cita con dios - héroes de la biblia (septiembre 2014)

Elías Betanzos

Héroes de la Biblia

septiembre 2014

Héroes de la BibliaElías Betanzos · Agosto 2014

Cita con Dios · la reunión a la que no puedes faltar

HÉROES DE LA BIBLIA

M e agradan las biografías de personajes que han hecho la di-ferencia en su tiempo; siempre que puedo leo una, ya sean

líderes evangélicos, empresarios o políticos. Siempre hay algo que aprender de ellos.

En la Biblia encontramos una galería de héroes que hicieron historia por su fe, por su valentía o por su humildad. La Palabra de Dios nos presenta a cada uno de ellos con sus defectos y virtudes, pues no fueron semidioses, sólo personas comunes y corrientes que se dejaron utilizar por Dios.

Me gusta leer la historia de Noé, un héroe que en medio de un mundo de maldad fue visto por Dios por ser un hombre justo y recto en medio de tanta injusticia y corrupción. Me llama la atención Ester, una mujer valiente que supo entender el propósito de Dios. Hombres y mujeres deberíamos aprender de ella.

Aprendo de Job que, en lugar de quejarse en medio de su aflicción, adoró a Dios; de Enoc, quien caminó con Dios toda su vida; de Abraham que obedeció sin cuestionar a Dios, y qué decir de mi héroe favorito el rey David, quien pastoreó al pueblo de Israel con integridad de corazón y pericia de manos (Salmos 78:72) y fue considerado un hombre conforme al corazón de Dios.

Este mes vamos a disfrutar de estos grandes héroes bíblicos, personas que a pesar de su humanidad y de todas sus debilidades, lograron hacer la diferencia. Vamos a disfrutar de estos preciosos devocionarios, y pidamos a Dios aprender de la fe de ellos y ponerla en práctica.

Pastor Elías Betanzos Luis

Director General

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Lunes 1º de septiembre | Lectura del día: Génesis 12:1-9

El héroe que dejó todoY se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de

edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Génesis 12:4

A braham es un héroe muy conocido por todos, tanto, que yo creo que no hay persona en la Tierra que no sepa quién es.

Conocido como el padre de la fe, es el padre de los judíos y de los palestinos, pues fue progenitor de Isaac e Ismael.

En el pasaje que leímos hay algunos datos interesantes que resaltar como la promesa de Dios a Abraham: “Bendeciré a los que te bendijeren y a los que te maldijeren maldeciré, en ti serán benditas todas las familias de la tierra”. De esta simiente viene Jesús el hijo de Dios, y en Jesús todas las familias de la tierra son benditas.

También podemos resaltar en el v. 4 la obediencia de Abra-ham: no discute con Dios, no hace más preguntas; aunque no sabía a dónde iba, él no cuestiona a Dios, simplemente obedece: “Y salió Abraham conforme Dios le había dicho”. A esto se le llama obedien-cia: es la fe puesta en práctica.

Lo que más me llama la atención es la edad de Abraham que se menciona en el v. 4: tenía 65 años. Puedo creer que Abraham ya tenía hecha una vida en Ur de los Caldeos; tenía una esposa y toda su familia estaba allí, sus posesiones y sus amigos estaban ahí; tenía 65 años de vivir en el mismo lugar. Estoy seguro que se había apegado a muchas cosas, lo cual podía ocasionar que él se opusiera al mandato de Dios, pero no lo hizo.

Como enseñanza para hoy, debe-mos meditar en que tenemos que soltar algunas cosas que son muletas en nuestra vida, que “aparentemente” nos sostie-nen, y confiar en Dios y en Sus promesas para que podamos ser bendecidos.

Los héroes son personas ordinarias que se vuelven extraordinarias.

Abraham obedeció, por eso es mi héroe, porque

supo dejar todo; dejó a sus amigos, dejó su

zona de confort, dejó su cultura y sus tradiciones,

dejó sus relaciones, y como resultado de esa obediencia, fue

grandemente bendecido.

Martes 2 de septiembre | Lectura del día: Éxodo 1:1-21

Sifra y FúaY por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias. Éxodo 1:21

E l faraón decidió poner en marcha una política de genocidio. Esto era precisamente lo que pretendía el gobernante de Egipto:

eliminar a todos los niños varones que nacieran de familias hebreas, y las razones para ello eran políticas: en caso de invasión por una potencia extranjera, los hebreos podían representar un peligro para la seguridad nacional.

Aquélla era una resolución totalmente legal, ya que había sido ordenada por el legítimo gobernante del país. Sin embargo, desde el punto de vista ético, no podía considerarse una medida moral.

Sifra y Fúa se encontraron ante un dilema de lealtades enfren-tadas: obedecer a la ley humana que les exigía la participación en un acto legal pero inmoral como lo era matar a los niños hebreos varo-nes o, por el contrario, someterse a la ley divina que les exigía preser-var la vida de los niños recién nacidos. Ambas tomaron una decisión arriesgada: desobedecer la ley humana y someterse a la ley de Dios.

En el pasado nuestras culturas basaban su ordenamiento moral e incluso jurídico en los principios que emanaban del cristianismo. Sin embargo, con el creciente proceso de secularización, la conducta y también la legislación se apartan cada vez más de los valores cris-tianos y se rigen en muchas ocasiones por valores auténticamente anticristianos. Como consecuencia de eso, contamos con normas perfectamente legales, porque han sido aprobadas por parlamentos democráticos, pero no necesariamente morales desde el punto de vista bíblico. Esta tendencia sin duda seguirá creciendo y cada vez con mayor frecuencia estaremos frente a la tensión entre lo moral y lo legal.

Sifra y Fúa constituyen para nosotros un claro ejemplo como personas que se opusieron a una legislación inmoral y que practica-ron una evidente desobediencia civil contra ella, lo que las coloca en el papel de heroínas. Para nosotros son un referente de cómo ma-nejarnos en sociedades legales pero inmorales. A fin de cuentas, en un conflicto de intereses entre moralidad y legalidad, los creyentes obedecen a Dios antes que a los hombres; ese es el principio bíblico (Hechos 4:19).


Miércoles 3 de septiembre | Lectura del día: Salmos 51

Un hombre conforme al corazón de DiosCrea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva

un espíritu recto dentro de mí. Salmos 51:10

¿P odríamos considerar a David como un héroe de la Biblia? Muchos podrían decir que él cometió un terrible pecado, no

solamente sexual, sino mintió y mandó a asesinar a uno de sus va-lientes, a Urías el esposo de Betsabé.

Sin embargo, David es considerado en la Biblia como un hombre conforme al corazón de Dios y es mencionado como un rey que fue como ningún otro en toda la historia del pueblo de Israel. ¿Qué características tenía David que le hicieron un ícono del pueblo israelita?

En primer lugar, David tenía un corazón arrepentido. El Sal-mo 51 es su oración de arrepentimiento; David había sido confron-tado por el profeta Natán, y había aceptado su pecado.

La Biblia dice que “el que encubre su pecado no prosperará, pero el que lo confiesa y se aparta alcanzará misericordia”, y éste es el caso de David; él no busco excusas o culpables, sino que reconoció su pecado; fue arrepentido a Dios y le dijo: “Yo he pecado, límpiame más y más y seré blanco como la nieve.”

En segundo lugar, David tenía un corazón sujeto a la autori-dad. Él respetaba al rey Saúl aunque éste lo intentó matar en varias ocasiones. David dijo de Saúl “Jehová me libre de tocar al ungido de Dios”; él quería ser rey, pero no quería hacerlo a su manera, ni en su tiempo, ni a costa de ser rebelde contra la autoridad, sino en el tiempo de Dios.

En tercer lugar, David tenía un corazón adorador. ¿Cuántos Salmos escribió como cantos a Dios? David tenía sed de Dios y lo describe así: “Cómo el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti oh Dios el alma mía”. David es el que dice que para él es mejor un día en la casa de Dios que mil fuera de ella. David era un adorador y eso lo llevó a ser un rey conforme al corazón de Dios.

Estas tres características están a nuestro alcance: podemos te-ner un corazón arrepentido, un corazón sujeto a la autoridad y un corazón adorador.


Jueves 4 de septiembre | Lectura del día: Rut 1:1-17

Un ejemplo de lealtadRespondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu

pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Rut 1:16

N uestra relación con Dios por lo general se ve reflejada en nues-tras relaciones personales. Cuanto más leales somos a Dios, más

leales tendemos a ser con amigos y familiares. No es una coinciden-cia, Dios quiere que permanezcamos leales a Él, y quiere que seamos leales a las personas que coloca en nuestra vida.

Quizá uno de los cuadros más hermosos de lealtad en las Es-crituras es el de Rut con su suegra Noemí. Sin embargo, la lealtad viene del corazón. Es motivada por amor y quiere lo mejor para la otra persona.

La lealtad también demanda con-fianza, no da pie a ningún engaño o sos-pecha. Como resultado, los individuos leales conectan entre sí a un nivel mucho más profundo que los demás. Por el con-trario, la deslealtad causa división, sobre todo entre cristianos.

Los amigos leales defienden a la otra persona y rehúsan hacer caso a chismes. La lealtad habla con la verdad. La persona leal siempre es responsable. La lealtad genuina no se basa en las circunstancias, el ambiente, la popularidad o la conveniencia; la lealtad verdadera se fundamenta en la devoción a Dios y el amor al prójimo.

En últimas, Dios siempre recompensa a quienes permanecen leales a Él y a las personas que Él pone en nuestra vida. Jamás po-dremos superar a Dios en generosidad ni tampoco en lealtad. Sin embargo, Dios vio la lealtad profunda y constante de Rut y la re-compensó dándole un esposo amoroso, un hermoso hijo y por si eso fuera poco, la incluyó en el linaje familiar de Jesucristo.


Una persona leal es constante y noble; nunca

hay que rogarle su apoyo a un amigo o

compañero leal.

Viernes 5 de septiembre | Lectura del día: Génesis 5:1-32

El hombre que caminó con DiosCaminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Génesis 5:24

M e imagino que al leer este capítulo del Génesis usted pensó que no hay nada productivo en leer la genealogía. Tal vez pensó en

pasarse de largo y leer la meditación porque es un poco aburrido leer cualquier genealogía, pero el hecho de que esté en la Biblia significa que hay una enseñanza que el Espíritu Santo quiere darnos.

Cuando empezamos a leer este capítulo encontramos una re-petición de frases como esta: “Adán a la edad de ciento treinta años tuvo un hijo y lo llamó Set, después vivió ochocientos años más y tuvo más hijos y mu-rió a los novecientos treinta años”, y así continúa el capítulo hasta el v. 24.

Desde el v. 1 hasta el v. 24 encontramos el ciclo biológico de la vida. El hombre nace, crece, se reproduce y muere. Lo interesante de este caso es que pasan muchas generaciones sin que nadie haya hecho algo sobresaliente.

Todos hicieron lo mismo: nacieron, crecieron, tuvieron hijos y murieron. Esto fue así hasta que nació Enoc, quien también creció y se casó y tuvo hijos, pero en el v. 24 encontramos que Enoc rompe con el círculo que to-dos llevaban; rompe con la monotonía y el aburrimiento y hace algo trascenden-te, a tal grado que por ese acto Enoc no murió, sino que se lo llevó Dios.

Enoc es un héroe que nos habla de fidelidad, de seriedad en el caminar con Dios. Espero que podamos seguir su ejemplo, caminando día a día con Dios, tratando de agradarle en cada una de nuestras acciones.


El hecho de que Dios le haya llevado es

trascendente, pero es el resultado de una decisión que Enoc tomó: él caminó

con Dios, anduvo fielmente en el camino del Señor

no un año, ni dos; la Biblia nos dice que Enoc

caminó fielmente con Dios trescientos años.

Sábado 6 de septiembre | Lectura del día: Jueces 4:1-7

Barac, líder humildeY ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí,

y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón.

Jueces 4:6

B arac era de la tribu de Neftalí, hijo de Abinoam. Fue el 5º juez de Israel, y su nombre significa: “Que se enciende para luchar”.

Junto con la jueza y profetisa Débora, ganaron la batalla contra el rey Jabín de Canaán, con su experimentado general Sísara, para que éstos dejaran de ser una amenaza para Israel. Este pueblo, después de la muerte de Aod, había vuelto a hacer lo malo ante los ojos de Dios. El Señor los abandonó, literalmente “los vendió” en manos de Jabín, rey de Canaán, el cual reinó en Hazor. Al estar los hijos de Israel por veinte años oprimidos con crueldad por este rey, clamaron a Dios y Él tuvo misericordia de ellos y entregó al enemigo hasta derrotarlo.

Sorprende la condición de Barac al aceptar ir a la batalla: Pide que vaya con él la profetisa y jueza Débora, así que con un ejército de diez mil hombres, de las tribus de Zabulón y de Neftalí, salió a la batalla acompañado de la sierva de Dios. Recibió la advertencia de que el mérito de la victoria sobre el enemigo sería para una mujer y estuvo de acuerdo.

Lo que podemos aprender es que Barac era un hombre de fe, que se unió a su líder espiritual, creyó la promesa de Dios de que “Él pelearía por ellos” y es evidente que la guerra fue ganada porque Dios estaba con ellos. El escenario de la batalla fue el Monte Tabor y el Valle de Cisón. Por supuesto que Barac no rechazó la misión, ni desobedeció a Jehová, sino manifestó que la presencia de Débora, representante de Dios, le infundía confianza y una fe firme.

Sigamos el ejemplo de aquellos líderes en la Biblia que han manifestado su humildad ocupando un segundo lugar o no llevando ellos el mérito del éxito.


Domingo 7 de septiembre | Lectura del día: Josué 1:1-9

Un héroe siervoMira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9

J osué aparece en escena en la Biblia como un siervo o asistente de Moisés. En el v. 1 de este capítulo que acabamos de leer, la Biblia

lo menciona también como un siervo de Moisés.Como todos sabemos, Josué fue quien metió al pueblo de Is-

rael a la tierra prometida, una tarea nada fácil, porque había que con-quistar la tierra para poder tomar posesión y Josué tuvo que enfrentar batallas, sufrir alguna derrota, tomar decisiones difíciles, pero salió bien librado de su encomienda.

Podríamos pasar varios días hablando de la vida de Josué, de cómo empezó como esclavo y terminó como líder del pueblo de Israel; sin embargo, sólo quiero referirme a él como siervo o asistente de Moisés.

Ser líder no es fácil, pero ser siervo es algo más complicado, porque implica morir a nosotros mismos para que el líder para quien trabajamos pueda crecer. Normalmente el siervo es el que hace el trabajo pesado y el líder es quien se lleva el reconocimiento, y es aquí donde radica el mérito de Josué.

Ser asistente de Moisés no fue nada fácil; tenía un carácter muy difícil, era reaccionario, y aunque ya había estado en el desier-to 40 años, todavía tenía residuos de su carácter; me imagino que en muchas ocasiones le llamó la atención fuertemente a Josué; creo que algunas veces Moisés estaba tan estresado con los problemas del pueblo que se ponía de mal humor y tal vez se desquitaba con Josué, pero no veo a Josué resentido o amargado por haber sido 40 años servidor de Moisés. Josué me habla de lealtad, de humildad, de in-tegridad. Éstas son las cualidades que Dios ve en él cuando le dice: “Levántate y lleva a Israel a la tierra que les he dado”.

Si quieres que un día Dios te use, aprende a servir con lealtad, humildad e integridad a tu líder o a tu jefe, o a tus padres físicos o espirituales, y Él te va a recompensar.


Lunes 8 de septiembre | Lectura del día: Ester 2:1-18

Una gran heroínaY había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era

huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya. Ester 2:7

A unque Dios puede parecer distante a veces, y aunque es invisi-ble para nosotros, Él siempre es invencible. Ésta es la principal

lección del libro de Ester. Aunque su nombre está ausente de las páginas de este especial libro de la historia judía, Dios está presente en cada escena y en la evolución de cada acontecimiento, hasta que finalmente trae todo a un maravilloso clímax al demostrar que Él es el Señor de Su pueblo.

Mardoqueo era descendiente de uno de los judíos exiliados. Era un hombre temeroso de Dios y su papel más importante era su relación con Ester.

Ester, que es el nombre persa de esta joven, significa “estre-lla”. Este nombre parece acertado, ya que ella es verdaderamente la estrella del espectáculo, la heroína de la historia. La poderosa mano de Dios está actuando entre bastidores, oculta de los ojos humanos. Sólo Dios habría puesto Su mano sobre una huérfana olvidada.

Aquí hay un hermoso mensaje para cualquiera que haya pa-sado alguna vez por angustias; para cualquiera que alguna vez haya sido golpeado por la vida; para cualquiera que haya sentido algu-na vez que su pasado ha sido tan opaco, desordenado, que no hay manera en el mundo de que Dios pueda encontrarle una razón o significado.

Aquí tenemos a una pequeña niña, huérfana y desamparada, que debió haber llorado amargamente la muerte de sus padres, pero que, años más tarde, vendría a ser clave para la supervivencia misma de su pueblo, los judíos. Solamente Dios puede hacer tales cosas, y Él en realidad las hace, actuando de manera silenciosa e invisible detrás de los acontecimientos de la historia. Él también está trabajando ca-lladamente en tu vida entre bastidores.

El miedo te hará perder la oportunidad de quedar como un héroe.

Martes 9 de septiembre | Lectura del día: Génesis 6:1-22

Noé, el héroe que halló graciaPero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

Génesis 1:8

N oé brilla en medio de la oscuridad. El mundo estaba en dete-rioro moral y espiritual, la Biblia dice que sus pensamientos

eran constantemente hacia el mal.La maldad se había multiplicado a tal grado que Dios había

decidido acabar con este planeta de una vez por todas, pero “Noé halló gracia ante los ojos de Dios”. ¡Qué frase tan espectacular! En medio de toda esa oscuridad, de toda esa depravación, y de todo el pecado, hay una luz que está brillando, y Dios puso Sus ojos en esa casa, en ese hombre que se describe como un hombre justo en medio de tan-ta injusticia, un hombre bondadoso en medio de tanta maldad, un hombre pacifico en medio de tanta violencia.

Me imagino que todos le decían “Noé, ven a emborracharte con noso-tros; todos somos infieles, así que ven a ser infiel también” y Noé rechazaba esas invitaciones.

El resultado de estas decisiones es que Noé halló gracia ante los ojos de Dios, y Él le dio una encomienda que sólo un hombre como Noé podía llevar a cabo: construir un arca en la cual se salvarían Noé, su esposa, sus hijos, sus nueras y todas las especies de animales.

¿Ahora entiendes por qué sus hijos y nueras le creyeron a Noé? Porque era un hombre íntegro, un hombre diferente a los demás.

Noé no sólo salvó a su familia, sino que también atrajo la bendición de Dios (Génesis 9:1). Noé nos enseña que podemos ser íntegros en un mundo donde impera la deshonestidad; que podemos ser cristianos en un mundo donde impera el mal y el pecado. Esa decisión puede salvar y bendecir a tu familia.


Noé se atrevió a vivir una vida recta a pesar de la presión social, se

atrevió a ser diferente, a ser honrado, a ser fiel a su mujer, a ser justo en sus

decisiones.

Miércoles 10 de septiembre | Lectura del día: Jueces 4:18-22

Jael, mujer valiente y sabiaPero Jael mujer de Heber tomó una estaca de la tienda,

y poniendo un mazo en su mano, se le acercó calladamente y le metió la estaca por las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió. Jueces 4:21

D e las mujeres notables en el Antiguo Testamento recordamos a María o Miriam, hermana de Moisés, Débora, Jael, Rut, Abi-

gail y Ester. La historia de Jael se halla narrada en Jueces 4:1-24, particularmente los versos 18 al 22. La verdadera protagonista de este pasaje es Débora, jueza y profetiza que con su firmeza y astucia vence a los ejércitos de Jabín, rey de Canaán y enemigo de Israel. Sísara, general del ejército de Jabín, había escapado con vida tras la derrota de sus tropas, yendo a pedir refugio a la tienda de Jael, de la tribu nómada de los Ceneos. Ella lo esconde; cuando le pidió agua, le dio a beber leche y un lugar donde descansar. Aprovechando el momento en que se duerme, le clava una estaca en su sien, dejándole muerto. Cuando Barac busca a Sísara, Jael le muestra dónde se encuentra muerto y derrotado. Esto ayudó para que Israel lograra la derrota total del rey Jabín de Canaán.

Jael, que no era una mujer violenta, tiene la sabiduría de darse cuenta qué clase de persona estaba recibiendo en su casa: Un hombre de guerra que estaba luchando contra Israel. Ella tomó la oportuni-dad para ayudar al pueblo de Dios. Además de valiente, supo esperar el momento justo para atacar al enemigo y resolver la situación. Se dio cuenta que si se enfrentaba con espada o físicamente con Sísara, ella no ganaría la lucha, así que espera el momento de mayor debili-dad del general cananita y le clava la estaca en la sien.

En la vida no basta con ser sólo valiente o sabio, porque po-demos actuar en el momento equivocado o motivados por nuestras emociones. Necesitamos ambas virtudes para tomar la actitud co-rrecta y actuar en el tiempo adecuado. Equilibrar estas dos virtudes en la vida es el desafío para cada uno de nosotros.


Jueves 11 de septiembre | Lectura del día: Mateo 16:15-20

Un líder vulnerableY yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi

iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mateo 16:18

U no de los grandes líderes en la Iglesia cristiana primitiva fue Simón Pedro. Según la narración bíblica, era un pescador ju-

dío de Galilea, junto con su hermano Andrés, y ambos poseían una barca. Nació en Betsaida, un pueblo junto al lago de Genesaret. Su padre se llamaba Jonás. Vivía en Capernaúm, en casa de su suegra, cuando Cristo lo llamó para ser Su discípulo. Según Clemente de Alejandría, Pedro tenía hijos y dice que su esposa sufrió el martirio. Su nombre de nacimiento es Shimón bar loná. El historiador religioso de la antigüedad, Eusebio relata que Pedro “fue crucificado con la cabeza hacia abajo”, a petición personal, porque consideró que no era digno de morir de la misma manera como su Señor.

Mateo 4:18-20 nos relata: Andando Jesús junto al mar de Gali-lea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.

Aunque la Iglesia tradicional considera que Jesús había dicho que edificaría Su Iglesia sobre Pedro, otros, como la Iglesia Orto-doxa, consideran que la Iglesia cristiana se fundamentó en la declara-ción de fe de Pedro: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Eventos como el lavamiento de los pies durante la última cena, sus negaciones durante la pasión de Cristo, su restauración y la comisión de apacen-tar la grey por parte de Jesús resucitado, además de sus curaciones después del Pentecostés, sus controversias con Pablo y su martirio en Roma, lo presentan como un líder vulnerable.

De la vida de Simón Pedro aprendemos que el ser humano es muy débil, sujeto a fallar, pero también que tenemos a un Señor Jesucristo capaz de dar una segunda oportunidad que podemos apro-vechar, después de un fracaso.


Viernes 12 de septiembre | Lectura del día: Daniel 1:1-10

Daniel, un hombre de propuestasY Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la

comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Daniel 1:8

L as referencias que tenemos acerca de Daniel las encontramos en el libro que lleva su nombre en la Biblia y por los datos dados

por Flavio Josefo, quien dice que pertenecía a una familia noble del reino de Judá, emparentado con la realeza. Cuando tenía unos 14 años de edad fue llevado cautivo a Babilonia, tras la caída de Jeru-salén en el año 587 a.C. Según el relato bíblico, Nabucodonosor II ordenó escoger un grupo de jóvenes hebreos para ocupar puestos en la corte y los elegidos fueron Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de la misma tribu, quienes estarían bajo el cuidado de Aspenaz, jefe de los eunucos. Éste les preparó en la cultura mesopotámica, aprendizaje de la lengua, su escritura y su tradición literaria. Recibieron nombres nuevos en idioma acadia tardía: Beltsasar, Sadrac, Mesac y Abednego respectivamente.

Podríamos destacar virtudes de Daniel como la interpretación de sueños o de escrituras en arameo, o su fidelidad a Dios, a riesgo de perder la vida en el foso de los leones, o su vida de oración, pero en nuestra porción de estudio se nos menciona una que es digna de imitarse: “Daniel propuso en su corazón no contaminarse”. Aunque en primera instancia se refiere al hecho de comer verduras y tomar agua en lugar de la comida y el vino que el rey les proporcionaba, bien puede aplicarse a todas las áreas de nuestra vida.

El resultado, después de tres años, fue que “luego de hablar el rey con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, no encontró a nadie que los igualara, de modo que los cuatro entraron a su servicio” (v. 19-20), y cuando fueron interrogados en los temas que requerían sabiduría y discernimiento, los halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de su reino.

Nuestras decisiones nos afectan positiva o negativamente. Pi-damos a Dios que nos de sabiduría.


Sábado 13 de septiembre | Lectura del día: 1 Samuel 18:1-5

Un gran amigoUna vez que David y Saúl terminaron de hablar, Saúl

tomó a David a su servicio y, desde ese día, no lo dejó volver a la casa de su padre. Jonatán, por su parte, entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo.

1 Samuel 18:1-2

S i hay algo que identifica a David y Jonatán es su gran amistad a prueba de todo; una amistad que supera aun el amor por una

mujer. Sin duda que el hecho de que el rey Saúl llegó a tener envidia de David por su popularidad y que las mujeres le atribuyeron, en su canto, mayor mérito a David, le llevan a perseguirlo a muerte, y es en esa circunstancia en que aparece Jonatán para ayudar a su amigo a salvarse de los ataques de su propio padre.

Reconocemos que es una enor-me bendición tener un amigo, tener una amiga, no solamente porque nos ayu-dan a crecer en la vida cristiana, sino también porque nos enseñan a ser más amorosos, más compasivos, más genero-sos, a orar más, y también nos muestran nuestros errores, nos enseñan a ver el lado positivo de las cosas, a ser honestos, fieles, a compartir lo que tenemos con otros, y mucho más.

El capítulo 18 del primer libro de Samuel nos enseña que en el caso de David y Jonatán, llegaron a hacer un pacto de amistad por el resto de su vida; lograron tener un mismo espíritu, demostrarse un amor sacrificial, manifestar generosidad al compartirse túnica, arco, espada y cinto; Jonatán llegó a mostrar honestidad al advertirle a Da-vid que su padre pretendía matarlo, lo animó a huir, a esconderse; se mostraron confianza y lealtad que duró hasta la siguiente generación cuando se comprometieron a proteger a la familia del otro; lloraron juntos y se protegieron en los días de peligro.

Pidamos a Dios que nos conceda tener con otros una amistad a prueba de todo, y procuremos siempre ser buenos amigos.


En Proverbios 17:17 leemos que: “En todo tiempo ama

el amigo, Y es como un hermano en tiempo de

angustia”

Domingo 14 de septiembre | Lectura del día: 1 Samuel 1:1-28

Respuesta a la oraciónPor este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días

que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová. 1 Samuel 1:27-28

L os dos libros de Samuel abarcan un período de aproximadamen-te 130 años, desde el nacimiento de Samuel hasta poco antes de

la muerte del rey David. En el primero, encontramos que el profeta Samuel era hijo de Elcana y de Ana, quien por ser estéril no era feliz, ni disfrutaba de su vida matrimonial con su esposo, hasta que pidió en oración, de manera específica, que Dios le concediera un hijo varón, y lo consagró para el servicio en el templo. Su oración fue contestada y ella fue fiel al entregárselo al Señor tan pronto como había crecido el niño. Quedó bajo el cuidado de Elí, sumo sacerdote del tabernáculo de Silo.

Siendo pequeño, Samuel fue lla-mado por Dios, y después de la muerte de Elí, llegó a ser el gran profeta y juez en Israel. Restauró la ley, el orden y la adoración religiosa en su pueblo. En los capítulos 7 y 8 se encuentran las amo-nestaciones en cuanto a tener dioses fal-sos y un rey inicuo. Este siervo de Dios ungió a Saúl y a David como reyes en Israel.

Por otro lado, en 1 Samuel 28:5-20 se halla un relato de la aparición de Samuel después de muerto por medio de la adivina de Endor, a petición de Saúl. Debemos entender que no pudo haber sido una visión de Dios, porque ninguna hechicera ni ningún mé-dium pueden hacer que aparezca un profeta a petición suya. Eso fue obra del enemigo de nuestras almas, una real mentira que se sigue practicando hasta hoy en los centros espiritistas.

Dios hasta hoy es fiel al responder a todas las peticiones espe-cíficas que le hacemos y recompensa el hecho de que le seamos fieles.


Dios premió la fidelidad de Ana después de cumplir su promesa delante de Dios y consagrar a Samuel para el ministerio al darle tres

hijos y dos hijas.

Lunes 15 de septiembre | Lectura del día: Exodo 2:1-10

Una heroína de gran inf luenciaUn varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. Éxodo 2:1-2

U n héroe verdadero muchas veces no llega a ser famoso e impor-tante a los ojos de la sociedad. De los personajes de las Escritu-

ras, quizá Jocabed es uno de los más desconocidos. La conocemos a ella más por su hijo que por lo que ella misma hizo, y sin embargo, su hijo Moisés no habría llegado a ser lo que fue de no haber sido por la valentía y el coraje de una mujer como su madre. ¿Qué hizo? Se desprendió de su hijo siendo un bebe, depositándolo en el rio Nilo.

La actitud de Jocabed no era una actitud temeraria, era un acto de confianza y dependencia de Dios. Ella era de una familia muy singular, que más adelante Dios iba a escoger para ser sus sacerdotes y servidores. El adn de Jocabed iba a correr por las venas de sus hijos Moisés, Aarón y María. La acción de Jocabed en el río no es un acto de desesperación, es más bien un acto de confianza y de dependencia de Dios. Ella también había orado por la liberación de la opresión egipcia y sabía que ésta iba a llegar a través de un hombre que bien podía ser, y al final fue, su propio hijo, por lo cual tenía que salvarlo.

Dios no solamente se lo devolvió sino que además le dio la tarea de formarlo. Ella instruyó a su hijo bajo el temor de Dios y más tarde él también fue un héroe. Lo que Moisés llegó a ser se empezó a consolidar en las faldas de su madre. ¿Cómo supo de la justicia de Dios y de los planes de liberación de ente sus hermanos? Sin duda que la madre de Moisés tuvo un papel fundamental y prioritario.

Tal vez algunos de nosotros no lleguemos a ser personalidades prominentes, pero no sabemos lo que Dios puede hacer con personas a través de nuestra influencia. Cada día tocamos a diferentes tipos de personas y somos, aun sin quererlo, de influencia para ellos; cuánto más si tenemos hijos o personas bajo nuestra tutoría. Dios permita que formemos héroes, porque nosotros mismos somos, aunque los demás no se hayan dado cuenta todavía.

La pacienca es la más heróica de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroísmo.

Martes 16 de septiembre | Lectura del día: Génesis 26:1-6

Un encuentro personal con DiosY se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la

tierra que yo te diré. Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Génesis 26:2-3

L a Biblia nos presenta a Abraham como padre de la fe, pero que Abraham haya sido un héroe o un gigante, no hacía en conse-

cuencia a su hijo otro héroe de la fe. Es cierto que la influencia y el modelo de los padres es fundamental para la fe de los hijos, pero también tenemos que reconocer que no es una garantía y que cada hijo debe tener su encuentro personal con Dios.

Isaac no podía vivir con el testimonio que Jehová se le había aparecido a su padre y le había dado una instrucción. En medio de la necesidad, su primera intención es regresar a la tierra de donde su padre había salido. Es entonces que Jehová se le aparece e Isaac y éste tiene su propio encuentro personal con Dios. Ahora él no hablaba de un Dios como una referencia, sino a partir de un encuentro personal.

Isaac obedeció también el “raro” llamado de Dios que le pidió que en medio de la necesidad no regresara a Egipto, sino que per-maneciera en el lugar donde estaba, pero que permaneciera como forastero. Por un lado no le permitía regresar, pero por otro no lo invitaba a establecerse permanentemente. En medio de todo esto Isaac obedeció, y no sólo se quedó, sino que además volvió a abrir los pozos que su padre Abraham había cavado y que los filisteos ha-bían cegado (Génesis 26:12-18). Dios cumplió en él las promesas que había hecho a Abraham su padre: “Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso.”

La Biblia nos dice que Jacob desarrolló una fe fuerte de tal forma que: “Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a co-sas venideras.” (Hebreos 11:20). No sólo contempló las promesas que Dios había hecho a su padre sino que vio aún más allá, alcanzando un futuro que nos incluye a nosotros.


Miércoles 17 de septiembre | Lectura del día: Génesis 39:1-6

Un modelo de sanidad interior…Más Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que

él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano. Génesis 39:2-3

J osé es un modelo para nosotros de sanidad interior. Tenía un sin fin de razones para albergar un corazón amargado y resentido; sin

embargo, no sólo no guardó dolor en su corazón debido a las malas ju-gadas que las personas a quienes él amaba le hicieron, sino que además vio la mano de Dios detrás de todo lo que le sucedió, con un propósito.

José fue el hijo menor de Jacob, aunque posteriormente nació Benjamín. Era muy especial para Jacob no sólo porque lo había teni-do en su vejez, sino además porque era el hijo único de la esposa por quien había trabajado 14 años. José tenía la bendición de los patriar-cas y él fue el instrumento que salvó la vida de su familia y el medio a través del cual inició la travesía como una nación propiamente dicha.

José es fundamental para entender la fe, no sólo porque es un tipo de Cristo, a quien también vendieron por 30 piezas de plata, sino porque nos ayuda a entender cómo se realizan los planes de Dios a pesar de las personas. Las circunstancias no le fueron favorables, casi en ningún momento de su vida, y aun así lo vemos siendo usado por Dios para cumplir los planes que Él tenía para Su Pueblo escogido.

José aprendió a ser fiel a Dios, aprendió a ser el mejor y decidió no amargarse en medio de sus difíciles circunstancias. Estas tres ca-racterísticas nos muestran a un hombre que le distinguió un corazón sano. ¿Es posible vivir sin dificultades internas a pesar del pasado? José no sólo nos muestra que sí es posible, sino además nos enseña a reconocer que Dios tiene el control de todas las cosas.

El apóstol Pablo le dice a la Iglesia de Corinto (1ª Co 13:12) que ahora vemos oscuramente, y es un hecho: nuestra vista limitada nos permite vislumbrar sólo muy poco del plan de Dios para nuestra vida, sólo lo que está delante de nosotros; sin embargo, tenemos que aprender a creerle a Él que todo absolutamente está bajo su control.

Por la fe, José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Is-rael, y dio mandamiento acerca de sus huesos. (Hebreos 11: 22).


Jueves 18 de septiembre | Lectura del día: Hebreos 11:23-29

Un héroe de la fePor la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres

meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Hebreos 11:23

H ebreos nos Dice cuáles son las razones por las que un hombre como Moisés entra dentro de la categoría de héroe de la fe. A

saber:• Porque rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón. (26)

La Biblia dice que “escogió antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.”

• Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. (27)

Qué paradoja para explicar la actitud de Moisés: Viendo al in-visible. Y ¿en qué circunstancias lo hizo? No temiendo la ira del rey. En la vida diaria generalmente nos sucede a la inversa, le tememos a cosas que no son y queremos ver para entonces creer.

• Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. (28)

La acción de Moisés no sólo se constituyó en ritual para el pueblo judío rememorando su liberación, sino que llegó hasta el mis-mo Jesús quien lo tomó y le dio un nuevo significado. Jesús se cons-tituiría en el Cordero pascual y Su sangre sería el instrumento que nos salvaría de la muerte. Moisés estaba anunciando con la Pascua el proyecto salvífico de Dios para toda la humanidad.

• Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e inten-tando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados. (29)

La historia del pueblo de Dios es la historia de la salvación. La apertura del mar Rojo no sólo fue un evento que liberó a la nación de Israel de la persecución egipcia, sino que nos hace entender al pueblo de Dios que en nuestro caminar hacia la libertad con la que Cristo nos hizo libres, encontraremos grandes obstáculos, pero que éstos no han podido ni podrán detener los planes maravillosos de nuestro grande y buen Dios para nuestra vida.


Viernes 19 de septiembre | Lectura del día: Josué 14:1-13

Caleb, un ejemplo a seguirJosué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. Josué 14:13

E l pueblo ha cruzado el río Jordán, están al fin de 40 años, en la tierra prometida. Dios ha cumplido Su promesa, ahora ellos

tienen que pelear para adjudicarse lo que les pertenece. Es entonces cuando la tierra de Canaán está lista para ser repartida entre las tribus de Israel.

Los hijos de Judá vinieron a pedir la parte que les corres-pondía en la tierra prometida a Josué. Sin embargo, Caleb refirió a Josué la promesa que Dios le había hecho “Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo lo meteré en la tierra donde entró y su descendencia la tendrá en pose-sión” (Nm 14:24), porque él había sido el único fiel, junto con Josué, cuando los otros diez espías se habían acobardado y desanimado al pueblo de entrar a la tierra prometida cuarenta años atrás, por lo que perecieron en el desierto. Caleb refirió: “yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. Jehová lo prometió, Moisés lo ratificó, ahora pues, cumple con la promesa.”

¿Cuál es la actitud de este varón de 80 años?Reconoce la buena actitud que tuvo, “yo serví a Jehová mi

Dios” (7-8)Creyó en la posibilidad de lo que a los demás les parecía impo-

sible. Él no se había avergonzado de sus convicciones cuando estaba en minoría.

Reclamó las promesas de Dios (9). Caleb recordaba las pro-mesas que se le habían hecho, podía citar la fecha y el lugar en que las había recibido. El cristiano debe mantenerse informado de las promesas de Dios. Sólo entonces puede reclamar lo que ha sido pro-visto para él.

Caleb declaró cómo Dios le había guardado y no había pere-cido en el desierto con sus coetáneos; de hecho todos los que salie-ron de Egipto, perecieron, aún Moisés, excepto él y Josué. Sin duda que se requiere de carácter, no sólo el puro deseo, para conquistar montes.


Sábado 20 de septiembre | Lectura del día: Génesis 28:10-22

Una experiencia personalY he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy

Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.

Génesis 28:13

U na vez más, el conocimiento de Dios no es sólo una referencia, sino una experiencia personal. Dios había hablado a Abraham

y él obedeció. Posteriormente Dios habló a Isaac, quien también obedeció; Jacob había oído sin duda de las instrucciones de Dios pero sólo de oídas; había llegado el tiempo que el también tuviera su propio encuentro con Dios y que tomara una decisión; el tiempo llegó y decidió correctamente

Aunque su decisión fue correcta, él no fue un hombre correcto. su mismo nombre hace referencia a su condición; y en varias ocasiones lo vemos hacien-do honor a su característica de ladrón y usurpador.

Cuando Jacob pelea con el ángel (Génesis 22:22-30) vemos en él una ca-racterística que le valió para tener la bendición de Dios: su desver-güenza. Es decir, Jacob sabía que no merecía debido a su condición como persona, la bendición de Dios, y sin embargo la pide y casi la arrebata. Sabía que no tenía méritos, pero también sabía que no podría seguir adelante sin ella, que la requería, que le era necesaria si es que quería salir vencedor de su encuentro con su hermano, pero además si es que continuaría como recipiente de la bendición que Dios había hecho a su padre y a su abuelo.

Jacob tuvo la fe y la experiencia de su abuelo y de su padre, es por eso que tuvo la capacidad de transmitirla a su descendencia. “Por la fe, Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón” (Hebreos 11:21).


En medio de sus deficiencias Dios lo

constituyó como patriarca de Israel, como padre de la nación Judía y como uno

de los héroes de la fe.

Domingo 21 de septiembre | Lectura del día: Jueces 4:4-9

Mujer de gran fortalezaGobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

Jueces 4:4-5

G obernaba en aquel tiempo a Israel una mujer… Esta idea de entrada nos parece fuera de orden ¿Cómo lo tomaría Israel? La

nación había caído tan bajo que ahora la juzgaba una mujer, lo cual humillaría a los hombres en esta sociedad dominada por los varones. “Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseño-rearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos.” (Isaías 3:12).

La pregunta salta inmediatamente: ¿Por qué? ¿Por qué una mu-jer en una sociedad machista? No está mal, sólo que se oye extraño, nos parece fuera del orden cultural, y las preguntas continúan: ¿Cuál es la razón por la que algunas mujeres toman preeminencia y prominencia?

En la historia del pueblo judío nos encontramos con muchas de ellas: Ester, Jezabel, Rahab, etc. Y qué decir de la época moderna. La Biblia registra a varias mujeres que ejercieron posiciones de lide-razgo nacional, y Débora fue una mujer excepcional. Obviamente ella era la mejor persona para el puesto, y Dios la escogió para guiar a Israel. Dios puede elegir a la persona que Él desee para guiar a Su pueblo, joven o anciano, hombre o mujer.

Es romántico tal vez llamarle a las mujeres el sexo débil, pre-tendiendo que es una forma suave y sutil de referirse a su feminidad, a su delicadeza, a su sensibilidad, y ciertamente son frágiles (la Biblia nos instruye a tratarlas como vasos frágiles); todos estos detalles tie-nen que ver con su feminidad, pero en ninguna manera deben de hacernos creer que son débiles.

La historia de Débora no sólo nos habla de su fortaleza, tam-bién nos hace memoria de la confianza que despertaba su persona misma. Hay una característica que da fortaleza al carácter de la mujer y es la confianza que despierta. En muchos sentidos brindan segu-ridad, muchas veces con el solo hecho de estar ahí. Donde hay más coraje y valentía ahí radicará el liderazgo, llámese hombre o mujer. Esa es también una de las formas cómo se mueve Dios.


Lunes 22 de septiembre | Lectura del día: Jueces 3:7-11

OtonielEntonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová

levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. Jueces 3:9

Q ué fácil es leer la vida de Otoniel, y que fácil puede ser también pasar por alto lo que su vida significó para la nación de Israel.

• Fue el primero de 18 jueces.La historia de Israel nos dice que fueron los jueces los que le

dieron estabilidad a la nación. Tanto dependía la vida de Israel de los jueces, que cuando fallecían, en tanto que Dios levantaba otro, durante ese tiempo la vida moral y espiritual de Israel se iba hasta los suelos, de tal forma de volverse literalmente una constante de subidas y bajadas en círculos constantes durante todo el tiempo que Israel no tuvo rey.

• Otoniel era el hermano menor de Caleb. Otoniel nació en el desierto, no conoció la servidumbre ni

la opresión de Egipto. Nació libre; con todo, requirió del ejemplo y testimonio de su hermano para poder tener la estatura que requería un juez de Israel. Qué importante es la influencia familiar. Mucho de lo que nosotros llegaremos a ser dependerá de los modelos que nos influyeron, y mucho de lo que otras personas llegarán a ser depende-rá de la forma en que nosotros modelamos para su vida.

• El Espíritu de Jehová vino sobre élCon todo, no fue por sus capacidades o influencia; su carácter

como juez se debió a la presencia de Dios en su vida. Que el Espíritu de Dios haya venido sobre él, no es un asunto temporal ni de una sola ocasión, nos habla de la influencia y el poder que los respaldaba para juzgar.

• Y reposó la Tierra cuarenta años. En las Escrituras el número 40, sobre todo tratándose de

tiempo, es simbólico y representativo. Generalmente se refiere a un tiempo de prueba o dificultad. En el sentido literal, es un tiempo altamente considerable, lo que nos ayuda a entender que Dios le per-mitió a Otoniel un largo tiempo como juez, sin duda por su labor y la estabilidad que había dado a Israel.

Su nombre figura mucho en las Escrituras, pero fue a través de estas piezas pequeñas que Dios construyó Su nación y levantó a Su pueblo para ser Su especial tesoro.

Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate.

Martes 23 de septiembre | Lectura del día: Hebreos 11:30-40

Creer en Dios y actuar en consecuenciaPor la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los

desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. Hebreos 11:31

E s extraordinario que una mujer con el antecedente de Rahab aparezca dentro de la lista de héroes de la fe; lo extraordinario

es que ese mismo nombre se repite en la genealogía de nuestro Señor Jesús según Mateo 1.

La razón que se menciona en Hebreos de por qué es consi-derada una heroína de la fe, es porque recibió a los espías de Israel, los escondió y los libró de ser apresados por las autoridades de Jericó cuando éstos fueron a reconocer la ciudad, previo a su caída.

Al decir Rahab que Dios había entregado a Jericó en manos de Israel, hizo más que una referencia a información del dominio público; hizo una declaración que estaba más sustentada en una con-fianza singular en Dios que en el miedo que pudiera haber desperta-do los comentarios cotidianos. Rahab reconoció que había un temor en el pueblo y aun en ella misma por todo lo que había oído que Dios había hecho con otras naciones.

La decisión no se toma en razón de las capacidades tanto como en razón a las convicciones, independientemente del trasfondo o la condición. Las con-vicciones de Rahab hicieron que tomara partido con los espías, que expresara su temor a Jehová, pero sobre todo, lo más inteligente, comprometer a los espías que le guardarían la vida a ella y a su familia. El paquete completo amparado en la confianza.

Es hermoso ver cómo en las Es-crituras constantemente hacen referencia a la gracia de Dios expresa-da en personas de una moralidad en entredicho, y cómo Jesús mismo se distancia de aquellos religiosos que confían en su propia justicia. Para ser un héroe de la fe se requiere creerle a Dios y actuar en con-secuencia.


Rahab nos hace reconocer que, sin importar la

condición de cada persona y la pérdida de la sensibilidad que las

circunstancias hubieran ocasionado en nosotros, todos tenemos que tomar una acción en base a las

cosas que oímos.

Miércoles 24 de septiembre | Lectura del día: Jueces 11:1-10

Jef té, un héroe valerosoJefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una

mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad. Jueces 11:1

J efté traía en la sangre la genética de un guerrero, pero las circuns-tancias no le eran del todo favorables. El papá de Jefté era un gran

guerrero pero cometió faltas que le trajeron consecuencias. ¿Cómo se sentiría Jefté en medio de sus medios hermanos quienes cuando crecieron lo echaron del hogar? No hay que ser un genio para pen-sar en la tensión que existía en esa casa. Me imagino que Jefté lloró lágrimas de sangre y usaba sus puños y sus pies para defenderse. Pero sin importar cuántos golpes daba, no podía sacarse el enojo de su corazón.

Jefté era valeroso, pero huyó de sus hermanos y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él. Era un hombre valeroso, pero hay asuntos que no se pueden arreglar con las manos, y llegó el momento que no soportó la presión y decidió hacer, si no lo mejor, quizá lo más fácil en ese momento. Era difícil pensar que Jefté con un corazón lastimado se volviera a un consejero espiritual,

Pero ¿qué hizo para constituirse en Juez sobre Israel?• Rompió violentamente con su pasado. Debemos aprender a tratar

violentamente con nuestro pasado. Él pudo haberse atorado lamen-tando su pasado, pero por el contrario, lo enfrentó y lo superó.

• Superó el rechazo. Jefté fue rechazado; a Jesús lo rechazaron y a ti y a mí en algún momento también nos van a rechazar, entonces tenemos que aprender a superarlo.

• Enfrentó la crisis. Aunque Jefté huyó en un principio, tuvo que regresar. Si quieres superar tus crisis debes aprender a estar firme en la crisis, a no huir; huir en medio de las crisis no es la solución.

• Acepta el llamado de Dios a ser un líder respaldado por Él. Las per-sonas que te han rechazado te van a buscar, la gente que te dañó será la que va a necesitar de ti, y qué vas a hacer. Quizá tus heridas van a impedirte ver lo que Dios quiere hacer a través de ti. Tú tienes hoy la oportunidad de levantarte también como un héroe de la fe.


Jueves 25 de septiembre | Lectura del día: 2 Crónicas 34:1-8

Josías, un rey muy espiritualJosías hizo lo que agrada al Señor, pues siguió el buen ejemplo de su antepasado David; no se desvió de él en el más mínimo detalle.

2 Crónicas 34:2

J osías fue un rey de Judá, hijo de Amón y de Jedida. Su abuelo fue Manasés. Tenía 8 años cuando fue nombrado rey en Jerusalén y su

reinado duró 31 años. Fue quizás el mejor rey que Judá jamás hubie-ra tenido. Fue un rey sobresaliente. A pesar de su corta edad, Josías era profundamente espiritual. Tenía sólo 16 años cuando comenzó a buscar a Dios, lo que no hizo su padre Amón, ni su abuelo Ma-nasés. Aquí encontramos la enseñanza de que aunque veamos malos ejemplos en la familia, no tenemos que imitarlos; por el contrario, podemos marcar una diferencia buscando nosotros a nuestro Dios.

La vida de este joven rey fue de una entrega completa, total al Señor. Testifica 2 Reyes 23:25 de Josías: “No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro igual.”

Cuando tenía 20 años, quitó la idolatría de entre el pueblo. Al llegar a los 26 años de edad, encontraron el libro de la ley en el templo. Su corazón se conmovió, se humilló, hubo un cambio pro-fundo y la obedeció. Mandó celebrar la Pascua y la fiesta de los panes sin levadura. Influyó para que los israe-litas oyeran los mandamientos de Dios, los cumplieran y sirvieran al único Dios verdadero.

Que el ejemplo de Josías nos ayu-de a ser ejemplo para otros y que influ-yamos en los demás para que le sirvan al Dios vivo y verdadero. No hay nada más ejemplar que inclinarnos al área espiri-tual en nuestra vida. Oremos para que Dios nos ayude a seguir los buenos mo-delos del pasado.


Dios permita que entendamos que el mejor

tiempo para buscar a Dios es cuando estamos jóvenes.

Que tengamos presente que, a pesar de los malos ejemplos que tengamos en la familia, nosotros

podemos decidir servir a Dios.

Viernes 26 de septiembre | Lectura del día: 2 Crónicas 17:1-9

Decide depender de DiosY Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de

David su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. 2 Crónicas

17:3-4

L as 12 tribus de Israel se dividieron en dos reinos: El del norte o Israel y el del sur, Judá. Josafat, hijo del rey Asa, fue uno de los

reyes piadosos que tuvo Judá. Reinó durante 25 años. Su nombre significa: “El Señor es juez”. Se distinguió por las grandes reformas que hizo, el fortalecimiento militar, la prosperidad, la educación y la justicia; nombró jueces en las ciudades claves y un tribunal de ape-laciones en Jerusalén. Todo ello inicia cuando decide depender de Dios y andar en Sus caminos, no buscando a los baales.

La búsqueda del Dios de su padre se volvió un estilo de vida. Nos hace recordar la responsabilidad que se tiene con los hijos, no sólo de enseñarles, sino de ser ejemplo vivo que impacte su vida. La palabra “buscó” viene del término hebreo Darásh, que también sig-nifica “frecuentar, seguir, buscar, preguntar, escudriñar, consultar”. Indica una búsqueda en oración privada de la dirección divina.

Josafat decide también obedecer a Dios y no andar conforme a las obras de Israel. Decidió también derribar las imágenes de Asera, quitó los lugares altos y se deleitó en la Palabra de Dios. Todo fue una decisión de corazón

El resultado de estas decisiones que Josafat tomó, hicieron que Dios estuviera con él, que confirmara su reino y derramó abundan-tes bendiciones sobre su casa. “Y traían de los filisteos presentes a Josafat, y tributos de plata. Los árabes también le trajeron ganados, siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos. Iba, pues, Josafat engrandeciéndose mucho; y edificó en Judá fortale-zas y ciudades de aprovisionamiento. Tuvo muchas provisiones en las ciudades de Judá, y hombres de guerra muy valientes en Jerusalén” (2 Crónicas 17:11-13)

En la medida en que caminemos con Dios, haremos bien las cosas y éstas trascenderán a nuestro tiempo.


Sábado 27 de septiembre | Lectura del día: Hechos 9:4-19

Pablo: Misionero a los gentilesEl Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.

Hechos 9:5

S aulo de Tarso es uno de las grandes personajes del cristianismo primitivo, posiblemente el más conocido. Nació entre los años

5 y 10 d. C. en Tarso de Cilicia, actual Turquía centro meridional. Es conocido como “el Apóstol de los gentiles”, “el Apóstol de las naciones” o simplemente “el Apóstol”. Cambió su nombre a Pablo al abrazar la fe en Jesucristo como Mesías de Israel y salvador de los gentiles. Saulo, su nombre judío, etimológicamente significa “llama-do o invocado”. Pablo, su nombre romano, quiere decir: “Pequeño o de poco valor”. Su predicación fue bien aceptada en el mundo grie-go por su conocimiento de la cultura helénica. Hablaba fluidamente tanto el griego como el arameo.

En el capítulo 22 de Hechos relata su conversión. Lucas ya lo había narrado en Hechos 9. Aunque no perteneció al círculo inicial de los doce apóstoles, él se considera escogido entre este grupo y que, “como a un abortivo” se le apareció nuestro Señor a él.

Se volvió el motor de la construcción y expansión del cristia-nismo en el imperio romano. Hizo tres viajes misioneros y estableció Iglesias casi en cada ciudad que visitó y a algunas de ellas les mandó cartas, que hasta hoy tenemos en nuestra Biblia. En esas cartas aconseja cómo solucionar problemas locales y enseña la doctrina correcta acerca de Cristo, de la fe, de la ley, de la gracia y otras más. Casi no hay tema doctrinal del cuál el apóstol no haya escrito. Fue un escritor prolífico.

Había en el mundo antiguo una costumbre: Cuando un señor romano, dueño de esclavos, compraba un nuevo siervo, le cambiaba el nombre como señal de su cambio de estado o situación. Es posi-ble que en esto estuviera pensando Saulo de Tarso cuando cambió su nombre por el de Pablo, porque cambió su estado de esclavo del pecado a libre por Cristo.

Dios nos ayude a reproducir la fe de Pablo, quien imitaba a Cristo.


Domingo 28 de septiembre | Lectura del día: Hechos 7:54-60

El primer mártir del cristianismoY apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor,

no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. Hechos 7:59-60

E n el capítulo 6 del libro de Hechos de los Apóstoles se nos rela-ta que en la naciente Iglesia cristiana hubo conflictos entre las

viudas griegas y las hebreas, porque las primeras se quejaron de ser desatendidas en la distribución diaria. Los apóstoles priorizaban los ministerios de la oración y de la exposición de la Palabra de Dios, y el servicio en las mesas de las viudas necesitadas. En una reunión de los discípulos de nuestro Señor Jesucristo, nombraron a 7 diáconos: Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y a Nicolás.

Del grupo destaca Esteban, “lleno de fe, del Espíritu Santo, de gracia y de poder” (Hechos 6:5-8), quien hacía grandes prodi-gios y señales entre el pueblo. Unos de la sinagoga llamada “de los libertos”, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia se levantaron, discutiendo con Esteban, pero no podían resistir a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a unos para que dijesen que habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. Con el mensaje más largo expuesto por un laico, Esteban se defendió, pero finalmente arremetieron contra él y lo apedrearon. Sus ropas las pusieron a los pies de un joven que se llamaba Saulo.

La actitud de este hombre que estuvo dispuesto a morir por Cristo es sorprendente. Termina orando por aquéllos que lo están apedreando, como Jesús en la cruz del Calvario. Dice Hechos 7:59-60 “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.”

Dios nos permita orar por aquéllos que ahora están siendo perseguidos a muerte por causa del Evangelio de Jesucristo en nues-tro país y en otras partes del mundo.


Lunes 29 de septiembre | Lectura del día: 2 Crónicas 14:1-8

Asa, un hombre diligenteE hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios.

2 Crónicas 14:2

E n los capítulos 14, 15 y 16 del Segundo libro de Crónicas, se habla de la vida y obra del rey Asa. Fue el quinto rey de la

casa de David y el tercero del reino de Judá; gobernó entre 913 y 873 a. C. Rechazó dos intentos de invasión: uno de Egipto y otro de Baasa, rey de Israel. Fue bisnieto de Salomón. Era muy joven cuando reemplazó a su padre Abías y reinó por 41 años, honrado por su pueblo. Lo sucedió su hijo Josafat. El profeta Azarías, hijo de Obed, aconsejó a Asa a reforzar la estricta observancia del judaísmo, lo que el rey cumplió, prohibiendo los antiguos cultos a otros dioses y destruyendo sus santuarios. Inclusive la reina madre Maaca, fue separada de su cargo porque había hecho una imagen de Asera, des-truyendo el ídolo, desmenuzándolo y quemándolo junto al torrente de Cedrón.

En el año 15 de su reinado, hizo una gran fiesta en Jerusa-lén para celebrar la total expulsión de los idólatras. En ese tiempo, muchos del reino del Norte, en particular de las tribus de Efraín y Manasés, emigraron al reino de Judá a causa de la prosperidad que disfrutaban y debido a los conflictos internos del reino de Israel tras la caída de la dinastía de Jeroboam I.

La mayor virtud del rey Asa fue que escogió apoyarse en su Dios, excepto cuando hizo alianza con Ben-adad, rey de Siria, cuando fue atacado por Baasa y al final de sus días cuando enfermó gravemente de los pies y en lugar de buscar a Dios, decidió confiar en los médicos (16:12). Asa, finalmente, renovó y reforzó el con-junto de fortalezas construido por su abuelo Roboam, aunque no había ningún ejercito enemigo amenazándolos. El beneficio que el pueblo tuvo de la acertada decisión de su rey fue disfrutar de largos períodos de paz.

Que Dios nos ayude a tomar la sabia decisión de depender siempre de Él y tomarlo en cuenta para todo lo que hagamos en nuestra vida.


Martes 30 de septiembre | Lectura del día: 1 Reyes 17: 1-7

El héroe que hizo la diferenciaEntonces Elías tisbita, que era de los moradores de Gallad,

dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

1 Reyes 17-1

E lías aparece en un momento crítico de la historia del pueblo de Israel; él se aparece como una luz en medio de una noche os-

cura. La vida espiritual del pueblo de Israel estaba muy deteriorada a causa de la idolatría, pues el rey Acab y Jezabel su esposa habían llevado a la nación entera a adorar a Baal y a Asera, dioses paganos. El abismo entre Dios y Su pueblo ya era muy grande y nadie podía confrontar a Acab y Jezabel mejor que Elías, quien se convirtió en el instrumento de confrontación.

La primera cosa que nos enseña este héroe bíblico la encontra-mos en el significado de su nombre: “El Señor es mi Dios”. Acab y Jezabel tenían el control del país y Baal era el dios que ellos adoraban, pero cuando Elías entró en escena su nombre proclamaba “yo tengo un solo Dios cuyo nombre es Jehová de los ejércitos. Él es el único a quien sirvo y ante quien estoy”.

La segunda cosa notable en Elías es su estilo: intrépido, sin vacilación y sin ningún temor; se para delante del rey y va directo al grano: “no habrá lluvia en Israel hasta que yo lo diga”.

Todavía hoy Dios está buscando personas que marquen la diferencia en este mundo, que sin rodeos puedan pro-clamar el mensaje del Evangelio de Je-sucristo; cristianos que se atrevan a vivir en contra de la corriente social pero que agraden a Dios por sobre todas las cosas. ¿Estás dispuesto?


Personajes como Elías, Ester, Moisés, José, y

muchos otros no fueron personas comunes y

corrientes, sino personas que estuvieron dispuestas a enfrentarse solas con las

fuerzas poderosas de su tiempo para proclamar sin

ningún temor el mensaje de Dios.

cita con dios - héroes de la biblia (septiembre 2014)

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