(W)-02 carta editorial Fragmento + Ciudad + Angustia

Fragmento

En la conformación de nuestro primer número invitamos a editores de pliego y a

colaboradores a desarrollar sus aportaciones “en forma de ensayo”.

En el proceso de diálogo y por los cuestionamientos que éste implica, nos dimos cuenta

que, más que ensayos, esta publicación se definió en base a los fragmentos; que, –por la

extensión o la diversidad de miradas– en el fragmento encontró su lugar y forma.

La forma de escribir es una forma de ver.

Al tener claro que el fragmento era lo que daba sentido a (W) pensamos que éste también

nos serviría como una analogía para tratar de entender la ciudad, la cultura.

Aunque la ciudad se funda para ser unitaria, un reflejo de la ciudad divina; en su misma

definición tiene el origen del fragmento. El continuo crecimiento la resquebraja.

Con la cultura sucede algo similar. Teniendo como su origen y sentido la identidad, se

mueve en la diversidad, la hibridación, la mezcla –ese sistema de citas que la enriquecen y

cuestionan– por lo que el fragmento es también una metáfora que la expresa.

Ciudad

La ciudad es una tecnología, un dispositivo de vida, y como tal, la determina.

Parece ser que una parte esencial de este dispositivo es la fragmentación. Una serie de

fragmentos y vacíos es lo que define a las ciudades.

Su vitalidad es un permanente dinamismo entre la (re)construcción, la conservación y la

ruina. La ciudad, al igual que la memoria, encuentra su sentido en esos lapsos, en estos

vacíos que el olvido deja como espacios de libertad y de abandono.

¿Qué es lo que articula a las ciudades?, ¿o están condenadas a esa desarticulación como su

esencia?

¿Es la desarticulación entre sus distintos sectores lo que la articula?

La ciudad es un espacio de crisis, el espacio cotidiano de la angustia.

Angustia

La angustia es una afirmación.

¿O la angustia es exactamente lo contrario, una duda, una pregunta de dos filos?

¿Es la angustia una manifestación del malestar de la cultura que limita nuestras pulsiones

vitales con su ánimo de orden?

¿Es ese vértigo en que nos deja la libertad al orillarnos a decidir?

¿Es el motor de toda creación y lo que nos lleva, al permitirnos sentir tanta angustia como

esta realidad merece, a anular la fuerza destructora de la vida?

¿Es esa reacción y aceptación de los jodidos que los lleva a elaborar estrategias de

resistencia?

¿La única manera de responder a la angustia, sin agotarla, es construir en base al

fragmento?