ciudades sumergidas
DESCRIPTION
Paseo por varias ciudades sumergidas en todo el mundoTRANSCRIPT
Ciudades sumergidas
¡'
¡'
t'
l'
Si atendemos a la posibilidad de que la
ciudad sumergida deYonaguni hubiera si-
do, como se ha referido con anterioridad,
levantada al flnal de la última glaciación,
tendríamos que remontarnos en el tiempo
de ocho a diez milenios.
Así pues nos encontraríamos ante los
restos más antiguos de la historia de la hu-
manidad, pertenecientes a una cultura ab-
s0lutamente desconocida, anteriores inclu-
so a Mesopotamia o Egipto. Podrán ima-
ginar que a partir de este momento las
explicaciones que se han dado son de lo
más variopinto. Como ya hemos visto, el
profesor Kimura, después de dos décadas
lnvestigando el asunto es un firme defen-
sor de su traza humana. Y además añade
que para su realización, dado lo descomu-
nal de las mismas, habrían sido necesa-
rios medios técnicos difíciles de asimilar
para la época a la que estamos haciendo
alusión, amén de una organización social
y unos conocimientos que la arqueología
no atribuye a los pueblos de ese tiempo.
Pero tamblén hay detractores, entre los que
destaca el doctor Robert Schoch, profesor
de geologíia de la Universidad de Boston y
uno de los primeros cientÍficos occidenta-
les que ha investigado hasta la saciedad
el tema. Está convencido -y asílo ha mos-
trado en múltiples ocasiones- que se tra-
ta de formaciones puramente naturales,
creadas por la especial actividad sísmica
de la zona. No en vano, en el año 1998 se
produjo un gran terremoto submarino que
destruyó una pequeña parte del "yacimien-
10", pero que a la vez hizo emerger otras
estructuras que hasta ese momento per-
manecían sepultadas bajo una impoftan-
te capa de piedra y escorias volcánicas.
Es posible que las tesis más fantasiosas
sean las que más seguidores tienen.
Porque partiendo de la defensa que reali-
za el profesor Kimura, son muchos los que
han querido ir más allá, encontrando en
las supuestas ruinas la certeza de que en
el pasado existió un cont¡nente que per-
manece enclavado entre los márgenes de
la mitología más universal, llamado Mu...
Fue en el año 1926 cuando a las librerías
llegó una obra destinada a vender cientos
de miles de ejemplares en todo el mundo.
Era Mu, el continente perdido, escrita por
un coronel de 75 años llamado James
Churchward. Durante años, el viejo militar
vivió en la lndia, por aquellas fechas una
de las colonias más exóticas del vasto im-
perio británico. Allí Churchward entró en
c0ntacto con un monje que habitaba en
un templo hindú, y que durante años ha-
bía custodiado unas pequeñas y enigmá-
ticas tablillas de barro, que aparecnn cu-
biertas de escritura. A partir de ese día, y
con la obsesión propia del que se adivina
detrás de un gran descubrimiento, el coro-
nel continuó recopilando datos, conven-
ciéndose a cada jornada que en un pasa-
do muy remoto -que estimaba en 25.000años- existió una tierra habitada por gen-
tes cuyo nivel de evolución sobrepasaba lo
entendible, más aún si atendemos a tex-
tos milenar¡os, como el manuscritoTroano,
un códex maya conservado en el Museo
Británico londinense en el que se puede
atisbar la presencia de una civilización que
sucumbió a un gran cataclismo, y que, c0-
mo imaginarán, Churchward asoció rápi-
damente con su "mundo perdido". Decía
así: "Después de habersido levantado dos
www.akasico.es
\.i'ix
veces, el país de Mu fue engullldo durante
la noche, después de haber sido minado
por debajo de manera ininterrumpida, por
v0lcanes subterráneos. El continente subió
y bajó varias veces. Por último, el globo ce-
dió y diez naciones quedaron arrasadas y
aniquiladas. Se hundieron con sus sesen-
ta y cuatro millones de habitantes". Y es
que tal y como ya hemos podido ver, se lla-
me diluvio, Atlántida, l\4u, Lemuria olVlahabalipuram -ver cuadro-; se vista co-
mo castigo de dioses o se deba a catás-
trofes naturales de dimensiones apocalíp-
ticas, lo cierto es que tradiciones, leyendas
y algunos manuscritos nos hablan de un
pasado en el que floreció una cultura de la
que deviene todo lo que hoy en día existe.
Pues bien, de esta misma historia narra-
ban épicas y epopeyas las tablillas que co-
menzaron a surgir c0m0 por afte de magia,
a las que se llamó Naacal, y que fueron
descubieftas en la lndia pero también en
México, estableciendo asíuna conexión di-
ficil de explicar en la actualidad.
Ese y no otro, su estudio y traducción,
fue el motivo de que.lames Churchward es-
cribiera su libro Mu, el continente perdido,
donde además se avanzaba, eso sí, raya-
no con la leyenda. que el conocimiento
acumulado por los sabios de este pueblo
quedó guardado con celo en el interior de
unos extraños cristales de roca, que sin do-
cumentación alguna y símucho atrevimien-
to se han asociado a las célebres calave-
ras de cristal que el explorador FrederickA.
Mitchell-Hedges diera a conocer al mundo
a partir del descubrimiento que su h¡a
Anna realizara el día de su cumpleaños de
L924, cuando casualmente se encontra
ba caminando por la antigua ciudad maya
de Lubaantún (Honduras). Huelga decirque la historia es l0 suficientemente atrac-
tiva como para que el mismísimo Spielberg
la recogiera en su última película de la sa-ga del aventurero porantonomasia: lndiana
Jones y el reino de la calavera de cristal.
Ciefto es que llegados a este punto re-
sulta francamente d¡fícil dirimir lo que es
real de lo que no lo es, y es quizá por eso
por lo que el continente perdido de Mu con-
tinúa despertando tanta fascinación, más
aún cuando hay que explicar "anomalias"
históricas como podrian ser las ciudades
sumergidas de Yonaguni, Bimini o Mega.
aParecen
las espeCaculares estruCuras de Yonaguni,
la
enirmasl@
Ciudades sumergidas
A ello hay que añadir, según
el valor que cada cual le quie-
ra dar, las tradiciones de los
pueblos que para Churchward se-
l'
rían los descendientes directos de
los ant¡guos pobladores de Mu, que en
una evacuación sin precedentes histórlcos
se habrían asentado en lugarestan distan-
tes del planeta como Eg¡pto, lsla de Pascua
-que sería el pico de una de las altísimas
montañas que bordeaban el legendario
continente-, el Valle del lndo -Pakistán-,
Asiria, el Perú anterlor al inca o la Bolivia
de los aymaras. EI hecho de que todos es-
tos pueblos recurriesen a templos de es-
tructuras piramidales, que utilizasen el len-
guaje de losjeroglíficos, hasta el punto de
haber hallado trazos similares entre cultu-
ras tan distantes como las citadas delValle
del lndo y Pascua, que en su acervo reli-
gioso aparecieran siempre deidades de ti-po solar,0 que -y quizá sea lo más intere-
sante-, que todas aseguraran proceder de
lugares que desaparecieron a consecuen-
cia de desastres naturales -aunque éstos
hubieran sido producto del carácter de
unos dioses con muy malas pulgas-, lla-
máranse Atlántida para asirios y egipcios,
Mu, Hiva para los pascuenses, o Atl-Antis
-"tierra antigua"- para los aymaras del al-
toTiticaca, es evidente que es demasiado
atractivo para no detenerse en ello. Pero
sigamos con Yonaguni...
El profesor Kimura ha destacado en más
de una ocasión, después de haber realiza-
do junto a su equipo más de 150 lnmer-
siones al "Monumento Yonaguni" -así es
conocido en Japón-, que las estructuras
escalonadas y muros de lseki Point fueron
esculpidos por una civilización primigenia
que pudo ser la inspiradora de las pirámi-
des escalonadas que se hallan en otras
partes del globo. No sólo eso: sorprende
-una vez más- su proximidad arquitectó-
nica a templos y foftalezas situadas, por
ejemplo, en los Andes de América del Sur,
como Sacsahuamán o Quenko, muy cer-
ca de la legendaria ciudad de Cuzco.Tal hi-
pótesis de confluencia cultural, al menos
a día de hoy, es una aberración histórica.
Es simplemente imposible desde la ópti-
ca de la historiografÍa oficial establecer al-
gún nexo de unión entre civillzaciones que
para muchos simplemente no existieron ja-
más, y las asombrosas construcciones atri-
buidas a los habitantes del incanato, me-
nos aún después de que la evolución de
la teoría de la tectónica de placas invali-
dase de una vez por todas la posibilidad
de que existiese una tierra desconocida
hasta la fecha, que sucumbió bajo las
aguas. Porque la cuestión no es en este
caso qué hace hay el Monumento
Yonaguni, sino quién fue el aftÍfice de su
erección. Que aparecieran a esa profundi-
dad -entre seis y treinta metros- n0 es ex-
,ir',i.i :
\:s
¡'
¡'
tsunami
quedó, a pocos metros de la playa, la
ci udad
www.akasico.es
Sobre estas líneas, impresionattes irtantánec de la ciudad sumergida de hnguni, en lapón. Abajo, el que es
considendo el alta mayor de la ciudad, que como se puede comnobar está a p0c0s metos de la supefcie.
-i.rEE,df;- r,1
.i :1{--':'-'iFíY-.-- t ';i....-,1:.'; .)' tlr- ' -,...;\)¿í;/,,1 -.. 4 jgj
trañ0, ya que tal y como afirmaba el perio-
d¡sta José R. Gómez en la revista hermana
Año/Cero "durante los últimos 100.000años, los niveles oceánicos han sufrido
fueftes oscilaciones, pero siempre por de-
bajo de la cota actual. Debido a que el pla-
neta se encontraba inmerso en la llamada
Cuarta Glaciación, el agua que se evap0-
raba de los océanos no volvía a ellos en la
misma proporción pues se acumulaba en
forma de hielo y nieve sobre las tierras
emergidas. Al no recuperar estas aguas
evaporadas, los mares bajaban de nivel,
tanto más cuanto mayorfuera la bajada de
las temperaturas. Se estima que en el pe-
riodo más frio de la glaciación, -que se co-
noce como'máximo glacial'-, el nivel del
mar llegó a estar entre 120 y 140 metros
más bajo que en nuestros días. Final-
mente, hace entre veinte y dieciocho mil
años dio comienzo el periodo de desgla-
ciación, que duró hasta hace ocho mil,
cuando el nivel del maraumentó hasta ser
el que tenemos en la actualidad". Fue en-
tonces cuando estas colosales piedras de-jaron de estar a la luz del astro rey. iOchomilenios atrás! Así pues, de ser ciertas las
teorías del profesor Kimura, ¿quiénes fue-
ron entonces los que habitaron la ciudad
muchos años antes de que las aguas cu-
Ciudades sumergidas
briesen Yonaguni, y hacia dón-
de marcharon? Dudas... pero
con respuestas posibles.
La doctora Paulina Zelitsky frunció el ce-
ñ0. Las imágenes que estaban llegando al
monitor parecían dejar margen a demasia-
das cuestiones. El robot submarino Rov
acababa de sumergise hasta los 600 me-
tros cuando, intentando esquivar el "ruido"
que en la imagen provocaban las particu-
las en suspensión y la escasez de luz, ofre-
ció las primeras escenas de lo que pare-
cía una ciudad, con calles, edificios y su-
puestos templos manufacturados en un
tiempo tan remoto que no se tenía cons-
tancia del mismo, en este punto del pla-
neta, entre las costas de Cuba y la penÍn-
sula deYucatán. "¿Qué locura es ésta?",
exclamó la ingeniera oceánica de origen
ruso, una mujer poco dada a grandes al-
haracas, con una vida intensa como pa-
ra no sorprenderse fácilmente.
Y es que durante los dificiles años de la
Guena Fía, la doctora Zelitsky, experta co-
nocedom de losfondos marinos,fue la res-
ponsable de la construcción de las bases
secretas de los submarinos soviéticos. Esta
formación le ha permitido a día de hoy tra-
bajar en la realización de obras de inge-
nieía civilytopografn del lecho oceánico,
y además alcanzar ciefta notoriedad inter-
nacional, entre otras cosas porque fue ella
la que comandó la expedición que locali-
zó el inefable buque Malne, a 5 kilómetros
de las costas de La Habana que, recorde-
mos, desencadenó la guerra hispano-nor-
teamericana en 1898. En suma, lo que ese
día del apocalíptico año 2000 vio en las
pequeñas pantallas hubo de ser lo sufi-
cientemente importante para que ésta de-jara escapar una mueca de sorpresa; si
aquellas avanzadas máquinas no se equi-
vocaban, estaban presenciando el descu-
brimiento de una ciudad sumergida a más
de medio kilómetro de profundidad; pie-
dras coftadas, talladas y pulidas que en-
cajaban perfectamente unas con otras,
dando forma a descomunales edificacio-
nes bajo las aguas. Pero aún había más:
elequipo deZelitsky pudo identificaren al-é*A. Er
guna de estas formaciones una serie de
símbolos, similares a los jeroglíficos egip-
cios, tan abundantes que se hallaban vi-
sibles en casi todo el conjunto arquitectó-
nico. Esa y no otra era la prueba definitiva
de que la "ciudad sumergida" no era un
capricho de las corrientes submarinas...
Desde que este sorprendente hallazgo fue-
ra dado a conocer en 2003, gracias a la
esclusiva de nuestro compañero Luis
Mariano Fernández en estas mismas pá-
ginas -después de que se conociera su
ubicación en julio de 2000-, la doctora
Zelitsky creó el "Proyecto Bploramar'', co-
lectivo de cientÍficos que ha conseguido
grabar en sucesivas ocasiones las miste-
riosas estructuras, contando en sus filas
con ilustres geólogos como Manuel
Itunalde, miembro del Museo Nacional de
Historia Natural de La Habana, pero por
encima de todo, el único cubano autoriza-
do por Fidel Castro para llevar a cabo una
labortan ardua como conflictiva, tal es ras-
trear los fondos marinos de la ida. Él mis-
mo reconoció fechas atrás que le resulta-
t'
¡'
l' tesis
de la oceanó grafa Pau lina Zelist(y se
encontraría
www.akasico.es
La ciudad que trajo el tsunami
I 'l¡¡l ¡tl ,
i'{r,r,. | -, )
'o. --a q*r¡u .1
tt,.
\
ba extremadamente difícil explicar el des-cubrimiento desde el punto de vista geo-
lógico. ¿Por qué? Es sencillo: los integran-
tes del "Proyecto Exploramai'han sugeri-
do que la formidable ciudad, a la que en
base a sus descomunales dimensiones
han bautizado con el nombre de Mega, po-
día haber estado habitada en un pasado
remoto p0r la misma civilización que siglosdespués colonizaría el cont¡nente.
El doctor lturralde comentaba fechas
atrás que "el hallazgo se produjo cuandose estaban haciendo unas investigaciones
en el fondo del mar a profundidades ma-yores de trescientos a quin¡entos metros
en busca de barcos y galeones. Se llevaba
a cabo un trabajo de sónar de barrido la-
teral. En estos escáner aparecieron unasfiguras poco usuales, que rápidamente lla-maron la atención de la investigadora que
estaba alfrente del grupo, Paulina Zelibky.
Ella se interesó muchísimo porel asunto ehizo nuevos recorridos con sónar para per-
feccionar las imágenes que habían obte-
nido. Fue entonces cuando se dio la noti-
cia de que había aparecido una ciudad su-mergida en el occidente de Cuba. A los 5
*--
Mahabalipuram, en la
lndia, es el ejemplo
de lo que ocune
cuando las aguas se
retiran. Se le esüma
una anügliedad de
dos milenios.
ó 6 meses de ofrecer la información, y dehaberinvestigado más,fui llamado para in-
corporarme al grupo como geólogo, por-
que solamente había arqueólogos. Comogeólogo examiné todo el material del só-nar de barrido lateral, y también los datosbatimétricos detallados, consiguiendo ha-
cer una batimetría muy detallada de
esas formaciones. Comencé con el
procesam¡ento de toda esa infor-
mación. Es verdad que ahí abajo,
en el fondo del mar, hay unas es- .
tructuras que a veces tienen unas
dimensiones de varios cientos de
metros, que son inusuales; es
decir, nosotros no tenemos una
explicación sencilla, directa, de
la formación de estas estructu-
ras después de haber hecho in-
vestigaciones de la morfología
del fondo del mar, de la acción
de las corrientes marinas, que
son muy intensas, etc".
Además, dada la ubicación que
hubo de ocupar, en una isla frente
a la Península de Guanahacabibes
-entre Cuba y México-, indepen-
t
rt'._:,:!.
t ,;.1.:lr'$ -"'
,tlr,.E dlj-&".lP
*
eni6mas[fl
Ciudades sumergidas
dientemente de que los nive-
les de las aguas en la actuali-
dad nada tienen que con los de
hace milenios, no habna sido ex-
traño pensar que los asentamientos
¡'
humanos que se situaron en este lugar pu-
dieron desaparecer a causa de un desas-
tre natural, un cataclismo que hizo que la
fantástica urbe se precipitara a los abis-
mos abisales, sucumbiendo como la míti-
ca Atlántida de Platón.
sea como fuere, de admitir tal hipóte-
sis nos encontraríamos ante un sitio ar-
queológico que podría llevar bajo las
aguas más de ocho mil años, lo que pon-
dría en solfa la propia historia de este con-
tinente, e incluso del resto del planeta.
Una civilización muy avanzada, capaz de
levantar estructuras piramidales que siglos
después servirían de inspiración, como si
su imagen hubiera quedado impresa en
el paleocerebro de pueblos como los ma-
yas, aztecas o egipcios.
Así las cosas lo cierto es que de rege-
so a nuestros días, la dudas en torno a laprocedencia y datación de la ciudad Mega
continúan siendo una incógnita: "No exis-
te una explicación clara a cómo se forma-
ron las mismas con medios naturales -ase-guraba Manuel ltunalde-. Ofrecido estepunto de vista como geólogo, admito la po-
sibilidad de que se trate de formaciones
n0 naturales, es decir, creadas por el hom-
bre, o por alguna entidad inteligente.
Posteriormente a estos hallazgos se han
hecho algunos muestreos de rocas en el
fondo del mar; muestreos aislados, esto
es, que no hay un trabajo sistemático. En
la zona donde están los'megalitos', como
Paulina los ha denominando, aparecen
unas rocas extrañas. Algunas de ellas no
son típicas de Cuba. Esto nos hace pensar
en dos variantes: una puede ser que talespiedras hayan caído allí; y otra que todopudiera ser parte de las construcciones
(...). Como geólogo puedo decir que hay
estructuras lineales elevadas que pudieran
perfectamente coincidir con caminos y pi-
rámides. Estas estructuras tienen formas
diversas".ltodo sea dicho, recuerdan por
su tamaño y disposición a otras que se en-
cuentran, éstas sí en la supedicie y a va-
rios miles de metros de altura. Me refiero
a las fortaleza inca de Sacsahuamán, que
se sitúa a más de 3.800 metros en plena
cordillera andina peruana. Por si no fuera
suficiente, muy cerca de estas monumen-
tales ruinas está la legendaria ciudad de
Cuzco, el "ombligo" del incanato. Pasear
porsus calles es revivirépocas de conquis-
ta; apreciar la hermosa fusión de culturasque aquí se produjo y que a la vista per-
manece en templos y casas pafticulares;
piedra sobre piedra, de diferentes tama-ños y rocambolescos vértices, similares a
las de Mega...
La propia Paulina Zelitsky mantuvo una
interesante conversación con el citado pe-
riodista malagueño Luis Mariano
Fernández. De sus sorprendentes declara-
ciones destacamos lo siguiente:"Hay unas
estructuras gigantescas a paftir de unaspiedras muy grandes de formas geométri-
cas perfectas, como si hubieran sido cor-
tadas e instaladas una sobre otra, con talperfección que creo que a día de hoy no
podemos hacer nada similar. No peftene-
cen a la geología del lugar. No puedo de-
cir de dónde llegaron porque no tengo una
respuesta.
Cuando nosotros publicamos por pri-
mera vez la noticia de este hallazgo, la
Universidad de Veracruz se interesó por
nuestro trabajo y las imágenes que ha-
bíamos grabado de esas estructuras en
el fondo del mar. Concretamente el
lnstituto de Antropología de esta univer-
sidad me invitó a unas excavaciones que
estaban realizando sobre piezas y ruinas
de la civilización olmeca. Cuando ellosvieron esas imágenes submarinas encon-
traron similitudes y paralelismos con las
encontradas en las excavaciones que es-
te instituto estaba llevando a cabo. Su in-
terés era evidente ya que los olmecas y
otros pueblos precolombinos pudieron
venir del este (...). Cuando los antropó-logos vieron las imágenes submarinas de
¡'
I'
www.akasico.es
Wainiejmpozostalokipocywilizacjachprekolumbujshch
arqueólogos
comenzarán a "limpiar" las calles,
templosA la izquieda, irfoffi cedida por la docton Zelisüry a nuesto companero
lub Maiano tenúndu del lgar er el que se ubica, a 600 m de
profundidad, la dudad Mqa. Sobrc estas lheas fr4merto de la gabadón
en la que se inürye una esfuct¡ra pinmidal. tn la págiu anteriori parte del
hsüunertdulihado para "llqa¡" hasta Mqa.la ciudad Mega, y observaron en algunos
monolitos símbolos e inscripciones, los
identificaron con motivos olmecas. Se
quedaron muy sorprendidos. Nadie sabe
de dónde llegaron. Sin embargo, ellos tie-nen un arte muy antigu0, tal vez de más
de tres mil quinientos años. Se descono-
ce su origen y su antigüedad. Pero todoscoinciden en que provenían del este. Es
muy probable que algunas islas que se
hundieron con estas civilizaciones esta-
blecidas fueran habitadas por olmecas.
Algunos hablan de la Atlántida, y en
México le llaman Atlanticú. Yo creo que
las estructuras tal vez penenezcan a es-
te interesante y desconocido pueblo delpasado. Nosotros pensamos, y muchos
científicos están de acuerdo, que la
Península de Yucatán estaba unida me-
diante una gran cordillera a Cuba y que,
probablemente, allí vivieron nativos y
construyeron una ciudad".
Una vez más estamos ante conjeturas,
mejor o peor argumentadas, pero conjetu-
ras al fin y al cabo. La única certeza que a
día de hoy se tiene, a expensas de que la
tecnologiia y la financiación permitan que
las exploraciones puedan ser más escru-pulosas, es que a 600 metros bSjo las
aguas de la peninsula de Guanahacabibes
hay unas estructuras de piedra que porsus
trazas aparentemente manufacturadas, y
siguiendo una línea de conjeturas algo más
fantasiosa -pero plausible mientras no se
demuestre lo contrario-, pudieron serel ho-
gar de una civilización de la que, como
otras que ya hemos mencionado, nada sa-
bemos; y es que quién sabe si Mega en
otro tiempo del que ya no hay recuerdo fue
la casa de esos gigantes que se pasean a
sus anchas por las tradiciones de muchospueblos de la América precolombina y del
resto del planeta, víctimas de su propio or-
gullo, que fue castigado por los dioses...
Para saber más. . .La historiaempieza enPierre Carnac
Plaza&Janés,
1977 _
Bimini
eni6mas[p