caso clinico suicidio
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CASO DE SUICIDIOTRANSCRIPT
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MISIÓN SUCRE
APLICAR EL PROCESO DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA A PACIENTE CON
DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO SUICIDA.
Junio de 2014
INTEGRANTES
Hijuelo Roxana
Parada Emily
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
La conducta suicida es un fenómeno multicausal y complejo que ha estado presente
en todas las épocas históricas y todas las sociedades, y que se manifiesta por una variedad
de comportamientos en un continuo que va desde la ideación en sus diferentes expresiones,
pasando por las amenazas, los gestos e intentos, hasta el suicidio propiamente dicho. La
presencia de cualquiera de estos indicadores (ideas, amenazas, gestos e intentos) debe
considerarse como un signo de riesgo. Se ha estimado que en el mundo casi 1 millón de
personas muere por suicidio.
El suicidio es considerado para la bibliografía internacional un acto "voluntario",
auto infligido, de amenaza vital, que ha terminado en la muerte. Se refiere al acto de
quitarse la propia vida, constituye un serio problema de Salud Pública, ya que está entre las
diez primeras causas de muerte en el mundo.
El suicidio de un paciente es una de las escenas temidas que aparece en la práctica
tanto de los psiquiatras como de los psicólogos; es un tema que angustia, inquieta, genera
rechazos y negaciones. Debido a las dificultades que existen para prevenirlo y abordarlo
desde la clínica, se ha convertido en un enorme desafío para los profesionales de la Salud
Mental.
Asimismo, la adolescencia, etapa de la vida rica en cambios biosociales que generan
inquietudes, inseguridades y nuevas necesidades, entre otras características, tiene además
entre sus límites de comienzo y terminación la definición de la personalidad adulta futura
del ser humano y el adolescente recibe y siente presiones familiares, escolares, de su grupo
de contemporáneos y aquéllas que emanan de él mismo.
Dada la inestabilidad emocional y la impulsividad que caracteriza al adolescente en
este período de “crecer” en lo biológico, psicológico y social, es necesario prestarle
especial atención. En 1968 la OMS calculó que casi dos terceras partes de las muertes por
suicidio están relacionadas con algún tipo de enfermedad mental. El presente trabajo es un
estudio de casos clínicos de suicidio.
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
Objetivo General
Aplicar proceso de atención de enfermería a paciente con diagnóstico médico de
trastorno suicida, hospitalizado en el servicio de psiquiatría del hospital Dr. José León
Tapia municipio Antonio José de sucre, Socopó estado Barinas
Objetivos Específicos
Valorar a través del proceso y técnicas para recoger información necesaria
(entrevista, examen físico).
Formular diagnóstico de enfermería en base a las necesidades jerárquicas del
paciente.
Planificar las acciones de enfermería a ejecutar, jerarquizando las necesidades y
problemas para lograr óptimos resultados.
Ejecutar el proceso de atención de enfermería (P.A.E.) elaborado para cubrir
necesidades interferidas.
Evaluar las actividades realizadas para determinar si los resultados obtenidos han sido
satisfactorios.
MARCO TEÓRICO
Reseña Histórica del Suicidio
En la Europa Antigua, sobre todo durante el Imperio Romano, el Suicidio se
consentía e incluso era considerado un acto honroso. Los antiguos romanos, bajo la
influencia del estoicismo, admitían muchas razones legítimas para su práctica. El filósofo
romano Séneca lo ensalzaba como el acto último de una persona libre.
Sin embargo, para San Agustín, el suicidio era un pecado. Varios de los primeros
concilios de la Iglesia cristiana decretaron que a aquellos que cometieran suicidio no se les
podría aplicar los rituales ordinarios de la Iglesia tras su muerte. En la Edad Media, la
Iglesia Católica Romana condenó expresamente esta práctica. En las legislaciones
medievales se ordenaba la confiscación de todas las propiedades del suicida y el cadáver
sufría todo tipo de humillaciones.
Actualmente, el suicidio, está condenado en las religiones cristiana, judía e islámica.
En 1897 Emile Durkheim postuló que el suicidio era un fenómeno sociológico, como
resultado de una falta de integración del individuo en la sociedad, más que un puro acto
individualista. Sin embargo, la tendencia actual considera el suicidio desde un punto de
vista más psicológico en un lugar de una perspectiva moralmente colectiva.
El Suicidio Según Emile Durkheim (Sociología)
La primera contribución importante al estudio del problema del Suicidio fue
realizada a finales del último siglo por el sociólogo francés Emile Durkheim. En un intento
de explicar los patrones estadísticos, dividió los suicidios en tres categorías sociales:
Egoísta, Altruista y Anómico.
El Suicidio Egoísta comprendía a aquellas personas que se suponía que no habían
estado sólidamente integradas en ningún grupo social. Podía utilizarse la integración
familiar o la falta de ella para explicar por qué los no casados eran más vulnerables al
suicidio que los casados y por qué los matrimonios con niños era el grupo más protegido.
Las comunidades rurales tenían una mayor integración social que las urbanas y por tanto
menos suicidio. El protestantismo era una religión menos coherente que el catolicismo, y,
en este caso, los protestantes presentaban una tasa de suicidio más elevada que los
católicos.
Según Durkheim, la única diferencia entre católicos y protestantes es que el segundo
grupo admite el libre cuestionamiento con mayor libertad que el primero. Y va más allá al
decir que el catolicismo concede al pensamiento y a la reflexión un menor espacio que el
protestantismo, o sea, lo que busca es reinar sobre las conciencias. El protestante es más
autor de sus creencias, la Biblia se deja en sus manos y ninguna interpretación de ella se le
impone, esto hace más sensible el invidualismo religioso. En conclusión, lo vuelve un ser
más egoísta.
Lo anterior da para pensar entonces que quizás la solución a la problemática que
plantea este sociólogo es llenar o copar al máximo la capacidad de reflexión interior del
individuo con pensamientos colectivos o de creencias para que así no piense tanto en sí
mismo. El individualismo que ha ido creciendo con fuerzas a lo largo del tiempo está
provocando una excesiva reflexión y decisión por parte de las personas, que en parte es
buena, pero también es considerada como una de las causas de este tipo de suicidio.
Una de las grandes conclusiones de E. Durkheim sobre el Suicidio Egoísta es que
mientras más numerosos y fuertes son los estados colectivos, más fuertemente está
integrada la comunidad religiosa y más virtud preservativa tiene ésta. Pero lo importante no
son los dogmas y ritos en sí, sino que éstos sirvan por su naturaleza para alimentar una vida
colectiva de suficiente intensidad. Entonces queda claro que la religión no preserva el
suicidio sino que es la actividad colectiva quien ayuda a contrarrestar este tipo de suicidio.
Lo fundamental del Suicidio Egoísta es que se caracteriza por un sujeto que pierde
toda clase de interés con lo que le une a la vida. Debido a esto Durkheim, establece que la
relación que une al Suicidio Egoísta con el grado de desintegración social es inversa. Dado
que el Suicidio Egoísta es el más frecuente en nuestras sociedades -según este sociólogo- es
evidente que el grado de desintegración social es bastante. Vivimos en un tiempo en que
priman los intereses individuales, quizá por la falta de tiempo cada vez es menor el grado
de cohesión entre personas, salvo en entornos muy cerrados, como puede ser la familia (no
siempre y cada vez menos). Este suicidio proviene de una individualización excesiva.
El Suicidio Altruista es, el contrario del suicidio egoísta. Este suicidio representaba
el grupo cuya tendencia al suicidio procedía de su excesiva integración en un grupo. E.
Durkheim pensaba que este tipo de suicidio podría haberse esperado en algunas clases de la
sociedad japonesa. También, nombra como ejemplo al ejército donde la conciencia del
deber y la integración en el grupo (pequeña sociedad) es mucho mayor que en otros grupos
sociales. El Suicidio Altruista es menos frecuente, lo cual es lógico ya que hoy día el
pensamiento individualista es mucho más fuerte que el colectivo.
Y el Suicidio Anómico es que se produce cuando un trastorno en el equilibrio de la
integración de la persona con la sociedad le deja sin sus normas de conducta habituales. La
anomia podría explicar la mayor incidencia de suicidio entre los divorciados en
comparación con la de los casados y la mayor vulnerabilidad de los que han sufrido
cambios drásticos en su situación económica.
Este suicidio es propio de las sociedades desarrolladas y supone situaciones de
desorden. Desordenes entre el individuo y la sociedad con que se relaciona que pueden
causar verdaderos estragos. Supone, además, una pérdida de la propia identidad, los valores
tradicionales se desmoronan.
El suicidio
El suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. El comportamiento
suicida es cualquier acción que pudiera llevar a una persona a morir, como tomar una
sobredosis de fármacos o estrellar un automóvil de forma deliberada.
Intento suicida
Es la acción de un sujeto en contra de su vida, sin lograr el suicidio. De todos es
conocido que el intento suicida puede ser: ingerir sustancias tóxicas, mutilarse, lanzarse al
vacío, etc., con la finalidad de cambiar su vida o por lo menos para intentar cambiar el
significado de los otros con respecto a sí mismo y no tanto para terminar con la vida.
Lo que diferencia entre el suicidio y el intento de suicidio es el hecho de que en éste
último la muerte es la finalidad, mientras que en el primero la muerte se transforma en el
medio por el cual un tipo peculiar de relación humana. Por tal razón, el intento suicida es
una simulación, en cierta medida porque se desea obtener, con el riesgo de morir, un tipo de
gratificación no precisamente masoquista, sino más bien sádica.
La proporción de suicidios con respecto a los intentos suicidas es de 1 por cada 8
intentos (Sheidman). La aproximación al acto suicida es el resultado de un abandono
progresivo y pérdida de interés en las relaciones familiares y sociales más cercanas al
individuo, esto significa que son muy importantes las relaciones sociales que le rodean, las
relaciones y conflictos con sus allegados, así como el concepto que tiene de su medio
ambiente.
Matus (1990) plantea que el suicida pasa por las siguientes situaciones antes de
tomar la determinación de quitarse la vida:
• Una larga y dura historia de problemas desde su infancia.
• Una serie de problemas desde la entrada a la adolescencia.
• Fracaso en la adaptación y manejo de problemas, incapacidad para afrontarlos y
pérdida de interés en las relaciones sociales.
• Una reacción en cadena, al ir disolviendo lo poco que queda de sus relaciones
sociales significativas, en los días y semanas precedentes al intento suicida.
• Un proceso interno para justificarse a sí mismo el suicidio y por lo tanto el manejo y
apertura de un canal entre el pensamiento y la acción.
Anatomía y fisiología del suicidio
El suicidio es un acto que encierra misteriosas causas personales que lo definen y lo
hacen posible. Conozca en este artículo una hipótesis especialmente formulada para
entender el por qué una persona puede pensar en quitarse la vida.
La existencia de plataformas sociales es un rasgo característico de la especie
humana. Una plataforma social se entiende como el entorno donde el individuo desempeña
un rol determinado. Por ende, una persona puede interactuar en múltiples plataformas
naturalmente. Ejemplo: Escuela, trabajo y familia. En cada escenario, el sujeto expresa una
parte de si mismo hacia los demás.
Muchas veces, las personas carecen de plataformas sociales; este hecho puede
suceder si la persona no tiene suficientes contactos de confianza con quienes interactuar,
corriendo el riesgo de experimentar el fenómeno denominado inestabilidad.
El fenómeno de inestabilidad se produce a causa de la ausencia de plataformas
sociales y como consecuencia indirecta de enfermedades como la depresión. Naturalmente,
una persona que empieza a perder o disminuir sus plataformas comienza a sentir que "no
tiene un lugar en el mundo", claro que nunca es cierto ya que nadie puede estar
completamente solo; sin embargo, es común que estas personas crean que no está satisfecha
su necesidad de interacción social, sintiendo como consecuencia tristeza y vacío.
La inestabilidad se la describe como un período en el que el sujeto intentará realizar
"a manotazos de ahogado" diferentes acciones que salvaguarden aquella necesidad social
incumplida. Para ello, se dotará de valor e intentará ensayar una desinhibición forzada.
Si el uso de estas maniobras fracasa, la inestabilidad puede o no estimular ideas
suicidas. Es muy común que en fase de inestabilidad las personas se encuentren más
sensibles de lo habitual, agravando este estado la observación de la felicidad ajena siempre
adquirida con la satisfacción social.
La depresión es una enfermedad que la ciencia psiquiátrica describe como un
potencial peligro para el acto suicida. Pero la diferencia con lo anteriormente descripto, es
que la depresión no necesariamente se produce por fenómenos sociales que afectan al
sujeto, aunque puedan existir claros sensibilizadores o precursores. El suicidio, en este
caso, solo puede entenderse como una consecuencia indirecta que puede suceder como
resultado a una enfermedad no tratada debidamente o a tiempo.
La inestabilidad causada por la disminución de la plataformas sociales del
individuo, pueden generar suicidio aún en ausencia de enfermedad, y se entiende como una
consecuencia directa de la indiferencia de la sociedad.
Fisiopatología
El término suicidio proviene de sui, a sí mismo, y caedes, muerte, es decir, el acto
de matarse a sí mismo. Aquí nos enfocaremos en las bases neurobiológicas del suicidio a
fin de ilustrar al lector sobre el hecho de que el suicida bien pudo haber estado atravesando
una enfermedad sin haber recibido la atención necesaria. Evitaremos caer en la vana
discusión de si el suicidio representa valentía o cobardía.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que
alrededor de un millón de personas consuman el suicidio anualmente, y que una cifra diez
veces superior tiene ideación suicida, por lo que alcanza un notable treceavo lugar como
causa de muerte; la cuarta parte de quienes intentan suicidarse repiten su intento dentro de
los siguientes doce meses, y una décima parte de ellos logra su propósito en un plazo de
diez años.
Los factores de riesgo de suicidio pueden ser fijos o modificables. Evidentemente,
ningún tratamiento modificará los riesgos fijos, tales como el intento previo de suicidio, los
factores genéticos o los de género, la edad, etnia, estado civil o situación económica; en
cambio, los factores de riesgo modificables son, principalmente, la ansiedad y la depresión.
En efecto, la mayoría de los suicidas tiene una historia reciente de pérdida afectiva real o
imaginaria que funciona como desencadenante.
Etiología del Suicidio
El suicidio es un síndrome pluricausal, en el que intervienen factores sanitarios y
psicosociológicos de muy diversa índole, incluyendo creencias, cultura y filosofía vital. La
determinación bio-psico-socio-cultural del suicidio, está hoy generalizada en la compleja
plurideterminación que revela que éste no es un problema exclusivo del ámbito de la salud,
los estudios epidemiológicos a nivel mundial lo indican como un grave problema de la
Salud Pública.
Aunque las causas del acto suicida son múltiples, se ha intentado explicar desde
diferentes postulados teóricos, lo que ha establecido distintos modelos etiológicos que han
tratado de explicar el suicidio (Maris, Berman y Silverman, 2000):
Etiología Biológica
Desde el punto de vista biológico, se pone de manifiesto que las personas que
parecen tener cierta vulnerabilidad hacia el suicidio presentan un descenso en los niveles de
serotonina en el cerebro. En concreto se han detectado niveles bajos de un metabolito de
serotonina, el 5HIAA (ácido 5 hidroxindoleacético) en el líquido cefalorraquideo en
individuos con potencial riesgo de suicidio (Teraiza y Meza, 2009).
Las conductas suicidas han sido relacionadas con otros hallazgos bioquímicos
como: la excesiva actividad del sistema noradrenérgico, (Van Heeringen, 2003), la
hiperactividad del eje hipotálamo-hipofiso-suprarrenal (Gmitrowicz y Kolodziej-
maciejewska, 2001), la hipo colesterolhemia con altos niveles de cortisol sérico
(controversias y datos contradictorios al respecto) (Vevera, 2006). Datos recientes muestran
como los porcentajes reducidos de ácido docosahexaenoico y bajas proporciones de Omega
-3 en el perfil lipídico son predictores de riesgo suicida entre pacientes deprimidos
(Sublette y otros, 2006).
Etiología genética
Existen dudas sobre que el riesgo de suicidio se debe a factores genéticos o si está
más relacionado con el ambiente familiar y social. Se ha comprobado a través de estudios
familiares, gemelares y de adopción la influencia de la herencia poligénica. Y diferentes
estudios ha mostrado que el riesgo de suicidio es más elevado en los individuos con
antecedentes familiares de suicidio. (Fu. y otros; 2002). Se ha afirmado que la tendencia
suicida se decide en una zona del cromosoma 2 (Willour y otros, 2007).
Aunque hay evidencia de factores genéticos que contribuyen al riesgo de conducta
suicida, esto no significa que la conducta suicida es inevitable para los individuos con
historial familiar; simplemente significa que tales personas pueden ser más proclives.
Etiología psicológica
Los tres trastornos psicológicos más importantes que se han asociado con los
intentos suicidas son: fracaso en la resolución de problemas interpersonales, altos niveles
de desesperanza con respecto al futuro y una mala regulación del afecto (Sidley, 2001). En
la mayoría de las ocasiones la persona que realiza un acto suicida pone en juego su vida
para que su vida cambie, ya que lo que puede ir buscando es que su vida sea otra porque la
vive está llena de un sufrimiento inaguantable.
También se han estudiado algunos rasgos caracteriales que pueden presentar
tendencias suicidas como: la tendencia al aislamiento social, la presencia de una baja
autoestima, baja autoeficacia, pobre autoconcepto, sentimientos de abandono y
desesperanza, visión negativa de sí mismo y su entorno, niveles elevados de impulsividad.
Los rasgos de personalidad más frecuentes en los adolescentes suicidas son hostilidad,
impulsividad, rabia y baja tolerancia a la frustración. (Vallejo Ruiloba, 2005).
El suicidio es un homicidio contra uno mismo, en el que la agresividad que se siente
hacia el entorno se dirige hacía uno mismo. Dentro de los aspectos más destacados de la
psicodinamia de los suicidas se encuentran: venganza, poder, castigo, reparación sacrificio,
restitución, evasión, rescate, renacimiento, reunión con los muertos, vida nueva. La
probabilidad de que el acto se realice se incrementa cuando se sufre una pérdida de un
objeto querido, cuando se experimentan afectos abrumadores de furia o culpa (Teraiza y
Meza, 2009).
Desde el punto de vista psicoanalítico es suicidio se considera un acto "logrado". Es
decir un encuentro siempre fallido con el Otro. En este sentido se constituye en un intento
de lograr separar en el plano real lo que no se logra o se logra fallidamente en lo simbólico.
En este sentido el suicidio es siempre un acto singular. Socialmente se suele buscar las
causas que llevan a un suicidio, pero la causa de un suicidio estructuralmente es una causa
vacía, que responde a una trama subjetiva singular. Es así que el rastreo con el fin de
encontrar situaciones de malestar nunca lleva a buen puerto, porque un problema dado no
basta para provocar suicidio.
Etiología sociológica
Desde el punto de vista sociológico pretende recoger los factores de riesgo que
pueden incrementar el riesgo de cometer un acto suicida.
1. La frecuencia del suicidio entre varones es mayor que entre las mujeres, proporción que
se mantiene estable en todos los grupos de edad. Sin embargo, los intentos de suicidio son
mucho más frecuentes entre las mujeres (principalmente mediante intoxicaciones
medicamentosas) que entre los hombres (OMS, 2000).
Los varones apelan a procedimientos violentos como horca, armas de fuego y
precipitación y las mujeres a sobredosis o la inmersión.
2. Las tasas de suicidio aumentan con la edad, destacando la crisis de la mediana edad.
Entre los varones, la máxima incidencia de suicidios se observa a partir de los 45 años;
entre las mujeres los números más altos de suicidios consumados se registran después de
los 55 años. En las personas de la tercera edad los intentos son menos frecuentes, pero el
éxito es mayor (Huergo Lora y Ocio León, 2009).
3. La frecuencia de suicidios es más alta en varones de raza blanca, siendo las tasas
menores en varones de raza negra y en blancos de origen hispano (Huergo Lora y Ocio
León, 2009).
4. Las tasas de suicidio entre las poblaciones católicas han sido inferiores a la de los
protestantes y a la de los judíos pero es importante señalar el grado de ortodoxia y de
integración en esta categoría más que la simple afiliación religiosa institucional (Huergo
Lora y Ocio León, 2009).
5. El suicidio es mayor entre los solteros, divorciados y viudos que en los casados, la
ruptura de relaciones significativas ejerce un peso importante en la conducta suicida, la
separación marital y el hecho de vivir solo aumenta el riesgo (Teraiza y Meza, 2009).
6. A mayor nivel social de una persona, mayor es el riesgo suicida pero una caída en la
escala social también aumenta el riesgo. Tienen más riesgo las personas desempleadas, lo
que probablemente esté mediado por la pobreza, las privaciones sociales, las dificultades
domésticas y la desesperanza (Huergo Lora y Ocio León, 2009).
7. En cuanto a la profesión ciertos grupos ocupacionales como los psiquiatras, oftalmólogos
y anestesistas tienen un riesgo mayor de suicidio. También los músicos, dentistas, agentes
de policía y de seguros y por último abogados (Huergo Lora y Ocio León, 2009).
8. La migración con sus problemas añadidos: Vivienda deficiente, falta de apoyo social y
expectativas insatisfechas, aumenta el riesgo de suicidio (Teraiza y Meza, 2009).
Emile Durkheim fue el primero en explorar la influencia del contexto social y
cultural sobre el riesgo de suicidio, menciona que los factores que pueden influir en la
conducta suicida son: falta de lazos familiares o relaciones sociales relevantes, cuando por
adversidad económica o social se rompe el vínculo entre el individuo o la sociedad a la cual
pertenece. Postuló que el acto suicida era un fenómeno sociológico, como resultado de una
falta de integración del individuo en la sociedad, más que un puro acto individualista, y lo
definió como todo caso de muerte que resulte directa o indirectamente de un acto positivo o
negativo realizado por la víctima misma sabiendo ella que debía producir este resultado.
A cada sociedad le corresponde un número de suicidios. Los hay de tipo egoísta (se
da en sociedades donde el individuo carece de integración), anómico (se da en sociedades
cambiantes en la que se pierde el control social), fatalista (se da en sociedades con un alto
grado de regulación social) o altruista (el suicida se limita a representar lo que es la
voluntad de su sociedad, pues su acto intenta afirmar y prolongar sus significaciones: Se da
en sociedades en las que el individuo se suicida por su sensación de pertenencia a la
sociedad –kamikazes-.) (Durkheim, 1995).
Epidemiología
La calidad de los datos sobre actos suicidas, incluso en los países desarrollados es
variables está influenciado de un modo u otro por variables como los prejuicios familiares y
religiosos, por cuestiones políticas o hábitos culturales.
La manera en que se registran las defunciones de todo tipo varía enormemente según
el país, lo cual hace sumamente difícil comparar las tasas de suicidio de diferentes países.
Aun en aquellos países que han elaborado criterios uniformes, la forma en la cual se aplican
estos criterios puede variar considerablemente.
También dentro de un mismo país, las tasas de suicidio informadas pueden variar
según la fuente de los datos: Organización Mundial de la Salud, Ministerios de Sanidad u
otras Instituciones.
Como las estadísticas de suicidio se basan principalmente en los certificados de
defunción y en las investigaciones judiciales, pueden no reflejar la verdadera prevalencia
del suicidio en una población, ya que los datos son el producto final de una cadena de
informantes, que incluye a quienes encuentran el cuerpo (a menudo miembros de la
familia), médicos, la policía, médicos forenses y estadísticos. Cualquiera de estas personas
puede rechazar definir la muerte como un suicidio, lo que suele ser más frecuente en los
lugares donde las actitudes religiosas y culturales condenan el suicidio. Se puede ocultar un
suicidio para evitar la estigmatización del suicida o de su familia, por conveniencia social,
por razones políticas, para beneficiarse de pólizas de seguro, o porque la persona que
comete el suicidio deliberadamente lo hace parecer un accidente. El suicidio también puede
clasificarse equivocadamente como defunción por una causa indeterminada de muerte o por
causas naturales (cuando una persona mayor deja de tomar la medicación y muere por ello).
El suicidio puede no ser reconocido oficialmente cuando quienes están recibiendo
medicamentos toman una sobredosis, cuando las personas deliberadamente se dejan morir
de hambre (suicidio por inanición)o cuando las personas mueren algún tiempo después del
intento de suicidio. En estos casos, así como en los de eutanasia o suicidio asistido, la causa
clínica de muerte es por lo general la que se informa oficialmente. El subregistro está
también relacionado con la edad y el fenómeno suele ser más frecuente entre las personas
mayores. A pesar de todas estas advertencias, se ha alegado que la clasificación relativa de
las tasas nacionales de suicidio es razonablemente exacta.
En contra de la creencia general, se presentan más muertes por suicidio que por
homicidio, alrededor de un millón de personas mueren por suicidio cada año, lo que hace
una tasa de mortalidad de 16 por cien mil habitantes o una muerte cada 40 segundos.
Se ha estimado que en el mundo casi 1 millón de personas muere por suicidio (OMS,
2004).
La OMS calcula que el suicidio representa el 1,5% de los fallecimientos en todo el
mundo, con especial prevalencia en los países menos desarrollados (Hawton y Van
Heering, 2009).
Las cifras crecientes de los casos de suicidio consumado representan un grave
problema de salud pública, estimándose que en lo que llevamos de siglo ya se han
producido más de cinco millones de muertes por suicidio en el mundo. Según cálculos de la
OMS (2005) los suicidios representaban el 1,8% de las muertes en el año 1998 y estimaban
que para el año 2020 se incrementaría hasta el 2,4% (OMS, 2005). Por otro lado el 17% de
las causas de muerte de origen traumático, sobrepasando el millón de casos al año en todo
el mundo, cifra que se elevará a 1,53 millones de personas en el 2020 (Bertolote y
Fleischmann, 2002).
La OMS clasifica las tasas de suicidio de una comunidad en función del número de
suicidios/cien mil habitantes/año. De modo que cifras inferiores a 5 suicidios/cien mil
habitantes/año se consideran bajas, entre 5 y 15 medias y de 15 a 30 altas y por encima de
30 muy altas (Platt, 1984).
Factores de riesgo
Los factores de riesgo del suicidio en adolescentes abarcan:
• Acceso a armas de fuego.
• Miembro de la familia que cometió suicidio.
• Antecedentes de autoagresión deliberada.
• Antecedentes de abandono o maltrato.
• Vivir en comunidades en donde ha habido brotes recientes de suicidio en personas
jóvenes.
• Ruptura sentimental.
La mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos intentos
se llevan a cabo en una forma en que el rescate sea posible. Estos intentos a menudo
representan un grito desesperado en busca de ayuda. Algunas personas intentan suicidarse
de una manera que sea menos probable de llevar a la fatalidad, como envenenamiento o
sobredosis. Los hombres, especialmente los ancianos, tienen mayor probabilidad de escoger
métodos violentos, como dispararse. Como resultado, los intentos de suicidio por parte de
ellos tienen mayor probabilidad de consumarse.
Los parientes de personas que intentan o cometen suicidio a menudo se culpan o se
enojan mucho y pueden ver el intento o el acto como egoísta. Sin embargo, las personas
que intentan cometer suicidio con frecuencia creen erróneamente que les están haciendo un
favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo.
Prevención
El hecho de evitar el alcohol y las drogas (diferentes a los medicamentos recetados)
puede reducir el riesgo de suicidio.
En hogares con niños o adolescentes:
• Almacene todos los medicamentos recetados en una parte alta y bajo llave.
• No guarde alcohol en la casa o manténgalo asegurado bajo llave.
• No guarde armas de fuego en la casa. Si las tiene, guárdelas bajo llave y las balas
aparte.
• Muchas personas que tratan de suicidarse hablan de ello antes de hacer el intento.
Algunas veces, simplemente hablar con alguien a quien le importe y que no haga
juicios es suficiente para reducir el riesgo de suicidio.
A un nivel más personal, es importante saber que sólo un escaso número de suicidios se
producen sin aviso. La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Por
consiguiente, deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión. Además, la mayoría
de las personas que intentan suicidarse son ambivalentes y no buscan exclusivamente la
muerte.
Muchos suicidios se producen en una fase de mejoría, cuando la persona tiene la
energía y la voluntad para convertir sus pensamientos desesperados en una acción
destructiva. No obstante, una persona que alguna vez haya tratado de suicidarse no tiene
por qué estar necesariamente siempre en riesgo. Los pensamientos suicidas pueden
reaparecer, pero no son permanentes y en muchos casos no vuelven a reproducirse.
Se calcula que cada año se cometen 900 000 suicidios. Esto significa una muerte cada
40 segundos. El suicidio se encuentra entre las tres primeras causas mundiales de muerte en
personas de 15 a 44 años.
Sin embargo, si usted es un amigo, miembro de la familia o simplemente conoce a
alguien que cree que puede intentar suicidarse, nunca trate de manejar el problema por su
cuenta. Busque ayuda. Los centros de prevención de suicidio tienen servicios de "línea
telefónica directa".
Tipos de suicidio
Durkheim establece tres tipos de suicidio:
El Suicidio Egoísta:
Los hombres o las mujeres tienden más a quitarse la vida cuando piensan
esencialmente en sí mismos, cuando no están integrados en un grupo social, cuando la
autoridad del grupo y la fuerza de las obligaciones impuestas por un medio estrecho y
fuerte no reduce los deseos que los animan a la medida compatible con el destino humano.
El Suicidio Altruista:
El individuo se da muerte de acuerdo con imperativos sociales, y ni siquiera piensa en
reivindicar su derecho a la vida. Del mismo modo, el comandante que no quiere sobrevivir
a la pérdida de su embarcación es suicida por altruismo. Se sacrifica a un imperativo social
interiorizado, y obedece las órdenes del grupo hasta el extremo de ahogar en sí mismo el
instinto de conservación.
El Suicidio Anómico:
Es el más característico de la sociedad moderna, afecta a los individuos a causa de las
condiciones de existencia que caracterizan a las sociedades modernas.
En éstas sociedades, la existencia social ya no está regulada por la costumbre; los
individuos compiten permanentemente unos con otros, esperan mucho de la existencia y les
piden mucho, y por lo tanto están acechados perpetuamente por el sufrimiento que se
origina en la desproporción entre sus aspiraciones y satisfacciones. Esta atmósfera de
inquietud es propicia para el desarrollo de la corriente suicidógena
Signos del suicidio
Algunos signos de crisis suicida son:
• Depresión. Desesperanza. Incapacidad para continuar la vida cotidiana.
• Sentimientos de soledad, no tener vínculos sociales.
• Sufrimiento y dolor interminables por la enfermedad física.
• Pensar, o desear, que la muerte es más deseable que la vida.
Si piensas en el suicidio o conoces a alguien en esa situación:
• No se debe intentar arreglar la situación a solas
• El primer paso es hablar de tu preocupación con alguien cercano para que te
ayude.
• Solicitar lo antes posible la ayuda de un profesional: Médico de Familia,
Psiquiatra, Psicólogo, Cuidador.
• Acompañar a la persona en crisis sin dejarla sola hasta que sea visitada
Síntomas
A menudo, pero no siempre, una persona puede mostrar ciertos síntomas o
comportamientos antes de un intento de suicidio, entre ellos:
• Tener dificultad para concentrarse o pensar claramente.
• Regalar las pertenencias.
• Hablar acerca de marcharse o la necesidad de "dejar todos mis asuntos en orden".
• Cambio repentino en el comportamiento, sobre todo calma después de un período
de ansiedad.
• Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
• Tener comportamientos autodestructivos, como tomar alcohol en exceso, consumir
drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el cuerpo.
• Alejarse de los amigos o no querer salir.
• Tener dificultad repentina en el colegio o el trabajo.
• Hablar acerca de la muerte o el suicidio o incluso declarar el deseo de hacerse daño.
• Hablar acerca de sentirse desesperado o culpable.
• Cambiar los hábitos alimentarios o de sueño.
• Preparar maneras de quitarse su propia vida (como comprar un arma o muchas
pastillas).
Pruebas diagnosticas
• Examen neurológico
• Pruebas neurocognitivas
• Electroencefalograma
• Otras (tipiaje, hematología, H.I.V, orina, V.D.R.L.)
Tratamiento
Es posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no busquen tratamiento por muchas razones:
Creen que nada va a ayudar. No desean contarle a nadie que tienen problemas. Piensan que buscar ayuda es un signo de debilidad. No saben adónde acudir por ayuda.
Una persona puede necesitar tratamiento de emergencia después de un intento de suicidio. Se pueden necesitar primeros auxilios, reanimación cardiopulmonar o tratamientos más intensivos.
Las personas que intentan cometer suicidio pueden necesitar hospitalización para tratarlos y reducir el riesgo de futuros intentos. La terapia es una de las partes más importantes del tratamiento.
Se debe evaluar y tratar cualquier trastorno de salud mental que pueda haber llevado al intento de suicido. Esto abarca:
Trastorno bipolar Trastorno límite de la personalidad Dependencia del alcohol o las drogas Depresión mayor Esquizofrenia
Complicaciones
Los suicidios, y especialmente los intentos de suicidio, son una complicación
frecuente en la depresión. Algunos datos relevantes al respecto serían éstos:
Las personas con depresión presentan un riesgo de suicidio 30 veces superior a la
población general.
Aproximadamente un 15% de los pacientes que padecen una depresión realizan algún
intento de suicidio.
Si bien no siempre es posible prever el suicidio, tienen mayor riesgo suicida:
Las personas mayores de 60 años, los varones, las personas no creyentes, las personas
viudas, las personas paradas, las personas jubiladas, las personas toxicómanas, las que
padecen otras enfermedades, las sometidas a estrés y si padecen aislamiento social.
La presencia de ansiedad intensa y/o la existencia de sentimientos de culpa y/o de
desesperanza deben ser consideradas como síntomas que aumentan de forma importante el
riesgo de suicidio.
HISTORIA CLÍNICA
IDENTIFICACIÓN DEL PACIENTE
APELLIDOS Y NOMBRES: D.C.R.C
EDAD: 23 años.
SEXO: F
FECHA DE NACIMIENTO: 26 de junio 1990.
LUGAR DE NACIMIENTO: San Cristóbal, Estado Táchira.
NACIONALIDAD: Venezolana
ESTADO CIVIL: soltera.
DIRECCIÓN: Barrio santa bárbara bendita.
PROFESION: Estudiante.
RELIGION: Católica.
MOTIVO DE INGRESO: El paciente fue ingresado por haber ingerido veneno para
fumigar maleza, la cual requería un lavado intestinal.
ID: Trastorno suicida.
ANTECEDENTES PERSONALES: no refiere
ANTECEDENTES FAMILIARES: No refiere
EVOLUCIÓN DE ENFERMERÍA
Datos subjetivos
Patrones funcionales de la salud
Nutrición: pérdida de apetito- no se alimenta a la hora correcta.
Sueño – descanso: pocas horas de descanso por la falta de sueño
Datos subjetivos
Paciente femenino de 24 años de edad, se observa, desesperada, inquieta, ansiosa, culpable,
con cara pálida y flácida.
Examen Físico
Aspecto: Paciente acude con su madre con vestimenta de acuerdo a edad y sexo.
Aseada y aliñada. Apática, hipo activa con autoestima bajo. Colabora con la
entrevista (Fuente: Historia Clínica)
Conciencia: Paciente vigil
Orientación: Orientado en tiempo, espacio y persona.
Examen Mental
Memoria: Sin alteración.
Atención: Disprosexia
Sensopercepción: Hiperestesia
Lenguaje: De tono bajo, congruente y coherente.
Pensamiento: De curso normal con ideas de minusvalía.
Afecto: Labilidad emocional, depresión y ansiedad.
Inteligencia: Sin alteración
Juicio: Autocrítico y heterocrítico sin alteración. No esta consciente de su
enfermedad y necesidad de tratamiento.
Pruebas realizadas
Haloperidol IM + Diazepam IM STATT PRN - Ativan 2mg cada 8h (1/2, 1/2, 1) y
Paxil 20mg QD.
Valoración psicológica del estado de ánimo, depresión autolisis y alimentación.
Terapia Psicológica Y Terapia Familiar
Tratamiento
Haloperidol: Antipsicótico convencional, neuroléptico, que forma parte de las
butirofenonas. Bloqueador no selectivo de los receptores de dopamina en el cerebro, la
dopamina además de aumentar su actividad en trastornos psicóticos, involucra la vía
motora extrapiramidal. Se utiliza para tratar la esquizofrenia, estados psicóticos agudos,
algunos estados de agitación psicomotriz, estados maniacos, trastorno de pánico,
tartamudez y ansiedad.
Diazepam: Benzodiazepina: propiedades ansiolíticas, miorrelajantes, anticonvulsivantes y
sedantes. Potenciar o facilitar la acción inhibitoria del GABA. Suspensión brusca pueden
parecer depresión, insomnio por efecto rebote, nerviosismo y salivación excesiva.
Ativan: Benzodiazepina de alta potencia que tiene las cinco propiedades intrínsecas de la
benzodiacepinas: ansiolítico, amnésico, sedante e hipnótico, anticonvulsivo y relajante
muscular
Paxil: Paroxetina. Antidepresivo. La paroxetina se usa para tratar la depresión mayor,
trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de pánico, ansiedad social, trastorno de estrés
postraumático y el trastorno de ansiedad generalizada
Amitriptina 25 mg: 1 tab. V.O tres veces al día.
Diacepam 10 mg: 1 Comp./día V.O.
Clorpromazina 25 mg: 1 Comp./día V.O.
Flunitrazepam 1 mg: 1 comp/dÍa V.O.
Jerarquización de los problemas
Problema Real Necesidades Interferida
Alucinaciones auditivas Bienestar
Insomnio Descanso y sueño
Ansiedad y miedo Seguridad
Diagnóstico de enfermería
Riesgo de suicido r/c amenazas de matarse.
Riesgo de violencia autodirigida r/c historia de intentos múltiples de suicidio.
Deterioro del patrón del sueño r/c separación de las personas significativas evidenciado por
insomnio mantenido
PLAN DE ATENCION DE ENFERMERIA
DIAGNOSTICO ENFERMERO Y/O
PROBLEMA INTERDEPENDIENTE
RESULTADOS ESPERADOS
USUARIO/ ENFERMERO
SECCIONES DE ENFERMERÍA EJECUCIÓN EVALUACIÓN
Riesgo de suicidio relacionado
con amenazas de matarse.
Ayudar a que el
paciente mejore la
percepción sobre su
vida a largo plazo.
Monitorizar signos vitales.
Ayudar a que el paciente exprese
sus ideas.
Escuchar las expresiones de
sentimiento y culpa del paciente.
Animar al paciente a buscar
servicio de ayuda.
Fomentar actividades deportivas
para que encamine su tiempo libre.
Informar al paciente de la
existencia de la terapia
ocupacional.
Orientar al paciente a que controle
su medicación y no la olvide.
Ayudar al paciente a fomentar su
visión al futuro.
Cumplido RH: progresa
FR: disminuido
IE: apropiada
PLAN DE ATENCION DE ENFERMERIA
DIAGNOSTICO
ENFERMERO Y/O
PROBLEMA
INTERDEPENDIENTE
RESULTADOS
ESPERADOS USUARIO/
ENFERMERO
SECCIONES DE ENFERMERÍA EJECUCIÓN EVALUACIÓN
Riesgo de violencia
autodirigida
relacionado con historia
de intentos múltiples de
suicidio.
Escucharle activamente.
Permanecer junto a la persona hasta que
recupere el control de la situación.
Reconocer los sentimientos de la persona.
Dar opción a que exprese sus pensamientos y
sentimientos.
Favorecer que la persona exprese su
agresividad de forma verbal, en lugar de actuar,
en el momento del acto violento.
cumplido RH: en vías de
cambio.
FR: disminuido
IE: apropiada
PLAN DE ATENCION DE ENFERMERIA
Diagnostico enfermero
y/o problema
interdependiente
Resultados esperados
usuario/ enfermero
Secciones de enfermería Ejecución Evaluación
Deterioro del patrón del
sueño relacionado con
separación de las
personas significativas
evidenciado por
insomnio mantenido.
Lograr que el paciente
duerma de 6 a 8 horas
diarias.
Monitorizar signos vitales.
Administrar tratamiento indicado, por
turno.
Determinar esquema de sueño y
vigilia.
Ajustar el ambiente (temperatura,
ruidos…)
Animar al paciente a que realice una
rutina para irse a la cama.
Ayudar a eliminar las situaciones
estresantes antes de irse a la cama.
Cumplido RH: mejoría
FR: disminuido
IE: apropiada
FICHA FARMACOLOGICA
Medicamento Composición Mecanismo de acción Vía deadministración
Presentación Efecto secundario
AmitriptinaNombregenérico:Beclometasona.Nombre comercial:
Elavil, Tryptanol. Tryptizol. Deprelio Uxen. Anapsique
.
Cada comprimido contiene: Amitriptilina 25 mg.
Antidepresivo tricíclico derivado del dibenzociclohepteno. Actúa bloqueando la recaptación de neurotransmisores por la membrana neuronal, con lo que se potencian los efectos de estos últimos.
Oral. Comprimidos de 25-75 mg.
Frecuentemente: sedación y efectos anticolinérgicos, con sequedad de boca, estreñimiento, retención urinaria, visión borrosa, trastornos de la acomodación, glaucoma e hipertermia.Ocasionalmente: somnolencia; hipotensión ortostática y taquicardia especialmente en ancianos, arritmia cardiaca.
DiazepamNombre genérico: Diazepam
Nombre comercial:
Dipezona. Psicotrán; Saromet; Valium
Comprimidos: Cada comprimido contiene diazepam. Excipientes: celulosa microcristalina, hidrogeno fosfato cálcico,Ampollas: cada ampolla de 2 ml contiene 10 mg de diazepam. Etanol, alcohol bencílico, agua para inyección.Microenemas: diacepam, Acido benzoico (E-210). Etanol, 250 mg por dosis.
Como depresor del S.N.C, después de interaccionar con un receptor neuronal de membrana específico, potencia o facilita la acción inhibitoria del neurotransmisor GABA (ácido gammaaminobutírico) mediador de la inhibición tanto a nivel pre como post sináptico en todas las regiones del S.N.C. Como relajante del musculo esquelético, actuaría por inhibición de las vías espinales aferentes.
Oral, I.M, I.V.Rectal.
Comprimidos: 2-5-10 mg Solución: 2 mg/ml (preparado magistral) Ampollas de 2 ml: 5 mg/ml
Puede provocar somnolencia, cefaleas, mareos, hipotensión, visión borrosa, retención urinaria, incontinencia, depresión mental,
Medicamento Composición Mecanismo de acción Vía de administración
Presentación Efecto secundario
ClorpromazinaNombre genérico:Clorpromazina ClorhidratoNombre comercial: Largactil
Cada comprimido recubierto contiene: Clorpromazina 100 mg (como clorhidrato). Excipientes: Almidón de Maíz; Azúcar Impalpable; Lactosa Monohidrato; Dióxido de Silicio Coloida
Es un antagonista de los receptores dopaminérgicos D2 y similares (D3 y D5) y, a diferencia de otros fármacos del mismo tipo, muestra una alta afinidad hacia los receptores D1. El bloqueo de estos receptores induce una reducción de la transmisión neuroléptica en el cerebro anterior.
oral.I.M
Ampollas de 5 ml conteniendo 25 mg (5 mg/ml), Comprimidos de 25 mg, Comprimidos de 100 mgGotas 40 mg/ml (40 gotas/ml)
somnolencia y sedación, insomnio, mareo, depresión, convulsiones, sequedad de boca, estreñimiento, dificultad para la micción y visión borrosa, hipotensión postural, taquicardia, bradicardia, arritmias, insuficiencia cardiaca congestiva.
FlunitrazepamNombre Genérico:Flunitrazepam.
Nombre Comercial:
Rohipnol. Rohypnol.
Cada comprimido contiene 1 mg de flunitrazepam. Los demás componentes son: celulosa microcristalina, lactosa, hidroxipropil metilcelulosa, polividona, glicolato sódico de almidón, indigotina (E-132), estearato magnésico, etilcelulosa,
Actúa incrementando la actividad del ácido gamma-aminobutírico (GABA), un neurotransmisor inhibidor que se encuentra en el cerebro, al facilitar su unión con el receptor GABAérgico. Posee actividad hipnótica, anticonvulsivante, sedante, relajante muscular y amnesia.
OralI.M.Rectal
comprimidos de 1 y 2 mg en ampollas de 2 mg y en supositorios de 1 y 2 mg.
somnolencia durante el día, bloqueo de las emociones, reducción del estado de alerta, confusión, fatiga, cefalea, vértigo, debilidad muscular, ataxia o diplopía
CONCLUSIONES
Es importante reconocer que el suicidio se puede evitar y que el hecho de tener
acceso a los medios necesarios para suicidarse es tanto un factor de riesgo relevante como
un determinante del suicidio. Por lo tanto cualquier acto o amenaza suicidas deben ser
tomados en serio. El 20 por ciento de las personas que intentan suicidarse repite el intento
en el plazo de un año. Todas las personas que realizan gestos suicidas o que intentan
suicidarse necesitan ser tratadas. Cerca del 10 por ciento de todos los intentos de suicidio
resultan mortales.
Aunque a veces un suicidio consumado o un intento de suicidio se presentan como
algo totalmente sorpresivo o chocante, incluso para los familiares cercanos, los amigos y
los compañeros, generalmente existen signos premonitorios. En general, los que se suicidan
están deprimidos y por ende el paso práctico más importante para prevenir el suicidio es
diagnosticar y tratar correctamente la depresión. Sin embargo, el riesgo de suicidio se
incrementa cerca del comienzo del tratamiento de la depresión, cuando la persona se vuelve
más activa y decidida pero aún sigue deprimida.
Un buen cuidado psiquiátrico y social después de un intento de suicidio es el mejor
modo de prevenir nuevos intentos de suicidio. Como muchas personas que se suicidan ya
habían previamente intentado hacerlo, se debe realizar un asesoramiento psiquiátrico
inmediatamente después del intento. El médico debe tratar de identificar los problemas que
contribuyeron al acto y planear un tratamiento apropiado, manifestando una empatía que
exprese serenidad y que tienda permanentemente a mantener un clima de respeto explícito,
lo que implica no emitir juicios apresurados con respecto a la conducta del paciente.
Hay que llevar a cabo más investigaciones clínicas sobre la función causal de las
afecciones coexistentes, por ejemplo la interacción entre la depresión y el abuso del
alcohol. También debe haber mayor énfasis en los subgrupos de la población según la edad
(ya que el suicidio en las personas de edad tiene características diferentes del suicidio en los
jóvenes), la personalidad y el temperamento.
RECOMENDACIONES GENERALES
Se recomienda abordar la conducta suicida desde una perspectiva amplia, en la que
se valoren de forma integral las intervenciones farmacológicas, psicoterapéuticas y
psicosociales de las que el paciente pueda beneficiarse y contar con la implicación
de los profesionales sanitarios de los distintos niveles asistenciales.
Es recomendable promover la formación de una alianza terapéutica sólida entre el
paciente y el profesional, así como contar con el apoyo del entorno del paciente,
como parte fundamental del proceso terapéutico.
Se recomienda la implementación de programas de entrenamiento de figuras clave
(gatekeeper) para el personal de los centros educativos, orientados a la
identificación de alumnos con riesgo de suicidio.
De cara a la prevención de la conducta suicida en niños y adolescentes con
trastornos mentales se recomienda:
– Realizar una evaluación rigurosa del riesgo de suicidio de cara a valorar la
estrategia de tratamiento más beneficiosa en cada caso.
– Prestar especial atención a la presencia de trastornos comórbidos.
– Valorar de forma periódica los síntomas de depresión, ideación suicida y la
presencia de posibles eventos vitales estresantes.
– Favorecer la coordinación entre los diferentes profesionales y niveles asistenciales,
para realizar un adecuado seguimiento.
Se recomienda valorar como opciones de tratamiento para la conducta suicida en la
infancia y la adolescencia el tratamiento psicoterapéutico, farmacológico, el
tratamiento combinado y en ocasiones excepcionales, la terapia electroconvulsiva.
Se recomienda dar pautas a los padres y/o cuidadores sobre el control del acceso
directo por parte de niños y adolescentes a fármacos, armas de fuego u otros
medios potencialmente letales.
En la evaluación del riesgo de suicidio se recomienda que los clínicos tengan en
cuenta el uso patológico de Internet o su uso inadecuado, especialmente en
adolescentes y adultos jóvenes.
Se recomienda ofrecer en Internet información de fácil acceso sobre la conducta
suicida y su prevención elaborada específicamente para adolescentes y sus
familiares.
REFERENCIAS
http://anatomiadelcrimen.blogspot.com/2011/08/suicidio-e-intento-suicida.html
http://ve.globedia.com/fisiologia-del-suicidio
http://www.suicidioprevencion.com/signos.php?lang=es
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001554.htm
http://www.forumclinic.org/es/depresi%C3%B3n/informaci%C3%B3n/complicaciones-y-
reca%C3%ADdas