechazo y amargura. ¡Es increíble! ¡Todo esto se debe a que es un asunto del corazón!

Si tu corazón no le pertenece a Dios, ya tienes un primer e importantísimo

detalle que resolver

Si tu corazón no le pertenece a Dios, ya tienes un primer e importantísimo detalle que resolver, de modo que empieces a tener un matrimonio como siempre lo has soñado. Es evidente que si tenemos al Señor en nuestro corazón, inevitablemente se desatará el amor de Dios, el gozo, la paz y todo fruto bueno en nosotras. ¡No importa cuál sea la circunstancia! ¡Nosotras podemos tener la seguridad de que todo va a ir mejor! Recuerda que «los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente suyo» (2 Crónicas 16:9, énfasis añadido).

¿Estás dentro de este grupo? ¿Eres de las valientes que han rendido su corazón sin reparos confiando sus temores a Dios? Él desea fortalecerte en todas las esferas de tu vida, ¡pero es impres-cindible que tu corazón sea suyo! Dios desea derramar su poder a aquellos cuyo corazón es completamente de Él. ¿Te imaginas? ¡Qué poderoso!

A mí no me pueden decir que el Dios que conozco no tiene el poder suficiente para transformar la atmósfera de nuestra casa. Es imposible que de nuestro corazón salga buen carácter, dulzura y bendición si no dejamos que Dios lo llene de su presencia. Solo



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así Él podrá reinar en nuestros hogares. Por otro lado, ¿sabías también que ese reino de Dios también se ve en casa? ¿Es tu casa un agradable lugar en el que se ve la mano de una mujer y en el que huele a mamá? ¿O todo es un tremendo desorden al que no da ganas de ver? Porque aun en el desorden se ve la condición de tu corazón. ¡Tu casa también es el fiel reflejo de tu corazón!

Hay muchas mujeres que me han dicho: «Milagros, yo no soy muy experta en esto de decorar la casa». ¡Y nadie ha dicho que hay que serlo! Lo importante es que con el corazón dispuesto dejes un sello que siempre se note, ¡un sello de mamá, de esposa dedicada, de mujer virtuosa! Si no dejamos a Dios que sea el único y verdadero rey, dueño y soberano de nuestro corazón, será imposible que descienda su poder sobre nosotras.

Si no dejamos a Dios que sea el único y verdadero rey, dueño y soberano de nuestro

corazón, será imposible que descienda su poder sobre nosotras.

Rey, Dueño y SoberanoAhora, detengámonos un momento en las tres palabras que acabo de mencionar y que deben marcar la relación de Dios con nuestro corazón: Rey, Dueño y Soberano. ¿Sabías que en épocas antiguas al rey le pertenecían incluso las vidas de todos los integrantes del reino? Solo sometiendo todas nuestras posesiones y hasta la vida misma es que uno podía sentirse parte del reino. ¿Está así tu corazón ante Dios?

La palabra «dueño», según el Diccionario de la Lengua Española, significa: «Hombre que tiene dominio o señorío sobre alguien o algo»1. Vuelvo entonces a preguntarte: ¿Existe un real señorío de Dios sobre tu corazón? Por último, este mismo diccionario define la palabra «soberano» de la siguiente manera: «Que ejerce



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o posee la autoridad suprema e independiente»2. Aquí ya te imaginarás en qué tenemos que pensar: ¿Tienes en tu vida un Dios que ejerce autoridad suprema en tu vida?

Quizá te preguntes por qué insisto tanto en decirte que Dios debe ser el «rey, dueño y soberano» de tu corazón. Incluso, tal vez estés pensando: «Este libro lo compré con un objetivo bien definido: Que me den las claves para ser una mejor esposa. ¡Y ahora me hablan de Dios sin parar! No me hablen de religión. Solo quiero la fórmula para hacer feliz a mi esposo... ¡y ya!».

La única fórmula que conozco que da resultado para hacer feliz al esposo

es entregándole tu vida a Dios.

tu esposo con esta expectativa? ¡Claro que no! ¡Estas características vienen de un corazón perverso!

La violencia familiar nace del corazón

Pon atención, linda esposa y fiel compañera de algún esforzado hombre, porque tengo una gran noticia para ti: ¡No se trata de religión! Por el contrario, ¡lo que acabamos de decir con respecto



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a Dios y nuestro corazón es la única confirmación que va a hacer que tus intenciones de hacer feliz a tu esposo sean una realidad y no solo un sueño!

Es sencillo: Si no cuidas tu corazón, no te incomodará rodearte de amigas que siempre estén hablando mal de su pareja cada vez que comentes alguna situación difícil entre tú y tu esposo. ¿Acaso no sucede a menudo? Cada vez que nos juntamos con las amigas, ya sea con las lindas compañeras que tenemos en la iglesia o en una reunión cualquiera, basta con que una de nosotras empiece a decir: «¡Ni te imaginas lo que hizo mi esposo!», para que cada una diga lo perverso que fue su marido en cierto momento. ¡Ponemos una parrilla y los freímos a todos! Les damos vueltas y nadie se salva. Todos quedan bien cocinados en nuestra parrilla. Hasta permitimos que nuestras amigas se rían de las debilidades de nuestros esposos. ¡Es increíble!

Sin embargo, lo cierto es que a ninguna de nosotras nos gus-taría que nos pongan en esa misma parrillita, que también «nos den vueltitas» y que se burlen de nuestras reacciones o quizá de nuestras debilidades. Y menos aun nos gustaría que ellos se vayan a la casa de su mamá y conversen con ella o con sus hermanas acerca de todo lo que ha estado pasando con nosotras, ¡cuando nosotras sí lo hacemos!

Entonces... ¡huy! Déjame ver... ¡Increíble! ¡Qué sorpresa! ¡Aquel de quien estamos haciendo escarnio es nada menos que el rey, sacerdote y profeta de la casa! Y, ahora, a ese hombre ben-decido por Dios lo estamos bajando al nivel de un payaso, pues lo convertimos en nuestro entretenimiento en esa conversación. No cabe duda que a veces nos olvidamos quien son ellos: Nada menos que la autoridad que Dios ha puesto sobre nuestra vida. Nuestro esposo es el hombre con quien hicimos pacto y a quien prometimos honrar hasta el fin de nuestra vida.

¿Qué piensas de lo que dice la Palabra de Dios con respecto al corazón?



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Si no cuidas tu corazón, recordarás por mucho tiempo, y crée-me que puede ser para siempre, las ofensas que alguna vez recibas de tu esposo en una riña. Además, ten por seguro que eso no te permitirá avanzar en la vida. La falta de cuidado de tu corazón implica darles paso a todos los comentarios y los pensamientos que resultan nocivos, por más que parezcan «inofensivos».

Por otro lado, ¿qué piensas de lo que dice la Palabra de Dios con respecto al corazón? La Biblia es clara en el versículo con el que empezamos este capítulo al señalar que Dios está buscando en toda la tierra gente con un corazón limpio para fortalecerla. En este mismo momento que lees este libro, los ojos de Dios se están paseando por el lugar en el que estás tú, a fin de buscar ese corazón perfecto para derramar su poder, su favor y su amor sobre tu vida.

¿Y en este mismo instante? ¿Cómo está tu corazón? ¿Apri-sionado porque piensas que estás siendo una «buena esposa promedio» y tu esposo no lo reconoce? ¿Es la falta de perdón lo que no te deja tranquila? ¿Es tu corazón una gran cacerola donde se prepara a diario una comida de quejas, críticas, gritos, malas actitudes, desesperanza, desilusión y amargura?

Debes desechar el pensamiento de que todo lo haces y que estás cansada de ser siempre tú la única persona a la que le importan las cosas. Debes dejar de pensar que nadie valora lo que haces. Estamos en una época en que muchos hogares, en vez de ser un lugar de descanso y armonía, como Dios quiso que fueran, son un lugar de críticas, malestar, rechazo y descontento. Santiago nos habla de un recurso que podemos utilizar para la más amo-rosa bendición o para la más mortífera maldición... y es la boca. Ella es la que puede convertir nuestro corazón, y nuestro hogar, en esa gran cacerola de críticas y quejas, rechazo y descontento.

La violencia doméstica de la mujer hacia el hombre está en la lengua.



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La violencia doméstica de un hombre hacia una mujer se caracteriza por gritos, golpes y empujones. En cambio, la vio-lencia doméstica de la mujer hacia el hombre está en la lengua, pues nosotras podemos destruir la valía y la hombría de nuestros esposos con nuestras críticas continuas. Así los hacemos sentir sin valor y poco adecuados. ¿Te imaginas vivir con esa sensación de «nada hago bien ni como esposo, ni como padre, ni como amante»? ¿Puedes imaginarte lo que significa vivir año tras año con esa sensación de «nada de lo que hago es suficiente»? A decir verdad, debe ser horrible y un tormento. De cualquier modo, ¡así viven miles y miles de esposos sufriendo en silencio! Observa lo que dice Santiago a propósito de la lengua.

Con.ella.[la.lengua].bendecimos.a.nuestro.Señor.y.Padre,.y.con.ella.maldecimos.a.los.hombres,.que.han.sido.hechos.a.la.

imagen.de.Dios;.de.la.misma.boca.proceden.bendición.y.maldición..Hermanos.míos,.

esto.no.debe.ser.así.

santiago 3:9-10

Así que, chicas, ¡no debemos desanimarnos si las cosas no andan bien! Es posible tener un matrimonio sano, fuerte y ar-monioso, a pesar de cualquier circunstancia difícil que te toque vivir. Dios nos dice en su Palabra lo que nosotras debemos ser como esposas: ¡Debemos ser sabias! Asimismo, nos revela que el secreto de la felicidad se encuentra en tener un corazón como el suyo. Es decir, un corazón lo suficientemente dispuesto para dar.

Existen dos reinos y están bien definidos, y tú tienes que elegir en cuál debes estar: Uno es el Reino de Dios y su característica es el dar sin reparos y sin medidas. El otro es el reino de las ti-nieblas y su característica es la lujuria y la lascivia. Además, tiene este pensamiento: «No me importa cómo te sientes. Yo quiero satisfacer mis necesidades... ¡y punto!». ¿En qué reino están tú y tu matrimonio? ¿En qué gobierno te relacionas? ¿Estás buscando



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siempre tu beneficio y pensando solo en ti o vives pensando en el prójimo a pesar de todo?

Las apariencias engañan, las falsas expectativas también

Tú puedes verte preciosa por fuera, luciendo la ropa más hermosa y el más encantador peinado y maquillaje, pero tu corazón puede estar lleno de amargura y egoísmo. Dependiendo de cómo se encuentre el corazón van a salir palabras de bendición o, de lo contrario, críticas, juicio y deshonra hacia tu esposo. Te hago esta pregunta: ¿Encontró tu esposo el bien cuando se casó contigo? ¿O encontró la intolerancia, la intriga, la burla y el rencor?

El.que.halla.esposa.halla.el.bien,.y.alcanza.la.benevolencia.de.Jehová.

Proverbios 18:22, rv-60

¿Encontró tu esposo el bien cuando se casó contigo? ¿O encontró la intolerancia, la

intriga, la burla y el rencor?

¿Puedes imaginarlo? ¡Qué gran responsabilidad! Es increí-blemente hermoso pensar que cuando tu esposo te encontró, halló el bien. ¡Sorprendente! ¡Soy el bien de Guillermo! ¿O habrá algo en la condición de mi corazón que lejos de ser el bien para él sea algo negativo en su vida? ¿Acaso soy la persona que evita que alcance sus sueños o la que más le hiere? ¿Seré la persona que con mis críticas estaré castrando su hombría? Cuando esta palabra llegó a mi corazón, solo tuve que arrodillarme y decir: «¡Señor, perdóname! ¡Perdóname porque es inmensa la respon-sabilidad de ser el bien de alguien! Yo no quiero ser la razón de



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su amargura ni de sus malestares... ¡Señor, ayúdame a ser ese bien y a bendecirlo!».

Es cierto que muchas mujeres han creído que se han casado para que su esposo se desviva y las haga felices. Así que déjame decirte que no es así. Piensa en esto: Si toda la expectativa del matrimonio estuviera en que tu esposo te haga feliz, cuando no encuentres ese «requisito básico», lo único que estarás haciendo es cavar un hoyo profundo en tu corazón y echando allí raíces de amargura. Vivirás desilusionada toda tu vida porque no hallaste lo que pensabas que ibas a encontrar.

Empleando el principio de dar, sabemos que toda siembra traerá una cosecha. Por eso te animo a cambiar cualquier situación sembrando semillas de amor, honra y respeto. Luego, verás que el fruto será tal que el gozo llenará tu corazón y tu matrimonio. El hecho de que seas el bien de tu esposo te llevará a asumir con mayor responsabilidad tu papel de esposa y te ayudará a dejar de lado egoísmos y engreimientos para ser ese bien que necesita él. La clave está en dejar de poner los ojos en ti misma y enfocarte en Dios y en tu prójimo; es decir, tu esposo.

Dios resumió los Diez Mandamientos en dos: Amar a Dios con todas tus fuerzas y amar a tu prójimo como a ti mismo. Cuando leemos la palabra «prójimo», a menudo pensamos en mendigos o en gente necesitada. Sin embargo, ¿sabías que tu prójimo es tu esposo y también tus hijos?

Cuando.uno.de.los.escribas.se.acercó,.los.oyó.discutir,.y.reconociendo.que.les.había.

contestado.bien,.le.preguntó:.¿Cuál.mandamiento.es.el.más.

importante.de.todos?Jesús.respondió:.El.más.importante.es:.

«Escucha,.Israel;.el.Señor.nuestro.Dios,.el.Señor.uno.es;.y.amarás.al.Señor.tu.Dios.con.todo.tu.corazón,.y.con.toda.tu.alma,.

y.con.toda.tu.mente,.y.con.toda.tu.fuerza».



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El.segundo.es.éste:.«Amarás.a.tu.prójimo.como.a.ti.mismo»..No.hay.otro.

mandamiento.mayor.que.éstos.

MarCos 12:28-31

Debes tener presente que lo que Dios te acaba de decir en esta porción de su Palabra no es una sugerencia, ¡es un mandato! Allí empezamos a descubrir que el amor, más que un sentimiento, llega a ser una decisión. Por lo tanto, demandará esfuerzo de nuestra parte sostener nuestra decisión. No voy a negar que sea difícil. Así y todo, lo importante es que una vez tomada esa de-cisión, lo que sigue es llevar a cabo las medidas que te permitan llegar a tu objetivo que como esposa ha debido ser, y debe ser: esforzarte al máximo para hacer feliz a tu esposo. ¡Recuerda que la consecuencia natural de esto es que él te hará feliz!

Lo que hay en estas líneas será de manera única y exclusiva para que tú pongas

manos a la obra.

Antes de que exclames: «¿Qué? ¿Y él no va a hacer nada al respecto? ¿Todo el trabajo es mío?», déjame recordarte que escribí este libro especialmente para ti, como esposa y mujer de Dios, no para él. ¡Por eso el libro se titula Cómo hacer feliz al esposo! Así que lo que hay en estas líneas será de manera única y exclusiva para que tú pongas manos a la obra. Sin duda, más adelante Guillermo publicará Cómo hacer feliz a la esposa, pero mientras tanto... ¡a trabajar, chicas valientes, que Dios está con nosotras!

Cuida tu corazónCasi todas las mujeres que se quejan de no recibir lo que esperan de sus esposos deberían detenerse a pensar cuánto desdén y falta



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de respeto hay en el trato diario hacia ellos. El papel de la mujer en la sociedad ha evolucionado en todos los aspectos, sobre todo en el laboral. Lo increíble de todo esto es que también se ha desarrollado a tal grado la indiferencia y la insensibilidad, que muchas mujeres no se dan cuenta de lo destructivas que pueden llegar a ser para sus esposos y para sus matrimonios. Es más, lo que las distingue es la autosuficiencia, pues sus motivaciones y pensamientos son tan individualistas que ya no ven lo funda-mental que es la unidad en el matrimonio y lo dulce que es ver un hogar bien constituido.

Es asombroso cómo muchas mujeres se esfuerzan más por causar una buena impresión en los extraños que por intentar causarla en la persona que, al parecer, debe ser la más importante para ella: El hombre de su pacto, su esposo, su amado. Alguien me comentó lo sorprendida que estaba consigo misma, ya que en medio de una discusión con su esposo pudo comprobar lo rápido que puede pasar del llanto a la sonrisa:

Fue increíble, mi esposo y yo estábamos discutiendo en la sala por asuntos económicos y yo reconozco que estaba molesta. En realidad, estaba furiosa expresando mis argumentos. Entonces, de pronto, sonó el timbre y seguí vociferando mientras me dirigía a abrir la puerta. Sin parar de hablar y sin arreglar mi fruncido ceño, me asomé a la ventana para ver quién estaba interrumpiendo mi «conversación» y... ¡ah, sorpresa! Era mi mamá.

Dejé de hablar, me paré atrás de la puerta, acomodé mi blusa y mi cabello, respiré hondo y abrí la puerta con el más sonoro y dulce: «¡Hola, mami!». Mi esposo se quedó petrificado al otro lado de la sala con mi cambio de actitud y yo por dentro estaba más sorprendida que él. Me pregunto si podría hacer lo mismo, así de fácil e instantáneo, en algún momento para cambiar de actitud ante él.



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¿Por qué cuando se trata de él es tan difícil? Cuando mis amigas me cuentan de cosas que hacen sus esposos, no me parece que sus dolores y ofensas sean tan justificados. Por lo tanto, extiendo misericordia hacia sus esposos. ¡A ellas las animo a que los perdonen porque no es para tanto! En cambio, cuando me ocurre a mí, ¡quiero ahorcar a mi esposo y pienso que no merece misericordia alguna!

¡Ay, qué frustrante! Se cumple a la perfección este dicho popular: «En casa del herrero, cuchillo de palo». Soy perfecta para dar consejos, pero a la primera que me hace mi esposo, me olvido de mis lindos consejos.

¿Te parece una situación conocida? ¡Seguro que sí! Es conocida para innumerables mujeres que día a día deciden, ya sea de manera consciente o no, complicar la comunicación con su esposo. No obstante, hay algo muy interesante que te quiero contar. Cuando te ocurre algo así, el dolor es más intenso porque la persona que te está fallando no es cualquier persona, ¡se trata de tu cabeza, de tu cobertura! ¡Es por eso que te afecta tanto las cosas tan simples, pierdes el control y te cuesta recuperarlo!

Si entendemos esto con la mente y con el corazón, podemos estar mejor protegidas y podemos cuidar mejor nuestro corazón. Asimismo, podemos ver con más claridad que las cosas no son tan graves como parecen, sino que se extienden, al igual que el eco, y de un sonido se prolongan varios más.

La corona de tu rey¿Y qué dice la Biblia acerca de lo que en verdad la mujer debe ser para su esposo?

La.mujer.virtuosa.es.corona.de.su.marido.

Proverbios 12:4



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¡Lo que dice Dios es sencillamente extraordinario! ¡Tú eres una corona! Cuando pienso en coronas, lo relaciono con la realeza. ¡Me encanta ver las coronas! ¡Son tan majestuosas y brillantes, y se ven tan lindas llenas de piedras preciosas! Por otro lado, tenemos que pensar en algo muy importante. En nuestras casas tenemos un rey... ¡y no hay rey sin corona!

¡En tu hogar existe ese rey que tiene una corona y tú eres la corona de tu esposo! Entonces, mi pregunta para ti es: ¿Cómo está la corona de tu rey? ¿Está brillando adornada de piedras preciosas? ¿Está bien cuidada? ¿O está tan opaca, tan dañada y deformada que ya no tiene brillo y no parece una corona?

¡Tú eres una corona!

Una esposa conforme al corazón de Dios debe ser siempre una corona brillante con un corazón puro y con una palabra amable. No debe ser una corona que traiga vergüenza y deshonra. Una de las señales más importantes que debes transmitirle a tu esposo, ya sea con palabras, acciones o gestos, que él es, después de Dios, una verdadera fuente de felicidad. Ten por seguro que a ellos les encanta saber que su mujer es feliz y que ellos son la fuente de esa felicidad. ¡Les gusta sentir la admiración de su esposa y de sus hijos! ¿Quién más podría darles esa satisfacción? En cambio, con nuestras críticas constantes les hacemos creer que nada es suficiente para que nosotras seamos felices. No importa lo que hagan, no importa cuánto se esfuercen... ¡nada es suficiente!

Para dar amor, ¿no sería bueno entender a plenitud lo que significa

en realidad?Entre las cientos de definiciones que alguna vez he leído sobre el amor, creo que hay una que se destaca por transmitir la esencia de este:



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El amor es la satisfacción de las necesidades de los demás a expensas de nuestras necesidades.

Ya vimos que la característica del Reino de Dios es dar. Así que no podríamos hablar de amor si no pensamos en darnos a nosotras mismas. En otras palabras, ¡dar en verdad lo mejor de nosotras, nuestro corazón entero! La Biblia dice que «de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito» (Juan 3:16, énfasis añadido). ¡Entregarse por amor a nosotros nos enseña el verdadero sentido del amor!

Cuando decimos que amamos y no estamos dispuestos a darnos, estamos hablando solo palabras sin sentido. En realidad, son palabras huecas que no tienen profundidad y que te llevan a tener una vida insatisfecha, opaca y sin fruto. Esto es un camino seguro hacia la autopista de la amargura. Al mismo tiempo, chicas lindas, lo más terrible es que genera también una sensación de que siempre la vida te debe algo y que hay una cuenta pendiente, pues nadie te pagó por todo lo que «diste e hiciste». ¡Y eso es porque tus ojos agrandan lo que tú haces y empequeñecen lo que hacen los demás!

Cuando una mujer ama a su esposo, sabe que en algún mo-mento tendrá que caminar sobre el dolor y la desilusión, sobre el egoísmo y la injusticia, porque...

El.que.ama.tiene.paciencia.en.todo,y.siempre.es.amable.

El.que.ama.no.es.envidioso,ni.se.cree.más.que.nadie.

No.es.orgulloso.No.es.grosero.ni.egoísta.

No.se.enoja.por.cualquier.cosa.No.se.pasa.la.vida.recordando.lo.malo.

que.otros.le.han.hecho.No.aplaude.a.los.malvados,.sinoa.los.que.hablan.con.la.verdad.



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El.que.ama.es.capaz.de.aguantarlo.todo,.de.creerlo.todo,.de.esperarlo.todo,

de.soportarlo.todo.

1 Corintios 13:4-7, tla

Todo es tan sencillo, profundo y poderoso como eso: Amar es pensar primero en el otro, es morir a una misma, es darse por completo por el otro. El mayor regalo de Dios, después de la vida misma, es el amor. Por eso debes amar a tu esposo con todo tu corazón, como si fuera tu propia vida, ¡y tratarlo como un regalo especial de Dios!

Debes amar a tu esposo con todo tu corazón, como si fuera tu propia vida, ¡y tratarlo

como un regalo especial de Dios!

¿Quién es perfecto, chicas? ¡Nadie! Ni nosotras, ni nuestros esposos, ni nuestros hijos. Todos fallamos en algún momento. Todos cometemos errores. Sin embargo, no por eso vamos a poner en tela de juicio la identidad de nadie. Por esa falta de tolerancia a esas pequeñas fallas es que los tildamos de egoístas e insensibles. Así que debemos aprender a separar la identidad de la acción.


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AMIGOS DE LA NATURALEZAGOING GREEN

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Son fundadores y directores del «Centro para el Desarrollo de la Familia», entidad educativa especializada en temas de familia que nace en el año 2003 y que desde entonces ha alcanzado a decenas de miles de hogares en América Latina y Europa. También son fundadores del movimiento «Salvemos a la familia», que ha originado decenas de conferencias internacionales en Perú y otros países de América Latina. Son padres de tres hijos: Paz, Fe y Juan Guillermo. En la actualidad, pastorean la iglesia «La Casa del Padre» de La Molina, en Lima, Perú. Guillermo y Milagros son autores del libro «¡Bendíceme también a mí, padre mío!».

D ía a día miles de mujeres agotadas se hacen esta misma pregun-ta. Hacer feliz al esposo parece una tarea titánica en medio de

una vida matrimonial llena de diferencias y malentendidos. Sin embargo, ¡hay esperanza! Las esposas tienen en sus manos un extraordinario don para poder convertir su hogar en un espacio lo más similar al cielo... ¡o todo lo contrario!Con una mezcla de sabiduría y sencillez, en este libro sus autores logran explicar con asombrosa habilidad la verdadera naturaleza de los hombres, las necesidades fundamentales de los esposos y el importantísimo papel de la mujer a fin de cultivar un matrimonio exitoso.

Es poco frecuente encontrar a una mujer que les haga justicia a las inquietudes que poseen los hombres y a esas características especiales con las que se crearon. No obstante, Milagros Aguayo anima, exhorta y alien-ta a las mujeres a tomar medidas prácticas en su papel de esposas.

El propósito de Cómo hacer feliz al esposo es darles a las casadas, y a las que van a hacerlo, no solo una guía, sino también principios bíblicos de conducta que harán del matrimonio un lugar de amor, gozo y paz.

«¿Cómo hago feliz a mi esposo?»

G u i l l e r m o y m i l a G r o s a G u a y o

Como hacer feliz COVER.indd 1 8/5/11 8:31 AM

cómo hacer feliz al esposo

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