CARTA A LOS CATEQUISTASCON OCASIÓN DEL DÍA DEL CATEQUISTA

Muy estimados catequistas:

Desde hace varios años he tenido el agrado de manifestar mi aprecio y reconocimiento a los y las catequistas de esta Ciudad Arquidiócesis de México, con ocasión del día del Catequista, que también por una práctica de mis antecesores en el ministerio episcopal, celebramos el día en que la Iglesia contempla al Señor resucitado que asciende a los cielos para sentarse a la derecha del Padre y recordamos su mandato misionero.

Este mandato misionero lo estamos viviendo hoy, respondiendo al llamado que hizo la V Conferencia en Aparecida, de realizar una gran Misión Continental tomando el camino de la Misión permanente. El año pasado y lo que va de éste, ha sido un momento para realizar una sensibilización en toda América latina y el Caribe de esta tarea que asumimos todos los participantes en la V Conferencia del CELAM.

Para nosotros en la Arquidiócesis de México esta motivación nos ha ayudado a comprender el compromiso que realizamos a partir del II Sínodo Diocesano, por una Nueva Evangelización que toque nuestras culturas, que llegue a todos los rincones de nuestra Ciudad capital. Este momento de sensibilización por la Misión Continental nos ha hecho descubrir que el rumbo asumido es el que se quiere para nuestro Continente: La Misión Permanente, la Iniciación Cristiana, el Proceso evangelizador, la renovación de la parroquia, la Pastoral orgánica y de conjunto, la opción por la familia, los pobres, jóvenes y alejados…; así que no podemos aflojar el paso, al contrario, con todo esto vivimos un momento de gracia y bendición.

En todo este conjunto el documento de Aparecida, siguiendo la línea de reflexión generada a partir del Concilio Vaticano II, resalta el papel fundamental que tiene la catequesis a través de la Iniciación cristiana y la catequesis permanente en la configuración de los nuevos discípulos misioneros para nuestras Iglesias. Además el servicio de la catequesis tiene incidencias de una u otra forma en

cada una de las opciones que ha hecho Aparecida. Por supuesto que en todo este contexto la figura del catequista adquiere un gran relieve, en los últimos años de manera muy particular hemos asumido el compromiso por esforzarnos en la tarea de la formación de los agentes de pastoral en nuestra Arquidiócesis, con la conciencia de que todos tenemos que entrar en este compromiso, tanto como formadores y formandos, de hecho no debemos olvidar que todos somos catequistas.

Sé que desde la Comisión arquidiocesana de catequesis se ha estado trabajando con diferentes acciones por ir renovando la práctica catequética en nuestra Iglesia, de manera muy concreta cuidando de la formación de los y las catequistas, así que los animo para que continúen adelante, como he señalado antes.

No quiero pasar de largo los acontecimientos vividos en los últimos días en nuestra Ciudad y País con la aparición de la Influenza Humana, que nos ha hecho recapacitar en la necesidad que tenemos de acercarnos al Señor de la Vida, aquí es donde tenemos que revalorar nuestra vocación de catequistas, ya que ante el dolor y el sufrimiento nuestra misión está en ser portadores de una Palabra de esperanza y consuelo que solo encontramos en el misterio Pascual, centro del kerigma y el mensaje cristiano portado a través de la catequesis, como verdadera experiencia de Encuentro con Jesucristo vivo.

Que María Santísima, nuestra madre del Tepeyac continúe acompañándonos en nuestro caminar como agentes discípulos misioneros de su Hijo, el verdadero Dios por quien se vive.

Que mi bendición apostólica los acompañe y fortalezca en su ministerio de Catequistas.

24 de Mayo de 2009Solemnidad de la Ascensión del Señor

+ Norberto Cardenal Rivera CarreraArzobispo Primado de México

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