china de mao-meisner

7
La China de Mao y después Maurice Meisner Capítulo 5 : Los dilemas de la victoria. Lo que hace única a la China contemporánea es que la historia de la República Popular presenta una divergencia de lo que es el patrón común de las sociedades “post revolucionarias”. Este patrón común es que las revoluciones mueren cuando los revolucionarios llegan al gobierno y los grandes objetivos de la revolución son pospuestos para un momento indefinido en el futuro. Ejemplos de ello son la Rev. Francesa y la Revolución Rusa, de las que emergieron sociedades que, si bien eran muy distintas a las que reemplazaban, también eran diferentes de las que los revolucionarios imaginaban. En China, en cambio, ha habido un esfuerzo para revertir la tendencia de las revoluciones a morir en la era post revolucionaria. En 1.949 estaba naciendo un nuevo Estado chino. Para su organización y control los comunistas se sirvieron de los métodos soviéticos preexistentes. Este primer lustro de la historia de la República Popular en realidad se caracterizó por cumplir con el mencionado “patrón común”: posponer los objetivos sociales e institucionalizar burocráticamente el nuevo orden. El mismo Mao Tse-Tung estableció el patrón general, porque si bien afirmaba el objetivo de una sociedad sin clases, una vez que triunfó la revolución ya no tenía necesidad de disimular su visión de un futuro comunista para lograr la unidad de la nación. Así, la pequeña burguesía y la burguesía nacional (en el texto “ La china popular de 1949 a 1974” que no se de que autor es, definen a la burguesía nacional como aquellos capitalistas que aceptan servir al Régimen Popular y que conservan provisionalmente la propiedad y gestión de sus bienes) son invitados a unirse a los campesinos y obreros como parte del pueblo que ejercería la “dictadura democrática” para eliminar los restos de la clase terrateniente y de la burguesía burocrática. Vemos que entonces el objetivo de lograr una sociedad sin clases comenzaba a ser entendido como “una cuestión de tiempo” y para que ello tuviera lugar era necesario primero un largo período de preparación. Mao establece dos objetivos principales para los próximos años: fuerte poder estatal y una fuerte economía. Para lograrlo, necesitaba de medios muy autoritarios de control social y de formas centralizadas de

Upload: agustin-alberto-fertonani

Post on 29-Jul-2015

89 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: China de Mao-meisner

La China de Mao y despuésMaurice Meisner

Capítulo 5: Los dilemas de la victoria.

Lo que hace única a la China contemporánea es que la historia de la República Popular presenta una divergencia de lo que es el patrón común de las sociedades “post revolucionarias”. Este patrón común es que las revoluciones mueren cuando los revolucionarios llegan al gobierno y los grandes objetivos de la revolución son pospuestos para un momento indefinido en el futuro. Ejemplos de ello son la Rev. Francesa y la Revolución Rusa, de las que emergieron sociedades que, si bien eran muy distintas a las que reemplazaban, también eran diferentes de las que los revolucionarios imaginaban. En China, en cambio, ha habido un esfuerzo para revertir la tendencia de las revoluciones a morir en la era post revolucionaria. En 1.949 estaba naciendo un nuevo Estado chino. Para su organización y control los comunistas se sirvieron de los métodos soviéticos preexistentes. Este primer lustro de la historia de la República Popular en realidad se caracterizó por cumplir con el mencionado “patrón común”: posponer los objetivos sociales e institucionalizar burocráticamente el nuevo orden. El mismo Mao Tse-Tung estableció el patrón general, porque si bien afirmaba el objetivo de una sociedad sin clases, una vez que triunfó la revolución ya no tenía necesidad de disimular su visión de un futuro comunista para lograr la unidad de la nación. Así, la pequeña burguesía y la burguesía nacional (en el texto “ La china popular de 1949 a 1974” que no se de que autor es, definen a la burguesía nacional como aquellos capitalistas que aceptan servir al Régimen Popular y que conservan provisionalmente la propiedad y gestión de sus bienes) son invitados a unirse a los campesinos y obreros como parte del pueblo que ejercería la “dictadura democrática” para eliminar los restos de la clase terrateniente y de la burguesía burocrática. Vemos que entonces el objetivo de lograr una sociedad sin clases comenzaba a ser entendido como “una cuestión de tiempo” y para que ello tuviera lugar era necesario primero un largo período de preparación. Mao establece dos objetivos principales para los próximos años: fuerte poder estatal y una fuerte economía. Para lograrlo, necesitaba de medios muy autoritarios de control social y de formas centralizadas de organización económica y política. Además, si tenemos en cuenta que en China las formas tradicionales de autoridad pública se estaban desintegrando, que se trata de un país que había sido gobernado por lo ejércitos de los señores de la guerra, por invasores y por los corruptos burócratas y militaristas del Kuomintang, el establecimiento de un orden político y de un aparato administrativo eficaz se convierte en la mas acuciante tarea. Por otra parte, una economía en desarrollo era esencial para la consolidación de la nueva entidad política emergente. La situación económica de la Republica Popular era decadente: el sector industrial moderno había sido asolado por mas de una década de invasión extranjera y guerra civil, el sistema de transportes y comunicaciones era desastroso, la producción agrícola, estancada por una tecnología primitiva y la persistencia de relaciones socioeconómicas explotadoras, se deterioró aún mas durante los años de guerra e inestabilidad política y la población se veía obligada a enfrentar la hambruna. Pero para 1.952 el nuevo Estado había consolidado su control administrativo sobre todas las provincias y dependencias exteriores y la producción agrícola fue restaurada, además, los comunistas llevaron a cabo una reforma agraria que logró abolir las relaciones socioeconómicas tradicionales en el campo y la destrucción de la clase aristocrática terrateniente, redistribuyendo así la tierra entre el campesinado. La

Page 2: China de Mao-meisner

revolución social antifeudal en el campo era enteramente consecuente con la ideología oficial de la “nueva democracia” (el nuevo régimen establecido, caracterizado no por la dictadura del proletariado sino por la de las cuatro clases revolucionarias: pequeña burguesía, burguesía nacional, campesinado y obreros). Como en 1.949 no estaban dadas las condiciones para la instauración del socialismo, los comunistas al asumir al poder estatal no proclaman dicha dictadura del proletariado, sino mas bien la “dictadura democrática del pueblo” que aunque en teoría estaba bajo la hegemonía del proletariado, constaba de la coalición de las cuatro clases. En la versión maoísta, la fase “democrático burguesa” de la revolución iba a ser dirigida por un Partido Comunista que no tenía en verdad vínculos con el proletariado del que se proclamaba representante, el campesinado no tenía representación política formal y las clases burguesas se encontraban representadas políticamente sólo en el sentido mas formal. Por ello Meisner afirma que la noción maoísta servia para enmascarar las realidades sociopolíticas del nuevo orden y marcaba un futuro deterioro en la relación entre poder político y clases sociales. Por otra parte, las medidas que el Estado emprendió en los primeros años (unificación política, creación de una economía y mercados regionales, desarrollo industrial modernos) estaban orientadas, principalmente, a cumplir con las requisitos necesarios para el socialismo, eran la etapa de preparación para una futura transición a dicho régimen cuando “las condiciones necesarias estuvieran maduras”. Pero entonces quedaba determinar cuáles eran las condiciones, quién iba a determinar cuando iban a estar maduras y en que criterio se basaría quien lo hiciera.

Capítulo 11: Las cien flores: socialismo, burocracia y libertad.

En 1956 la sociedad china estaba, según sus dirigentes comunistas, a punto de realizar la transición hacia el socialismo. Los líderes aclamaban el éxito del primer plan quinquenal (en el otro texto de “La China popular…” explican que este plan se elabora en 1953 y que seguía el modelo del primer plan soviético: prioridad a la industria pesada, que es el sector que mas inversiones estatales recibe, aumento de las construcciones ferroviarias para corregir las desigualdades económicas y colectivización de la agricultura, como complemento de la industrialización). Sin embargo, el sector industrial chino todavía era frágil y China permanecía como un país pobre, además su suelo estaba empobrecido. Era necesario lograr una base económica que fuera capaz de sostener una superestructura socialista.Con respecto a la situación social, en 1956 y 1957 los gobernantes comunistas comenzaron a refirmar el papel del pueblo sobre el que ejercían el poder y a confrontar las demandas que el mismo pueblo hacía. Las demandas más dramáticas provenían de las clases urbanas, el pueblo y la intelligentsia. A su vez, el proletariado llevaba adelante huelgas motivadas tanto por el descontento político como por el socio económico. En estos años, tuvo lugar el llamado “florecer y contender”, que fue un momento en el que surgieron y se debatieron las cuestiones más críticas sobre el presente y futuro del socialismo en China. En parte, los comunistas fueron forzados a enfrentar cuestiones que habían sido planteados desde abajo por aquellos a quienes gobernaban. Con un propósito meramente económico, los líderes del Partido formularon nuevas políticas para lograr el apoyo de la intelligentsia. Entendieron que, mientras avanzaba la industrialización, un desarrollo mas rápido de la investigación científica y tecnológica sería necesario, pero a la vez, si la intelligentsia continuaba aterrorizada con el régimen, no iba a cooperar. En ese sentido, los comunistas descubrieron que la represión intelectual había llegado a ser un riesgo económico. Además, los intelectuales eran política e ideológicamente sospechosos, ya que si bien no podían ser clasificados socialmente en base al criterio marxista de su relación con los medios de producción, eran los portadores de las ideologías de clase, y especialmente de ideologías de clase burguesa. Es así que los líderes del Partido

Page 3: China de Mao-meisner

decidieron ser más tolerantes con los intelectuales. El proyecto era combatir las ideas burguesas y “re- educar” a los intelectuales en el marxismo leninismo, pero como esto tomaría tiempo, el Partido optó por darle mayor libertad y autonomía profesional a los miembros de la intelligentsia, para así lograra el dominio del conocimiento científico que era necesario para el desarrollo económico de China. De este modo, mientras el Partido mantenía su dominio político e ideológico, los intelectuales serían reconocidos como los dueños de la ciencia y la tecnología. Por su parte, Mao estaba proponiendo políticas que presuponían el abandono del modelo soviético, pero esta reorganización de la sociedad debía ser combinada con un desarrollo económico de importancia, favoreciendo ya no sólo a la industria, sino también al desarrollo de la agricultura en forma descentralizada y a través de una confianza populista en la iniciativa de las masas. Dicha concepción maoísta suponía una amenaza para el Estado y el Partido, por lo que fue resistida. Además, Mao tenía intenciones de utilizar a los intelectuales no con fines económicos únicamente, sino con fines políticos también. Por otra parte, el líder chino pensó que un medio para revivir el espíritu revolucionario de un Partido al que veía degenerado en una burocracia conservadora, era atacarlo desde afuera. El objetivo fue asignado a la intellegentsia no perteneciente al Partido, bajo el slogan “dejen que cien flores florezcan, dejen que cien escuelas de pensamiento contengan”. La primera parte (“dejen que cien flores florezcan”) estaba dirigida a los científicos, mientras que la segunda (la de las escuelas de pensamiento) se aplicaba a los escritores y artistas. La distinción tenía su fundamento en la idea de que las ciencias naturales no tenían carácter de clase, en ellas no había elementos ideológicos, su único objetivo era el progreso científico. Por ello, a los artistas y escritores no se les otorgaba la libertad de elegir los contenidos políticos y sociales de sus obras, ya que sus trabajos mantenían un carácter de clase y debían estar sujetos a supervisión política. Si bien en un principio la intelligentsia estaba temerosa de expresar libremente sus ideas, a partir del verano de 1956 un número significativo de intelectuales comenzaron a exponer sus puntos de vista. Como se ha visto, la llamada “campaña de las cien flores” había sido impulsada por Mao, sin embargo muchos de los líderes del Partido se opusieron a ella desde el principio y al producirse la Revuelta anti estanilista en Hungría (en la que la libertad de los intelectuales había llevado a la insurrección de los trabajadores contra el Estado comunista) éstos solidificaron su hostilidad hacia el movimiento de las cien flores. A comienzos de 1957 la campaña fue suprimida y los intelectuales esperaban ser castigados por los burócratas del Partido que los había invitado a criticar. Para entonces, el PC Chino ya se encontraba dividido en dos facciones: maoístas y no maoístas. En 1956 los líderes chinos estaban festejando los éxitos del Primer Plan Quinquenal y preparaban el Segundo. Estos aún se mostraban fieles al modelo soviético (con prioridad de la Industria pesada y urbanización), pero Mao era cada vez más crítico, ya que sostenía que este modelo acrecentaría la brecha entre ciudad y campo y que la mayor parte de las inversiones debían estar destinadas al desarrollo de la industria liviana y de la agricultura. Sin embargo, las ideas de Mao fueron ignoradas por sus compañeros. Desde entonces, el debate sobre cuestiones de política económica llego a ser inseparable de la cuestión del poder político. En 1957, Mao realiza en un discurso una nueva invitación a que los intelectuales expresen sus pensamientos, contrariando la voluntad del Partido que en ese mismo momento estaba silenciando a los disidentes. Alentados por Mao, los críticos detallaban abusos de poder perpetrados por órganos y miembros del Partido y atacaron aspectos tanto de la vida social como de la vida política. Se acusó a los gobernantes comunistas de haber traicionado sus promesas socialistas y sus ideales revolucionarios. Los críticos manifestaron la existencia de desigualdades entre dirigentes y dirigidos, además de destacar que los miembros del Partido ignoraban las cargas opresivas bajo las que trabajaban los campesinos y que colaboraban en el crecimiento de la brecha entre ciudad y campo. Promoviendo la campaña de las “cien flores”, Mao también estaba

Page 4: China de Mao-meisner

fustigando los privilegios y el poder de la burocracia partidaria. Sin embargo, pronto el movimiento llegó a su fin. En 1957, los críticos fueron catalogados como “enemigos del socialismo” y condenados por ello. Sorprendentemente, el mismo Mao se puso a la cabeza de esta campaña de “caza de herejes”. Pero existe, en realidad, una explicación a esta paradoja, ya que aunque Mao compartía las proposiciones igualitarias y antiburocráticas de los críticos socialistas, no compartía del todo sus pronunciamientos a favor de la libertad y la democracia. La campaña de las Cien Flores levantaba cuestiones que Mao había defendido, como por ejemplo las críticas a la URSS y la adopción acrítica de métodos soviéticos, pero con otras cuestiones no estaba de acuerdo. Dentro del movimiento, especial participación tuvieron los estudiantes universitarios, que fueron los más radicales y menos inhibidos críticos. La supresión del movimiento, destruyó la esperanza de que la “transición al socialismo” pudiera estar basada en alguna forma de democracia popular y con alguna medida de libertad intelectual real. Esto nos muestra, en definitiva, que el ejercicio del poder estatal era un monopolio del Partido Comunista. Pero lo que resta establecer es porque Mao rompió con la promesa de una sociedad más democrática y libre y llevo adelante represalias contra los intelectuales. Un punto de vista sostiene que todo el movimiento fue una trampa fabricada por el liderazgo comunista para incentivar a los disidentes a que se expresen y luego castigarlos, una vez que estos se hubieran expuesto. Esta explicación sirve para la auto imagen de infabilidad y unifica al partido leninista. Pero el punto central es dilucidar porque Mao hizo la promesa y luego no la cumplió. Algunos afirman que posiblemente el líder chino haya respondido frente a los levantamientos de Europa del Este y particularmente al de Hungría, aflojando las riendas políticas para prevenir una explosión similar en China y tirando nuevamente de las riendas cuando los intelectuales acrecentaron su influencia y parecían conducir a la explosión política. Por otra parte, la premisa optimista en que la política de las cien flores estaba basada era que el pueblo estaba unido en apoyo de un sistema socialista establecido. En este sentido, llama la atención la concepción que Mao parece tener acerca del “pueblo”, entendiéndolo como una entidad mas o menos única y orgánica. Él estaba convencido de que aún si muchos intelectuales no eran socialistas o marxistas, la gran mayoría era patriota por sobre todas las cosas. Su concepción lo llevó a creer, en un primer momento, que la crítica popular llevaría a niveles más altos de unidad. Otra de las premisas en las que se apoyaba Mao para incentivar al movimiento era el valor de la lucha, como un fin en sí mismo y también como un mecanismo terapéutico para el desarrollo de las ideas correctas para la transformación de la realidad social. Por ello, era necesario que las ideas se enfrentaran y de esta manera las correctas vencerían sobre las que no lo eran. Pero más allá de estas ideas que hicieron que Mao apoyara el movimiento en un primer momento, lo cierto es que fue él mismo el que colaboró en la supresión de la campaña. Los maoístas pronto tornaron la campaña anti derechista en un instrumento para servir a sus fines políticos. Mao anunció que seria extendida desde las ciudades al campo en la forma de campaña de “educación socialista” con el propósito de consolidar la colectivización y enfrentar las políticas derechistas que habían permitido la expansión de las parcelas privadas y del libre mercado. Finalmente, los seguidores de Mao llevaron a cabo una purga masiva de derechistas dentro del mismo Partido. A lo largo de todo el proceso, los maoístas finalmente recuperaron el control del Partido.Por último, cabe destacar que el período de las cien flores fue el momento en que los chinos abandonaron el modelo de desarrollo soviético y se embarcaron en un camino particular hacia el socialismo.