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1 DOSSIER E l uso de cultivares resistentes es uno de los métodos más efectivos para el control integrado de la verticilosis del olivo (VD), y constituye la principal he- rramienta de control en el momento de la plan- tación, además de ser una medida económica- mente viable y respetuosa con el medio ambien- te. En esta revisión hemos considerado más conveniente emplear el término resistencia en lugar de tolerancia, que en ocasiones es usado de forma arbitraria. La resistencia supone la puesta en marcha por parte de la planta de me- canismos que restringen el desarrollo de la colo- nización interior de la planta por el patógeno, CIA DE LOS DISTINTOS CULTIVARES EN CONDICIONES DE CAMPO Y EN CONDICIONES CONTROLADAS vances en la resistencia del ivo a la verticilosis causada or Verticillium dahliae la búsqueda e identificación de resistencia en ge- notipos de olivo es una de las líneas de investiga- ción más esperanzadoras dentro de una estrate- gia de control integrado para lograr reducir las pérdidas causadas por la VO, y al mismo tiempo permite mantener los recursos de desarrollo de la olivicultura dentro de una estrategia sostenible. Trapero, el; Birem, El; Abho-Sheker, E M.'; Caballero, J.2; Mercado, J.3; Del Río, e 2 ; Trapero A',; Martos-Moreno, e1; Raya-Ortega, M. e1; Arquero, 0. 2 , Serrano, N.2; Molina, M.';Alcántara E.1;Muñoz-Díez, el, Rallo, lo'; Barranco, D,'; Roca, lo'; Moral, 1.1;Blanco-lópez, M.A.' y lópez-Escudero, F.J.', 1 Departamento de Agronomía, ETSIAM, Universidad de Córdoba. Córdoba. 2 IFAPA Centro Alameda del Obispo. Córdoba.' J Departamento de Protección de Cultivos, Instituto de Agricultura Sostenible, CSIC. Córdoba. m VjdaRURAl (ljOctubrej2010) nies de diferentes genitores de cruzamientos y clones avanzados de los programas de mejora actualmente en curso. Los genotipos resistentes seleccionados podrían ser usados directamente como nuevos cultivares, para reemplazar plantas muertas en plantaciones afectadas por la enfer- medad, como patrones para las variedades de interés ya existentes, o para ser incorporados co- mo genitores en los programas de mejora que se están desarrollando en algunos de los principa- les países productores. Por ello, muchos de los esfuerzos actuales de los grupos de investigación Patología agroforestal (AGR-216) y Pomología (AGR-649) del departa- mento de Agronomía de la Universidad de Córdo- ba, así como de otros grupos de investigación que trabajan sobre el olivo en España y otros países,se están dirigiendo a este fin. mientras que tolerancia hace referencia a que determinados genotipos pueden soportar cierto grado de infección en los tejidos sin mostrar sín- tomas, o con síntomas moderados, pero sin pro- mover acciones contra el patógeno. En olivo hay disponible una variabilidad ge- nética muy amplia, que podría permitir la iden- tificación de genotipos resistentes tanto en indi- viduos preservados en colecciones (bancos de germoplasma) como en poblaciones naturales de acebuche. Asimismo, se cuenta con proge- -

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Page 1: CIA DE LOS DISTINTOSCULTIVARESEN CONDICIONES ......determinados genotipos pueden soportar cierto grado de infección en lostejidos sin mostrar sín-tomas, o con síntomas moderados,

1 DOSSIER

El uso de cultivares resistentes es unode los métodos más efectivos para elcontrol integrado de la verticilosis delolivo (VD), y constituye la principal he-

rramienta de control en el momento de la plan-tación, además de ser una medida económica-mente viable y respetuosa con el medio ambien-te. En esta revisión hemos considerado másconveniente emplear el término resistencia enlugar de tolerancia, que en ocasiones es usadode forma arbitraria. La resistencia supone lapuesta en marcha por parte de la planta de me-canismos que restringen el desarrollo de la colo-nización interior de la planta por el patógeno,

CIA DE LOS DISTINTOS CULTIVARES EN CONDICIONES DE CAMPO Y EN CONDICIONES CONTROLADAS

vances en la resistencia delivo a la verticilosis causada

or Verticillium dahliaela búsqueda e identificación de resistencia en ge-notipos de olivo es una de las líneas de investiga-ción más esperanzadoras dentro de una estrate-gia de control integrado para lograr reducir laspérdidas causadas por la VO, y al mismo tiempopermite mantener los recursosde desarrollo de laolivicultura dentro de una estrategia sostenible.

Trapero, el; Birem, El; Abho-Sheker, E M.';Caballero, J.2; Mercado, J.3; Del Río, e2;Trapero A',; Martos-Moreno, e1;Raya-Ortega, M. e1; Arquero, 0.2, Serrano,N.2; Molina, M.';Alcántara E.1;Muñoz-Díez,el, Rallo, lo'; Barranco, D,'; Roca, lo';Moral, 1.1;Blanco-lópez, M.A.' ylópez-Escudero, F.J.',

1 Departamento de Agronomía, ETSIAM,Universidad de Córdoba. Córdoba.

2 IFAPA Centro Alameda del Obispo. Córdoba.'J Departamento de Protección de Cultivos, Instituto de Agricultura

Sostenible, CSIC. Córdoba.

m VjdaRURAl (ljOctubrej2010)

nies de diferentes genitores de cruzamientos yclones avanzados de los programas de mejoraactualmente en curso. Los genotipos resistentesseleccionados podrían ser usados directamentecomo nuevos cultivares, para reemplazar plantasmuertas en plantaciones afectadas por la enfer-medad, como patrones para las variedades deinterés ya existentes, o para ser incorporados co-mo genitores en los programas de mejora que seestán desarrollando en algunos de los principa-les países productores.

Por ello, muchos de los esfuerzos actuales de losgrupos de investigación Patología agroforestal(AGR-216) y Pomología (AGR-649) del departa-mento de Agronomía de la Universidad de Córdo-ba, así como de otros grupos de investigación quetrabajan sobre el olivo en Españay otros países,seestán dirigiendo a este fin.

mientras que tolerancia hace referencia a quedeterminados genotipos pueden soportar ciertogrado de infección en los tejidos sin mostrar sín-tomas, o con síntomas moderados, pero sin pro-mover acciones contra el patógeno.

En olivo hay disponible una variabilidad ge-nética muy amplia, que podría permitir la iden-tificación de genotipos resistentes tanto en indi-viduos preservados en colecciones (bancos degermoplasma) como en poblaciones naturalesde acebuche. Asimismo, se cuenta con proge-

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Resistencia de cultivaresen condiciones decampo

Las primeras investigaciones sobre resisten-cia del olivo avo en campo las realizó Ruggierien1946, que informó de la susceptibilidad de varioscultivares, como Bella di Spagna, Nocellara yOgliarola en Italia. Más tarde, Wilhelm y Taylor(1965) observaron en Califomia que los cultiva-res Manzanillo, Redding Picholine, varios patro-nes enanizantes y las especies Olea ferruginea yo. chrysophylla eran susceptibles a la infecciónpor V.dahliae en suelos infestados, encontrandoresistencia en algunas plantas de la especie O.vemicose; Más tarde, Wilhelm (1981) resaltó lasusceptibilidad de los cultivares Manzanillo, Mis-sion, Obliza y Sevillano. Simultáneamente, inves-tigaciones en Grecia indicaban la susceptibilidadde Konservolia, Kalamon, Manaki, Koutsourelia,Matolia o Megaritiki (Thanassoulopoulos et al.,1979). Recientemente, prospecciones realizadasen algunos de los países de la cuenca mediterrá-nea han informado de la incidencia y severidadde la enfermedad en los principales cultivares delos respectivos países (Erten yYildiz, 2008; Der-vis et al., 2010; Sesli et al., 2010).

España las primeras referencias correspon-den a las observaciones realizadas por Caballe-ro et al. (1980) en parcelas del Banco Mundialde Germoplasma de Olivo (BMGO) de Córdoba(IFAPA,Alameda del Obispo), en las que los cul-tivares KilisYaglik,Verdial de Huevar,Verdale, Cor-nicabra y Salonenque mostraron las incidenciasmás elevadas, aunque los niveles de severidadde la enfermedad detectados fueron variables.Posteriormente, prospecciones sistemáticas enplantaciones de olivo en Andalucía (Blanco-Lópezet al. 1984) revelaron la alta susceptibilidad dePicual, Hojiblanca y Manzanilla. Asimismo, obser-vaciones periódicas en una plantación experi-mental establecida en 1998 en el término deÉcija (Córdoba), en un campo con alta densidadde inóculo del patógeno, han permitido confir-mar la extrema susceptibilidad de los cultivaresComicabra, Picual y Picudo; mientras que las re-acciones de los cultivares Changlot Real, Empel-tre, Frantoio y Oblonga corroboran los niveles ele-vados de resistencia encontrados en inoculacio-nes artificiales (cuadro 1). Sin embargo, aunqueel cultivar Arbequina ha sido incluido en el grupode cultivares susceptibles de acuerdo a su reac-ción en inoculaciones artificiales con un aisladodefoliante (alta virulencia) (López-Escuderoet al.,

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gunos italianos y griegos, de amplia difusión yde los que ya se tenía información del nivel deresistencia tras su inoculación artificial en con-diciones controladas. El objetivo es confirmar laresistencia o susceptibilidad en condiciones decampo y, adicionalmente, obtener informaciónepidemiológica del progreso de la enfermedad.Aunque el tiempo transcurrido desde el estable-cimiento de estas plantaciones es escaso, losprimeros datos de incidencia de la enfermedaden el campo de Lebrija reflejan diferencias entrecultivares que confirman los resultados de ino-culaciones artificiales.

CUADRO 1.Resistencia de cultivares de olivo al patotipo defoliante de Vertici/líum dahliae eninoculaciones artificiales realizadas por el grupo de investigación Patología Agroforestaldel departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba." .

Nivel de resistencia b Cultivar e, d

Resistente Changlot Real (3), Dolze Agogia, Empeltre (3), Frantoio (>20), Grosal de Albocafe~, líato Dl}'Si,Manzanilla Picúa', Oblonga (8)

Moderadamente resistente Aggezi Shami-1,Aloreña-1i, Bodoquera', Carrasqueño de Porcuna', Chemlali, Cipresino,Corneja', De Sal', Jíot', Kiti', Koroneiki (4) , Maelia', Negrillo de Andujar', Pajarera', Sevillenca,Verdial de Vélez-Málaga-1'

Susceptible Amigdaloia,Arbosana (2), Ascolana Tenera,Athalassai,Azapa, Blanqueta, Carrasqueño deAlcaudetei, Coratina, Dokkar, Escarabajuelo de Úbeda, Farga, Figueretesi, Hasou', GordalSevillana', Kalamon, Kalogerida, Lechín de Sevilla', Llumeta, Lucques, Maurino, MissionNyeland', Moraiolo, Moraiolo 1Corsini, Negrillo de Arjona, Nevadillo Negro, Pico Limón deGrazalema, Vallesa, Zarza

Extremadamente susceptible Arbequina (4),Ayvalik, Azul, Borriolenca, Bouteillan, Callosina, Cañivano Negro-I', Carolea,Carrasqueño de Lucena, Cipresino, Chalchali-1', Chemlal de Kabilye, Chorrúo de Castro delRío, Cobrancosa, Corbella, Cordobés Arroyo de la Luz', Cornicabra, Dulzal, Dulzal de Carmona,Fulla de Zalce, Gordal de Hellín, Hendeño, Hojiblanca, Imperial de Jaen, Leccino, Lechín deGranada, Lucio, Macho de Jaén', Manzanilla, Manzanilla de Jaén, Manzanilla Cacereña,Manzanilla del Piquito, Manzanilla de Sevilla, Megantiki, Meski, Mission Moojeskii, Mollar deCieza, Morisca, Morona, Nabali, Negral, Negro del Carpio, Nevadillo Blanco de Jaen, NevadoAzul, Dcal, Pajarero, Pendolino, Picholine Marrocaine, Picual (>20), Picudo, Rapasayo,Redondilla de Logroño, Royal de Cazorla (3), Valanolia, Verdial de Alcaudete, Villalonga

a Fuentes bibliográficas: López-Escudero et al., 2004 y 2007; Martos-Moreno el al., 2006; Raya-Ortega, 2005;Birem, 2009; Abo Shkeers, 2010.

b El nivel de resistencia se determinó en función del área bajo la curva de progreso de la enfermedad, el porcentaje deplantas muertas a las 12 semanas después de la inoculación y otros criterios complementarios (forma de la Curva deProgreso de la Enfenmedad y recuperación de la enfermedad).

c Número entre paréntesis = número de experimentos en los que los que se ha confinmado el nivel de resistencia enexperimentos diferentes. Si no se indica, ésta fue sólo una.

"d En la mayoría de los casos el método la inoculación se realizó mediante inmersión del sistema radical desnudo de lasplantas en una suspensión de 107 con/mi del patógeno. En los casos en los que se empleó inyección al tronco de unamasa de micelio y/o conidias se ha advertido con la llamada "i".

2004), en los árboles de Arbequina en este cam-po no se ha observado mortalidad ni disminu-ción de cosecha, aunque muestran clorosis gene-ralizada. Esto corrobora que este cultivar en con-diciones de campo (presión de enfermedadinferior a la que se someten los cultivares en ino-culaciones artificiales) es más resistente que Pi-cual, o el resto de susceptibles, de los que sobre-viven actualmente muy pocos individuos.

Otros experimentos de campo en curso co-rresponden a la colaboración que desarrolla elGrupo Patología Agroforestal con investigadoresdellFAPA (Alameda del Obispo, Córdoba) en elmarco de la Red Andaluza de ExperimentaciónAgraria. En este sentido, se han establecido re-cientemente dos extensas parcelas experimen-tales en los términos de Lebrija (Sevilla, octu-bre 2009) y Aoona (Jaén, marzo 2010) sobresuelos altamente infestados por V. dahliae. Enellos se han plantado catorce cultivares de olivo,en su mayoría españoles, aunque también al-

Resistencia decultivares encondiciones controladas

Los primeros datos acerca de la evaluaciónde la resistencia de olivo a V. dahliae en condi-ciones artificiales fueron aportados por Hartman

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Material vegetal evaluado: estaquillas enraizadas (A), o plántulas de semilla (B),procedentes de cultivares del Banco Mundial de Germoplasma de Olivo (lFAPA,Córdoba) (C), acebuches (D),o semillas de cruzamientos de genotipos de olivo de interés comercial y de OJea spp.

et al. (1971) que informaron de la resistenciade Oblonga a un aislado defoliante y de la sus-ceptibilidad de Manzanillo tanto a éste como aotro aislado no defoliante del patógeno. En Italia,Pennisi et al. (1993) confirmaron la moderadasusceptibilidad de Carolea y Cipressino, mientrasque Cassanese, Nocellara del Belice, NocellaraEtnea,Tonda Iblea y Uovo di Piccione resultaronmuy susceptibles. En este mismo país se confir-mó en inoculaciones similares la resistencia deFrantoio, Coratina y Fragivento en comparación'con la extrema susceptibilidad de Ascolana, Ce-lIina y Leccino (Cirulli y Montemurro, 1976). Re-cientemente, otras investigaciones realizadas enGrecia han demostrado la susceptibilidad mode-rada de Kalamon y la alta susceptibilidad de Am-fissis cuando plantas de dos años de edad eraninoculadas mediante inyección al tronco con unaislado altamente virulento de V.dahliae (Anto-niou et al., 2001). En estos trabajos, Koroneiki,uno de los principales cultivares griegos, ha re-sultado moderadamente resistente tras ser ino-culado por inyección al tronco, aspecto que hasido confirmado mediante otros métodos de ino-culación.

En España, la evaluación a las infecciones

m Vida RURAL (1/0ctubre/2010)

por V.dahliae en cultivares de olivo en condicio-nes controladas ha sido el primer paso en la bús-queda de resistencia. Por ello, durante los últi-mos quince años, los esfuerzos de nuestros gru-pos de investigación,con la colaboración de otrosgrupos de investigación de la Universidad de Cór-doba, dellFAPAAlameda del Obispo y dellnstitu-to de Agricultura Sostenible (CSIC),se han dirigi-do hacia dicho objetivo. La mayor parte de estostrabajos se han centrado en el material delBMGOdellFAPAde Córdoba (Caballero y del Río,2008), que ha estado continuamente disponiblepara estas investigaciones. Las primeras evalua-ciones las realizó Rodríguez-Jurado (1993) quedetalló en la interacción planta-patógeno la sus-ceptibilidad de Picual, al patotipo defoliante (D)y al patotipo no-defoliante (ND) del patógeno,mientras que Oblonga mostraba altos niveles deresistencia a ambos patotipos. Posteriormente,se han evaluado las reacciones de 110 cultiva-res, nacionales o extranjeros, de interés agrícolay comercial (cuadro 1). Los principales resultadosmuestran altos niveles de resistencia en Empel-tre, Frantoio, Oblonga y Changlot Real, cultivaresen los que se observa un retraso en el inicio de laepidemia, recuperación de la enfermedad y un

bajo porcentaje de plantas muertas, lo que hapropiciado el uso de estos cultivares por partede los agricultores en plantaciones con riesgo deinfección. No obstante, la gran mayoríade los res-tantes cultivares evaluados han mostrado un ele-vado nivel de susceptibilidad a las infeccionespor el patógeno, incluyendo las variedades prin-cipales españolas como Picual, Hojiblanca, Cor-nicabra y Arbequina.

En la mayor parte de estas investigacionesse ha tenido en cuenta la variabilidaden la virulencia de los aislados del pa-tógeno, y todos los cultivares resulta-ron siempre más susceptibles al pato-tipo D que al ND.Eneste sentido, algu-nos cultivares, como Cipresino,Sevillenca, Kalamon, o especialmenteKoroneiki, han resultado resistentes alpatotipo ND y moderadamente sus-ceptibles al patotipo D, por lo que po-drían constituir una altemativa de usoen situaciones de bajo potencial deenfermedad en el suelo (aislados nodefoliantes y con densidades de in-óculo moderadas o bajas) (Martos-

Moreno et al., 2006, López-Escudero et al.,2007).

Evaluación y mejora delos métodos deinoculación

La selección para resistencia a la verticilosisdel olivo, así como para cualquier otra enferme-dad de una especie vegetal, es un proceso largo,al ser necesaria la evaluación de una gran can-tidad de genotipos. Por ello, la validación y es-tandarización de métodos de inoculación quepuedan proporcionar material resistente de for-ma fiable, ha sido uno de los principales objeti-vos en investigaciones recientes, comprendiendoexperimentos desarrollados tanto en condicio-nes controladas como naturales (Blanco-Lópezet al., 1998; López-Escudero et al., 2004; Mar-tos-Moreno et al., 2006; Colella et al., 2008, Tra-pero et al., 2009; 2010).

Las mejoras más importantes alcanzadas sehan centrado en el desarrollo de métodos deinoculación capaces de diferenciar, rápida yefectivamente, reacciones resistentes frente asusceptibles, proporcionar un acortamiento delperiodo de incubación, producir una expresiónde síntomas consistente, y permitir trabajar conuna gran cantidad de plantas, reduciendo el

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consumo de espacio y tiempo necesarios parala obtención de resultados. Los resultados másimportantes indican que, aunque la inoculaciónpor inmersión de raíces en una suspensión coni-dial del patógeno ha sido el método más usadoen los programas de evaluación de resistencia,otros métodos como el de inyección al troncotambién han resultado válidos para establecerdiferencias de resistencia, con buenas correla-ciones con el primer método (Blanco-López etal., 1998; López-Escudero et al., 2007; Paplo-matas y Elena, 2001).

Más recientemente, los esfuerzos han esta-do dirigidos a reducir el tamaño y la edad delmaterial vegetal inoculado. Así, se han inoculadoplantas de semilla muy jóvenes (de tres a cincosemanas) mediante inmersión radical en unasuspensión de conidias del patógeno que haaportado una expresión de síntomas prematura,pero al mismo tiempo muy consistente. Esta me-todología está permitiendo la evaluación degrandes cantidades de material vegetal en lasprimeras etapas o fases del-programa de mejo-ra de olivo, lo cual ha posibilitado la selecciónpor resistencia de una parte de este materialque continuará siendo evaluado en las siguien-tes fases (Trapero et al., 2010).

S~lección y mejora delolivo p'ara resistencia aVerticillium dahliae

La mejora por resistencia a enfermedades re-quiere de fuentes genéticas de resistencia am-plias, que podnan ser transferidas a las variedadesexistentes o a nuevos genotipos seleccionados enbase a su valor comercial. Las colecciones de ger-moplasma de olivo existentes en España y otrospaíses, han hecho posible comenzar programasde mejora para la evaluación de varios caracteresagronómicos y elaiotécnicos en olivo.Así,el Progra-ma de Mejora de la Universidad de Córdoba, ini-ciado en 1991 (Rallo et al., 2005) es seguramen-te pionero en esta materia, y recientemente ha in-cluido la selección de genotipos de olivoresistentes a la va como una prioridad.

En olivo hay disponible una amplia fuente ge-nética, por lo que la selección por resistencia a V.dahlíae, en el marco de un programa de mejorapodría llevarse a cabo mediante el cruzamientode variedades de olivo de estos bancos previa-mente identificadas como resistentes en experi-mentos en condiciones controladas y de campo.Otras fuentes cuya evaluación de la resistencia esimprescindible son poblaciones silvestres de olivo

(acebuche), y especies emparentadas de la fami-lia Oleaceae (principalmente del género Olea),completando el pool de genes relativo al olivo.

Desde que lava comenzó a considerarse unaenfermedad amenazadora se han realizado im-portantes esfuerzos para encontrar resistencia envariedades cultivadas y acebuches. Wilhelm y Tay-lor (1965) obtuvieron probablemente uno de losresultados más interesantes de la evaluación deresistencia a V.dahliae de plantas de semilla, ob-tenidas de frutos procedentes de la polinización li-bre de diez cultivares, así como de frutos de ace-buches procedentes de Rusia y norte de África.Después de tres años de evaluación en un sueloinfestado, se observó una amplia variabilidad en-tre plantas, aunque se detectaron genotipos resis-tentes en las progenies de todas las variedades,incluso en ciertos individuos que provenían de pa-rentales susceptibles como Manzanillo o Mission.Las progenies más resistentes fueron las de Fran-toio y Arbequina. De hecho, un descendiente deArbequina, llamado Allegra, mostró en pruebasposteriores altos niveles de resistencia y fue se-leccionado para su posible uso como patrón ensuelos infestados (Wilhelm, 1981). En cualquiercaso, estos trabajos indicaron que existía una re-lación entre la resistencia mostrada por un cultivardeterminado y la severidad media de la descen-dencia de las plántulas que provenían de éste y laproporción de individuos que permanecían asinto-máticos. Más tarde, en Grecia, Tjamos et al.(1985) informaron acerca de los altos niveles deresistencia a lava de un genotipo que proveníadela autopolinización de Oblonga.

Recientemente, Colella et al. (2008) obser-varon una importante variabilidad en la respuestade progenies de acebuches procedentes de Es-paña e Italia, después de ser inoculados con V.

dahliae. En algunas de las progenies,todos los individuos resultaron muer-tos o mostraron niveles intermedios desusceptibilidad, mientras que ciertosgenotipos fueron identificados como re-sistentes para su posterior incorpora-ción a un programa de mejora o comopatrones.

De acuerdo con los objetivos men-cionados, ya se han iniciado investiga-ciones para la puesta en marcha de unprograma de mejora orientado princi-palmente a la búsqueda de material re-sistente a lava. En la actualidad se es-tán evaluando numerosas plántulas desemilla de olivo provenientes de cruza-

los experimentos de evaluación de resistencia se desarrollan en condiciones controladas (cámaras o invernaderos) (A);en microparcelas infestadas (B), o en campos experimentales (C). Enéstos se realiza la evaluación del desarrollo de la enfermedad de losdiferentes genotipos y se estudia la eficacia de combinaciones patrón/injerto (O).

m!] Vida RURAL (ljOctubrej2010)

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Fac:tores~ue influyen en laresistencia

mientos entre variedades, acebuches y especies del género Olea. Unode los resultados principales hasta la fecha ha sido la identificaciónde genitores de olivo que transmiten a su descendencia un nivel alto deresistencia a la enfermedad, como es el caso del cultivar Frantoio.Todoslos genotipos resistentes generados en este programa de mejora seránplantados en un suelo altamente infestado por V.dahliae,con el obje-to de ser posteriormente evaluados para seleccionar futuros patroneso variedades resistentes a esta enfermedad (frapero et al., 2010).

En España el acebuche está extensamente distribuido (19.000 hasólo en Andalucía). Durante los últimos años se han realizado prospec-ciones y muestreos extensos en Andalucía, Extremadura, Castilla-LaMancha y Cataluña, en zonas que conservan individuos silvestres ge-nuinos, así como las llamadas "formas ferales": plantas de semillaprocedentes de variedades de olivo o de cruzamientos entre materialcultivado y genotipos silvestres auténticos. Este pool de genes tan di-verso es una importante fuente para la identificación de nuevos geno-tipos resistentes a la va, por lo que en la actualidad se está llevando acabo esta búsqueda en material vegetal consistente en estaquillas en-raizadas o plántulas de semilla procedentes de los muestreos de ace-buche. Hasta el momento, las prospecciones de acebuche realizadasen Andalucía han permitido evaluar 109 individuos mediante estaqui-lIas enraizadas y más de 600 plántulas de semilla, de los que se hanseleccionado 126 genotipos de acebuche que han mostrado un nivelelevado de resistencia al patógeno. Asimismo, ha sido posible la iden-tificación de genitores capaces de transmitir a su progenie un nivel ele-vado de resistencia (frapero, 2009; Trapero et al., 2010).

El potencial del lnóculoLa resistencia del olivo está muy influida por la población del pa-

tógeno (virulencia y densidad del inóculo), por las condiciones am-bientales (temperatura, humedad, tipo y composición microbiana delsuelo, etc.) y por el manejo del cultivo. Por ello, la extrapolación de re-sultados de la resistencia expresada por diferentes genotipos en con-diciones controladas o en condiciones concretas de campo debe rea-lizarsecon cautela. De hecho, la resistencia observada en alguno de es-tos genotipos podría resultar profundamente modificada, e inclusosuperada completamente, en condiciones de alta presión de enfer-medad, como por ejemplo la que ocasionarían poblaciones elevadasde aislados virulentos, un ambiente favorable para el desarrollo de laenfermedad prolongado y/o un mal manejo de la plantación.

Con relación al potencial del inóculo, se han realizado experimen-tos en un recinto experimental de microparcelas (1 m3 de capacidad)rellenas con suelo artificialmente infestado con el patógeno y planta-das con el cultivar susceptible Picual (López-Escudero et al. 2006; Ló-pez-escudero y Blanco-López, 2007). Estas investigaciones permitieronestablecer un umbral aproximado de 1.0 microesclerocio por gramode suelo del patotipo D a partir del cual se obtenía una respuesta desusceptibilidad en Picual, En el mismo periodo, no hubo incidencia dela enfermedad para ningún nivel de inóculo del patotipo ND. Es portanto necesario establecer los niveles de riesgo en otros cultivaresde interés agrícola y comercial para predecir el inicio y desarrollo de

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Métodos de inoculación: A) inmersión radical en una suspensión de conidias; B) inyección al tronco en diferentes tipos dematerial vegetal; C) inoculación en cultivo hidropónico; D) inmersión de contenedores completos; E) inmersión radical enuna masa de micelio y conidias.

la VO dependiendo del genotipo empleado porel agricultor. En este sentido, resulta de interés elcaso del cultivar Arbequina, considerado modera-damente resistente en observaciones de campo,pero que ha resultado muy susceptible al patoti-po D en inoculaciones artificiales.

la incapacidad de ésta a restringir el crecimientoo la reproducción del patógeno, mientras que lasraíces podrían servir como reservorío para el pa-tógeno.

Hartman et al. (1971) realizaron experimen-tos de campo con el propósito de evaluar la re-ducción de la enfermedad en:

- El cultivar Sevillano injertado sobre las es-pecies Olea chrysophylla, o. ferruginea y o. verru-cosa.

- Sobre plántulas de semilla de los cultivaresde O.europaea, Mission, y Redding Picholine, so-bre dos patrones clonales propagados medianteestaquillas (ArmstrongA-12 y Oblonga).

- Sobre plántulas de la especies Forestieraneo-mexican, también de la familia Oleaceae.

En dichos experimentos, todos los árboles in-

la interacción patrón/injertoEl uso de patrones resistentes es una de las

principales alternativas para el control de la VO,yaque podría suprimir la multiplicación y el rnovi-miento del patógeno y proteger la variedad injer-tada. A este respecto, Rod~guez-Jurado (1993)mostró que la expresión de enfermedad en uncultivar de olivo susceptible podría estar relacio-nada con un cierto umbral de cantidad de pató-geno en la parte aérea de la planta, refiejada por

m Vida RURAL (ljOctubrej2010)

jertados sobre Oblonga permanecieron libres desíntomas durante los dieciséis años de evalua-ción, lo que sugería que el patógeno no se trans-mitía a través del injerto. El resto de las combina-ciones evaluadas oscilaron de extremada a mode-rada susceptibilidad. Igualmente, Tjamos et al.(1985) indicaron que plantas de Conservolia in-jertadas sobre un clon de Oblonga mostraban re-sistencia a la infección por V.dahliae, basándoseen la ausencia de síntomas y la incapacidad pa-ra aislar el patógeno de los tejidos de la planta.

En España, se han realizado observacionesperiódicas en el campo experimental de Écija, es-tablecido en 1998. En dicho campo, los injertosrealizados con matenal vegetal de varios cultivaressusceptibles (Hojiblanca y Lechín de Granada) oaltamente susceptibles (Cornicabra y Picudo) so-bre Oblonga, Frantoio o Empeltre presentan des-pués de doce años una incidencia muy baja«5%), mientras que los mismos cultivares sus-ceptibles sobre su propio pie han alcanzado nive-les de enfermedad superiores al 80%.

Porotra parte, en inoculaciones artificiales re-alizadas en condiciones controladas, existen po-cos estudios que confirmen la reducción de la en-fermedad en cultivares susceptibles cuando seinjertan sobre cultivares resistentes. Uno de estostrabajos sugiere que el patrón Oblonga confiereresistencia al cultivar Comicabra en inoculacionespor inmersión radicular con un aislado defoliantedel patógeno (Porras Soriano et al., 2003).

la recuperación natural de las plantasenfermas

Otro de los aspectos que tiene un papel re-levante en la resistencia en condiciones de cam-po es el fenómeno natural de la recuperación,que ocurre habitualmente en árboles que handesarrollado síntomas temporalmente duranteuna estación de crecimiento. En olivo, la recupe-ración natural se ha observado en campo enplantaciones comerciales o experimentales en di-versos países (Wilhelm yTaylor, 1965; Vigouroux,1975; Blanco-López et al., 1990, Tjamos et al,1991; López-Escudero y Blanco-López, 2001).Igualmente se ha evaluado y cuantificado enplantones de olivo de un año de edad inoculadosen condiciones controladas (López-Escudero yBlanco-López, 2005).

La recuperación se ha explicado por la res-puesta activa del árbol, en el que la comparti-mentalización del xilema, y la actividad cambial,posibilitan la producción de nuevas capas de te-jido para reemplazar el xilema antiguo o enfer-

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Page 7: CIA DE LOS DISTINTOSCULTIVARESEN CONDICIONES ......determinados genotipos pueden soportar cierto grado de infección en lostejidos sin mostrar sín-tomas, o con síntomas moderados,

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cualquier caso, estas diferencias anatómicasconstitutivas, y aquellas otras que puedan indu-cirse en las plantas durante las infecciones, de-berán ser investigadas en futuros trabajos que in-cluyan la inoculación con el patógeno,

Otro aspecto de la resistencia a la va cuyoestudio se ha iniciado recientemente es la induc-ción de resistencia mediante compuestos quími-cos o microorganismos. En 2003, Del Río et al.demostraron que la aplicación de Brotomax enplantas produce un incremento de los compues-tos fenólicos en hojas y brotes. Además, los com-puestos fenólicos de plantas de Picual infecta-das naturalmente por V. dahliae presentaron ac-tividad antifúngica (Báidez et al., 2007). Encualquier caso, se desconoce por el momento sicultivares de olivo con diferente nivel de resisten-cia a V. dahliae muestran diferencias en sus per-files cualitativos y cuantitativos de compuestosfenólicos. También se han descrito aislados nopatogénicos de V. dahliae que protegen a planto-nes de olivo, interfiriendo o induciendo resistenciafrente a la infección posterior con aislados másvirulentos. Como consecuencia, se produce unamenor cantidad de enfermedad que en las plan-tas no inoculadas previamente (Martos-Moreno,2003). En la actualidad, en colaboración con eldepartamento de Protección de Cultivos del IAS-CSIC, estamos realizando experimentos de con-trol biológico que incluyen estudios de inducciónde resistencia a la va mediante la inoculacióncon cepas de Pseudomonas spp.

Otros aspectos fisiológicos relacionados conla resistencia de olivo a V. dahliae que están sien-do estudiados comprenden alteraciones fisiológi-cas durante el progreso de la enfermedad encondiciones de ambiente controlado en plantasde cultivares con diferente nivel de resistencia(Frantoio, resistente, y Picual, susceptible) inocu-ladas con un aislado defoliante del patógeno (Bi-rem, 2009) .•

Síntomas en plantas de olivo tras su inoculación en experimentos de evaluación de resistencia: defoliación de estaquillas enraízadas de un año (A,B)Ymarchitez, defoliacióny desecación de plántulas jóvenes de semilla (C. O). --o

mo y facilitar la recuperación de la planta (Shigo,1984). En este sentido, Wilhelm yTaylor (1965) yljamos et al. (1991), indicaron que la parte aé-rea -de los árboles de olivo afectados por la vaestán sometidos a infecciones estacionales ytransitorias por V.dahliae, lo que podría suponerque para que ocurra un nuevo desarrollo de sín-tomas tras un periodo de recuperación serían ne-cesarias nuevas infecciones.

Este fenómeno ocurre frecuentemente enplantaciones comerciales en España y parece ju-gar un papel importante en la superación esta-cional de las infecciones por el patógeno, espe-cialmente en plantaciones de árboles jóvenes(Blanco-López et al., 1990, López-Escudero yBlanco-López, 2001). En estos estudios se ob-servó con frecuencia una remisión estacional delos síntomas, que además se veía claramente fa-vorecida por la aplicación de solarización del sue-lo alrededor de los árboles con el objetivo de re-ducir el inóculo del patógeno.

Por otra parte, se ha observado que la recu-peración depende marcadamente de la virulen-cia de los aislados del patógeno en el suelo, sien-do más prevalente en suelos con bajas densida-des de inóculo de aislados no defoliantes.Asimismo, en inoculaciones artificiales el porcen-taje de plantas recuperadas inoculadas con unaislado no defoliante fue mucho más alto(62,7%), que en las inoculadas con el defolian-te (18,3%) (López-Escudero y Blanco-López,2005). La recuperación natural también ha sidoasociada con el nivel de resistencia del cultivarempleado. Este hecho es particularmente impor-tante en Andalucía, ya que el control integrado yla predicción del riesgo de la va están basadosprincipalmente en el uso de cultivares resistentes,cuyo éxito estaría profundamente condicionadopor la presencia y extensión de aislados defolian-tes en las nuevas plantaciones (López-Escuderoy Blanco-López, 2001; López-Escudero et al.,

el Vida RURAL (ljOctubrej2010)

2004). En cualquier caso, la recuperación es di-fícil de evaluar ya que está ligada a infeccionesasintomáticas y a variaciones discontinuas y es- .tacionales en la facilidad para aislar al patógenode los tejidos de las plantas infectadas. Así, enolivo, la variabilidad en los aislamientos del pató-geno con el tiempo indica que, en ausencia deinfecciones continuas, el patógeno puede resultarconfinado en el tejido vascular y presumiblemen-te inactivado o muerto (Wilhelm y Taylor, 1965;Rodríguez-Jurado, 1993; López-Escudero y Blan-co-López, 2005).

Naturaleza de laresistencia

Las verticilosis son enfermedades vascularesen las que el patógeno coloniza el xilema de lasplantas e impide la translocación de agua y nu-mentes. La infección dentro del xilema puede es-tar limitada por mecanismos de resistencia de ti-po estructural (deposiciones de lignina, geles, go-mas y tilosas) y/o bioquímico (fitoalexinas,compuestos fenólicos, etc.), que previenen la co-lonización por el patógeno de forma parcial ocompleta. Estos mecanismos son casi descono-cidos en el caso de la va.

Recientemente, se han iniciado estudios so-bre la relación entre la anatomía del xilema y laresistencia. Así, Molina (2010) ha descrito dife-rencias anatómicas relacionadas con el transpor-te de agua o la posible interferencia con la colo-nización del patógeno en el xilema, en plantassin inocular de diferente nivel de resistencia a lava. Entre los parámetros estudiados, Frantoio (re-sistente) presenta una mayor área conductora enel tejido xilemático que Picual (susceptible), de-bido fundamentalmente al aumento del númerode vasos y su superficie. Este hecho podría expli-car en parte la resistencia y recuperación naturalque manifiesta este cultivar a la enfermedad. En