carrera armamentista

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Se denomina carrera armamentista a la coexistencia competitiva de armamentos y desarrollo de tecnologa durante la Guerra Fra entre Estados Unidos y Unin Sovitica. Este modo de estar en alerta se fundament, justamente, en el peligro de que cualquiera de ambos bloques pudiera desencadenar una guerra de alcance nuclear. La colaboracin militar y armamentista llevada a cabo por los dos bloques en los diferentes conflictos como el rabe-israel, Corea, Vietnam y Cuba, estaba destinada fortalecer y expandir su poder frente al bloque contrario. La dominacin espacial y astronmica tambin se constituy como un signo de preponderancia de una potencia sobre otra. En 1957 los soviticos colocaron el primer satlite Sputnik en orbitar el planeta; meses ms tarde lanzaron el Sputnik II, colocando dentro a la perra Laika, primer ser vivo en salir al espacio (que no pudo regresar con vida ya que se quem al tomar contacto con la atmsfera). En contrapartida, los americanos lanzaron el Explorer I en 1958. Del mismo modo, la URSS lanza en 1961 la nave Vostok I, con Yuri Gagarn a bordo, primer humano en ir y regresar vivo. Por su parte, Estados Unidos desarroll las misiones Apolo 8 y Apolo 11, logrando en la primera de ellas divisar la cara oculta de la luna y en la segunda, pisar suelo lunar. Existieron diferentes momentos en que la paz mundial estuvo en verdadero peligro. El primero de ellos se desarroll durante la Guerra de Suez en 1956. Si bien existen causas ligadas al proceso de descolonizacin, fue explicita la presencia del bloque comunista en Medio Oriente. La crisis de Berln ocurrida entre 1958 y 1963 fue otro de los escenarios, derivando en la construccin del muro. El conflicto de los misiles de 1962 consisti en el apoyo a Cuba mediante la instalacin de una base militar desde donde poder amenazar a los Estados Unidos sin que stos tuvieran la posibilidad de efectuar una rpida contraofensiva. Vale recordar los misiles americanos que amenazaban a URSS desde Turqua. La base militar rusa en territorio cubano, con la instalacin de misiles de largo alcance an no operativos, fue descubierta por un avin espa americano y comunicado inmediatamente al Presidente Kennedy, quien respondi reforzando la Pennsula de Florida con guarniciones militares, navales, areas y el bloqueo martimo militar a Cuba. Mientras tanto, cuatro submarinos soviticos con una capacidad equivalente a 15 toneladas de TNT se estacionaron alrededor de la isla de cuba en direccin a La Florida, con un alcance de 10 millas de radio. Mientras tanto, el lder sovitico, Nikita Khruschev declar que no reconocera el derecho americano al bloqueo de Cuba y que los barcos soviticos no tenan razn para respetarlo. De esta manera, el mundo entr en una verdadera tensin ante una posible III Guerra Mundial con alcance nuclear. A los das, informes periodsticos declararon que los buques soviticos se haban detenido, luego, el Presidente Kennedy anunci el retiro de las instalaciones en territorio cubano. An as, los cuatro submarinos rusos seguan sumergidos sin ser divisados hasta entonces. Su

descubrimiento por parte de un destructor americano puso en riesgo nuevamente las frgiles relaciones entre ambas potencias. Finalmente, nada ocurri. La acumulacin de poder nuclear fue el medio para establecer un statu quo que poda desencadenar una guerra de alcance mucho ms agresiva que las anteriores, una constante amenaza y ojo vigilante de una potencia sobre la otra y el instrumento para establecer alianzas en el mapa mundial que fortalecieran la influencia de ambos bloques, comunista y capitalista. Armamentista El que el eje de los conflictosque pese a todo siguen involucrando a las potencias industriales, tanto grandes como pequeas- se haya desplazado hacia los pases pobres. Solamente en el siglo XX han sacrificado ms de 100 millones de vctimas a la guerra. As, al desarrollo de las armas nucleares se aade la carrera de los llamados armamentos convencionales, que se extiende a los estados ms pequeos y ms pobres. Semejante estado de cosas determina un sistema de prioridades en materia de inversiones y privilegia ciertas estructuras econmicas que, al haberse vuelto esenciales para la vida de las naciones, harn ms difcil la indispensable reconversin de la industria de armamentos en actividades pacificas. La magnitud de los gastos militares mundiales es tal que estos pueden calcularse, proporcionalmente, en cerca de un milln de dlares por minuto. Uno de los rasgos ms importantes que se advierten en la curva seguidos por los gastos militares en los ltimos aos es la proporcin creciente que de ellos corresponde al Tercer Mundo. En efecto, cerca del 75% del comercio mundial actual de armas importantes tanques, aviones, buques, y msiles- se realiza con los pases del tercer mundo. Las cifras sobre transferencias de armas que aparecen en el cuadro no incluyen armas menores, artillera ni pertrechos: de ah que representen solo la mitad de las adquisiciones totales de equipo blico por parte de esos pases. Es en la esfera del potencial cientfico y tecnolgico donde la desviacin de recursos para fines militares alcanza ms vastas proporciones. Se estima que, en la actualidad, alrededor del 25% del personal cientfico mundial se dedica a actividades relacionadas con asuntos militares. Y se ha calculado que, del total acumulado de gastos en investigacin y desarrollo desde la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente el 40% se ha destinado a fines blicos. En los pases en vas de desarrollo existen enormes necesidades, inexploradas en casi todos sus aspectos, cuya satisfaccin debe ser abordada de manera sistemtica, en gran escala y con la adecuada movilizacin de medios, cosas que hasta ahora han sido privilegio casi exclusivo de la investigacin militar. Tambin en lo que atae a la mano de obra origina la carrera de armamentos una enorme desviacin de recursos. Las fuerzas armadas en servicio en todo el mundo cuentan

aproximadamente con 22 millones de personas. En los Estados Unidos, por cada tres personas pertenecientes a las fuerzas armadas hay otras cuatro en empleos relacionados con el sector militar. Se calcula que en todo el mundo unos 60 millones de personas, uniformadas o de paisano, en el sector pblico o privado, trabajan en ocupaciones relacionadas con ese sector. Las actividades militares y las conexas absorben en todas partes una proporcin mucho mayor de las categoras de personas ms calificadas de lo que cabe prever de acuerdo con la proporcin que representa el presupuesto militar en el producto nacional bruto. Las fuerzas armadas de todos los pases son tambin consumidores importantes de una gran variedad de recursos no renovables y de reservas tanto energticas como de materias primas. Es evidente que el consumo de materias primas. Es evidente que el consumo de materias primas con fines blicos se concentra en las principales potencias militares aun ms que el consumo de recursos en general. En el caso de metales como el aluminio, el cobre, el plomo y en zinc, la demanda militar de los Estados Unidos oscila entre el 11% y el 14% de la demanda total; respecto de varios otros metales, es de cerca del 10%. En el caso del titanio excede del 40%. Si se extrapolaran las cifras correspondientes a los EEUU, el consumo militar mundial de hidrocarburos lquidos ( con exclusin de los productos derivados del petrleo que se utilizan en la produccin de armas y material) se ha estimado en unos 700 a 750 millones de barriles anuales, es decir el doble del consumo anual de toda frica y aproximadamente al 3,5% del consumo mundial. Por otra parte, se afirma que el consumo militar de combustible para aviones de reaccin en pocas de paz, asciende a la tercera parte del consumo total de los EEUU. Es evidente que en muchos casos, el sector blico contribuye ampliamente al agotamiento de los recursos naturales. Los recursos dedicados a la investigacin mdica en el mundo entero constituyen tan solo una quinta parte de los dedicados a la investigacin y el desarrollo militares. En todos los vasos, los recursos que consume el sector blico son cuantiossimos en comparacin con los gastos pblicos de orden social, incluso en esferas tan importantes como la educacin y la salud, lo que es indicio del triste orden de prioridades por el que se rige la asignacin de fondos pblicos en todo el mundo. La organizacin mundial de salud (OMS) dedic unos 83 millones de dlares en un lapso de 10 aos a eliminar la viruela en el mundo. Esa suma bastara siquiera para comprar un solo bombardero estratgico moderno. El programa de la OMS para eliminar el paludismo en el mundo, cuyo costo aproximado se calcula en 450 millones de dlares avanza lentamente debido a la falta de fondos. Sin embargo, su costo total hasta ahora representa solo la mitad de lo que se gasta cada da para fines militares y solo una tercera parte de lo que se gastar nicamente para la adquisicin de cada nuevo submarino con proyectiles nucleares "Trident". En numerosos pases industrializados y en algunos en vas de desarrollo la industria armamentista es hoy uno de los sectores de la economa que experimentan un crecimiento ms rpido.

En ciertos pases existe un marcado contraste entre un sector militar an en expansin, por una parte, y una economa civil deprimida con un presupuesto pblico restringido o francamente austero, por la otra. Hay pases que han logrado mejorar la situacin de su balanza de pagos aumentando las exportaciones de armamentos. El aumento cada vez mayor de los gastos de armamentos no es una forma eficaz de combatir la recesin. Los gastos en sectores como la educacin, la salud, la vivienda y el bienestar social son medios ms eficaces para ello en virtud de consideraciones tanto econmicas como sociales Si los gastos en armamentos siguen siendo elevados o van en aumento, mientras los ingresos pblicos se estancan o disminuyen , los pases pueden tender a hacer economas en sectores tales como la salud, la educacin y el bienestar, con todas las consecuencias sociales negativas que ellos entraa. Los cuantiosos gastos pblicos en armamentos aumentan la demanda sin incrementar el volumen de bienes vendibles o exportables. De esta forma, intensifican los problemas de inflacin y del desequilibrio externo. La mano de obra constituye un recurso real que podra utilizarse de manera til si se liberara de las ocupaciones vinculadas con el sector militar. Las personas desempleadas no estn porque no haya mas necesidades que satisfacer, sino como consecuencia de movimientos de recesin o problemas estructurales de la economa, los que a su vez, se ven agravados por los elevados gastos militares. Los gobiernos pregonan los supuestos beneficios que entraaran para el empleo las compras de armas que prev hacer, sin aadir que los mismos fondos dedicados a otros usos crearan tambin puestos de trabajo, incluso normalmente muchos ms. Los gastos militares no son los nicos capaces de crear empleos. En realidad, aunque los gastos militares evidentemente crean puestos en las industrias que aprovisionan a las fuerzas armadas, la parte creciente de los gastos militares dedicada a la tecnologa de vanguardia reduce su capacidad general y directa para crear trabajo. Segn los clculos del Gobierno de los Estados Unidos: 1000 millones de dlares de gastos militares crean 76.000 empleos. Pero si la misma suma se gasta en programas civiles del gobierno Federal, los empleos creados son 100.000 . Se afirma que el afn de lograr una mejora continua de los armamentos y del material militar ha representado un importante estmulo para el progreso tecnolgico y que de no ser por la presin de las demandas militares, no se habran obtenido fondos en escala suficiente. EN realidad, es sorprendente el nmero de invenciones de enorme importancia civil que no deben absolutamente nada en su origen y muy poco o nada en su ulterior desarrollo a la investigacin y

desarrollo militares, an cuando n una etapa posterior fueron adoptadas muchas veces por el sector militar y adaptadas a sus necesidades. Los beneficios secundarios que para el sector militar entraan las investigaciones civiles han sido incomparablemente mayores que los beneficios secundarios para el sector civil de las investigaciones militares. Tpicamente, la investigacin militar se ha aplicado fundamentalmente a dispositivos nuevos que pueden cumplir las mismas funciones que los viejos, pero con ms precisin, eficacia y fiabilidad. Por lo tanto, los beneficios secundarios de importancia para el sector civil han sido escasos y poco frecuentes. Durante la Guerra Fra, EE.UU. y la Unin Sovitica se alinearan en pos de esta conquista. Controlar las fuentes petrolferas era de vital importancias para las dos potencias que se disputaban el manejo del mundo, desde lo poltico y lo econmico. Hoy da, cuando las armas nucleares estratgicas acumuladas en los arsenales del mundo bastaran para destruir varias veces nuestro planeta ( su potencia combinada es de mas de un milln de veces superior a la de la bomba que destruy a Hiroshima en 1945), la atencin se centra sobre todo en el perfeccionamiento de las armas nucleares tcticas. Como la bomba de neutrones superradiactiva, de baja potencia explosiva: aproximadamente un kilotn, o sea el equivalente de 1000 toneladas de TNT. En este caso el perfeccionamiento consiste en que ese tipo de bomba es ms destructiva para la viada que para los bienes materiales. El Decenio del Desarme, proclamado en 1969 por las Naciones Unidas. En estos 10 aos se han firmados diversos acuerdos y tratados internacionales. Sin embargo, la carrera de armamentos se aceler dando origen a una interminable serie de conflictos. Desde hace varios aos el mundo avenido destinando anualmente alrededor de 350.000 millones de dlares a los gastos militares. Tres cuartas partes de ese total corresponden a los pases que ocupan los seis primeros lugares por la importancia de su presupuesto militar: Estados Unidos, Unin Sovitica, China, Francia, Reino Unido, Republica Federal de Alemania. En conjunto del 5 al 6% de la produccin total mundial de bienes y servicios se destina a fines militares. En la mayora de los pases, esa cifra oscila casi siempre entre el 2 y el 8%; en algunos casos es superior al 30%. El rpido aumento de los gatos militares durante el decenio de 1960, seguido de una nivelacin en los ltimos ocho aos, reproduce un esquema ya observado varias veces anteriormente. Los perodos de expansin militar masiva, generalmente en relacin con una guerra, han alternado con perodos estables de varios aos de duracin. En realidad, la tendencia esencial en la mayora de los pases es un aumento irregular y a largo plazo de los presupuestos militares. Los pases no publican inventarios de sus existencias de armas, los clculos de las existencias mundiales son inevitablemente bastante inciertos.

Las actuales existencias de armas nucleares bastan para destruir el mundo varias veces. En 1974 las fuerzas nucleares llamadas "estratgicas" de los Estados Unidos y la Unin Sovitica incluan entre 11.000 ojivas de guerra termonuclear lanzables mediante proyectiles o desde bombarderos. Se estima que su potencia explosiva total equivale a la de 1.300.000 bombas del tipo de la empleada en Hiroshima. En lo que atae a las armas nucleares llamadas "tcticas", la situacin es ms incierta. Su potencia explosiva total equivale a unos 700 millones de tonaledas de TNT o a unas 50.000 bombas del tipo de la empleada en Hiroshima. En cuanto a los principales tipos de armamentos corrientes, tales como aviones, buques de guerra y tanques, los clculos efectuados ofrecen una indicacin aproximada de la evolucin general. Los buques de guerra, el valor de las existencias mundiales se duplico de 1960 a 1970 y aument nuevamente en un 30% entre 1970 y 1976. Solo trece pases en desarrollo tenan aviones supersnicos en 1965. Diez aos ms tarde, esas cifras haban aumentado a 41. Durante los ltimos 30 aos, unos pocos pases, que figuran entre los principales productores de armas, han fabricado y vendido en conjunto mas de 70 tipos distintos de aviones interceptadores, de caza y de ataque y ms de 140 variantes de esos tipos. El precio unitario de esos aviones de caza se ha duplicado cada 4 o 5 aos, pasando de unos 250.000 dlares por avin durante la Segunda Guerra Mundial a ms de 10 millones de dlares en la actualidad, como consecuencia de las mejoras en su funcionamiento como consecuencia en las mejoras en su funcionamiento y armamento. A los seis pases que ms gastos militares efectan, no solo les corresponden las tres cuartas partes de los gastos mundiales en dicha esfera, sino la casi totalidad de los gatos de investigacin y desarrollo militares. Ha habido un rpido aumento de la exportacin de armas importantes a una serie de pases del mundo. Las exportaciones de armas importantes a pases en desarrollo aumentaron de 3000 millones de dlares en 1970 a 6300 millones en 1975 y a 7300 millones en 1976. Estas exportaciones tienden a estimular sectores importantes de la economa del pas exportador, como la ingeniera mecnica, la industria electrnica y las industrias que abastecen a estos sectores. Los pases importadores estn subvencionando las actividades de investigacin y desarrollo militar de los pases exportadores de armas. Estn cobrando importancia diversas formas de cooperacin internacional para la produccin de armamentos. En los pases industrializados existe una tendencia a la coproduccion, en que varios de ellos usan en forma mancomunada las instalaciones existentes para producir distintos componentes de sistemas de armas singularmente caros y complejos, y , con menor frecuencia a la colaboracin en la concepcin y realizacin de las armas, repartindose los costos.

En los pases en desarrollo la norma habitual consiste en establecer instalaciones locales de mantenimiento y luego encargarse de la reparacin. Ms recientemente, algunos pases han logrado acelerar este proceso adquiriendo instalaciones completas de produccin mediante acuerdos en que el contratista extranjero proporciona todo el sistema: los planos, las instalaciones, los conocimientos tcnicos y algunas piezas del arma terminada. Desde un punto de vista social y poltico, se est produciendo un fenmeno sobremanera importante y radicalmente nuevo. En algunos casos puede tratarse del comienzo de un proceso en que los complejos militares industriales de los pases abastecedores, salgan de sus propias fronteras, arraiguen en el extranjero y reproduzca en el nuevo ambiente toda la red de relaciones entre la industria, los productores y subcontratistas, los sindicatos, el gobierno, y las fuerzas armadas. Cuando lo que se transfiere son los sistemas de armas completos y operacionales y lo que se presta son servicios de asesores militares, igual que otras formas de cooperacin militar, las relaciones entre los pases abastecedores y receptores tienden a limitarse a la esfera militar. En cambio, en los tipos de produccin multilateral o de produccin local dependiente, lo que se afianza y difunde en toda la sociedad, rebasando con mucho el sector militar propiamente dicho, es todo el conjunto de relaciones de apoyo mutuo y de intereses creados que persiguen la perpetuacin del proceso armamentista. El aspecto ms importante y espectacular de la carrera de armamentos en el decenio de 1960 fue el desarrollo y el despliegue en gran escala de los proyectiles balsticos intercontinentales (ICBM), y de los proyectiles balsticos lanzados desde submarinos (SLBM), as como la instalacin paralela de sistemas de vigilancia y comunicaciones mediante satlites. En los primeros acuerdos sobre la limitacin de armas estratgicas entre los Estados Unidos y la Unin Sovitica (SALT I) firmados en mayo de 1972, se establecan lmites mximos al nmero de emplazamientos de proyectiles antibalsticos intercontinentales y de proyectiles balsticos lanzados desde submarinos. En 1976 , en cifras redondas, ambas potencias disponan conjuntamente de 2500 ICBM y 1400 SLBM. En los ltimos aos la carrera de armamentos nucleares estratgicos ha adquirido cada vez mas un carcter cualitativo, ponindose en marcha importantes programas de investigacin y desarrollo para perfeccionar los sistemas antimisiles. En general, los acuerdos SALT no han ejercido ninguna influencia perceptible en el despliegue de los vehculos mltiples de reingreso para objetivos independientes (MIRV). Como resultado, la cantidad de ojivas nucleares que pueden lanzarse con los ICBM y los SLBM ha venido aumentando a razn de 1000 por ao. Una importante innovacin que representa un progreso del potencial de destruccin con respecto a los MIRV. Se trata de un vehculo de reingreso maniobrable (MARV) que puede cambiar de direccin en las etapas finales de su trayectoria. Este vehculo puede dificultar la defensa contra

un ataque de proyectiles balsticos, puede dotar a los proyectiles de reingreso maniobrable de una precisin de unas cuantas decenas de metros. Ello permite naturalmente concebir nuevos usos para las armas nucleares "estratgicas". Adems de constituir un instrumento de represalia en gran escala contra los centros industriales y de poblacin y un medio esencial de disuasin, es hoy posible pensar en utilizar proyectiles balsticos con fines de "contrafuerza" para lograr una ventaja militar al comienzo de una guerra destruyendo las armas e instalaciones militares de enemigo, o emplearlos para librar una guerra nuclear supuestamente limitada. La proliferacin de la tecnologa nuclear continua a un ritmo acelerado. Francia y China se dotaron de armas nucleares en el decenio de 1960. En 1974, la India, que no es parte en el tratado de No Proliferacin [acuerdo de 1 de julio de 1968 firmado por el Reino Unido, los Estados Unidos y la Unin Sovitica y varios otros Estados, en virtud del cual los tres firmantes principales convinieron en no ayudar a los estados desprovistos de armas nucleares a adquirirlas o producirlas], realiz un experimento subterrneo de explosin nuclear. Cabe la posibilidad de que otros pases hayan adquirido la capacidad de producir armas nucleares, pero sin revelarlo con una explosin. En lo que toca a la mayora de los pases industrializados y a varios pases en desarrollo, no existen hoy barreras tecnolgicas o econmicas importantes que se opongan a la realizacin de un programa de fabricacin de armas nucleares. Los nicos obstculos a la proliferacin horizontal son ahora polticos: las obligaciones asumidas en virtud del Tratado de No Proliferacin, el sentido comn de los gobiernos. Los adelantos en el uso del espacio con fines militares se han visto eclipsados en la mente del pblico por las hazaas espaciales de carcter civil. Sin embargo, han tenido una importancia decisiva. En la guerra de Indochina, se utilizaron satlites para las comunicaciones, para las previsiones meteorolgicas antes de los bombardeos y para la navegacin con fines de bombardeo naval, pero solamente ahora se estn materializando todas las potencialidades de esos medios. La tecnologa de los satlites tiene hoy da una repercusin decisiva por lo menos en tres esferas, en las que confiere una superioridad considerable a las principales potencias militares: identificacin de objetivos, navegacin y evaluacin de daos en relacin con las estrategias de contrafuerza en la guerra nuclear; vigilancia, identificacin de objetivos y navegacin en la guerra "convencional"; informacin y vigilancia mundiales sobre los programas militares de otros pases y sobre las guerras en que las grandes potencias no participan directamente. El programa NAVSTAR podra hervir para indicar lo que en adelante ser posible. Se trata de un sistema de 24 satlites. El sistema sera instalado entre 1977 y 1984 y costara unos 3.000 millones de dlares.

En lo que se refiere a los sistemas de armas convencionales, durante el decenio de 1960 se fueron perfeccionando constante y muy rpidamente en cuanto a tamao, velocidad, propulsin, potencia de fuego, precisin, etc. En general, durante ese perodo el costo unitario de los principales sistemas de armamento se duplic, en valor real. En cuanto a los aviones, los precios aumentaron a ritmo dos veces mayor. Tanto en los pases industrializados como en los menos desarrollados, los armamentos de gran complejidad tcnica incluidos los aviones supersnicos, se convirtieron en algo normal en los arsenales. Se han fabricado nuevos proyectiles de precisin dirigidos ( PGM), vehculos de control remoto (RPV), y otros aparatos destinados a llevar una carga explosiva corriente hasta el blanco con enorme precisin, o , en el caso de los RPB, para misiones de reconocimiento u otras analogas. En esferas como la tecnologa lser, la microelectrnica, los aparatos electromagnticos en las gamas de los rayos infrarrojos y pticas y los aparatos de informacin de banda ancha para una amplia serie de aparatos de direccin automtica o de orientacin hacia el blanco.

Las nuevas armas, juntamente con los adelantos a lo relativo a instrumentos de visin nocturna, vigilancia del campo de batalla y comunicaciones, acelerarn seguramente el ritmo de la guerra moderna y realzarn an ms la importancia de las fuerzas militares permanentes. Con los extraordinarios perfeccionamientos en materia de precisin, el rendimiento de la carga explosiva pierde importancia como parmetro para evaluar la eficacia. Por ejemplo, se ha sugerido que algunas de las misiones ahora confiadas a armas nucleares "tcticas", podran asignarse a armas de lanzamiento preciso que llevasen una ojiva de tipo corriente. En principio, esto podra significar que los responsables militares se mostraran ms dispuestos a no usar armas nucleares en los conflictos limitados, pero, en la prctica tambin podra surtir el efecto de hacer ms borrosa la diferencia entre el empleo de las armas nucleares y el de las no nucleares, lo que agravara el peligro de que un conflicto armado desembocara en una guerra nuclear.

Se han fabricado nuevas armas y municiones basadas en sus efectos de explosin, fragmentacin e incendio, las cuales se han utilizados para efectuar bombardeos de saturacin en zonas extensas. Estas tcnicas de bombardeos se acercan a las armas nucleares en cuanto a la destruccin ciega e indiscriminada que provocan, los efectos ecolgicos a largo plazo a que dan origen y la elevada proporcin de heridos y mutilados entre sus vctimas. Tambien se han logrado adelantos importantes en otras esferas, tales como la tecnologa del radar, las tcnicas de guerra antisubmarina, los aviones interceptores de baja latitud, el can guiado por lser y muchas ms. La competencia en materia de armamentos entre las principales potencias militares es an ms intensa de lo que inducan la enorme magnitud y la rpida expansin de los arsenales militares porque es de ndole mas bien cualitativa que cuantitativa, de modo que cada generacin de armamentos resulta mas refinada y destructiva que los sistemas que sustituye. Cuando la carrera de armamentos hace hincapi en los adelantos tecnolgicos, el proceso de fabricacin de armas y contraarmas tiende a convertirse en cierta medida en un proceso puramente intranacional que, en algunos casos, tiene poco que ver con los niveles realmente alcanzados por otros pases. Cada pas busca activamente los medios de contrarestar sus propias

armas ms adelantadas y de neutralizar sus propios sistemas de defensa ms recientes, haciendo as que el desarrollo de la tecnologa militar sea ms rpido y que esta caiga en desuso ms pronto que en aplicaciones civiles comparables. Una carrera de armamentos de ndole cualitativa, con su larga perspectiva hacia el porvenir y su insistencia en las posibilidades actuales, tiende a moverse en una sola direccin: Los adelantos de un pas en materias de armamentos incitarn a otros a emularle, pero, en cambio, su moderacin no suscitar necesariamente la de los dems. Anlogamente, el aumento de la tensin internacional puede acelerar la carrera de armamentos, pero el mejoramiento del clima internacional no bastar forzosamente para frenar a esta. En la tecnologa militar de vanguardia, cuando se conciben nuevas armas, el cumplimiento de normas tcnicas muy estrictas y de plazos de entrega muy cortos tiende a predominar sobre las consideraciones de costo. La superacin importante de los costos respecto de lo previsto, que se ha convertido en una caracterstica casi normal de los proyectos militares de avanzada ilustra este hecho. El resultado es el crecimiento de las actividades de investigacin y desarrollo con cada nueva generacin de armas. Desde hace muchos aos, las necesidades crecientes en materia de investigacin y desarrollo han tenido que atenderse mas bien aumentando el personal que ampliando el perodo de produccin, para que las armas no resultaran ya anticuadas al entrar en servicio. El abandono de muchos programas de armas complejas antes de que se iniciara su produccin pero despus de haber gastado cientos de millones de dlares en su desarrollo,, que ha sido tambin caracterstica reiterada de los ltimos decenios, el problema de la capacidad excedentaria. Aun sin tener en cuenta el carcter antieconmico inherente a las armas propiamente dichas, su produccin en las condiciones de una carrera cualitativa de armamentos parece constituir un proceso excepcionalmente dispendioso, independientemente de la forma en que asuma el derroche: sea como cancelaciones de proyectos a la mitad de camino, como subempleo intermitente o como arsenales militares cuyo aumento se permite mas por razones industriales que militares. En la esfera de la produccin civil existe una ley bien conocida segn la cual, en condiciones de progreso tcnico continuo, incluso una poltica de condiciones netas nulas dar como resultado una produccin en constante aumento. Lo mismo se aplica a los gastos militares. Aun en el caso de que no aumenten en trminos reales, la dedicacin de una gran parte de esos gastos militares a actividades de investigacin y desarrollo y al mejoramiento cualitativo significa que el poder de destruccin del aparato blico y el peligro potencial que encierra siguen aumentando. La concentracin en la carrera cualitativa (es decir tecnolgica) de armamentos requiere un mayor empleo de mano de obra calificada particularmente escasa (cientficos, tcnicos, administradores, trabajadores muy especializados), optar por un progreso cualitativo rpido puede ser perjudicial

desde el punto de vista econmico, incluso cuando va acompaado por una reduccin del gasto militar total. La incesante bsqueda bsqueda de innovaciones cualitativas esta profundamente enraizada en la lgica intrnseca de la carrera de armamentos. De cualquier manera, por grandes que sean las dificultades que presente el control de esta dimensin de la carrera de armamentos, no lo es menos la necesidad de tomar medidas decididas en ese sentido. Cada ao que pasa aparecen una inmensa cantidad de nuevas armas y los programas existentes se afianzan cada vez mas en los sistemas militares y polticos de los pases, con lo que resulta ms difcil interrumpirlos.

En el siglo XX la preocupacin militar se ha concentrado menos en derrotar a grupos de tropas del enemigo que impedir que este ocupara terreno. Esto ha conducido a un aumento masivo en la potencia de fuego en particular, la gran concentracin de misiles capaces de destruir enormes superficies- y a la utilizacin de armas de efectos indiscriminados, tales como las bombas mltiples y de accin retardada, las minas de fragmentacin no direccionales y las minas disimuladas de todo tipo.

En una carrera de armamentos orientada tan decididamente hacia los mejoramientos cualitativos y hacia la consecucin de grandes avances tecnolgicos, el simple examen de la evolucin da una imagen errnea del verdadero incremento del poder destructivo Las instituciones militares contemporneas constituyen con frecuencia sectores tan poderosos e influyentes de la sociedad que pueden repercutir en las condiciones y las concepciones polticas y sociales e imponer limites importantes a la evolucin de las sociedades. Durante los ltimos veinte aos ha sido imposible concretar un tratado de prohibicin total de las pruebas nucleares debido a la dificultad que presenta llegar a un acuerdo acerca de los medios eficaces de verificar su cumplimiento. En efecto, esa verificacin exigira aplicar una serie de mtodos como la vigilancia mediante satlites, la inspeccin in situ y la deteccin e identificacin ssmica de las explosiones nucleares subterrneas La guerra ha sido un rasgo permanente del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Las armas han funcionado prcticamente sin interrupcin por lo general en varios lugares simultneamente. En una proporcin abrumadora, esos conflictos se han producido fuera de las principales regiones industrializadas del mundo, aunque en muchos casos con la participacin directa de algunas grandes potencias que, casi sin excepcin, suministraban los medios blicos. Estas son, junto con la omnipresente amenaza de una conflagracin nuclear, las consecuencias estrictamente militares de la carrera de armamentos. Como resultado de sus efectos econmicos, la carrera de armamentos contribuye a mantener y aumentar las diferencias entre los pases desarrollados y en desarrollo y las desigualdades dentro de cada uno de ellos. La produccin industrial de armas permiti guerras prolongadas y desencadeno una violencia hasta entonces desconocida. En cuanto al costo de los armamentos modernos, cuya carga es difcil de soportar, literalmente, ha devastado numerosas economas. Esta comprobacin tan simple no ha bastado sin embargo para imponer la idea de un desarme general. Muy fuerte en los aos cincuenta, esta idea cedi el paso, en los aos sesenta, al concepto ms realista y limitado de control de armamentos. Las grandes potencias nucleares negociaban entonces para ponerse de acuerdo en algunas reglas de buena vecindad y en cuanto al

incremento de sus arsenales respectivos. Los materiales nucleares norteamericanos y soviticos nunca progresaron con tanta rapidez como en la poca de las SALT. Para algunos pases del Tercer Mundo, que desde hace unos quince aos han penetrado fuertemente en el mercado de los armamentos, esas exportaciones representan ahora un sector importante de sus economas. La multiplicacin de los conflictos localizados ha dado mayor envergadura a ciertos mercados, en especial el de las armas ligeras de nivel tcnico medio. En Europa, pases como Checoslovaquia o Rusia pronto se dieron cuenta de que econmica y socialmente, les resultaba totalmente imposible suprimir su aparato de produccin de armamentos. Al parecer, en la economa rusa, es el nico sector que logra autofinanciarse en divisas. Despus de la Guerra del Golfo, las tcnicas que all haban demostrado su eficacia se comercializaron ampliamente. La gran liquidacin postsovitica se tradujo en transferencias superabundantes y acelerada. Y a esos proveedores clsicos se sumaron poderosos productores del Tercer Mundo. En el ltimo decenio los Estados miembros de dos alianzas constituidas en torno a los polos norteamericano y sovitico han empezado a dar los pasos necesarios para lograr un autentico desarme. La amenaza que constituan para occidente los ejrcitos del pacto de Varsovia se han esfumado, las armas nucleares tcticas (ANT) han desaparecido casi totalmente del continente europeo y el nuevo concepto estratgico de la OTAN asigna un lugar destacado al control de los armamentos y al desarme. En lo tocante a la puesta en prctica del desarme subsisten incertidumbres debidas a fricciones polticas. Los gastos militares son improductivos y, sin embargo, representan casi un billn de dlares (5% del PNB mundial), ms de 50 millones de personas trabajan en actividades militares, y ms de 20% de los ingenieros cientficos del planeta estn empleados en el sector de investigacin y desarrollo de armas. Segn los economistas marxistas, las economas del mercado necesitan que aumenten los gastos militares para luchar contra la baja tendencial del ndice de beneficios. Para Galbraith, la funcin del presupuesto militar consiste en esterilizar una parte del excedente de productos que resultan del desequilibrio entre una oferta cada vez mayor y una demanda reducida por la disminucin constante del poder adquisitivo. Los liberares rechazan este tipo de conclusiones y estiman que la economa de mercado debera desembocar a la vez en el desarme y el desarrollo. Si bien los gastos militares pueden tener a corto plazo efectos positivos en el crecimiento de algunos pases, esos beneficios son menores que los que reportan los dems gastos pblicos. Es innegable que los gastos militares son, de todos los gastos pblicos, los que menos empleo y actividad econmica generan.

Los gastos militares hacen disminuir el esfuerzo de inversin. As, no solo entraan una amenaza para el crecimiento a corto plazo, sino tambin para el desarrollo econmico a largo plazo. Sin embargo, es innegable que estos anlisis globales solo tienen validez a escala mundial. A nivel nacional, una actividad armamentista puede resultar provechosa para la economa de algunos pases. As pues las opiniones estn divididas. Pero no caben dudas de que los modelos generales no son aplicables a los casos particulares y de que cada situacin debe examinarse individualmente. Con todo, sera errneo creer que una poltica de armamento con efectos beneficiosos a corto plazo en la economa de un pas tendr las mismas consecuencias para la economa de otro. El exceso de armamento provoca siempre situaciones de crisis. Existen diversas formas de desarme reduccin de los gastos militares, supresin de las existencias de armas, eliminacin de determinadas armas- naturalmente con consecuencias econmicas distintas. En trminos generales se puede afirmar que, si bien una desaceleracin de la carrera de armamentos suele tener efectos econmicos negativos a corto plazo, a la larga el desarme favorece el desarrollo. Si se produce el desarme, ste ha de ser general. Por consiguiente, puede tener a corto plazo consecuencias perniciosas para la industria de armamento de los pases exportadores. Pero a largo plazo las repercusiones econmicas deberan ser positivas, si la regresin econmica debida a la reduccin de las adquisiciones internas de armamento no tiene efectos irreversibles. Incluso es probable que un manejo adecuado de la reduccin de los gastos militares tenga consecuencias positivas para el sector civil de investigacin y desarrollo, la productividad real de las economas nacionales y la confianza en las relaciones internacionales de intercambio. Las ventajas econmicas que cabe esperar de un desarme duradero pueden ser considerables a largo plazo. Los modelos economtricos ponen de relieve sus efectos positivos, sobre todo en caso de una transferencia parcial de los recursos as liberados en favor de los pases del Tercer Mundo. Dado el carcter improductivo de los gastos militares, es indiscutible que, una vez resuelta la primera crisis de conversin, la nueva situacin de paz repercutir favorablemente en el desarrollo econmico mundial. Es necesario transferir a los pases del Tercer Mundo parte de los recursos economizados gracias a la reduccin de la carrera de armamentos; por otro es indispensable eliminar las causas primeras de los conflictos armados. Pero el esfuerzo del desarme solo podr tener efectos favorables si el ahorro as obtenido no es confiscado por grupos sociales que deciden darle un destino improductivo. Una transferencia solo reviste inters desde el punto de vista econmico si se traduce en una actividad altamente productiva.

La ayuda internacional puede tener tambin efectos perniciosos si lleva a las economas pobres a una destruccin de la produccin local y a una dependencia econmica progresiva. Las transferencias de armamentos de los pases industrializados a los pases del tercer mundo constituyen desde hace mucho tiempo, la mayor parte del comercio internacional de equipo militar. Est claro que los principales productores de armamento se ven enfrentados a un nuevo dilema cada vez ms acuciante: cmo conciliar los intereses econmicos ligados a las exportaciones de material de guerra con los imperativos de la no-proliferacin y de la seguridad ?. Proliferacin de armas modernas en los pases del tercer mundo Numero de pases

La Guerra del Golfo reafirm la importancia de la superioridad tecnolgica en materia de armamentos convencionales (tanto areos y terrestres como navales). Ese tipo de material es el que ms se produce y se vende en el mundo y los intentos de limitar su comercio son sumamente recientes. En la poca de la guerra fra, el antagonismo este-oeste estimulaba la produccin de armas convencionales. Los principales productores eran tambin, en su mayora, los principales exportadores. Para esos pases, proporcionar armas al tercer mundo era algo que entraba al juego de la competencia bipolar en la que estaban empeados a escala mundial. Si uno de los dos bloques armaba a un beligerante de cualquier regin del mundo, su adversario esta prcticamente seguro de obtener apoyo del bloque contrario. Las superpotencias rivalizaban as por ejercer una influencia en la periferia de su entrenamiento directo, y los protagonistas de los enfrentamientos regionales sacaban partido de esa situacin. Hoy da esa etapa est totalmente superada. Pero no por eso ha cesado el suministro de armas al Tercer Mundo. En el planeta persisten tensiones diferentes de las alimentadas por el antiguo conflicto Este-Oeste y esta situacin estimula la demanda de armamentos de algunos Estados en desarrollo.

El Oriente Medio tiene en ese plano particular importancia, pero no es un caso nico. La mayora de los estados de la regin del golfo arabo-prsico han empezado a comprar armas en los mercados internacionales. Sin embargo es la guerra del golfo la que ha provocado una nueva reflexin y ha dado lugar a diversas iniciativas al ms alto nivel para tratar de disminuir las transferencias de armamento hacia el oriente medio. El ejemplo dado por Irak, al que la superabundancia de armamentos motiv a invadir a uno de sus vecinos es muy elocuente en ese sentido. Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas acordaron reunirse peridicamente a fin de elaborar un cdigo de conducta comn en materia de exportacin de armamentos convencionales. De esos cinco estados, tomados en conjunto, procede mas del 80% de las exportaciones de armas convencionales hacia el Tercer Mundo en el curso de los ltimos diez aos.

Como segunda medida, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprob una resolucin de "transparencia" en materia de armamento. Los estados miembros de las Naciones Unidas, debern en lo sucesivo entregar anualmente un inventario de las importaciones y exportaciones de armamentos que hayan efectuado en los doce meses precedentes. El hecho de que, en el campo de batalla de la guerra del Golfo, el arsenal Iraqu se volviera contra algunos de sus principales proveedores puso claramente de manifiesto los riesgos que entraan la carrera de armamentos en el Tercer Mundo. Los principales productores de armamento se disputan a brazo partido los mercados de exportacin. Ms ambiciosos otros Estados siguen empeados en concebir y producir sus propios armamentos. Tal es el caso de Taiwn. Pero incluso esos pases no pueden prescindir de los aportes de tecnologa extranjera. Por otra parte ciertos Estados del Sur que hace algn tiempo parecieron poder convertirse en productores de gran envergadura no han logrado, sin embargo, competir con los pases del Norte industrializados. El futuro de las exportaciones de armamentos depender, pues, esencialmente de la poltica de los principales productores. Los cambios que ha experimentado la estructura poltica del mundo en estos ltimos aos han permitido llegar a algunos acuerdos de reduccin del armamento nuclear. Pero, al mismo tiempo, la revelacin del programa de armamento nuclear que Irak vena realizando desde hace muchos aos atrs sin que nadie lo supiera ni lo descubriera, ha reavivado las inquietudes acerca de los riesgos de proliferacin nuclear. Por ms de 45 aos se ha hecho creer a la gente que el armamento nuclear permita mantener la paz en Europa. No hay modo de comprobar la validez de este aserto, pero lo cierto es que encontr eco en numerosos pases, en particular en los medios gubernamentales. Numerosos Estados carecen de medios para dotarse de armamento nuclear o no se sienten suficientemente amenazados para hacerlos. Pero son muchos lo que, desean adquirir ese tipo de armamento, lo que lleva a los pases vecinos a hacer otro tanto. El nmero de ojivas nucleares que era inferior a 12.000 en 1968, se eleva a 55.000 veinte aos despus. Nadie sabe quien ni en qu medida controla el armamento nuclear la Ex-Unin Sovitica. La persistencia de la crisis socio-econmica, solo puede acentuar los riesgos de "fugas" tecnolgicas y de divulgacin de la informacin estratgica. La transformacin de las relaciones polticas entre Estados Unidos y la Unin Sovitica es la que abri realmente el camino de la reduccin del armamento nuclear.

Ahora bien, la multiplicacin de pases poseedores de armamento nuclear solo puede agravar esta disimetra, dando lugar a una inestabilidad favorable a la proliferacin. 138 Estados, la mayora del hemisferio Sur, desde 1978 vienen votando regularmente en las Naciones Unidas para reclamar una convencin que prohba el empleo o la amenaza de emplear armas nucleares. Este sera el medio ms radical para desacreditar el armamento de este tipo y debilitar la confianza en su eficacia. 5. Armas Qumicas El gas de cloro fue usado por los alemanes contra los rusos en enero de 1915, y contra los britnicos y los franceses en Flandes, tres meses mas tarde. A pesar del desarrollo de las mscaras antigs, ambos bandos hicieron mucho dao con el uso masivo de gases durante la I Guerra Mundial. Los alemanes reemplazaron el cloro con un gas ms letal, el fosgeno, y (en 1917) con el gas mostaza, un agente abrasivo que fue usado a menudo durante la contienda. Debido al rechazo suscitado por el empleo de estos gases, se acord una prohibicin internacional de las armas qumicas (gases venenosos y nerviosos) en 1925, pero esto no impidi que los iraques los usaran contra los rebeldes kurdos en Halabja, en marzo de 1988. Durante la Guerra del Golfo, en 1991, se temi que los iraques utilizaran armas qumicas y biolgicas (virus) contra las fuerzas de la alianza liderada por Estados Unidos, o contra la poblacin de Arabia Saud e Israel. Al final, la amenaza no se materializ, pero la inquietud internacional a propsito de la proliferacin y abuso de armas qumicas y biolgicas an existe. Es posible que actualmente numerosos pases estn en posesin de estas armas, a menudo descritas como la "bomba atmica de los pobres". 6. Armas Biologicas Varios pases han desarrollado trabajos de diferente categora sobre agentes biolgicos para que fueran utilizados en la guerra. Seleccionados o adaptados a partir de microbios patgenos causantes de diversas enfermedades que atacan al hombre, a los animales domsticos o a las cosechas de alimentos vitales, tales agentes comprenden bacterias, hongos y virus o diversas toxinas. Los microbios patgenos que causan el botulismo, la peste, la fiebre aftosa y el aublo del trigo se cuentan entre los muchos que pueden ser utilizados contra los ejrcitos enemigos o las actividades econmicas que les sirven de sustento. La ingeniera gentica tambin ofrece la posibilidad de desarrollar nuevos virus contra los que se carece de medios para establecer una defensa previa. La guerra biolgica a larga escala se ha mantenido en un estado terico, si bien en la dcada de 1980 se supo que Japn haba utilizado agentes biolgicos en China en las dcadas de 1930 y 1940. Al comienzo de la dcada de 1980 surgieron controvertidas acusaciones de que la Unin Sovitica en Afganistn, y Vietnam en Laos y Kampuchea (hoy Camboya) estaban usando toxinas fungicidas en una forma llamada lluvia amarilla como armas biolgicas