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DOMINGO15 DE MARZO DE 2020
Año LXXI-Edición 30667 / 4 Secciones / 36 Páginas / ISSN 0122-6843 / Licencia Mingobierno 003384 / Afiliado a la SIP y AMI
CARTAGENA - COLOMBIA
$2.200
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Las medidas de las autoridades y las personas para contener la pandemia.
CARTAGENA
Se trata de la Institución Educativa Técnica Acuícola Miguel Nevado Nevado, donde el agua potable no es constante y las baterías sanitarias no funcionan. Tanto estudiantes como docentes están en alto riego de coronavirus, por la afluencia de turistas en el corregimiento.//FOTO ÓSCAR DÍAZ-EL UNIVERSAL //PÁG. 7
Colegio de Galerazamba, a merced del deterioro
//PÁG. 2
Coronavirus en Cartagena: menos pánico, más prevención
Facetas // PÁG. 28
En San Jacinto se tejen mejores personas
Facetas // PÁG. 29
El arquitecto que reinventa la educación
Facetas // PÁG. 30
La historia de los Douglas en Cartagena
Facetas // PÁG. 25
Fui a una misa clandestina en Roma
Deportes // PÁG. 21
Nairo Quintana ganó etapa en la París-Niza
Biden y Sanders tendrán hoy un trascendental cara a cara, pero sin audiencia.Pág.
9
La disputa entre la Funda-ción Mario Santodomingo y la familia Hernández, quie-nes reclaman derechos so-bre unas tierras en las que se construye un macropro-yecto habitacional, ha es-tancado la construcción del colegio de la Fundación Pies Descalzos.
Controversia por lote para el colegio donado por Shakira
//PÁG. 4
ERNESTO TABORDA HERRERAEl exalcalde encargado Pe-drito Pereira le dice al alcal-de William Dau Chamatt que no se hizo ninguna adju-dicación respecto a la Alian-za Público Privada (APP) para privatizar el Datt, que no diga más mentiras y re-nuncie a la Alcaldía.
Sigue rifirrafe entre alcalde Dau y Pedrito Pereira
//PÁG. 5
REDACCIÓN CARTAGENA
FACETAS
25ELUNIV
ERSAL.COM.C
O
DOMINGO, MARZO 15 DE 2020
25ELUNIV
ERSAL.COM.C
O
DOMINGO, MARZO 15 DE 2020
facetas
Para una costeña o para
una persona que cree
en la fisicidad como
lenguaje, los tiempos
del coronavirus son tiempos
mutilantes, más allá del con-
creto riesgo sanitario. La sus-
pensión de la dimensión físi-
ca en las relaciones huma-
nas es un duro golpe a nues-
tra humanidad. ¿Una lección
natural por nuestras accio-
nes de irrespeto a la Madre
Tierra? ¿Un virus inventado
por alguien? ¿Un jaque mate
de algunos países considera-
dos potencias económicas?
¿Una distopía de estos tiem-
pos? ¿Una ley del talión? ¿La
inversión del orden mundial?
¿El Apocalipsis? ¿Una cortina
de humo para distraernos de
las marramucias de algunos
políticos en algunos países? O
simplemente ¿La biología y
su curso natural? No me
aventuro a dar respuestas so-
bre temas que trascienden a
mi humilde y parcial conoci-
miento de las cosas.
Puedo, sin embargo, con-
tar algo de mi experiencia en
tiempos de aislamiento obli-
gatorio: Roma, Italia, ciudad
que me adoptó o que yo adop-
té, aún no sé bien cómo es
nuestra relación, por estos
días anda escondida, solita-
ria, diferente. Hay tanta cal-
ma afuera, como tanta an-
gustia dentro de sus muros.
Aquí trabajo con y por ado-
lescentes y jóvenes de cual-
quier rincón: Tíbet, Malí,
Congo, Australia, Italia, Nige-
ria, Cabo Verde, Colombia,
Irak, México, Afganistán, Pa-
kistán, Siria, Sudán, Yemen,
Brasil, Honduras, Irán, Gua-
temala, Perú, Cuba, Somalia,
Albania, Guinea, China, Ale-
mania, Puerto Rico, Turquía,
DIANA AGÁMEZ PÁJARO
EL UNIVERSAL
Jordania, Groenlandia, Pa-
lestina, Israel, Estados Uni-
dos, Rusia, Canadá, Etiopía,
Eritrea, Nepal, Bangladesh,
Sri Lanka, India y algunos
más. Este trabajo humanita-
rio fue el único modo que en-
contré para justificar el no
vivir en el Caribe con mi fa-
milia. A través de mis chicos
y chicas he viajado, podría
decir, alrededor del mundo y
he aprendido que la dignidad
debe ser lo único que nos una
y que la diversidad debe ser
la normalidad y no la excep-
ción. Nunca pensé que los tiem-
pos de la suspensión de los
abrazos llegaría. La llegada
del coronavirus al mundo ha
impuesto restricciones que
no podíamos imaginar. Una
guerra sin fronteras de la
cual tú podrías ser un arma
(portador o portadora asin-
tomática del virus); un esta-
do de incertidumbre, prohibi-
ción de la movilidad, días que
parecen, mucho, mucho más
largos. La amenaza, incluso,
podría venir de una persona
amada o podría afectar a una
persona amada. Sí, porque
nos hemos convertido en víc-
tima y verdugo al mismo
tiempo. Eso, allá, en lo más
recóndito pero arraigado de
nuestra psiquis, activa las cé-
lulas del miedo y la idea de
cuánto peligrosos y vulnera-
bles podemos ser. En todo
esto, pienso, nos queda la fe,
pero ¿qué pasa con la fe? ¿A
quién invocamos respuesta
o ayudas?
Pues bien, el otro día, si-
guiendo los consejos de mi
madre y de mi abuela, me di-
rigí a la iglesia, no porque tu-
viera muchas esperanzas,
sino porque las abuelas y las
madres siempre tienen la ra-
zón. Cuando en Roma, en
esta Roma tan convulsa pero
ahora aislada, aún se podía
salir de casa, cuando aún no
nos habían confinado a este
encierro incierto, quise ir a
una pequeña iglesia a 500 me-
tros de mi casa. Es una de las
tantísimas iglesias de esta
ciudad. Fui de mañana. Esta-
ba cerrada y me pareció algo
extraño. Insistí en asomar-
me a una pequeña puerta de
vidrio, después de algunos
segundo decidí empujarla y
entrar a la ‘casa de Dios’.
Adentro un padre, de sota-
na púrpura, celebraba una
misa con cuatro gatos; cinco
conmigo; cada uno a una dis-
tancia de cuatro metros entre
sí. Escuché el evangelio, pero
con el pensamiento que via-
jaba hacia mi familia y mis
amigas y amigos. Llegó el
momento de darse la paz y
fue extraño, dar la paz, sin
dar la mano; así, de lejos,
como quien comete un delito
si se acerca demasiado. Como
también fue extraña la hora
de la comunión, sin filas ni
aglomeraciones, cada uno fue
por su ostia, recibida riguro-
samente en la palma de la
mano a un metro de distancia
del padre. La iglesia parecía
un lugar infinito para tan
poca gente, grande, ilumina-
da, con todos los santos a la
espera. Un Sagrado Corazón
rodeado de velitas calentaba
el espacio… Cuando la misa
acabó, quise ir a la sacristía
a preguntar por el horario de
la tarde. Al escuchar la res-
puesta del padre me sorpren-
dí:
- Esta fue una misa clan-
destina, todos los ritos reli-
giosos están suspendidos has-
ta nueva orden.
-¿Por qué entonces la puer-
ta estaba abierta?, insistí.
-La casa de Dios no puede
cerrar del todo, respondió.
El sacerdote me guiñó un
ojo tras su respuesta. Siem-
pre a un metro o más de dis-
tancia. No supe si reírme o
enojarme por ese comporta-
miento objetivamente irres-
ponsable. Me limité a decir
que a veces también Dios po-
dría necesitar descansar.
Podría descansar precisa-
mente para ayudarnos a
comprender que esta suspen-
sión de las diferencias étni-
cas, ambientales, religiosas,
culturales, económicas, polí-
ticas, sexuales, a causa de un
virus que se llama corona,
que no conoce esas mismas
diferencias y nos pone de
frente a nuestra vulnerabili-
dad, nos pertenece a noso-
tros y es o podría ser una
oportunidad para desempol-
var y reconocer masivamen-
te como si fuese un virus el
valor absoluto y único de la
dignidad de cada ser huma-
no, dignidad que se declina,
primero que todo en el reco-
nocimiento de los derechos
humanos fundamentales y el
acceso a ellos: salud, educa-
ción, recreación, alimenta-
ción, tranquilidad, empleo,
creatividad; un nombre y una
historia... sin excepción y en
el auto reconocimiento de no-
sotras y nosotros mismos
como sujetos con un poder
serio y extraordinario de par-
ticipación y renovación de
nuestro contexto y de nuestra
política. Así, en esta primave-
ra insólita que ha llegado un
mes antes de lo esperado, pro-
bablemente de toda esta cri-
sis una nueva fe florecerá.
Una de las
más concurri-
das de Roma,
la Plaza del
Pueblo, luce
solitaria así
como otros lu-
gares turísti-
cos y todas las
calles en ge-
neral, ante las
medidas del
Gobierno ita-
liano por el co-
ronavirus.
//FOTO: ALESSAN-
DRA TARANTINO -
AP.
CLANDESTINA EL TIEMPO DE
UNA MISA
Nunca pensé que los
tiempos de la
suspensión de los
abrazos llegaría pero
te abrazo con el
pensamiento y el
corazón. Calles vacías,
caos y calma a la vez,
una Roma donde
hasta la fe se mueve a
escondidas.
21 de febrero de 2020: las
autoridades italianas
confirmaron 16 casos de
coronavirus en las regiones
de Lombardía y Véneto
(norte).
32 millones de turistas y 7.400
millones de euros perderá
Italia entre marzo y mayo de
2020 por la pandemia.
78 años tenía la primera
víctima fatal del COVID-19:
un hombre. Murió el 21 de
febrero de 2020.
1.266
personas habían muerto
hasta el viernes en Italia por
coronavirus. Desde el inicio
del brote ha habido 17.000
contagios.
El cierre de la frontera con Venezuela, anunciado el por el Gobierno colombia-no para contener el coro-navirus, dejó estancados ayer a miles de venezola-nos. El Gobierno de Vene-zuela dijo que “es una irresponsabilidad”.
Venezolanos atrapados en la frontera, el otro drama
//PÁG. 12
EFE
La serie ‘Bolívar’, de Cara-col Televisión, es la gran ga-nadora de los galardones. El jurado reveló los ganado-res en las diversas catego-rías, sin ceremonia de en-trega de premios.
Serie sobre Simón Bolívar ganó 7 premios India Catalina
//PÁG. 18
REDACCIÓN CULTURAL
En 2020 el hurto de ganado ha disminuido en el depar-tamento, pero el tema no deja de ser un dolor de cabe-za para ganaderos y autori-dades. El 2019 cerró con 185 casos.
Robo de ganado en Bolívar sigue preocupando
//PÁG. 24
SAMUEL ÁLVAREZ BELEÑO
Crucero Monarch no llegó a Cartagena. Pasajeros quieren cumplir con el protocolo.
CARTAGENA
//PÁG. 3
¿Cómo afecta el nuevo coronavirus a las mujeres embarazadas y a sus hijos?
VIDA SANA
//PÁG. 17
Los casos en el mundo sumaban anoche 156.062, en 141 países. Preocupan Italia y EE. UU.
INTERNACIONAL
//PÁG. 9
¡PROTÉJASE! Estas 8 acciones, simples, individuales y cotidianas, pueden evitar que usted contraiga el COVID-19 o nuevo coronavirus, que dejaba hasta ayer 24 contagiados en Colombia y 152.062 en el mundo.
1. Lávese las manos mínimo una vez cada tres horas y al menos durante 20 segundos con abundante agua y jabón.
2. Evite el contacto físico al saludar, es mejor no dar la mano, ni dar besos o abrazos, y guardar al menos un metro y medio de distancia con sus interlocutores.
3. Use tapabocas solo si tiene síntomas de gripa o necesita ayudarle a un enfermo.
4. Cada vez que tosa o estornude, cúbrase la boca y la nariz con el codo o con un pañuelo desechable.
5. No asista al trabajo, colegio o universidad si tiene síntomas de gripa.
6. Si tiene �ebre, tos o di�cultad para respirar, llame al 123 o a las líneas que el Dadis dispuso en Cartagena para aclarar dudas (125 y 3174016183).
7. No vaya a la EPS a menos que sea estrictamente necesario. Es importante no saturar más las urgencias.
8. Limpiar y desinfectar super�cies y objetos que usamos en el día a día, por ejemplo, el celular. Para ello, puede usar alcohol, agua oxigenada o hipoclorito sódico.