circular 941
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La circular lleva la fecha del 24 de
noviembre día en el que termina el año
de la fe. Es el momento de
releer nuestra experiencia vivida
durante el año. Ella contribuye a dar una nueva luz a nuestra
identidad de Consagradas FMA.
Recorremos como Familia Salesiana, el camino del Sí de Jesús
al Padre, sobre las huellas de D. Bosco y M. Mazzarello para construir juntas la casa del futuro.
Nuestros Fundadores han vivido la
obediencia al proyecto de Dios con alegría y
radicalidad, realizando la misión
educativa a ellos confiada. Así lo
deseamos para todas nosotras
“Mi alimento es hacer la Voluntad del que me ha enviado a realizar su obra”
En la obediencia de Jesús al Padre tiene
sentido nuestra obediencia. En Él somos
capaces de entender, acoger, realizar el proyecto de Dios
en la historia personal, en el Instituto, en la
Iglesia, en el mundo.
El Proyecto Formativo considera los votos religiosos como dimensiones del amor.
Si la castidad es la transparencia del amor y la pobreza es la gratuidad del amor, la obediencia es por
excelencia el servicio del amor.Con la obediencia Jesús sirve
con corazón disponible, al designio de salvación del Padre
para toda la humanidad.
P
Los votos son un signo del Amor de Dios, son aspectos de una única respuesta a la alianza de Amor que hemos hecho con Él
Con la Profesión religiosa toda FMA “hace suyo el género de vida casta, pobre y obediente. En Jesús el misterio de la
obediencia a la Voluntad del Padre está unido a la pobreza: “se anonadó a sí mismo”, y a la virginidad por la cual Jesús Amó con corazón indiviso a todos, sin parcialidades, hasta el
final.
La obediencia que nosotras profesamos nos sumerge en la
disponibilidad radical de Jesús al Padre hasta el don de sí en la
muerte de cruz.
El Proyecto Formativo afirma que Jesús “revela el misterio de la libertad humana como camino de obediencia a la Voluntad del Padre y el misterio de la obediencia como camino de conquista progresiva de la verdadera libertad”.
”Hágase tu voluntad”. Con la obediencia Jesús noshace el gran regalo de educarnos a “unificar todonuestro ser con el querer del Padre cuyos caminos noson nuestros caminos.
“Hágase tu voluntad”
Él es el Dios de las sorpresas: con su sabia pedagogía nosabre horizontes que, aunque sean diversos de los nuestros,son siempre expresiones de bien, de salvación, de realizaciónplena.
La obediencia nos introduce en el
misterio de la alianza con Dios y nos hace descubrir el misterio de la alianza entre
nosotras como comunidad, radicada
en la Comunión Trinitaria, llamada a una misión común.
Vivir la obediencia evangélica es volver a
encontrar el primer Amor, la chispa
inspiradora por la cual se ha iniciado el
seguimiento de Cristo que es respuesta a su
Amor. Si nosotras amamos, es porque “Dios nos ha amado
primero”
P
Os invito a descubrir esta fuente preciosa de los votos religiosos y, en particular el de la
obediencia que resulta de la fascinación por el rostro
de Cristo contemplado, amado, seg
uido.
Cuando nuestra vida es superficial, triste, melancólica, no feliz, ¿no será que hemos perdido la fascinación por Jesús y no alcanzamos a descubrir su rostro en las mediaciones, quedándonos en el camino sin salida y sin
esperanza?
El CGXXII indicaba entre los caminos de conversión al amor el ser memoria viviente de Jesús, de su modo de existir y de obrar. Con la
obediencia nos conformamos a Cristo para realizar el servicio de Amor que requiere nuestra vocación.
El sí de María que ha aceptado la encarnación del Hijo de Dios, nos ayuda a vivir la obediencia en la fe ya que toda su vida ha sido una peregrinación en la fe. Ella es la Maestra, Compañera
y Guía en el camino hacia Jesús de quien es Madre y
Discípula. Es Auxiliadora que nos precede en el camino y nos
da seguridad.
P
Puedo afirmar con gozo y gratitud que el Instituto si se está
empeñando responsablemente en conocer, profundizar y vivir las Constituciones
que son una traducción concreta del Evangelio
para toda FMA.M. Yvonne
En muchas Hermanas está la conciencia de que nuestro
Proyecto de vida, arraigado en la Palabra de Dios, es la referencia más segura para evaluar la vida personal y comunitaria y la misma
misión apostólica. Muchas sacan de estas fuentes la
valentía y la disponibilidad para dar al carisma un renovado esplendor y
credibilidad en la Iglesia y en la sociedad.
Nuestros Fundadores nos enseñan con su testimonio el valor dela Obediencia
vivida como respuesta de Amor a Dios y
tejida de fe profunda , consciente que sin la fe
la obediencia es imposible
D. Bosco cuando se dirigía a las FMA, con frecuencia
hablaba de obediencia. Él la consideraba el compendio
de todas las virtudes, el secreto de la felicidad, la
fuente de la vitalidad misionera del Instituto.
En 1878 D. Bosco entregaba a las FMA una reflexión que
también hoy es actual: “¿Queremos estar siempre
alegres? Seamos obedientes.¿Queremos estar seguros dela perseverancia en la vocación? Seamos siempre obedientes.
¿Queremos estar muy alto en la sentidad y en el paraíso? Seamos fieles y obedientes
también en las cosas pequeñas”.
Tanto D. Bosco como M. Mazzarello dieron a las
primeras Comunidades un estilo característico
marcado por la disponibilidad, la escucha,
el espíritu de familia, la espontaneidad en las
relaciones, el ejercicio de la autoridad vivida en humilde servicio, la
serenidad en la vida comunitaria, la prontitud
en el “voy yo”, la alegría de servir al Señor por el bien
de los jóvenes.
P
En Mornés las orientaciones de D. Bosco sobre la
obediencia encontraron un terreno favorable. M.
Mazzarello ha sabido no solo vivir la obediencia en la fe sino que ha animado las
primeras Hermanas a seguir las huellas del Fundador y a traducirlas concretamente
en el cotidiano.
P
M. Mazzarello vivía las características que el Fundador había indicado en las primeras Constituciones: una obediencia “pronta, con ánimo
alegre y con humildad”.
Vivimos en un contexto social donde obedecer es interpretado como un disminuir la libertad personal, casi una falta de responsabilidad de
frente a opciones para realizar.
Este no es el estilo de obediencia evangélica y salesiana. Ésta es solo de
personas libres, capaces de una sana autonomía y de
asumir las propias responsabilidades,
disponibles para entrar humildemente en el
designio de Dios que se expresa a través de las
mediaciones de personas y situaciones. Quien ama opta
libremente por depender.
Hay una estrecha relación entre obediencia y autoridad. Quien
está llamada a animar una Comunidad tiene la tarea
específica de vivir el servicio de la escucha. Disponible a dar
espacios a quienes tienen más necesidad de apoyo, quien
tiene dificultad para relacionarse,quien tiene
necesidad de encontrar un corazón que acoge, capaz de dar afecto y comprensión, de
valorar el pensamiento de todas de tal manera que cada
una se sienta a su gusto.
La escucha favorece el diálogo sincero que abre al
compartir los sentimientos, las prospectivas y los
proyectos, donde cada una puede ver reconocida su
propia identidad y mejorar las propias capacidades de
relación.
Quisiera agradecer a todas las Hermanas que
hacen de la obediencia el punto central de su
fidelidad a la llamada de Dios, entregándose sin
reserva en la Comunidad y en la misión, agradezco
en particular a las Hermanas ancianas y
enfermas que viven cotidianamente esta
disponibilidad con Amor, abandono y alegre
fidelidad.
Me parece necesario tocar dos aspectos relativos a la
obediencia vivida con estilo Mornesino. Ante todo el
discernimiento que implica toda la Comunidad. Soy
consciente de que siempre no es fácil realizarlo, pero es
posible si juntas estamos atentas en el buscar la
Voluntad de Dios en nuestra vida y en la misión que se
nos ha confiado.
El discernimiento necesita disponibilidad para
reconocer con humildad en cada Hermana la
capacidad de captar la verdad, aunque sea
parcial, y por lo tanto acoger el parecer como medio para descubrir el querer de Dios, hasta el
punto de saber reconocer las ideas de las otras
mejores que las propias.
Es en el discernimiento preparado en la oración, iluminado por la Palabra
de Dios y en la comparación con el
carisma que podemos interpretar los hechos de la
historia humana, las exigencias de la juventud
más pobre, las urgencias de la evangelización y la prioridad de la Iglesia
siguiendo las indicaciones del Papa Francisco
¿Estoy convencida que la Comunidad es el lugar para reconocer yacoger la Voluntad de Dios?
¿Creemos que el discernimiento es una de las experiencias mássignificativas de la fraternidad consagrada?
¿Qué aporte podemos ofrecer para que la Comunidad puedaconsolidar la comunión y hacerse disponible a las exigencias de lamisión , realizando un proyecto eleborado, vivido y evaluado juntas?
¿Cuáles son los impedimentos que hacen fatigoso este caminopersonal y comunitario y qué vías identificar para hacerlo lugar decrecimiento vocacional?
¿Encontramos dificultad en que Dios nos hable a través demediaciones humanas que Él mismo ha puesto en nuestro camino?
Otro aspecto importante de la
obediencia salesiana es el coloquio personal
como medio privilegiado para
discernir la Voluntad de Dios. Elemento
insustituible para el crecimiento personal y
comunitaria de la identidad de FMA
M. Mazzarello escribe a Sor Angela Valesse: “Mi buena
Sor Angiolina, he leído vuestro rendiconto, quédate
tranquila y piensa que nuestros defectos son hierba
de nuestro huerto, humillarse y con valentía combatirlos.
Somos miserables y no podemos ser perfectas, por lo tanto, humildad, confianza y
alegría”.
En este tiempo en que la Iglesia está empeñada en la nueva evangelización y en el
que nos preparamos al CGXXIII, sabremos valorar este
medio privilegiado que nos permite crecer en la
fe, caminar en la comunión, compartir alegrías
y esperanzas. Podremos testimoniar así una presencia educativa que es propuesta
vocacional, luz para los jóvenes en la búsqueda de su
proyecto de vida, con que construir la casa que
evangeliza.
Ser discípulos de Jesús, seguirlo por los caminos de las
bienaventuranzas y llegar a ser como Él misioneras del Padre. En la vida salesiana somos consagradas para la
misión, vivimos el seguimiento de Jesús como Comunidad con el compromiso de evangelizar
los jóvenes mediante la educación para hacer crecer a
Cristo en las jóvenes generaciones.
Ser discípulas es la primera misión. Jesús no manda Maestras sino discípulas.
Además la finalidad de la misión es hacer discípulos, es decir hermanos y hermanas
que acogen y ponen en práctica el Evangelio. No hay situación en la vida donde no
se pueda vivir la misión cualquiera sea la realidad donde la obediencia nos
coloca; cualquiera sea la edad que tengamos, participamos en la misión del Instituto con nuesta presencia fraterna y
testimoniante.
Entre los Consejos evangélicos la obediencia permite sentirnos enviadas no solo como personas sino como Comunidad. Vivir en
comunión. Obedecer es poner todo lo que somos y
tenemos al servicio del sueño de Dios sobre
nuestro Instituto y sobre las generaciones jóvenes. La
obediencia resulta ser así, un signo profético en
cuanto representa la alternativa al egoismo, a
la búsqueda del éxito personal.
El comprtir la misión salesiana puede pedirnos a veces
obediencias costosas. La certeza de servir al
Reino de Dios nos da valor y nos hace capaces
de afrontar hasta el riesgo confiando en la
Voluntad del Señor expresada a través de
sus mediaciones.
La resistencia para acoger un cambio de
casa o de actividad ¿no podría ser causada por
la vida de fe débil o por el deseo de realizar
un proyecto más nuestro que de la
Comunidad?. ¿Cómo vivimos la pertenencia al Instituto a través de la obediencia acogida
con total disponibilidad?
Cómo quisiera que nos ayudáramos a vivir la
obediencia en la sencillez de la vida diaria,
sosteniéndonos con la oración , con la certeza de que nada se nos pide que no sea por un bien. Aquí está la fuente de nuestra
alegría que resiste también en los momentos fatigosos y difíciles de la
vida
El CGXXIII nos invita a «ser hoy con los jóvenes
casa que evangeliza» no solo como Comunidad religiosa sino también
junto los jóvenes. Ayudadas por ellos podremos entender mejor el mundo y
construir juntos la casa del futuro. El Señor nos habla también a través
de los jóvenes. La escucha profunda de sus
preguntas nos lleva a buscar respuestas
adecuadas en nuestra misión educativa.
Os invito Hermanas a tener una confianza renovada en losjóvenes. Sempre más jóvenes descubren el compromiso delVoluntariado como lugar de encuentro con Cristo en la persona delos más necesitados, hasta querer abrazar la Vida Consagrada.
Si los jóvenes ven en nosotras personas felices
de obedecer no a la formalidad de las normas, sino como
servicio de amor, pueden más fácilmente tomar la
decisión de abrazar el gran proyecto que
realiza hoy el sueño de nuestros Fundadores.
María, icono perfecto de la fe, mujer del Sí
incondicional y alegre, nos ayude a dar totalmente la
vida al Señor Jesús y a servirlo con valentía para
ser personas que evangelizan, constructoras de la casa con y para los
jóvenes.