ciudad e iglesia: la colegiata de valladolid en la edad media · 2017. 4. 30. · ciudad e iglesia:...

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Ciudad e Iglesia: la colegiata de Valladolid en la Edad Media A finales de la Edad Media, de las múltiples colegiatas que ha- bían sido creadas en Castilla durante los siglos xi y xix, tan sólo dos seguían existiendo. Las demás habían sido anexionadas, sobre todo a lo largo del siglo xín, por las sedes episcopales vecinas> trans- formándose en arcedianatos, arciprestazgos o abadías sujetos al obis- po de su diócesis. Las colegiatas de Valladolid y de Covarrubias con- servaron su independencia a lo largo de la Edad Media: la primera se convertirá en sede episcopal a finales del siglo xvi> mientras que la segunda pasará, a mediados del siglo xvii, a depender de la mitra de Burgos. La historia de la colegiata vallisoletana y de su independencia frente a las pretensiones del vecino obispo de Palencia sólo se ex- plican por las estrechas relaciones que estableció con la ciudad que la albergaba. El desarrollo de la villa y su creciente peso en la vida política castellana fueron la garantía del crecimiento social y econó- mico y de la independencia de Santa María la Mayor. Pero las rela- ciones mantenidas entre la sociedad civil y las autoridades eclesiás- ticas no fueron siempre las mismas y su evolución, entre la funda- ción de la abadía por el conde Pedro Ansúrez hacia 1080 y la llegada al trono de los Reyes Católicos cuatro siglos después, pasó por fa- ses diversas. Los tres períodos o etapas que caracterizan estas rela- ciones corresponden> sin embargo> a fases propias de la evolución urbana y, en lineas más generales> a las que experimentó el reino en su conjunto. 1. FUNDACIÓN Y GÉNESIS (HACIA 1080-1250) Cuando, a finales del siglo xi, el conde Pedro Ansúrez se convier- te en dominus villae de Valladolid> la villa aparece como un peque- En la España Medieval. Tomo V. Editorial de la Universidad Complutense. Madrid 1986

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  • Ciudad e Iglesia: la colegiata de Valladoliden la Edad Media

    A finales de la Edad Media, de las múltiples colegiatasque ha-bían sido creadasen Castilla durante los siglos xi y xix, tan sólodos seguían existiendo. Las demás habían sido anexionadas,sobretodo a lo largo del siglo xín, por las sedesepiscopalesvecinas>trans-formándoseen arcedianatos,arciprestazgoso abadíassujetosal obis-po de su diócesis.Las colegiatasde Valladolid y de Covarrubiascon-servaronsu independenciaa lo largo de la Edad Media: la primerase convertirá en sedeepiscopala finales del siglo xvi> mientrasquela segundapasará,a mediadosdel siglo xvii, a dependerde la mitrade Burgos.

    La historia de la colegiata vallisoletana y de su independenciafrente a las pretensionesdel vecino obispo de Palencia sólo se ex-plican por las estrechasrelacionesque estableciócon la ciudad quela albergaba.El desarrollode la villa y su crecientepeso en la vidapolítica castellanafueron la garantíadel crecimientosocial y econó-mico y de la independenciade SantaMaría la Mayor. Pero las rela-ciones mantenidasentre la sociedadcivil y las autoridadeseclesiás-ticas no fueron siemprelas mismasy su evolución, entre la funda-ción de la abadíapor el conde PedroAnsúrezhacia 1080 y la llegadaal trono de los ReyesCatólicos cuatro siglos después,pasó por fa-ses diversas.Los tres períodoso etapasque caracterizanestasrela-ciones corresponden>sin embargo> a fases propias de la evoluciónurbana y, en lineas más generales>a las que experimentóel reinoen su conjunto.

    1. FUNDACIÓN Y GÉNESIS (HACIA 1080-1250)

    Cuando,a finales del siglo xi, el conde PedroAnsúrezse convier-te en dominus villae de Valladolid> la villa aparececomo un peque-

    En la España Medieval. Tomo V. Editorial de la Universidad Complutense.Madrid 1986

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    ño pueblo agrupadoalrededorde dos iglesias, provisto de un mer-cado y protegido a lo largo del Pisuergapor las fortalezasde Cabe-zón y Simancas,respectivamente>situadas al Norte y al Sur1 Elconde de Carrión escogeentoncesal Surestedel núcleo de pobla-ción y al otro lado del río Esguevaun sitio dondefunda una aba-día dedicadaa la Madre de Dios; unos quince años despuésde sufundación> en 1095, la abadía recibe una solemneconsagraciónenpresenciade la noblezay del alto clero castellanos.El documentode consagración,fechadodel 21 de mayo de 1095> mencionacon estaocasión la ecciesia de Santa María, también llamadamonasterium,su abhat Saltusy el coltegio clericorum o clericis que canonicis, queresidenen la nueva fundación.

    1. De una fundación híbrida a la colegiata de SantaMaría la Mayor

    El primer problemaplanteadopor la fundación condal radica,pues, en su régimenjurídico. La abadíade Valladolid, entoncessitaa cierta distancia del núcleo de población, se inscribe cronológica-menteen la serie de fundacionesinspiradaspor la Orden de Cluny.Sabemosque tanto el rey Alfonso VI como el propio conde Ansú-rez fueron fieles seguidoresy admiradoresde los benedictinosclu-niacensesy> con la ayuda de éstos,contribuyerona introducir el ritoromanoen Castilla, no sin encontraracérrimasresistencias2, El pro-pio abad de la nueva fundación, Saltus, procede del convento be-nedictino de San Zoilo> que había adoptadola regla cluniacenseen1076.

    Sin embargo>si Saltus o Salto es un monje benedictino, la igle-sia de SantaMaria de Valladolid no es un conventobenedictinoy elnuevo abadse encuentraal frente de una comunidadde clérigos se-glares, que el redactor de la carta de dotacióndesignaa vecesconel nombrede «canónigos»y cuya existenciay vida en común justifi-can la apelación de «monasterio»atribuida a la Iglesia. De hecho>en 1095, la nueva fundaciónno parecedotada de una regla precisay recuerdael caso de la recién restauradasedetoledana> cuyo pri-mer obispo> el cluniacenseBernardode Sedirac,presidíaun cabildode canónigosseglares.

    Quince años despuésde la solemneconsagración de Santa Ma-ría, Pedro Ansúrez, su fundador, le concedióuna cartaen la que se

    Sobrela evolución de Valladolid a lo largo de la Edad Media, ver AdelineRucquoi, Recherchessur l’histoire de Valladolid au Moyen Age, tesis doctoralpresentadaen la Sorbona, París, 1985.

    2 Antonio Linaje Conde: Los orígenes del monacato benedictino en la Pe-ninsida Ibérica, 3 vois., León> 1973.

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    especificabanpor primera vez el régimen de exenciónde la colegiatay las modalidadesde elección de los abadesque sucedieranal abaddon Salto. Ambas disposicionesno revelan nada nuevo acerca dela regla que regía la vida de la comunidadeclesiástica>pero asien-tan sin lugar a dudasla independenciade SantaMaría frente al obis-po de Palencia,en cuya diócesisse encuentra:el condeAnsúrezpre-cisaba que los canónigosvallisoletanos,asesoradospor sus propiosdescendientesy por los boni homines de Valladolid> elegirían el fu-turo abadentreellos ,recurriendoen caso de necesidadal arzobispode Toledo> y sujetaba directamentela abadía a la Santa Sede me-diante el pago de un censo anual de cien sueldos de Poitiers~.

    Al desaparecerdel escenario>antes de 1120> los dos principalesactores de la fundación> Pedro Ansúrez y el abad Saltus, la igle-sia y la congregatio que la habitaba—a falta de término más exac-to> los autoresde donacioneslos designanasí— cayeronen una ra-pida y profunda crisis. La fundacióncondal no sirvió jamásde pan-teón familiar y los descendientesde Pedro Ansúrez se desinteresa-ron de la pequeñaiglesia de SantaMaría parafundar, en el siglo xli>monasteriossometidosa la Reglade SanAgustín (Retuerta)o de SanBernardo(Valbuenade Duero).A mediadosdel siglo xiii, la fundaciónvallisoletanaapareceya como arcaica>con sus rasgospregregorianosde abadíaseglar, y sus miembros respondenindiferentementea loscalificativos de fratres o canonici a pesarde la aparición en el senodel cabildo de las primeras dignidades: el prior> el chantrey el ca-put scholae.

    La ambigiiedaddel régimen jurídico de la abadía, así como lacrisis económicaquepadece,encuentranuna solución en la segundamitad del siglo xii, bajo la actuaciónconjunta del papay del reyde Castilla y en el marco de un fuerte crecimientourbano. En 1162,el papa Alejandro II encomendabaal arzobispode Toledo la refor-ma de la iglesiavallisoletana,caída,dice el brevepontificio> ~en unaprofunda decadenciamoral y económica’»y le instabaa que instau-rara el régimen de canónigosregularesde la Regla de San Agustín,al mismo tiempo que ratificaba de hechola sujecióndirecta de San-ta Maria a Roma. Por su parte, el patronatoreal parecesustituirseal de los descendientesdel conde Ansúrez y la abadíaserágratifica-da con una serie de privilegios reales que> entre 1150 y 1250, leconfirmaban u otorgabanderechosfiscales, económicosy jurídicos.

    El peso conjunto de la autoridad papal y de la protección realpermitieron así a partir de la segundamitad del siglo xii> en unaépoca de gran desarrollo urbano —la ciudad y la colegiata se re-

    Manuel Matiucco y José Zurita: Documentosde la Iglesia colegiata deSantaMaria la Mayor de Valladolid> siglosXI y XII, Valladolid, 1917> núm. XII.

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    parten entonceslos privilegios reales—>que se consolidasela aba-día. Una consolidación que se manifiesta en primer lugar frentea las pretensionesrenovadasdel obispo y del cabildo palentinos.Trasuna serie de pleitos y litigios promovidospor los canónigos paletx-tinos, que exigían>entre otras cosas>que el abadde Valladolid fueraelegido dentro del cabildo episcopal>el cabildo vallisoletano consi-guió conservarsu independencia: la elección a la sede abacial en1243 del infante don Felipe> hijo de FernandoIII, aseguraráesta in-dependencia>reforzadaaún por el hecho de que la mayor parte delos abadesdesdela segundamitad del siglo xi desempeñaroncargospalatinos o fueron favoritos reales~‘. Sabemos,por otra parte, quea finales del siglo xiii, y todavíaen 1325> la abadíapagabaa la SantaSedeel censomarcadopor su fundador en señal de sujeción direc-ta> censo que alcanzabaentoncesla cantidad de 25 maravedísde

    5oro

    Este rápido desarrollo de la abadíavallisoletanano se puedeex-plicar tan solamentepor la intervención papal> la protección regiao los cargos palatinosde sus abades.La regla de San Agustín de ca-nónigosregularesfue impuestaa numerosisimascongregacionesse-glares en la Europa de la segundamitad del siglo xii, pero los con-cilios de Letrán III y Letrán IV tendían a favorecer el poder y laautoridadde los obisposdentro del marco de sus diócesis>en detri-mento de la mayoría de las pequeñasinstituciones y comunidadesde seglareshastaentoncesmás o menos independienteso exentas.De hecho> el crecimiento paralelo de la ciudad fue el factor decisivopara el mantenimientopor parte de la colegiata de su régimen deexención.A partir de los años 1150> Valladolid va a proporcionara laabadíaa la vez los recursoseconómicosque sustentaronsu poder,el marco socialdentro del cual se desarrollaránsus ambicionesy quele proporcionarásus mejores elementosy el prestigio de una villacon vocaciónde capital.

    Pero las relacionesque se anudan entoncesentre Santa Maríay Valladolid ponende relieve las diferencias>casi la antinomia, en-tre el abady su cabildo> cuyasrelacionesestánsometidasdesde 1162a una regla precisa. Pocos años despuésde esta «institucionaliza-ción», en 1177> ambaspartesprocedenpor vez primera a una repar-tición de las rentas de la abadía.El resultado de esta reparticiónmanifiestade forma patente las orientacioneseconómicasde las dos

    Adeline Rucquoi: «Fundación y evolución de la abadía de Santa Maríala Mayor de Valladolid (1080-1250»>El pasadohistórico de Castilla y León, vo-lumen 1, Burgos, 1983, págs. 429-440.

    Archivo SegretoVaticano,Roma, Intr., et Exit., núms. 70, 72 y 73; Mañu~-co y Zurita: Documentos,,,siglo XIII, núm. CXXXIII (sin fecha> entre 127~y 1290).

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    mesasy> por consiguiente>el grado de integraciónde sus beneficia-rios en la vida urbana.

    2. El patrimonio del abad: una dotación «feudal»

    El 21 de mayo de 1095, la nueva fundaciónera oficialmentecon-sagrada,y en esa ocasión> su fundador>el conde Ansúrez> como elobispo de Palencia,Raimundo, la dotaron ampliamente.El primerole hizo donación de 16 iglesias> situadasdentro y fuera de Vallado-lid; de siete solares>dos villas> los diezmosde seis lugares> la mitadde los derechossobre el mercadode la villa y la exención de juris-dicción civil; diez lugares y parte de Valladolid entrabanasí en elpatrimonio primitivo de la abadía.El obispo de Palencia, por suparte, ratificó la donación anterior y añadió las tercias de Vallado-lid y de otros 12 lugares>todos situadosa poca distancia del núcleourbano.En una copia de la carta de donacióndel conde Ansúrez lamitad de las penasy caloñasde la villa fue añadida,pero la letraparece ser de épocaposterior y se trata probablementede una fal-sificación destinadaa asentar las pretensionesdel abad a un ver-dadero co-señoríode la ciudad6. Propietarioya de varias villas y so-lares> el abad apareceante todo, en efecto> como un gran propieta-rio feudal.

    Esta política económicase ve reforzadaentre 1110 et 1250: me-diante donaciones>compras y trueques—respectivamente>en unasproporciones del 30,6 por 100, 8 por 100 y 13,6 por 100—, el abadde Valladolid adquirió unaserie de solarese iglesias en la zona cer-canaa la villa, así como molinos en el Duero y el Pisuerga.A partirde los años 1150, los privilegios realessolicitados y conseguidos—re-presentanel 23,8 por 100 del conjunto de documentosde la colegiatade este período— se refieren a la protección del ganado de SantaMaria —cuatro privilegios fechados de 1100> 1156> 1178 y 1187—,a la exención fiscal y jurídica de los miembros de la abadía y lacesión al titular de ésta de la mitad de las contribucionesrealespagadaspor sus vasallos~. Dentro de Valladolid, la jurisdicción aba-cial se ejerce directamentesobre los vecinos del barrio inmediatoa la colegiata,el barrio de Cabañuelasy el merino del abad reclamael censo sobre otros solares de la aglomeración,ademásde perci-birlo de ciertos artesanos,como los guadamacileros.

    En el siglo XIII> y aun en el xv, como lo atestiguael Libro de lasBehetríasde Castilla> el abadde SantaMaria se ha constituidoesen-

    6 Maflucco y Zurita: Documentos...siglos XI y XII, núms. VI, VII y VIII.Maflueco y Zurita: Documentos..,siglos XI y XII, núms. X, XXXIX, LII,

    LVII, XLIV, LI, LX, LXII; Documutos...siglo XIII> núm. IV, IX; págs.73, XX,XXVI> XXVII.

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    cialmente un patrimonio «feudal» y sus intervencionesen la vidaurbana> en el campo de la justicia o de la percepción de censosnopasande ser también de carácter«feudal” y> por lo tanto> ajenasa lavida urbana. Muy diferente es entoncesla orientación dada por elcabildo a su política económica.

    3. El cabildo viricula su suerte a la de la villa

    En 1177 se procedió por primera vez a una repartición de ren-tas entre la mesa del abady la del cabildo de Valladolid. El cabildoadquirió entoncestodas las posesionessituadasen la orilla izquier-da del Pisuerga,las ofrendasy rentasde todas las iglesias de la ciu-dad> conexcepciónde las de SantaMaría Antigua — en el corazóndelbarrio de Cabañuelas,y que se reservaba,por lo tanto,el abad—, lamitad del producto de la renta de los molinos y de los aniversarios>la renta de las tiendas,algunos inmuebles dentro de la aglomera-ción y parte del ganado.Las adquisicionesdel cabildo en este últi-mo cuarto del siglo xii reflejan, pues> su decisión de sacarla mayorparte de sus recursosde la ciudad y de su economía: rentas proce-dentes del comercio —las tiendas—,de la posesióndel suelo urba-no y del aumentode unapoblaciónque deja ofrendasy mandastes-tamentarias,encargaaniversarios>efectúadonacionesy pagael diez-mo eclesiástico.

    En febrero y marzo de 1208 se realizaron nuevasreparticionesentre las mesas>probablementedebidasal fuerte crecimiento de lavilla y de sus recursos.Los canónigos y beneficiadosde la colegiataobtuvieron en estasreparticionesuna parte de la renta del portaz-go, la totalidad de la de las tiendas, las heredadese iglesias de Re-nedo, la iglesia de San Salvador de Valladolid, el diezmo de todoslos clérigo?e iglesias de la aglomeración>con excepciónde La An-tigua; el diezmo de todos los habitantesde entre Pisuergay Esgue-va> todos los aniversariosencargadosen la ciudad y dos maravedísde los de fuera de ella, la mitad de los bienesmueblesde la abadíay una serie de inmueblesy solaresdentro del cascourbano.

    Un nuevo reajustellevado a caboen 1215 no hizo sino confirmarla orientación económica del cabildo vallisoletano: apropiación delsuelo urbano> participación en los beneficios del comercio —por laposesiónde tiendasy el cobro del portazgo—y participación en losbeneficios realizados por unas parroquias que se han desarrolladoen pocasdécadas—cobro del diezmo de clérigos y seglaresy de latotalidad de los aniversarios y donacionespostmortem~.

    Mañueco y Zurita: Documentos..,siglos XI y XII, núm. L; Documentos...siglo XIII, núms. VI, VII y VIII.

  • Ciudade Iglesia: Za colegiatade Valladoliden la EdadMedia 967

    Si la casi «reaparición»y el posterior desarrollo de la colegiatason coetáneosdel «despegue»de Valladolid entre las villas y ciu-dadescastellanas,las diversasreparticionesefectuadasentre las me-sas abacial y capitular demuestranuna inserción progresiva del ca-bildo en la vida urbana>mientrasque el abadquedacasi marginadocon sus opciones económicasno urbanas.El período que se abrecon el reinado de Alfonso IX confirma> en efecto> esta disparidad,que se resuelveen favor del cabildo, un cabildo definitivamentealia-do del sistemaurbano.

    II. LA COLEGIATA, ALlAnA DEL SISTEMA URBANO(1250-1367)

    Hacia los años 1250, el pequeñonúcleo de población en cuyascercaníasel conde Ansúrez habíafundado su abadíaestabaconver-tido en una villa dotada de trece parroquias,de una y pronto dosferias anuales—las más concurridasde Castilla hasta la apariciónen el siglo xv de la de Medina del Campo—,de sus propios órganospolíticos y administrativos>de un fuero que fue sustituido en 1265por el Fuero Real> de una colegiatade estilo gótico edificada bajo elabadengode don Juan Domínguez—que le valió a la iglesia de San-ta María el epíteto de «la Mayor’>—, villa que iniciaba la construc-ción de una nueva cerca de casi cinco kilómetros de perímetro, en-cerrando unas 150 hectáreasde superficie urbana. Pero la ciudadno sólo crecía a nivel urbanístico.La población> cada vez más nu-merosa,complejay jerarquizada,habíapresenciadola aparicióny eldesarrollo en su seno de un grupo dominanteque, desdelos princi-pios de la existenciade Valladolid, ostentabala representaciónen elConcejo, solicitabay conseguíaprivilegios reales,dirigía la vida Po-lítica de la ciudad y fundamentabasu poder y su riquezaen los pro-vechos de la guerra y la explotación de la tierra.

    A partir de mediadosdel siglo xíii y hastael final de la guerracivil de mediadosdel siglo siguiente,Valladolid conoció un estadode casi autonomíaque permite considerarlacomo un sistema urba-no: todos los elementossociales,económicos,jurídicos y hasta ur-banísticosque lo componense combinanentre sí y actúan recípro-camente, independientementede cualquier influencia exterior, con-curriendo así a la vida y la evolución de la ciudad. Una ciudad cuyaoligarquia ha adquirido las garantíasjurídicas necesariasal man-tenimiento de su preeminenciasocial, económicay política> que fun-damentasu poder en la posesióndel suelo urbano>de los mediosdetransformación—los molinos— y de la tierra del término —de laque sacaproductos comerciales—.Una ciudad que se ha constitui-

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    doun territorio del que sacalo necesarioa su abastecimientoy losgénerosy mercancíasque entran en los circuitos del comercio> quepagacon él las contribucionesreales y lo utiliza como primera lí-nea de defensafrente a posibles ataques.Una ciudad, en fin, queobtienesu poder y su riquezadel comercio, mercedsobre todo a lacelebración de las dos ferias anuales,a la comercialización dc suvino, de sus caballos,del cuero, de la lana, dc los productostincto-riales y quizá del pescado.

    El sistema urbano, si bien está fundamentadoen los elementossocialesque le son intrínsecos—el patriciado, los mercaderesy ar-tesanos,el pueblollano—, se apoya, sin embargo,tambiénen gruposo entidadesque no son propiamenteurbanos>pero que adoptanen-tonces hacia él una actitud de neutralidadcuandono de apoyo ac-tivo. La Iglesia> sin llegar a convertirse, como lo harán las mino-rías religiosas,en aliado activo de este sistema urbano> sabrá, sinembargo,crear los órganosnecesariosa este nuevo campo—las Or-denesde Mendicantes—y adaptarsea ello para sacarasí un prove-cho a la vez moral, espiritual y económico.

    1. Las bases de una preeminencia

    A partir de mediados del siglo xiii la preeminenciade la cole-giata de Santa María la Mayor en la vida urbana, no discutidahasta entonces,se ve amenazadapor la aparición de las OrdenesMendicantes.En 1246, el primer convento se estableceen Vallado-lid, el de las clarisasde Santa Clara, que escogeun lugar algo dis-tante del núcleo urbano y quedarásiempreextramuros. Mayor pe-ligro para eí abad y su cabildo representala comunidadfrancisca-na de San Francisco,que se trasladaen 1260 a un solar situado alsur del MercadoMayor> al concedidopor la reinadoñaViolante. En1276, los Dominicos solicitan y obtienendel Concejootro solar paracrearsu conventode San Pablo al norte de la aglomeración>conventoal que añadieronpronto otros terrenos y hasta una calle pública.Antes de 1291, los Mercedarios se habían ya instalado al oeste dela villa> y poco despuéslos Trinitarios consiguenun solar próximoa la iglesia de San Llorente parafundar un convento.

    Frente al peligro que suponenpara su autoridad estas nuevasfundaciones>rápidamenteprovistas de bulas papalesy privilegiosreales, el abad y el cabildo reaccionansin perder tiempo. En 1256ya el abadlanzabauna excomunión contra las religiosas de SantaClara; diez años más tarde hacelo mismo contra los Franciscanos>y en ambas ocasionesel papatuvo que intervenir para levantar lasanción. En 1296> para castigara los mismos Menores> que habían

  • Ciudade Iglesia: la colegiatade Valladolid en la EdadMedia 969

    1.— la Antigua

    2.- San JuhAhn

    3.— San ~4iguel

    4.— San 1-trtin

    5.— Santiago

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    VALLADOLID

  • 970 Adeline Rucquoi

    ido procesionalmentea recibir al obispo de Palenciacon la cruz enalto, el abad pronuncia un entredichosobre la ciudad y la SantaSede tuvo que intervenir de nuevo. La excomunióny el entredichoson> sin embargo>castigosexcepcionalesy el abad tiende más biena imponer a las nuevasórdenes>deseosasde establecerseen la ciu-dad, unos contratos que dejan a salvo la autoridad y la preeminen-cia de la abadía.Conocemosasí el que suscribió en 1314 la comu-nidad de La Trinidad> que había recibido del abad don Ruy Díazla iglesia de San Llorente, al oestedel mercado,y solicitabapermisopara instalarseen un solar contiguo. El abadsujetó entoncessu au-torización al respetopor los Trinitarios de su papel preeminenteenla ciudad respectode los entredichospor él pronunciados>hsisten-cía a las procesiones—y al pago por ellos de parte de las mandastestamentariashechasen su favor ~.

    Paralelamentea estasaccionesde defensade su preeminencia>elclero secular emprendeuna política de control de las mentalidadesurbanas,obedeciendoasí las prescripcionesde los concilios de Le-trán. Concilio que tiene más peso porque en Valladolid mismaotros concilios lo difunden a nivel nacional. Los concilios de 1228y 1322 en particular tuvieron por fin el transmitir los cánonesdelde Letrán IV de 1215. El último de ellos> el concilio de Valladolidde 1322, reunido por el legado del papa>el dominico fray GuillaumePeyre de Godin> que desempeñaun alto cargo en la Corte pontificia,tendrá consecuenciasde ámbito «nacional»,pero también local.

    Si bien los intentosde moralización del clero parecenhaber sidopoco eficaces—en la segundamitad del siglo xiv todavía los testa-mentos de dignatarios del cabildo vallisoletano revelan a menudola presenciade una criada o sirvienta y de varios hijos dotadosporsu padre—,en cambiose notapronto unapreocupaciónpor mejorarel nivel intelectualde estemismo clero. Entre mediadosdel siglo xíííy mediadosdel xiv las listas incompletasde miembros del cabildoproporcionanlos nombresde varios eclesiásticosprovistos de títu-los universitariosy los de ciertos estudiantes.La presencia>desdelos años 1260, de una Universidad en Valladolid explica en parteesteflorecimiento> pero los estudiosno se realizabansólo en el Stu-dium de la villa. En 1290, el abaddon Ruy Díaz, secretariodel reySancho IV, consiguióde su cabildo la posibilidadde empeñarduran-te dos años las rentas de la abadíapara cubrir unos gastosy «porayr a estudio». No sabemossi el abad cumplió su proyecto, perosi queel canónigoAlfonso Martines recordaráen su testamento>otor-gado en 1348> los estudiosque cursó en Montpellier en compañíade

    Archivo Central de Valladolid (A. C. V.), sin catalogar, doc. fechado del25 de marzo, era de 1352. Copia simple del s. xv.

  • Ciudade Iglesia: la colegiatadeValladolid en la EdadMedia 971

    un canónigo de Segovia10 Y fue tambiénen la primeramitad del si-glo xiv cuandola colegiatavallisoletanase pudo enorgullecerde tenercomo sacristánal ilustre maestreAlfonso de Valladolid, que habíasido uno de los rabinos más doctos de la aljama de Burgos antesde su conversiónal cristianismo.

    Mejor preparadoa nivel intelectual, el clero secular ejerce en-toncessu control sobre las mentalidadesurbanasa través de la pre-dicación y de la direcciónde conciencias.Pero este control se ejercetambién a través de diversasinstitucionesque reagrupana la pobla-ción segúncriterios específicos.

    La organizaciónparroquial> consecuenciadirecta de las prescrip-ciones conciliares de Letrán IV, se hace patenteen Valladolid a lolargo del siglo xiii como en el resto de Europá x reúne alrededordel edificio parroquiala todos los vecinos que viven dentro de unamisma circunscripcióngeográfica.Las «collaciones’>, también llama-das parroquiaso barrios, servirán asimismo como divisiones admi-nistrativasy las iglesias que le dansus nombresdesempeñaron>aquícomo en el resto de Castilla, el papel de primer edificio civil> utili-zado tanto para la celebracióndel culto como para manifestacionesno religiosas.

    Las cofradías, que son también unas institucionesa la vez reli-giosas y laicas, agrupan a una serie de vecinos alrededorde un ob-jetivo puramente«piadoso»>como el culto de un santo o el mante-nimiento de una capilla, por motivos profesionaleso con fines deadministrar un hospital. La Iglesia manifiestapor su parteun inte-rés muy específicohacia el problema de la asistenciacaritativa. Elabaddon Pedro II fundó así un hospital en la aglomeraciónhacia1195, y durantela primeramitad del siglo xiv la abadíasuscitaráunaserie de pleitos para conseguir la administración del hospital creadohacia 1318 por don Nuño Pérez de Monroy, abad de Santandery ca-nónigo de Valladolid 11

    Frente a la «amenaza>’ que representabapara su autoridad enla ciudad la llegada de nuevasórdenes religiosas específicamenteur-banas>la abadíaha reaccionado,pues,vigorosamente.Pronunciandoentredichos> lanzando excomuniones> imponiendo contratos, perotambién, mejor preparadaen el campo intelectual la colegiata con-sigue dominar la vida eclesiásticavallisoletanahasta mediados delsiglo xiv> imponiéndosea los vecinos a través de sus procesiones>ceremonias,organizaciónparroquial y de las cofradías. Pero si losmiembros de SantaMaria la Mayor han conseguidopreservarasí supapel dentro de la villa, es indudablementeporque tienen en ella

    Mañuecoy Zurita: Documentos..,siglo XIII, núm. CXIV; A. C. V., legajo16, núm. 23.

    Mañueco y Zurita: Documentos..,siglos XI y XII, núm. LXII

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    otros intereses.A nivel institucional como a nivel personaly econó-mico> los eclesiásticos>según la fórmula de Bernard Chevalier, «seencuentranfísicamentea gusto en la ciudad>’ ‘~

    2. La inserción social

    Presenteen la vida urbana>el abadlo es,y con unaposición emi-nente.Diversos privilegios reales añadidosa la donación del condeAnsúrez le han dado un poder señorial en Valladolid, al igual queel rey o su representante.Como tal> percibe parte de las contribu-ciones reales en la aglomeración—y la totalidad sobre sus vasallosdirectos del barrio de Cabañuelaso de las posesionesde su sede—>en particular la mitad de la infurción y de la marzadgao martinie-ga, así como la mitad del producto de las caloñasy el portazgo.Estepapel le permite ser representadopor su merino en las sesionesdelConcejo y hastalas primeras décadasdel siglo xiii también por suJudex.

    Tras la concesióndel Fuero Real a la villa en 1265> cl Concejo>monopolizadopor la oligarqula caballeresca>tiende a cerrarsey elpapelactivo del representantedel abaddecrece.Sin embargo,el abadintervendrá directamenteen tres ocasionespara reclamar su dere-cho a las contribucionesreales. En 1266> no obstanteel privilegiode franquicia de las ferias otorgado a la villa el año anterior, elabadhacevaler su derechoa una parte del portazgo.Treinta añosmás tarde efectúala misma reclamaciónacercade parte de las in-furciones que el rey acababade donar al Concejopara las obras dela cerca.Y en 1326 el abadpide confirmación de sus derechostrasla cesión a la villa de un privilegio de exención de todas las contri-bucionesreales13 El hechode quelos abadesde Valladolid hayansidocon frecuenciaaltos personajesde la Corte o favoritos reales lesha permitido probablementeconservar>si no su papel político> porlo menossus rentasen la ciudad.

    El abadno sueleser originario de Valladolid. En cambio, las lis-tas incompletasque nos han llegadode los miembros del cabildo deSanta Maria la Mayor revelan que los ¿aballerosque monopolizanel Consejoy ejercen sus cargosmedianteel sistemade linajes estántambién representadosen este cabildo. Un estudio de los patrimo-nios de algunos dignatarioseclesiásticoscorrobora su pertenenciaa la clase dominanteurbana. Un arcedianose encuentraasí posee-dor etre 1331 y 1337 de una serie de casas,tiendas y corralesen la

    12 Bcrnard Chevalier: Tours, ville royale, 1356-1520, Lovaina, 1975, pág. 182.“ Mañuecoy Zurita: Documentos..,siglo XIII, núms. LX y CXXXIII; A. C.

    V., legajo 29, núm. 30.

  • Ciudad e fglesia: la colegiatade Valladolid en la EdadMedia 973

    aglomeración,de una renta sobre los bañospúblicos de la villa y dediversasheredadesen el término. Los canónigosFernán Peresy Al-fonso Martines, que otorgaron sus respectivostestamentosen 1325y 1348> dejaban también una serie de bienes mueblese inmueblesque demuestransu participación de los intereseseconómicosde laclasedominante14

    Los lazos que unen entoncesla primera institución eclesiásticade la ciudad y el grupo de los caballerosson múltiples y los miem-bros del patriciado escogenpreferentementela colegiata para fun-dar esas capillas familiares que son una muestrafehaciente de supodery de su preeminenciasocial. Desdefinales del siglo xiii, y a lolargo de las décadasposteriores>diversas familias de la oligarqulaedifican o patrocinanlas capillas de los laterales del edificio cole-gial gótico, las adornan,la cierran con rejas de maderao de hierroy establecenen ellas su sepultura y las de su linaje. Los alcaldesDiego Pérez,en 1279, y GarcíaPeres>de Valladolid> en 1331; FerrandSanches,hijo de Ruy Sanchesy su mujer, Maria de Corral, en 1321;PedroFernandesde la Cámara>en 1345> y Juan Manso, en 1352, seencuentranasí entre los que consiguierondel cabildo unas capillaso enterramientosen SantaMaría la Mayor’5.

    La colegiata sirve asimismode edificio para ciertas reunionesdela oligarqula: en 1320, una de sus capillas albergabala asambleade los miembros del linaje de Tovar> mientras que el «partido” po-pular> la Voz del Pueblo, que exigía la mitad de los oficios conceji-les monopolizadospor los dos linajes aristocráticos>tenía sus re-uniones en el corral de un capellán16 En la época posterior> el li-naje de Reoyo tendrá sus reunionesanualesel 1 de enero en otrade las capillas de la iglesia Mayor.

    «Señorío»del abadsobreparte de los vecinos,procedenciasocialde los miembros del cabildo> composiciónde sus patrimonios indi-viduales,concesiónde capillas funerariasy acogidade las reunionespúblicas o privadas demuestranque el papel de la colegiata en lavida urbanaera patentea todos los niveles de ésta en el siglo quesigue la llegada al trono de Alfonso X. Sin embargo,es el estudiodel patrimonio colectivo de este cabildo vallisoletano que mejor re-fleja y concretiza la voluntad de éste de participar plenamentedelsistemaurbano y de sus recursos,

    A. C. V., legajo 7, núm. 9; legajo 22, núms. 17 y 18; legajo 25, núm. 5; le-gajo 16, núms. 47, 48 y 52, 30 y 23.

    “ Mafiueco y Zurita: Documentos...siglo XIII, núm. CXVI; A. C. V., legajo5. núm. 45; legajo 29, núm. 29; Legajo 4, núm. 11; legajo 5, núm. 17.

    26 Archivo Histórico ?-Iacional (A. H. 14.), Consejos,legajo 29.934, núm. 2,fols. 10-32 y,; Biblioteca Nacional, Madrid, Mss. 11.285, bIs. 163-170,

  • 974 Adeline Rucquoi

    3. La ciudad como luente de ingresos

    La política económicadel cabildo vallisoletano ya se vislumbra-ba desde finales del siglo xii a través de de los repartos de rentasentre su mesa y la del abad: al contrario de éste, el cabildo orien-taba su política hacia las rentas que procedíande la economíaur-bana. Las décadasque siguen los años 1250 son las de máxima ex-presión de dicha política. El cabildo, a nivel colectivo, se interesaya exclusivamentepor las fuentes de riquezaque proporcionala ciu-dad medieval y, al igual queel patriciado>intenta apropiarseel sue-lo urbano>obtenerproducto y mercancíaspara comercializary apro-vecharsedel gran augedel comercio,eje de la economíaurbana.

    La posesióndel suelo urbano que permite la especulacióngaran-tiza, en la Edad Media, la riquezay sobre todo el poder. Los miem-bros del cabildo lo han entendido así y se van a dedicar durantemás de un siglo a llevar una verdaderapolítica de apropiacióndelsuelo dentro de los límites definidos por la cerca. Entre mediadosdel siglo xiii y el reinado de Pedro 1, más de la mitad de las ope-racionesrealizadaspor los canónigosy beneficiados—el 56 por 100—respondea este objetivo, mientras que las operacionesdestinadasa adquirir rentasdiversassólo representaun 33 por 100 y que la ob-tención de heredadesy solaresno urbanossólo alcanzaun 11,5 por100. Si bien a partir de los años 1290-1300las adquisicionesde sola-res urbanospor medio de donacioneso de mandastestamentariastienden a sustituirsea las compras directas>la política no varía.Par-te de las casas así adquiridasservía para alojar —contra una ren-ta— a los miembros del cabildo y quizás a los servidoresde la aba-día. Pero la mayor parte de estosbienes inmuebles está explotadapor el cabildo que los arriendapor medio de contratos de corta du-ración; merceda ello, el cabildo no pierde su control sobre sus bie-nes y participa de la misma forma en los gastoscomo en los bene-ficios> beneficios que aumentarondurante todo el siglo xiii parale-lamenteal aumentode la poblaciónurbana.La recesiónde la pri-mera mitad del siglo xiv tendrápor consecuencialas primerasmues-tras de desinterésdel cabildo por esta fuente de ingresosy explicala mayor importanciade las adquisiciones«indirectas” sobrelas com-pras.

    Las adquisicionesde solaresy heredadessituadosfuera de la mu-ralla se orientaronesencialmentehacia las huertasque se extendíana lo largo de estamuralla y de los ríos> hacia las viñas y, en menormedida, las tierras de cultivo. El patrimonio así reunido proporcio-nabaal cabildo no sólo productosde consumointerno,sino tambiénproductos que podíanentraren los circuitos comerciales.Las horta-lizas se vendenen el mercadocotidiano o semanal,pero el vino se

  • Ciudade iglesia: la colegiatadeValladolid en la EdadMedia 975

    ha convertido entoncesen una mercancíaexportabley la mayor par-te de las casas«principales»de Valladolid estándotadasde un lagary una bodega.

    El comercioes,en efecto,la basede la independenciay de la auto-nomíadel sistemaurbano,muchomás quela posesiónde tierras. Estecomercio se practica tanto a nivel local y cotidiano a través de lastiendasy del azoguecomo a nivel «nacional»e incluso internacionalmerceda las ferias y a los negociantesitinerantes.El desarrollodelcomercioconíleva, naturalmente,el aumentodel producto de las ta-sas que lo gravany en particular del portazgo.

    Antigua contribución real, el portazgose ha «privatizado»rápida-mente, y ya en el siglo xrn gran parte de su renta está en manosprivadas. El cabildo no podía desinteresarsede esta fuente de ingre-sos y muy pronto, antesincluso de finales del siglo xii, pidió que larentadel portazgode la villa pasaraa su mesa.En 1208 consiguieronun aumentoen la parte que les correspodía,100 áureosen febrero>230 maravedísun mes más tarde. En 1255, prosiguiendosu política,el cabildo obtuvo del abad,el infante don Felipe, la mitad de lo quela abadíapercibía.Pero la abadíano era la únicabeneficiariade estarenta, que se encontrabaya alienadaen provecho de una serie defamilias palentinas.Entre 1234 y 1364, los miembros del cabildo sededicarona reunir entre sus manosestasparticipaciones,dedicandoa ello más del 56 por 100 de las actasrelativas a rentas.Entre ellas,las comprasrepresentanun 70 por 100 frente a las adquisicionespordonacioneso mandastestamentarias—de las cuales se puede supo-ner quefueroninducidaspor el cabildo—, quealcanzanun 23 por 100.El cabildo ha llevado aquí a cabo unaverdaderapolítica encaminadaa la percepciónde la totalidad del portazgovallisoletano> renta quecrecía en función del desarrollo comercial de la villa17

    El cabildo se interesaasimismopor el comerciolocal, aunqueconmenos empeño>mediantela venta de sus demasíasde vino o cerea-les y sobre todo por la apropiaciónde una gran serie de puntos deventa. El 14 por 100 de las operacionesefectuadaspor el cabildo en-tre 1250 y 1370 tiene, en efecto> por objeto la adquisiciónde tiendasy mesasde ventaen el mercadoque seránalquiladasa tenderosy car-niceros.

    La renta de los bañosde la villa, adquiridospor el cabildo en 1333de la viuda de un tenderode paños,abrepasoa unanuevafuente deingresosparalos canónigosy beneficiadosde la colegiata,los quepro-cedendel mero aumentode poblacióndentro del espaciourbano.El

    “ Adeline Rucquoi: Recherchessur l’histoire de Valladolid au Moyen Age,págs. 239-241, y «La enajenaciónde las rentas reales: el casode Valladolid enel siglo xv», Historia de la Hacienda: épocasantigua y medieval, Instituto deEstudios Fiscales,Madrid, 1982.

  • 976 AdeUne Rucquoi

    cabildo percibe> desdeprincipios del siglo xiii, el diezmo que corres-ponde a todos los clérigos e iglesias de la ciudad y a todos los habi-tantes de ésta.Cobra asimismo el producto de todos los aniversariosencargadospor los vallisoletanosy una parte de los que estánpedidospor los habitantes de fuera de la villa. El crecimiento de la pobla-ción urbana y el prestigio de la iglesia Mayor en el seno de la so-ciedad dejan entreverque el producto de estasrentasdebió de expe-rimentar una misma evolución> aunquela documentaciónno permitacifrarlo.

    La ciudad apareceasí> tras un análisis del patrimonio colectivodel cabildo> como la principal y casi única fuente de ingresos conla cual ha contado durante más de un siglo. Los miembros de estecabildo han conseguidoaprovechartodos los recursosque Valladolidles podía ofrecer para asentar su prestigio sobre unas baseseconó-micas aparentementediversificadas pero que proceden todas de laciudad: explotación del suelo urbano> posesionesde viñas y tierrasde cultivo> participación en los beneficios del comercio> aprovecha-miento del crecimiento numérico y económico de la población.

    La colegiatay la villa aparecen,pues>íntimamentevinculadas has-ta mediados del siglo xiv y los lazos que las unen se han trabadotanto a nivel social o institucional como a nivel económico.La vincu-lación es más directa aun cuandose consideranlos múltiples enlacesentre los altos dignatariosdel cabildo y las familias caballerescasquedominan la ciudad. Dentro de esta evolución, el gran desarrollo deValladolid a partir de la segundamitad del siglo xii y la casi auto-nomía de la que hace gala hasta el reinado de Pedro 1 fueron la ga-rantía de la independencia,del prestigio y del mantenimiento de lacolegiata frente a las pretensionesdel vecino obispo de Palencia.Encambio, la independenciade su colegiata y los altos cargos desempe-ñados por la mayor parte de sus abadesrecaían sobre la villa, quesi bien no era sedede un obispado>por lo menosno estabasometidaa ningún extraño.

    III. LA COLEGIATA Y LA CIUDAD: HISTORIA DE UNA

    RUPTURA (1367-1475)

    Comenzadahacia los años 1360> la guerracivil finalizó con el triun-fo del partido del pretendiente>Enriquede Trastamara,y supusoparael conjunto del reino una profunda ruptura. La victoria del partidotrastamaristaes,más que todo, la victoria de la alta nobleza>una no-bleza «nueva»pero que ambicionaunaparticipaciónen las tomas dedecisiónal más alto nivel y cuyos intereseseconómicosson opuestosa los de las ciudadesdel reino.

  • Ciudade Iglesia: la colegiatade Valladolid en la EdadMedia 977

    En Valladolid, el grupo de los caballerosoptó en su mayoríapor elpartido de Enrique de Trastamara,renegandoasí en cierto modo desus orígenesurbanosy de lo que había sido, desde sus principios,sus objetivos políticos y económicos.A partir de los años 1370, la oh-garqulavallisoletana,sin abandonarde hecho sus antiguasprerroga-tivas> adopta los interesesde la aristocracia.A la obtenciónde ren-tas señorialesde las que derivan del ejercicio de alguna función pú-blica y de los juros de heredad>los miembros del patriciadourbanoañadenrelacionesde dependencia/clientelay, en el mejor de los ca-sos, alianzasmatrimonialescon los representantesde la alta noble-za> que les llevan a «traicionar»el ideal urbano. La instalaciónen laciudad de nuevosgrupossocialespróximosa la Corte y a la adminis-tración real, que traencon ellos servidores>criados,vasallosy atraenmercaderesy plateros,refuerzaaún más esta tendenciaa la disocia-ción que caracterizala sociedadurbanadel siglo xv. En Valladolid>sin embargo>las clasesactivas, mercaderes,artesanos>pueblo llanoy hastalos pobrestomanconcienciadel peligro y se unenen «comu-nidad»paradefendersus intereses,quecoincidencon los de la ciudad.

    El largo siglo que separala llegadaal trono del primer Trastamaray los ReyesCatólicosestá lleno de los conflictos y del dinamismoin-terno que se traducepor un difícil equilibrio entre los grupos quedefiendenlos «ideales» del sistemaurbano y los partidarios de unsistemaeconómico y social extendido al campo «nacional».La cole-giata vallisoletana, al igual que las demás institucioneseclesiásticasde la ciudad, inicia entoncesuna política de desvinculacióndel siste-ma urbanoque la transformaen aliada de hecho de las nuevasclasesdominantes,con las cualescomparteen adelanteintereseseconómicosy sociales.

    1. Una economíaen mutación: la buscade rentas

    La política económicallevada a cabo por el cabildo vallisoletanoa partir de las últimas décadasdel siglo xiv refleja fielmente los cam-bios de «estrategia>’que le diferencian de su evolución anterior. Sibien aparentementelos dignatariosde Santa María la Mayor no re-nunciana lo quehabíaconstituido la basede su riqueza y de su po-der desdeeí siglo xi, la orientaciónque le dan y su forma de explo-tación resultaránser fundamentalmentediferentes.

    Despuésde la guerracivil> el cabildo prosiguesu política de apro-piación del suelo urbanoy, entre 1388 y 1449, añadea su patrimoniounas 33 casassituadasdentro del cascourbano. En su mayoría> sinembargo,se trata de adquisicionespor donacionesentrevivos o postmortem y las compras>por las cualeslas cantidadesabonadasfueron

  • 978 Adeline Rucquoi

    mínimas,ya no representanmás que el 15 por 100. La profunda dife-renciacióncon la política anterior radicaen la forma de explotaciónde este patrimonio. Los contratos de arrendamientode corta dura-cion, que conlíevavanriesgospara el propietario pero le proporcio-nabanen cambio grandesbeneficios,cedenprogresivamenteel pasoa contratosad vitam otorgadospara dos o tresvidas —la del arren-datario, de su mujer y de uno o dos herederosy, sobre todo> a con-tratos perpetuos,enfiteúticos.El cabildo pierde así los beneficios dela explotación directa del suelo que posee en una época en que elfuerte crecimiento de Valladolid origina una gran demandade sola-res y alojamientos.Los verdaderosbeneficiarios de la especulacióninmobiliaria van a ser los arrendatarios—por lo general> los letradosy miembros de la administraciónreal— que, a su vez, subarriendanlos solareso los edificios con contratoscortos> corriendo así con losriesgosde la explotacióndirecta. Por su parte, el cabildo se consti-tuye sobrela nudapropiedaddel suelo urbano unarenta segura>ex-presadaen metálico> que no se verá afectadapor las catástrofesna-turales, las guerraso las variacionesde la demanda18

    Las demás posesionesterritoriales de la colegiata en el términode la villa conocenentoncesla misma suerte. Las viñas ya no sondirectamenteexplotadas>sino concedidasa arrendatariosquese com-prometen>en los contratos,a pagarun censoy cultivarlas «según elfuero de SantaMaría’>. La existenciade este «fuero» hacia los años1430, fuero que algunosdocumentosllaman «de las viñas del cabildode la iglesia de Santa María la Mayor» y que sirve igualmente paralas viñas del abad y de otras entidadesde la villa, demuestraproba-blementela antiguedaddel procedimiento: el cabildo ha renunciadoa las gananciasa vecespingues de la explotacióndirecta a favor deuna renta segura.

    Las «tierrasde pan llevar’> que forman parte del -patrimoniocapi-tular revelan el mismo desinterés:el cabildo las obtienepor dona-cionesy, como lo atestiguaun documentode 1459> la arriendaa cam-bio de unarenta, estipuladaen estecaso en metálicoy en especie;lafecha tardía de este contrato explica quizá esta última mención> yaque el cabildo pudo desearaprovecharse,como lo hacía entonceselpatriciado, del alza sostenidadel precio de los granosque caracterizala segundamitad del siglo xv. Del mismo modo, el interés que parecemanifestarel cabildo por las huertasy que desembocaen la obten-ción de cinco de ellas no se traduceluego por ninguna forma de ex-plotación directa: el cabildo las arrienda con los mismos contratosque rigen entonceslos arrendamientosde casasy solaresy, a veces,

    ~> Adeline Rucquoi: RecherchesSur Phistoire de Valladolid au Moyen Age,págs. 874-879.

  • Ciudade Iglesia: la colegiatadeValladolid enla EdadMedia 979

    con éstos.En cuanto a los molinos, objeto de tantaatenciónduranteel periodo anterior> ya no pareceninteresarel cabildo que pierdepartede ellos por enajenacióno truequesy cedelos demása cambiode un censo.

    Las antiguasfuentes de ingresoshan sido convertidaspaulatina-menteen meras rentasestables.En esta política de busca de rentas>el cabildo dedica,naturalmente>un interés particular a la percepcióndel portazgo.A finales del siglo xiv, su política le ha llevado acobrarlos dos tercios de esta renta> ya que el convento de San Pablo poseeel último tercio por privilegio real. El siglo xv estarámarcadoporunaserie de pleitos promovidospor el cabildo en contrade los mer-cederesy carnicerosque pretendenno pagarlo>alegandosu condiciónprivilegiada, pleitos quesuele ganar, y por la elaboraciónen 1424 deuna tarifa de este portazgo que los canónigosy beneficiadosharánconfirmar varias veces

    A estasantiguasfuentes de ingresosconvertidasen rentas,el ca-bildo, a imitación de la oligarquía urbana>va a añadirotras. No sa-bemossi> como el cabildo burgalés>el de Valladolid dedicó parte desu interés y de su riquezaen la adquisiciónde rentas de origen «feu-dal>’ 20> pero en cambio la documentaciónes abundantepara el si-glo xv sobre la percepcióndel diezmo eclesiástico,la anexión a lasedeabacial de los «préstamosde diezmo’> que estánsituados hastaen lugareslejanos de la metrópoli>y los múltiples pleitos quetuvieronel diezmo y su percepciónpor origen. La documentaciónconservada—que no es más que parte de la que existió— revela así la existen-cia de más de treinta operacionesdiversasrelativasal cobro del diez-mo y efectuadaspor el cabildo vallisoletanoentre 1375 y 1484. Hayque señalarque los beneficiosesperadosmerecíansu atención: en1515> por ejemplo> las rentas decimalesalcanzaránla cantidad de215.808maravedís.Los juros de heredadentoncesadquiridospor lasdemás entidadeseclesiásticasde la ciudad nunca alcanzaránesta ci-fra, lo que explica quizáque el cabildo hayadesdeñadoen el siglo xvesta nuevafuentede ingreso21

    Conversiónde los beneficiosde la explotacióndel suelo urbano oextraurbanoen rentasfijas e incorporaciónde rentasdecimaleso pro-cedentesdel portazgoconstituyenpueslos polos de la política econó-mica de la colegiatabajo la dinastíatrastamarista.El cabildo ha des-vinculado sus fuentesde ingreso de la ciudad> convirtiéndolaen ade-

    “ Adeline Rucquoi: «La enajenaciónde las rentas reales...», op. cit., pá’ginas 820-822.

    20 Hilario Casado Alonso: La propiedad eclesiásticaen la ciudad de Burgosen el siclo XV: ~ págs. 905-908;BartoloméBennassar:Valladolid ay siécle d’Or, París-La Haya, 1967, pág. 256.

  • 980 Adellne Rucquoi

    lantea no ser másqueuno de los lugaresgeográficos,entreotros, dedonde sacarrentas; la ruptura con la política anterior es aquí pa-tente.Pero estarupturano era posibleen el sólo dominio económicoy correspondede hecho a una separaciónmásgeneralentrela ciudady su colegiata.

    2. La pérdida de una supremacía

    Si la iglesia Mayor dominabade forma aplastanteel panoramareligioso y social de las épocasanteriores,el siglo que se extiendedes-pués de la toma de poder de Enrique II se caracterizapor una des-aparición casi completa de la colegiatade la vida urbana.«Desapa-rición>’ profunda a pesar de la presenciafísica de los canónigosen laciudad, de las solemnesprocesionesque organizan y de su riqueza>«desaparición’>cuyascausassonmúltiples aunquenospareceque tresde ellos pudieron desempeñarun papel dominante.

    El siglo trastamaristareanuda,tras el eclipsede la primera mitaddel siglo xiv, las fundacionesde conventos. En 1390, el rey Juan 1inaugura el movimiento al instalar en el antiguo alcázar real unacomunidadde monjesprietos de estrictaobedienciaque se pone bajola advocaciónde San Benito; unos años después,en 1407, el condes-table Ruy López Dávalosofrece a los Agustinos un solar parafundarun convento en Valladolid; en 1440> cumpliendo el testamentodeRuy González de Avellaneda,una comunidadde jerónimos tomaráposesiónde la ermita de SantaMaría de Prado, a poca distancia dela aglomeración.La estricta observanciade su regla que practicabanbenedictinosy jerónimos contrastó rápidamentecon el relajamientoo la laxitud de un clero secularrico y poderoso>a expensasde éste.

    Paralelamentea la instalación de nuevasórdenes que han cana-lizado en poco tiempo el fervor de los vecinos, la reforma de las ór-denes religiosas antiguamenteestablecidasen la villa contribuyen adesligar aún más los vallisoletanos de su colegiata. Son Francisco,tras un primer intento frustrado en 1416> pasaasí definitivamente ala observanciaen 1433; los Agustinos reforman en varias ocasionessu conventoen la ciudad y fundan el de los Santos,a poca distanciade la aglomeración; San Quirce y San Pablo pasan,por fin> a la ob-servanciaen 1460 bajo la acción conjunta del cardenal de Torque-mada y del prior de San Benito.

    Los testamentosrevelanaquí el gran impacto que estemovimientotuvo en las mentalidadespopulares. Las mandaspiadosasdestinadasa la colegiataya no se encuentranmás queen el 37>6 por 100 de ellosy sólo 11 por 100 de los testadorespiden ser enterradosen la iglesia

  • Ciudade Iglesia: la colegiatadeValladolid enla Edad Media 981

    Mayor —en el periodo anterior eran un 63 por 100—. Estasmismasmandastestamentarias,exceptuandoel caso de los Mercedariosy tri-nitarios que tienenderechoa un legadoen cadatestamento>se dirigenen el siglo xv preferentementeal monasteriode San Benito, que apa-rece en 61 por 100 de las últimas voluntadesde los vallisoletanos.Elfervor religioso y la piedad se dirigen luego a las comunidadesde SanFranciscoen un 35 por 100 de los casos—los vecinosque sólo lo men-cionabancon un porcentajedel 26>5 por 100 antes de su reforma, locitan en 55 por 100 de sus testamentosen la segundamitad del siglo—,San Pablo en más de 31 por 100, San Quirce, San Agustín y SantaClara en un 20 por 100 cada uno. La colegiata se ve así seriamenteamenazadaen su preeminenciapor un clero regular que> antigua orecientementeinstalado,hace gala en adelantede una vida estricta yejemplar.

    Las iglesias parroquialesaparecencomo otra amenazapara el ca-bildo en la medidaen que> desdefinales del siglo xiv, su papel en lavida urbana no ha dejado de crecer. Los curas,a menudoprovistosde títulos universitarios y que no pertenecenal cabildo, se oponena sus directivas> no obedecensus prescripcionesy prescinden de élpara solucionardirectamentesus conflictos con las comunidadesmo-násticasvecinas.Esta política suscitaentre los habitantesde la villa

    un nuevo interés en su favor. Ciertas familias oligárquicas fundanentoncescapillas o capellaníasen las iglesias de sus barrios, pidenser enterradasen ellas o dedican,como Pedro Niño> para la iglesiade San Llorente> Luis de la Sernapara la de Santiago y los descen-dientes de Juan de Vivero en el casode la de San Miguel, parte de sufortuna a la construcción o reconstrucción del edificio parroquial.En el siglo xv, cerca de la mitad de los vallisoletanosse acuerdandesu parroquia en sus últimas voluntades.

    El desinteréspor las carreraseclesiásticasque caracteriza el pa-triciado de la época trastamaristacontrastaasimismo con la situa-ción anterior. Si bien el patriciado coloca todavía algunos de susmiembros en el cabildo> en su inmensamayoría sus preferenciasvanen adelanteal convento de San Pablopara sus hijos —conocemoslascarreras que hicieron fray Luis de Valladolid, primer titular de lacátedrade Teologíade la villa, el cardenalJuan de Torquemaday susobrino el primer Gran Inquisidor Tomásde Torquemada—y al deSantaClarapara sus hijas. Por otra parte, las familias de la noblezaurbanaqueno escogenparaello su iglesia parroquial>fundan en grannúmerocapillasy aniversariosen los monasteriosde la ciudad —losrestos de la suntuosacapilla edificadapor doñaYnes de Guzmánparasu marido> Alfonso Pérez de Vivero, en el monasteriode San Benitolo atestiguan todavía—.

  • 982 AdelineRutquoi

    El papel crecienteque desempeñancomunidadesconventualeseiglesias parroquialesy el progresivodesinterésde la oligarquía queexplican en parteel declive del cabildo> quizá convengaañadirel pa-pel del abad mismo. La relativa ausenciadel cabildo de la vida pú-blica corresponde,en efecto, a un desarrollodel papel desempeñadopor el abaden su seno> contrastandouna vez más con la discreciónde los abadesanteriores.La figura de Roberto de Moya> abadde Va-lladolid entre 1424 y 1440, doctor en decretos,refrendariodel papa,protegido del condestabledon Alvaro de Luna y futuro obispo de Os-ma, domina así si no la vida propiamenteurbanapor lo menossu vidaespiritual. Bajo su abadengo,en efecto,con su autorizacióno inclusaa incitación suya,los Jerónimosse instalanen SantaMaria de Prado,los Agustinos reformados fundan el monasteriode Los Santos,cercade Villanubla> en un terreno que les cede> el convento de San Fran-cisco pasa a la Observancia,los monjes de San Benito beneficiande diversosprivilegios y ventajas—como la conducciónhastael edi-ficio conventualde las aguasde la fuente de Argales—y la abadíares-laura partede su autoridadsobrelos curas de parroquias.

    Frentea estos «adversarios»,el cabildo ha pedido el papel de pro-tagonistaen la vida urbanaqueera el suyo en el períodoanterior.Sus«elecciones’>económicasrevelan, sin embargo,que esta pérdida res-pondeen parte a un desinterésconcomitantede sus miembros haciael sistemaurbano.Paulatinamentelos beneficiosquesepuedenadqui-rir en el cabildo vallisoletano no representaránmás que una etapaen el cursus honorum de los dignitarios eclesiásticos>sea cual fueresu procedenciay al igual que cualquierotra prebendaen el reino. So-cialmente,el cabildo se ha desvinculadotambién de la ciudad.

    3. El fracaso de los intentos de restauraciónde su antigua preeminencia

    La rupturaentreel cabildo de SantaMaría la Mayor y Valladolidno seefectuó, naturalmente,segúnunaprogresiónlineal y el primerointentó en varias ocasionesreafirmar su antiguo papel. Intentos in-fructuosospero que recuerdanlos que> con éxito> llevaban entoncesa cabo los miembros del patriciadopara no perder su influencia enla ciudadmientrasbuscabanotrasfuentesde ingresosy otrasalianzas.

    El primer fracaso de íos dignatariosde la colegiata es el de supoder en la ciudad. Las reclamacionespor el merino del abad delcenso que le correspondíasobreuna serie de casaso los vecinosdeun barrio suscitanconflictos que más de una vez desembocanen ladenegaciónoficial de las pretensioneseclesiásticas:la cofradía deEsguevaen 1387 y los vecinosdel barrio de San Julián encabezados

  • Ciudad e Iglesia: la colegiatade Valladolid enla Edad Media 983

    por su cura en 1397 consiguierondemostrarpúblicamentesu inde-pendenciafrente a la jurisdicción abacial~.

    Frente a los deseosde independenciade los curas de las iglesiasparroquiales,el abady el cabildo reaccionanen 1415 promulgandonuevosestatutosen los cualesse insiste sobrela obedienciaque sedebe hacia los dignatariosde la colegiata> obedienciaque se mani-fiestapor la asistenciaa las procesionesordenadaspor el cabildo, alos entierrosde canónigos>el respetode los entredichospronunciadospor el abady el deberde tocarlas campanasparroquialescuandosue-nan las de la iglesia Mayor. Las multas previstas para los casosdeincumplimiento de estasConstitucionesno parecenhaber sido sufi-cientescomo paraincitar a los curasy beneficiadosde las iglesias arespetarla autoridadde la colegiata: en 1429, por ejemplo> un pleitoopondráel curade San Salvadoral chantrede SantaMaría la Mayorque le acusabade no haber acudido a las procesiones~.

    Frente a la «agresividad»de las comunidadesmonásticas>el ca-bildo recurrió como en la épocaanterior a la imposiciónde arreglosescritos que reconocíanla supremacíade la colegiata—en materiade procesiones,cruces procesionales,respectode los entredichos>con-cesión de campanasy cementerios,etc.— y sus derechospecuniarios—la cuartapartede las donacionesratione sepulturey el diezmoecle-siástico—. La multiplicación de estos contratos y su frecuentereno-vación se sumanentoncesa los acuerdosy arbitrajespararevelarqueestasupremacíaha dejado de serun hechoindiscutible: el abady sucabildo firmaron acuerdoscon los Mercedariosen 1375, los Domini-cos en 1385, los Benedictinosen 1394 y 1435, las Cisterciensesde SanQuirce en 1400 y los Jerónimosde Pradoantes de 1444; el contratoque habían firmado los Trinitarios en 1314 tuvo que ser renovadopor lo menosen 1423, 1432 y 1438. Perosueficaciano fue muy grandey ciertos conventos>como el del Prado en 1444> no dudaronen recu-rrir a autoridadessuperioresy hasta al papa cuandoconsiderabanque el contrato conteníacláusulasexorbitantes~

    Al igual que anteriormente,los eclesiásticosde Santa Maria laMayor se preocuparontodavíade mejorar su preparaciónintelectual>requisito imprescindiblepara hacer frente a la multiplicación delos títulos universitariosentre los Dominicos> los Trinitarios y losFranciscanosde antes de su reducción a la Observancia.En el si-

    ~ Archivo Municipal de Valladolid, Hospital de Esgueva,legajo 51, núm. 66;A. H. N, Clero, Valladolid> carpeta3447, núm. 15.

    ~‘ Biblioteca Nacional, Madrid, Mss. 18.266, fols. 342 v.-345 y.24 A. c. V., legajo 10> núm. 1; legajo 7, núms. 10, 36, 12; A. E. N., Cíen Va-

    lladolid, carpeta3513, núms. 6, 7 y 8; A. C. V., legajo 7, núm. 13; A. H. N., Clero,Valladolid, carpeta3520, núm. 12, y A. C. y., sin catalogar,documentofechadodel 28 de mayo de 1438.

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    glo xv> Valladolid se convierteen una capital intelectual: ademásdesu Universidadque dispone>desde1418> de unafacultad de teología>los conventosde San Pablo y de la Trinidad han creado los studiade su orden. Los miembrosdel cabildo ostentanentoncestítulos uni-versitariosen un porcentajedel 13 por 100 en la épocatrastamarista,títulos siempresacadosen derechocivil o canónicoy nunca en teolo-gía. Convienenotar queel movimiento se acentúacon el siglo: antesde 1425 sólo un poco más del 5 por 100 de los canónigosy beneficia-dos habíanpasadopor la Universidad, mientrasque despuésla pro-porciónllega al 22 por 100. Sin embargo,no parecequeel único obje-tivo de los clérigos universitarioshaya sido sus posibilidades de ac-ción en el medio urbano. La consecuciónde tales diplomas les per-mitía acumular prebendasy dignidadesy desempeñarun papel anivel «nacional».

    El siglo quesiguea la victoria de Enrique II de Trastamaraseñalapues la rupturaentre la primera institución eclesiásticade la ciudady ésta. Dentro del marco urbano> nuevasentidadesmás apropiadasa las necesidadesde una sociedaden mutación tomanel relevo> y elfervor de los vallisoletanosrespondeal papel relevanteentoncesdes-empeñadopor las iglesias parroquialesy las fundacionesmonásticas.Las nuevasorientacioneseconómicasy socialesqueadoptanlos miem-bros del cabildo a título individual y colectivo les desvinculande laciudadque fue la base de su poder y de su riqueza. Esta desvincula-ción pareceser> sin embargo>el precio necesariopara que el clerosecular—y ya no sólo el de tal o cual sedeespecíficade obispadooabadía—puedadesempeñarun papel dentro de lo que seráel marcode la vida social en el siglo xvi, el Estado-Nación.La carreraeclesiás-tica sale del marco meramentelocal o regional que se traducía porla concentraciónde fuentesde ingresos,beneficiosy objetivos en unmismo lugar o aglomeración,para abarcaren adelanteel conjuntode los territorios de la Corona; la unión de Castilla y Aragón y de susrespectivasposesionesampliarántodavíamás el marco en cuyo senola Iglesia secularpuedepretendersu papel moral y espiritual y delquepuedeesperaringresosy riquezas.

    La transformaciónde la abadíade Valladolid, en sedede obispadoen 1595, si bien es una compensaciónconcedidapor la monarquíaala ciudad en adelanteprivadade la Cortey de la capitalidad>no dejade ser la conclusiónlógica del movimiento que habíaconducidoa losmiembrosdel cabildo vallisoletanoaunir su suertea la de la ciudaddurantecasi dos siglos para luego liberarsede ella y, a lo largo delos dos siglos siguientes,ampliar sus miras hastalos confines del Es-tado-Nación.

    Adeline Rucouoí(C. N. R. S. Paris)