la noche de los muertos vivientesGeorge A. Romero. EEUU. 1968. 96 min. ByN. v.o.s.e.

FilmotecadeAndalucía Programación DIC 2020c ic lo CláSICOS DE TERROR

Título original: Night of the Living Dead.Título español: (La noche de los muertos vivientes).Nacionalidad: EEUU. Año de producción: 1968.Director: George A. Romero.Guión: John A. Russo, George A. Romero.Producción: Image Ten, Laurel Group, Market Square Productions,Off Color Films.Productor: Karl Hardman, Russell Streiner.Montaje: Brian Huckeba.Música: Scott Vladimir Licina.Sonido: Marshall Booth, Gary Streiner.Maquillaje: Bruce Capristo.Intérpretes: Duane Jones, Judith O’Dea, Karl Hardman, MarilynEastman, Keith Wayne, Judith Ridley, Kyra Schon, Charles Craig, S.William Hinzman, George Kosana, Frank Doak, Bill ‘Chilly Billy’Cardille, A.C. McDonald, Samuel R. Solito, Mark Ricci.Duración: 96 min. Versión: v.o.s.e. ByN.

FICHA TÉCNICA

SINOPSIS

Bárbara y su hermano Johnny llegan al cementerio de Willardpara poner una corona de flores en la tumba de su padre. Unviejo desconocido se les acerca, y, sin mediar provocación algu-na, les ataca. Dejando a Johnny tendido en el suelo, insconcien-te, Bárbara corre, aterrorizada, hacia una granja cercana, perse-guida por su atacante.El atacante es un zombi: la radiación emanada de un cohete haprovocado una extraña mutación molecular en los muertos, quie-nes se levantan de la tumba para devorar a los vivos.

La noche de los muertos vivientes es uno de esos films carac-terísticos de una época, cuya importancia histórica y simbóli-ca va más allá del valor que se les quiera atribuir. Estrenadoen el fatídico 1968, forma parte, con La semilla del diablo,de un díptico ideal en el desarrollo del cine de horror. Poruna parte, el film de Polanski firmó el ingreso oficial delterror en las producciones “A”, sustrayéndolo del ámbito res-tringido de apasionados para celebrar un audaz crossoverentre autor, género y gran público. Por otro lado, el deRomero consagró un modelo estético y con producción debajo coste que abrió el camino a decenas de produccionessalvajes y descentralizadas, haciendo del horror, durantealgún tiempo, una práctica casi experimental: de este modelodescienden los diversos La matanza de Texas, Posesión infer-nal, en parte Asalto a la comisaría del Distrito 13, e inclusoel reciente The Blair Witch Project.

En su ofrecimiento de dos caminos opuestos al futuro delhorror, La noche de los muertos vivientes y La semilla del dia-blo señalan también una ruptura común con respecto a latradición gótica. Con los films de Romero y Polanski, lamonstruosidad ya nos es más una cuestión de alteridad mito-lógica, sino que penetra en la vida cotidiana, se encarna ennosotros mismos y en nuestros vecinos de casa. Además, larepresentación del horror deviene explícita en La noche delos muertos vivientes, siguiendo las huellas de un HerschellGordon Lewis, pero transfiriendo su clamorosa agresividadpop a un terreno más realista.

COMENTARIO

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MIÉ18:0018

Sa la Va l De l Omar

La azarosa historia de la producción deLa noche de los muertos vivientes esconocida y forma parte de su leyenda.Romero, que hacía años que trabajabaen Pittsburg, en el sector publicitario,había decidido probar suerte con unosamigos en el terrenos del film de bajopresupuesto, como tarjeta de visita parala industria cinematográfica. La elecciónde los ambiciosos filmakers recayó sobreun film de horror a causa de las posibili-dades comerciales que ofrecía el género,y la película fue rodada en siete meses,aprovechando los fines de semana y ladisponibilidad de los amigos. Una vezacabado obtuvo algunas críticas indig-nadas y una difusión limitada hasta queel éxito europeo le hizo alcanzar en losUSA, de rebote, fama de cult-movie,decretándose el triunfo definitivo.

Hasta aquí el caso de La noche de losmuertos vivientes. Pero también hay algoque decir con respecto a la cualidadintrínseca del film. Se sabe que algunasdecisiones, como la elección del horror odel blanco y negro, fueron casuales.Otras, como el gusto iconoclasta o laexhibición de efector gore, se debieronal deseo de hacerse notar. Pero ciertosaspectos resultan significativos. Sobretodo, la idea de impresionar al especta-dor exasperando la implicación física yel aire de crónica de los hechos narra-

dos. Así, es rechazo del clásico “exotis-me dans le temps o dans l’espace” paraofrecer, en cambio, una ambientacióncontemporánea, entre paisajes de deso-lada banalidad y anónimos personajescotidianos. Además, el público es pro-yectado al interior de una situación queya ha explotado al comienzo y vive ladesesperada tentativa de supervivenciade los protagonistas según una óptica enbuena parte subjetiva, mientras la cáma-ra no aparta la mirada ni en las escenasde canibalismo, registrando todo elhorror.

Este naturalismo alucinado deriva deuna voluntad innovadora de Romero,quien, sin embargo, no renuncia a unaserie de procedimientos mucho más tra-dicionales. Por ejemplo, todo el film estáapoyado sobre el asedio, al modo detantos western o de Los pájaros. El relatoobedece a una fuerte definición simbóli-ca de los espacios (interior/ exterior,arriba/abajo, la bodega-seno…) y auna rigurosa unidad de lugar, tiempo yacción. Los personajes responden a tipi-ficaciones convencionales, aunque des-pués se derriben las expectativas: elhéroe fallece, los enamorados son des-cuartizados, la familia se autodestruye,la niña devora a los padres llevando elhorror hacia los afectos más íntimos. Lamisma visión de la provincia como lugar

de paranoia tenía ya una larga tradiciónen el cine norteamericano de los años50. Y la imagen en blanco y negro, almismo tiempo tosca y elaborada en susjuegos de sombra, conserva la memoriadel cine mudo y, quizá, la de obras másrecientes como Carnival of Souls. Comolos mejores ejemplos del cine de género,el film es un mecanismo que da pie a lasinterpretaciones más diversas: el placerde la máquina narrativa al servicio de lamáquina de la exégesis. Su éxito sedebió también a los aspectos abierta-mente alegóricos y a las alusiones almundo contemporáneo que exhibe: entreellas, las interpretaciones ligadas a lasociedad de masas, a la América post-Vietnam, a la crisis de la familia, alracismo, a los media y así sucesivamente(se lanzan también cócteles “Molotov”…). Algunas de estas lecturas han sidodesmentidas por Romero, otras se con-tradicen entre sí, y la misma voluntad deviolar las convenciones aparece, en oca-siones, ocasional. “Estábamos en el 68 ycualquiera tenía un mensaje”, ha dichoRomero. Pero si muchos “mensajes” delfilm no parecen tener la coherencia quealgunos han visto, sí son fuertes, encambio, el sentido apocalíptico y deautodestrucción que brota de él y quemira no sólo a una sociedad sino tam-bién a un tipo de cine. Quizá por ello,los diversos elementos “políticos” del filmconfluyen, a la larga, en una interpreta-ción más fácilmente vendible: la ideolo-gía del cine de serie B como principio demilitancia estética.

Renato Venturelli, Dirigido por nº 290

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