clase 3 2015 seminario de la guia federal

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Promoción y protección de derechos 1 Bienvenidos/as a la clase N° 3. En el desarrollo de este texto, abordaremos en un primer momento la distinción entre “Promoción” y “Prevención” para luego plantear una secuencia de trabajo como lo es el Antes, Durante y Después que nos ayuden a reflexionar y encuadrar nuestras intervenciones a nivel institucional para la Promoción de los derechos de niños/as y adolescentes. La idea es abordar las situaciones de la vida escolar en toda la secuencia temporal, actuar previamente, anticipando (antes), en el transcurso de los acontecimientos (durante) y posteriormente a lo que sucede (después). ¿Por qué no hablamos exclusivamente de prevención? Porque el término prevenir remite a preparar, llegar antes de, evitar. Las acciones preventivas tienen como fin impedir que el daño suceda. Si bien es tarea de la escuela trabajar en la prevención de la vulneración de derechos o de las violencias, nos interesa también posicionarnos en la promoción de los derechos, ya que promover implica: dar impulso, fomentar, facilitar, generar acciones o proyectos que de modo indirecto influyen positivamente en el clima institucional, en los vínculos intersubjetivos que se construyen día a día en las aulas. La escuela es un espacio de encuentro fundamental en la vida de niños y jóvenes donde ponen en juego todos los aspectos de su trayectoria vital. Entre estos aspectos, existen los que se presentan como problemáticos o de difícil resolución, y sabemos que en muchas ocasiones encuentran respuestas que van más allá de la transmisión de contenidos. La escuela es un espacio público de transmisión de conocimientos, de construcción de ciudadanía y de socialización. En este sentido es importante destacar la función indelegable que cumple el sistema educativo en el marco del Sistema de Promoción y Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes; función que lleva adelante junto a otros organismos estatales y de la sociedad civil. En esta clase les proponemos diversos modos de respuesta ante problemas complejos que acontecen con cierta excepcionalidad pero que –no obstante– deben ser pensados, discutidos y trabajados colectivamente en cada escuela y por cada docente o actor involucrado en la vida escolar. Brindaremos una serie orientaciones para actuar frente a formas de vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes y sus posibles abordajes. Favoreciendo una intervención pedagógica institucional significativa. Si bien existe un marco legal claro, que aporta seguridad jurídica en lo que se refiere al respeto y la defensa de los derechos de todo el personal de la escuela, es importante reconocer que los instrumentos jurídicos por sí solos no resuelven las situaciones que se presentan en la cotidianeidad. Es tarea de todas las instituciones y de los actores sociales que se encargan de velar por la protección de la infancia y la adolescencia trabajar a favor de ese objetivo desde el lugar de cada uno y cumpliendo con las co-responsabilidades específicas del rol que desempeñamos. Se le reconoce a la escuela un rol particular, principalmente por la tarea de educar a niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho, tanto desde lo curricular

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Seminario de la guia federa

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  • Promocin y proteccin de derechos

    1

    Bienvenidos/as a la clase N 3. En el desarrollo de este texto, abordaremos en un

    primer momento la distincin entre Promocin y Prevencin para luego plantear una secuencia de trabajo como lo es el Antes, Durante y Despus que nos

    ayuden a reflexionar y encuadrar nuestras intervenciones a nivel institucional para la Promocin de los derechos de nios/as y adolescentes. La idea es abordar las

    situaciones de la vida escolar en toda la secuencia temporal, actuar previamente,

    anticipando (antes), en el transcurso de los acontecimientos (durante) y

    posteriormente a lo que sucede (despus).

    Por qu no hablamos exclusivamente de prevencin? Porque el trmino prevenir remite a preparar, llegar antes de, evitar. Las acciones preventivas tienen como fin

    impedir que el dao suceda. Si bien es tarea de la escuela trabajar en la prevencin

    de la vulneracin de derechos o de las violencias, nos interesa tambin

    posicionarnos en la promocin de los derechos, ya que promover implica: dar impulso, fomentar, facilitar, generar acciones o proyectos que de modo indirecto

    influyen positivamente en el clima institucional, en los vnculos intersubjetivos que

    se construyen da a da en las aulas.

    La escuela es un espacio de encuentro fundamental en la vida de nios y jvenes donde ponen en juego todos los aspectos de su trayectoria vital. Entre estos

    aspectos, existen los que se presentan como problemticos o de difcil resolucin, y

    sabemos que en muchas ocasiones encuentran respuestas que van ms all de la

    transmisin de contenidos. La escuela es un espacio pblico de transmisin de conocimientos, de construccin de ciudadana y de socializacin.

    En este sentido es importante destacar la funcin indelegable que cumple el

    sistema educativo en el marco del Sistema de Promocin y Proteccin de Derechos

    de Nios, Nias y Adolescentes; funcin que lleva adelante junto a otros

    organismos estatales y de la sociedad civil.

    En esta clase les proponemos diversos modos de respuesta ante problemas

    complejos que acontecen con cierta excepcionalidad pero que no obstante deben ser pensados, discutidos y trabajados colectivamente en cada escuela y por cada

    docente o actor involucrado en la vida escolar.

    Brindaremos una serie orientaciones para actuar frente a formas de vulneracin de

    derechos de nios, nias y adolescentes y sus posibles abordajes. Favoreciendo una

    intervencin pedaggica institucional significativa.

    Si bien existe un marco legal claro, que aporta seguridad jurdica en lo que se refiere al respeto y la defensa de los derechos de todo el personal de la escuela, es

    importante reconocer que los instrumentos jurdicos por s solos no resuelven las

    situaciones que se presentan en la cotidianeidad. Es tarea de todas las

    instituciones y de los actores sociales que se encargan de velar por la proteccin de

    la infancia y la adolescencia trabajar a favor de ese objetivo desde el lugar de cada uno y cumpliendo con las co-responsabilidades especficas del rol que

    desempeamos.

    Se le reconoce a la escuela un rol particular, principalmente por la tarea de educar

    a nios, nias y adolescentes como sujetos de derecho, tanto desde lo curricular

  • como en la manera de ayudar a transitar la experiencia educativa y en la resolucin

    de conflictos.

    Gracias al contacto cotidiano con nios, nias, adolescentes y familias, la escuela

    tiene la posibilidad de identificar antes que otras instituciones varias de las situaciones complejas por las que atraviesan sus estudiantes. De all la importancia

    de explorar caminos a fin de hacer efectivos los derechos establecidos y

    promoverlos, tanto al interior de la institucin como en la sociedad; y tambin para

    restaurar su vigencia cuando stos son vulnerados.

    El antes, el durante y el despus en relacin a situaciones de vulneracin de derechos de nias, nios y adolescentes

    Pensar juntos el Antes, el Durante y el Despus, invita a situarse en una nocin de

    las prcticas educativas como proceso. Cuando una situacin excepcional irrumpe

    en nuestro cotidiano podemos interrogarnos acerca de: Qu actividades y/o estrategias realizamos para promover lo que SI queremos que suceda en la

    escuela? Qu acciones, podramos haber realizado para evitar que pase aquello

    que NO queremos que pase? Cmo podra haber contribuido para que las cosas

    tengan un desenlace diferente? Cules son las estrategias que delineamos institucionalmente para efectuar un seguimiento de aquellos sucesos que requieren

    de nuestro acompaamiento?

    Antes

    Dado que la escuela ocupa un papel central en la promocin y proteccin de los derechos de las infancias y las juventudes, se trata principalmente de brindar

    atencin a los factores que resguardan a nias, nios, adolescentes, personal

    docente, no docente y a la institucin, frente a las problemticas vinculadas a la

    vulneracin de los derechos.

    Las acciones concretas que la escuela desarrolla en este sentido, se remiten a la reflexin dentro de las instituciones acerca del enfoque de derechos de las infancias

    y las adolescencias, y en relacin al ejercicio del rol del adulto en los contextos

    presentes. Algunas de las posibles estrategias pedaggicas que los docentes

    pueden realizar, son:

    El trabajo curricular en torno a los contenidos referidos a los derechos de la

    infancia y la adolescencia, atendiendo en particular a aquellos vinculados

    con el cuidado del cuerpo, el derecho al buen trato, a la libertad de

    expresin y a ser escuchados en los asuntos que los involucran, entre otros. La programacin de talleres y de grupos de reflexin entre integrantes de la

    comunidad educativa, orientados a las familias, para abordar la problemtica

    de la vulneracin de derechos y la revisin, en esos espacios, de conceptos e

    ideas presentes en la sociedad que son directa o indirectamente

    propiciadores de esa vulneracin. El trabajo sobre el vnculo docente-estudiante: especialmente en lo referido

    a la consideracin de la nia y del nio como sujetos de derecho y a la

    construccin de un vnculo democrtico, con la asimetra necesaria, en el

  • que la confianza permite a los y las estudiantes encontrar espacios

    significativos de dilogo y de ayuda donde acudir cuando lo necesitan.

    La disposicin permanente de las personas adultas a una escucha y una

    mirada atentas y cuidadosas de lo que ocurre tanto en el mbito escolar como de aquellas situaciones que, llegando de afuera, son comentadas o

    difundidas en la escuela por medio de distintos canales de comunicacin,

    formales o informales.

    Veamos este material con actividades para realizar en el aula en direccin

    a la promocin de los derechos de nios/as y adolescentes. Mientras vamos imaginando qu proponer en nuestras escuelas.

    http://www.me.gov.ar/construccion/derechos_cuentos.html

    http://www.me.gov.ar/construccion/derechos_serie.html

    El enfoque del Buen trato

    Durante los ltimos aos ha cobrado relevancia la promocin del trmino Buen

    Trato. La principal caracterstica de este enfoque es hacer hincapi sobre la accin y no sobre el sujeto. Desde una perspectiva positiva y haciendo foco en las

    conductas que hacen a la disciplina necesaria, esta visin prioriza a los nios, nias

    y adolescentes como sujetos de derecho. Hablar de Buen trato es partir de la

    premisa de que el maltrato infantil es la consecuencia de conductas interiorizadas que se replican en la vida adulta. Por ende, el buen trato se ensea y se aprende.

    Existe una campaa de concientizacin pblica2 que propone la inclusin en el

    diccionario del trmino buentrato focalizando en los aspectos positivos de la concrecin de los derechos a travs de la construccin de vnculos de cuidado y respeto. Se busca poner en cuestin la naturalizacin del trmino maltrato en nuestro lenguaje comunicacional y la ausencia de la palabra buentrato.

    Acciones sencillas para impulsar:

    Acordar las normas del hogar o del aula entre todos y todas.

    Evaluar el cumplimiento de las normas en equipo entre todos/as. Tramitar situaciones de agresin sin agresin.

    Tomar conciencia del dao causado y elaborar propuestas de reparacin.

    Rechazar y oponerse al dao pero no a los nios/as.

    Generar instancias de dilogo. Intentar conocer a los nios, nias y adolescentes. Saber qu les gusta, qu

    motivaciones tienen, qu sienten, por qu actan como actan, etc.

    Lo importante es que los adultos podamos centrar nuestra atencin en las

    conductas de reconocimiento y respeto por el otro ms que en aquellas que tienen un carcter negativo. De la misma forma, las normas deben tender a ser claras y

    no excesivas.

  • La ecuacin simblica que propondramos entonces sera algo as:

    Buen trato: reconocimiento, respeto, empata, comunicacin democrtica y

    solidaridad.

    Durante

    Este tiempo se verifica en el devenir de las prcticas escolares, cuando se

    presentan seales de la posible existencia de alguna vulneracin de derechos de la

    infancia y la adolescencia, y requiere toda la atencin de las personas adultas para su identificacin e intervencin.

    El maltrato infantil puede desarrollarse en contextos privados o pblicos, pero

    siempre es una cuestin de inters pblico. (Ley 26.061 artculo 126)

    Un ambiente de dilogo y confianza facilita la formulacin del pedido de ayuda por parte de nios, nias y adolescentes. Es imprescindible respetar el derecho de la o

    del estudiante de elegir a quin desea contar su problema.

    Otras veces, es necesario prestar atencin a seales muy diversas que requieren

    intensificar una mirada de cuidados hacia el nio, la nia o la y el adolescente, y mantenerla en diferentes momentos y situaciones la clase, el recreo, el comedor, la entrada y la salida de la escuela, prestando atencin a su aspecto externo (signos visibles de posible maltrato), las relaciones con sus pares y con otros

    adultos, la asistencia al colegio o los contactos con la familia.

    En algunos materiales donde se trabajan situaciones referidas a vulneracin de

    derechos suelen presentarse listados pormenorizados de diferentes indicadores a

    nivel fsico de la conducta y de la vida escolar. Los indicadores son pistas que nos

    orientan para comprender lo que le sucede al alumno o a la alumna. Un solo

    indicador o varios, por s mismos, no evidencian en todos los casos vulneracin de derechos, pero pueden ponernos en alerta. Es decir, ningn indicador de manera

    aislada es suficiente prueba de la existencia de una situacin preocupante, as como

    un mismo indicador puede remitir a problemticas distintas. Por lo general, se

    presentan ms de uno; por lo que se requiere una valoracin global que incluya tambin el contexto.

    Es importante tener en cuenta que no es tarea de la o del docente la determinacin

    cabal de la existencia o no, por ejemplo, del maltrato infantil intrafamiliar. S lo es

    trabajar en la deteccin precoz y dar intervencin, frente a la presuncin, a los especialistas o equipos profesionales especializados en la problemtica.

    En esta cadena, el lugar que ocupa el o la docente es fundamental, ya que puede

    llegar a ser la llave que permita ver una problemtica que permaneca oculta.

  • Sugerimos la lectura de Maltrato infantil. Orientaciones para actuar desde

    la escuela, Programa Nacional por los Derechos de la Niez y Adolescencia,

    Ministerio de Educacin, 2010.

    Disponible en: http://www.me.gov.ar/construccion/derechos_pub.html

    Qu hace un docente si identifica que un nio, una nia, adolescente o joven est

    siendo vulnerado en sus derechos?

    Es importante notificar al equipo directivo de la situacin, y en caso de creerlo necesario dejar un registro escrito. La intencin es buscar cooperacin, para

    trabajar en equipo; en una primera instancia dentro de la institucin, pero si se

    considera necesario, buscar la colaboracin de otras instituciones o profesionales.

    Probablemente exista una red de recursos a nuestro alcance a la cual apelar, siempre con el resguardo que implica el respeto a la privacidad.

    Es preciso tener la mirada atenta para no estigmatizar a los y las estudiantes ni a

    sus hogares y mantener una actitud comprensiva y solidaria hacia el sufrimiento de

    las infancias y juventudes. Tener en cuenta que no se pretende juzgar, sino

    protegerlos y orientar a sus familias. Se debe ser consciente de que se trata de una situacin problemtica de la que rara vez pueden salir sin ayuda externa.

    Recordar que nuestra responsabilidad como docentes es asumir un rol en la

    proteccin de los derechos de la niez y la adolescencia, y que estamos obligados a

    intervenir no solo por razones ticas y sociales, sino tambin legales. (Ley 26.0614, artculos 9 y 30)

    En la Argentina la legislacin es clara y contundente: el maltrato y el abuso

    a nias, nios y jvenes est penalizado en el marco de la Constitucin Nacional, por leyes nacionales y provinciales.

    No es nuestra funcin verificar la existencia de signos de dao en el cuerpo del

    alumno o alumna, pues esta es una tarea del sistema de salud o del organismo

    pertinente en cada jurisdiccin y porque adems, hacerlo llevara a una innecesaria

    doble victimizacin, o sea: exponerlo una y otra vez a una situacin dolorosa.

    Al develar este tipo de situaciones, es probable que aparezcan recriminaciones y

    amenazas e incluso represalias del agresor o agresora hacia el nio, la nia,

    adolescente o joven por haber hecho pblica la situacin. Los pasos a seguir fuera

    de la escuela deben evaluarse institucionalmente para que las decisiones tomadas reflejen el compromiso de los miembros de la escuela.

    Tengamos en cuenta que muchas familias tienden a "cerrarse" al percibir que los

    hechos han sido descubiertos. A veces, incluso, para defenderse, hacen que el nio

    o a la nia abandonen la escolaridad, o culpan a otras personas por lo ocurrido.

  • Haciendo memoria:

    Alguna vez, en tu trayectoria como docente o en otro rol en la vida escolar te encontraste frente a una situacin de maltrato o abuso hacia un nio/a,

    adolescente o joven? Cules fueron las acciones llevadas a cabo por la

    institucin? Qu otras acciones propondras hoy?

    Cmo conversar con las nias, los nios y adolescentes?

    Es necesario ofrecer un mbito personalizado que genere confianza mutua para

    que el alumno afectado pueda conversar y se sienta protegido y resguardado. Muy

    probablemente est transitando una situacin traumtica y necesita ser contenido con calidez y respeto por alguien que acepte sus silencios y el grado de

    acercamiento que l o ella quieran.

    Junto con su lenguaje verbal, su actitud corporal tambin nos dar seales acerca

    del modo y la proximidad con que desea compartir la informacin. Teniendo en cuenta que la emotividad y la afectividad son componentes esenciales en la

    constitucin de subjetividad infantil y juvenil.

    En todo momento se sugiere evitar las manifestaciones de desagrado y de

    reprobacin que el relato pueda producirle a quien escucha. Es necesario afirmar que los y las vctimas de malos tratos muy rara vez mienten o inventan. Por ello, es

    importante expresarles que creemos en su relato y decirles que es bueno contar las

    cosas que nos pasan, porque as se facilita la posibilidad de recibir ayuda. A este

    respecto, es un buen acercamiento hablar en primera persona, usando una expresin como: A m tambin me ayuda conversar acerca de lo que me sucede.

    La importancia de la contencin

    Diversos sentimientos tales como la vergenza, la humillacin, el sentirse culpables

    o la confusin pueden dificultar el dilogo y requieren por parte de quien escucha

    una actitud muy comprensiva. Cuando hablamos de la importancia de contener a

    un alumno o alumna que atraviesa una situacin difcil, nos estamos refiriendo al hecho de cuidar y sostener a travs de nuestras palabras, actitudes y acciones, al

    nio o al grupo que confi en nosotros.

    No hay una manera ni una frmula nica de lograrlo, pero se pueden sealar

    algunas cuestiones que deberan estar presentes. Por ejemplo, brindarle la seguridad de que no se lo va a dejar solo para afrontar su problema, que se le cree,

    que se respetan sus silencios y sus tiempos. Demostrarle empata con sus

    necesidades y, sobre todo, ayudarlo a comprender que no es culpable por lo

    sucedido; transmitirle la certeza de que lo vamos a intentar ayudar y que ya no est solo, que cuenta con nosotros.

  • Si bien es importante no minimizar lo ocurrido, se debe prestar atencin para no

    magnificar la gravedad de la situacin, sobre todo en presencia del afectado, para

    evitar que se angustie ms. Es preciso transmitirle que otros nios y otras nias

    atraviesan por situaciones de este tipo.

    Por otra parte, es necesario tener presente que dar testimonio de sucedido es

    doloroso para quien lo cuenta. Tambin, ser consciente de que puede sentir que

    est "delatando a alguien" o revelando un "secreto". Sera importante trabajar con

    l o ella en torno a la idea de que, en realidad, al contarlo, est ejerciendo su

    derecho a vivir sin violencia; y que, por otra parte, el pedido de ayuda facilita la intervencin externa y de ese modo, contribuye a evitar que el problema se agrave.

    Registrar los hechos y actuar siempre en el marco de la normativa vigente nos

    protege yevita que el nio o la nia sea sometido a repetir lo sucedido con el consiguiente dolor que revivirlo le pudiera provocar, o sea: revictimizarlo frente a otras personas (director, directora, supervisor, supervisora, etctera) o que el

    relato se tergiverse.

    Es necesario que se deje constancia por escrito de los datos que puedan ayudar en

    decisiones futuras. Por supuesto con la intencin de poder buscar respuestas e intervenciones significativas. Esto, independientemente de que exista en la

    normativa institucional una indicacin acerca de cmo documentar esta clase de

    hechos en un acta. En tal caso, el acta deber registrar la informacin sin

    profundizar en pormenores colaterales, como una medida de precaucin tendiente a

    cuidar el derecho a la intimidad de la alumna o alumno.

    Se sugiere registrar el testimonio ofrecido por el alumno en una situacin dialgica

    de confianza, palabra por palabra, con exactitud, de manera tal que no se

    incorporen al registro interpretaciones de quien escribe que puedan modificar los

    hechos relatados. Producir buenas descripciones de la situacin relatada por el alumno recuperando el punto de vista expresado a travs de su voz, en primera

    persona del singular. Cada uno de nosotros vivimos las situaciones desde la

    singularidad, en virtud de la condicin biogrfica y la experiencia social que nos

    atraviesa.

    Para reflexionar en nuestras instituciones:

    A lo largo de tu experiencia como docente, probablemente hayas vivenciado

    situaciones de maltrato familiar padecidas por tus alumnos/as.

    Te proponemos un ejercicio personal -que te ayudar a vincularte con tu manera de

    sentir, pensar y actuar-por lo cual no es preciso que lo compartas. Lo importante es que la actividad te permita recuperar y reflexionar sobre

    momentos de tu prctica profesional relacionados con la temtica.

    Cmo concibo el maltrato? Qu signos me llevaron a pensar que ese alumno o alumna podra estar siendo vctima de maltrato? Tuve dificultades para identificar

    la situacin? Cules? Qu sent en ese momento? Cul fue mi reaccin al percibir

    esos signos? Pude compartirlo en mi escuela? A quines recurr? Qu siento

    actualmente respecto de lo que pas? Estoy conforme con la manera en que actu? Hay algo ms que hubiera querido hacer? Hoy, lo hubiera hecho de otra

    manera?

  • Acerca de la denuncia

    Cuando la problemtica es grave, la denuncia judicial es una estrategia de

    intervencin necesaria.

    El acto de exposicin o denuncia ya sea ante la Autoridad de Aplicacin de la Ley 26.961 o ante estamentos judiciales tiene como objetivo detener y reparar la vulneracin de derechos que pudiera estar sufriendo el nio o la nia.

    Es necesario saber que la exposicin o denuncia debe hacerse en forma simultnea

    ante la autoridad de aplicacin de la Ley de Promocin y Proteccin Integral de

    Derechos y ante la Justicia. Si el alumno o la alumna explicita quien es el autor o la

    autora del hecho puede mencionarse diciendo algo as como: El alumno o la alumna dice que.

    En algunas jurisdicciones existen normativas o protocolos de actuacin que

    establecen que, una vez que la institucin escolar informa a las autoridades

    educativas acerca de una supuesta vulneracin de derechos, las denuncias las realizan las autoridades o los equipos tcnicos del propio sistema educativo.

    Ante la posibilidad de una contradenuncia, es importante recordar, en funcin del

    cuidado de la persona adulta denunciante, que no se puede ejercer acciones legales

    sobre alguien por hacer aquello a lo que est obligado jurdicamente. Esto se aplica en el caso del docente que interviene cuando una nia, un nio, adolescente o

    joven est sufriendo vulneracin de sus derechos.

    Despus

    La intervencin en situaciones de vulneracin de derechos requiere de un proceso y

    un compromiso permanente.

    El problema no se soluciona mediante una sola intervencin: es necesario que la

    institucin acompae la etapa posterior, es decir, que se involucre en el

    seguimiento tanto del o la estudiante a quien se le han vulnerado sus derechos,

    como de sus compaeros y compaeras (que se sentirn movilizados si el tema se hizo pblico). Tambin hay que considerar especialmente el apoyo y

    acompaamiento que se le debe brindar al o la docente que tom la iniciativa. Por

    otra parte, debemos decir que no es necesario que toda la institucin (alumnas,

    alumnos, docentes y no docentes) estn al tanto de los detalles de la situacin, ya que muchos aspectos pertenecen a la intimidad de la persona afectada.

    El criterio bsico es el de tomar siempre en cuenta el carcter indivisible e integral

    de los derechos de la infancia y la adolescencia para pensar las acciones que se van

    a emprender. Es decir, para preservar un derecho no se puede vulnerar otro. En otras palabras, para evitar el dao producido por el maltrato no se puede atentar

    contra la privacidad.

    Lo qu s, hacer pblico lo que se pueda, implica considerar que, a partir de esta

    situacin puntual, la misma puede transformarse en una experiencia de aprendizaje

  • para todos los actores de la vida escolar: a cualquiera nos puede pasar.

    Actuar en red

    En esta etapa de la intervencin, ante este tipo de hechos, el trabajo en red es

    fundamental ya que a travs de las articulaciones con otros organismos

    gubernamentales y no gubernamentales se garantiza el abordaje integral de esta compleja problemtica y su acompaamiento en el tiempo. Por ejemplo, si al nio,

    la nia o adolescente herido (fsica o simblicamente) lo atienden en el sistema de

    salud, es importante que exista un trabajo articulado con el equipo de profesionales

    de reas vinculadas con el tema (psiclogos, equipos de orientacin, tutores, etc.).

    De esa manera, se da curso al seguimiento y se evita que la derivacin se traduzca en un "desentenderse" del problema. Las instituciones de los mbitos de Salud,

    Infancia, Juventud y Justicia deben ser aliadas imprescindibles a la hora de pensar

    abordajes integrales.

    Y si la vulneracin de derechos ocurre en la escuela?

    Al igual que con el maltrato intrafamiliar, si el maltrato o abuso es padecido dentro

    de la escuela, puede ser que se conozca a travs del nio, la nia, adolescente o

    joven. En ocasiones, las seales como cambios de conductas, aislamiento son percibidas en el hogar por las familias. En otras, los mismos docentes pueden notar seales inquietantes.

    Alguna vez sucedi esto en tu escuela? Qu acciones institucionales se llevaron a cabo? Cul fue el rol del equipo directivo? Haras otras propuestas

    para actuar?

    Qu puede hacer la escuela?

    Partiendo de la premisa de que cada caso es particular, se debe considerar que hay principios generales que pueden orientar las acciones con el fin de garantizar el

    cuidado de los intereses de la infancia y la juventud. Basndonos en esos

    principios, se sugieren algunos caminos.

    Ante la sospecha de maltrato o abuso dentro de la escuela, es importante tener en

    claro que se trata de un problema del cual los directivos de inmediato deben haber sido informados acerca del hecho; y que la primera cuestin es cmo garantizar el

    cuidado de todas y todos, en especial, de nias, nios y jvenes de la institucin.

    En caso de que la inquietud o acusacin por parte de la familia se haga

    personalmente al docente acusado, ste debe hacer explcita la situacin de inmediato al equipo directivo. Es imprescindible llevar a cabo la entrevista frente a

    un tercero.

  • Ocultar la inquietud o la acusacin por temor, vergenza o miedo, agrava el

    conflicto.

    Si se evidencia una inquietud o sospecha y no se tiene constancia de la existencia

    de la situacin de maltrato o abuso, una manera de cuidar la integridad de nias, nios y jvenes es a travs de la inclusin de la figura de un tercero en los espacios

    y tiempos de trabajo del posible agresor con los alumnos. De este modo hasta tanto se aclare si la situacin ha existido se preserva tambin al docente del que se sospecha, ya que acusar equivocadamente de una conducta a una persona que

    no la ha cometido puede provocar un dao de difcil reparacin.

    De confirmarse la sospecha, adems de tomarse las medidas necesarias para la

    exclusin del o la agresora del contacto con el alumnado, sugerimos abordar la

    situacin en una reunin especialmente programada para ese fin con el personal de

    la institucin. Se trata de abrir canales de informacin y espacios de reflexin, formales y confiables, que contrarresten las informaciones "de pasillo", que dan

    lugar a versiones distintas. Este marco es el que permitir disear estrategias a

    nivel institucional.

    El equipo de conduccin, ser el encargado de notificar la situacin a las autoridades superiores correspondientes (inspectores, supervisores). Otro paso

    importante ser comunicar a las familias que la escuela aceptar lo que la Justicia y

    los actos administrativos determinen, incluso si esto implica la separacin del cargo

    de la persona acusada si los hechos as lo prueban.

    Un mensaje central en esta intervencin de la escuela es actuar demostrando que ese es un espacio confiable, capaz de cuidar a nias, nios y adolescentes, ms aun

    cuando las conductas individuales de alguna persona adulta hayan vulnerado

    derechos. Podrn preguntarse en este punto cmo poder hacerlo. En primer

    trmino, diferenciarse del supuesto agresor, escuchar al nio o a la nia y a su familia, desarrollar estrategias para que no se vuelvan a producir hechos similares

    y, sobre todo, eliminar el silencio encubridor y reemplazarlo por propuestas

    educativas que aporten herramientas para reflexionar.

    Es importante no negar ni encubrir la situacin, minimizando la posibilidad de la realidad del hecho. Si se sostiene una conducta de estas caractersticas se estara

    incumpliendo con la obligacin del funcionario pblico (Ley 24.417).

    Algunas sugerencias:

    No confrontar al nio o nia con el supuesto agresor para que ratifique su

    denuncia ni para que acepte sus disculpas. Actuar as puede generar un dao adicional porque estaramos confrontndolo con un adulto peor an si es un docente o un familiar allegado que tienen poder que va a saber defenderse con ms habilidad; y frente a quien la nia, el nio o el joven

    est y se sentir en inferiores condiciones.

    Las situaciones de maltrato o abuso son un delito de gravedad; por lo tanto,

    no corresponde mediar.

  • Una de las caractersticas de la mayora de las formas del maltrato infantil es el

    ocultamiento de los hechos, donde la nia, el nio, la nia o adolescente queda

    atrapado en pactos de silencio. Incluso, puede creer que los abusos son prcticas

    normales por tenerlas muy naturalizadas.

    Frente a esto, la escuela en tanto lugar en el que se establecen vnculos estables y

    cotidianos, puede generar la condicin de intimidad y confianza que un nio, una

    nia o adolescente requiere para que una persona adulta, externa a la familia, se

    convierta en alguien al que confiarle. El o la docente no puede actuar en soledad, y

    es el equipo de supervisin, el equipo directivo, y los equipos de apoyo y orientacin los que deben ofrecer el respaldo y la contencin para las

    intervenciones.

    Esta actividad quizs la puedas realizar en alguna reunin de personal o

    Jornada Pedaggica.

    Observemos esta situacin:

    Leticia y Sofa

    Luis, el maestro de tercer grado, vuelve a mirar consternado los moretones en el

    brazo de Leticia. Piensa que es intil preguntarle de nuevo. La nia volver a

    relatar que se ha cado, que se ha golpeado peleando con su hermana, en fin alguna otra historia difcil de creer.

    Sofa, la hermana de Leticia que est en sptimo grado, no presenta signos de

    maltrato fsico. Pero, como es ms grande y se expresa mejor, le ha dicho a su

    maestra que a veces el pap se pone nervioso por problemas en su empresa, que todo le molesta y le pega mucho a su hermanita. La mam mira y llora, pero no

    hace nada.

    Intervenciones

    Luis presume que a Leticia le pegan en su casa. Siente que ya es tiempo de compartir su preocupacin y lo primero que hace es hablar con Amanda, la docente

    de la hermana de Leticia.

    Luis y Amanda entienden que se trata de un caso de maltrato grave. Cada vez con

    ms frecuencia la nia viene golpeada a la escuela. A pesar de que recuerdan algunas situaciones en que otros docentes han intervenido y la cosa qued en la

    nada, consideran que algo tienen que hacer.

    Muy presente est an entre los que trabajan en la institucin la historia de Matas.

    Sus padres lo retiraron de la escuela luego de ser llamados por la directora para

    conversar sobre los evidentes sntomas de maltrato que presentaba. Y el caso de Alcira, la maestra de primer grado, que se enfrent al pap de uno de sus alumnos

    y sali tan perjudicada que decidi cambiarse ella de escuela.

    Los docentes empiezan a sentir que poco o nada se puede hacer en estos casos, y

    que a veces, es peor el remedio que la enfermedad... A pesar de ello, deciden juntarse con la directora y ponerla al tanto de la situacin, como as tambin de sus

    dudas y sentimientos encontrados sobre cmo proceder.

  • Marta, la directora de la escuela es muy clara. Tienen que actuar y cuanto antes.

    Cmo hacer para no agravar la situacin, proteger a las nias y no perjudicarse

    ellos ni sentirse impotentes? Marta les dice que la ley obliga a denunciar la situacin a los organismos especiales. Teniendo en cuenta las frustrantes

    experiencias anteriores, y para que no les suceda lo mismo, deciden esta vez no

    actuar solos. Piensan con quines, por fuera del sistema educativo, pueden

    compartir el problema buscando una intervencin ms eficaz. Manejan varias

    alternativas: est el Servicio de Salud Infantil ms prximo a la escuela y el equipo de un Centro de Proteccin de Derechos de Infancia en una ciudad cercana. Eligen

    este ltimo para que los ayude y oriente. Se comunican con la supervisin del

    distrito, informan sobre los hechos y evalan las acciones a desarrollar.

    Mientras tanto, en otro plano, sienten que tal vez sea necesario volver a conversar con la nia. Se dan un tiempo para pensar la mejor manera de hacerlo ya que

    cuando Luis le pregunt obtuvo siempre respuestas evasivas. Amanda sugiere

    preguntarle a Marcela, la profesora de Educacin Fsica, que tambin est

    preocupada por el caso, si no quisiera ser ella la que se acerque a la nia, porque tal vez para Leticia sea ms fcil hablar con una mujer. Marcela busca un lugar

    apartado, en el que no haya ruidos ni interrupciones. A pesar de estos recaudos, la

    nia repite la historia de que los moretones se los ha hecho al caerse. Los docentes

    y la directora piensan que ha llegado el momento de entrevistar a los padres. Por

    algunos indicios piensan que es el padre quien ejerce la violencia y por ello el equipo de proteccin de derechos les sugiere hablar con cada uno por separado. En

    la primera entrevista citan a la mam. Deciden no dejar solo a Luis en esta

    oportunidad. Lo acompaar la directora. En la entrevista, la mam corrobora el

    relato de la hermana mayor de Leticia.

    Efectivamente, su esposo suele golpear a la nia, y en ocasiones, tambin a ella. La

    entrevista es muy tensa y todos se quedan muy angustiados. Le proponen a la

    mam visitar juntos a los profesionales del Centro de Proteccin de Derechos que

    podrn orientarla para protegerse y proteger a sus hijas.

    Luego de la visita de los distintos profesionales a la escuela y de encaminar la

    situacin, Luis, sus compaeras y Marta, la directora, opinan que la intervencin no

    se agota all ya que ahora empieza otra historia: acompaar a las nias en la

    escuela, contenerlas, pues seguramente lo necesitarn. Al mismo tiempo, se ponen en contacto con el Centro de Proteccin de Derechos para estar al tanto de cmo

    contina la situacin.

    An no es tiempo para trabajar el tema con el resto de los compaeros del aula. No

    se trata de contarles lo sucedido si no preguntan puntualmente, pero ms adelante

    vern la forma de trabajar con toda la clase el derecho de nios y nias al buen trato. Por ejemplo, la importancia de comunicar a otros adultos cuando alguien les

    hace dao, ya sea en la casa, en la escuela o en el barrio, el derecho a vivir sin

    violencia, en fin, integrar estos temas y otros posibles a las clases de todos los

    das. Para poder hacer todo esto, deben contar ellos a su vez con los apoyos y sostenes

    necesarios. Deciden continuar el contacto con la gente del Centro de Proteccin de

    Derechos para juntarse peridicamente aunque sea un rato breve y as comentarse

    cmo se van sintiendo y ver qu pasos es necesario seguir dando a medida que transcurre el desarrollo de la situacin. Estn contentos por el trabajo en equipo

    que han podido desarrollar ante el problema.

  • Para pensar:

    A- Qu opinin te merece el relato? Se te ocurren otras formas de

    intervencin? Qu acciones llevaras a cabo en tu escuela para trabajar el Antes

    y el Despus?

    B- Anticipndonos a la clase 4 de este curso donde trabajaremos las posibles

    redes entre la escuela y la comunidad, e pedimos que busques cules pueden ser

    los organismos estatales, centros de salud, organizaciones barriales u otras

    asociaciones cercanas a tu escuela, con las cuales podemos hacer red para intervenir en estas problemticas.

    Notas

    [1] La presente clase fue elaborada en base al documento Maltrato Infantil: Orientaciones para actuar desde la escuela-1 ed- Buenos Aires: Ministerio de Educacin de la Nacin, 2010.

    [2] En internet se ha lanzando la campaa a travs del Ministerio de Desarrollo Social de Nacin para

    promover el trato respetuoso hacia los chicos y chicas, y concientizar e involucrar a la ciudadana en el cumplimiento y promocin de sus derechos. Para mayor informacin sugerimos ingresar al siguiente sitio

    web:

    http://www.desarrollosocial.gob.ar/buentrato/3587