carta a la sociedad de xalapa y ciudadanía en general

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Xalapa-Enríquez, Ver., viernes 15 de junio de 2012 A la sociedad de Xalapa y ciudadanía en general Por medio del presente escrito, queremos hacer del dominio público tanto el propósito principal que guía al movimiento #YoSoy132-Xalapa, como explicar de manera breve el papel que asumimos de cara a las próximas elecciones del 1 de julio del año en curso. Ante todo, este movimiento tiene como principales objetivos la democratización de los medios de comunicación y el derecho a la información, consideramos que estas demandas no son sólo legítimas, sino fundamentales en el proceso de conformación de una ciudadanía capaz de influir en la mejora y la dirección de este país. Estos dos objetivos los consideramos en íntima relación (independientemente de la suspicacia que el primero despierte en la reflexión sobre su significado), pues constituyen los ejes principales alrededor de los cuales justificamos el ejercicio de nuestras acciones. Para nosotros, los medios de comunicación no pueden estar solamente en las manos de los grandes oligopolios (siempre dispuestos a los intereses de turno). Es necesario contar con alternativas que permitan “miradas distintas”. Sabemos que la información es poder, que puede ser utilizada al gusto, para legitimar o deslegitimar, para engañar o convencer, en fin, que los límites entre la verdad y la mentira, entre el elogio y la calumnia, con frecuencia son utilizados en beneficio de algunos pocos. Por eso, nos parece necesario abrir horizontes de comunicación distintos a los que imperan en la actualidad, pues consideramos que sólo así podremos hacernos cargo de la dirección y la mejora de esta nación. Que de manera intencional se engañe a las personas, sin importar que éstos puedan hacerse cargo de sus decisiones, además de ser una indecencia, es una manera de obrar que en nada nos beneficia. Por ello, estamos seguros de que sólo una información que se ejerza con responsabilidad, que intente ser veraz y objetiva (no manipulada ni sesgada), podrá contribuir en el desarrollo de una ciudadanía que participe en la toma de decisiones, haciéndole entender a la clase política que son servidores públicos y no lo contrario. Somos conscientes de la difícil tarea que implica intentar contribuir en la construcción de una ciudadanía educada y formada en la conciencia de sus acciones. Es por esta razón, que nuestro movimiento aspira -en el largo plazo- a poderse constituir en la cara visible de un esfuerzo que invite a repensar en la reconstrucción de México. Por ahora, y en la coyuntura que suponen las elecciones próximas, hemos decidido salir a las calles a comunicarle a la ciudadanía de lo importante que es un voto informado, sin alguna otra pretensión, esperando que comprendan aquellos que no advierten lo que queremos, los motivos por los cuales nos oponemos al regreso del PRI. Frente a las personas, periodistas o medios de comunicación que insisten en relacionar a este movimiento con el abanderado presidencial del PRD (haciendo caso omiso a la declaración difundida en medios impresos y electrónicos, en el sentido de que nuestro movimiento es y será apartidista), parece necesario explicar el por qué de nuestra oposición al Partido Revolucionario Institucional. Si estamos en desacuerdo con el regreso del PRI a la presidencia de la República Mexicana, es porque no vemos elementos de prueba para poder decir que, de hecho, el PRI ha

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A la sociedad de Xalapa y ciudadanía en general.

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Page 1: Carta a la sociedad de Xalapa y ciudadanía en general

Xalapa-Enríquez, Ver., viernes 15 de junio de 2012

A la sociedad de Xalapa y ciudadanía en general

Por medio del presente escrito, queremos hacer del dominio público tanto el propósito principal que guía al movimiento #YoSoy132-Xalapa, como explicar de manera breve el papel que asumimos de cara a las próximas elecciones del 1 de julio del año en curso. Ante todo, este movimiento tiene como principales objetivos la democratización de los medios de comunicación y el derecho a la información, consideramos que estas demandas no son sólo legítimas, sino fundamentales en el proceso de conformación de una ciudadanía capaz de influir en la mejora y la dirección de este país. Estos dos objetivos los consideramos en íntima relación (independientemente de la suspicacia que el primero despierte en la reflexión sobre su significado), pues constituyen los ejes principales alrededor de los cuales justificamos el ejercicio de nuestras acciones.

Para nosotros, los medios de comunicación no pueden estar solamente en las manos de los grandes oligopolios (siempre dispuestos a los intereses de turno). Es necesario contar con alternativas que permitan “miradas distintas”. Sabemos que la información es poder, que puede ser utilizada al gusto, para legitimar o deslegitimar, para engañar o convencer, en fin, que los límites entre la verdad y la mentira, entre el elogio y la calumnia, con frecuencia son utilizados en beneficio de algunos pocos. Por eso, nos parece necesario abrir horizontes de comunicación distintos a los que imperan en la actualidad, pues consideramos que sólo así podremos hacernos cargo de la dirección y la mejora de esta nación. Que de manera intencional se engañe a las personas, sin importar que éstos puedan hacerse cargo de sus decisiones, además de ser una indecencia, es una manera de obrar que en nada nos beneficia. Por ello, estamos seguros de que sólo una información que se ejerza con responsabilidad, que intente ser veraz y objetiva (no manipulada ni sesgada), podrá contribuir en el desarrollo de una ciudadanía que participe en la toma de decisiones, haciéndole entender a la clase política que son servidores públicos y no lo contrario. Somos conscientes de la difícil tarea que implica intentar contribuir en la construcción de una ciudadanía educada y formada en la conciencia de sus acciones. Es por esta razón, que nuestro movimiento aspira -en el largo plazo- a poderse constituir en la cara visible de un esfuerzo que invite a repensar en la reconstrucción de México. Por ahora, y en la coyuntura que suponen las elecciones próximas, hemos decidido salir a las calles a comunicarle a la ciudadanía de lo importante que es un voto informado, sin alguna otra pretensión, esperando que comprendan aquellos que no advierten lo que queremos, los motivos por los cuales nos oponemos al regreso del PRI. Frente a las personas, periodistas o medios de comunicación que insisten en relacionar a este movimiento con el abanderado presidencial del PRD (haciendo caso omiso a la declaración difundida en medios impresos y electrónicos, en el sentido de que nuestro movimiento es y será apartidista), parece necesario explicar el por qué de nuestra oposición al Partido Revolucionario Institucional. Si estamos en desacuerdo con el regreso del PRI a la presidencia de la República Mexicana, es porque no vemos elementos de prueba para poder decir que, de hecho, el PRI ha

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cambiado positivamente. La confabulación con los grandes medios de comunicación (Grupo Televisa, TV Azteca y todos los medios ligados a la Organización Editorial Mexicana), la abrumadora maquinaria propagandística que por doquier está en el Estado de Veracruz (y no sólo en él), el acarreo sistemático de personas de escasos recursos, los vales de gasolina para taxistas y camiones, la coerción al voto por medios del todo ajenos a los de una verdadera democracia, y el pobre papel del IFE que se hace de la vista gorda ante estos delitos electorales clarísimos, son para nosotros indicios suficientes que -con pena- advertimos, reflejan todo menos la cara renovada de un partido político a la altura de las necesidades de la nación. Es, pues, en el contexto de una competencia desigual en la carrera hacia la presidencia de la república, donde justificamos la toma de posición que tenemos delante del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto. Y, por supuesto, desde donde justificamos nuestro deber ciudadano a salir a las calles para hacerle saber a la sociedad de Xalapa sobre la importancia de un voto verdaderamente informado, que no sea rehén del afán inequívoco de un partido político que sigue siendo la clara imagen del antiguo PRI, que insiste en querer convencer a la sociedad para votar bajo métodos del todo ajenos al de una democracia. Nuestro “antipeñismo” no puede ser comprendido en el orden de una posición política que se justifica al amparo de otro grupo o partido político, pensar esto, además de ser un abuso, es un claro esfuerzo para degradar y subestimar nuestra capacidad reflexiva, y el interés esperanzador al que nos hemos sumado miles de jóvenes y ya no tan jóvenes a lo largo y ancho de todo el país. Para nosotros, la clase política está rebasada por la realidad nacional, y también lo está una buena parte de aquellos medios informativos que se han encargado de legitimar una concepción del país que se muestra por todos lados equívoca e insuficiente delante de las necesidades y la urgencia de la sociedad, de ahí que nuestro movimiento, poniéndose delante de los partidos políticos, pretenda desempeñar un papel importante y necesario en la construcción de una ciudadanía capaz de hacerse cargo de su rumbo y su destino. Muchos de los que participamos en este movimiento, soñamos que nos encontramos con figuras públicas y políticas, que los enfrentamos en la arena de las ideas, llamándoles la atención, diciéndoles que sí y que no. Y soñamos que hablamos con quienes sospechan o nos ningunean, y nos vemos demostrándoles a unos y a otros que estamos preparados para participar de manera activa en la configuración y mejora de esta nación. Pero, la realidad siempre despierta (sin quitar el sueño). Y realizar ruedas de prensa o buscarlos para decirles lo que pensamos, para responderles a todas y cada una de sus preguntas y sus sospechas, resulta algo nebuloso y utópico, de una proximidad –a la vez- temeraria e innecesaria, cercana y lejana. La abrumadora realidad que envuelve al Estado de Veracruz (un gobierno claramente a favor del PRI, que no duda en gastar sumas exorbitantes de dinero en apoyo a su candidato presidencial), el sintomático y cada vez más obstinado deseo de descalificarnos en medios impresos y electrónicos (a lo largo de Veracruz y del país), y los ojos vigías que de pronto aparecen, llaman a la reserva. Y lo anterior, debido a que conocemos de la violencia que ha caracterizado y sigue caracterizando a los regímenes del PRI, sobre todo cuando alguien no comulga con su concepción simuladora y mentirosa de la realidad nacional. Somos plenamente conscientes del priismo histórico que prevalece en el Estado de Veracruz, por ello tenemos miedo de las consecuencias que se pueden seguir a su incesante búsqueda de debilitar nuestros actos y esperanzas. A la violencia de la

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difamación sigue la violencia física, y ni la una ni la otra han sido insinuadas o planteadas por nosotros, sino sólo por parte de quienes están al servicio de la corrupción histórica del Estado mexicano. Aprovechamos este medio para hacer notar que los actos de violencia de fechas recientes en contra del movimiento #YoSoy132 a lo largo del país, han provenido de grupos o facciones ligados al PRI, para hacer constatar que cuando el señor Peña Nieto habla de “no caer en provocaciones”, parece anticipar la provocación de “ciertos grupos”. Esto nos preocupa, pues da la impresión de que aquellos grupos que no comparten su “proyecto político”, pueden no ser sino precisamente “esos grupos que provocan”, porque permite justificar –como seña e indicio- el temor que muchos tenemos. La historia de represión que ha acompañado a los movimientos estudiantiles, la violencia e inseguridad generalizada, así como el olor de la muerte de tanto miles de mexicanos abatidos en los últimos años, son para nosotros pruebas y señales suficientes para estar temerosos de nuestro derecho legítimo a expresarnos libremente, visibilizando nuestros rostros. Por ello, pedimos de manera atenta que se publiquen nuestros escritos sin tener que prestarles la cara, no tenemos confianza en el cuidado que el Estado brinda a la ciudadanía, a la que sobre todas las cosas debería de proteger. No tenemos elementos de prueba suficiente para sentirnos seguros y sin temor a ser maltratados por querer incidir en la mejora y el saneamiento de la realidad nacional. La amenaza latente que significa escribir en el Estado de Veracruz, al tiempo en que nos espanta, nos duele en el alma, pues ante todo, lo que queremos es el beneficio y la mejora de México, de todos los que habitamos en él, y vemos con pena el riesgo implícito que tenemos todos aquellos que queremos un cambio real para esta nación. A todos aquellos priístas que se han sentido agraviados por la oposición del movimiento #YoSoy132 a su candidato a la presidencia de la república, les pedimos que nos entiendan y nos comprendan. El PRI no es para nosotros solamente un partido, el priísmo es una manera de ser, es una concepción de la historia y de la patria mexicana, de una época en la que se hizo común la simulación, la adulación, el soborno... En resumen, de una época en la que la corrupción se institucionalizó y se enraizó en México. No tenemos duda de que el priísmo es una realidad, de que está en nuestras venas, de que todos los partidos políticos están marcados por su enseñanza. Pero, ¿no les parece que es hora de forjar una ciudadanía que esté detrás de la clase política y de la manipulación mediática (de las televisoras que se enriquecen a costa de la mentira)? ¿No les parece que es hora de sancionar el bombardeo masivo de propaganda, el acarreo de personas necesitadas, la coerción y la compra votos? Por el bien de su propio partido, amigos priístas, comprendan nuestro “antipeñismo”, no lo juzguen mal. Queremos ser una balanza ante la desigualdad de la información mediática, no es contra ustedes con quien estamos enojados. Estamos cansados de televisoras que privilegian y están al servicio de unos cuantos, que sólo utilizan sus canales para mantener a la sociedad mexicana adormitada y con la “dulce sensación” de que vivimos en una democracia. Estamos hartos de una clase política que ha crecido bajo un régimen que premia la mentira, la adulación y el elogio, que ha crecido al amparo de la corrupción. Estamos asqueados de la partidocracia y de todos aquellos que, serviles, se prestan a la defensa de los intereses en turno, sin dudar en proteger, en desviar la atención o “lanzar piedras” sobre todos aquellos que no compartimos su supuesto proyecto de nación. En general, de “periodistas” y “analistas” tendenciosos que parecen incapaces de imaginar que un movimiento pueda encontrar su solidez y su riqueza en la

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experiencia del universo desde el que arranca, que parecen creer que los jóvenes mexicanos estamos limitados para pensar y reflexionar acerca de la problemática nacional. ¿Ahora resulta que quienes estamos preocupados por el futuro del país somos necesariamente personas manipuladas por alguien que está detrás, que no somos capaces por nosotros mismos de tomar las riendas de nuestro futuro? Sin duda, algo está detrás de nosotros, pero “eso que está detrás” no es lo que reflejan los medios informativos de dudosa imparcialidad, cuyos planteamientos están al servicio de aquellos que poseen poder, y que los lleva a tratarnos como a una horda de imbéciles incapaces de percatarse de lo que sucede, y -claro está- de pensar por nosotros mismos. Nosotros nacimos a la sombra de la desgracia nacional, de los cambios adversos de un régimen al interior del cual la corrupción se institucionalizó, y en el que televisoras, partidos políticos y grupos de poder sólo preocupados por su beneficio, han hecho presa a la sociedad mexicana de la impotencia y de la incertidumbre de no saber hacia dónde va nuestro futuro. Rechazamos tajantemente la “telepartidocracia”. Quienes integramos el movimiento #YoSoy132-Xalapa somos pacíficos, estamos en contra del uso de la violencia y aspiramos a tener un rol importante y real en la configuración de un país que sea mejor para todos. No somos el producto o resultado de los errores de un equipo de logística (como medios informativos, políticos y sospechosos en una clara subestima a las capacidades de las personas para organizarse lo han sugerido o hecho saber). Somos el resultado del cansancio de una concepción de México, del hartazgo de la clase política (preocupada sólo por sus intereses), y de todos aquellos que se han beneficiado y siguen beneficiándose de la corrupción histórica del Estado mexicano. Somos un movimiento estudiantil, ciudadano, político y apartidista. Y apoyamos al Colectivo por la Paz Xalapa, al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, a las madres y hermanos de los asesinados y desaparecidos, a los migrantes que pasan por el Estado de Veracruz y territorio mexicano, y a todos aquellos que han sufrido de injusticias en un país que no ha sabido prestarles garantías, pues consideramos que sólo trayendo los gritos de justicia a nuestras vidas y haciendo visible la mentira, podremos superar las sombras lúgubres que se han cernido y anidado en nuestro México durante los últimos años. Invitamos a todas las personas, mujeres, niños, hombres, jóvenes y ancianos, a que se sumen a nuestras esperanzas y deseos, a que juntos sentemos las bases de un país mejor para nuestros hijos, y para todos aquellos que nos seguirán cuando partamos.