comentarios a -ni hacer pan me enseño la escuela- de jairo portillo

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Ni hacer pan me enseñó la escuela, de Jairo Portillo Parody Jairo Portillo domina el arte de la pregunta. En su indagación, nos recrea en este artículo minúsculo (no por el contenido, sólo lo digo por el tamaño: una página) con veintiuna interrogantes, algunas irónicas, otras llenas de bastante humor, de una de las actividades humanas más trascendentes de su historia: la elaboración del pan. Pero, y aquí la gran pregunta: ¿qué cuenta como pan?. ¿En el conjunto de los panes, estarán incluídos: la arepa, el cazabe, la cachapa, el funche, el bollo de maíz, el pan andino, la hayaca…?. ¿O es que todo alimento de los seres humanos puede ser catalogado como pan?. ¿También será posible tomar en consideración el pan divino, o cuerpo de Dios, como alimento de vida espiritual? Dice una conseja popular que: no sólo de pan vive el hombre. Luego entonces, ¿qué otra cosa necesita para vivir?. ¿Será como dice Portillo, ni al pan por pan ni al vino por vino?. ¿O serán en todo caso las políticas públicas que ejecutan los gobiernos las que deciden en todo momento acerca de la vida de los hombres?. En este sentido, entrando en el terreno educativo, nos preguntamos: ¿qué debe enseñarse en la escuela?. Si la escuela no nos prepara para la vida, ¿para qué la escuela sin alimento?. ¿Cómo superamos un currículo escrito y otro oculto que no ha sido parido de nuestra gente, que corta nuestras ramas y raíces para convertirnos en peleles de los que detentan y ostentan el poder?. Es tal nuestro atraso alimenticio que no tenemos control sanitario de lo que consumimos. Por citar un ejemplo, la calidad del pan o del agua que sirven a los estudiantes en nuestras escuelas no es monitoreada por nadie, ni siquiera en las universidades. La aceptación de la comunidad, que ignora sus derechos, es general y sólo cuando se presenta un caso de enfermedad común en varios estudiantes es cuando las

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Page 1: Comentarios a -Ni hacer pan me enseño la escuela- de Jairo Portillo

Ni hacer pan me enseñó la escuela, de Jairo Portillo Parody

Jairo Portillo domina el arte de la pregunta. En su indagación, nos recrea en este artículo minúsculo (no por el contenido, sólo lo digo por el tamaño: una página) con veintiuna interrogantes, algunas irónicas, otras llenas de bastante humor, de una de las actividades humanas más trascendentes de su historia: la elaboración del pan. Pero, y aquí la gran pregunta: ¿qué cuenta como pan?. ¿En el conjunto de los panes, estarán incluídos: la arepa, el cazabe, la cachapa, el funche, el bollo de maíz, el pan andino, la hayaca…?. ¿O es que todo alimento de los seres humanos puede ser catalogado como pan?. ¿También será posible tomar en consideración el pan divino, o cuerpo de Dios, como alimento de vida espiritual?

Dice una conseja popular que: no sólo de pan vive el hombre. Luego entonces, ¿qué otra cosa necesita para vivir?. ¿Será como dice Portillo, ni al pan por pan ni al vino por vino?. ¿O serán en todo caso las políticas públicas que ejecutan los gobiernos las que deciden en todo momento acerca de la vida de los hombres?. En este sentido, entrando en el terreno educativo, nos preguntamos: ¿qué debe enseñarse en la escuela?. Si la escuela no nos prepara para la vida, ¿para qué la escuela sin alimento?. ¿Cómo superamos un currículo escrito y otro oculto que no ha sido parido de nuestra gente, que corta nuestras ramas y raíces para convertirnos en peleles de los que detentan y ostentan el poder?.

Es tal nuestro atraso alimenticio que no tenemos control sanitario de lo que consumimos. Por citar un ejemplo, la calidad del pan o del agua que sirven a los estudiantes en nuestras escuelas no es monitoreada por nadie, ni siquiera en las universidades. La aceptación de la comunidad, que ignora sus derechos, es general y sólo cuando se presenta un caso de enfermedad común en varios estudiantes es cuando las autoridades, bien sea académicas, sanitarias u otras, deciden buscar la etiología del problema. La prevención es el mejor remedio para curarnos en salud.