cenicienta en-chancletas
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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE BUCARAMANGA
PROGRAMA DE FORMACIÓN COMPLEMENTARIA
-Luisa Fernanda Tabares Betancourt-Rafael Alejandro Rojas Marín
Grado: 1301-B
LITERATURA INFANTIL II
TEMA: cenicienta en chancletas GRADO: primaria
LIBRO: Gramática de la fantasía
1. ¿Qué voy a enseñar? A jugar mediante la creación de una historia nueva a partir del
cuento ‘’cenicienta2. ¿Para qué lo voy a enseñar? El fin de esta estrategia ‘‘cenicienta en
chancletas’’,es medir la Habilidad de los niños para reaccionar ante un elemento nuevo(palabra) incluir la palabras en la historia que vayan cambiando el rumbo
ya conocido de la original y desarrollando la imaginación y creatividad de manera
divertida y significativa.3. ¿A quiénes lo voy a enseñar? A niños del ciclo de básica primaria.
4. ¿Cómo lo voy a enseñar? Mediante la narración de textos y la interacción de los niños en respuesta
a las preguntas que el maestro plantee y la construcción del nuevo
cuento haciendo uso de su imaginación.
EN CHANCLETAS
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1) El maestro dará a conocer la historia a trabajar, en este caso (cenicienta) sólo se nombrara el
título.2) Se procede a preguntarle a los
niños una palabra, especificando que no hay
ningún criterio de selección para escogerla.
3) Teniendo la palabra procedemos a contar la historia.
ejemplo: suponiendo que alguien nos dijo la palabra
«chancleta». “que cenicienta no encontraba la chancleta, y ella
suponía que estaba debajo de la cama …”
4) Terminada la historia procedemos a extraer 5 palabras del cuento y las escribimos en el tablero. Ejemplo:(«niña», «casa»,
«flores», «madrastra», «hermanas»)( estas palabras no
las llevamos escritas sino en imágenes)
5) Les anexamos una palabra que será la que modifique la historia
en este caso(chancleta)6) Teniendo claro el ejemplo que el
Docente dio anteriormente, (modificando la primera historia
con la palabra caballo) procedemos entre todos a crear
una nueva versión en donde juegan todos los integrantes de la clase en plenaria, dando su
aporte a la historia nueva.7) socializamos el producto final.
5. ¿Con qué lo voy a enseñar? Por medio de estrategias que dinamicen el aprendizaje, las cuales
son: Construye tu nueva historia basada en ‘‘enicienta’’ como punto de
referencia.
6. ¿Cómo evalúo lo que enseño? El proceso de evaluación será constante, mediante la interacción y la participación activa de los estudiantes
en el desarrollo de la actividad en
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clase Verificando que se están adquiriendo
las nociones correctas y que se aplican de manera inconsciente y consciente
Monitoreando las producciones orales de los estudiantes al momento de participar en la construcción de la
nueva historia.
Todos los estudiantes se motivarán a participar de la actividad.
7. ¿Qué evalúo?La habilidad para crear nuevas historias y ampliar el léxico en los estudiantes, poniendo a prueba sus habilidades y su creatividad al enfrentarse a situaciones donde salen de su zona de confort y su desenvolvimiento en la participación activa de su desarrollo cognitivo.
Caperucita Roja en helicóptero
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En algunas escuelas he visto hacer este juego. Se da a los niños una serie de palabras, sobre las cuales habrán de inventar una historia. Cinco palabras, por ejemplo, forman una
serie, y sugieren la historia de Caperucita Roja: «niña», «bosque», «flores», «lobo», «abuela». Una sexta palabra rompe la serie, por ejemplo: «helicóptero». Los maestros u
otros autores de este juego, lo utilizan para medir la capacidad de los niños para reaccionar ante un elemento nuevo y, respecto a una serie de sucesos, inesperado; su capacidad de
incluir la palabra dada en la historia conocida; su capacidad de hacer reaccionar las palabras habituales, respecto al nuevo contexto en que se encuentran. Si lo observamos
detenidamente, el juego tiene la forma de un «binomio fantástico»: de una parte está Caperucita Roja, y de la otra el «helicóptero». El primer elemento del binomio está
constituido por una serie de palabras que forman un conjunto. El segundo elemento es la misma palabra «helicóptero». Todo resulta claro desde el punto de vista de la lógica
fantástica. Los resultados más interesantes de este juego se obtienen, según creo, cuando este «tema fantástico» es propuesto en frío, sin preparación aunque no sin un mínimo de
explicación. Personalmente, habiendo aprendido este experimento de un maestro de Viterbo, de quien he perdido el nombre y la dirección, he intentado realizarlo con unos
muchachos de segundo año, bastante «bloqueados» por un tipo de enseñanza rutinaria de la peor especie (copias, dictados y similares). Intentaba en vano que de ellos naciera una
historia. Disponía de pocos minutos, porque me esperaban en otras clases. Pero me molestaba la idea de dejar aquellos niños sin darles algo que no fuera la imagen de un tipo
extraño, que se sentaba en el suelo o se subía a una silla (gestos necesarios en aquel contexto, para romper el ambiente burocrático creado por la presencia del maestro y del
inspector de enseñanza). Si al menos hubiera tenido conmigo mi armónica, una flauta, o un tambor... Finalmente se me ocurrió preguntar si alguno quería contar la historia de
Caperucita Roja. Las niñas señalaron a un niño. Los niños señalaron a una niña. «Ahora -pedí, después que un pobre crío me explicase la historia de Caperucita, no cómo se la
habría explicado su abuelita, sino como aprendida en una insulsa lección de gramática-; ahora decidme una palabra cualquiera.» Como era lógico no sabían qué quería decir
«cualquiera». Lo tuve que explicar. Al final alguien me dijo: «caballo». Ya podía explicar la historia de Caperucita, que en el bosque encuentra un caballo, y llega a casa de la abuelita antes que el lobo... Entonces me dirigí a la pizarra y escribí, en medio de un silencio lleno de expectación: «niña», «bosque», «flores», «lobo», «abuela», «helicóptero»... Me volví, y
ya no hacían falta más explicaciones. Los más listos habían comprendido el juego y levantaban la mano. Nació una historia, contada a varias voces, en que el lobo, mientras
llama a la puerta de la casa de la abuelita, es sorprendido por el helicóptero de la policía de carreteras. «¿Pero qué hace? ¿Qué quiere ese tipo?», se preguntaban los agentes de tráfico, y descendían en picado, haciendo escapar al lobo en dirección al cazador... Se
podría discutir sobre el contenido ideológico de la nueva versión, pero creo que no es el caso. Es más importante lo que se puso en movimiento aquel día. Sé que en más de una ocasión, en adelante, esos niños habían de pedir a su maestro volver a jugar al juego de
Caperucita y las palabras sueltas: habían descubierto el placer de inventar. Un experimento de invención es bello cuando divierte a los niños que lo realizan, aunque para llegar a este
fin (el niño es el fin) se infrinjan las reglas de ese mismo juego.