cavero, g. - pedro muñiz, obispo de león (1205-1206) y arzobispo compostelano (1207-1224)

ESTUDIOS EN HOMENAJE AL PROFESOR

EMILIO CABRERA

Ricardo Córdoba de la Llave

José Luis del Pino García

Margarita Cabrera Sánchez

(Coords.)

ESTUDIOS EN HOMENAJE AL PROFESOR

EMILIO CABRERA

ESTUDIOS EN HOMENAJE AL PROFESOR EMILIO CABRERA

Ricardo Córdoba de la Llave, José Luis del Pino García y Margarita Cabrera Sánchez (coords.)

© De los Autores

© SERVICIO DE PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA, 2015Campus de Rabanales. Ctra. Nacional IV, km 396. 14071 CÓRDOBATlfno.: 957 21 21 65. Fax: 957 21 81 96www.uco.es/publicaciones [email protected]

Esta obra ha sido editada con la colaboración del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura y con la del Grupo de Investigación HUM 128 del Plan Andaluz de Investigación Meridies

Imagen de cubierta: Privilegio emitido en Valladolid, a 5 de febrero de 1258, y conservado en el Archivo Municipal de Córdoba, por el que el monarca Alfonso X permuta con el concejo de Córdoba la villa de Poley por la de Cabra.

I.S.B.N.: 978-84-9927-166-8 (Universidad de Córdoba)

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Estudios en homenaje al profesor Emilio Cabrera / Ricardo Córdoba de la Llave, José Luis del Pino García, Margarita Cabrera Sánchez (coords). — Córdoba : Universidad de Córdoba, Servicio de Publicaciones, 2015

616 p. : il. ; 24 cm ISBN 978-84-9927-166-8 (Universidad de Córdoba)ISBN 978-84-7723-965-9 (Universidad de Extremadura) DL CO-86-20151. Cabrera, Emilio – Homenajes 2. España – Historia – 0414-1474

(Edad Media) 3. Civilización medieval I. Cabrera, Emilio, homenaj. II. Córdoba de la Llave, Ricardo, coord. III. Pino García, José Luis del, coord. IV. Cabrera Sánchez, Margarita, coord. V. Universidad de Córdoba. Servicio de Publicaciones, ed. VI. Universidad de Extremadura. Servicio de Publicaciones

946.0”0414-1414”:061.75

ÍNDICE

PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

CURRÍCULUM VÍTAE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

CARLOS DE AYALA MARTÍNEZ

El obispo Pedro Suárez de Deza. Política y teología a finales del siglo XII . . 35

MERCEDES BORRERO FERNÁNDEZ

Redes familiares y política económica de la oligarquía sevillana: el caso de unos linajes de veinticuatros y jurados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

MARGARITA CABRERA SÁNCHEZ

Las fundaciones piadosas de la familia señorial de Fernán Núñez a finales de la Edad Media . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

JUAN BAUTISTA CARPIO DUEÑAS

Escándalos, alborotos, bandos y parcialidades.Los conflictos políticos de la segunda mitad del siglo XV y su incidencia en el mundo rural cordobés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

JUAN CARRASCO PÉREZ

Crédito judío, deuda y morosidad en Navarra: cartas tornadas o quenaces (1329-1349) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

GREGORIA CAVERO DOMÍNGUEZ

Pedro Muñiz, obispo de León (1205-1206) y arzobispo compostelano (1207-1224) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

ANTONIO COLLANTES DE TERÁN SÁNCHEZ

La fiscalidad concejil sobre el pescado en la Sevilla bajomedieval . . . . . . . 123

RICARDO CÓRDOBA DE LA LLAVE

Técnicas de soldadura de metales según recetarios italianos de los siglos XV y XVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

JOHN EDWARDS

Córdoba and Oxford: the life and work of Lorenzo Lucena (1807-1881), priest, teacher and translator . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151

JOSÉ MANUEL ESCOBAR CAMACHO

La «casa de la Aduana» de Córdoba en los siglos bajomedievales . . . . . . . 161

MARÍA TERESA FERRER I MALLOL

El comercio entre la Corona catalano-aragonesa y Castilla en tiempos de guerra (1286-1304) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169

ALFONSO FRANCO SILVA

Armas y pertrechos militares de tres fortalezas de los Ponce de León en los umbrales del siglo XVI: Chipiona, Rota y Casares . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181

MANUEL GARCÍA FERNÁNDEZ

La organización social de la banda morisca: la villa de Estepa y su espacio fronterizo en tiempos de Alfonso XI, 1312-1350 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205

MARÍA DEL CARMEN GARCÍA HERRERO

El banquete de Herodes y Herodías de Pedro García de Benabarre, disimetría visual y sonora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213

MARÍA ESTELA GONZÁLEZ DE FAUVE

Dolor del cuerpo, dolor del alma. Algunas reflexiones en la España medieval y comienzos de la modernidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221

MANUEL GONZÁLEZ JIMÉNEZ

San Fernando en Sevilla. La refundación de la ciudad. . . . . . . . . . . . . . . 237

CÉSAR GONZÁLEZ MÍNGUEZ

A propósito del itinerario y regesta de Fernando IV de Castilla (1295-1312): consideraciones previas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249

RICARDO IZQUIERDO BENITO

Los espacios sagrados en las Partidas: iglesias y cementerios . . . . . . . . . . 255

MIGUEL ÁNGEL LADERO QUESADA

Rafael Altamira: historia y sociedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269

CARLOS LALIENA CORBERA

Tradiciones familiares de guerra santa. Linajes aristocráticos y conquista feudal en los siglos XI y XII en Cataluña, Aragón y Castilla . . . . . . . . . . . . 279

JOSÉ ENRIQUE LÓPEZ DE COCA CASTAÑER

El «otro» en la crónica de Andrés Bernáldez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293

GLORIA LORA SERRANO

La fundación del monasterio de San Vicente de Plasencia. La tumba del poder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307

ANTONIO MALPICA CUELLO

Economía rural y arqueología del paisaje en un territorio fronterizo del reino de Granada. El altiplano de Baza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329

ISABEL MONTES ROMERO-CAMACHO

Poder real y fiscalidad eclesiástica en los orígenes del estado moderno. La contribución de la iglesia sevillana a la hacienda real de Castilla, desde Alfonso X a Pedro I (1252-1369). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347

ANA MORENO MORENO

Documentos medievales del oficio de tejedores de Córdoba . . . . . . . . . . . 367

ENCARNACIÓN MOTOS GUIRAO

En torno a la cultura del agua en Constantinopla: aprovisionamiento, funciones y usos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377

BLANCA NAVARRO GAVILÁN

La asistencia sanitaria en la Córdoba bajomedieval: el caso del hospital de San Lázaro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389

RAFAEL G. PEINADO SANTAELLA

El soto de Roma en el paso del dominio nazarí al castellano . . . . . . . . . . . 405

JAVIER PÉREZ-EMBID

En el entorno rural de la Córdoba cristiana: el pago de El Tablero de la Arruzafa (siglos XIII-XIX) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 413

JOSÉ LUIS DEL PINO GARCÍA

Usurpaciones de bienes realengos en Córdoba durante la segunda mitad del siglo XV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 431

Mª CONCEPCIÓN QUINTANILLA RASO

Expansionismo señorial, conflictos y política regia en los dominios nobiliarios cordobeses bajo los Reyes Católicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 467

MANUEL ROJAS GABRIEL

¿La amnesia sobre la batalla? Nitardo y el choque campal de Fontenoy (841) 481

FRANCISCO RUIZ GÓMEZ

Córdoba hace mil años. Cuando el califato de los Ban Omeya de Al-Ándalus llegó a su fin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 501

JOSÉ Mª RUIZ POVEDANO

La «ciudad alta» de Antequera: la implantación del modelo de ciudad castellano [1487-1518] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 521

JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO

Las bibliotecas del Colegio de Santo Tomás de Aquino y del convento de San Pablo de la orden dominica en la ciudad de Sevilla . . . . . . . . . . . . . . 545

RAFAEL SÁNCHEZ SAUS

Antigüedad, riqueza y parentesco: criterios de jerarquización de las élites concejiles del siglo XIV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 573

CRISTINA SEGURA GRAIÑO

Las ordenanzas de Morón de la Frontera ¿preocupación ecológica en la Edad Media? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 585

Mª ISABEL DEL VAL VALDIVIESO

El riego en los fueros castellanos medievales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 593

LUIS RAFAEL VILLEGAS DÍAZ

La taberna en la Edad Media: espacio comercial, espacio social . . . . . . . . 603

111

PEDRO MUÑIZ, OBISPO DE LEÓN (1205-1206) Y ARZOBISPO COMPOSTELANO (1207-1224)


Instituto de Estudios Medievales. Universidad de León

Tras veinticuatro años de gobierno episcopal en la sede legionense, Manrique de Lara moría el 18 de febrero de 1205, según el obituario catedralicio correspondiente.1 Su sucesor fue el deán de la iglesia legionense, Pedro Muñiz, quien aparece como electo en los meses centrales de 1205. En ella tomó posesión, poco tiempo después, y figura como su obispo durante todo el año 1206. Su traslado se produjo, como consecuencia de su nombramiento como arzobispo para la sede compostelana, a comienzos de 1207, quedando vacante de nuevo la sede de León. Por ello fue obispo legionense durante muy poco tiempo. En la sede compostelana permaneció hasta su fallecimiento, en 1224.

I. Pedro Muñiz, obispo de León

López Ferreiro lo hace de origen gallego y arcediano de Santiago en la misma fecha en que era deán de la catedral de León. Así se expresa: «Dicen generalmente que D. Pedro Muñiz fue natural de San Félix de Brión, en la Amaia. Lo cierto es que en esa comarca y precisamente en la parroquia de Brión», tenía propiedades.2 Marta González ha publicado un sencillo árbol genealógico del que fuera arzobispo compostelano.3 Éste tenía dos hermanas, antecesoras de futuros canónigos de la iglesia compostelana.4

Como deán de la catedral legionense fue conocido como «magistro Petro Munioni»; y su confirmación decanal, en 1203, fue otorgada por el pontífice Inocencio III.5 Al mismo tiempo era arcediano en la iglesia compostelana, según López Ferreiro, quien aclara que «entonces ya comenzaba a ser compatible la pluralidad de beneficios en una misma persona».6 Esto explica que se mantuviera en contacto con su iglesia de origen, de la que seguía formando parte.

1 Cf. HERRERO JIMÉNEZ, M., Colección Documental de la Catedral de León. Obituarios medievales, León, 1994, p. 336.2 LÓPEZ FERREIRO, A., Historia de la A. M. Iglesia de Santiago de Compostela (=Historia), Santiago, 1902, edición

facsimilar, Santiago de Compostela, 1983, tomo V, p. 46.3 Cf. GONZÁLEZ VÁZQUEZ, M., El arzobispo de Santiago, una instancia de poder en la Edad Media (1150-1400),

Santiago de Compostela, 1996, p. 396.4 En el palacio arzobispal compostelano existe un retrato decimonónico de Pedro Muñiz, en cuya parte inferior se

constata igualmente su procedencia. Ha sido publicado en la obra Ceremonial, fiesta y liturgia en la catedral de Santiago, Santiago 2011, p. 87.

5 Cf. DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ, S., Documentos pontificios referentes a la diócesis de León (siglos XI-XIII), León, 2003, doc. 112.

6 LÓPEZ FERREIRO, A., Historia, tomo V, p. 48.

112


Pero es fundamentalmente a través del canónigo isidoriano santo Martino como ha trascendido la fama del deán Pedro Muñiz, ya que el milagro que sobre él hizo el santo ha quedado recogido en los milagros martinianos/isidorianos: fue curado de unas fiebres cuartanas.7 El relator aclara que, cuando lo pone por escrito, Pedro Muñiz es ya arzobispo compostelano.

En el relato se señala que padecía fiebre cuartana y fue a visitar a santo Martino «… y comenzó a platicar con él en las cosas de la Sagrada Escritura, y duró entre ellos la disputa hasta hora de vísperas, y como el deán era gran letrado, y vio que no podía sobrepujar al santo varón en cosa alguna, comenzó a proponer contra él ciertos silogis-mos y argumentos fingidos de lógica y filosofía. Como aquello vio Santo Martino, díjole así: Déjate, deán, déjate de eso, que la falsedad luego busca rincones donde meterse, y en esto comenzó a tomarle la fiebre cuartana al deán…».8 Enfermedad, arrepentimiento, conversión y milagro para dar al deán su salud, por supuesto a petición de santo Martino, pero invocando al gran protector y titular de la canónica isidoriana, san Isidoro. Tras el milagro de la curación, el deán Pedro se convirtió en fervoroso seguidor de Martino y, claro está, valedor del propio San Isidoro: «Y después el dicho deán hizo una muy retó-rica y elegante homilía ensalzando gloriosamente los loores y excelencias del confesor de Jesucristo, San Isidro».9 Creemos que podría tratarse del texto estudiado por P. Hen-riet a partir de una copia hallada en el archivo catedralicio de Toledo.10 Precisamente Lucas de Tuy, aludiendo a la citada homilía isidoriana de Pedro Muñiz, se refiere a él como «gran varón en ciencia», y señala «que Sant Isidro por excelencia se puede decir, el que trajo la Ley de Christo, y que fue Apostolo despues de los Apostolos de Christo».11

Su elección como obispo se produjo en el seno capitular de León en el mes de mayo de 1205.12 Entre mayo y julio de 1205 se habla de «electum Legionensem», sin especificar el nombre.13 Así un documento original del fondo catedralicio legionense, datado el 3 de julio de 1205, registra una compositio, sobre una heredad en León, en la que simplemente se señala «domnus electum legionensem».14 Pasado el verano de dicho año, en el mes de septiembre, se nos da el nombre y su condición de electo: «Petrus Moniiz, electus Legionensi sede».15 Incluso en dicho mes ya aparece sin el calificativo de electo: «Episcopus Legionensis, Petro Muniz».16

7 Cf. LUCAS DE TUY, Milagros de San Isidoro, trad. de J. de Robles (1525), ed. de A. Viñayo y J. M. Martínez, León, 1992, p. 111.

8 Ibidem.9 Ibidem.10 HENRIET, P., «Un texto hagiográfico desconocido sobre San Isidoro, escrito por Pedro Muñiz a finales del siglo

XII», curso de verano de San Isidoro, 2012, sin editar.11 RISCO, M., España Sagrada, Madrid, 1786, ed. fac. León, 1980, t. XXXV, p. 279. 12 EUBEL, C., Herarchia Catholica Medii Aevi, MDCCCCXIII, vol. I, p. 199. Recoge también lo que señala GAMS,

P. B., que Pedro Muñoz, que había sido electo, fue nombrado en mayo de 1205 y luego llevado a Santiago de Compostela, en Series episcoporum ecclesiae catholicae, p. 41.

13 M. Risco recoge una «escritura del hospital de S. Lázaro de la misma ciudad, que se guarda al presente en el de S. Antón. Martin Esteban, con su mujer María Thomé, hacen por ella donación à dicho hospital de unas casas…», en el mes de junio de 1205. España Sagrada, vol. XXXIV, Madrid, 1786, p. 279.

14 FERNÁNDEZ CATÓN, J. M., Colección documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230), VI (1188-1230), León, 1991(=CCL), doc. 1.782. Creemos que está mal datado el doc. 1.783, del mismo fondo, fechado en el mes de septiembre de 1205, que menciona «Domno Roderico in Legione existente episcopo».

15 BURÓN CASTRO, T., Colección documental del monasterio de Gradefes (1064-1299) (= CDGradefes), vol. I., León, 1998, docs. 287, 288, 289, 290.

16 FERNÁNDEZ FLÓREZ, J. A. y HERRERO DE LA FUENTE, M., Colección Documental del monasterio de Santa María de Otero de las Dueñas, II (1109-1300), León, 2005, doc. 396.

113

PEDRO MUÑIZ, OBISPO DE LEÓN (1205-1206)

Permaneció en su sede durante todo el año 1206,17 pero debió de abandonarla en los primeros días de 1207, puesto que en el mes de febrero ya figura en la sede de León «Pelagius Petri».18 Fue, por lo tanto, obispo de la sede legionense entre 1205 y comien-zos de 1207, un periodo inferior a dos años.19

Al referirse a él, la documentación registra frecuentemente la utilización del tra-tamiento don y/o magistro. Y, como ya Lucas de Tuy indicó, era hombre de ciencia y escritor. Cuando el obituario catedralicio legionense recoge su fallecimiento, se señala que había sido obispo de León y Compostela, y que para que se celebrase su aniversario, el arcediano legionense Nuño, «alumpnus eius», dio 5 morabetinos y otras rentas.20 Curiosamente el citado arcediano fue después obispo de León, Nuño Álvarez, y tuvo cierta influencia en la planificación estructural de la catedral gótica de León.21

Fernández Catón le adjudica la constitución sobre la obligación «de que si algún canónigo del cabildo es elevado a la dignidad episcopal, haga entrega al cabildo de cien sueldos; en esta misma constitución se establecen ciertas normas de régimen interno del cabildo; es, hasta ahora, la primera constitución, que se halla en la documentación, que regule el hábito y estancia de los capitulares en coro».22

Siendo obispo de León, Pedro Muñiz desarrolló una intensa actividad al lado de Alfonso IX. Lo encontramos, por ejemplo, confirmando en el tratado de paz, firmado en Cabreros, entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León, en 26 de marzo de 1206.23 Y confirma en muchos de los privilegios de Alfonso IX como «Petro, IIII compostelano archiepiscopo».24

II. Arzobispo compostelano

Un privilegio de Alfonso IX, datado el 9 de agosto de 1206 en León, recoge, en las confirmaciones, cómo la iglesia compostelana estaba vacante mientras en la leonesa registra al obispo Pedro.25 A comienzos de 1207, Pedro Muñiz se trasladó a la sede compostelana, donde permanecería hasta 1224. En el Registro Vaticano no consta su nombramiento como arzobispo compostelano, ni tampoco conocemos si fue consagrado en Roma. Es poco conocida su trayectoria episcopal, hasta el punto de que Richard A. Fletcher, por ejemplo, señala que su arzobispado dejó pocas huellas y que simplemente continuó la labor iniciada por sus predecesores, eso sí, con bastante éxito; pero los días

17 Cf. DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ, S., Colección documental del monasterio de Santa María de Carbajal (1093-1461) (=CDCarbajal), León, 2000, doc. 88, datado en 1206, diciembre.

18 «Existente in sede Sancte Marie Pelagius Petri», CDGrafedes, doc. 296, datado en febrero de 1207. Véase también CDCarbajal, doc. 89.

19 Cf. POSADILLA, J. DE D., Episcopologio Legionense, vol. II, León, 1899, pp. 21-25.20 HERRERO JIMÉNEZ, M., ob. cit, p. 323, nota 130.21 HERRÁEZ ORTEGA, M. V., «La construcción del templo gótico», en La Catedral de León en la Edad Media, León,

2004, pp. 164-165.22 CCL, p. XVIII.23 Cf. Ibidem, doc. 1786. Curiosamente, entre los confirmantes leoneses, tras el arzobispo compostelano, que

encabeza, confirma «Petrus Legionis episcopus».24 GARCÍA TATO, I., Las encomiendas gallegas de la orden militar de San Juan de Jerusalén. Estudios y edición

documental, Santiago de Compostela, 2004, docs. 59 y 60. Véase también Tumbo B de la Catedral de Santiago (=Tumbo B), ed. de M. T. González Balasch, Santiago, 2004, doc. 47, en la confirmación de Alfonso IX a la iglesia compostelana de San Lorenzo.

25 Cf. CCL, doc. 1.790.

114

heroicos de la sede compostelana, especialmente de Diego Gelmírez, habían quedado atrás.26

Relaciones con Roma

Especialmente debemos detenernos en sus relaciones con Inocencio III (1198-1216) y Honorio III (1216-1227). Ya, en 1207, la iglesia compostelana obtuvo bula del primero condenando a cuantos fabricasen falsas insignias en el Camino de Santiago, aludiendo evidentemente a las conchas.27

En 1219, Honorio III absolvió al arzobispo Pedro de Compostela de la obligación de celebrar anualmente concilios provinciales;28 lo que es interpretado por P. Linehan como uno más de los hechos que hablan de la poca eficaz gestión pontificia.29

No se sabe si Pedro acudió al IV Concilio Lateranense, en 1215; o si envió una delegación. Fletcher señala que sí estuvo presente, junto con los obispos de Oviedo, Astorga, Orense, Ciudad Rodrigo y, tal vez, el de Mondoñedo.30 Se apoya, para su afirmación, en el trabajo de F. J. Rivera sobre los hispanos asistentes a la reunión con-ciliar.31 Pero ciertamente la documentación no permite hoy asegurar su presencia en la citada asamblea conciliar.

Lo cierto es que sí intervino en la gestión de la cruzada. En palabras de Linehan, «…todos los representantes españoles en el concilio de 1215 solicitaron ayuda econó-mica, cum quanta potuerunt instantia, en la forma de concesión de indulgencias de la cruzada a quienes lucharan en el frente español. Este fue el único punto en el que D. Rodrigo de Toledo contó con el apoyo del arzobispo de Compostela».32

Roma utilizó también a los arzobispos de Compostela y Toledo para la lucha anti-islámica y mejorar las relaciones entre Alfonso IX y Alfonso VIII de Castilla: búsqueda de la paz, cooperación en la cruzada y unión militar.33

Relaciones con la monarquía

Fueron habituales con Alfonso IX y excepcionales con Fernando III. Alfonso IX traspasó dominios jurisdiccionales y derechos que permitieron a la iglesia de Santiago consolidar su patrimonio. Y ello, especialmente, para premiar a los arzobispos com-postelanos; en el caso de Pedro Muñiz, sumaba fidelidad y prestigio. Un análisis de las donaciones regias lo evidencia.

A comienzos de 1208, Alfonso IX exime de pecho, fonsadera, pedido, exacción de bestias y calzas, a los vasallos de Pedro, arzobispo compostelano, entre el Esla y la

26 Cf. FLETCHER, R. A., The Episcopate in the Kingdom of León in the Twelfth Century, Oxford, 1978, p. 60.27 Cf. MANSILLA REOYO, D., La documentación pontificia hasta Inocencio III (965-1216), Roma, 1955, doc. 392.28 Cf. Tumbo B, doc. 278. 29 Cf. LINEHAN, P., La Iglesia española y el papado en el siglo XIII, Salamanca, 1975, p. 1530 Cf. FLETCHER, R. A., ob. cit., p. 205.31 Cf. RIVERA, F. J., «Personajes hispanos asistentes en 1215 al IV Concilio de Letrán», Hispania Sacra, IV, 1951,

pp. 335-355.32 LINEHAN, P., ob. cit., p. 5, nota 23. Carta del obispo Soeiro de Lisboa y otros a Honorio III, otoño de 1217,

remitiendo a D. Mansilla en Registro Honorio III, ap. I, 7.33 Inocencio III, por ejemplo, en 1211. Véase GONZÁLEZ, J., Alfonso IX, Madrid, 1944/45, vol. I, p. 141.


115

Transierra, en una clara intención repobladora, que favorecía al señorío compostelano en la Transierra leonesa.34

En febrero de 1208, Alfonso IX da a la catedral compostelana y a don Pedro, «reverendo archiepiscopo», veinte aranzadas de viña y otras para plantar en Valdelupa, en Toro,35 que amplía poco tiempo antes de la desaparición de Pedro Muñiz, a finales de 1223.36 La preocupación por el abastecimiento de vino para la iglesia compostelana le lleva a entregarle también, en 1221, la décima parte de las viñas de A Quinza.37 Se tra-taba, pues, de viñedo próximo y más alejado: eran vinos tintos de Toro y vinos blancos gallegos (en Ribadavia, por ejemplo).38 Para consolidar las propiedades, el vino, en tie-rra de Toro, Alfonso IX y sus hijas, Sancha y Dulce, entregan al cabildo compostelano, en 1223, una plaza en Toro, con el fin de que construyan iglesia y casas.39

Los arzobispos compostelanos tenían casas en la ciudad de León: el concejo de la ciudad recibía 30 mrs. anuales por derecho de vecindad.40 Siendo ya arzobispo com-postelano, en 1208, marzo, 1, Alfonso IX le concede la facultad para poblar un huerto «iuxta murum exterius de Legione».41

Una de las líneas políticas alfonsinas más activas fue la fundación de pueblas y burgos para consolidar la repoblación de las tierras interiores y la dinamización económica. En esta línea está la creación portuaria de La Coruña, realizada en 1208, a partir del burgo de Faro, ya creado por Fernando II.42 Para compensar a la iglesia compostelana, que tenía intereses en el citado burgo, Alfonso IX, en junio de 1208, concedió a la catedral de Santiago cien marcas anuales en el portazgo de La Coruña, todas las iglesias y diez sueldos en esta población, como compensación por las pérdidas sufridas al repoblarla: rentas de gran importancia que quedaban bajo el control de la mayordomía compostelana.43 En 1211 da a la catedral de Santiago trescientos maravedís anuales para el refectorio de los canónigos;44 lo que implica la separación de las mesas capitular y episcopal, que, como señala M. González Vázquez, no se sabe exactamente cuándo comenzó.45

En los primeros meses de 1209, Alfonso IX entrega a la iglesia de Santiago «et vobis archiepiscope domne Petre quarte», los lugares de Toupinos y Busteliño, que habían sido dados por Arias Peláez.46 Estas poblaciones, junto a Busmayor, estaban en la zona villafranquina, hacia el oeste berciano, ya cerca de las tierras gallegas.

En 1209, Alfonso IX cambia con la iglesia de Santiago el castillo de Atalaya de Pelayo (Cáceres) por el de San Jorge, en el monte Pindo, y por voluntad del maestre y

34 Cf. Ibidem, pp. 305-306.35 Cf. Tumbo B, doc. 31. Véase también La documentación del Tumbo A de la Catedral de Santiago de Compostela.

Estudio y edición de M. Lucas (=Tumbo A), León, 1997, doc. 151.36 Cf. Tumbo B, doc. 36.37 Cf. Ibidem, doc. 224.38 Cf. Archivo de la Catedral de Santiago de Compostela, Tumbo C, fol. 198.39 Cf. GONZÁLEZ, J., ob. cit., pp. 550-551 y Tumbo B, pp. 521-523.40 Cf. GONZÁLEZ VÁZQUEZ, M., ob. cit., p. 54, especialmente nota 130.41 Tumbo B, doc. 6 y Tumbo A, doc. 152.42 Cf. GONZÁLEZ, J., ob. cit., vol. II, doc. 232. Véanse las precisiones que hace al respecto BARREIRO SOMOZA, J.,

El señorío de la Iglesia de Santiago de Compostela (siglos IX-XIII), La Coruña, 1987, p. 394.43 Cf. Tumbo B, doc. 93 y Tumbo A, doc. 145.44 Cf. Tumbo B, doc. 177 y Tumbo A, doc. 153.45 Cf. GONZÁLEZ VÁZQUEZ, M., ob. cit., pp. 23-24, y nota 4.46 Tumbo B, doc. 43 y Tumbo A, doc. 150.


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capítulo de la milicia de Santiago toda la heredad de Quintanilla, entre La Bañeza y San Martín de Torres.47 Y, en 1214, Alfonso IX da a la iglesia de Santiago la tierra de Abean-cos, Serantes, Mellid y el monasterio de Toques a cambio del castillo de San Jorge: «do Deo et beato Iacobo, patrono meo, et vobis domne Petre quarte, archiepiscope Compostellane».48 La tierra de Abeancos fue entregada en feudo por el arzobispo a Gon-zalo Núñez de Lara, quien expresamente señala que se le está recompensando por sus gestiones en la corte regia a favor del arzobispo Pedro Muñiz.49 Pero, sin duda, lo que resultaba más atractivo era el núcleo de Mellid, situado en pleno Camino de Santiago, y uno de los burgos que más se desarrollarían. De hecho los arzobispos compostelanos buscaron siempre adquirir puntos estratégicos de la Ruta Jacobea, que en algunos casos utilizaban incluso en sus constantes desplazamientos hacia la corte regia, hacia tierras meridionales o hacia el ámbito ultrapirenaico, incluida Roma.50

En 1215 Alfonso IX comunica a «domnus Petrus IIII, compostellanus archiepis-copus», su resolución de que sus hombres puedan pasar a la tierra de Santiago y los vasallos de ésta a la de aquél, con algunas condiciones.51

Calificando de «dilecto et fidelissimo suo Petro», Alfonso IX entrega a Santiago y su arzobispo Pedro el diezmo de las marcas que le correspondían en la ciudad de Santiago, con el encargo de sustentar un capellán.52

La villa berciana de Cacabelos pertenecía al señorío compostelano. En sus inme-diaciones estaba el Castro de la Ventosa, que Alfonso IX trató de repoblar en la primera década del siglo XIII. De ello se derivaban perjuicios, entre otras instituciones, para la iglesia compostelana y para el monasterio berciano de Carracedo. Por ello, en los primeros meses de 1209, el monarca concede a la catedral compostelana la mitad de los tributos de dicho castro, a lo que añade tres iglesias y otros beneficios, para compensar por los perjuicios derivados de la citada repoblación del Castro Ventosa.53 Le entrega también la iglesia de Villagroy, cercana a Villafranca del Bierzo.54 La Iglesia Compos-telana, Pedro Muñiz, buscaba compensar, pero también salvaguardar los derechos de su villa de Cacabelos, muy próspera, y una de las buenas villas jacobeas bercianas. Real-mente la repoblación del Castro Ventosa acabaría por fracasar poco tiempo después.

En 1210, el monarca concede al arzobispo compostelano hacer una población en Rañalonga, en el lugar llamado Coruña;55 en el otoño de 1212, el monarca entrega a la iglesia compostelana la heredad de Fonte de Ferros.56

En 1215, Alfonso IX da a la iglesia de Santiago y a «domne Petre quarte, Compostellane archiepiscopus», la tierra de Valcárcel con sus derechos, excepto el

47 Cf. Tumbo A, doc. 147 y Tumbo B, doc. 71. La citada heredad es entregada por voluntad y consenso del maestre y capítulo de la orden militar de Santiago. De hecho, el doc. 87 (Tumbo B) y el 147 (Tumbo A) recogen, en 1209, mayo, 4, la entrega de la villa de Quintanilla a la iglesia de Santiago por el maestre santiaguista Fernán González.

48 Tumbo B, doc. 9.49 Cf. Ibidem, doc. 27. 50 Véanse, al respecto, las consideraciones de GONZÁLEZ VÁZQUEZ, M., «Los viajes de los arzobispos compostelanos

(siglos XII-XV)», en Viajes y viajeros en la España Medieval, Aguilar de Campoo-Madrid, 1977, pp. 352 y ss.51 Tumbo B, doc. 18.52 Ibidem, doc. 59.53 Cf. Ibidem, doc. 62 y Tumbo A, doc. 148.54 Cf. Tumbo A, doc. 149.55 Cf. GONZÁLEZ, J., ob. cit., I, pp. 359.56 Cf. Tumbo B, doc. 70.


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portazgo.57 Quizás lo más llamativo, por supuesto después de la tierra Vallis Carceris, es cómo señala que Pedro IV ha sido arzobispo compostelano, según el monarca, «ad instanciam meam consecratis», que puede ser interpretado como la injerencia regia en las elecciones episcopales.58

En 1216 el citado monarca acota las villas de Arcos y Arquilinos a favor de la catedral de Santiago, para la que las confirma a continuación;59 y, en 1218, protege los cotos compostelanos de Abegondo, San Fiz y otros, propiedad de dicha iglesia.60

En cuanto a Fernando III, siendo rey de Castilla, además de confirmar los votos de Santiago, en 1218 exime de fonsado y todo tributo regio a la villa de Ledigos, a favor del arzobispo compostelano, don Pedro, y señala: «cuius devotionem et affectum circa nos et negocia nostra invenimus utilem et habemus acceptum», aludiendo a que la citada villa había sido entregada por su abuelo, Alfonso VIII.61

A. Arranz ha analizado la presencia episcopal en las cortes castellanoleonesas, y, en concreto, señala la participación de Pedro Muñiz en las cortes de León del año 1208: al referirse a los quebrantadores de la paz en las iglesias, el arzobispo estaba presente en la citada asamblea.62 Esto, como bien señala, era fruto de la proximidad de los obispos a la corona. La citada autora, citando a F. Fita, analiza también el papel de las mitras en las llamadas y cuestionadas Cortes de Toro de 1216, cuando Alfonso IX de León y Enrique I de Castilla decidieron implicar a Roma en el pacto de conformidad entre ambos reinos habido en la reunión de la Asamblea: los prelados serían garantes de dicha paz, habili-tando excomunión y entredicho para el incumplidor. Enumera, entre los prelados, por parte del monarca leonés, y en primer lugar, al arzobispo compostelano Pedro Muñiz; lo que le identifica como hombre de poder en la política del reino, muy cercano a la corte de Alfonso IX.63

El arzobispo y su iglesia

Hacemos referencia, en primer lugar, al otorgamiento del villazgo que realizó a favor de distintas poblaciones pertenecientes al señorío de Santiago: les otorgaba fueros que les permitían convertirse en villas realengas;64 y, en segundo, a la consolidación de la separación entre mesa episcopal y mesa capitular, delimitando y ampliando el patrimonio del cabildo. De hecho, en 1214, le concede la mitad de la iglesia de San Julián de Arnois, con sus viñas, a lo que añade una viña que él había plantado en Caldas de Rey y su heredad en villa Linares (Liñares, San Fiz de Brión).65 Defiende también al cabildo ante las injerencias del concejo compostelano: en 1223 hubo un enfrentamiento

57 Ibidem, doc. 149. Aparece repetido en el tumbo (doc. 184).58 Véase PÉREZ RODRÍGUEZ, F. J., La Iglesia de Santiago de Compostela en la Edad Media: el cabildo catedralicio

(1110-1400), Santiago, 1996, pp. 174 y ss. Se refiere a Pedro Muñiz en la p. 176.59 Cf. Tumbo B, docs. 154 y 155.60 Cf. Ibidem, doc. 202.61 Ibidem, doc. 169.62 Cortes, I, p. 47, citado por ARRANZ GUZMÁN, A., «Reconstrucción y verificación de las cortes castellano-leonesas:

la participación del clero», En la España Medieval, 13, 1990, p. 45.63 Cf. Ibidem, p. 47.64 Véase, con carácter general, LÓPEZ ALSINA, F., coor., Alfonso IX y su época. Pro utilitate regni mei, La Coruña,

2008.65 Cf. LÓPEZ FERREIRO, A., Historia, vol. V, doc. 10. Procede del Tumbo C.


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entre el concejo, de una parte, y el deán y cabildo de Santiago, de otra, sobre la venta de vino. La querella fue presentada ante Pedro Muñiz y posteriormente llevada ante el tribunal de apelación de Alfonso IX, es decir, al Liber.66 La creciente actividad y poder municipal ha de sumarse también a otras amenazas procedentes del ámbito nobiliario, que buscaban la desestabilización de la iglesia compostelana.

Fue gran defensor del voto de Santiago: Pedro Muñiz se querella ante el papa con-tra los templarios, hospitalarios y santiaguistas, en 1206, por el impago del mismo, que era frecuente en todo tipo de instituciones eclesiásticas, incluidas diócesis y mitras.67 Fue una reivindicación y defensa común a la mayor parte de los arzobispos composte-lanos, muy interesados en el voto y lo que significaba de prestigio y poder para la mitra del Apóstol.

Otra cuestión a tener en cuenta es la situación de las reivindicaciones compos-telanas de jurisdicción sobre otras diócesis y los dilatados conflictos, especialmente con Braga y Toledo, que tuvieron como núcleo las disputas territoriales. Inocencio III, confirmando la sentencia de Alejandro III, dio a Santiago de Compostela la jurisdic-ción metropolitana de los obispados de Lisboa y Évora, lesionando los derechos de Braga, que saldría ganando en otras incorporaciones, como la conimbricense.68 Como señala Demetrio Mansilla, «Santiago logró incorporar a su provincia eclesiástica, a finales del siglo XII o principios del XIII, los obispados de Zamora, Lisboa, Évora, Lamego e Idanha».69 Ello supuso la definición metropolitana de la sede, a la que pertenecían también Salamanca, Ciudad Rodrigo, Ávila, Coria, Plasencia y Badajoz: una gran metrópoli, pero dispersa, y, en gran medida, alejada, que definía una nueva provincia eclesiástica. Esto se debió, en parte, a Pedro Muñiz y su buena relación con Inocencio III.70

Finalmente, podemos referirnos al control sobre la gestión de cargos. El caso más ejemplar podemos fijarlo en la pesquisa que mandó realizar, en 1219, para dejar claras las competencias del pertiguero.71

Consagración de la catedral

Dos hechos han de ser tenidos en cuenta. En primer lugar, cómo el 21 de abril de 1211, el obispo Pedro Muñiz consagraba –tal vez sería mejor decir re-consagraba– solemnemente la catedral románica dedicada al apóstol Santiago para celebrar la culmi-nación de las obras del maestro Mateo; y, en segundo, cómo Pedro Muñiz fue sepultado al pie del Pórtico de la Gloria.

66 Cf. GONZÁLEZ, J., ob. cit., I, pp. 542-543.67 Cf. MANSILLA REOYO, D., ob. cit, doc. 333.68 Cf. MANSILLA REOYO, D., doc. 198. Véanse los comentarios que sobre ello hace este mismo autor en su Geografía

Eclesiástica de España. Estudio histórico-geográfico de las diócesis, Roma, 1994, vol. II, pp. 118-119.69 MANSILLA REOYO, D., Geografía Eclesiástica de España…, vol. II, p. 130.70 Cf. GARCÍA ORO, J., coord., Historia de las Diócesis Españolas. Iglesias de Santiago de Compostela y Tuy-Vigo,

Madrid, 2002, pp. 64-65.71 Cf. LÓPEZ FERREIRO, A., Fueros municipales de Santiago y su tierra, Madrid, 1975 (reimpresión), pp. 191-192.

Sobre los pertigueros, véanse las consideraciones y bibliografía al respecto de GONZÁLEZ VÁZQUEZ, M., ob. cit., pp. 211 y ss.


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Señala J. González que fue Alfonso IX el más interesado en la consagración de la catedral y que Pedro Muñiz hubo de complacer los deseos del rey.72 A la ceremonia, además del rey y su hijo el infante Fernando, asistió una buena parte de los prelados y magnates del reino.

Es el mismo Alfonso IX quien recoge la consagración compostelana y la donación que con tal motivo entrega a dicha iglesia, al apóstol Santiago:

Unde apud archiepiscopum eiusdem ecclesie, domnum Petrum quartum, affectuosissimis precibus tamdiu institi quousque, desiderio meo satis-faciens, opus tam arduum est aggressus; et, cooperante Domino et ipso gloriosissimo apostolo, in omnibus previo ac suaviter omnia disponente, supra que spem nostram prosperante omnia, preparatis et expeditis omnibus que tanti difficultas operis exigebat, dedicata est nobilissime cum ingenti gloria et apparatu a predicto archiepiscopo prefata ecclesia coadiuvante pontificum multitudine et inmensa clericorum caterva, me ipso cum filio meo infante domno Fernando et regni mei proceribus ministrante ac turbam undique arcente et in quibus opportebat diligens obsequium impendente.73

Con tal motivo, el monarca le entrega el castillo de Traba y ochocientos estopos de trigo en la villa leonesa de Santa Marina de Órbigo. Años más tarde le entregará la tierra berciana de Valcárcel.

Realmente la celebración se hacía por la culminación de las obras del cierre occidental, tal vez emulando la consagración que hacía más de un siglo había realizado el gran arzobispo Gelmírez. Con tal motivo, señala López Ferreiro, se colocaría una imagen sedente del apóstol Santiago en el altar mayor;74 y testimonio de dicha celebra-ción son las doce cruces de mármol incrustadas dentro de la basílica y ungidas en la conmemoración.75

La catedral consagrada era la catedral llamada a recoger los restos de su arzobispo. En 1222 hay una mención a su petición de renuncia, por motivos de salud, al pontífice Honorio III.76 Esto ha llevado a M. González a preguntarse si pudo haber renunciado y seguir con vida ya que un documento del propio Honorio III, de 1228, lo cita. Creemos que tanto las fuentes compostelanas como las leonesas, que señalan su óbito en los días finales de 1224, anulan la pregunta.77

Murió el 29 de enero de 1224. Desde luego su importancia en la consagración de la catedral compostelana, su presencia en la corte de Alfonso IX, su talla intelectual, lo convirtieron en un importante hombre de su tiempo. Ello se puso de manifiesto en su enterramiento a los pies del Pórtico de la Gloria, cerca del gran protagonista artístico compostelano, el maestro Mateo. En su lápida se lee:

72 Cf. GONZÁLEZ, J., ob. cit., I, p. 134.73 Tumbo B, doc. 261.74 Véase, al respecto, CHAO CASTRO, D., «La concreción litúrgica en el santuario apostólico medieval: prelados y

capitulares como referentes para el corpus ceremonial, ritual y festivo», en Ceremonial, fiesta y liturgia en la Catedral de Santiago, p. 156.

75 Cf. CASTIÑEIRAS, M. A., El Pórtico de la Gloria, Madrid, 1999, pp. 16-17.76 Cf. MANSILLA REOYO, M., La documentación pontificia de Honorio III (1216-1227), Roma 1965, doc. 399. 77 Cf. GONZÁLEZ VÁZQUEZ, M., ob. cit., p. 371.


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COMPOSTELLANUS PRESUL PETRUS IIII FUISTITE DIVINA MANUS PERDUCAT AD DEXTERAM XPISTI

OBIIT DOMINUS PETRUS MUNIZ ARCHIEPISCOPUS III,SUB ERA MCCLXX ET IIII KALENDAS FEBRUARIAS.78

Su sepulcro parece que estuvo próximo al conocido como Santo dos Croques. S. Moralejo descubrió una nota marginal del Codex Calixtinus, datada hacia 1400, que identifica al popular santo con una matrona llamada Compostela: «…de muliere nomine compostela, cuius imago est in poste ad caput Petri Moniz, archiepiscopi».79

Puesto que había ocupado anteriormente la silla legionense, su deceso fue recogido en el obituario leonés, donde figura el 30 de enero.80

III. Intelectual y nigromante

Queremos referirnos brevemente al papel desempeñado por los arzobispos com-postelanos de la primera mitad del siglo XIII en la cultura y el ámbito intelectual de Santiago.81 Ha sido analizado especialmente desde la presencia de los mendicantes en la ciudad, dominicos y especialmente franciscanos. Vázquez Janeiro señala ya cómo «las primeras noticias documentales que poseemos sobre los franciscanos en Compostela nos presentan a estos recibiendo, en diversas remesas, libros prestados de la biblioteca del vecino palacio arzobispal», durante el segundo decenio del siglo XIII.82 La base está en un documento que contiene una relación de préstamo de obras/códices que se encuentra en la Biblioteca Municipal de Marsella, ms. 4, f. 227r, relativas a Sagradas Escrituras y obras eclesiásticas (patrística, teología), gramática y, especialmente, trata-dos de filosofía, astronomía y astrología. Eran las obras que Pedro Muñiz y Bernardo II prestaban a los mendicantes recién asentados en Compostela.83

Lo que se pone de manifiesto es el papel en la vida intelectual leonesa y, más en concreto, de Santiago, iniciada bastante antes, ya en la época de Diego Gelmírez, y prolongada hasta Pedro Muñiz (1207-1224) y Bernardo II (1224-1237), muy vincula-dos a los círculos intelectuales parisinos y boloñeses; y que supieron conectar con los

78 LÓPEZ FERREIRO, A., Historia, p. 72.79 CASTIÑEIRAS, M. A., ob. cit., pp. 22-23, donde explica también la leyenda correspondiente.80 «Et Petrus Muniz, qui fuit episcopus huius ecclesie, postea archiepiscopus Compostellanus, pro cuius

anniuersario domnus Munio, episcopus Legionensis, dedit terciam partem pensionis domorum de Ferraria quas fecit ipse propriis sumptibus». HERRERO JIMÉNEZ, M., ob. cit, p. 323.

81 Como ya señalara J. González, en la misma catedral compostelana se formaron los tres arzobispos que ocuparon la sede durante el reinado de Alfonso IX: Pedro Suárez, Pedro Muñiz y Bernardo. Véase Alfonso IX, I, p. 453.

82 VÁZQUEZ JANEIRO, I., «Los estudios franciscanos medievales en España», en VI Semana de Estudios Medievales: Nájera, 31 de julio al 4 de agosto de 1995, coord. por J. I. de la Iglesia Duarte, J. García Turza y J. A. García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, 1996, p. 46. Véanse también: GARCÍA GARCÍA, A. y VÁZQUEZ JANEIRO, I., «La biblioteca del arzobispado de Santiago de Compostela, D. Bernardo II (+1240)», Antonianum, 61, 1986, pp. 540-568; DE CASTRO, M., «La biblioteca de los franciscanos de Val de Dios, de Santiago (1222-1230)», Archivo Iberoamericano, 53 (1993), pp. 151-62; y DÍAZ Y DÍAZ, M. C., «La escuela episcopal de Santiago en los siglos XI-XIII», Liceo Franciscano, 2ª época, 28, 1975, pp. 183-188.

83 Ha sido publicado varias veces. La primera por HOMONT, H., «Catalogue de la bibliothèque de Bernard II, archevêque de Saint-Jacques-de-Compostelle (1226)», Bibliothèque de l’École de Chartres, 54, 1893, pp. 327-333.


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mendicantes y sus corrientes renovadoras. 84 Pedro Muñiz y Bernardo II se convirtieron en sus protectores y los frailes «comentaban los scripta minora (items 5-7) y el De animalibus (item 41) aristotélicos… y no dejaron de utilizar para la comprensión de Aristóteles los importantes comentarios de Averroes a la Metafísica y al De Anima». 85 Todo ello, en el esperanzador espíritu de renovación intelectual del clero y en la nueva tradición aristotélica. Por todo eso prestaban a los frailes sus libros y los pertenecientes a su biblioteca.

Como ya señalara en su día L. García Ballester, estas novedades de formación y de renovación intelectual estarían plenamente relacionadas con los studia, las escuelas episcopales y, desde luego, no eran únicos en la Compostela de la primera mitad del XIII.86 También pone en relación los círculos intelectuales gallegos de los prelados citados con lo que estaba sucediendo en Castilla respecto a Rodrigo Jiménez de Rada (1210-1247), obispo de Osma, en primer lugar, y después arzobispo de Toledo, y per-sonaje clave en la política, al final de la vida de Alfonso VIII, pero especialmente de Fernando III.

¿Y su caracterización de nigromante? He aquí lo que nos señala López Ferreiro: «La fama póstuma no fue cual correspondía a los méritos de este ilustre Prelado. En tarda edad se le acusó de nigromántico y dado al estudio de la magia...»; 87 y más adelante, para restarle importancia, dice el historiador gallego: «En aquella época no era infrecuente tildar con el calificativo de mago o nigromántico a personas que se dedi-caban a cierta clase de estudios. Esto le sucedió, entre otros varios, al célebre Gerberto, después Silvestre II, y a Alberto Magno».88

Un episcopologio compostelano del siglo XVI, copiado por Amaro González de Vilanova, lo describe así: «El onceno Pedro Moniz, nigromántico, era gallego natural. Dicen que fue a Roma y vino una noche de Navidad, sobre ciertas liçiones que eran obligados a cantar aquella noche un beneficiado ó dignidad de Santiago en Roma: ut multi ayunt. Dicen que está enterrado en bulto de azofar que está en la iglesia mayor ante mi Señora la Preñada, ó en el que está al pie del Pilar de la Trinidad; poco hace al caso». Este episodio, relacionado con la magia, ha sido una firme contribución a su caracterización de nigromante.89

84 Así lo ha puesto de manifiesto, entre otros, GARCÍA BALLESTER, L., «Naturaleza y ciencia en la Castilla del siglo XIII. Los orígenes de una tradición: los studia franciscano y dominico en Santiago de Compostela (1222-1230)», en VI Semana de Estudios Medievales: Nájera, 31 de julio al 4 de agosto de 1995, coord. por J. I. de la Iglesia Duarte, J. García Turza y J. A. García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, 1996, pp. 154 y ss.

85 Ibidem, p. 155.86 Cf. Ibidem, p. 163.87 LÓPEZ FERREIRO, A., Historia, p. 72-73. Comenta este autor que «la fama póstuma no fue cual correspondía a

los méritos de este ilustre Prelado. En tarda edad se le acusó de nigromántico y dado al estudio de la magia. El Reverendísimo P. Gonzaga... dice que por ciertos excesos fue recluido por orden del papa en el convento de San Lorenzo de Santiago».

88 Ibidem, pp. 73-74.89 MURGUÍA, M., «Un episcopologio compostelano del siglo XVI», Boletín de la Real Academia Gallega, VIII, 1913,

nº 69, p. 210.


CON LA COLABORACIÓN DE

E C

Estudios de Historia y Patrimonio de la Edad Media

Grupo de Investigación HUM 128 del Plan Andaluz de Investigación

cavero, g. - pedro muñiz, obispo de león (1205-1206) y arzobispo compostelano (1207-1224)

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