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HACEMOS TABLA RASA DEL PASADO? A propsito de la historia y de los
historiadores.
JEAN CHESNEAUX
-Presentacin
La historia es en efecto un saber intelectual que concierne a medios muy amplios. Espero
alentar a cuantos participan en todas las luchas sociales y polticas, obreros o eclogos,
mujeres, etc a romper con estos automatismos del saber histrico dominante. A ellos
corresponde construir por si mismos su relacin con el pasado, sobre la base naturalmente
de los conocimientos comunes; pero en igual medida apoyndose en su experiencia propia
y sus necesidades propias, y formando su pasado una de las amarras de su reflexin
fundamental. Invertir la relacin jurdica entre pasado y presente, para saber de que
historia tiene hoy necesidad la lucha revolucionaria.
Si la historia es realmente una referencia activa y colectiva al pasado, la reflexin sobre
la historia no puede ser sino activa y colectiva tambin; las contribuciones individuales
solo cuentan en la medida en que se insertan en esta relacin colectiva para darle mas
fuerza.
-La historia como relacin activa con el pasado
El pasado, prximo o lejano, tiene siempre un sentido para nosotros. Nos ayuda a
comprender mejor la sociedad en que vivimos hoy, a saber que defender y que preservar, a
saber tambin que derribar y destruir. La historia es una relacin activa con el pasado. El
pasado esta presente en todas las esferas de la vida social La relacin colectiva con el
pasado, el conocimiento activo del pasado es a la vez coaccin y necesidad. El pasado pesa
y se quiere romper con el.
Con todo, nuestro conocimiento del pasado es un factor activo de la sociedad. El pasado, el
conocimiento histrico pueden funcionar al servicio del conservatismo social o al servicio
de las luchas populares. La historia penetra en la lucha de clases; jams es neutral.
Al situar la relacin colectiva con el pasado como base del conocimiento histrico, se
invierte la relacin presente-pasado. Ya no es el pasado el que esta en el puesto de mando,
el que da lecciones. Es el presente el que plantea las cuestiones y hace las exigencias. Pero
el presente no necesita del pasado sino en relacin con el porvenir.
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-Historia y practica social en el campo del poder
En las sociedades de clases, la historia forma parte de los instrumentos por medio de los
cuales la clase dirigente mantiene su poder. El estado, el poder, organizan el tiempo pasado
y conforman su imagen en funcin de sus intereses polticos e ideolgicos.
Las clases dirigentes y el poder del estado suelen apelar al pasado de manera explicita: la
tradicin, incluida en sus componentes culturales especficas, la historia, son invocadas
como fundamento de principio de su dominacin. A veces la utilizacin es menos
explicita. Si se llama a la historia en defensa del orden establecido y de los intereses de las
clases dirigentes, es por el rodeo de la ideologa difusa en manuales escolares, filmes y
televisin.
El poder controla todava el pasado de manera mucho ms activa y directa. Funda su
prctica poltica, su decisin, sus opciones, en el pasado reciente, tal como lo conoce por
medio de su polica, sus oficinas de investigacin. Se trata de una historia inmediata de
estado. Funciona en provecho exclusivo del poder.
La ocultacin es uno de los procedimientos ms corrientes en este dispositivo de control
del pasado por el poder.
En que casos no es otra cosa que un discurso de manipulacin? El control del pasado por
el poder es un fenmeno comn a todas las sociedades de clase; pero se efecta segn
modalidades especficas, en funcin de las exigencias de cada modo de produccin.
Extraer de cada etapa del pasado la relacin especifica entre el saber histrico y el
modo de produccin dominante, tal debera ser la verdadera funcin de la
historiografa.
-Historia y prctica social: en el campo de las luchas populares.
Para las fuerzas populares en lucha por la liberacin nacional y social, el pasado es por lo
tanto un objetivo poltico, un tema de lucha. Pero es al mismo tiempo el lugar de una
ruptura, la ocasin de afirmar que debe comenzar un mundo que sea cualitativamente
nuevo. Para esto, esto preciso arrancarse del campo histrico clsico y por lo tanto de su
cronologa. Lo cualitativo afirma as su primaca sobre lo cuantitativo, lo discontinuo sobre
continuo. Se siente que hay que empezar de cero.
-Invertir la relacin pasadopresente.
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Segn Bloch hay que comprender el pasado por el presente. Comprender el pasado seria,
por lo tanto, el objetivo principal del historiador! El recurso al presente no pasara de ser
un truco de trabajo, un artificio pedaggico o heurstico (de investigacin), un medio hbil
de encontrar las buenas pistas, as como tambin de hacer el pasado interesante. Pero es
preciso ir mas lejos, es preciso afirmar en principio la primaca del presente sobre le
pasado.
Es preciso, y esto trastorna todava mas nuestros hbitos, tomar en cuenta el hecho de que
la reflexin histrica es regresiva, de que funciona normalmente a partir del presente, en
sentido inverso del fluir del tiempo y que esta es su razn de ser fundamental.
Si el presente tiene primaca sobre el pasado, es porque nicamente el presente impone y
permite cambiar el mundo, Marx.
Mientras que la relacin pasadopresente esta fundada en el silencio, la ocultacin, la
compartimentacin, lo no dicho, la relacin inversa, presentepasado, debe ser explicita
y por lo tanto politizada .
- Las falsas evidencias del discurso histrico.
El hecho histrico, que sera verdadero o falso de una vez para siempre, y que se debe
tener la ambicin de establecer en su desnudez, en su objetividad absoluta. Este
positivismo del siglo XIX cientificista sigue siendo muy profundo entre los historiadores.
No tiene en cuenta ni los efectos de la observacin humana sobre todo fenmeno real, ni
las contradicciones inherentes a cada uno de ellos.
Los hechos histricos son reconocibles cientficamente. Por una parte, los hechos
histricos son contradictorios como el curso mismo de la historia; son percibidos
diferentemente, segn el tiempo, el lugar de la clase, la ideologa. Por otra parte, son
inasequibles a la experimentacin directa, a causa de su naturaleza pasada; no son
susceptibles sino de enfoques progresivos, cada vez ms prximos a lo real, jams
acabados ni completos. La exigencia de rigor cientfico, indispensable para precaverse de
los mitos y las fabulas, debe tender a liberarlos de todo lo que los deforma y los oculta.
Todo esto, lejos de reclamar cualquier neutralidad poltica, cualquier objetividad de parte
del historiador, no puede realizarse sino a travs de las exigencias de la lucha poltica. Hay
que denunciar en sus races polticas las interpretaciones errneas y lagunas voluntarias,
que estn ligadas a prcticas de opresin y de alienacin en provecho del poder de las
clases dirigentes.
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El criterio esencial del saber cientfico sigue siendo el vaivn entre teora y prctica. Y la
historia, por definicin, no puede realizar este vaivn sino al contacto del presente. Para
conocer el pasado, claro que no se puede obrar sobre el Pero el conocimiento del pasado
debe ser una relacin activa con aquello de lo que ese pasado es el resultado: el mundo en
que vivimos
-Tiempo corto y tiempo largo
Las guerras, los sistemas de fuerzas internacionales, las luchas por el poder poltico, las
revoluciones, apenas interesan. Excepto para castrarla, como se ha intentado con la
revolucin francesa, que se reducir a algunas crisis de mal humor de las multitudes y a
algunos despidos hbiles en el personal poltico. Ms todava, la dimensin poltica est
ausente incluso de los fenmenos de larga duracin. Existe una larga duracin pero es tan
poltica como esa historia de los acontecimientos tan criticada.
La larga duracin es poltica, no es, pues, continua que en apariencia, puesto que va a dar
siempre a lo discontinuo, a las mutaciones profundas y las sacudidas brutales. La sustancia
misma de esas mutaciones est constituida por fenmenos de larga duracin. La historia
est constituida por revoluciones, por momentos . Estos momentos son a la vez puntos en
el tiempo, y un complejo de procesos llegados a su ruptura. La amplitud y el alcance de
estos momentos sobrepasa, pues, el acontecimiento.