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NORA BIBEL ENTREVISTA «El ayuno te da armonía interior» de que me iba a dar paz in- terior. Y así fue. Fui a Austria y después de unos dos o tres días un poco difíciles empecé a sentirme como nunca en mi vida: realmente bien. Dormía, hacía ejercicio, mi cuarto esta- ba ordenadísimo… Todo ¡sin esfuerzo! Escribía mucho y mi escritura era como una ca- L e preguntamos al Dr. Pa- blo Saz, colaborador de Cuerpomente, a quién nos sugería entrevistar y nos habló de la Dra. Françoise Wilhelmi de Toledo (Ginebra, 1953), una de las personas que más sabe sobre el ayuno. Así que tomamos un vuelo a Zurich y cruzamos la frontera alemana para reunirnos con ella a orillas del lago de Constanza, en la clí- nica Buchinger de Uberlingen. Françoise vive y trabaja allí junto a su marido, Raimund Wilhelmi, nieto del famoso Dr. Otto Buchinger. Está al frente de la dirección médica de las clínicas Buchinger de Uberlin- gen y Marbella. Nos recibe contenta de po- der practicar su excelente cas- tellano, uno de los cinco idio- mas que habla con fluidez. Se muestra cálida, agradecida y dispuesta a una charla larga y distendida. Más tarde, nos in- vitará a probar la sabrosa co- cina vegetariana biológica de la clínica y a vivir la atmósfera particular del lugar, que propi- cia el recogimiento interior y la ruptura de las rutinas. Viene de una familia suiza de origen español pero muy mezclada, con un abuelo fran- cés y una abuela italiana. Ha- cia los 18 años, en la época efervescente que siguió al ma- yo del 68, le interesaron mu- cho la nutrición, la meditación y el yoga. Vivió un año en la granja biológica de una amiga y poco después hizo su primer y más largo ayuno, en Austria. Pasó allí 16 días solo con agua. Volvió cambiada y desde en- tonces ayuna cada año. Al acabar Medicina realizó una sustitución en la clínica Buchinger de Uberlingen, don- de ya había ayunado y donde conoció a su marido. Françoise es presidenta de la Asociación Médica para el Ayuno y la Nutrición y vicepre- sidenta de la Asociación Euro- pea para el Estudio de la Medi- cina Naturista. Ha publicado, además, varios libros científi- cos sobre el ayuno. –¿Cómo recuerda ese primer ayuno a los 18 años? –Era muy joven. Tenía mu- chos problemas: familiares, de conducta alimentaria… Como todas las chicas de mi época, quería estar extrema- damente delgada. En fin, un lío grande. Leí un libro sobre el ayuno y tuve la impresión Françoise Wilhelmi de Toledo expone los beneficios físicos y psíquicos de ayunar. LA DRA. WILHELMI DE TOLEDO es directora médica de las clínicas Buchinger junto con su marido.

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Page 1: CM-239 ENTREVISTA Françoise Wilhelmi de Toledo

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RA B

IBEL

ENTREVISTA

«El ayuno te da armonía interior»

de que me iba a dar paz in-terior. Y así fue. Fui a Austria y después de unos dos o tres días un poco difíciles empecé a sentirme como nunca en mi vida: realmente bien. Dormía, hacía ejercicio, mi cuarto esta-ba ordenadísimo… Todo ¡sin esfuerzo! Escribía mucho y mi escritura era como una ca-

Le preguntamos al Dr. Pa-blo Saz, colaborador de Cuerpomente, a quién nos

sugería entrevistar y nos habló de la Dra. Françoise Wilhelmi de Toledo (Ginebra, 1953), una de las personas que más sabe sobre el ayuno. Así que tomamos un vuelo a Zurich y cruzamos la frontera alemana para reunirnos con ella a orillas del lago de Constanza, en la clí-nica Buchinger de Uberlingen.

Françoise vive y trabaja allí junto a su marido, Raimund Wilhelmi, nieto del famoso Dr. Otto Buchinger. Está al frente de la dirección médica de las clínicas Buchinger de Uberlin-gen y Marbella.

Nos recibe contenta de po-der practicar su excelente cas-tellano, uno de los cinco idio-mas que habla con fluidez. Se muestra cálida, agradecida y dispuesta a una charla larga y distendida. Más tarde, nos in-vitará a probar la sabrosa co-cina vegetariana biológica de la clínica y a vivir la atmósfera particular del lugar, que propi-cia el recogimiento interior y la ruptura de las rutinas.

Viene de una familia suiza de origen español pero muy mezclada, con un abuelo fran-cés y una abuela italiana. Ha-cia los 18 años, en la época efervescente que siguió al ma-yo del 68, le interesaron mu-cho la nutrición, la meditación y el yoga. Vivió un año en la granja biológica de una amiga y poco después hizo su primer y más largo ayuno, en Austria. Pasó allí 16 días solo con agua. Volvió cambiada y desde en-tonces ayuna cada año.

Al acabar Medicina realizó una sustitución en la clínica Buchinger de Uberlingen, don-

de ya había ayunado y donde conoció a su marido.

Françoise es presidenta de la Asociación Médica para el Ayuno y la Nutrición y vicepre-sidenta de la Asociación Euro-pea para el Estudio de la Medi-cina Naturista. Ha publicado, además, varios libros científi-cos sobre el ayuno.

–¿Cómo recuerda ese primer ayuno a los 18 años?–Era muy joven. Tenía mu-chos problemas: familiares, de conducta alimentaria… Como todas las chicas de mi época, quería estar extrema-damente delgada. En fin, un lío grande. Leí un libro sobre el ayuno y tuve la impresión

Françoise Wilhelmi de Toledo expone los beneficios físicos y psíquicos de ayunar.

LA DRA. WILHELMI DE TOLEDO es directora médica de las clínicas Buchinger junto con su marido.

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ligrafía, se veía que se habían normalizado todos mis ritmos, era fascinante. Había llegado con la cara muy hinchada, pá-lida… y volví físicamente muy mejorada. Era increíble mirar-me en el espejo y verme la piel tan lisa, otra mirada…

–¿Consiguió mantener ese bienestar?–Tuve un mal aterrizaje por-que, para ser sincera, estaba un poco desconectada de la realidad. En la última etapa de este método austriaco sim-plemente te dejaban comer y marcharte a casa. No había psicólogos, el médico solo controlaba que físicamente es-tuvieras bien y probablemen-te en ese lugar no tenían ex-periencia con chicas tan jóve-nes como yo. Volví a casa con la impresión de que todos mis problemas estaban resueltos. Y no lo estaban, claro. Regresé a todos mis líos, y con una sen-sibilidad que ya no estaba pro-tegida. Esa experiencia me en-señó mucho, porque la fase de readaptación, en la que se re-introduce la comida, tiene que ser larga y estar bien acompa-ñada. Es muy importante.

Para mí la experiencia del ayuno fue espectacular, de una transformación completa de mi persona. No sentí angustia ni miedos durante ese tiempo, y me pareció un milagro. Pero también entendí que mante-ner ese estado era una ilusión y que has de saber que vas a vol-ver a tu vida cotidiana, a traba-jar, a tus dificultades… y que no vas a poder acostarte cuan-do estés cansada ni hacer ejer-cicio cuando lo desees, ni escri-bir poemas. Todo eso se hace

más difícil y hay que estar pre-parado. Así que el retorno a la rutina no me fue bien, pero me quedó la certeza de que había vivido algo que quería volver a vivir. Y lo he hecho desde en-tonces una o dos veces al año, cada vez con mayor prudencia.

UNA VIVENCIA ESPIRITUAL–¿Cómo vive ahora el ayuno?–Tengo 58 años, así que llevo 40 ayunando. Eso me ha he-cho profundizar enormemen-te en el ayuno. No lo veo como algo que se hace solo una vez (se puede, por supuesto, si por ejemplo tienes un problema agudo) sino como una progre-sión: llegas a cada ayuno con mayor experiencia, haces lo adecuado… la acción del ayu-no es cada vez más profunda, sabes cómo funciona tu cuer-po, cuáles son tus dificultades, cómo hay que solucionarlas o evitarlas… Puedes aprovechar para revisar tu año: ¿qué me ha pasado? ¿en qué punto está mi vida? Puedes preguntarte si es-tás en «tu» camino o si te has desviado, y en ese caso cómo puedes regresar. Para mí esta dimensión espiritual es la más importante del ayuno. En lo fí-sico, por supuesto, haces un reset en tu metabolismo y des-aparecen pequeños dolores, algunos kilos acumulados du-rante el año… que de otra ma-nera se quedarían y seguirían aumentando cada año. Es una manera de mantenerse bien.

–¿Qué ocurre cuando de-jas de alimentarte? ¿Se pa-sa hambre?–Esta cuestión es compleja. Pa-ra empezar, el ayuno es natu-

«Cuando estás ayunando no dejas de alimentarte sino que lo haces a partir de lo que has guardado como reserva.»

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ral, para saber si te sientes bien, si estás cansado, qué te apete-ce, etc. Se te presentan muchas posibilidades y puedes abrir-te a todas las sincronicidades: ¿qué va a pasar hoy? ¿a quién me voy a encontrar? ¿qué me va a decir? ¿qué voy a recordar?

Si no puedes retirarte, es im-portante ayunar acompaña-do, si es posible de un médi-co experimentado en el ayuno. Cuando estás sano y el ayuno va a ser corto, puede bastar un «guía de ayuno» como los que existen en Alemania.

–¿Y si decides ayunar sin de-jar de trabajar?–Entonces es mejor que en ese momento el trabajo no sea de-masiado duro, que esté en un punto rutinario. Si tienes a al-guien que conoce bien el ayuno y vas siguiendo un buen méto-do, puede tener sus ventajas aunque no dispongas de tanta libertad. Pero el primer ayuno no debería hacerse trabajando.

EQUILIBRIO INTERIOR–¿Usted ayuna siempre en la clínica?–Como vivo y trabajo aquí, an-tes hacía mis ayunos fuera. Pe-ro en los últimos años me he quedado varias veces porque ahora tengo una alergia prima-veral y si ayuno a principio de año me va muy bien para pre-venirla. Aquí hay muy buenos terapeutas y durante el ayuno aprovecho para hacer inhala-ciones, que me visite un os-teópata… Además, desde hace treinta años, en verano ayuno en la comunidad ecuménica de Grandchamp (Suiza), tam-bién como médico pero rezan-do cuatro veces al día.

–Es una mujer muy activa. ¿El ayuno le ayuda a mantener a raya el estrés?–Un ayuno te centra. Y cada año extraes más de él: te ayu-da a saber cómo quieres llevar

ral. Todos los animales ayunan. Hay aves migratorias que reco-rren grandes distancias utili-zando reservas corporales. El Dr. Yvon Le Maho, del CNRS (centro nacional de investiga-ción científica) en Estrasbur-go, ha publicado estudios muy interesantes sobre el metabo-lismo de aves que ayunan du-rante meses para hacer frente a condiciones climáticas muy duras, como el pingüino rey.

Dicho esto, el ayuno empie-za en el momento en el que de-cides hacerlo y lo apuntas en tu agenda. Luego, el primer día de ayuno se suele pasar bas-tante bien pero a veces entra hambre o se está un poco an-sioso. En los tres primeros días, en general, se produce un cam-bio metabólico. Las células pa-san de recibir los nutrientes del exterior a hacerlo del interior: cuando estás ayunando tus cé-lulas están «comiendo» grasa. Es importante saber esto por-que no dejas de alimentarte, si-no que lo haces a partir de lo que habías guardado como re-serva. Vives de tu grasa.

–Pero tienes que tener grasa.–Una persona de peso normal tiene para ¡40 días de reserva! Pero para pasar de un meta-bolismo a otro se necesita una

fase de adaptación, en la que puede darse sueño un poco agitado, dolores de cabeza, al-go de hipotensión, cansancio, ansiedad, algún problema di-gestivo (te puede quemar un poco el estómago)… Hay gen-te, sin embargo, que se en-cuentra muy bien. Las mo-lestias les ocurren sobre todo a personas que no están bien informadas y toman café o fu-man, no descansan bastante, comen mucho antes de empe-zar el ayuno, etc.

EL AYUNO COMO TERAPIA–¿Cuánto pueden durar esas molestias? –Tres días. A partir de ahí, se coge un ritmo de crucero, te entra una nueva energía y un bienestar creciente. El único momento en el que puedes te-ner ciertas dificultades es en los tres primeros días. Si luego te sientes mal es porque padeces alguna enfermedad o tienes al-gún problema grave en tu vida que el ayuno te da la oportuni-dad de trabajar. Puede ser, por ejemplo, un duelo no elabora-do. En ese momento te puede salir y sentirte mal. Pero jus-tamente es porque tienes que pasar ese duelo. El cuerpo y la mente se regeneran.

–¿Para qué dolencias reco-mendaría un ayuno?–Para un cuadro inflamatorio, un dolor articular repentino, una tendencia a las migrañas, una alergia, un eccema… Antes de tomar cortisona recomiendo un ayuno. También frente a un trastorno metabólico: sobrepe-so, hipertensión, exceso de co-lesterol, diabetes de tipo 2… Pero, además, puedes ayunar para dejar de fumar o porque sufres infecciones recurrentes (catarros, cistitis, etc.). El Dr. Valter Longo acaba de publi-car en la revista Science cómo el ayuno puede incluso prote-ger de los efectos de la quimio-terapia [http://stm.sciencemag.org/content/early/2012/02/06/scitranslmed.3003293].

PERDER PESO,GANAR CONCIENCIA–Mucha gente empieza a ayunar para perder peso…–Y me parece legítimo, pero luego se encuentran con un estado de armonía interior, con la posibilidad de exami-nar su vida. Y se dan cuenta de que el peso es solo un sínto-ma, de que si quieren mante-ner un peso normal tienen que gozar de un equilibrio interior, comer de una cierta manera y hacer ejercicio físico.

–¿En qué medida esa paz se consigue porque se vive una especie de retiro?–El viaje interior se desarrolla mejor en el marco de un reti-ro. Yo aconsejo siempre ayunar acompañado y apartado de la vida cotidiana. Así le sacas el máximo provecho. Estás libe-rado del tiempo, de las obliga-ciones, de comer y de prepa-rar comidas, de ritmos impues-tos… Te encuentras, de alguna manera, protegido y dispones de libertad en ese periodo ex-traordinario en el que suceden cosas. También puedes estar más atento a tu lenguaje corpo-

EL AYUNO tiene, para Françoise Wilhelmi, una dimensión espiritual.

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tu vida, tus emociones... cómo no perder energía en la negati-vidad. Te abre un espacio inte-rior en el que puedes profun-dizar mucho. Pero eso también sucede con la restricción caló-rica. Aquí me he acostumbra-do a comer vegetariano. Muy a menudo, cuando no me sien-to bien, como poco o me salto una comida. Está demostrado que comiendo un 10% o 20%, menos, tienes más energía, vi-ves más tiempo, sufres menos enfermedades… Eso sí, lo que comes ha de ser equilibrado.

LA FAMILIA BUCHINGER–¿Ayunan todos en su familia? –Sí, incluidos mis dos hijos, de 25 y 24 años. El menor acabó el otro día su último examen y está ahora ayunando en la clí-nica Buchinger de Marbella.

–¿Y su padre, Jean de Toledo, que tiene cien años…?–Ah, ¡él nunca ha ayunado! Pe-ro ha sido un gran deportista, se ha mantenido siempre acti-vo. De hecho, sigue esquiando. Bebe vino y come de todo: car-ne, chocolate… aunque siem-pre moderadamente. También es un gran melómano. Pero no me sirve de ejemplo…

–Otto Buchinger sí y también fue muy longevo…–Vivió más de noventa años. En el año 1917 sufrió una in-fección de amígdalas que deri-vó en un reúma articular cróni-co. Era una enfermedad que se tenía antes de la era de los anti-bióticos. Tenía todas las articu-laciones inflamadas. Se vio en silla de ruedas con cuatro hijos pequeños y sin poder trabajar, pues le dieron de baja de la Ma-rina, donde ejercía de médico.

Un amigo le habló de la ayu-noterapia y en Friburgo (Ale-mania) encontró a un médico que la practicaba. Era la época de entreguerras y se desarrolla-ba la Reforma, un movimiento muy fuerte en el que nació la cultura del nudismo, la hidro-terapia… Buchinger hizo un ayuno de tres semanas solo con agua. Fue muy duro –lo descri-be en sus memorias– y sufrió mucho, pero se curó. Al pare-cer pudo eliminar los residuos de bacterias que le habían que-dado y que le causaban la reac-ción inflamatoria. Esto está do-cumentado científicamente: la poliartritis y las articulaciones inflamadas mejoran extraordi-nariamente con un ayuno.

–¿Es donde se muestra más efectivo un ayuno?–Es de lo que hay más biblio-grafía científica. Pero después del ayuno, para mantener los resultados positivos es nece-sario cambiar el estilo de vida, lo que significa cuidar la ali-mentación, hacer ejercicio físi-co con regularidad y mantener un equilibrio emocional.

–¿Cómo se explica científica-mente esa mejoría?–El ayuno ejerce un efecto an-tiinflamatorio. La digestión, o sea, introducir comida en el tubo digestivo, estimula el sis-tema inmunitario porque esa comida no deja de ser material extraño al cuerpo. El organis-mo ha de identificarlo y luchar contra bacterias, virus, alérge-nos… Se da, por lo tanto, una especie de irritación del siste-ma digestivo. Es algo conoci-do, también en los animales: tras una comida aumentan los glóbulos blancos. Esta irrita-

«Comiendo entre un 10 y un 20% menos tienes más energía, vives más tiempo y sufres menos enfermedades.»

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ENTREVISTA

–¿Y durante la menstruación?–Al contrario, la restricción ca-lórica o un día de monodieta, a base de una fruta o de arroz, por ejemplo, pueden ayu-dar mucho. Porque los dolo-res menstruales se deben casi siempre a un exceso de estró-genos, que el hígado no logra eliminar en cantidad suficien-te. Cuando haces un día de ayuno o de reposo digestivo, alivias al hígado de digerir y puede dedicarse así a eliminar estrógenos. Se demuestra muy efectivo para el síndrome pre-menstrual.

LA DIMENSIÓN SOCIAL–Sin embargo, durante el Ra-madán las mujeres que tie-nen la menstruación no están obligadas a ayunar…–El Ramadán que se practica hoy es un ejemplo de ayuno tradicional, religioso. La gen-te no come durante el día pe-ro lo hace durante toda la no-che y antes del amanecer. Aquí vienen muchas personas que han engordado durante el Ra-madán. Se producen, además, deshidrataciones, cálculos de riñones, descompensaciones diabéticas, hipotensión… Lo que es muy valioso es que se da una calidad de tiempo parti-cular en la comunidad: se ayu-na y se come en compañía, hay solidaridad, se reza…

–¿Y cómo se vive en la clínica esta dimensión social?–Muy bien. Porque acude gen-te de muchos países, a veces incluso de países que están en guerra (de Palestina y de Israel, por ejemplo) y se respira una paz y una amistad impresio-nantes. El ayuno disminuye la agresividad. Estás un poco en un modo de «ahorro». Aquí se crea una comunidad pacífi-ca. El personal de la clínica es muy amable, igual que la gen-te que ayuna –¡aunque no en los tres primeros días!–, así que

ción inmunitaria es aceptable. Solo que cuando ya no la tie-nes, cuando no comes, tu sis-tema inmunitario está mucho más tranquilo, no tiene esa confrontación permanente con material extraño.

–¿Y puede eliminar sus toxi-nas acumuladas?–Sí. En el ayuno se limpia el cuerpo de modo intensivo sin introducir nuevas toxinas. Pe-ro para eso es importante que se estimulen todos los órga-nos de eliminación: el intesti-no, con lavativas, masaje y una purga al principio; los riñones, bebiendo mucha agua; los pulmones, con técnicas respi-ratorias y ejercicio físico; el hí-gado, que al no tener que di-gerir puede eliminar toxinas, con una envoltura hepática e infusiones; y la piel, con ma-sajes en seco, masajes manua-les, sauna y ejercicio físico. El ejercicio, pues, estimula todas las vías de eliminación.

–¿En Alemania es cada vez más común ayunar?–Es muy popular. Creemos que hay millones de personas que ayunan. La medicina na-turista está muy integrada, por ese movimiento de Reforma del que hablaba, y el carácter alemán es muy disciplinado. También porque en Alemania

se encuentra la clínica Buchin-ger. Es relativamente pequeña pero tiene su influencia.

UNA CLÍNICA DE MEDICINA INTEGRATIVA–¿Por qué se distingue? –No somos «alternativos», nuestro perfil es muy científi-co: publicamos estudios, tene-mos un equipo médico, reali-zamos un diagnóstico conven-cional… Nuestra perspectiva es, pues, médica. Sin embargo, con el ayuno recurrimos a las propias fuerzas de regenera-ción del organismo. O sea que no recetamos medicamentos ni operamos ni proponemos prótesis. Solo lo recomenda-mos si es necesario. Nos con-sideramos una clínica de «me-dicina integrativa».

Por otro lado, la Academia Alemana de Nutrición Clínica ha escogido la clínica de Uber-lingen como una de las que ofrecen mejor comida. Todo lo que se sirve es fresco y bio-lógico. La mayoría de hospita-les no lo consiguen porque tie-nen 4 euros por día para ofre-cer tres comidas a un paciente. ¿Te imaginas lo que es eso para un enfermo? Y los presupues-tos siguen bajando.

–¿Quién viene a la clínica?–En España, recibimos a unas 1.800 personas al año, de los

cuales casi la mitad son espa-ñoles. En Alemania, tenemos más de 2.000 visitantes. Un 70% ayuna y un 30% sigue un programa de restricción calóri-ca con comida vegetariana. El promedio de duración de la es-tancia es de dos semanas y un 52% de clientes repiten una vez al año. Un 55% son muje-res y el 45% son hombres. La edad media es de 50 años.

–¿Reciben muchos casos de obesidad?–Las personas que vienen a perder peso suelen tener una obesidad moderada. Esta no es una «clínica de gordos». Y es-tá bien perder peso cuando no tienes demasiado. Porque an-tes de que te sobren 20 kilos, te han sobrado 2. Aquí los diag-nósticos habituales son hiper-tensión, estrés, alergias, tras-tornos digestivos, problemas articulares y de la espalda, ta-baquismo, diabetes…

AYUNO Y FERTILIDAD–¿Infertilidad…?–Es una muy buena indicación pero aún poco conocida. Tene-mos muchos casos de personas que no conseguían concebir hijos y que, aunque han veni-do a la clínica por otros moti-vos, al irse lo consiguen. Proba-blemente tras un ayuno la fer-tilidad aumenta en hombres y mujeres. Podría explicarse co-mo un mecanismo de supervi-vencia, pues ante una amenaza de extinción el organismo re-acciona aumentando su fertili-dad. Pero no es una evidencia científica, faltan estudios.

–¿Hay alguna contraindica-ción para ayunar?–La extrema delgadez. Tam-bién en ciertos trastornos ali-mentarios, como la anorexia. O en personas muy ancianas, con arteriosclerosis cerebral, o con insuficiencia renal o hepática. Tampoco durante el embarazo.

UN INSTANTE de la entrevista en la clínica Buchinger de Uberlingen.

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frustrante. Hay que ver lo posi-tivo que hay detrás de cada co-sa, el potencial que nos invita a desarrollar. Esto te ayuda a vi-vir y, más adelante, a morir.

Cuando empiezas un ayuno te dices: «Ahora confío en que hay un programa metabólico en mí y en que me voy a mantener con vida». ¡Sueltas! El ayuno también te ayuda a saber lo que está bien para ti. Y no de forma intelectual. Pienso que es un buen instrumento de vida, que es bueno empezar a practicarlo joven y hacerlo regularmente.

YVETTE MOYA-ANGELER

encuentras a mucha gente con-tenta de su existencia, feliz. Es algo particular de una comuni-dad de ayunantes. Y luego está la inmensa explosión de alegría cuando vuelves a comer: ¡todo te sabe tan bien!

–¿Qué tiene de particular el ayuno de Buchinger?–Tiene tres dimensiones: la médica, la espiritual y la so-cial. Aunque seamos una clí-nica siempre consideramos las tres. Cuando alguien viene so-lo para perder peso, probamos de ensanchar su visión del ayu-no. Y se trata de un ayuno apo-yado por diferentes tratamien-

tos. Esto es lo que caracteriza al ayuno Buchinger, más que si incluye caldos e infusiones en vez de solo agua. Estos líqui-dos, que no superan las 250 calorías al día, dan algo de vi-taminas y minerales, favorecen unas transiciones más fáciles y permiten ritmar el día: por la mañana tienes tu té, al medio-día te reúnes con otras perso-nas para beber un zumo….

–Usted ha hecho el Camino de Santiago. ¿Le ve afinida-des con un ayuno?–Sí. En ambos hay una vision quest, una búsqueda de una vi-sión para la propia vida, pa-

ra encontrarle un sentido, un equilibrio. Cuando peregrinas, inicias un camino, que tiene un principio y un fin, y entre am-bos vuelves a Dios o a «lo di-vino» que hay en ti. Intentas solo vivir tu verdad. No es un camino recto, por supuesto. Como en el ayuno, también encuentras a otras personas, haces ejercicio, entras en con-tacto con la naturaleza, sientes felicidad y regresas a una cohe-rencia de vida. En el ayuno es igual: durante un cierto tiempo dejas que suceda ese proceso.

–¿Qué se le ha revelado por el ayuno?–Seguramente una manera de aceptar la vida, de no luchar contra lo que ocurre sino más bien de buscarle el sentido y verlo como una oportunidad, incluso si parece negativo o

«Cuando empiezas un ayuno confías en que tu programa metabólico te mantendrá con vida. ¡Sueltas!»

INFORMACIÓN · El ayuno terapéutico Bu-chinger, Françoise Wilhelmide Toledo, Ed. Herder. Web: www.buchinger.comwww.francoise-wilhelmi-de-toledo.de