Cihuacoatl-Quilaztli-Chimalman

Ignacio de J. Gomezgil

Esta diosa es indefinible. Y su imagen mueve a espanto. ¡Pues la mitad de su rostro, de la nariz para abajo es descarnado! Y en las órbitas dónde deberían estar los ojos, solo se refleja la angustia infinita del vacío. De algún modo esta ligada a la agricultura incipiente de los grupos nómadas chichimecas. Ya que su nombre esta identificado con cierto tipo de planta parásito que fue alimento de muchos grupos nómadas. Esta hierba es conocida en México con el nombre genérico de “Quelite”. Pero también, como la Coatlicue, esta deidad refleja el miedo y el pavor en su aspecto femenino, profundo e insondable. Ya que, para mi entender refleja de algún modo el vacío de los espacios infinitos. Pero también representa lo mas intrínseco de la tierra, y por que no; del interior nuestro. Y a ello lo llamo “la cueva de lo profundo del alma mía”. En fin esta gran guerrera-cihuanaualli “mujer-nagual”, no se deja definir, acaso solo se deja esbozar como un pálido reflejo de sus múltiples manifestaciones que abarcan lo alto, lo medio y el inframundo. Nos dice Sahagún que:

Lo que en el presente capítulo se trata es que decían que estas diosas andan juntas por el aire, y aparecen cuando quieren a los que viven sobre la tierra, y a los niños y niñas los empecen con enfermedades…

La imagen destas diosas tiene la cara blanquecina… lo mismo que los brazos y piernas. Tenían orejeras de oro; los cabellos tocados como las señoras con sus cornezuelos; el huipil era pintado de unas olas de negro; las naguas tenía labradas de diversos colores; tenía sus cutaras (cotaras-calzado) blancas.

Estas diosas guardan semejanza con las mujeres cadavéricas que bajan del cielo y devoran a la gente. Se decía que durante los eclipses mujeres-demonios tzizimime, bajaban del cielo y devoraban a los que tenían la mala fortuna de mirar al cielo. Estas eran mujeres pálidas con la quijada descarnada. Y que se deleitaban en sorber la esencia e ánima de los niños pequeños. No sobra decir que aún hoy día, en muchas regiones de México, los eclipses son temidos y ni siquiera la gente se atreve a salir al destechado durante el fenómeno, ya que “cosas” del cielo pueden bajar y dañar, sobre todo a niños y mujeres encinta. Esto me lleva a decirte sobre las cihuateteo “mujeres deificadas”, estas son mujeres que han muerto en el parto, y son el equivalente a los guerreros muertos en combate.

Este aspecto de la madre que no pudo ver crecer a sus hijos, sobrevivió, hasta nuestros días en la leyenda de “La Llorona” Una angustiada mujer que deambula por las calles de México clamando y gritando por sus hijos.Fue Fray Bernardino de Sahagún, franciscano fue quien recopiló por medio de informantes, testimonios y documentos, muchísimo de lo que sabemos de la

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sociedad del México central de antes de la conquista. Lo que nos dice de las diosas es fundamental para su comprensión. Te digo lo que decían los informantes sobre esta diosa en el capítulo dedicado a las diosas principales:

“La primera destas diosas se llamaba Cihuacoatl. Decían que esta diosa daba cosas adversas como pobreza, abatimiento, trabajos. Aparecía mucas veces, según dicen, como una señora compuesta con unos atavíos como se usan en palacio. Decían que de noche voceaba y bramaba en el aire”…

“Esta diosa se llama Cihuacoatl…” “y también la llamaban Tonantzin, que quiere decir “nuestra madre”. Los atavíos con que esta mujer aparecía eran blancos, y los cabellos los tocaba de manera que tenía unos cornezuelos cruzados sobre la frente. Dicen también que traía una cuna a cuestas, como quién trae a su hijo en ella, y poníase en el tianqez (mercado), entre las otras mujeres, y desapareciendo dexaba allí la cuna. Cuando las otras mujeres advertían que aquella cuna estaba allí olvidada, miraban lo que estaba en ella, y hallaban un pedernal como hierro de lanzón con los que ellos mataban a los que sacrificaban. En esto entendían que fue Cihuacoatl la que lo dexó allí.

Recuerdense que también entre los “anuncios” ominosos que hubo en Tenochtitlan, prediciendo su ruina, apareció una mujer por la noche que se lamentaba a gritos por el terrible destino que pronto sufriría la ciudad y sus hijos. Pero volviendo a las cihuateteo, su imagen, no es muy diferente de la Gran Coatlicue, pero su cabeza es un cráneo, existen cinco esculturas semejantes entre si de esta deidad. Estas diosas tenían relación con Tlazolteotl, diosa de expiación a la hora de la muerte, y comedora de las inmundicias y pecados.

Quilaztli esta íntimamente relacionada con la luna y con otras deidades, o personajes semi-históricos como lo son Matlatl “agua azul”, y Mallinali Xóchitl “hierba torcida”, esta última íntimamente ligada a las tzitzimime, ya que su glifo es una mandíbula dentada y descarnada de la cual brotan manojos de hierba torcida. Muchos de los elementos de la historia de Mallinali son semejantes a la de Quilaztli, por lo que nos lleva a pensar que podría tratarse de: un ritual de apropiación de la tierra por un grupo de nómadas patriarcales venidos del norte, que se repetía en distintos sitios y tiempo; o versiones distintas de un mismo mito o historia recamada original. Esta guerrera era hermana de Hiutzilopochtli, dios tribal de los mexica. De ella se dice que: “se transformaba en ave o animal que ella quería” se dice que esforzada y

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varonil siendo una gran guerrera que causó la muerte de muchos. Era muy hermosa y de gentil disposición. Se dice que la “hermana mayor del sol era algo más: “una grandísima malvada que usando sus artes mataba a mucha gente”; “muy hermosa y de gentil disposición… mirando a una persona, a otro día moría. También se decía de ella que: “Cuando Hitzilopochtli dejó a su hermana Malinalxoch dormida en el camino, junto con todos sus padres, fue porque no era una persona humana, sino se había convertido en una grandísima malvada, que se ocupaba de comer corazones y pantorrillas, en embaucar, adormecer, y apartar del buen camino a las gentes, hacerlas que comiesen culebras y tecolotes (buhos), y tenía tratos con todo cien píes y araña; siendo así una hechicera grandemente malvada,”[1]. Al despertar Malinali, se encuentra embarazada de Chimalcuahtli, rey de Malinalco, y el hijo de ellos fue Copil “corona”, cuyo corazón arrancado en sacrificio Por su tío Huitzilopochtli, cayó en el cerrito-islote llamado Acopilco donde nació el nopal mítico en el cual el águila hizo su nido y que pasó a ser el glifo de Tenochtitlan. Interesante es la leyenda de tiempos de la peregrinación mexica, nos dice Torquemada que ella “era grande hechicera la cual por arte del demonio, dicen que se transformaba en la forma que quería”. De esa forma burló a algunos capitanes a los que había retado a que la flecharan. Quilaztli les dijo:

...yo soy esforzada y varonil y en mis nombres echaréis de ver quien soy y mi grande esfuerzo [fuerza]; porque si vosotros me conocéis por Quilaztli (que es el nombre común con que me nombráis) yo tengo otros cuatro nombres con que me conozco; el uno de los cuales es Coacihuatl, “mujer-serpiente”; el otro Cuauhcihuatl “mujer-águila”; el otro Yaocuhuatl “mujer-guerrera”; el cuarto Tzitzimicihuatl “mujer-infernal”; y según las propiedades que se incluyen en estos cuatro nombres veréis quién soy y el poder que tengo y el mal que puedo haceros; y si queréis poner a prueba de las manos esta verdad, aquí salgo al desafío! [2]

Los contrincantes prefirieron evitar el combate con el pretexto de que no podían pelear contra mujer. Aquí se muestra claramente que la mujer tenía cuatro proyecciones o se desdoblaba en esos cuatro aspectos, sus cuatro puntos cardinales, o más bien el control sobre los elementos naturales de los puntos cardinales, que serían sus naguales.

Según Jacinto de la Serna, [3] fue Quilaztli quién enseñó el arte de convertirse en bestias. ¿Será una reminiscencia de un tipo de conocimiento reservado en una época a las mujeres de la tribu? Quiero añadirte un dato interesante, existe una crónica antigua que nos dice que el encuentro entre Chimalma y Mixcoatl, ya rey de Culuacán, fue, precisamente aquí en Tepoztlan. Lastima que no tengo la crónica original en mi poder, pero cito a Ignacio Bernal: “Durante una de sus campañas por Morelos, nos dice la crónica que se encontró ante una mujer joven y hermosa que no era tolteca”. …”a su encuentro salió la

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mujer Chimalman, que puso ene el suelo su rodela, tiró sus flechas y su lanzadardos y quedó en pie desnuda sin enaguas ni camisa. Viéndola Mixcoatl le disparó sus flechas: la primera…no más le pasó por encima y ella solo se inclinó; la segunda… le pasó junto al costado y no más doblegó la vara; la tercera que le disparó solamente la cogió con la mano- (de ahí su sobre-nombre: chimalli=“escudo” y macpalli=“mano”); … Y la cuarta que le disparó la sacó por entre las piernas. Después de haberle disparado cuatro veces se volvió Mixcoatl y se fue. La mujer inmediatamente huyó a esconderse en la caverna de la barranca grande. Otra vez vino Mixcoatl a aparejarse y proveerse de flechas; y otra vez fue a buscarla y a nadie ve. Como ves aquí se describe con más detalle el encuentro entre estos dos personajes, y la destreza de esta gran mujer guerrera, identificada o poseída por el espíritu o esencia de la diosa Chihuacóatl-Coatlicue. Después se narra que Mixcoatl maltrato a las mujeres principales y doncellas de Cuauhnahuac (Cuernavaca), para convencer a Chimalma de salir a su encuentro, y se repitió el suceso anterior, con la diferencia de que: “Después de que esto pasó, la toma, se echa con la mujer que era Chimalman, la que luego se empreñó…”.Posteriormente Mixcoatl es asesinado por uno de sus hombres, y Chimalman re refugia con sus padres en el pueblo de Amatlan, vecino de Tepuztlan, dónde muere al dar a luz a Ce-Acatl Topiltzin-Quetzalcoatl. Al parecer el príncipe fue educado por sus abuelos, Aquí mismo desde dónde te escribo. Posteriormente se vinculó a Xochicalco, y mas tarde fue rey-sagrado de Tula (Hidalgo). Aquí veo yo, más que una teomáquia, un usurpación o toma del poder de un grupo de nómadas patriarcales que adoraban a dioses estelares, sobre una sociedad agrícola sedentaria, de orden matriarcal. Otra diosa con esas características fue Itzpapálotl “Mariposa de obsidiana”, mencionada en los Anales de Cuauhtitlán[4]. Fue una mujer que convocó a los chichimecas para que eligieran caudillo y fueran a los cuatro rumbos, tiempo después era venerada como una diosa. La Diosa está sobre el redondo cacto: ¡Es nuestra madre Mariposa de Obsidiana! De Mixcoatl “Serpiente de nubes”, también se dice que fue un caudillo chichimeca y padre de un Quetzalcoatl en algunas versiones. Se dice que Mixcoatl salió a cazar y le salió al paso la guerrera Chimalma, Mixcoatl disparó cuatro flechas que la guerrera pudo eludir, después de cuatro intentos fallidos, de alguna forma Chimalman queda embarazada de Mixcoatl. Chimalman, cuyo nombre esta relacionado con chimalli “escudo”, es una mujer del huitzanahuac, la región del sur, zona de luminosidad y magia. Fray Diego Durán nos dejó la descripción de la imagen de Quilaztli que se veneraba en Xochimilco:

Su templo en Tenochtitlan era llamado el Tlillancalmécac, en el cual según dicen ella misma lo habitaba: “la cual visiblemente les aparecía y recidía en aquél lugar, y dallí salía visiblemente para ir a donde quería. Cierto es que era el Demonio en forma de aquella mujer.”

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…la diossa Cihuacoatl era de piedra tenia una boca muy grande abierta y los dientes regañados tenia la caueça (cabeza) una cabellera grande y larga y v nabito de muger todo blanco de naguas camissa y manto.[5] Esta deidad está vinculada a su vez con las deidades de la tierra, ya que muchos aspectos de esta figura también las comparten con la muy temible Coatlicue, como ya se ha visto. Quilaztli representa para mi: primero la muerte, la muerte que permite la estrategia de la vida, ya sea en la agricultura, como también en la evolución de ser humano.

Para concluir te incluyo un himno-conjuro de amor para la diosa de los Himnos Sacros de los mexica.

Venid acá, La que tiene cabellera de humo, cabellera de niebla, Mi madre Falda de Jade, Mujer Blanca. Venid acá, vosotros dioses: Tú Cuatón, tú Caxoch, Tú Tlahui, tú Ixapel. Estadme viendo, Amor morado, Amor blanco, Amor azul… He llegado yo sacerdote, Yo señor de magias. Azul Tlaloc, Blanco Tlaloc. Conmigo tú, Conmigo vas a revolverte. Yo sólo soy sacerdote, Yo señor de magias. Madre mía Falda de Estrellas

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¿Tú se lo hiciste? ¿Tú se lo metiste adentro? También contigo nosotros, Contigo nos revolveremos. ¡Tú se lo hiciste, tú se lo pusiste adentro… delante de ti ha quedado…

Tepuztlan, marzo-8-2009, A.D.

[1] Crónica Mexicayotl-38.[2] Fr. Juan de Torquemada, Monarquía Indiana,  v.I, pp.116-117.[3] Jacinto De la Serna, Tratado supersticiones, dioses, ritos etc., (cf.nota 2),p. 202.[4] Códice Chimalopopca, p. 3, 6.[5] Durán, Historia de las Indias…cap. XIII

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