centro de estudios de méxico en la unión europea … · teniendo en cuenta incluso, el triunfo de...

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Presentación Liébano Sáenz Construyendo porvenir Samuel Aguilar Solís Riesgo u oportunidad Víctor Alejandro Espinoza Valle ¿Cómo? Ernesto Hernández Norzagaray Galeano y La Calderona N° 014 (3ra Época) Noviembre de 2016 CESMUE Centro de Estudios de México en la Unión Europea Armando Román Zozaya EPN y el TLCNA: ¿hablar por hablar? Guillermo Rodríguez Cálculo de requerimientos de votación ISSN: 1135-8130 Luis Enrique Mercado No vamos a crecer nada en 2017 Marcos Marín Amezcua México y su gobierno: el pasmo ante el triunfo de Trump Iván Roberto Álvarez Olivas Trump, Castro y el espacio para repensar la democracia Enrique Paz El discurso político en México y el triunfo de Trump Italy Ciani El estado de excepción como regla Luis Méndez Asensio El euroescepticismo pone en jaque a la EU Rosario Marín No hay lugar para un tirano

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Presentación

Liébano SáenzConstruyendo porvenir

Samuel Aguilar SolísRiesgo u oportunidad

Víctor Alejandro Espinoza Valle¿Cómo?

Ernesto Hernández NorzagarayGaleano y La Calderona

N° 014 (3ra Época) Noviembre de 2016

CESMUE

Centro de Estudios de México en la Unión Europea

Armando Román ZozayaEPN y el TLCNA: ¿hablar por hablar?

Guillermo RodríguezCálculo de requerimientos de votación

ISSN: 1135-8130

Luis Enrique MercadoNo vamos a crecer nada en 2017

Marcos Marín AmezcuaMéxico y su gobierno: el pasmo ante el triunfo de Trump

Iván Roberto Álvarez Olivas Trump, Castro y el espacio para repensar la democracia

Enrique PazEl discurso político en México y el triunfo de Trump

Italy CianiEl estado de excepción como regla

Luis Méndez AsensioEl euroescepticismo pone en jaque a la EU

Rosario MarínNo hay lugar para un tirano

DATAMEX | NOVIEMBRE DE 2016

Presidente Institucional FOM

José Varela Ortega Directora General FOM Lucía Sala

Director CESMUE José Francisco Parra

Coordinadora Institucional CESMUE Luisa Treviño Huerta

Coordinador de Investigación CESMUE Saúl Oliveros Consejo editorial José Varela Ortega, Jorge Olvera García, César Astudillo Reyes, Jannet Valero Vilchis, Fernando Vallespín Oña, Luis Castro Obregón, Montserrat Fernández, Carlos Camacho Gaos, Arnulfo Valdivia Machuca, Santiago Portilla, Víctor Alejandro Espinoza Valle, José Retana, Iván Álvarez Olivas.

Coordinación editorial Guillermo Rodríguez, José Luis Bazo Barba, Manuel Rodríguez Posse.

CESMUE Centro de Estudios de México en la Unión Europea

Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón

Fortuny 53, 28010 Madrid, España

Tel +34 917004138 / 68, Fax +34 917003530 [email protected] [email protected]

Los textos son responsabilidad de los y las autoras y no necesariamente reflejan los puntos de vista de

DATAMEX. Quienes colaboran en esta publicación lo hacen con total y absoluta libertad de expresión y

pluralidad.

DATAMEX | NOVIEMBRE DE 2016

Tenemos el gusto de presentar el número catorce de la revista digital Datamex. En este número los temas

desarrollados giran en torno a diversas temáticas: destaca el triunfo, un tanto intempestivo, de Donald Trump

para la Presidencia de los Estados Unidos de América; los cambios en la política internacional en la Unión

Europea y los temas recientes de economía, política y seguridad pública en México.

En esta nueva entrega se cuestionan e indagan las condiciones que permitieron que Trump alcanzase la

Presidencia de los Estados Unidos, analizando también las fortalezas de México ante escenarios de probable

adversidad e incertidumbre. Se examinan los riesgos u oportunidades, las repercusiones al Tratado del Libre

Comercio de Norteamérica, las reacciones y el discurso de las autoridades políticas mexicanas en torno a este

asunto.

En los temas de política internacional, se examina la condición de euroescepticismo que existe en la Unión

Europea y que ha llevado a un estado de crisis institucional, con repercusiones en un mundo cada vez más

interdependiente y globalizado.

En temas relativos a la política interior de México, se hace una crítica al protagonismo de Margarita Zavala,

aprovechando la coyuntura que representó la campaña presidencial en los Estados Unidos. En este mismo

tenor, se indaga la política de seguridad pública de los últimos cuatro años, alertando la existencia de un

estado de excepción en el país.

Dado el reciente fallecimiento de Fidel Castro, fue inevitable incluir una reflexión de su legado histórico,

teniendo en cuenta incluso, el triunfo de Trump.

Por último, en la nota metodológica que acompaña a la revista, se documenta el método que permite calcular

los requerimientos de votación hipotéticos por parte de los partidos políticos, de cara a los próximos comicios

federales del año 2018.

Como siempre, les invitamos a la lectura y discusión de los artículos de Datamex, esperando que sea de su

interés.

José Francisco Parra, Director CESMUE

Presentación

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001

No hay lugar para un tirano* “Estados Unidos es más que una persona”

Por Rosario Marín Los medios digitales y las redes sociales con sus mensajes cortos, han acercado como nunca a los seres humanos, pero también orillado a los candidatos a expresar discursos o frases efectistas, más para mover emociones –incluso negativas- que reflexiones razonadas del público, como fue en las elecciones de Estados Unidos. No obstante continúan los temores y protestas por los resultados, no hay que perder de vista se trata de un país de leyes e instituciones. No es perfecto, pero ha modelado un Estado de derecho y un ejercicio de pesos y contrapesos entre los poderes públicos: el Legislativo ha

enjuiciado a presidentes (Nixon y Clinton); el Ejecutivo sólo puede hacer lo que la ley mandata, y el Judicial es guardián del orden constitucional. Sin soslayar la personalidad de Trump, dos claves permitirán visualizar sus verdaderas intenciones. Primera, el perfil de los integrantes del gabinete con el que definirá políticas públicas y cumplirá sus funciones. Luego, comenzando por los presupuestos, la calidad de las iniciativas que someterá al Congreso, las cuales enfrentarán oposición demócrata y tendrá que

pactar con los legisladores republicanos, pues éstos no le extenderán un cheque en blanco tan sólo porque llegará a la presidencia por el mismo partido. En este contexto, y más allá de ideologías y exabruptos de campaña, por ejemplo, se deberán analizar datos duros: el Tratado de Libre Comercio de América del Norte significa para Estados Unidos más de 6 millones de empleos y un promedio anual de 230 billones de dólares de ventas de bienes, que dependen de las exportaciones a México.

Los fundadores forjaron un sistema democrático que, a través del debate informado de sus políticos, ha de crear leyes y actos de gobierno racionales, consensuados y promotores del bien común.

Publicado el 27 de noviembre del 2016 en Milenio.

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La cancelación del acuerdo tendría repercusiones fatales para industrias estadounidenses. ¿Seguirán las ocurrencias? ¿Las consentiría el sector empresarial, que es factor real de poder? Cualquier revisión inteligente del TLCAN sugeriría la conformación de paneles de trabajo entre autoridades y sectores

productivos de los tres países, como lo fue en su gestación. Estados Unidos es más que una persona, expresó Hillary. En efecto: los fundadores forjaron un sistema democrático que, a través del debate informado de sus políticos, ha de crear leyes y actos de gobierno

racionales, consensuados y promotores del bien común. Al margen de capacidades e impulsos del presidente, no habría espacio para un ejercicio autoritario de la administración pública.

Rosario Marín Mexicana. Fue Tesorera del Gobierno de los Estados Unidos de América. Activista en favor de los derechos de las mujeres, los migrantes y las personas con discapacidad. E-mail: [email protected] Twitter: @RosarioMarin1

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002 Construyendo porvenir*

“México tiene fortalezas y la relación con el país vecino es de interdependencia. Hay margen de maniobra y los cambios no pasan por el voluntarismo o los desplantes nacionalistas, ni de México ni de EU”

Por Liébano Sáenz Sobra decir que para los países como para las personas, la adversidad y la incertidumbre son momentos de prueba que definen lo que en realidad somos. Hoy existen razones para preocuparse y también, en algunos casos, para el malestar. Estos tiempos son difíciles y el momentum parece magnificarse ahora que la sociedad tiene nuevas formas de interacción y de información gracias a la revolución digital; sin embargo, en perspectiva, son mucho menos adversos e inciertos. Qué bien que se eleve el

estándar de exigencia de bienestar, pero eso no invalida la realidad de que en el largo devenir del país estamos frente a una singular oportunidad de mejorar. La razón más reciente de intranquilidad es la incertidumbre que plantea la inesperada (para muchos) victoria del candidato Donald Trump, portador de una retórica hostil a México y a los mexicanos indocumentados en EUA.

La amenaza es real y quizás también la voluntad del presidente electo, pero hacer realidad lo que parece serán las nuevas políticas públicas del gobierno estadounidense será sumamente complejo, costoso y contraproducente para el país vecino. El mayor problema es el que venga no de los actos de gobierno de Trump, sino del miedo ante la incertidumbre.

Publicado el 26 de noviembre de 2016 en Milenio.

México tiene fortalezas y la relación con el país vecino es de interdependencia. Hay margen de maniobra y los cambios no pasan por el voluntarismo o los desplantes nacionalistas, ni de México ni de EU.

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Por ello es inteligente la actitud de prudencia por parte de las autoridades mexicanas, que no de confianza. La relación bilateral habría de cambiar incluso en el supuesto triunfo de la señora Clinton. La sociedad estadunidense en varios planos, no en todos, se ha corrido hacia la derecha, particularmente en el tema del comercio y de las inversiones de empresas estadunidenses que trasladan sus líneas de producción hacia países donde la mano de obra es considerablemente más barata. En el imaginario de muchos estadunidenses, México y los inmigrantes, legales o ilegales son la causa de sus problemas. No es del todo cierto y un estudio serio de la competitividad de la economía estadunidense revelaría la aportación positiva del componente laboral de los migrantes indocumentados, estimados en poco más de 11 millones de personas. Por su parte hay que destacar que para México la emigración es una pérdida de capital humano, ya que muchos de esos migrantes son portadores de atributos y valores muy positivos, sin excluir la llamada fuga de cerebros. No hay volumen de remesas que compense tal pérdida.

La retórica de campañas para ganar el poder no debe desestimarse, tampoco el perfil personal y profesional del presidente en ciernes, pero las políticas públicas se definen a partir de sus posibilidades.

La perspectiva en materia de migración y en cuanto hace al comercio, que suscribe el próximo presidente de EU, va a contrapelo a la transformación actual. Incluso se puede señalar que la resistencia al cambio, así como los sectores sociales afectados por la transformación en curso son quienes lo llevaron al poder. El trumpismo es una respuesta desesperada y disruptiva a tres de las cuatro fuerzas del proceso también disruptivo de nuestros tiempos: el surgimiento de los mercados emergentes; el apresurado impacto de la tecnología sobre las fuerzas naturales de la competencia en el mercado; el envejecimiento de la población y el flujo acelerado del comercio, el capital y las personas. (No Ordinary Disruption: The Four Global Forces Breaking All the Trends. Dobbs, Manyika y Woetzel). México pudo articularse positivamente al proceso de globalización como fórmula para trascender la inestabilidad económica y las severas crisis que lo acompañaban. Lo que pretende el próximo gobierno de EU es frenar el proceso de globalización con el intento de aplacar la primera y cuarta fuerza a la que alude el

párrafo anterior: la presencia global de México como mercado emergente y el flujo creciente de comercio, capital y migración. El populismo que se invoca está acompañado de un voluntarismo que va

contracorriente de la realidad económica y de las fuerzas del mercado. Que sean irrealizables las pretensiones del trumpismo no significa que no genere problemas y

riesgos importantes para ese país, sus vecinos y el mundo. EU es la economía más poderosa y también es el factor de equilibrio en la seguridad global. Un error puede disparar la precaria estabilidad en el Medio Oriente. Rusia es un factor a cuidar, como también Corea del Norte, Irán o Paquistán. La paz mundial no da para aventuras ni para la frivolidad. México tiene fortalezas y la relación con el país vecino es de interdependencia. Hay margen de maniobra y los cambios no pasan por el voluntarismo o los desplantes nacionalistas, ni de México ni de EU. Es un momento singular de la relación y el país requiere de mayor cohesión y unidad. También atender con carácter preventivo medidas que, en el corto plazo, pueden resultar impopulares o negativas, en especial, la depreciación del peso y reducir el déficit fiscal.

Quizás el mayor reto de estos tiempos, tarea de todos, no solo de las autoridades, es abatir la impunidad y la corrupción. De ambas se generan muchos problemas que han comprometido la legitimidad del sistema de gobierno y desacreditado a las instituciones de la democracia. El desafío se vuelve más complejo por la precaria cultura de legalidad que recorre todo el tejido social. No

México ha probado ser uno de los países más atractivos para la inversión. Es fundamental mantener las condiciones que le ratifiquen esta calidad.

La retórica de campañas para ganar el poder no debe desestimarse, tampoco el perfil personal y profesional del presidente en ciernes, pero las políticas públicas se definen a partir de sus posibilidades.

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podemos aspirar a ser un mejor país sino resolvemos este lastre que nos acerca más a países subdesarrollados que a economías modernas y sociedades democráticas. Hay que destacar entre nuestras fortalezas a reivindicar, que México ha probado ser uno de los países más atractivos para la inversión. Es fundamental mantener las condiciones que le ratifiquen esta calidad. Las reformas estructurales son consecuentes con tal objetivo.

Lo que se requiere ahora es mejorar sustantivamente la calidad de gobierno, las condiciones de competencia y la certeza jurídica. Tengo la convicción que nuestro potencial es considerablemente mayor a nuestros problemas y retos.

Mucho está en nuestras manos y lo más sensato y conveniente es con carácter, visión e inteligencia hacer de la adversidad oportunidad para mejorar.

Liébano Sáenz Abogado, administrador y analista político, ha ocupado diversos cargos públicos. Desde hace una década publica columnas especializadas de la coyuntura política del país, en la cadena Grupo Editorial MILENIO. Twitter: @liebano

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No vamos a crecer nada en 2017*

“No debemos resignarnos a que en 2017 la economía no crezca o que apenas logre algo así como un uno por ciento”

Por Luis Enrique Mercado La baja de poco más de dos puntos del PIB en las inversiones del gobierno planteadas en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2017, lo único que dice es que la economía mexicana tendrá un segundo año sin crecimiento en este sexenio. En efecto, si en 2013 la economía apeas creció 1.1% porque se les atoró el ejercicio del gasto y en 2014 apenas se logró un 2.1 debido a la reforma tributaria que frenó el crecimiento, en 2017 la economía podría no crecer

debido al desplome en la inversión pública. Es verdad que el gobierno no tiene otro camino para enfrentar la caída en los ingresos sin aumentar la deuda, que meterle tijera a la inversión pública. El problema es que sacó la tijera pero no se le ha ocurrido aún, una estrategia para reemplazar la caída de la inversión pública y no apagar así el motor interno que es el que está empujando el crecimiento económico.

Hay que reconocer que cuando de cortar gasto se trata, todos los gobiernos reducen los gastos de inversión, porque en el sector público los recortes de personal son casi imposibles y bajar gastos en telefonía, transporte, viajes, comidas, etc. son más para la demagogia de la austeridad porque representan poco en el gasto total.

Ya llegó al punto donde seguir endeudándose haría que bajaran las calificaciones de la deuda mexicana con lo que el remedio resultaría peor que la enfermedad.

Publicado el 31 de octubre 2016 en Excélsior.

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El gobierno de Peña Nieto ha recortado sistemáticamente el gasto para enfrentar el desplome en los ingresos por la caída en los ingresos y la producción petrolera; los cuatro primeros años ha completado esos recortes con un crecimiento acelerado de la deuda. Pero ya llegó al punto donde seguir endeudándose haría que bajaran las calificaciones de la deuda mexicana con lo que el remedio resultaría peor que la enfermedad. Entonces, se ha dado el paso de conseguir un superávit primario en 2017 (ingresos igual que los gastos sin incluir el pago de intereses) y por eso se llega a un recorte en el gasto de inversión del gobierno. Y puede aceptarse que no hay de otra.

Pero no debemos resignarnos a que en 2017 la economía no crezca o que apenas logre algo así como un uno por ciento. Ya en 2015 la inversión pública fue la más baja en las últimas dos décadas, apenas el 17.6% del PIB; es posible que en 2017 caga aún más, lo cual hace prácticamente imposible el crecimiento. En aquel año 2015, la inversión privada llegó al 82.4% del PIB. Para 2017 se necesita más inversión privada, pero hasta ahora no se ve ninguna estrategia para impulsarla. Podría pensarse en la Ley de Asociaciones Público Privadas u otorgar estímulos fiscales, o abrir las puertas de par en par en sectores done ahora no se permite inversión privada. Porque la realidad es que no hacer nada significa condenar al

país a tener otro año sin crecimiento, como fue 2013. La promesa básica del presidente Enrique Peña Nieto en campaña fue lograr un crecimiento de 5% anual a finales de su sexenio y como se ven las cosas ahora eso quede una promesa incumplida más. Cambió el escenario, es cierto, pero el equipo económico de Peña Nieto nunca pudo hacer frente con eficacia a ese cambio de condiciones. Y eso nos condenó a no crecer. Simplemente a tener otro sexenio con crecimientos de 2% promedio anual insuficiente a todas luces.

Luis Enrique Mercado Es periodista especializado en economía y finanzas. Fue fundador de El Economista, diario al que dirigió 20 años. En la actualidad es presidente y director general de los diarios Imagen y El Centinela del Pueblo, que se editan en Zacatecas y colabora todos los martes en el programa de Eduardo Ruíz Healy en Radio Fórmula. E-mail: [email protected]

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Riesgo u oportunidad

“México no ha sido capaz de hacer frente a sus propios demonios internos a los que sumamos a los ya mencionados la inseguridad, la violencia y la guerra contra las drogas y debe reaccionar de manera inmediata a la amenaza exterior”

Por Samuel Aguilar Solís El triunfo de Donald Trump ha traído para México y para el mundo escenarios negativos e incluso catastróficos. Paradójicamente han surgido no pocas voces “optimistas” acerca de la oportunidad ante su llegada y la implementación de su política migratoria y comercial. El impacto de su triunfo ha llevado a reflexiones profundas, que van a la raíz de un sistema global: la democracia y su declive en términos de resultados y representatividad; los saldos del

neoliberalismo y la globalización en términos de pobreza y desigualdad; el regreso de un nacionalismo; así como la prevaleciente corrupción e impunidad sin freno. Estos elementos son, sin lugar a dudas, las afrentas a las que la ciudadanía de diferentes partes del mundo reacciona llevando al poder al populismo y a “alternativas” anti sistema. México no ha sido capaz de hacer frente a sus propios demonios

internos a los que sumamos a los ya mencionados la inseguridad, la violencia y la guerra contra las drogas y debe reaccionar de manera inmediata a la amenaza exterior. Sin poder poner orden en casa, ahora debe reaccionar (y rápido) ante la inminente presión demográfica en la economía nacional que traerá, según coinciden los expertos, un incremento en la pobreza y ruptura del tejido social.

La oportunidad para México va más allá del 2018, las nuevas formas de hacer política pasan por comprender que el modelo de desarrollo económico se ha agotado y el vínculo con la sociedad se ha roto.

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La oportunidad en términos de una nueva geopolítica es innegable, la pregunta es si esta administración ha mostrado la visión y el apoyo social para anticiparse y leer los nuevos paradigmas. La ciudadanía (igual que en otras en el mundo) hace patente su hartazgo en contra de las élites políticas, y éstas nos muestran cada día un nuevo escándalo vergonzoso de que su trabajo se ha centrado en el interés personal. La oportunidad para México va más allá del 2018, las nuevas formas de hacer política pasan por comprender que el modelo de desarrollo económico se ha agotado y el vínculo con la sociedad se ha roto.

Debemos partir por reaccionar a los nuevos tiempos; la globalización ha traído entramados que no pueden cortarse ni siquiera por un Dictador. Los vínculos comerciales traen a más actores a escena que sin duda pelearán porque prevalezcan sus ganancias y también sus privilegios, pero no por ello es un momento oportuno para repensar en otro modelo que permita salir de la crisis en la que hemos estado sumidos. Nuestra principal fuente de ingresos, el llamado “oro negro” se agota, y las remesas dejarán

también de ser una fuente importante de recursos para el desarrollo nacional (o la básica subsistencia para algunos). En su poema de “La Suave Patria”, Manuel López Velarde decía “el niño Dios te escrituró un establo y los veneros del petróleo el diablo”… ¿Cómo se debe ver el vaso, medio lleno, o medio vacío? Eso dependerá de las políticas públicas y de la capacidad de reacción, que hasta hoy, debemos decirlo, no ha mostrado el actual gobierno.

Samuel Aguilar Solís Licenciado en Economía. Ha sido Diputado Local en la LIX legislatura de Durango, Senador de la República en las LVI y LVII Legislaturas y Diputado Federal en la LVIII y LX Legislaturas. Destaca su labor como profesor de Economía y Maestro-Investigador. Es colaborador editorial en periódicos de circulación local y articulista de “El Financiero”. E-mail: [email protected] Twitter: @SamuelAguilarS

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005 ¿Cómo?*

“¿Cómo fue posible que de acuerdo a las encuestas de salida, más del 40% de las mujeres hayan votado por un hombre que las considera un objeto…?”

Por Víctor Alejandro Espinoza En los días posteriores al martes negro (8 de noviembre) he escuchado todo tipo de hipótesis y teorías para tratar de explicar lo que pasó por la cabeza de los ciudadanos estadounidenses para tomar la decisión de votar por un personaje como Donald Trump. ¿Cómo fue posible tomar esa decisión tan descabellada?, se preguntan muchos. Otros, decidieron apostar por la salida fácil de un candidato antisistema que les prometió regresar la grandeza a Estados Unidos “Make America Great Again”. ¿Cómo fue posible que “de

acuerdo a las encuestas de salida, más del 40% de las mujeres hayan votado por un hombre que las considera un objeto…como no entiendo que más del 30% de los latinos hayan votado por Trump…Y qué decir de los famosos millenials, aquellos jóvenes entre 20 y 35 años de edad, que se hicieron adultos en plena prosperidad económica con el cambio de milenio, y que se consideraban muy progres” (Leo Zuckermann, “Me equivoqué”, Frontera, 10/11/2016, p.16). Como tampoco resulta comprensible que el 14% de la comunidad LGBT haya votado por el candidato republicano o que el

45% de población con estudios universitarios también lo hayan hecho o que los afroamericanos no hubieran salido a votar o hasta que el 29% de asiáticos se manifestaran por el candidato anaranjado. (http://www.elfinanciero.com.mx/pages/central-politica-colegio-electoral-beneficia-a-donald-trump.html) Incrédulos, enojados y luego tristes, observamos cómo iban cayendo cada uno de los estados hasta rebasar la meta de 270 votos electorales que requería cualquier candidato para convertirse en el nuevo presidente del país más poderoso, y con quien compartimos la mayor frontera del mundo occidental, pero también

Publicado el 16 de noviembre de 2016 en Frontera y La Crónica de BC.

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todo tipo de intercambios económicos, sociales, culturales y políticos. Nos fuimos a dormir esa madrugada del 9 de noviembre con la esperanza de despertar por la mañana como de una pesadilla. No recuerdo en la historia fronteriza un estado de pesadumbre mayor. Lo que inició como una ocurrencia del empresario-actor, se convirtió en una realidad. De golpe supimos que su triunfo era inevitable. Más comprensible resulta que a mayor edad la gente haya decidido votar por Trump. Los mayores al parecer van adquiriendo prácticas más conservadoras. Por rangos de edad, los que se ubican entre 18 y 29 años votaron a su favor el 37% (muy alto); entre 30 y 44 años el 44%; 45 a 64 años un 53% lo mismo en el rango de 65 y más. Por grupo racial fueron los blancos los que registraron el mayor porcentaje con el 58% y gente sin educación universitaria alcanzó el 51% (Ibidem). Hay un dato muy interesante que proporciona el Pew Research Center; quienes son

más asiduos a servicios religiosos (de todas las religiones, aunque en Estados Unidos son mayoritariamente cristianos no católicos), votaron por Donald Trump. Quienes acuden al menos una vez a la semana votaron a su favor el 56%; una vez al mes 49%; pocas veces al año 47% y los que nunca van a la iglesia: el 62% votaron a favor de Hillary Clinton. Por eso en el “cinturón evangélico”, que son los estados del centro del país, votaron a favor de Trump. Hay un problema de diseño institucional electoral cuando el candidato que obtiene el voto mayoritario de los ciudadanos no alcanza la presidencia. Así como en el año 2000 le sucedió al candidato demócrata Albert “Al” Gore quien obtuvo mayor número de sufragios que George Bush Jr.; ahora Hillary Clinton se impone en el voto popular a Donald Trump y sin

embargo no será presidenta. Considero que es el momento de revisar si el “voto indirecto”, a través de un Colegio Electoral, es la mejor opción para un sistema democrático de representación. Muchas voces se alzan ahora mismo en Estados Unidos reivindicando la necesidad de un cambio en su sistema electoral. Por lo pronto, los ciudadanos comienzan a salir del azoro y protestan contra aquellos que llevaron al triunfo a un candidato tan controversial como Trump. En la medida que los ciudadanos se movilicen, protesten y exijan, en esa medida se podrán atemperar muchas de las posiciones radicales y políticas discriminatorias del nuevo inquilino de la Casa Blanca; es una buena vía para resistir durante los próximos 4 años.

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Víctor Alejandro Espinoza Valle Investigador titular de El Colegio de la Frontera Norte e Investigador Nacional por el Sistema Nacional de Investigadores. Es articulista semanal de La Jornada de Baja California, Diario Monitor Económico de Baja California, Ágora de Baja California, Zona Franca de Guanajuato, 15 Diario de Monterrey; Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI); Newsmexico.com.mx y cienciapolitica.mx E-mail: [email protected] Twitter: @victorespinoza_

En la medida que los ciudadanos se movilicen, protesten y exijan, en esa medida se podrán atemperar muchas de las posiciones radicales y políticas discriminatorias del nuevo inquilino de la Casa Blanca…

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006 EPN y el TLCNA: ¿hablar por

hablar?* “La presidencia de Donald Trump es un reto colosal para México. El optimismo y las buenas vibras no nos van a salvar de la crisis que podría desatarse si Trump cumple lo que prometió…”

Por Armando Román Zozaya El día de ayer, en el marco de la Cumbre de CEOs de la APEC, el presidente Peña Nieto comentó que México no considera necesario renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte pero sí “modernizarlo”. La modernización del tratado conllevaría añadirle temas que, según Peña Nieto, no se consideraron en el acuerdo originalmente como, por ejemplo, cuestiones laborales y de medio ambiente.

No comprendo las palabras de Peña Nieto. En primer lugar, el TLCAN sí incluyó los temas laboral y ambiental. De hecho, con el fin de que la competencia económica a la que daría paso el tratado fuera pareja y, al mismo tiempo, el crecimiento económico que generaría el acuerdo no resultase en costos ambientales considerables y hasta en explotación laboral, México, Estados Unidos y Canadá firmaron,

en paralelo al tratado, el Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte y el Acuerdo de Cooperación Laboral de América del Norte.

En segundo lugar, es muy difícil que “modernizar” un acuerdo comercial de la envergadura del TLCAN no sea equivalente a renegociarlo o, por lo menos, a abrir la puerta a una potencial renegociación.

Publicado el 20 de noviembre de 2016 en Excélsior.

La señal enviada a los inversionistas, a los mercados y a los empresarios de todo el mundo tiene el potencial de ser en verdad nociva para los intereses de nuestro país.

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En tercer lugar, ¿qué significa “modernizar” un tratado de libre comercio, por principio de cuentas? De acuerdo con la teoría de la integración económica, una vez que se ha establecido una zona de libre comercio, lo que sigue es poner en pie una unión aduanera, la cual debería ser complementada por un mercado común, el cual debe ser seguido por una unión monetaria y ésta por una unión fiscal, es decir, por una total unión económica (hay quienes sostienen que, a una unión económica, debe seguir una unión política).

Entonces, ¿qué es exactamente lo que el presidente Peña Nieto piensa que sería viable proponer con relación al TLCAN? ¿Que lo “modernicemos” dando paso a una Unión Aduanera de América del Norte y, luego, a un Mercado Común de América del Norte, etcétera? ¿Está pensando Enrique Peña Nieto que Trump y sus halcones verían todo esto con muy buenos ojos y estarían dispuestos a contemplar esta “modernización” del tratado (y sin renegociarlo, claro)?

Ahora bien, si “modernizar” un tratado de libre comercio no

significa lo que plantea la teoría de la integración, ¿qué es, pues, “modernizar” una zona de libre comercio? Asimismo, ¿qué es, entonces, lo que quiso decir Peña Nieto con “modernizar” el TLCAN?

Las apreciaciones del presidente Peña parecen improvisadas, poco analizadas, paupérrimas en todo sentido. Es preocupante que, justo cuando nuestro país enfrenta un escenario crítico, el presidente de la República se exprese, en un foro internacional de gran relevancia, sin cuidado y sin aportar detalles de lo que está diciendo, es decir, sin seriedad: la señal enviada a los inversionistas, a los mercados y a los empresarios de todo el mundo tiene el potencial de ser en verdad nociva para los intereses de nuestro país.

La presidencia de Donald Trump es un reto colosal para México. El optimismo y las buenas vibras no nos van a salvar de la crisis que podría desatarse si Trump cumple lo que prometió, sobre todo en 2018, año que de por sí ya se vislumbraba difícil para México y en el que las medidas que Trump pudiese tomar estarán madurando.

Es apremiante, pues, que el gobierno mexicano se tome en serio lo que está pasando y lo que podría pasar. Un buen comienzo sería asegurarse de que, en ninguna circunstancia y, especialmente, cuando se trata de temas fundamentales para el país, el titular del ejecutivo no hable nada más por hablar.

Armando Román Zozaya Titular de “Desde la tribuna,” columna publicada en el periódico “Excélsior”, México. Twitter: @aromanzozaya

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007 México y su gobierno: el pasmo ante el triunfo de Trump

“Apenas puede creerse que el gobierno Peña Nieto esté pasmado

ante el triunfo del republicano. La oposición, sectores educativos, el

empresariado lo apremian a que defina posturas y emprenda

acciones.”

Por Marcos Marín Amezcua

Introito

El gobierno Peña Nieto fue errático ante las lecciones estadounidenses. Aseguró en boca del presidente que no intervendría en ellas y en cambio, censuró discursos y acciones de los estadounidenses; invitó a México a los candidatos punteros y obtuvo la desafiante e ignominiosa visita de Trump. Pero al mismo tiempo coqueteaba con Clinton, removió a su embajador en Washington por

segunda vez sustituyéndolo por un supuesto experimentado ex cónsul en Los Ángeles y por su boca, se aseguró que estábamos preparados para el peor escenario, el más difícil posible, mientras la volatilidad económica incontrolada era descrita como inevitable por el secretario de Hacienda, Meade. Prefirió el gobierno Peña Nieto creer que ganaría Clinton y fue tardo en manifestar su felicitación a Trump, limitándose Peña Nieto a tuitear un mensaje escueto de felicitación (mostrando una

carencia de formas protocolarias, deplorable) y tardó horas para expresarse en primera persona sin admitir preguntas de la prensa. En el camino, se llevó la censura de Obama. La pregunta es obligada ¿de verdad el PRI sabe hacer política exterior? 1.- Frente a Trump, la impericia.

La cauda de equívocos y desaciertos enlistados mostrando una errática ruta hacia una

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inexistente relación cuidosa y alerta frente a Estados Unidos en el gobierno Peña Nieto, dejaría boquiabierto a cualquier diplomático mexicano con experiencia en Washington, y compromete enormemente la seguridad nacional de México –lo más riesgoso e importante de tanta suma de errores– porque ya Trump ha refrendado sus postulados más virulentos y a su regreso de México, por ejemplo, afirmó que una vez ya conociendo de cerca de Peña Nieto, estaba cierto que México pagaría el muro que desea levantar en la frontera común. Así de endebles llegamos al triunfo electoral del republicano, sin alianzas ni mercados alternos, en una dependencia absoluta y con un gobierno paniaguado y blandengue como el que el PRI encabeza con Peña Nieto. Mayúsculo desastre era previsible y evitable, pero se ha carecido del más elemental oficio político desde su gobierno, apostando por la improvisación y nada menos que ante Estados Unidos, que no es poco y era con el menos recomendable. Apenas puede creerse que el gobierno Peña Nieto esté pasmado ante el triunfo del republicano. La oposición, sectores educativos, el empresariado lo apremian a que defina posturas y emprenda acciones. No se obtienen respuestas de Peña Nieto. Ya suman silencios a su permanente

desacierto ante Estados Unidos y los cálculos parecen haber fallado. Es importante recordarlo: Trump será presidente de Estados Unidos a partir del 20 de enero de 2017 y eso significa que Peña Nieto deberá trabajar con su gobierno al ritmo que marque Washington –de seguir con tan bajo perfil en su diplomacia frente a EE.UU. – por dos largos años. En la residencia oficial de Los Pinos convocaron a una reunión de emergencia la noche que ganó Trump. Es previsible que no sea la única. El mundo está en vilo frente al nuevo mandatario estadounidense, pero para México no son buenas noticias y no basta decir que hay que plantar cara y se nos presentan áreas de oportunidad. No. Decirlo así solo es evadir y arriesgar aún más la estabilidad del país frente a los manotazos previsibles desde Washington, incontestables.

Lo que no se observa por parte del gobierno Peña Nieto son tres cosas: A) Un plan B ante el triunfo de Trump. B) Una política certera que nos plantee qué seguirá y cómo se trabajara con esa nueva administración y C) Tampoco se prevé una respuesta clara y con pasos concretos, ante las

exigencias de Trump, que no hace falta que lleguen hasta cuando sea presidente, porque ya se conocen y podrían ser asaz tardías. Tales carencias son graves porque demuestran que en el horizonte de Peña Nieto no figuraba un problema llamado Estados Unidos. A decir verdad, es que para el PRI parecía no serlo. Ahora sabe que lo es. 2.- Los riesgos del nuevo gobierno

estadounidense para México.

Se acusa a los colaboradores de Peña Nieto de carecer de una visión global. De seguir lineamientos y reacciones como en los días cuando acompañaban a Peña Nieto en el gobierno de Toluca. El país apenas existe para tal equipo y el mundo tal parece que no, se afirma, merced de esa miopía. ¿Será esa una de las causas de una política exterior errática y abyecta?, ¿será eso lo que ha impedido articular respuestas contundentes frente a Estados Unidos, país con el que Peña Nieto parece desconocer cómo lidiar y hasta en lo más elemental? Eso

expone a México de una manera peligrosa, porque exhibe al jefe de Estado como carente de las más elementales capacidades para defender la soberanía nacional en los hechos, con

acciones concretas. Las preguntas se agolpan y las respuestas han sido una muestra brutal de estulticia y ruindad. De pusilánime y frívolas respuesta s suposiciones insulsas.

Lo que no se observa por parte del gobierno Peña Nieto son tres cosas: A) Un plan B ante el triunfo de Trump. B) Una política certera que nos plantee qué seguirá y cómo se trabajara con esa nueva administración y C) Tampoco se prevé una respuesta clara y con pasos concretos, ante las exigencias de Trump…

…estamos a la deriva, supeditados ya no solo a lo que Washington vaya a establecer, sino carentes de una evidente capacidad de respuesta.

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Si es verdad que nunca una elección estadounidense nos había preocupado tanto justo por la amenaza de Trump, no menos es verdad que la preocupación es doble porque estamos comprobando la tibieza de este gobierno. Las sospechas se van confirmando. La carencia de un plan integral y de largo plazo respondiendo a Trump se ha manifestado de una manera tal, que resultan alarmantes.

Quienes se acercan a estudiar a México es necesario que lo sepan y estamos a la deriva, supeditados ya no solo a lo que Washington vaya a establecer, sino carentes de una evidente capacidad de respuesta. Conclusión

Aciagos días esperan a México si para el 20 de enero de 2017 el gobierno Peña Nieto no articula una respuesta clara a las ya

evidenciadas pretensiones de Trump. Sin propuesta inteligente, es de preverse cualquier cantidad de calamidades incapaces de evitarlas. No es prometedor el panorama para nuestro país. Como nunca antes, estamos dependientes de lo que Washington decida. Así de expuestos, así de vulnerables.

Marcos Marín Amezcua Abogado por UNITEC, maestro en Estudios México-Estados Unidos por la FES Acatlán, y doctorando en Historia. Ha sido profesor universitario desde hace 20 años y conferencista desde hace 10. Actualmente colabora con el periódico español El Imparcial y el mexicano Diario Político. E-mail: [email protected]

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Galeano y La Calderona* “A Margarita Zavala se le vende como contraste al resto de aspirantes. Su expresión suave que parece rayar en la ingenuidad manifiesta algo ajeno a la política”

Por Ernesto Hernández

Norzagaray

Debo confesar que el calificativo a Margarita Zavaleta me parece denigrante tanto porque tiene su apellido como porque es otra individualidad. Sin embargo, su apodo es impecable desde la comunicación política, se trata de atacar las debilidades, en este caso personales y mediáticas, de una de las aspirantes a la candidatura panista y al máximo cargo de la República. Marco-Galeano lanza el dardo ardiente sobre el corcho de la memoria colectiva. Calderona es una alteración verbal que busca ser la viva imagen de lo peor de la

política mexicana. Recordar la pesadilla que dejó el llamado “gobierno del empleo” y la “guerra contra el narco”. Atizar la irritación hasta ponerla como brasa. La que inevitablemente remite al rostro ofuscado de Felipe Calderón quien alguna vez le mereció la corrección airada del ya desaparecido Juan Molinar Horcasitas: “A ti Felipe, te sobra temperamento, lo que te falta es algo de carácter”. Claro, se trata de quien habiendo ganado la Presidencia “haiga como haiga sido”, ya estando en funciones declaró la guerra al narco y seis años después había dejado más de 60 mil muertos y un

número todavía desconocido de desaparecidos, más miles de huérfanos regados por todo el país. Muchos de aquellos desaparecidos hoy brotan, gracias al esfuerzo de familias, amigos y defensores de los derechos humanos, en la aridez de los desiertos y los valles de Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero o Sinaloa.

No son casuales los intentos de Margarita y sus asesores, especialmente de su marido, de mimetizarla en la campaña estadounidense, con el mensaje subliminal de qué si allá puede la Clinton, aquí puede la Zavala.

Publicado el 4 de noviembre de 2016 en www.sinembargo.mx

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Calderón, entonces, es la representación viva de los excesos de la política y la impunidad. Un político al que cientos de miles pidieron que fuera juzgado en la Corte Penal de La Haya por crímenes de lesa humanidad, pero con la buena fortuna, y los buenos oficios diplomáticos, salió librado administrativamente, pero no en la historia de agravios. Y, esa es su herencia, cómo lo es por motivos diametralmente distintos la de los padres y madres de los 49 infantes fallecidos en la Guardería ABC de Hermosillo, donde la llamada Calderona tendrá quienes le recuerden su indolencia como titular nacional del DIF. Es el momento cuándo, a muchos nos resulta inexplicable e intolerable, la presencia interpósita de Calderón en la política de este país agraviado por sus malas decisiones. No es fortuito, que sea un personaje impresentable, que vive en las sombras de la vida pública y evita su presencia en espacios abiertos, donde está la gente, pues cuando lo ha intentado le ha ido mal con la gente que le reclama, lo expulsa, lo regresa a su exilio de tequilas y canciones de Sabina. Sin embargo, como Salinas de Gortari, resiste y opera políticamente ya sea contra Ricardo Anaya o a favor de su esposa. A la que hoy Marco-Galeano llama sin piedad La Calderona -Nada que ver con la personalidad de La Generala que personifico María Félix, una mujer de la Revolución con arrestos duros, independiente, decidida.

A Margarita Zavala se le vende como contraste al resto de aspirantes. Su expresión suave que parece rayar en la ingenuidad manifiesta algo ajeno a la política. No es el rostro adusto y el ceño fruncido, con aire molesto de Felipe, sino la expresión apacible de buena madre, buena esposa, buena hermana, y mejor amiga. Una imagen que no sé porque me remite al pasado. A las películas de Pedro Infante, Sara García o Joaquín Pardavé. Ese México que ya no existe más que como nostalgia. La sonrisa leve de Margarita busca hacer clic con el hemisferio emocional de quienes buscan una madre cariñosa o una amiga con la cual conversar por las tardes, las penurias de la vida. Más, aun, el marketing político redondea la idea de buena mujer y mejor política. La que necesita el país. Así, como sucede con Hillary Clinton que se encuentra lejos de esa sonrisa providencial. Que puso a temblar a Trump con sus mejores dardos, mientras su rostro no dejaba de esbozar la sonrisa de una niña traviesa. No son casuales los intentos de Margarita y sus asesores, especialmente de su marido, de mimetizarla en la campaña estadounidense, con el mensaje subliminal de qué si allá puede la Clinton, aquí puede la Zavala. Pero, México, no es Estados Unidos de Norteamérica. No es la lucha de demócratas contra

republicanos. Tampoco la lucha de una mujer contra un macho rubio. Aquí, es otra la situación política, menos espectacular, más terrenal, quizá más infame por la debilidad institucional. La confrontación si bien se da en el terreno de las personalidades, especialmente la de AMLO y el polémico Marco-Galeano, y la estridencia de los otros, no alcanza los niveles de participación y audiencia de la norteamericana. El fondo de nuestra circunstancia es el modelo de justicia y económico. La corrupción y la impunidad. Ese que todavía le permite a Calderón vivir del erario público y seguir protegido por los servicios de seguridad de los ex presidentes mientras se bebe sus tequilas. Justo un déficit que se transforma en un arma en manos de los adversarios políticos de su esposa. La lucha contra esos privilegios y sentar algún día a Felipe en el banquillo de los acusados -Y, quizá a ella misma, para que también rinda cuentas de su paso por el DIF nacional. En definitiva, cuando Marco-Galeano altera el apellido Calderón y hace de la alteración una caricatura, algo de tinte grotesco, memorístico, debilita la imagen que están construyendo los asesores de marketing. Esos que ahora le recomiendan que use ropa tradicional indígena en eventos públicos para establecer puentes de identidad. Ante una eventual candidatura indígena,

El fondo de nuestra circunstancia es el modelo de justicia y económico. La corrupción y la impunidad…

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pero nuevamente no sé porque me trae a la memoria a Esther Zuno de Echeverría, con sus huipiles y rebozos coloridos, auténtica y llevaba el gusto por lo mexicano a todo lo que le rodeaba, entonces caigo en cuenta que la imagen de

Margarita está más cerca de la fallida Martha Sahagún. Una pregunta final, por qué si a ningún presidente priista se le ha ocurrido tener a la esposa como candidata presidencial, ¿que

explica esa obsesión enfermiza en los panistas Fox y Calderón? ¿O no?, Marco-Galeano.

Ernesto Hernández Norzagaray Doctor por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Asociación Mexicana de Ciencias Políticas. Es colaborador de Sinembargo.mx, Noroeste, Riodoce, Aldea 21 y 15Diario.

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El discurso político en México y el triunfo de Trump

“La incertidumbre provocada por este acontecimiento seguirá causando estragos en los mercados financieros ante la inestabilidad y nerviosismo de inversionistas y especuladores económicos”

Por Enrique Paz

El triunfo de Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos de América está generando un cambio en la forma de entender el mundo en su dinámica económica, política, social y cultural. Este cambio, sin temor a exagerar, reorienta nuestras claves para descifrar por qué alguien como el excéntrico empresario ganó la presidencia a pesar de las innumerables objeciones políticas, sociales, culturales y hasta éticas expuestas en los medios de comunicación. ¿Acaso los electores estadounidenses fueron

irracionales al momento de emitir su voto? ¿Realmente estamos ante la decadencia de la cultura occidental en el que la libertad, el progreso y la universalidad de los derechos humanos cedieron ante el nacionalismo, la xenofobia y la discriminación? Preguntas que deberán ser respondidas con sesudos análisis del comportamiento electoral y el contexto de la que era considerada una democracia sólida y ejemplo a nivel mundial.

Ríos de tinta se han vertido y continuarán fluyendo en los próximos meses para entender lo que pasó y las implicaciones mundiales de una impredecible presidencia de Donald Trump. Por lo pronto, la incertidumbre provocada por este acontecimiento seguirá causando estragos en los mercados financieros ante la inestabilidad y nerviosismo de inversionistas y especuladores económicos. No hay

Ya los economistas se han encargado de poner sobre la mesa los prolegómenos de las propuestas de Trump para restringir el comercio entre ambos países…

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país en el mundo que escape a este fenómeno y la impredecibilidad del nuevo inquilino de la Casa Blanca seguirá generando zozobra. Desde luego, la posición de México en este momento es quizá la más endeble. Por su geografía, su inevitable relación bilateral y el grado de dependencia que tenemos con nuestro vecino del norte, la incertidumbre genera más nerviosismo y, hasta podríamos decir, miedo en la sociedad. Y no es para menos, ya que nuestro modelo de desarrollo económico ha sido anclado por circunstancias y necesidad a la economía preponderante a nivel mundial. Ya los economistas se han encargado de poner sobre la mesa los prolegómenos de las propuestas de Trump para restringir el comercio entre ambos países, amenazando con renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para lograr mayores beneficios a su país o de lo contrario salirse del mismo con las consecuencias, también anunciadas, comerciales y económicas para nuestro país. De igual forma, se han expuesto -con menor intensidad ante la gravedad del hecho- las implicaciones de una deportación masiva de mexicanos ilegales en EUA, incluso con antecedentes penales. Comercio y migración constituyen, hasta ahora, las dos referencias que ha construido discursivamente el

presidente electo contra nuestro país. Frente a este acontecimiento histórico y de resonancia mundial, resulta necesario analizar la narrativa que comienza a construirse en nuestro país no solo para entender el fenómeno Trump, sino sus implicaciones en el actual proceso político interno. Las consecuencias materiales están identificadas y tienen su propia ruta de análisis a partir de la cual se tomarán las decisiones pertinentes. Pero existen otras, como la discursiva, que comienza a tomar forma con base en las posiciones estratégicas y mediáticas de los actores político respecto a las políticas del nuevo presidente de Estados Unidos y sus múltiples implicaciones. Si bien aún no hay una política o decisión concreta que modifique el estatus quo de la relación de México con los EUA, lo cierto es que en el plano discursivo ya existen posiciones concretas en asuntos que trascienden dicha relación y están siendo usadas para influir en la coyuntura política actual. Esta incipiente narrativa comienza a permear en los sondeos de opinión en un terrero que puede favorecer o no a los candidatos a la presidencia de la República en el 2018. Asumiendo las diferencias de contexto entre la elección norteamericana y la que se avecina en menos de dos años en nuestro país, los propios actores políticos han trasladado parte del debate en aquel país con

los temas de nuestra agenda política nacional. Grosso modo podemos identificar el comercio y migración como parte medular de la polémica. De estos temas, se desprenden otros que han sido adaptados a las circunstancias nacionales pero que tienen referencia con el proceso electoral de nuestro vecino: nacionalismo, populismo, proteccionismo, derechos humanos, libertad, competitividad y desarrollo económico. A partir de estas categorías podemos agrupar tres grandes narrativas: a) la oficial; b) la derecha partidista, liberal y enfocada al aspecto económico; y c) la izquierda, en sus dos vertientes, nacionalista y socialdemócrata, revisionista y enfocada al aspecto social. Discurso oficial. Se basa en un discurso homogéneo y ambiguo; llamando a la tranquilidad pero sin acciones concretas para calmar el nerviosismo en los mercados financieros y en la sociedad. Es la postura del gobierno federal expuesta tanto por el Presidente Enrique Peña Nieto como por la Canciller, los secretarios de Hacienda y Economía; así como del gobernador del Banco de México, cuya autonomía en este caso en particular ha quedado desdibujada. Fortaleza institucional del país, socios comerciales y aliados regionales, modernización del TLCAN antes de renegociación son algunos de los términos socorridos en los discursos oficiales. La prudencia oficial ha sido criticada por lo que los adversarios políticos

En el plano discursivo ya existen posiciones concretas en asuntos que trascienden dicha relación y están siendo usadas para influir en la coyuntura política actual.

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considerándola una posición sumisa. Sin embargo, mediáticamente el triunfo de Trump colocó al grupo del presidente Peña Nieto en la primera línea de acercamientos con el nuevo gobierno estadounidense. Cabe recordar que la salida de Luis Videgaray, ex secretario de Hacienda y hombre de todas las confianzas de Peña Nieto, fue precisamente por ser el artífice de la visita del entonces candidato republicano al país en plena campaña electoral. Visita repudiada hasta el punto de la aceptación implícita del error cometido. En este nuevo escenario es entendible la ambigüedad del mensaje, debido a que en la ruta crítica al 20 de enero, día que asume formalmente la presidencia de los EUA, Luis Videgaray sea el interlocutor con el equipo de Donald Trump y se logren acuerdos tendientes a moderar las posiciones del nuevo presidente. El riesgo de este discurso está asociado a dos aspectos: por un lado, enviar un mensaje de parálisis política y pusilanimidad diplomática en la relación bilateral, lo cual puede ser aprovechado por tu interlocutor para elevar los costos de negociación; y por otro lado, ante una posición de debilidad política el gobierno tenga que ceder aspectos cruciales en una negociación del TLCAN y en materia de política migratoria o seguridad fronteriza. Derecha liberal- económica. El discurso construido desde la victoria trumpiana es señalar la

demagogia populista de un empresario convertido en político que ganó con base en discurso xenófobo y discriminatorio que amenaza al mundo libre y civilizado de la cultura occidental. Se han pronunciado por las bondades del libre comercio como pilar del desarrollo económico en general, y en particular, del TLCAN, ponderando las ventajas competitivas del país desde que se suscribió dicho acuerdo hace más de 2 décadas. En este grupo encontramos a un sector importante de la opinión publicada identificada con esta línea de pensamiento, en menor medida los empresarios quienes asumen la defensa del libre mercado pero sin los calificativos hacia el nuevo presidente de los EUA. El Partido Acción Nacional se ubica en esta narrativa sin asumir el liderazgo dentro de este bloque discursivo. Sin embargo, aprovecha los calificativos de populista, demagogo, nacionalista y estatista para endosárselos a Andrés Manuel López Obrador como la figura nacional que encarna estos símbolos retóricos en el país. Por su parte, Margarita Zavala, es quizá quien tiene una mayor afectación por la derrota de Hillary Clinton, debido a los prejuicios que aún prevalecen sobre la mujer y el poder político. Un triunfo de la candidata demócrata hubiese servido para romper con el techo de cristal al convertirse en la

primera mujer en dirigir los destinos de su país. Pero la derrota no solo elimina una base discursiva emotiva de las mujeres en el poder sino que cuestiona el perfil de la panista para hacer frente a los retos de la relación México – EUA. El riesgo de este discurso enfocado en comparar a AMLO con Trump es que tal como sucedió en la elección de noviembre, el descontento con la clase política, con el status quo y la frustración de un modelo económico que no ha beneficiado a amplios sectores de la sociedad pueden terminar favoreciendo al candidato de MORENA. Atacar en este terreno al ex jefe del gobierno de la Ciudad de México podría generar un efecto contrario al que buscan comparando el discurso entre ambos personajes. Algo que muestran algunas encuestas en las que aparece AMLO como el candidato mejor posicionado para hacer frente a las políticas del nuevo gobierno estadounidense. Izquierda Nacionalista / Socialdemócrata. En este bloque debemos diferenciar dos posturas: la nacionalista y el socialdemócrata. Ambos discursos comparten su postura revisionista del modelo económico, particularmente en lo que respecta a la apertura comercial y del libre mercado por sus efectos negativos en la planta productiva nacional, la pauperización del campo y la mano de obra barata como base de la competitividad nacional. Asimismo, exigen al gobierno

Margarita Zavala, es quizá quien tiene una mayor afectación por la derrota de Hillary Clinton, debido a los prejuicios que aún prevalecen sobre la mujer y el poder político.

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federal una defensa sólida de los mexicanos que viven en EUA, sean legales o ilegales, ante la amenaza de una deportación masiva apelando a la salvaguarda de sus derechos humanos en el derecho internacional. La postura nacionalista, encabezada por AMLO, tiene propuestas tendientes a una mayor injerencia del Estado sobre la economía y elevar la protección de la industria nacional. En la presentación del Proyecto Alternativo de Nación 2018- 2024, el dirigente de MORENA señaló la importancia de fortalecer el mercado interno, reindustrializar la planta productiva nacional y generar un desarrollo nacional y regional con empleos bien pagados como alternativa al modelo actual. Por su parte, los socialdemócratas, aún cuando reconocen el agotamiento del modelo económico del neoliberalismo, sus propuestas están orientadas a reforzar la economía mixta, con intervenciones del Estado enfocadas a atender las fallas del mercado a través de una política social progresiva y universal. Preocupa sobre manera las posturas xenófobas del nuevo presidente y las consecuencias sociales de una deportación

masiva de mexicanos, los que van a requerir empleo, servicios y un esquema de inserción en sus comunidades. Algunas voces en este sentido se han

dejado escuchar dentro del PRD y algunos intelectuales que sin militar en ese partido se inscriben en la socialdemocracia. El riesgo del discurso nacionalista es la preocupación que generan en los mercados financieros por sus posturas poco claras respecto a las reformas emprendidas en este gobierno, sobre todo la energética. Una posible regresión en este aspecto generaría mayor incertidumbre entre los inversionistas por la falta de certeza jurídica en los contratos para la exploración y extracción de hidrocarburos otorgados en las llamadas rondas de adjudicación energética. Por su parte, el riesgo del discurso socialdemócrata es su futilidad en el impacto con la sociedad mexicana. La narrativa de este grupo no logra tener un asidero en la conciencia colectiva nacional, debido a su ubicación en las tonalidades grises de las posturas

políticas. Lamentablemente para su causa, la dimensión del cambio político que representa el triunfo de Trump desdibuja el discurso de los matices, porque la realidad social exige posiciones claras respecto al modelo económico, la libertad, los derechos humanos, solo por mencionar algunos temas. Cada una de estas posiciones discursivas empezarán a definirse con mayor claridad conforme el proceso político requiera definiciones claras respecto a los temas de coyuntura nacional. Lo que resulta un hecho es que nuestra agenda nacional en términos discursivos queda sujeta a la relación con la presidencia de Donald Trump. Los posiciones de los actores políticos no podrán desprenderse de este fenómeno político, ya sea para asegurar la continuidad en la presidencia de la República como es el caso del PRI- gobierno; obligar a la presidencia de Peña Nieto a asumir posturas firmes en la relación bilateral; seguir comparando a AMLO con Trump en aras de generar incertidumbre en dicha candidatura; u obligar a un cambio en el modelo económico del país.

Enrique Paz Maestro en Estudios Políticos y Sociales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido consejero electoral distrital del IFE (ahora INE), coordinador de asesores en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y asesor en diversas dependencias públicas. Actualmente es asesor en la Secretaría de Educación de la Ciudad de México. Twitter: @jepp_79

Los socialdemócratas, aún cuando reconocen el agotamiento del modelo económico del neoliberalismo, sus propuestas están orientadas a reforzar la economía mixta.

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El estado de excepción como regla*

“Han pasado 4 años, y los cambios no se han materializado”

Por Italy Ciani

La política criminal puede ser entendida como un conjunto de discursos, estrategias, acciones y programas de gobierno tendientes a la administración de la violencia estructural (la que ejerce el Estado en contra de sus ciudadanos) e intersubjetiva (la que se ejerce entre las personas), mediante el uso discrecional de los procesos de criminalización primaria (manipulación de la legislación penal) y secundaria (persecución sólo de unos cuantos), en una época y lugar determinado. Así, es frecuente advertir los cambios en las

decisiones político-criminales, dependiendo del contexto e ideología del poder político en turno, que tiende a legitimar el uso del poder punitivo con base en discursos afines a sus intereses. El sexenio del Presidente Felipe Calderón se caracterizó por una declaración de guerra contra la delincuencia organizada, erigiendo en enemigo a todo aquel vinculado con este tipo de actividades ilícitas, lo que conllevó, entre otras consecuencias, la intromisión del

Ejército y la Marina en tareas de seguridad pública y la consolidación de un régimen procesal penal de excepción, esto es, una política criminal para.. enemigos. El Presidente Enrique Peña, durante su campaña, prometió cambiar radicalmente la estrategia bélica, atender a las causas que generan el delito y no sólo su combate, sacar a los militares y marinos de estas tareas al tiempo que se profesionalizaría a los

Estamos transitando en un camino peligroso, que nos lleva hacia un estado de excepción que está por convertirse en la regla…

Publicado el 29 de noviembre de 2016 en The Mexican Times.

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cuerpos de seguridad pública federal y locales y se crearía una nueva policía, la Gendarmería Nacional. Han pasado 4 años, y los cambios no se han materializado. Al principio, hubo únicamente una estrategia mediática distinta, que en lugar de guerra la denominó lucha, se redujo la cobertura de temas relacionados con la inseguridad, y los emisarios de los mensajes estrictamente necesarios cambiaron también, de la voz del Presidente a la del Secretario de Gobernación y sus subalternos. La Gendarmería, en la que se depositaron ambiciosas expectativas de cambio, es un fracaso. Las policías del país no se han tecnificado y los militares y marinos siguen en las calles, con un déficit de credibilidad (del que sí gozaron con Calmn derón, al menos al inicio de la estrategia), y con graves acusaciones cada vez más recurrentes de violaciones de derechos humanos. Tal vez lo único positivo fue la creación del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, con un jugoso presupuesto para su operación y debe reconocerse

que con resultados positivos en zonas específicas, aunque no exento de malos manejos financieros. En el actual sexenio, no nada más, no se han cumplido los cambios que se ofrecieron, sino que se adoptan cínicamente medidas propias de un Estado autoritario, y para muestra bastan dos ejes. El primero, la desaparición del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, lo que significa asumir su incapacidad por brindar paz a los mexicanos y claudicar ante los esfuerzos que debieran ser prioritarios. El segundo eje gira en torno a una Ley de Seguridad Interior, que si bien ha sido presentada de manera formal por los Diputados Martha Tamayo y César Camacho, se rumora que ha sido una instrucción del Presidente, y que fue redactada en las oficinas de la Consejería Jurídica. Dicha iniciativa conceptualiza a la seguridad interior como la “condición que proporciona el Estado Mexicano que permite salvaguardar la continuidad de sus

instituciones, así como el desarrollo nacional mediante el mantenimiento del estado de derecho y la gobernabilidad democrática en todo el territorio nacional en beneficio de su población”, dotando de amplias y discrecionales facultades al Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Lo anterior contraviene la definición constitucional de seguridad pública y termina por configurar una línea imperceptible entre ésta y la seguridad nacional, legitimando así la intromisión de las Fuerzas Armadas en absolutamente todos los aspectos relacionados con cualquier tipo de seguridad en nuestro país. Cuidado. Por ignorancia o perversión, pero estamos transitando en un camino peligroso, que nos lleva hacia un estado de excepción que está por convertirse en la regla, como lo afirmara Walter Benjamin hace casi 100 años, pasando la primera guerra mundial y en la antesala del holocausto.

Italy Ciani Abogada por la Universidad Autónoma del Estado de México, y Maestrante en Criminología y Política Criminal por el Instituto Nacional de Ciencias Penales. Subprocuradora de Delitos vinculados a la Violencia de Género del Estado de México, logró la primera sentencia por feminicidio en México. Twitter: @italy_ciani E-mail: [email protected]

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El euroescepticismo pone en jaque a la UE

“Una parte significativa de la convivencia internacional estará sin duda condicionada por el éxito o el fracaso de la UE”

Por Luis Méndez Asensio

Europa se halla en una difícil encrucijada, atrapada como está por la crisis económica y social, la amenaza del populismo y su incapacidad para gestionar debidamente el patrimonio común que tiene su mayor expresión en la Unión Europea (UE). El euroescepticismo se ha ido afianzando en los últimos años para alimentar a los movimientos populistas, pero sobre todo a los partidos de extrema derecha que cuestionan la existencia de la UE, cuando no demandan directamente su extinción, y que

están rentabilizando el descontento de una ciudadanía que se siente frustrada ante la progresiva degradación de su calidad de vida. La desconfianza hacia Bruselas, sede de la comunidad europea, se ha ido generalizando entre la población a medida que adelgazaban las expectativas y retrocedía el bienestar social, como consecuencia del apagón económico que afecta a la mayoría de los países de la UE.

En este frágil contexto, la reciente crisis migratoria provocada por el arribo de decenas de miles de refugiados al Viejo Continente, en su mayoría sirios que huyen de la guerra civil en su país, ha puesto en evidencia uno de los flancos más vulnerables del bloque. Ante la dificultad de ofrecer respuestas consensuadas y viables a la crisis humanitaria, algunos miembros han optado por el reforzamiento de sus fronteras para impedir el ingreso de refugiados.

En su versión más dramática, el avance del euroescepticismo generó la aprobación en referendo de la salida del Reino Unido de la UE.

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El blindaje de las aduanas contraviene uno de los objetivos prioritarios de la UE, que apuesta en última instancia por la libre circulación de personas, bienes y servicios en todo el territorio europeo. Con su amurallamiento temporal, países como Suecia, Dinamarca y Alemania han violentado los principios del espacio de seguridad Schengen, que desde 1995 permite a 400 millones de europeos circular sin trabas por 26 países del Viejo Continente y que sólo contempla medidas de excepción en situaciones de amenaza grave para el orden público o la seguridad nacional, circunstancias éstas que no concurren en la crisis de los refugiados. Los países que se consideran más expuestos a la crisis migratoria han antepuesto sus intereses nacionales en sintonía con el repliegue soberanista que se nutre de la crisis económica y social, la amenaza del terrorismo, y la incapacidad de la UE para hacerse valer en coyunturas adversas, mientras exhibe su autoridad a la hora de imponer a los países deficitarios severas políticas de austeridad bajo amenaza de sanciones. Esta integración económica inspirada en recetas neoliberales, que castigan a los socios menos competitivos y que se suma a una insuficiente cohesión política y social, sin olvidar el fracaso colectivo que supusieron los

rescates financieros in extremis de Irlanda, Portugal, y Grecia entre 2010 y

2011, es interpretada por un sector de la población en clave derrotista, lo que refuerza el escepticismo hacia la burocracia europea afincada en Bruselas. La UE está obligada a garantizar la convivencia plena entre sus socios y a recuperar la empatía con los ciudadanos mediante políticas más audaces y entusiastas, poniendo fin a su encierro en una torre de marfil, si pretende revertir la impopularidad de sus representantes y amortiguar la pérdida de credibilidad de sus instituciones, que muchos europeos perciben como ineficaces y demasiado costosas. Tampoco en el plano internacional las aspiraciones comunes están siendo mínimamente satisfactorias. Existen demasiados intereses contrapuestos y excesiva polifonía en una UE que no logra expresarse de modo unitario y con la convicción necesaria y que, por lo tanto, no encuentra el asiento que merece en un planeta en el que podría jugar un papel mucho más relevante frente a la hegemonía de Estados Unidos y el activismo cada vez mayor de potencias emergentes, como China y Rusia. El avance del euroescepticismo, que en su versión más dramática generó la aprobación en referendo de la salida del Reino Unido de la UE (Brexit) el pasado mes de junio, y el surgimiento de desafíos como la crisis financiera, la desafección ciudadana, el terrorismo yihadista,

la crisis migratoria y el populismo in crescendo, están poniendo a prueba la capacidad de Europa para reinventarse y afianzar su proyección comunitaria a medio y largo plazo. La revigorización institucional, una mayor transparencia orgánica, la superación del déficit democrático, y la reconexión con la ciudadanía, son temas todos ellos de primer orden, que constituyen asignaturas pendientes no sólo para Europa, sino para la mayoría de los países. Europa en la encrucijada. ¿Hay futuro tras el Brexit?, es el título del curso que oferta la Fundación Ortega y Gasset, capítulo México, y que busca contribuir a un mejor conocimiento de la Unión Europea (UE) en sus horas más críticas. El quebranto de la UE adquiere mayor relevancia por ser una experiencia que ha servido de guía en otras latitudes, aunque en ningún rincón del mundo se haya alcanzado una integración similar a la europea. El proceso comunitario simbolizado por Bruselas está sometido actualmente a una presión extrema, a pesar de haber sido durante décadas un marco de referencia para países de otras áreas geográficas que pretenden crear o ampliar espacios de integración desde un enfoque más igualitario y multilateral. Ahondar en el funcionamiento orgánico de la UE, evaluar el impacto de sus políticas y analizar los múltiples desafíos a los que se enfrenta y que se pueden extrapolar a otras realidades, son

El quebranto de la UE adquiere mayor relevancia por ser una experiencia que ha servido de guía en otras latitudes.

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algunos de los objetivos del curso de la Fundación Ortega y Gasset que va dirigido a estudiantes y profesionistas de variada procedencia. Integrada por 27 países europeos, luego de la dimisión de Gran Bretaña, la UE constituye una experiencia insólita. Nunca antes una organización supranacional había conseguido tal grado de interacción entre sus socios y un sistema institucional tan avanzado, a pesar de sus muchas carencias y retos.

Y de ahí la relevancia del experimento europeo, ya que una parte significativa de la convivencia internacional estará sin duda condicionada por el éxito o el

fracaso de la UE y su repercusión en el estado de ánimo de terceros países en un mundo cada vez más interdependiente y globalizado.

Luis Méndez Asensio Profesor de postgrado en la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, forma parte de la junta directiva del Instituto de Periodismo Preventivo y Análisis Internacional (IPPAI). Es comentarista de política internacional en Radio Exterior de España y otros medios escritos.

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Trump, Castro y el espacio para

repensar la democracia

“Poco a poco, se van reduciendo los espacios para pensar democráticamente en los muchos problemas de la democracia.”

Por Iván Roberto Álvarez Olivas

Los acontecimientos que simbólicamente se sucedieron durante el mes de noviembre marcan, en varios sentidos, el sitio desde donde pensamos la democracia. El triunfo de Donald Trump frente a Hillary Clinton en las elecciones estadunidenses y el deceso del Fidel Castro Ruz, líder histórico de la revolución cubana, permiten hacer un corte de caja provisional sobre las vicisitudes democráticas. La desafección política en la era de la post-verdad parece destinada a

darle la vuelta a la democracia para quedarse al margen de sus coordenadas. Que Trump gane en Estados Unidos es tan democrático como que lo haga Hollande en Francia, por más que uno lo haga atacando los valores fundamentales de las poliarquías. Que Castro deje un legado histórico fundamental para entender el siglo XX no lo hace más democrático. Se va abriendo paso, advierto, una imposibilidad cada vez más amplia de encontrarse en el terreno de lo que O’Donnell

llamó hace años hacer crítica a la democracia desde la democracia. De otra forma, implicaba el politólogo argentino, estamos condenados a valorar positivamente la tentación autoritaria, por vía de la condena a la “farsa” democrática que emboza oscuros intereses, o a resignarnos al determinismo cultural encerrado en el aserto “somos así y las cosas no pueden ser de otra manera”.

La muerte de Castro y el ascenso de Trump al poder, en este sentido, muestran las dos caras de la misma moneda.

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La muerte de Castro y el ascenso de Trump al poder, en este sentido, muestran las dos caras de la misma moneda. En las antípodas ideológicas, los seguidores acérrimos de ambos (y no parece haber, para estos casos, puntos medios) proyectan sus filias en el desdén de ambos líderes por las instituciones y valores democráticos. Para los unos la democracia es “sólo formal” y disfraza al imperialismo y sus intereses, para los otros el sistema no les ha cumplido y hace falta dar un golpe de autoridad con simplificaciones grotescas sobre problemas complejos. ¡Patria o muerte, Venceremos! suena de un lado, arengas contra el otro bajo la etiqueta de musulmanes, mexicanos, libre comercio, prensa hostil, el Estado retumban en el otro. No hay punto de encuentro. Cuando la diatriba se enseñorea, el lugar para pensar al otro se estrecha. El otro deja de ser el adversario para convertirse en el enemigo al que debe excluirse o directamente eliminarse. El argumento ponderado deviene debilidad y palidece frente al absoluto. Cierta izquierda radical y la ultraderecha dejan de escucharse la una a la otra; con ellas, el espectro democrático bien-pensante y mejor-intencionado se lleva las manos a la cabeza pero no varía su soliloquio: los demás no entienden que van contra sus intereses, toda opinión es respetable, lo políticamente correcto es lo político.

Sin darse cuenta del todo, cada estamento habla dentro de su propia caja de resonancia, sólo para consumo propio buscando confirmar sus prejuicios, ideas o certezas. Las justificaciones son distintas: la democracia es una farsa que sólo legitima al explotador; el sistema no funciona con aquellos blandengues, es preciso dar un golpe en el tablero; la democracia funciona sólo que hay que entenderla desde la razón. La incomunicación es la misma, los vasos comunicantes se taponan. Los voceros en cada sector se regodean, palmeándose las espaldas congratulados por entender la política, por tener la razón… por olvidarse de la deliberación. El autobombo abre el paso al solipsismo. Poco a poco, se van reduciendo los espacios para pensar democráticamente en los muchos problemas de la democracia. El interés por clarificar las mejoras posibles a la democracia disminuye al tiempo que se va extinguiendo la vocación pedagógica de los demócratas. Y sin embargo, el primer paso para replantear las dolencias de la

democracia y las formas de contrarrestarlas sólo puede venir, por supuesto, de la conciencia de, y la confianza en, la arena pública como punto de confluencia entre los distintos y aun los opuestos para pensar al otro, al diferente. Esta conciencia no cabe esperarla de quienes sostienen posturas extremas con dogmas de fe como arma arrojadiza para derribar un juego del que desconfían, sino de aquellos que hacen de la moderación y el argumento su escudo y espada para defender el tablero democrático común en el que todos pueden caber. Así que, a menos de que creamos que al final el lobo tiene buenas intenciones, los demócratas somos los obligados a tender puentes, fuera de la torre de marfil o la atalaya (empatizar, escuchar, entender, dialogar, persuadir, convencer y mostrar al otro) y tomar la iniciativa en la reflexión y puesta en práctica de los dispositivos que hagan de la democracia una apuesta colectiva que trascienda la mínima circulación de élites y sea susceptible de llenarse de contenidos.

Iván Roberto Álvarez Olivas Profesor-investigador. Coordinador de investigación y posgrado. Instituto de Ciencias Sociales y de Administración, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. E-mail: [email protected]

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Nota metodológica. Cálculo de requerimientos de votación

Por Guillermo Rodríguez Introducción Una de las tareas más importantes que ejercen los partidos políticos en México, es la estimación de los requerimientos de votación de cara a los comicios electorales. El pronóstico de los votos necesarios para mantenerse en la lucha política, es una tarea particularmente relevante, más aún para los “partidos recesivos”, es decir, las fuerzas políticas de reciente formación que no tienen una amplia historia, tradición, cobertura e infraestructura política; comparada con aquella que tienen los llamados “partidos dominantes”, cuya tradición política es incluso, fundacional de la estructura económica y social del país. Refiriéndonos a los partidos con registro político nacional, normalmente se suelen reconocer a los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y más recientemente al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), como partidos dominantes. De igual manera, se suele identificar a los partidos Movimiento Ciudadano (MC), Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (NA), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), como partidos recesivos cuya participación, en ocasiones, se limita a coaligarse con otros partidos dominantes, participar y ganar algunas alcaldías, distritos locales y eventualmente, algunos distritos federales. En este tenor, para los partidos de carácter recesivo, es imperante conocer los requerimientos electorales a fin de mantener su registro como partido nacional y/o garantizar algún escaño plurinominal en el Congreso de la Unión o las entidades. El texto vigente del año 2014 tocante al artículo 54, fracción III, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dictamina que “…todo partido político que alcance por lo menos el tres por ciento del total de la votación

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válida emitida para las listas regionales de las circunscripciones plurinominales, tendrá derecho a que le sean atribuidos diputados según el principio de representación proporcional…” (Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_150816.pdf) Luego entonces, se entiende que algún partido político de registro nacional que alcance al menos el 3% de la votación válida emitida en las elecciones de diputados, seguirá participando en los comicios electorales venideros. A partir de la premisa anterior, se pueden estimar de manera preliminar, los votos mínimos que deberá alcanzar algún partido político en una próxima elección federal.

1. Recopilación de datos. Se necesita una tabla con los datos históricos de votación de comicios electorales anteriores. En el caso de los comicios federales, la información se encuentra disponible en los siguientes enlaces: http://computos2015.ine.mx/Nacional/VotosPorPartido/; http://computos2015.ine.mx/Entidad/VotosPorPartido/detalle.html#!/18

Tabla 1. Históricos de votación de comicios federales. Lista Nominal y votación total en actas de representación proporcional 2000-2015.

Año electoral Lista nominal Votación total

2000 58,782,737 37,407,935

2003 64,710,596 26,738,924

2006 71,374,373 41,435,934

2009 77,470,785 34,677,923

2012 79,433,171 50,042,863

2015 77,913,406 39,872,757

2018 ?

Fuente: Elaboración propia con base en el Sistema de Consulta de las Elecciones Federales. Atlas de Resultados Electorales 1991-2012, del Instituto Federal Electoral (disponible en: http://siceef.ife.org.mx/pef2012/SICEEF2012.html#); y los Cómputos de Diputados Federales 2015, del INE (Disponible en:

http://computos2015.ine.mx/Nacional/VotosPorPartido/)

2. Cálculo de la participación electoral: Se obtiene dividiendo la votación total respecto a la lista nominal. El

resultado de expresa en porcentaje:

Tabla 2. Cálculo de la participación electoral

Año electoral Lista nominal Votación total Participación electoral

2000 58,782,737 37,407,935 63.64%

2003 64,710,596 26,738,924 41.32%

2006 71,374,373 41,435,934 58.05%

2009 77,470,785 34,677,923 44.76%

2012 79,433,171 50,042,863 63.00%

2015 77,913,406 39,872,757 51.18%

2018 ? Fuente: Elaboración propia

3. Estimación de la lista nominal para el año 2018. Se puede optar por un modelo de regresión que permita

realizar el cálculo. Si se usa el sistema MS Excel, la función PRONOSTICO calcula un valor futuro en una tendencia lineal.

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La sintaxis de la función establece que el valor en X corresponde al año electoral, en este caso sería 2018; Conocido_y corresponde a los valores de la lista nominal desde el año 2000 hasta 2015, y Conocido_x se relaciona a los años electorales, excluyendo 2018:

Imagen 1. Predicción del valor de lista nominal para 2018 utilizando MS Excel.

Fuente: Elaboración propia

Tabla 3. Resultado de la estimación de la lista nominal para 2018

Año electoral Lista nominal Votación total Participación electoral

2000 58,782,737 37,407,935 63.64%

2003 64,710,596 26,738,924 41.32%

2006 71,374,373 41,435,934 58.05%

2009 77,470,785 34,677,923 44.76%

2012 79,433,171 50,042,863 63.00%

2015 77,913,406 39,872,757 51.18%

2018 86,205,926 Fuente: Elaboración propia

4. Estimación de la participación electoral. Usando el procedimiento anteriormente descrito, se pronostica la

participación electoral:

Tabla 4. Resultado de la estimación de la participación electoral para 2018

Año electoral Lista nominal Votación total Participación electoral

2000 58,782,737 37,407,935 63.64%

2003 64,710,596 26,738,924 41.32%

2006 71,374,373 41,435,934 58.05%

2009 77,470,785 34,677,923 44.76%

2012 79,433,171 50,042,863 63.00%

2015 77,913,406 39,872,757 51.18%

2018 86,205,926 52.60% Fuente: Elaboración propia

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Se asume pues, que se pronostica una participación electoral del 52.60%. Este resultado debe tomarse con cautela, pues la participación electoral está condicionada a múltiples factores tales como el desánimo social, desenvolvimiento de los posibles candidatos y diversos sucesos de coyuntura económica y social que se pudieran presentar en los meses anteriores a la elección.

5. Cálculo de los votos necesarios para alcanzar el 3%. Si el interés es determinar, de manera preliminar, los votos que necesita un partido para mantener su registro político nacional, se sugiere emplear la siguiente fórmula:

%320182018%3 PeLnRv

Donde: Rv3% = Votos requeridos para 2018, que permitan alcanzar el 3% de la votación Ln2018 = Lista nominal estimada para 2018 Pe2018 = Participación electoral estimada para 2018 Sustituyendo:

03.0*5260.0*926,205,86%3 Rv

330,360,1%3 Rv

De acuerdo con el pronóstico preliminar, se predice que al menos se van a necesitar 1,360,330 votos, para que, de manera tentativa, una fuerza política pueda alcanzar el mínimo de sufragios establecidos por la ley. Se sugiere que este procedimiento se realice con la asesoría de especialistas en análisis de coyuntura política e instrumentos de seguimiento de encuestas. La estimación de valores de participación electoral depende de factores extrínsecos cuya predicción numérica sólo será referencial.

Guillermo Rodríguez Maestro en Análisis Espacial y Geoinformática, ha sido profesor de la UAEM colaborando en proyectos de investigación con el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares de México. Actualmente es asesor electoral y profesor de cursos especializados en la CEPAL, México. E-mail: [email protected]

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