ciencia y la tecnica
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FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS DE LA
COMUNICACIÓN ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN INICIAL
ASIGNATURA: EPISTEMOLOGÍA DOCENTE: INTEGRANTES:
AZABACHE MARTÍNEZ, Bertha Milagros
BAYLÓN SÁNCHEZ, Jessica Malú
SÁNCHEZ REYES, Yesica Mariví
SEVILLA ROMERO, Delia Rosa
CICLO: 2°
TRUJILLO- PERÚ 2015
INTRODUCCIÓN
En casi todos los países en vías de desarrollo se discute actualmente el papel que debiera
desempeñar la ciencia en el desarrollo nacional.
Con este motivo examinan los conceptos mismos de ciencia básica, ciencia aplicada y
tecnología, así como los de adelanto científico, político científico y desarrollo nacional.
Acaso por primera vez en la historia humana no solo científicos y filósofos sino también
políticos y administradores se formulan las preguntas clave: ¿qué es la ciencia y en qué se
distingue la técnica?, ¿en qué consiste la ciencia aplicada?, ¿para qué queremos que se
desarrollen la ciencia y la tecnología?, ¿Cómo hemos de propender al desarrollo de la
ciencia y de la tecnología?, ¿es posible y deseable importar la ciencia y la tecnología de los
países desarrollados?, ¿a qué rama de la ciencia deberíamos dar prioridad?, ¿ de qué manera
influyen el desarrollo científico y el desarrollo tecnológico sobre el desarrollo global?,
¿Cuáles son las condiciones generales del desarrollo endógeno de la ciencia y de la
tecnología?, y¿ cuáles son los supuestos filosófico de las políticas de desarrollo científico y
tecnológico?
Para responder alguna de estas preguntas es necesario conocer los conceptos de lo que
significa ciencia y técnica, la relación que entre estas se dan y además la evolución que
están han desarrollado.
LA CIENCIA Y LA TÉCNICA
DEFINICIÓN
La ciencia es el conocimiento que se obtiene mediante la observación de patrones regulares,
de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se
generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes
generales y sistemas organizados por medio de un método científico.
La ciencia considera y tiene como fundamento distintos hechos, que deben ser objetivos y
observables. Estos hechos observados se organizan por medio de diferentes métodos y
técnicas, (modelos y teorías) con el fin de generar nuevos conocimientos.
Técnica podría definirse como el conjunto de procedimientos y recursos de que se vale la
ciencia para conseguir su fin.
La diferencia entre ambas es un problema típico de la filosofía de la ciencia y de la técnica.
Se dice a menudo que no hay diferencias. Sin embargo la diferencia que existe es que la
ciencia se propone descubrir leyes a fin de comprender la realidad integra, y la técnica se
propone controlar ciertos sectores escogidos de la realidad con ayuda de conocimientos de
todo tipo, en particular científicos.
Tanto una como la otra parten de problemas, pero los problemas científicos son puramente
cognoscitivos, en tanto que los técnicos son prácticos. Ambas buscan datos, formulan
hipótesis y teorías, y procuran poner a prueba estas ideas por medio de observaciones,
mediciones, experimentos o ensayos. Pero muchos de los datos, hipótesis y teorías
empleados en la técnica son tomados de la ciencia y, en todo caso, se refieren a sistemas
controlables, tales como carreteras o maquinas, praderas o bosques, minas o ríos,
consumidores o enfermos, empleados o soldados, así como a sistemas compuestos por
hombres y artefactos, tales como fábricas o mercados, hospitales o ejércitos, redes
comunicación universidades, etc. Al técnico no le interesa todo el universo sino tan solo lo
que pueda ser recurso natural o artefacto.
EVOLUCIÓN EN EL MUNDO Y EN EL PERÚ
El comienzo histórico exacto de la ciencia es indeterminable en el tiempo. Se plantea que
su surgimiento tiene lugar en el momento "donde se descubre (o se establece) la relación de
que unos fenómenos son "causa" y otros "efecto"".
La ciencia es un efecto necesario de la división social del trabajo y surge después que el
trabajo intelectual se separa del manual y la actividad cognoscitiva se convierte en un
género de ocupación específico de un grupo, al comienzo muy poco numeroso de personas.
Desde la antigüedad existieron en diversas sociedades manifestaciones, más o menos
desarrolladas, de interés por comprender al mundo. Estas se pueden calificar de científicas,
y están enmarca das en el período que va desde media dos del primer milenio a.n.e. hasta
las puertas de la revolución científica (siglo xv). Estas constituyeron premisas del
surgimiento de la ciencia.
Dichas premisas se dieron en países del Oriente Antiguo, como Egipto, Babilonia, la India
y China. Allí se acumularon y racionalizaron conocimientos empíricos sobre la naturaleza y
la sociedad, surgieron los gérmenes de la astronomía, las matemáticas, la ética y la lógica.
El patrimonio de las civilizaciones orientales fue asimilado y transformado en un armónico
sistema teórico en la Grecia Antigua, donde surgieron pensadores que se dedicaron
especialmente a la ciencia y se deslindaron de la tradición religiosa y mitológica. Desde
aquel entonces hasta la revolución industrial, la principal función de la ciencia fue
explicativa, y su tarea funda mental consistió en proporcionar el conocimiento necesario
para ampliar los horizontes de la visión del mundo y de la naturaleza, parte de la cual es el
hombre mismo.
Sin embargo, el paso decisivo en la consolidación del pensamiento científico como
institución social ocurrió en la Europa Occidental entre 1600 y 1700. En el capitalismo, la
ciencia rompió con la visión de sí misma heredada de la antigüedad, como actividad
primordial mente centrada en la comprensión intelectual del mundo sin actuar sobre él—,
para convertirse en la base de la evolución técnica que caracteriza al mundo moderno,
desde la revolución industrial (siglos xviii y xix) hasta nuestros tiempos.
Se entiende por revolución industrial al conjunto de transformaciones económicas y
sociales que definieron el punto de partida del proceso de industrialización en general y que
tuvieron lugar en Gran Bretaña entre los años 1760 y 1820.
La existencia histórica de la ciencia moderna es relativamente reciente y, en términos
generales, no se produjo más allá de los albores del capitalismo europeo de los siglos xvii y
xviii. Tal coincidencia de origen dejó una profunda marca en el quehacer y en la
conceptualización de la práctica científica-concepción instrumental, racionalidad
económica que buscaba ganancias máximas mediante la reducción de los costos
económicos de producción.
En la segunda mitad del siglo xv comenzó la primera revolución científica que liberó la
ciencia del escolasticismo y dio inicio a las ciencias naturales modernas. Mas esta
revolución, que duró casi hasta el siglo xviii, no estuvo acompañada por una revolución
similar en la técnica, que en ese período toda vía se desarrollaba a partir de los éxitos
empíricos obtenidos gracias a su propia práctica.
Las invenciones técnicas, aquellos instrumentos o procedimientos mediante los cuales la
humanidad se relaciona y transforma su medio y que no implican la utilización de
conocimientos científicos, a diferencia de los avances tecnológicos, se debían por lo general
a una larga búsqueda empírica, y los descubrimientos esporádicos logrados por uno u otro
científico individualmente no se ponían en práctica durante mucho tiempo.
Al aparecer la gran producción maquinizada, se crearon las condiciones necesarias para que
la ciencia se convirtiera en un factor activo de la producción y se planteó como su principal
tarea el conocimiento de la transformación de la naturaleza.
En la época actual, a diferencia de la pasada, los logros de la ciencia se introducen en la
producción con una rapidez mayor, gracias a la disminución del tiempo que transcurre entre
los descubrimientos científicos y su utilización práctica. Tal revolución abarcó
simultáneamente la esfera de la ciencia y de la técnica; de ahí que se le identifique como la
Revolución Científico Técnica.
EN EL PERÚ
La evolución de la producción científica en el Perú es positiva. No obstante, podría ser
mucho mejor. Raúl Hernández, historiador e investigador del Instituto de Estudios
peruanos, sistematizó la información que recoge una base de datos de acceso público en la
cual se indexan las revistas científicas producidas a nivel mundial. Los resultados de su
trabajo fueron plasmados en un interesante documento de trabajo. La medición abarca 17
años: entre 1996 y 2013.
El principal hallazgo del informe titulado "¿Quién escribe más y sobre qué?" gira en torno a
que en los años analizados se han producido cambios muy fuertes en cuanto a la
procedencia geográfica de la producción científica.
Por un lado, se comprueba el ascenso de Asia, que produce (ahora) más que América del
Norte y que Europa. A nivel de América Latina, Hernández destaca la cada vez mayor
presencia de ciencia brasileña y en paralelo a eso, la emergencia de otros países que antes
apenas producían ciencia y que hoy comienzan ahora a producir un número mayor de
documentos. Aquí se encuentra Colombia, Chile y Perú.
ENTREVISTA A RAÚL HERNÁNDEZ
DIARIO EL COMERCIO
¿Cómo ha evolucionado la producción científica en el Perú durante las últimas dos
décadas?
La medición de este país inició desde un punto muy bajo. A fines de los años noventa se
producía mucho menos de lo que se debía. No obstante, si analizamos este periodo de 17
años, vemos que el Perú es uno de los países que más crece en términos proporcionales,
solo por detrás de Colombia, que es el que más crece en la región. Lo que ocurre es que
como (Perú) partía de un punto tan bajo, ese crecimiento a nivel agregado, cuando se
compara con otros países, impide que aparezcamos entre los principales productores. Pero
si solamente consideramos la producción peruana, nos encontramos que se ha multiplicado
casi por ocho en los últimos 17 años.
¿Qué es lo que engloba el término producción científica?
En este caso estoy analizando los artículos publicados en revistas científicas indexadas de
todas las disciplinas. Es decir, tanto de ciencias duras (matemática, física) y hasta las
ciencias sociales.
¿En qué centros de lugares se produce más científicamente en nuestro país?
En las universidades. Además, solo una universidad peruana se encuentra entre las 100
primeras latinoamericanas en cuanto a producción de este tipo: la Universidad Cayetano
Heredia.
Eso es más en el ámbito médico.
Es correcto. A nivel mundial, la medicina es la ciencia que más artículos científicos
produce y ese también es el caso de Perú.
Viendo a la región. ¿Cuál es el país que más produce científicamente?
En estos 17 años podemos ver que cada vez hay más producción procedente del Brasil. A
finales de los 90, Brasil ya era el país que más producía, pero en ese entonces era el 40 o
42% del total regional. Ahora, la producción supera el 50%. Es decir, más de la mitad de la
producción científica de toda la región, desde México hasta Argentina, proviene del Brasil.
¿Cómo va la producción científica de universidad públicas peruanas?
Casi el 40% de la producción científica de universidades peruanas proviene de casas de
estudio públicas. Eso es una noticia bastante buena. Hablamos de la Universidad San
Marcos, la Universidad Agraria de La Molina y la UNI.
¿Sobre qué se investiga en Perú?
Básicamente sobre medicina. Se trata de la disciplina que produce el mayor número de
artículos científicos que provienen del Perú. De hecho, en este país hay tres revistas
científicas peruanas y dos de ellas son de medicina. Ya en los noventas era la disciplina que
más producía y, hoy, sigue siéndolo.
¿De dónde viene la mayor parte de la producción científica en el mundo?
A finales de los 90, la mayor parte de la producción venía de Estados Unidos y Europa. En
la actualidad, viene de Asia. Entonces, en este periodo de casi 20 años se ha producido un
cambio bastante fuerte en la zona geográfica que produce la mayor parte de los documentos
científicos.
Solo hablamos de números.
Así es, luego habría que analizar la calidad de esta producción científica y su impacto. Pero
en cuanto a producción científica, la mayor parte de la producción científica que proviene
de revistas indexadas viene de Asia.
PROBLEMÁTICA DE SUS CONCEPTUALIZACIONES
El problema de la distinción entre ciencia y técnica se presenta cada vez que se discuten
políticas de desarrollo científico y técnico, en particular cuando se discute la distribución de
fondos entre una y otra. Por lo pronto suele unirse ciencia y técnica en una sola rubrica.
La estrecha relación entre estas dos inició como resultado de la Revolución Industrial de los
siglos XVIII y XIX. A partir de entonces, la ciencia se convirtió en el cimiento de nuevos
inventos que favorecieron el desarrollo de la tecnología y la industria, y a su vez, la
tecnología comenzó a convertirse en una herramienta al servicio de la ciencia, como con el
desarrollo de instrumentos de laboratorio que facilitaron la experimentación.
La ciencia en sentido moderno, según Mario Tamayo y Tamayo, puede definirse como “el
conjunto de conocimientos racionales, ciertos y probables, obtenidos metódicamente,
mediante la sistematización y la verificación y que hacen referencia a objetos de la misma
naturaleza”. Sin embargo, esta definición de ciencia puede considerarse restrictiva o
limitada debido a que sólo hace referencia a las ciencias naturales.
Mario Bunge opta por una definición más amplia de ciencia a la que en un primer momento
llama “cuerpo de ideas”, y define como “el conocimiento racional, sistemático, exacto,
verificable y falible”, tal y como es entendida en la actualidad. Pero, agrega la importancia
de distinguir entre la ciencia formal y la ciencia fáctica, porque “no toda la investigación
científica produce conocimiento objetivo”, lo que no significa que deje de considerarse
como tal. Para Bunge la lógica y las matemáticas son las llamadas ciencias formales, cuyo
objeto de estudio son los entes formales, así como las relaciones lógicas (o mentales) que se
establecen entre ellos; por su parte, las ciencias fácticas, que abarcan las ciencias naturales
y las ciencias sociales, tienen como objeto de estudio a las cosas concretas y reales, es
decir, la naturaleza y la sociedad.
Si bien, -agrega Bunge-, ambos tipos de ciencia emplean el método científico se distinguen
por su materia de estudio y la forma para alcanzar sus fines. De esta manera, la finalidad de
las ciencias formales es demostrar o probar; en cambio, las ciencias fácticas buscan
verificar, corroborar o invalidar una hipótesis; y aclara que, por la naturaleza misma del
método científico, el conocimiento alcanzado siempre será provisional y perfectible.
Por su parte, el Manual Canberra de la OCDE menciona la dificultad de proporcionar una
definición del término ciencia debido a los diferentes puntos de vista sobre la extensión del
término y su uso para referir los diversos campos del conocimiento que procede de razones
culturales y lingüísticas.
Por otro lado, Mario Bunge define tecnología como “el desarrollo de la actividad científica
aplicada al mejoramiento de nuestro medio natural y artificial, a la invención y manufactura
de bienes materiales y culturales”; mientras que para Gustavo A. Cárdenas es “la suma de
conocimientos de los medios y de los métodos destinados a producir bienes y servicios”,
pero aclara que la tecnología no es sinónimo de ciencia aplicada, pues en algunas ocasiones
la tecnología es anterior a la ciencia, y en muchos otros la tecnología surge sin un
conocimiento científico previo y preciso de cómo y por qué funcionan los procesos u
ocurren los fenómenos con resultados concretos.
Se observa que en las definiciones de tecnología de Bunge y Cárdenas se destaca el papel
que tiene ésta para la sociedad y la cultura en la actualidad. Hoy la tecnología se ha
convertido indispensable en la vida cotidiana de las personas, con el uso de ésta realizamos
actividades básicas de nuestra vida como puede ser comunicarnos de manera instantánea
oralmente y por escrito, transportarnos grandes distancias en poco tiempo y producir
nuestros alimentos con mayor calidad y cantidad, entre muchas cosas más.
BIBLIOGRAFÍA:
Mario Miranda Pacheco, 1978. La educación como proceso conectivo de la
sociedad, la ciencia, la tecnología y la política. México: Trillas.
Mario Bunge, 1997. Ciencia y desarrollo. Argentina: Sudamericana.
Jurgen Habernmas, 1999. Ciencia y técnica como “ideología”. España: Tecnos (4
ed).