coexistencia

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 Uno de los grandes hallazgos de la An tr opo log ía tr asc end ent al de Leo- nardo Polo (1999) ha sido caracterizar el ser humano como un ser que co-existe 1 . Que el acto de existir del ser humano sea un acto de co -exis- tir significa, ante todo, que el hombre existe según el modo de la aper- tura : co-existir para la persona humana significa acto de ser como aper- tura 2 . Con la denominación de co-existencia Polo quiere hacer notar que el ser de la persona humana no está constituido o terminado en sí mismo –no es un ser cerrado en sí, o al margen de lo demás–, sino abierto en su radicalidad a la amplitud de lo real; en rigor , «el hombre no se limita a ser, sino que co-es. Co-ser designa la persona , es decir, la realidad abierta en intimidad y también hacia fuera; por tanto, co-ser alude a ser-con » 3 . Establecer la apertura como el modo propio de existencia de la per- sona equivale a situar la libertad en lo más íntimo del ser humano. De ese modo se consigue entender la libertad humana en su sentido tras- cendental, a saber, como la apertura de un ser al ser . Con otras palabras, la persona humana es un ser de suyo abierto a lo demás porque su ser se convierte con la liber tad. La conversión entre ser y libertad es justo la que se expresa con el término co-existencia ; en efecto, el co- de la co- existencia humana muestra la apertura de la persona hacia la realidad 4 . EL CARÁCTER FILIAL DE LA CO-EXISTENCIA HUMANA 211 1. Véanse la s página s que este a utor dedi ca a la co- existen cia hum ana. POLO, L., Antr o-  pología tra scende ntal , tomo I: La persona humana , EUNSA, Pamplona 1999, pp. 203-211. 2. Como afir ma A ERTSEN, J. A. : «. .. the anima is the being that can accord with every being. Man is marked, we might say , by a transcendental openness» (Medieval philosophy and the transcendentals . The case of Thomas Aquinas , Brill, Leiden 1996, pp. 105). 3. POLO, L., Antr opolog ía tr ascend ental , op. cit., p. 32. EL CARÁCTER FILIAL DE LA CO-EXISTENCIA HUMANA SALVADOR PIÁ TARAZONA Departamento de Filosofía. Universidad de Navarra (Pamplona)

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Filosofía

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  • Uno de los grandes hallazgos de la Antropologa trascendental de Leo-nardo Polo (1999) ha sido caracterizar el ser humano como un ser queco-existe 1. Que el acto de existir del ser humano sea un acto de co-exis-tir significa, ante todo, que el hombre existe segn el modo de la aper-tura: co-existir para la persona humana significa acto de ser como aper-tura 2. Con la denominacin de co-existencia Polo quiere hacer notarque el ser de la persona humana no est constituido o terminado en smismo no es un ser cerrado en s, o al margen de lo dems, sinoabierto en su radicalidad a la amplitud de lo real; en rigor, el hombreno se limita a ser, sino que co-es. Co-ser designa la persona, es decir, larealidad abierta en intimidad y tambin hacia fuera; por tanto, co-seralude a ser-con 3.

    Establecer la apertura como el modo propio de existencia de la per-sona equivale a situar la libertad en lo ms ntimo del ser humano. Deese modo se consigue entender la libertad humana en su sentido tras-cendental, a saber, como la apertura de un ser al ser. Con otras palabras,la persona humana es un ser de suyo abierto a lo dems porque su serse convierte con la libertad. La conversin entre ser y libertad es justola que se expresa con el trmino co-existencia; en efecto, el co- de la co-existencia humana muestra la apertura de la persona hacia la realidad 4.

    EL CARCTER FILIAL DE LA CO-EXISTENCIA HUMANA 211

    1. Vanse las pginas que este autor dedica a la co-existencia humana. POLO, L., Antro-pologa trascendental, tomo I: La persona humana, EUNSA, Pamplona 1999, pp. 203-211.

    2. Como afirma AERTSEN, J. A.: ... the anima is the being that can accord with everybeing. Man is marked, we might say, by a transcendental openness (Medieval philosophy andthe transcendentals. The case of Thomas Aquinas, Brill, Leiden 1996, pp. 105).

    3. POLO, L., Antropologa trascendental, op. cit., p. 32.4. TOMS DE AQUINO ya alude citando a Aristteles (De Anima, libro III) a la aper-

    tura del alma hacia todas las cosas desde el punto de vista cognoscitivo y volitivo: ... encuanto al sentido y al entendimiento, el alma en cierto modo lo es todo (Suma Teolgica, I, c.16, a. 3, co.).

    EL CARCTER FILIALDE LA CO-EXISTENCIA HUMANA

    SALVADOR PI TARAZONADepartamento de Filosofa. Universidad de Navarra (Pamplona)

  • En esta apertura a lo real, la persona humana siempre se encuentracon personas distintas; tal encuentro interpersonal no es algo secunda-rio o a posteriori para el acto de ser humano, sino una dimensin in-trnseca a su co-existencia. Por eso, en sentido riguroso, persona se dicede suyo en plural: personas 5. La existencia de una persona nica o aisla-da en trminos absolutos sera la peor de las tragedias 6. La razn deello es sta: una persona aislada de las dems no puede procurarse a smisma el reconocimiento y la aceptacin que busca como persona, puesreconocimiento y aceptacin siempre corren a cargo del conocimientoy el amor de una persona distinta. Como es obvio, para ser reconocidocomo persona necesito que alguien me conozca 7. A su vez, mi acepta-cin amorosa como persona depende siempre de una persona distintaque me quiera. El amor perfecto reclama siempre la correspondenciainterpersonal. Ms an, un amor en el que no fuera posible tal corres-pondencia tendra que ser destruido porque un dar sin corresponden-cia, sin aceptacin, es un absurdo 8.

    Por tanto, una persona aislada de las dems, sin ningn tipo de co-existencia interpersonal, estara condenada a no saber quin es por fal-ta de reconocimiento y a que sus acciones, sus obras, en definitiva, suvida no tuviera pleno sentido por falta de aceptacin, pues un hom-bre por completo aislado de los dems no puede dar a su vida un sen-tido personal. En efecto, la entrega amorosa de la propia vida reclamasiempre la aceptacin por parte de un quin distinto 9. Enunciado al re-vs, la vida humana slo cobra verdadero sentido en la medida en quela persona humana est abierta o co-existe con personas distintas: lavida humana es directamente interpersonal; por tanto, slo cabe viviruna vida humana verdadera una vida que sea reconocida y aceptadacomo tal en co-existencia con personas distintas.

    Ahora bien, si se profundiza un poco ms en esta temtica, la cues-tin que surge es la siguiente: quin es el que me puede reconocer yaceptar como persona?; o formulado de otra manera: si se define al

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    5. sta es una de las tesis de fondo que SPAEMANN, R. sostiene en su libro, titulado pre-cisamente: Personas. Acerca de la distincin entre algo y alguien, EUNSA, Pamplona 2000.

    6. POLO, L. sostiene esa afirmacin en varios lugares (cfr. Antropologa trascendental, op.cit., pp. 66, 78, 89, 95, 124, 165 y 218; Sobre la existencia cristiana, EUNSA, Pamplona1996, pp. 135 y 165; Presente y futuro del hombre, Rialp, Madrid 1993, pp. 177).

    7. Sobre el reconocimiento interpersonal puede verse el artculo de GARCA GONZLEZ,J.A., Discusin de la nocin de entendimiento coagente, Studia Poliana, 2000 (2), 51-71.

    8. Cfr. TOMS DE AQUINO, Suma contra gentiles, III, cap. 151, n. 2.9. If there is to be effective self-communication of any being, there must be a corres-

    ponding receptivity for it somewhere in being, otherwise the process would be aborted fromthe start. In a word, there can be no giving without receiving (CLARKE, W. N., Person andBeing, Marquette University Press, Milwaukee 1993, p. 83).

  • EL CARCTER FILIAL DE LA CO-EXISTENCIA HUMANA 213

    hombre como aquel que busca ser reconocido y aceptado como persona,qu persona puede colmar la bsqueda intelectual y amorosa delhombre?, en definitiva, la bsqueda personal de cada hombre haciaquin se dirige? 10.

    Para responder a estas preguntas es oportuno ahondar en el signifi-cado de la co-existencia humana. Como se ha indicado, el acto de serhumano es un acto co-existente porque existir como persona equivalea existir como apertura. Pero la persona no se dice abierta siempre en elmismo sentido, sino que dependiendo de la realidad a la que se abra sepueden distinguir modos de apertura personal. En concreto, se encuen-tran, al menos, tres modos segn los cuales la existencia de la personahumana est abierta. Primero: la apertura ntima, que es la manera enque la persona humana co-existe o est abierta hacia s. Segundo: laapertura hacia fuera, que es el modo en que la persona humana coexis-te-con el ser del universo fsico y con las dems personas humanas. Ytercero: la apertura trascendente, que es la manera en que la persona hu-mana est abierta hacia Dios 11. Estas aperturas son iniciales en cadapersona humana. No cabe, como se mostrar a continuacin, interpre-tar la co-existencia humana al margen de dichas aperturas, pues, en ri-gor, persona humana significa estar abierto de suyo hacia las demscriaturas y hacia Dios.

    La apertura ntima de la co-existencia humana

    El ser de la persona humana se dice co-existente no slo porque elser humano est abierto hacia distintos seres, sino sobre todo porque lapersona humana es apertura ntima, o sea, es un ser abierto hacia den-tro 12. El trmino co-existencia no hace referencia de modo radical a laapertura hacia fuera de la existencia humana es decir, a la existencia-con distintos seres, pues tal apertura por s sola carece de explicacin:

    10. La bsqueda de reconocimiento y aceptacin personal es intrnseca al acto de serhumano, pues equivale a la actividad ntima de un acto de ser co-existente. Desde este puntode vista se puede definir al hombre como buscador. Algunas observaciones interesantes al res-pecto se encuentran en el artculo de GONZLEZ, A.M., El hombre como buscador: una lec-tura prctico-existencial de la Fides et Ratio, Anuario Filosfico, 1999 (32/3), 663-688.

    11. Una investigacin detallada sobre estos tres modos de apertura personal se encuen-tra en: PI TARAZONA, S., El hombre como ser dual. Estudio de las dualidades radicales segn laAntropologa trascendental de Leonardo Polo, EUNSA, Pamplona 2001, pp. 181-435.

    12. Esa tesis ya es puesta de manifiesto por AGUSTN DE HIPONA (cfr. De Vera Religio-ne, en Corpus Chistianorum. Series Latina, XXXII: Sancti Aurelii Augustini Opera, Brepols,Turnholti 1962, cap. XXXIX, 72, p. 234; PL 154; y Confessiones, en Corpus Chistianorum. Se-ries Latina, XXVII: Sancti Aurelii Augustini Opera, Brepols, Turnholti 1981, III, cap. VI, 11,pp. 33; PL 688).

  • slo si de modo radical el ser humano est abierto hacia s si la aper-tura es interna a la persona humana es posible justificar una aperturaradical del ser humano hacia seres distintos. En sntesis: la apertura ha-cia fuera depende de la apertura ntima.

    Ahora bien, la apertura hacia fuera tambin es una dimensinconstitutiva de cada persona, pues, como se ha sealado, la persona esde suyo interpersonal. Esto significa que la apertura hacia personas dis-tintas no es secundaria en el hombre, sino que radica en lo ms ntimodel acto de ser humano; ms an, porque el ser del hombre equivale ala intimidad, a la co-existencia donde el co- de la co-existencia marcala apertura hacia dentro, el ser humano est abierto hacia fuera 13. Conotras palabras, para que la apertura hacia fuera sea posible se requiereuna apertura ms radical, a saber, la apertura de la persona humana ha-cia s. Esa apertura se corresponde con el carcter ntimo del ser perso-nal. En ese sentido, persona significa intimidad porque la persona es desuyo apertura; la apertura de la persona es, en primer lugar, una apertu-ra hacia s, y slo desde ah se explica la apertura hacia lo dems.

    En caso contrario, si se negara la co-existencia ntima del ser perso-nal, se entrara en contradiccin, pues no tendra sentido sostener queun ser cerrado para s estuviera a la vez abierto hacia los dems. Si seconsidera a la persona humana como un ser constituido a priori de for-ma autnoma e independiente respecto de los dems es decir, comoindividuo, la apertura interpersonal nunca alcanzar la radicalidad delser humano, es decir, no se podr hablar con propiedad de co-existen-cia o co-acto de ser humano.

    Pero si la persona humana fuera de suyo autnoma respecto de lasdems, su existencia sera profundamente trgica, ya que slo podrabuscar en su interior el reconocimiento y la aceptacin que buscacomo persona. Ahora bien, en el interior de la persona humana no seencuentra nunca otra persona, pues el hombre, aunque es un ser co-existente, no es un ser bipersonal, sino unipersonal; y eso implica queel reconocimiento y la aceptacin personal nunca se pueden lograr enel interior del propio hombre. En definitiva, en la persona humanasiempre fracasa el intento de ser reconocida y aceptada por s misma; elegosmo as entendido comporta de suyo no slo el fracaso, sino la tra-gedia personal.

    Por tanto, el nico modo que tiene el ser humano de superar la tra-gedia de la autonoma y el aislamiento radica en abrirse hacia la bs-

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    13. Sobre la elevacin de la intimidad al co-acto de ser humano puede verse: SELLS, J.F., La persona humana, parte III: Ncleo personal y manifestaciones, Universidad de La Sa-bana, Bogot 1998, pp. 215-233.

  • queda de alguien que le acepte y reconozca como tal, porque lo que deninguna manera se puede sostener es que la persona humana est cons-tituida inicialmente de manera trgica. La tragedia puede ser una situa-cin terminal para algn ser humano si libremente ha elegido aislarsede los dems, pero lo que de ningn modo puede ser es la situacininicial del hombre. Ms an, el fundamento de todo realismo radicaen afirmar, en primer lugar, que la realidad no es problemtica de suyo:el ser no es ningn problema, sino la solucin. Por eso, la existencia denuevas personas no puede ser de suyo inconsistente, ya que en ese casonunca podran haber llegado a existir. La existencia no puede ser desuyo absurda porque lo completamente absurdo es contradictorio queexista. La realidad es el mbito del triunfo, no de la tragedia. Esta tesismetafsica implica, para la antropologa, que aquel que me puede reco-nocer y aceptar como persona no puede faltar en trminos absolutos, osea, la bsqueda cognoscitiva y amorosa de cada persona se dirigesiempre hacia un futuro encuentro interpersonal. Es patente que talencuentro no se lleva a cabo en el interior del hombre; por eso es con-veniente atender a los otros modos de apertura del ser humano.

    La apertura hacia fuera de la co-existencia humana

    Parece obvio sostener que cualquier persona humana se encuentradesde el inicio de su existencia abierta hacia el universo donde habita yhacia distintas personas humanas, pues las condiciones de posibilidadde un nuevo ser humano son, al menos, la existencia de un lugar don-de habitar un cosmos y la existencia de unos padres que lo engen-dren. Sin la preexistencia del universo fsico y de otras personas huma-nas es inviable la aparicin de un nuevo ser humano. Si se atiende aesta sencilla cuestin se descubre que, desde el inicio, la persona huma-na est abierta en su co-existir a distintos tipos de existencia o de co-existencia; su acto de existir o acto de ser no es un acto de existirsolitario, sino ms bien solidario, abierto a lo dems. En efecto, la per-sona humana existe desde el principio con el universo fsico y con lasdems personas; por eso, a su caracterstico modo de existir con distin-tas criaturas se le ha denominado co-existencia 14.

    Esto implica que el acto de existir humano no es un acto indepen-diente de otros modos de existencia, sino que ms bien requiere la an-tecedencia de dichos actos para existir; en rigor, la aparicin de un

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    14. En sentido similar se encuentra la expresin de Mitsein con la que HEIDEGGER, M.,designa al hombre (cfr. Sein und Zeit, citado por Gesamtausgabe, vol. 2, Ed. Vittorio Kloster-mann, Frankfurt 1977, p. 118).

  • nuevo ser humano no es novedosa en sentido absoluto, ya que el uni-verso fsico y los progenitores siempre preceden al nuevo hombre. Di-cha preexistencia muestra que el acto de existir del hombre no es pri-mero, sino segundo; ms an, en sentido estricto, para el hombre, sersegundo es intrnseco 15.

    El hombre es un ser segundo, y esto no slo tomado en sentidotemporal, sino sobre todo atendiendo a la apertura inicial de su acto deexistir. El ser del hombre es acto segundo porque est abierto de suyo adistintos modos de existencia que le preexisten; o visto al revs, comoel hombre comienza a existir con distintos actos de ser que le precedense abre de modo inicial hacia ellos. Queda as mostrado que ser segun-do equivale a co-existir para el hombre.

    a) La coexistencia-con el universo

    El hombre es segundo respecto del universo fsico. Sin la preexis-tencia del cosmos es imposible la existencia de la dimensin corporaldel hombre. Ahora bien, desde el punto de vista de la dimensin mselevada del ser humano a saber, su ndole personal, ntima la co-exis-tencia con el ser del cosmos es precaria. La razn es simple: el hombreno puede tener una apropiada apertura interpersonal hacia el cosmosporque el cosmos no es persona. Por tanto, en la apertura cognoscitivay amorosa hacia el universo la persona humana nunca podr encontrarel reconocimiento y la aceptacin que busca como persona. Tal recono-cimiento y aceptacin slo puede ser otorgado por un acto de ser dis-tinto, que sea, a su vez, personal; por eso, la coexistencia-con el cosmosno colma a la persona humana. Ms an, la sola coexistencia-con eluniverso sera trgica para el ser humano 16. Una persona aislada en unmundo fsico est cerrada a la co-existencia interpersonal y, por tanto,est condenada a no saber quin es y a que su vida no sea aceptada pornadie; lo que frustra el sentido ltimo de la co-existencia humana 17.

    b) La coexistencia-con personas humanas

    Sin la aportacin de personas preexistentes es imposible la apari-cin de una nueva persona. En concreto, sin la dotacin gentica de

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    15. POLO, L., Antropologa trascendental, op. cit., p. 142, n. 144.16. Cfr. SELLS, J. F., La persona humana, op. cit., p. 24.17. Como seala Arendt la pluralidad de personas es la condicin que da razn de ser a

    la accin humana, es decir, a una vida humana verdadera: plurality is the condition of hu-man action (ARENDT, H., The Human Condition, The University of Chicago Press, Chica-go 1958, p. 8).

  • los progenitores no es viable el nacimiento de un nuevo ser humano.Eso hace que toda persona humana, en tanto que tiene unos preceden-tes personales sea considerada como hijo, y sus progenitores, como pa-dres. Sin duda, todo hombre nacido es hijo: no cabe ser persona hu-mana y no ser hijo; o visto al revs: el ser humano de suyo tiene padres;por tanto, la filiacin no es algo accidental al ser humano, sino radicala cada uno de los miembros de la especie humana 18. Se vuelve a mos-trar as que la persona es interpersonal de modo radical: la coexisten-cia-con personas distintas no puede faltar en sentido absoluto 19. La per-sona reclama pluralidad de personas porque toda persona demanda serreconocida y aceptada por personas distintas, y en primer lugar, porsus padres. El hijo engendrado solicita de suyo el reconocimiento y laaceptacin paterna; si por parte de los padres faltara, por desgracia, talaceptacin y reconocimiento del hijo, se estara intentando negar el ca-rcter filial del nuevo ser humano 20.

    Ahora bien, platese el asunto al revs: los padres pueden aceptary reconocer con plenitud al nuevo hijo? La respuesta, en ltimo tr-mino, tiene que ser negativa, por la sencilla razn de que los padresno pueden dar razn de modo ntegro de la existencia singular de sushijos. Quiz los padres podrn elegir el nmero y el momento para te-ner a sus hijos, pero lo que ningn padre o madre puede explicarle asu hijo es por qu fue l el elegido de entre los millones de hijos quepodran haber tenido. Visto en primera persona: mis padres puedenexplicarme por qu existo, pero lo que est fuera de su alcance es ex-plicarme por qu precisamente he sido yo el elegido, pues ellos no eli-gieron en concreto tenerme a m, sino que eligieron en general tenerun hijo/a. Por tanto, la irreductibilidad y singularidad de cada personahumana no depende de los padres humanos.

    En efecto, si permanecemos en el mero nivel humano, la nica ex-plicacin que me pueden dar mis padres es la siguiente: t existescomo fruto de un proceso biolgico azaroso a saber, la unin, entremillones de posibilidades, justo de este vulo con este espermatozoi-de. Ahora bien, si se acepta esta respuesta como absoluta, se niegaprecisamente el carcter personal irreductible e irrepetible del serhumano, pues lo que no se puede sostener es que fruto del azar o de la

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    18. Cfr. POLO, L., El hombre como hijo, en CRUZ CRUZ, J., Metafsica de la familia,EUNSA, Pamplona 1995, pp. 317-325.

    19. Como sostiene CLARKE, W. N.: person is essentially a we term. Person exists inits fullness only in the plural (Person and Being, p. 76).

    20. La falta de reconocimiento y de aceptacin del carcter filial del nuevo ser humanose muestra con claridad en los casos de aborto, donde lo que se intenta destruir es justamen-te la vinculacin paterno-filial.

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    casualidad surja un ser irrepetible, ya que el fruto de la casualidad o delazar es siempre repetible aunque improbable. Sin embargo, cadapersona humana es irrepetible, irrestricta; por eso se sostiene que nohay, ni nunca habr, dos personas iguales. Ms an, en rigor, personasignifica cada quien, por lo que es impropio hablar de persona en senti-do universal o general. Ello implica, paradjicamente, una despersona-lizacin de la persona que no es propia de la antropologa 21.

    Considero suficientes las observaciones anteriores para sostenerque en ningn ser humano se encuentra la explicacin ltima de miexistencia como persona singular; ninguna persona humana, ni siquiera mis padres, me pueden reconocer y aceptar de modo pleno entegro porque no pueden dar razn del quin singular que soy; pordecirlo as, mis padres no saben por qu existo precisamente yo y nootro.

    La apertura trascendente de la co-existencia humana

    Despus de lo expuesto hasta el momento, parece claro sostenerque o existe alguien al margen del cosmos y de las dems personas hu-manas que me pueda reconocer y aceptar como persona o el hombreest condenado a la tragedia. Esto ltimo ya hemos dicho que no tieneningn sentido, pues en ese caso la persona humana nunca habra lle-gado a existir: un acto de ser personal inicialmente trgico es una con-tradiccin; por tanto, es contradictorio que exista 22.

    Si se ahonda en esta temtica se puede sostener lo siguiente: slo siDios existe puede existir el ser humano, pues Dios es el nico que pue-de garantizar que la co-existencia del ser humano no sea desdichada, yaque slo Dios puede reconocer y aceptar de modo ntegro a cada per-sona humana. l es quien da razn, en ltima instancia, de la existen-cia singular de cada hombre, pues me puede explicar por qu he sidoengendrado precisamente yo y no cualquiera de mis hermanos posi-bles. La razn antropolgica de mi irrepetible irreductibilidad es sta:la apertura de Dios a cada hombre, que se lleva a cabo en trminoscognoscitivos y amorosos, a saber, Dios me ha querido y reconocidojustamente a m y no al resto de mis hermanos posibles. Por consi-guiente, la mera existencia de una persona humana muestra por s solala existencia de Dios. En efecto, cada persona humana es una pruebade la existencia de Dios porque cada persona creada reclama ser reco-

    21. Cfr. SPAEMANN, R., Personas, op. cit., pp. 27-30.22. Como sostiene POLO, L., ... no cabe admitir que el ser personal est sometido de

    suyo a la tragedia (Antropologa trascendental, op. cit., p. 129).

  • EL CARCTER FILIAL DE LA CO-EXISTENCIA HUMANA 219

    nocida y aceptada de manera radical. En suma, no cabe persona huma-na si sta no est abierta de modo inicial hacia Dios 23.

    Esto significa que el acto de ser humano no est terminado o aca-bado en el momento de su creacin, sino que es creado en apertura ha-cia la amplitud de lo real, es decir, como buscador: buscador de recono-cimiento y de aceptacin personal; por eso, la persona humana escreada en co-existencia-con distintos seres. Sostener lo contrario, que elhombre est ya terminado en el momento de su creacin, equivale anegar justamente el carcter personal del ser humano, a saber, su aper-tura radical hacia personas distintas. Ms an, cuando se trata de laapertura del ser humano hacia Dios, no tiene ningn sentido sostenerque dicha apertura es secundaria o accidental para el hombre, pues elser humano slo puede ser creado en tanto que de modo inicial Diosse abre a l. La creacin de un nuevo ser humano es una apertura inter-personal, lo cual implica que el ser humano tiene que ser un ser abier-to, es decir, de suyo co-existente-en Dios. Slo as se explica que la bs-queda de reconocimiento y aceptacin personal sea inicial e intrnsecaa cada hombre 24.

    De lo anterior se deduce que el hombre es de suyo hijo de Dios,porque inicialmente busca ser reconocido y aceptado por Dios; o vistoal revs, si no cabe que un ser personal sea creado desde el inicio de suexistencia de manera trgica, no cabe que una persona humana seacreada de suyo hurfana. Dios no se desentiende de ninguna de suscriaturas, y menos an si stas son personas. En la medida en que todapersona creada busca ser reconocida y aceptada como tal, se puede afir-mar que toda persona es creada como hija de Dios 25. Si Padre es justoaquel que en primera instancia reconoce y acepta al hijo, con plenitudde sentido, Dios es nuestro Padre, pues l es el nico que puede reco-nocer y aceptar a la persona humana de manera radical.

    23. Cfr. FALGUERAS, I., Hombre y destino, EUNSA, Pamplona 1998, pp. 58, 63 y 184.24. En rigor, la bsqueda de reconocimiento y de aceptacin transciende la propia in-

    timidad, como seala AGUSTN DE HIPONA (cfr. Confessiones, X, cap. XXVII, 38, p. 175; PL795).

    25. El primer modo de filiacin divina es la llamada inicial, por la que cada personahumana busca el reconocimiento y la aceptacin divina; dicha llamada inicial se dirige haciaun encuentro con Aquel que me puede reconocer y aceptar ntegramente como persona. Eseencuentro futuro, que es enteramente gratuito para la persona humana, ya puede darse encierto modo en esta vida con la elevacin sobrenatural. Estas distinciones estn tratadas conmayor profundidad en PI TARAZONA, S., El hombre como ser dual, op. cit., pp. 367-435.