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as explotaciones ovinas nacionales se podrían clasificar según la ca- pacidad productiva del suelo que ocupan, pudiendo formarse dos grandes categorías: con bajo potencial forrajero (debido a sus condiciones de suelo y clima) y con alto potencial de producción de forraje. Producción con bajo potencial forrajero En esta categoría se encuentran prin- cipalmente las explotaciones ovinas de la estepa patagónica y ciertas zonas del secano interior de la zona central y la Región de Coquimbo. En ellas la restricción de lluvias hace muy complicado cambiar la actual cubierta vegetal conformada por pastos naturales que, si bien están adaptados a las difíciles condiciones ambientales impe- rantes, son de muy baja productividad y calidad nutritiva. En las condiciones indicadas, las ex- plotaciones se han especializado en la producción de lana, y tienen la carne como subproducto. En la Patagonia la gran exten- sión de los predios compensa la menguada productividad de la pradera natural, al per- mitir un manejo extensivo con importantes economías de escala en mano de obra, gastos generales y otros. Allí las explota- ciones se pueden describir como de doble propósito pues la producción de carne tiene un rol importante, que se suma al de la lana. Las restricciones nutricionales del ga- nado en épocas estratégicas para la repro- ducción —tales como encaste, último mes de preñez y comienzo de lactancia— esta- blecen un techo al número de corderos logrados. La cantidad de nacimientos dobles o mellizos se ve limitada y disminuye la supervivencia de los corderos, con impor- tantes pérdidas en los primeros días de vida. Lo anterior, debido a una interacción negativa entre mala nutrición (bajo peso de nacimiento y poca leche disponible) y con- diciones climáticas adversas (baja tempe- ratura, viento, lluvia). Es difícil o muy caro modificar la nutrición y el efecto del clima en las explotaciones extensivas, de modo que el número de corderos, el factor más anadería y praderas g enero-febrero 2006 TierraAdentro 30 importante para que la carne sea el rubro principal, tiene una restricción casi insalva- ble. Sin embargo, las explotaciones con bajo potencial forrajero hoy día representan más de la mitad de la producción de carne ovina del país y casi el 100% de la expor- tación. Además, las razas laneras y de doble propósito tienen limitaciones genéticas para producción de carne, ya sea porque dan pocos mellizos, son de crecimiento lento o depositan una gran cantidad de tejido graso a temprana edad y bajo peso. En conse- cuencia, el potencial de producción de carne de estas zonas corresponde principalmente a corderos livianos o de mediano peso. La herramienta clave para mejorar los resulta- dos en este medio es el uso de cruzamien- tos terminales que permiten obtener cor- deros algo más pesados, con menos grasa y cortes de mejor calidad. Se trata de una opción más real que aumentar el número de corderos. Producción con alto potencial forrajero En el país existen grandes extensiones de terreno donde la investigación ha esta- blecido un alto potencial para la producción de forraje, con cifras superiores a las 8 toneladas de materia seca por hectárea y, en zonas más privilegiadas, sobre 15 tone- ladas (zonas de riego o con buena pluvio- metría y distribución de las lluvias). Casi todo ese potencial no se ha desarrollado, porque los suelos tienen praderas naturales L Daniel Claro M. Ingeniero Agrónomo, M. Agr. Sci. [email protected] INIA Rayentué Cómo Hacer de la Producció n Ovina un Negocio muy Rent a En el secano costero de la Región de Valparaíso, ovejas de raza compuesta producen 17 corderos por hectárea en praderas de ballica anual y trébol subterráneo, con apoyo de avena grano.

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Page 1: Cómo Hacer de la Producció n Ovina un Negocio muy … - Hacer una... · cubierta vegetal conformada por pastos naturales que, si bien están adaptados a las difíciles condiciones

as explotaciones ovinas nacionalesse podrían clasificar según la ca-pacidad productiva del suelo que

ocupan, pudiendo formarse dos grandescategorías: con bajo potencial forrajero(debido a sus condiciones de suelo y clima)y con alto potencial de producción de forraje.

Producción con bajopotencial forrajero

En esta categoría se encuentran prin-cipalmente las explotaciones ovinas de laestepa patagónica y ciertas zonas del secanointerior de la zona central y la Región deCoquimbo. En ellas la restricción de lluviashace muy complicado cambiar la actualcubierta vegetal conformada por pastosnaturales que, si bien están adaptados alas difíciles condiciones ambientales impe-rantes, son de muy baja productividad ycalidad nutritiva.

En las condiciones indicadas, las ex-plotaciones se han especializado en laproducción de lana, y tienen la carne comosubproducto. En la Patagonia la gran exten-sión de los predios compensa la menguadaproductividad de la pradera natural, al per-mitir un manejo extensivo con importanteseconomías de escala en mano de obra,gastos generales y otros. Allí las explota-ciones se pueden describir como de doblepropósito pues la producción de carne tieneun rol importante, que se suma al de lalana.

Las restricciones nutricionales del ga-nado en épocas estratégicas para la repro-ducción —tales como encaste, último mesde preñez y comienzo de lactancia— esta-blecen un techo al número de corderoslogrados. La cantidad de nacimientos dobleso mellizos se ve limitada y disminuye lasupervivencia de los corderos, con impor-tantes pérdidas en los primeros días devida. Lo anterior, debido a una interacciónnegativa entre mala nutrición (bajo peso denacimiento y poca leche disponible) y con-diciones climáticas adversas (baja tempe-ratura, viento, lluvia). Es difícil o muy caromodificar la nutrición y el efecto del climaen las explotaciones extensivas, de modoque el número de corderos, el factor más

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importante para que la carne sea el rubroprincipal, tiene una restricción casi insalva-ble. Sin embargo, las explotaciones conbajo potencial forrajero hoy día representanmás de la mitad de la producción de carneovina del país y casi el 100% de la expor-tación. Además, las razas laneras y de doblepropósito tienen limitaciones genéticas paraproducción de carne, ya sea porque danpocos mellizos, son de crecimiento lento odepositan una gran cantidad de tejido grasoa temprana edad y bajo peso. En conse-cuencia, el potencial de producción de carnede estas zonas corresponde principalmentea corderos livianos o de mediano peso. Laherramienta clave para mejorar los resulta-dos en este medio es el uso de cruzamien-

tos terminales que permiten obtener cor-deros algo más pesados, con menos grasa ycortes de mejor calidad. Se trata de una opciónmás real que aumentar el número de corderos.

Producción con altopotencial forrajero

En el país existen grandes extensionesde terreno donde la investigación ha esta-blecido un alto potencial para la producciónde forraje, con cifras superiores a las 8toneladas de materia seca por hectárea y,en zonas más privilegiadas, sobre 15 tone-ladas (zonas de riego o con buena pluvio-metría y distribución de las lluvias). Casitodo ese potencial no se ha desarrollado,porque los suelos tienen praderas naturales

L

Daniel Claro M.Ingeniero Agrónomo, M. Agr. Sci.

[email protected]

INIA Rayentué

Cómo Hacer de la ProducciónOvina un Negocio muy Renta

En el secano costero de la Región de Valparaíso, ovejas de raza compuesta producen 17 corderospor hectárea en praderas de ballica anual y trébol subterráneo, con apoyo de avena grano.

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con especies de poca productividad y, adi-cionalmente, baja calidad nutricional. Setrata de una barrera de entrada a la moder-nidad que, una vez superada mediante elestablecimiento de praderas de alto rendi-miento, dejará abierto el camino para laproducción eficiente y rentable de carne ovina.

En praderas de elevada calidad, elovino expresa todo su potencial cárnico,con grandes ventajas sobre otros animalesdomésticos. Los ovinos son capaces deproducir entre 1,8 y 2 corderos por vientreencastado, la preñez dura sólo cinco mesesy los corderos nacidos pueden faenarse alos tres a cinco meses de edad, según elmercado de destino. Su alimento principales forraje de bajo costo, y el ciclo productivo

se completa en menos de un año, con altorendimiento de carne por hectárea. Enexplotaciones aún más intensivas, sepuede aprovechar la característica deciclo sexual muy amplio de algunas razas,en forma natural, cuando la latitud espropicia (zona central) o utilizando unestimulador hormonal del celo (zona sur),para obtener un parto cada ocho meses.Así el rubro se acerca a un manejo in-dustrial, semejante a las aves y cerdos,pudiendo abastecer el mercado con carnefresca de cordero casi todo el año.

La producción especializada de carnecomo rubro principal depende en primerlugar de la cantidad de corderos pro-ducidos y también de su calidad, aspec-to muy amplio, acorde al mercado obje-tivo.

Algunos mercados extranjeros exi-gen corderos ultra livianos o lechales,con canales de 7 a 8 kilos, destacándoseel área del Mediterráneo. En esta cate-goría la producción nacional es ínfima,concentrada en unos pocos productoresque abastecen a restoranes de la RegiónMetropolitana.El cordero liviano se sitúa entre los 10 y12 kilos de canal. Corresponde a la mayorparte de las exportaciones de las regio-nes australes.

El cordero mediano tiene canales de13 a 15 kilos. Representa el prototipodel mercado nacional de la zona centro,aunque muchas veces con un exceso degrasa por problemas de manejo e inade-cuada genética.

Finalmente, existen corderos pesa-dos y ultra pesados, con canales de 20o más kilos de peso, de carne magra, ygrandes masas musculares. Son muydemandados por los restoranes y por elmercado norteamericano, que tiene unpotencial insospechado.

Hoy día la cantidad de corderosproducidos por hectárea determinaen gran medida el resultado económico.Depende de tres principios básicos: lacarga animal, la prolificidad del vientrey el manejo nutricional del rebaño (verartículo en la página 26). Las herramien-

tas que permiten que el negocio ovinopueda ser muy rentable en la actuali-dad son:• Tener praderas de alta producción.• Usar genética de alta prolificidad.• Producir carne magra con altas ganan-

cias diarias y con la calidad carnicerade la canal que exige el mercado obje-tivo.

• Dar suplemento en fases críticas parasuplir el bajo aporte de las praderas ypotenciar la producción de mellizos.

Las praderas: pilar de lamodernización

Las praderas de alta productividad sonel pilar de la modernización. Permiten au-mentar el tamaño de la empresa en muchasveces, sin adquirir tierra, que hoy día resultade un costo elevado. A manera de ejemplo,en el secano central una hectárea vale almenos $600.000, produce 800 a 1.000 kilosde forraje, medido como materia seca, ysoporta 0,8 a 1 oveja. Esa misma superficie,con una pradera sembrada, puede producirdiez veces más forraje y de mucho mejorcalidad, con una inversión del orden de$300.000. Para lograr algo similar, seríanecesario comprar 10 hectáreas adicionalesa un costo de $6.000.000 (como referencia,el valor del dólar al momento de editar esteartículo era de $520).

El aumento de la carga animal graciasa las buenas praderas permite manejar

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n de Carneable Con buena alimentación no sólo los

mellizos se desarrollan sin proble-mas, sino que incluso los trillizos.Es la clave del negocio.

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rebaños de sobre 1.000 cabezas en peque-ñas superficies, con una notable econo-mía de escala en los costos de suelo,mano de obra, cercos y otros.La productividad de la pradera no sóloinfluye en la carga animal, sino que enforma muy directa en la productividaddel ganado. La genética de punta nopuede expresar todo su potencial si lanutrición es inadecuada, aspecto que sesoluciona con una buena pradera y unadecuado programa de suplementación,sobre la base de forraje conservado ocultivos forrajeros, ya sea para consumodirecto o conservación.

Suplementación: el apoyoen épocas críticas

El crecimiento de las praderas pre-senta curvas estacionales. Según la lo-calidad, el crecimiento puede ser nuloen ciertas épocas del año; por ejemplo,por las bajas temperaturas invernalesen la zona austral, o por falta de lluviasveraniegas en el secano central.

La época más crítica en la alimenta-ción del vientre ovino es el período deencaste o reproducción: desde 15 díasantes de colocar los carneros, hasta lafecundación. La sobrealimentación per-mite aumentar en forma importante laproducción de óvulos y maximiza el nú-mero de mellizos. La alimentación en los30 días antes del parto determina engran medida el peso del cordero al nacery su capacidad de supervivencia. Tambiéndetermina la producción de leche, factorigualmente clave en disminuir la morta-lidad de los corderos y en acelerar sucrecimiento. Este aspecto cobra mayorimportancia en el caso de los mellizos,por lo que no es aconsejable aumentarla prolificidad si no se mejora la nutriciónpreparto. Cuando se dispone de pocoforraje al momento del nacimiento, sedebe también suplementar con forrajeconservado a las ovejas para no afectarsu producción de leche.

Algunos granos generados en el pre-dio como cultivo forrajero constituyenun excelente alimento: lupino, avena y

cebada, por ejemplo. Se consumen en-teros, sin necesidad de chancarlos nimolerlos, son de un alto valor nutritivo,fácil cosecha, almacenamiento, transpor-te y entrega.

El cambio genético: mellizosy calidad del cordero

Es de muy bajo costo, considerandoque un carnero de buena genética cuestaaproximadamente $200.000, tiene unavida útil de cinco temporadas y puedecubrir 50 ovejas por temporada. Conrespecto a este punto, se tiene dos líneasde acción:

1. Mejorar la cantidad de corderos víaaumento de la prolificidad de losvientres. Esta medida es de máximaimportancia, aunque sus resultadosno se aprecian de inmediato. Porrazones prácticas, sólo se puedecambiar la genética por medio decruzamiento absorbente sobre losvientres locales, cuyo resultado serefleja en buena medida en las hijas,o C1, y ya en plenitud en las nietas,o C2. Se producen vientres híbridosde alta prolificidad acorde con loscarneros utilizados.

2. Uso de cruzamiento terminal paramejorar la calidad carnicera de loscorderos. No resulta en aumentodel número de corderos. Su efectoes inmediato y se debe vender todoslos corderos, incluso las hembras.

Herramientas genéticasdisponiblesA semejanza de otros rubros ganaderosya industrializados y de alta eficiencia,como aves y cerdos, es fundamentalmanejar una línea madre de alta prolifi-cidad. Las razas locales producen muypocos mellizos. No existe en el mercadoel vientre perfecto o multipropósito,pues las razas disponibles, además deser poco prolíficas, tienen otros defectos:baja producción de leche, problemas decojeras al ser muy sensibles al foot–roto pudrición de la pezuña en terrenos hú-

medos, mala calidad del cordero y otros.Existen dos grandes líneas de trabajopara la solución del problema:• Inseminar o cruzar las ovejas locales

con carneros de razas prolíficas,Border Leicester o Milchshaff, a ma-nera de ejemplo, para formar un híbridosimple que se puede estabilizar. Estaopción es bastante sencilla. Bastaelegir la raza adecuada de carnero,hacer la hibridación y estabilizar lacruza.

• La otra alternativa es la formaciónde un vientre “compuesto o sintético”(ver artículo en la página 26). Ésta esla herramienta preferida en los paísesdesarrollados, pues permite “fabricar”el vientre más adecuado a las carac-terísticas locales.

La formación de la línea materna sin-tética o compuesta, se basa en variosprincipios genéticos de importancia: elmecanismo de herencia aditiva, la comple-mentariedad de las razas elegidas, el efectodel hibridismo o heterosis y la selección.

Afortunadamente, en el ovino los prin-cipales caracteres productivos (prolificidad,ganancia de peso, producción de leche)tienen herencia aditiva, por depender deuna gran cantidad de genes, de modo quelos C1 o híbridos de primera cruza, estánestabilizados y al cruzarse entre sí no dis-gregan, manteniendo una gran uniformidad.

El futuro del rubro ovino está princi-palmente en manos de la nueva ge-neración de productores, que connueva tecnología se están incorpo-rando hoy al negocio.

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de alto potencial forrajero, utilizandolas ventajas competitivas frente aotras especies ganaderas. Los mer-cados internacionales están abiertos,la demanda por productos de calidades alta y los precios son atractivos.También el mercado nacional resulta

de interés, ya que lacarne de cordero seha posicionado comoun p la to f ino enrestoranes de cate-gor ía . E l co rderotambién es habitualen todo buen asadoentre amigos.

Para rentabilizar el negocio de carneovina, se requiere aumentar en formamuy significativa la cantidad de cor-deros producidos e incorporar el con-cepto de calidad, particularmentereduciendo el contenido graso y au-mentando la masa muscular (ver pá-gina 26).

Aprovechar esta gran oportuni-dad requiere un profundo cambio tec-nológico y de actitud de parte de losproductores, donde los más jóvenesestán más proclives a emprender eldesafío.

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De hecho, la variabilidad entre individuosde una raza pura para estos caracteres esigual o superior a la observada en los híbri-dos de dos razas complementarias.

La complementariedad de razas esfundamental al efectuar la elección paraformar un compuesto. Para ello, se ne-cesita elegir razas destacadas en algunacaracterística importante. Por ejemplopara prolificidad resaltan Finnish Landra-ce, Milchshaff, Border Leicester. Paraciclo sexual amplio sobresalen MerinoPrecoz y Dorset Down. En producción deleche, Milchshaff supera a todas lasrazas, mientras que en supervivencia delos recién nacidos, a pesar de su tamañopequeño, Finnish Landrace sobresale. Enel carácter magro destacan Finnish Lan-drace y Milchshaff.

Los factores no deseados en algunasrazas pueden ser compensados al mane-jar la complementariedad. Por ejemplo,Finnish Landrace produce corderos muypequeños y de mala conformación, loque se corrige con la incorporación deDorset Down. El ciclo sexual restringidoy tardío de Border Leicester se compensacon Merino y Dorset Down.

Es muy importante tener claro elobjetivo de la producción de cada predioen particular, a fin de formar el compues-to más apropiado.

La heterosis es responsable en granmedida del éxito de las razas compues-tas, debido a que en un solo cruzamientose aumenta la prolificidad en 30 a 40puntos, lo cual en un proceso de selec-ción riguroso demoraría más de 50 años.La prolificidad, o capacidad de producirmellizos en la hembra híbrida resultante,es el valor promedio de los padres com-ponentes, multiplicado por un factor es-pecial acorde al número de razas parti-cipantes, que es el efecto propio de lahibridación.

Con el empleo de dos razas, la pro-lificidad es igual al promedio de las razascomponentes multiplicado por 1,03. Alincorporar tres razas, el resultado es elpromedio multiplicado por 1,13. El máxi-mo de heterosis se logra con cuatro com-

ponentes, donde el promedio se multipli-ca por 1,27. Más componentes no au-mentan la heterosis, pero sí se avanzaen la complementariedad de razas.

La selección es poco efectiva comoherramienta aislada de mejoramiento,por la lentitud de sus resultados. Peroadquiere gran valorpara evitar perderbuena parte delefecto logrado porla heterosis, al ira u m e n t a n d o l aconsanguinidad delganado compuesto.Por ello, al tener yaformado el nuevo rebaño hay que se-leccionar —particularmente los carne-ros, por su gran impacto— de formade elegir sólo mellizos. También esimportante utilizar un número adecua-do de carneros, superior a ocho ejem-plares, para evitar un grado muy próxi-m o d e p a r e n t e s c o e n t r e l o scomponentes del rebaño.

El futuro: en manos delos propios productores

La producción intensiva de carneovina es prometedora en las zonas

Una buena pradera es fundamentalpara modernizar el sistemaproductivo ovino. Es importante elaporte de gramíneas en elcrecimiento invernal.

Los mercadosinternacionales estánabiertos, la demanda

por productos decalidad es alta y los

precios son atractivos

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