caso el accidente

6
ÉTICA, RESPONSABILIDAD SOCIAL Y TRANSPARENCIA EL ACCIDENTE ¿Bueno? Hola má. Oye, hablo para pedirte un permiso ¿Permiso para qué? Pues mira, estábamos acá cenando en las hamburguesas cuando nos llamó Yoyis para invitarnos a una fiesta en su casa. ¿Vas con Javier y Miguel? Sí, má. Mira, la fiesta es para festejar su cumpleaños. No llegaría muy tarde a casa. ¿Pero te trae Javier, verdad? Sí, má. Bueno, hijo, ándale, ve a tu fiesta. Nada más cuídate mucho, eh. Sí, má, no te preocupes. ¡Gracias! 8 de septiembre - 21:25 hrs. La Sra. Margarita * no se imaginaba que esa noche iba a recibir una de las peores noticias de su vida: su hijo Lalo había muerto en un accidente automovilístico. Lalo tenía apenas 18 años, acababa de terminar la prepa, y tenía poco tiempo trabajando en una farmacia como mensajero. Lalo quería estudiar una licenciatura pero por cuestiones académicas no pudo comenzar ese semestre, de manera que tomó el puesto de mensajero para ganar unos pesos. Esa noche había quedado de cenar con unos amigos de la prepa, y le había hablado a su mamá para pedirle permiso. Siempre había sido un joven responsable. Ahora le decían a Margarita que el cuerpo de su hijo estaba tirado en medio de una avenida. * Todos los nombres y apodos han sido cambiados para proteger las intimidades de los personajes. 1

Upload: itson-cd-obregon-sonora-mexico

Post on 01-Jul-2015

781 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

El presente caso nos introduce al tema de la importancia de la ética en nuestra vida, y de la trascendencia de nuestros actos para nosotros y los demás. El caso nos presenta un hecho real y trágico que nos pone en contexto del actuar ético de la sociedad civil y de las autoridades encargadas de impartir justicia. Se trata del asesinato de un joven de 18 años, víctima de un par de conductores que manejaban en estado de ebriedad. Nos ilustra la odisea de la madre del joven fallecido en busca de justicia, en contraposición con unos padres sumisos ante la injusticia. Y cómo hay dos tipos diferentes de actores sociales, unos que desarrollan los papeles que les corresponden según su puesto, y otros que sólo atienden sus necesidades personales, que suelen ser corruptas.�

TRANSCRIPT

Page 1: Caso El Accidente

ÉTICA, RESPONSABILIDAD SOCIAL Y TRANSPARENCIA

EL ACCIDENTE

— ¿Bueno?

— Hola má. Oye, hablo para pedirte un permiso

— ¿Permiso para qué?

— Pues mira, estábamos acá cenando en las hamburguesas cuando nos

llamó Yoyis para invitarnos a una fiesta en su casa.

— ¿Vas con Javier y Miguel?

— Sí, má. Mira, la fiesta es para festejar su cumpleaños. No llegaría

muy tarde a casa.

— ¿Pero te trae Javier, verdad?

— Sí, má.

— Bueno, hijo, ándale, ve a tu fiesta. Nada más cuídate mucho, eh.

— Sí, má, no te preocupes. ¡Gracias!

8 de septiembre - 21:25 hrs.

La Sra. Margarita* no se imaginaba que esa noche iba a recibir una de las peores

noticias de su vida: su hijo Lalo había muerto en un accidente automovilístico.

Lalo tenía apenas 18 años, acababa de terminar la prepa, y tenía poco tiempo

trabajando en una farmacia como mensajero. Lalo quería estudiar una licenciatura pero

por cuestiones académicas no pudo comenzar ese semestre, de manera que tomó el puesto

de mensajero para ganar unos pesos. Esa noche había quedado de cenar con unos amigos

de la prepa, y le había hablado a su mamá para pedirle permiso. Siempre había sido un

joven responsable. Ahora le decían a Margarita que el cuerpo de su hijo estaba tirado en

medio de una avenida.

* Todos los nombres y apodos han sido cambiados para proteger las intimidades de los personajes.

1

Page 2: Caso El Accidente

ÉTICA, RESPONSABILIDAD SOCIAL Y TRANSPARENCIA

La noticia dejó a Margarita totalmente paralizada. Nada pudo haberla preparado

para un dolor tan grande. ¿Cómo era posible que hacía apenas unas horas le hubiera dicho

a su hijo que se cuidara, y ahora ya nunca más pudiera hablarle? ¿Que había sido un

accidente? ¿Tenía que presentarse a reconocer el cuerpo?

Los hermanitos de Lalo, Laura y José, de 12 y 9 años respectivamente, no sabían

qué le pasaba a su mamá, pero intuían que era algo malo. Su mamá no se atrevía a verlos.

¿Cómo iba a decirles que su hermano mayor había muerto?

Margarita vivía sola desde hacía un par de años. Tenía 45 años y hacía 2 se había

separado de su esposo, quien murió poco tiempo después. Ella era la encargada de una

tienda de zapatos en el centro de la ciudad, y con eso apenas le alcanzaba para mantener a

su familia.

Al colgar el teléfono llamó inmediatamente a su compadre Roberto. Él era perito

en la delegación Azcapotzalco y se ocupaba de tomar fotos a las víctimas de deceso en la

delegación. El compadre, impactado por la noticia, aceptó ir a tomar fotos —aunque no

era su jurisdicción— ; eran las 9:30 pm.

8 de septiembre 20:15 hrs.

Lalo se dirigía con Javier y Miguel a una fiesta a la que los habían invitado. Javier

y Miguel eran hermanos. Acababan de cenar y estaban contentos por la invitación, que

había salido de pronto. Javier iba manejando un auto compacto que les había prestado su

papá. Los tres jóvenes decidieron que la mejor ruta era ir por el Eje Central. Javier

circulaba por el carril de extrema izquierda, cuando en el retrovisor vio que una

camioneta se dirigía a gran velocidad en el mismo carril. Como Javier no se quitó, la

camioneta con vidrios polarizados tuvo que frenar de golpe. A Javier no sólo le echaron

las altas, sino que el conductor de la camioneta los insultó con el claxon. Javier siguió su

2

Page 3: Caso El Accidente

ÉTICA, RESPONSABILIDAD SOCIAL Y TRANSPARENCIA

camino un poco asustado, dejando la Suburban atrás. Unas cuadras después la camioneta

comenzó a pegarse mucho a la defensa del pequeño auto donde iban los tres amigos.

Asustado, Javier intentó cambiar de carril y bajar la velocidad, pero la camioneta le dio

un golpe directo, no muy fuerte, pero que sí asustó a los muchachos. Javier aceleró y trató

de orillarse, pero la camioneta era más rápida y se preparaba para otra embestida.

La volcadura se provocó cuando el auto de Javier, tras dar un volantazo, fue

golpeado de lado por la camioneta. El conductor de ésta, asustado, intentó frenar. Su

camioneta se patinó hasta golpear un coche que estaba estacionado en la lateral. Dentro

del auto no había nadie, pero el dueño estaba parado en la banqueta y vio todo.

Después de la colisión, de la camioneta se bajaron dos jóvenes —de la edad de Lalo,

aproximadamente— en estado de ebriedad. El golpe que le habían propinado al auto

estacionado era menor, pero el dueño parecía muy alarmado.

— ¿Qué les pasa? ¿Por qué hacen eso?

— ¡Sólo fue un rasguño! Mejor ni se queje— contestaron los jóvenes.

— ¿Pero ya vieron lo que hicieron? — y señaló hacia unos metros atrás. El coche de

Javier se había incrustado en una pared. Había vidrios por todas partes. En el

pavimento, yacía el cuerpo de un muchacho. Era Lalo.

— ¡Te dije que nada más un golpecito! — le dijo el otro.

Espantados, los dos jóvenes escaparon a toda prisa. Un vecino llamó a la ambulancia,

y a la policía. Al llegar las patrullas, tomaron la declaración del dueño del coche chocado

y de otros testigos del siniestro. Todos estaban horrorizados e indignados. Javier estaba

bañado en su propia sangre y tuvo que ser llevado al hospital enseguida. Miguel tampoco

daba señales de vida.

La patrulla tardó un buen rato en llegar. El dueño del coche que estaba estacionado y

al que le chocó la camioneta, llamó a su seguro. Estaba precisamente hablando con el

ajustador, cuando vio aparecerse a uno de los jóvenes que conducía la camioneta. Vio que

3

Page 4: Caso El Accidente

ÉTICA, RESPONSABILIDAD SOCIAL Y TRANSPARENCIA

éste se apalabraba con un policía. Algo le dio, pues le permitieron acercarse a la

camioneta, sacar unos papeles y nuevamente huir. En cuanto lo reconoció, le dijo al

ajustador y alertó al policía.

—Mejor ni se meta, señor —le dijo el oficial—, ¿para qué quiere tener problemas

si lo de su golpe lo paga el seguro?

— Así nosotros ya no podemos hacer nada señor, cuando la policía se mete,

nosotros no podemos llegar a ningún lado —le dijo el ajustador.

10 de septiembre

En la casa de Margarita se estaba rezando el novenario por la muerte de Lalo,

cuando a la mitad de éste tuvo que salir. Tenía cita en el Ministerio Público para darle

seguimiento al caso de Lalo. Al llegar a la delegación el agente del Ministerio Público,

sacó un fólder con una hoja que describía la muerte de Lalo como accidente. En el

expediente no había fotos, ni estaba el informe del peritaje. Sólo había una hoja.

Margarita preguntó dónde estaba la información que faltaba y por qué el informe tan

escueto que había ahí decía que había sido un accidente. Apenas ayer el expediente

contaba con las declaraciones escritas de los testigos, además de las fotografías del perito

de la delegación. El agente se molestó por sus observaciones, pero aseguró que esa era

toda la información que existía. Más aún: le dijo que el informe estaba terminado, y que

se declaraba el asunto como un accidente vial.

Margarita se indignó de lo que estaba escuchando, y le reclamó al agente la poca

sensibilidad y actitud de prepotencia que tenía. ¿Cómo era posible que el asesinato de su

hijo lo despachara como un mero accidente? El agente sonrió y le dijo: Hágale cómo

quiera. Más tarde averiguaría que los jóvenes sobornaron también al agente del

Ministerio Público y a otros burócratas de la misma agencia.

La búsqueda

4

Page 5: Caso El Accidente

ÉTICA, RESPONSABILIDAD SOCIAL Y TRANSPARENCIA

Margarita sabía que no había sido sólo un accidente. La noche en que fue a

reconocer el cuerpo, tuvo la oportunidad de platicar con uno de los vecinos quien le relató

lo que vio. Ella sabía de los dos jóvenes alcoholizados que bajaron de la camioneta y que

huyeron. Ella sabía que había sido un asesinato y no un accidente.

Margarita sabía que si habían extorsionado al agente del Ministerio Público, éste

no iba a contestar nada. Así que salió directamente a las instalaciones de una

radiodifusora importante con el fin de exponer su caso, y denunciar los hechos que vivía.

En la estación de radio se interesaron por su caso, y le dijeron que lo único que

podían hacer era exponerlo en público. Ellos empezarían sus propias investigaciones y

tardarían unas semanas en darle su respuesta. Margarita hizo su denuncia, sin saber ya

por qué medio buscar justicia.

Se dirigió entonces a la Comisión de Derechos Humanos, la cual también prestó

atención. Los abogados tomaron nota de lo que había pasado, pero le dijeron que su caso

tardaría un poco pues había que hacer investigaciones y entrevistar a muchas personas,

entre ellos al agente del Ministerio Público.

Desesperada, Margarita no sabía qué hacer. Ya todo lo que estaba en sus manos lo

había hecho. Entonces fue a visitar a la mamá de Javier y Miguel para ver cómo estaban.

Javier estaba en estado de coma. Su hermano menor había sufrido serios golpes en la

cabeza y los doctores no se atrevían a hacer un diagnóstico de cómo quedaría de sus

facultades mentales. La mamá estaba desolada. No sabían tampoco si podrían procurar

todos los gastos médicos necesarios. Margarita intentó hablar con los padres acerca de la

desaparición del expediente, y de lo que había hecho ella para buscar justicia. A los

padres de los jóvenes no les interesó nada, prefirieron dejar las cosas como estaban para

no meterse en problemas.

—¿Para qué pelear si a mis niños no les devuelven la salud?

—Para que no les pase a otros —dijo Margarita.

5

Page 6: Caso El Accidente

ÉTICA, RESPONSABILIDAD SOCIAL Y TRANSPARENCIA

—De nada sirve. Prefiero usar el dinero para pagar doctores que para sobornar a

un juez —fue la respuesta del padre.

Después de esta entrevista, Margarita se dirigió con tristeza a su casa. Escuchando

el radio se enteró de que había una instancia del gobierno local encargada de la

investigación a servidores corruptos. Decidió ir al siguiente día muy en la mañana.

Estando ahí, tuvo la oportunidad de exponer su caso al director y éste se mostró

indignado. Hizo algunas llamadas, concretamente al agente encargado del Ministerio

Público donde se levantó la investigación. Le dijo en voz de mando que recibiera a la Sra.

Margarita y le ayudara en lo que pudiera.

Posteriormente Margarita se regresó a la agencia del ministerio público, pero al

entrevistarse con el “servidor público” encargado, éste le dijo que no importaba a quién le

denunciara lo sucedido, que mejor se olvidara del caso o que le iría muy mal.

Margarita le habló al director y le contó lo que había pasado. El director le dijo

que le hablara en dos horas, cosa que hizo. En ese momento el director le habló al

delegado al que le correspondía esa agencia y le explicó la situación, exigiéndole que

actuara. El agente del ministerio público que había desaparecido la información del

expediente fue despedido y encarcelado. El juez que cerró prematuramente el caso de

Lalo fue sancionado y suspendido. Las fotografías que tomó el compadre de Margarita

fueron aceptadas como evidencia para la investigación. Los vecinos y el dueño del coche

aceptaron volver a hacer las declaraciones.

El caso sigue abierto.

6